martes, 26 de junio de 2018

La Tajera, el embalse que regula las aguas del Tajuña (IV)

Tras aprobarse por parte del Consejo de Ministros la realización de los estudios de viabilidad de la presa de La Tajera (1968) y que, unos meses después, en el año 1969 se sacara a información pública el proyecto inicial parecía que el embalse de las aguas del Tajuña sería un pronta realidad. Pero no fue así. Y eso a pesar de que en 1970 se aprobara la contratación de las obras para levantar la presa en la confluencia del cauce del Tajuña con el arroyo del Sotillo, en el término de este municipio alcarreño.



Según informaba el diario ABC, el Consejo de Ministros del 8 de mayo de 1970 aprobó la contratación de las obras de construcción de la presa de La Tajera, un primer paso para avanzar en un proyecto que el mismo diario madrileño aventuraba que podía convertir en un vergel el territorio existente entre Carabaña y Titulcia en la provincia de Madrid. El periódico resaltaba, en su edición del 3 de junio de 1970, que se ampliarían las hectáreas regables en la provincia de Guadalajara y los beneficios serán aún mayores al entrar en la provincia de Madrid, donde las vegas son más amplias. El periódico también recogía la preocupación por el posible volumen de agua trasvasada desde el Tajuña al Tajo que el BOE señalaba como uno de los fines principales del embalse de La Tajera, juntamente con los regadíos y la producción de energía eléctrica.
Pese a estos avances en el complejo procedimiento administrativo previo a la construcción de la presa La Tajera, el embalse no pasaba de ser, aún, un proyecto reiteradamente anunciado por las autoridades políticas de la época, entre ellas, el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Fernández de la Mora, quien el 10 de marzo de 1971 anunció durante una visita a Guadalajara la construcción del embalse (ABC, 11 de marzo de 1971).
Primera adjudicación de las obras del embalse
Habría que esperar hasta el año 1974 para que se anunciara la adjudicación de las obras de la presa y el embalse de la Tajera. Previamente, este proyecto había sido incluido en la Ley 21/1971 de 19 de junio de 1971 (BOE, 21 de junio de 1971) sobre el aprovechamiento conjunto Tajo-Segura que preveía, en un apartado de su artículo 3, aparte de la construcción del pantano la realización de nuevos regadíos en el Tajuña.
El proyecto del embalse fue aprobado por la Dirección General de Obras Hidráulicas el 23 de junio de 1974 y una semanas después se aprobó la adjudicación de las obras a la empresa Agromán, por un importe total de 198 millones de pesetas, según se acordó en un Consejo de Ministros celebrado el 30 de agosto de 1974, aunque otras fuentes (diario Mediterráneo, 31 de agosto de 1974) el presupuesto total superaba los 217 millones de pesetas.
Unos meses después, el diario ABC recogía en su edición del 26 de noviembre de 1974 la reacción de los habitantes de Guadalajara ante la noticia de la construcción de la presa:
Ha sido recibida con satisfacción en toda la provincia (…) la noticia de la adjudicación de las obras de la presa de La Tajera, en la cuenca del Tajuña, en casi 198 millones de pesetas.
(…) el embalse de La Tajera proyectado primitivamente para trasvasar aguas del Tajuña al Tajo, se incluye ahora en las compensaciones por los perjuicios ocasionados a la provincia por el acueducto Tajo-Segura.
Que la ejecución de las obras podía avanzar rápidamente se confirmó cuando unos meses después el Boletín Oficial del Estado publicó una orden por la que se aprobaba el proceso de expropiación de los terrenos a los que iba a afectar la construcción del embalse. Se trataba, aproximadamente, de 4.000 fincas rusticas pertenecientes a unos cuatrocientos propietarios de los términos de El Sotillo, Torrecuadrada y el Val de San García. (Boletín Oficial del Estado, 21 de marzo de 1975).
Sin embargo, las previsiones optimistas de las autoridades sobre la conclusión de las obras y la puesta en funcionamiento de la presa tardarían muchos años en cumplirse. Recordemos que la construcción de la presa y el embalse de La Tajera se aprobó como consecuencia, a su vez, de la puesta en funcionamiento del trasvase Tajo-Segura que llevaba las aguas de la cabecera del primer río al sudeste español. En estos años desde su aprobación el trasvase comenzó a ejecutarse pero las obras compensatorias quedaban varadas pese a estar aprobadas oficialmente, como hemos visto, desde el año 1974.
Este retraso provocó que tanto en la provincia de Guadalajara como en la Comunidad Autónoma de Madrid se registraran y se expresara, con motivo, la preocupación por el retraso de unas obras que se habían aprobado ¡una década antes! El semanario Flores y Abejas recogía el 27 de marzo de 1985 una información en la que las asociaciones sectoriales de la provincia -Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos y Jóvenes Agricultores de Guadalajara- planteaban sus reivindicaciones, consistentes en un plan de regadío con 7.000 nuevas hectáreas, de las que 850 correspondían al Tajuña Alto, en Moranchel, Masegoso y Valderebollo. Además en el Tajuña medio, en los pueblos de Romancos, Tomellosa, Valfermoso, Romanones, Horche, Armuña de Tajuña, Aranzueque, Loranca, Pezuela, Fuentenovilla y Mondéjar se planteabann dos canales desde Romancos con un caudal de 2 metros/segundo.
En el texto de la información se señala que una vez regulado el río Tajuña por la presa de La Tajera, podría chocar con otros intereses al consumir el agua que Madrid pretende para sus 5.000 has. de regadío en esta cuenca o con el proyecto del trasvase desde la presa de La Tajera al pantano de Entrepeñas para después llevársela a Murcia. Manuel Portillo, [Presidente provincial de Asociacion Provincial de Agricultores y Ganaderos comentando este particular fue explicito: El agua primero es de Dios, después de los santos, y el agua de Guadalajara debe ser prioritariamente de Guadalajara.
El semanario recoge la preocupación de los agricultores de Guadalajara por el retraso en la construcción de la presa al tiempo que plantean su derecho prioritario a las aguas del futuro embalse cuyo retraso, como era previsible, también preocupaba aguas abajo en los municipios ribereños del Tajuña de la Comunidad Autónoma de Madrid. En la edición del ABC del 9 de abril de 1986 aparecían unas declaraciones del alcalde de Chinchón, Jesús del Nero:
(…) El alcalde de Chinchón. Jesús del Nero, ha manifestado a ABC la necesidad imperiosa de que sean terminadas las obras de construcción del embalse de La Tajera. La regularización del río Tajuña, la limpieza y encauzamiento, la mejora del regadío actual y la posibilidad de ampliación de la zona regable dependen en buena parte, de que esa presa sea construida en su totalidad, afirmó.
Los requerimientos y las declaraciones apremiando a las administraciones para que cumplieran su compromiso con los habitantes de los pueblos ribereños del río Tajuña se repitieron en estos años con asiduidad en los medios de comunicación. En 1987 el gobernador civil de Guadalajara, José de la Puente, se reunió con los responsables de la Confederación Hidrográfica del Tajo para analizar y repasar los proyectos de la CHT en la provincia. Respecto a la presa de La Tajera se informaba desde el Gobierno Civil que ya ha sido adjudicada y se espera que sus obras den comienzo próximamente. (Flores y Abejas, 18 de febrero de 1987).

Obras de construcción de la presa de La Tajera (Fuente: Iagua)

También en el Congreso de los Diputados se planteó el problema del retraso en las obras de construcción de la presa. En una comparecencia ante la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación del presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), Martín Pantoja, para informar del grado de cumplimiento de las previsiones contenidas en la normativa que regula el aprovechamiento conjunto del Tajo-Segura, el máximo responsable de la CHT afirmo en primer lugar que:
Los nuevos regadíos del Tajuña es una obra que está en estudio de viabilidad por la correspondiente Comisión Técnica Mixta.
Respecto al embalse y presa añadió que:
El embalse de La Tajera sobre el río Tajuña, es una obra que está en ejecución. Comenzó en mayo de este año, mejor dicho, más que comenzó se reinició, porque era una obra rescindida en su momento. Su terminación está prevista para 1990, comporta un presupuesto de 645 millones de pesetas y ya se había invertido en la obra anterior unos 265 millones. (Diario de sesiones del Congreso de los Diputados, Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación 1 de diciembre de 1987).
Cómo la realidad, tan terca confirmó, tampoco se cumplió la fecha de 1990 a la que se comprometió en sede parlamentaria el presidente de la CHT. Habría que esperar a 1993 para que, por fin, la presa de La Tajera entrara en funcionamiento. Lamentablemente, el retraso de más de dos décadas en la construcción de la obra no sería el único problema del nuevo embalse y como veremos en la próxima semana, en la conclusión de esta serie de post, la Tajera aún reservaba alguna sorpresa en su ya larga y agitada historia.


Vista aérea de la presa de La Tajera


Fuentes y bibliografía

  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
  • Estudio de las inundaciones históricas del río Amarguillo. Potenciano de las Heras, Ángela. Memoria presentada para optar al grado de doctor. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias Geológicas. Departamento de Geodinámica. Madrid, 2004.
  • Avance de un Plan General de Pantanos y Canales de Riego, redactado por el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Año de 1899. Imprenta y fundación democrática de los Hijos de J. A. García. Madrid, 1899.
  • Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, Tomo XXVIII Tomo VIII. Segunda Serie (1906). Madrid, Tipografía de la viuda de M. Tello. Madrid, 1906.
  • Periódicos y publicaciones citadas en el texto.

martes, 19 de junio de 2018

La Tajera, el embalse que regula las aguas del Tajuña (III)

Después de que en el año 1966 se iniciaran los sondeos previos a la construcción de la presa de la Tajera y de ya se hubieran expropiado parte de los terrenos que ocuparía el embalse, parecía que el proyecto de regulación del cauce del Tajuña entraba en su fase definitiva. Como el tiempo se ocupó de demostrar no fue así. Aunque los trámites administrativos siguieron avanzando, lentamente, aún habrían de pasar muchos años antes de que se construyera el pantano. Y eso a pesar de que el proyecto era una reivindicación histórica de todos los habitantes que vivían en la ribera del río.

El 12 de septiembre de 1968 el Consejo de Ministros autorizó la realización de los estudios de viabilidad para la construcción de la presa de La Tajera. Este acuerdo dio pie a que el semanario Flores y Abejas planteara en su portada de la edición del 17 de septiembre:
¿Ha comenzado el gran momento de Guadalajara?, la pregunta está en el aire aunque inclinada a una respuesta afirmativa. ¿La razón? Entre otras muchas, ya conocidas, esta decisión del Consejo de Ministros, en su última reunión de aprobar la redacción de los correspondientes estudios de viabilidad para la construcción de la presa y pantano de La Tajera, así como la zona regable de la cuenca del río Tajuña.
La publicación semanal añadía las características previstas para el futuro pantano:
(…) la regulación del cauce del Tajuña y su cuenca podría extender el regadío actual de las 800 hectáreas que se totalizan (…) a un riego racional y completo de las 2.950 que siguen un régimen eventual y problemático, y a las 3.850 en que se cifra la ampliación posible, con un total de 7.600 hectáreas de estratégico emplazamiento y condiciones óptimas.
(…) ¿… es este un anticipo de lo que Guadalajara va a recibir como compensación a su postura lealmente colaboracionista en el proyecto de irrigar el sudeste español?
La ampliación hasta las 7.600 hectáreas de la superficie de riego de la cuenca del Tajuña en la provincia de Guadalajara –cifra que nunca llegaría a alcanzarse- se planteaba ya como una consecuencia o compensación, a la postura colaboracionista de la provincia tras la aprobación del trasvase de las aguas del Tajo a la cuenca del Segura.
Esta compensación por la cesión de las aguas del Tajo al sudeste español no era un asunto menor para los habitantes de la provincia de Guadalajara y, por extensión, también para los pueblos madrileños regados por el Tajuña. Unas semanas después, otro semanario de Guadalajara Nueva Alcarria se refería en el número publicado el 11 de octubre de 1968 a este controvertido tema y señalaba que la aprobación de la presa de la Tajera respondía a las compensaciones por no oponerse al trasvase Tajo-Segura. También resaltaba:
(…) el fundado temor, que el informe sindical recogía, de que el Tajuña, juntamemente con el Henares y demás afluentes del Tajo, pudieran ser considerados como corriente de garantía o reserva para las zonas de regadío de este río en las provincias de Madrid y Toledo, en cuyo caso Guadalajara hubiese resultado doblemente perjudicada por el trasvase y por la protección a las zonas regables de estas provincias.
Por las mismas fechas, en un periódico de difusión nacional, el ABC, también dedicaban un espacio a la presa de La Tajera tras la aprobación por parte del Consejo de Ministros de los estudios de viabilidad del embalse y apuntaban a los beneficios del proyecto en las dos provincias por las que discurría el Tajuña:
(…) el gran beneficio de este embalse será la ampliación de los regadíos en su cuenca, tanto en la provincia de Guadalajara como la de Madrid. En lo que se refiere a la nuestra [Guadalajara], los regadíos podrán ser aumentados en unas 5.000 hectáreas. En el informe elevado por el Consejo Económico y Social extraordinario ante el trasvase del Tajo al Segura, al solicitar la construcción de este embalse se hacía constar que la cuenca del Tajuña constituye el segundo gran eje de expansión agraria de Guadalajara, después de la del Henares; en la provincia de Madrid, al quedar garantizado el riego regulado de las vegas existentes entre Carabaña y Titulcia, se crearían auténticas huertas de la gran urbe.

Información publocada en la prensa de Guadalajara sobre la presa de La Tajera

Destino prioritario de las aguas del pantano de La Tajera
Pese a que en la provincia de Guadalajara se apuntaba al aumento de los regadíos en la cuenca del Tajuña como una de las principales consecuencias de la construcción de de La Tajera, en esos años aún no estaban claramente definido el destino de las aguas embalsadas por la presa proyectada y así se reflejaba en el Boletín Oficial de la Provincia de Guadalajara cuando se sacó a información pública, como era preceptivo, el anuncio del anteproyecto del pantano. Así aparecía publicado en el semanario Nueva Alcarria, en su edición del 19 de mayo de 1969:
Informa de la publicación en el Boletín Oicial de la Provincia de Guadalajara el anuncio de la , el anuncio de laq Confederación Hidrográfica del Tajo:
(…) en relación con el anteproyecto del pantano de La Tajera, en el Tajuña, que se saca a información pública, en un plazo de treinta días pudiéndose presentar reclamaciones en las alcaldías de El Sotillo, Val de San García, Torrecuadrada del Valle, Renales y Torrecuadradilla, así como en la citada confederación.
El embalse ocupará parte de los citados términos municipales y su destino es contener avenidas de agua, mejorar regadíos, producción eléctrica y posible trasvase al pantano de Entrepeñas.
Ni la producción eléctrica, ni el posible trasvase al pantano de Entrepeñas, para compensar a la cuenca del Tajo por el trasvase al Segura, se concretarían finalmente cuando en la década del noventa del pasado siglo se construyera el pantano, pero en la etapa inicial del proyecto estas circunstancias no estaban ni mucho menos descartadas. De hecho, así se apuntaba en el diario ABC el 21 de mayo de 1969:
(…) el trasvase anunciado [del Tajuña al pantano de Entrepeñas] no será una obra costosa, pues desde el emplazamiento de la presa a la cola del embalse de Entrepeñas en Trillo, apenas hay veinte kilómetros y la topografía de la zona no obligará a grandes obras.
(…) Por el momento ignoramos el volumen de agua a trasvasar del Tajuña al Tajo y las repercusiones que este proyecto pueda tener en los planes de ampliación de los regadíos en la cuenca del Tajuña. Tampoco creemos que la aportación del Tajuña a Entrepeñas pueda servir de eficaz compensación con los caudales trasvasados a la cuenca del Segura. Es de suponer que el anteproyecto de la presa de La Tajera aclarará estas dudas.
En la definición de las prioridades a la hora de fijar el aprovechamiento de las aguas del embalse de La Tajera tuvo un importante papel el Consejo Económico Sindical de Guadalajara. Esta institución, ese reunió en junio de 1969 en Brihuega, una de las localidades más importantes de las que atraviesa el Tajuña en la provincia de Guadalajara. El semanario Nueva Alcarria, informaba así de las conclusiones de esa reunión respecto al proyecto del nuevo embalse:
(…) Tercera conclusión: Solicita, como condición fundamental y previa a cualquier aprobación, el cambio de orden en la prelación establecida para las dos restantes finalidades de la construcción del embalse –aprovechamiento del caudal para regadíos y producción de energía eléctrica- por entender que el actual, en el que aquellos se invierten lesionan seria y definitivamente intereses económicos de Guadalajara, al no considerar, estudiar y agotar –por dar preferencia al aprovechamiento hidroeléctrico-, la racional explotación de las grandes posibilidades agropecuarias de la cuenca del Tajuña mediante la mayor extensión del regadío en ella.
Cuarta. Proponer no se acometa la redacción del proyecto definitivo hasta tanto no se culminen los estudios de viabilidad aprobados por el Consejo de Ministros del 12 de septiembre de 1968 (…) así como que en estos estudios se contemplen como preferentes, principales y urgentes los intereses económicos sociales de Guadalajara.
Los asistentes a la reunión propusieron el siguiente orden de aprovechamientos del embalse:
Laminación de avenidas
Regulación del cauce
Ordenación y ampliación de regadíos
Aprovechamiento hidroeléctrico.
(…) Respetando las actuales concesiones en las provincias de Guadalajara y Madrid, para riegos y su posible ampliación, utilizar el caudal del río Tajuña para posibilitar la transformación de toda su cuenca en la provincia de Guadalajara, aumentando la zona regable, mediante la previa construcción de los canales necesarios.
Informar favorablemente el proyecto de trasvase del caudal a Entrepeñas para aprovechamiento hidroeléctrico, siempre que aquel se concrete rigurosamente a excedentes del embalse de La Tajera (…).
Desarrollar al máximo de sus posibilidades los regadíos del Tajuña aguas arriba del teórico emplazamiento de la presa.
Llevar a cabo idéntica acción en la cuenca aguas debajo de la presa, hasta su confluencia en la provincia de Madrid.
Incluir en su día, en el proyecto definitivo, las legítimas aspiraciones de la provincia de Guadalajara, vertidas en la presente ponencia y no suficientemente recogidas en el anteproyecto. (Nueva Alcarria, 14 de junio de 1969)
En esta reunión, aunque se habla de respetar las actuales concesiones en las provincias de Guadalajara y Madrid,l lógicamente resulta prioriraio para los asistentes el interés de la provincia de Guadalajara. Entre las conclusiones se relega al último lugar el aprovechamiento hidroeléctrico de las aguas del embalse en proyecto, a favor de los nuevos regadíos en la provincia, pero no se descarta, curiosamente, el posible trasvase al embalse de Entrepeñas para aprovechamiento hidroeléctrico, siempre que aquel se concrete rigurosamente a excedentes del embalse de La Tajera (…).
Lejos estaban en junio de 1969 de adivinar que el embalse de La Tajera, desde que se inauguró en 1993 difícilmente ha tenido excedentes y que, al contrarío, casi nunca ha estado cerca de su capacidad máxima de 64 hectómetros cúbicos.


Fuentes y bibliografía

  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
  • Estudio de las inundaciones históricas del río Amarguillo. Potenciano de las Heras, Ángela. Memoria presentada para optar al grado de doctor. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias Geológicas. Departamento de Geodinámica. Madrid, 2004.
  • Avance de un Plan General de Pantanos y Canales de Riego, redactado por el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Año de 1899. Imprenta y fundación democrática de los Hijos de J. A. García. Madrid, 1899.
  • Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, Tomo XXVIII Tomo VIII. Segunda Serie (1906). Madrid, Tipografía de la viuda de M. Tello. Madrid, 1906.
  • Periódicos y publicaciones citadas en el texto.

martes, 12 de junio de 2018

La Tajera, el embalse que regula las aguas del Tajuña (II)

Según vimos la pasada semana, la propuesta de levantar una presa que regulara el curso del Tajuña aguas arriba de Ambite aún tardaría mucho en llevarse a cabo. Hasta que finalmente se levantó la presa, en el término municipal de El Sotillo, y se pusiera en funcionamiento en 1993, la regulación del Tajuña fue una reivindicación que periódicamente surgía en las tierras alcarreñas y madrileñas que atraviesa el ríodesde su nacimiento entre Clarés y Maranchón y su desembocadura en Titulcia..

Como vimos la pasada semana, coincidiendo con el final de siglo el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos planteaba la construcción de una presa en el término de Ambite para aumentar los riegos en las vegas de Perales, Morata, Chinchón y Titulcia. Esta iniciativa, de la que lógicamente también se habrían beneficiado las vegas y los vecinos de Orusco, Carabaña y Tielmes, contemplaba un embalse de 4.000.000 de metros cúbicos (4 hectómetros), nunca llegó a superar la fase de la propuesta del Cuerpo de Ingenieros pero, al menos, puso sobre la mesa la necesidad de regular las aguas del Tajuña, un río que periódicamente, como también vimos la pasada semana, se desbordaba y provocaba la pérdida de cosechas.
Pasarían varios años hasta que la construcción de un embalse en la ribera del Tajuña se plasmara en algún documento oficial. La obra, sin embargo, si que formaba parte de las reivindicaciones históricas de las provincias de Guadalajara y Madrid. En 1923, una publicación de contenido económico, El Financiero, planteaba en su número de mayo las carencias en infraestructuras para el regadío de la provincia de Guadalajara:
(…) el regadío se encuentra poco intensificado; no poseemos mas canal que el del Henares, y sólo un pantano en construcción, pero existen zonas que, de emprender una verdadera política agraria, serían en pocos años emporios de riqueza; tal sucede en la cuenca del río Tajuña, y muy especialmente en el término de Cifuentes (…).
La propuesta de mejorar el regadío en el entorno de la localidad de Cifuentes, muy cercana al lugar donde setenta años después se levantaría la presa de La Tajera, no fue la única de los años 20 del pasado siglo. Otra publicación editada en Guadalajara, La Palanca, se hacía eco de la intención de la dictadura encabezada por Primo de Rivera de actuar en el curso del río Tajuña:
(…) Pronto comenzarán los estudios y trabajos de organización para confederar a todos los interesados de los términos de la Cuenca del Tajuña, y una vez constituida esta nueva agrupación o Sindicato de regantes, solicitar el auxilio y aprobación del Estado, que se ha de conseguir, pues el gobierno protege todas estas obras hidráulicas que benefician a las regiones y redundan en la prosperidad y engrandecimiento de la patria. (La Palanca, Guadalajara 31 de julio de 1929).
Los habitantes que vivían en los pueblos ribereños del Tajuña aún verían publicadas varias propuestas más sobre futuras e hipotéticas iniciativas de obras hidráulicas en el río antes de la guerra civil. Una de ellas, que contaba con el aval del Ministerio de Obras Públicas de la época, incluía la mejora de los regadíos en la cuenca del Tajuña en un plan que tampoco se llevó a cabo. En el texto de este plan, publicado por el semanario La Industria Nacional, aparecían las obras proyectadas en todas las cuencas españolas con carácter urgente. En la denominada División del Tajo, los proyectos ministeriales señalaban:
(…) 4.° Reconocimiento de la cuenca del Tajuña, vertiente del Guadarrama y demás afluentes, estudiando la regulación y. aprovechamiento de sus aguas en la mejora de riegos existentes y nuevos canales o acequias en la región de Torrelaguna.
El texto finalizaba con una nota en la que indicaba que estos proyectos se someterían a distintos estudios agronómicos que serán acometidos inmediatamente para ofrecer base de estimación y orden de preferencia en estos trabajos. Ofrecerán también elemento para la debida determinación de las características esenciales de las principales obras. (La Industria Nacional, 31 de julio de 1932). Tampoco estos proyectos pasaron del papel y de las buenas intenciones a la práctica, bien por falta de presupuesto o por la falta de iniciativa política de las distintas administraciones.

Superficies de riego del río Tajuña en la provincia de Madrid a comienzos del siglo XX

La regulación del río Tajuña tras la guerra civil
La guerra civil significó la paralización de todos estos proyectos hidráulicos que, lógicamente, aunque seguían siendo necesarios par la cuenca del Tajuña y para el desarrollo de su economía difícilmente podían llevarse a cabo. Incluso al finalizar la guerra, ya en la década de los cuarenta del pasado siglo, los agricultores y vecinos de los pueblos alcarreños y ribereños mantenían viva la reivindicación de mejorar los regadíos de los pueblos aledaños al Tajuña y regular su curso para evitar las temidas avenidas pero la economía nacional tenía otras prioridades en un país arrasado por la contienda.
No obstante, en agosto del año 1946, el Boletín Oficial de la Provincia de Guadalajara ya se refería al pantano en el Tajuña como una de las obras incluidas en el plan de Cuenca del Rio Tajo. Casi un año después, en febrero de 1947, la misma publicación se refería también a un proyecto de obra de derivación de aguas del río Tajuña, solicitado por una industria de Brihuega, que no afectaba directamente –según se señalaba literalmente- a ninguna obra de sus planes, si bien estaba en estudio el pantano de la Tajera, aguas arriba de esta toma, por lo que puede ocurrir que en alguna época el río no lleve el caudal suficiente para derivar las que se solicitan (…). En este texto aparece por primera vez, de todos los documentos que hemos encontrado, la denominación de pantano de La Tajera, para nombrar al embalse que debía de regular las aguas del Tajuña.
Aparte de estos textos publicados en el Boletín Oficial de la Provincia de Guadalajara, en la entonces provincia de Madrid también aparecían regularmente informaciones en cuyo contenido se reflejaba el problema de la falta de regulación del cauce del Tajuña. El 3 de mayo de 1953, el periódico ABC publicaba una información titulada La escasez de agua para riego en la vega del Tajuña, que trataba sobre este problema:
El delegado provincial de sindicatos ha recibido a los alcaldes y jefes de las Hermandades de Labradores de los pueblos de Chinchón, Morata de Tajuña, Perales, Tielmes, Carabaña, Orusco, Ambite y Titulcia, todos enclavados en la vega del Tajuña, quienes expusieron el grave problema de carácter social y económico que planteó a los regantes la escasez de agua en el río durante los meses de verano, por lo que se solicita que no se otorguen concesiones a los pueblos situados aguas arriba, mientras no se reconozcan y activen los derechos legales de la comunidad.
La Comisión fue recibida también por el gobernador civil, a quien también le fue expuesto el problema.
En este caso, los pueblos madrileños ribereños del Tajuña planteaban su preocupación por la posibilidad de que las aguas del río fueran destinadas a nuevos regadíos en tierras alcarreñas, tras los periódicos problemas de sequía que padecían las vegas de las localidades que aparecían en la noticia publicada por el diario madrileño.
Sin embargo, tanto los pueblos de Guadalajara como los de Madrid aún tardarían en ver cumplido su propósito. En la década de los sesenta del pasado, en pleno desarrollismo del régimen el embalse de La Tajera aparecía regularmente como un proyecto inminente. En estos años, en la provincia de Guadalajara y, particularmente en la cabecera del Tajo, era un territorio donde se planteaban obras emblemáticas para el régimen: la primer central nuclear española y el avance del futuro y polémico trasvase Tajo-Segura. Es en este contexto histórico, económico y social donde vuelven a aparecer noticias sobre el pantano de La Tajera. En 1966 es de nuevo el diario ABC el que incluye la noticia de la futura construcción de la presa y el pantano en el cauce del Tajuña:
Nuevo embalse en el partido de Cifuentes (Guadalajara).
Guadalajara, 30. Un nuevo embalse, cuyos trabajos de sondeo ya han comenzado, será construido en la provincia de Guadalajara.
Se trata del embalse de La Tajera, en la cabecera del río Tajuña, en término de El Sotillo, partido de Cifuentes. El nuevo embalse embalsará 60 millones de metros cúbicos y permitirá regular el caudal del río, eliminando el riesgo de futuras avenidas y aumentando el sistema de regadíos de su cuenca. (ABC, 1 de diciembre de 1966)
En un semanario de Guadalajara, Nueva Alcarria, también reflejaban en sus páginas la noticia de los trabajos de sondeo del nuevo pantano. Uno de sus redactores, aparte de destacar el impacto que supondría para el regadío en la provincia el embalse de La Tajera también veía otro aspecto positivo en la construcción de la presa:
Este embalse de El Sotillo dará una nueva fisonomía a una parte de la provincia, la de la meseta alcareña que la necesitaba mucho. El milagro del agua puede servir para incrementar los regadíos, y al mismo tiempo, para ofrecer a la gran corriente circulatoria que cruza en ambas direcciones por una de las carreteras de mayor tránsito de España, una serie de alicientes naútico-deportivos de primera categoría.
Dentro de unos años, si el pantano se convierte en una gozosa realidad, toda esa zona estará llena de hoteles y de campings, con lo que la provincia de Guadalajara se convertirá en la zona turístico-residencial más importante del centro de España. (Nueva Alcarria, 3 de diciembre de 1966).

La Nueva Alcarria publica en portada la construcción de la presa de la Tajera

El impacto turístico de la construcción de la presa y el embalsamiento de las aguas del río en El Sotillo que destacaba el periodista de Nueva Alcarria era un intento de asimilar estas obras en el Tajuña a las que se hicieron en la cabecera del Tajo con los embalses de Buendía, Valdepeñas y Bolarque, una zona que se promocionó como el Mar de Madrid. La promoción turística era un intento de aminorar el impacto social que significó la futura construcción del embalse en el entorno de El Sotillo, Torrecuadrada y el Val de San García, cuyas vegas serían anegadas por las aguas represadas, y que ya desde los años 50, sufrían un preocupante proceso de despoblación que se acentuó cuando, en los primeros años sesenta, se produjeron los primeros expedientes de expropiación de terrenos para la construcción del embalse.


Fuentes y bibliografía

  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
  • Estudio de las inundaciones históricas del río Amarguillo. Potenciano de las Heras, Ángela. Memoria presentada para optar al grado de doctor. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias Geológicas. Departamento de Geodinámica. Madrid, 2004.
  • Avance de un Plan General de Pantanos y Canales de Riego, redactado por el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Año de 1899. Imprenta y fundación democrática de los Hijos de J. A. García. Madrid, 1899.
  • Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, Tomo XXVIII Tomo VIII. Segunda Serie (1906). Madrid, Tipografía de la viuda de M. Tello. Madrid, 1906.
  • Periódicos y publicaciones citadas en el texto.

miércoles, 6 de junio de 2018

La Tajera, el embalse que regula las aguas del Tajuña (I)

El año 1993 comenzaba a llenarse el embalse de La Tajera, la obra hidráulica que venia permitía, por fin, regular las aguas el río Tajuña. El nuevo embalse, construido en compensación por el trasvase de las aguas del Tajo al Segura, era una antigua reivindicación de los habitantes de los pueblos ribereños del Tajuña. Inicialmente, la construcción del embalse perseguía no sólo regular el curso del Tajuña y evitar las avenidas, sino también aumentar los regadíos, producir energía hidroeléctrica y hasta un posible trasvase de las aguas del Tajuña al Tajo.





La regulación de las aguas del Tajuña fue un antiguo y reiterado anhelo de los pueblos asentados en las riberas del río, tanto en su recorrido por tierras alcarreñas, desde su nacimiento en Maranchón, como en su discurrir por la comunidad autónoma de Madrid hasta su desembocadura en el Jarama en las proximidades de Titulcia.
Casiano del Prado, habla de las avenidas del Tajuña en su obra Descripción física y geológica de la provincia de Madrid, hace una descripción
del Tajuña del que afirma:
(…) es el río de cauce mejor regulado de la provincia, sin embargo en las grandes avenidas sale de madre y hace algún daño, aunque a veces sucede también que beneficia la tierra con el limo que deja (…). Pero este supuesto beneficio no compensaba en absoluto los perjuicios creados por las riadas y avenidas, tan frecuentes cuando el caudal del río no estaba regulado.
Ángela Potenciano, en su Estudio de las inundaciones históricas del río Amarguillo (Toledo), cita varias fechas en las que se produjeron inundaciones y avenidas en ríos de la cuenca del Tajo. En lo que se refiere a la cuenca del Tajuña, la autora enumera las siguientes fechas:
1877- Inundaciones en Carabaña, Tielmes, Brihuega, (…) por altas precipitaciones.
1892- Morata de Tajuña, Chinchón, (…) lluvias in situ, tormentas, pedrisco
1941- Arganda, Titulcia y Tielmes
1947-Entre el 2 y el 6 de marzo avenidas en los ríos Tajo, Tajuña, Jarama, Henares, Manzanares y Alberche
1948- Avenidas en el río Tajuña.
1978-En los meses de febrero, marzo, abril y mayo se registraron avenidas en el río Tajuña, aforándose caudales de 35 m3/seg. a su paso por Loranca.
1989- En diciembre se registraron avenidas generalizadas en los ríos Henares, Jarama, Guadarrama, Manzanares, Tajuña, Tiétar y Alagón.

El río Tajuña desbordado a su paso por Perales  en 1960 
(Fotografia Archivo Regional de Madrid)

Si nos ceñimos a inundaciones en los pueblos de la ribera del Tajuña en la Comunidad de Madrid, también están documentadas avenidas importantes en el siglo XIX. En 1855, en el curso de una grave crisis provocada por una epidemia de cólera, las aguas del Tajuña se desbordaran tras una gran tormenta:
Perales de Tajuña, 31 de agosto
Cuando íbamos respirando un poco del pánico que se había apoderado de estos infelices habitantes en el triste periodo de mes y medio que ha reinado en el pueblo el cólera, llevándose entre pequeños y grandes 82 personas, y que por la misericordia de Dios nos encontramos enteramente libres de esta terrible calamidad, en la noche de ayer 30 ha venido a aumentar su aflicción y desconsuelo otra no menos lastimosa cual es una fuerte y terrible avenida del Tajuña, no conocida hace más de un siglo, que ha inundado y perdido por completo todos los frutos y legumbres de su hermosa vega, ocasionando la ruina de muchas familias, de casi todo el pueblo, que no cuentan para su subsistencia con otros arbitrios y recurso que sus pobres esquilmos, como dicen ellos, encontrándose en idéntico y triste caso los pueblos de Carabaña, Tielmes, Morata y Bayona de Tajuña. (La Esperanza, 3 de septiembre de 1855).
En el caso concreto de Morata, Jesús Antonio de la Torre, en su libro sobre la Historia de Morata, también hace referencia a grandes riadas ocasionadas por el Tajuña en el siglo XVII. La primera de ellas, ocurrida en 1629, significó la pérdida de la cosecha. Unos años después, en 1643, la riada y el desbordamiento del Tajuña provocó no sólo la pérdida de las cosecha sino también que la vega quedara colmada de los limos arrastrados por el río.
Ya en el siglo XX, una tormenta desencadenada el 3 de septiembre de 1906 provocó graves inundaciones en el casco urbano y en la misma vega de Morata, según informaba El Imparcial en su edición del 6 de septiembre de 1906:
(…) Desde una preminencia, se ve la vega arrasada totalmente, cubiertos sus sembrados de légamo y aguan en una extensión de bastantes kilómetros. La arroyada no ha respetado nada, arrastrando en su corriente impetuosa, (…) enormes peñascos del monte, compactas masas de granizo y avalanchas de tierra, que bajaban con ruido ensordecedor por las vías que atraviesan el pueblo hasta llegar a la vega, convertida en inmenso lago.
Además de para prevenir las avenidas y para regular el cauce del río, los proyectos de mejorar los regadíos en la cuenca del Tajuña también se plantearon en siglos pasados. Un experto agrónomo y, a la vez, alcalde de Morata, José de Hidalgo Tablada, se ocupó a mediados del siglo XIX de la posibilidad de regular y mejorar los riegos en los pueblos aledaños al Tajuña en la entonces provincia de Madrid. En 1861, a instancias de la Corona encabezada por Isabel II, se encargó a Hidalgo Tablada la redacción de un estudio para mejorar el regadío en los pueblos de la ribera baja del Tajuña. El periódico La España, en su edición del 25 de abril de 1861, informaba de la resolución, incluida en la Gaceta de Madrid:
(…) autorizando a Don José de Hidalgo Tablada, residente en Morata de Tajuña, para que practique los estudios de uno o varios canales derivados del río Tajuña, y los de rectificación y prolongación de alguno de los existentes para fertilizar los terrenos de Perales, Morata, Chinchón y Bayona, en esta provincia.
Fomento—Por Real orden de 20 de abril (Gaceta de 24), se autoriza a D. José Hidalgo Tablada, residente en Morata de Tajuña, para que en el término de un año practique los estudios de uno ó varios canales derivados del rio Tajuña, y los de rectificación y prolongación de algunos de los existentes para fertilizar los terrenos de Perales, Morata, Chinchón y Bayona, en esta provincia; en la inteligencia de que por la presente autorización no adquiere el interesado derecho alguno a la concesión definitiva de la obra, si no se estima conveniente, ni a indemnización de ningún género por los trabajos que practique.
Madrid, 20 de abril de 1861
Primera referencia documental de un pantano en el río Tajuña
Al margen de estos proyectos de mejora de los regadíos, que obviamente exigían algún tipo de regulación del cauce del Tajuña, el primer proyecto documentado sobre una actuación destinada a regular el cauce del río Tajuña apareció en un trabajo elaborado por el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos que se publicó en 1899.
Este trabajo, publicado con el título de Avance de un Plan General de Pantanos y Canales de Riego, incluía las propuestas de este grupo de profesionales para mejorar la regulación de los ríos en todas las cuencas españolas y, además, un programa de construcción de canales que propiciaran la modernización y la mejora de la rentabilidad de la agricultura española.
En la justificación de su trabajo los ingenieros españoles de finales de siglo hacían hincapié en la necesidad de este programa regeneracionista:
(…) más en España, hay que convencerse de que es indispensable establecer el riego artificial si se ha de sacar el debido resultado de las condiciones que su clima ofrece.
(…) Una paulatina implantación de los riegos en multiplicados puntos y en pequeña escala, empezando por mejorar y ampliar los actuales, y extenderlos luego a nuevas zonas; una prudente protección dispensada por el Estado para favorecer por distintos medios el establecimiento del riego, de los beneficios del cual ha de ser el primer partícipe y sobre todo una perseverancia sin desfallecimientos (…), son los medios que racionalmente deben emplearse para salvar la dificultad que se opone al establecimiento de los riegos, estando persuadidos de que su eficacia habrá de ser confirmada por los hechos.
(…) El avance del plan adjunto (…) consta de dos partes, -según la propuesta de los ingenieros- comprendiendo la una indicaciones relativas a un plan de pantanos destinados al fomento de los riegos principalmente, pero que según se ha dicho al regularizar las corrientes amenguará los perjuicios que las avenidas ocasionen y permitirá los aprovechamientos de energía hidráulica en mejores condiciones que en la actualidad.
Para completar su trabajo, el Cuerpo de Ingenieros planteaba las actuaciones concretas en cada una de las cuencas españolas agrupadas por provincias. En la provincia de Madrid, entre otras obras hidráulicas, proponían los ingenieros de Caminos, Canales y Puertos la construcción de un embalse en el río Tajuña, en el término de Ambite, de 4 millones de metros cúbicos de capacidad para, según se afirmaba textualmente, aumentar los riegos actuales en las vegas de Perales, Morata, Chinchón y Titulcia.



Propuesta de construcción de pantanos en la provincia de Madrid, en el año 1899, que incluye un embalse de 40 hectómetros cúbicos en el río Tajuña

Esta propuesta, realizada en un momento histórico caracterizado por una profunda crisis política, social y económica –la propuesta del Plan General de Pantanos y Canales de Riego se hace pública un año después del año del Desastre y de la pérdida de Cuba- quedó en simple proyecto para la mayoría de las obras hidrológicas planteadas, entre ellas, como es patente, el pantano que regularía el caudal del río Tajuña. Sin embargo, que el Estado no dispusiera de los recursos económicos necesarios para afrontar la política hidrológica que necesitaba el país, no significa que, la regulación del Tajuña cayera en el olvido de los habitantes de sus riberas. Los periódicos de la época también se hicieron eco de estos proyectos. Es el caso de La Dinastía, que el 3 de mayo de 1899 publicaba la siguiente información:
Pantano en el Tajuña. El río Tajuña, cuyo cauce es bastante regular, es el mejor aprovechado para riegos en la provincia de Madrid, distribuyéndose sus aguas en varias acequias en unas 2.500 hectáreas de terreno situado en las vegas de Perales, Morata, Chinchón y Titulcia. Su caudal, que en épocas de estiaje es de 1.500 a 1.800 litros por segundo, es insuficiente para regar tanta extensión de terreno. Motivándose por tal causa serios conflictos. Estas deficiencias podrían evitarse construyendo un pantano de cuatro millones de metros cúbicos de cabida en término de Ambite o en la provincia de Guadalajara, según conviniese.
Resulta evidente que el texto precedente del diario madrileño es una traslación, casi literal, de la propuesta de los ingenieros para la comarca madrileña de la ribera baja del Tajuña en unos años en los que, no lo olvidemos, ya se veía como inminente la llegada del ferrocarril a estos pueblos, lo que unido a el proyectado pantano, podría significar una auténtica revolución en las perspectivas económicas y sociales de sus habitantes.
Unos años después, en 1906, en el Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, al referirse a las zonas regables del Tajuña en la entonces provincia de Madrid, no faltaba una velada alusión a la necesidad de regular las aguas del Tajuña:
(…) Las diferentes acequias que derivan del Tajuña riegan las siguientes extensiones de terreno. En el término de Ambite 91, hectáreas, en el de Orusco, 90, en el ce Carabaña, 570; en Tielmes, 515; en el de Perales, 214; en el de Morata 1.358; en el de Chinchón, 2.583 , y en el de Bayona de Titulcia, 890, resultando así una superficie total de 7.091 hectáreas regables.
Patente queda con solo el ejemplo de los riegos del Henares y Tajuña, dentro de la provincia de Madrid, que siempre que al aprovechamiento de una corriente cualquiera se atribuye mayor superficie regable de la que permite beneficiar la verdadera dotación de agua en estiaje, la empresa se malogra y arruina, pues ni hay suficiente caudal constante para utilizar lo proyectado, ni los regantes encuentran condiciones ventajosas, ni los gastos de construcción se reducen a lo indispensable, viniendo todo a destruir las esperanzas que proyectos de pura teoría hicieron concebir en un principio.
Pese a esta constatación de la necesidad de mejorar y garantizar la superficie regable, aún pasarían muchos años para que se cumplieran las esperanzas de los agricultores ribereños del Tajuña, como veremos en las próximas entregas del blog.

Fuentes y bibliografía
  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
  • Estudio de las inundaciones históricas del río Amarguillo. Potenciano de las Heras, Ángela. Memoria presentada para optar al grado de doctor. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias Geológicas. Departamento de Geodinámica. Madrid, 2004.
  • Avance de un Plan General de Pantanos y Canales de Riego, redactado por el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Año de 1899. Imprenta y fundación democrática de los Hijos de J. A. García. Madrid, 1899.
  • Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, Tomo XXVIII Tomo VIII. Segunda Serie (1906). Madrid, Tipografía de la viuda de M. Tello. Madrid, 1906.
  • Periódicos y publicaciones citadas en el texto.