miércoles, 1 de febrero de 2017

Las calles de Morata y su denominación en el callejero (XXI)


Plaza Mayor (plaza de la Constitución, plaza del Caudillo)

En la entrega de hoy sobre las calles de Morata la dedicamos a la plaza Mayor. Lugar de reunión y centro neurálgico de la villa, la plaza de Morata siempre ha estado presidida por el edificio del ayuntamiento y ha sido, y es, escenario de la mayoría de los acontecimientos festivos y políticos de Morata.


Los acontecimientos más importantes para la villa de Morata siempre han tenido como escenario la plaza Mayor. Ya en el siglo XVI, los vecinos reunidos ante el edificio del concejo tomaron la decisión de comprar por 24.000 ducados los derechos que convertirían a Morata en villa de realengo, dejando así de pertenecer al arzobispado de Toledo. Años después, en 1630 y también al amparo de los soportales de la casa consistorial, los morateños acordaron vender su jurisdicción al marqués de Leganés. El ayuntamiento era, por tanto, lugar de reunión y de toma de las decisiones que afectaban a todos los vecinos.  En una de las primeras noticias que tenemos de las características del ayuntamiento de Morata, del siglo XVIII se habla de  una construcción pequeña y de una superficie menor que la actual. Así lo describen los redactores del Catastro de Ensenada:
(…) una casa de Ayuntamiento que está en la Plaza Pública de esta villa con sala baja y alta, dos cuartos y una cocina, sus portales y corredor, linda por el Norte la calle, por el Poniente y Mediodía casas mesón del conde de Altamira y por el Oriente dicha plaza, que tiene de fachada diez y ocho varas y de fondo catorce, que no se le ha hecho regulación de alquiler por no estar destinada para ese fin.
Las medidas de la fachada y el fondo del ayuntamiento corresponden a un edificio más pequeño que el actual –en el siglo XIX se añadió a su superficie el edificio que ocupaba una de las posadas propiedad del conde de Altamira- y de escaso valor arquitectónico. Era por tanto un edificio modesto pero que, en su estructura, ya contaba con un corredor en el piso superior y con soportales en la fachada de la plaza, al igual que sucede en la actualidad. 
El Ayuntamiento de Morata en ua imagen de comienzos del siglo XX

Estas características no debieron de sufrir muchas modificaciones en los años siguientes. Así se deduce de la descripción que realiza del edificio Juan Diego Arribas  en su libro sobre la historia de Morata:
La Casa- Ayuntamiento, que está situada en la plaza de la Constitución, es un edificio antiquísimo, que no reúne las condiciones que una población de esta importancia debe tener, y la Corporación estaba formando expediente para la construcción de uno ah hoc pero la cantidad, y alguna otra más que tenía economizada para este objeto y hacer otras mejoras de importancia y suma utilidad para el pueblo, ha tenido que destinarla a subvencionar el ferrocarril, mereciendo por este solo hecho los aplausos del vecindario, como los merecerá de toda persona medianamente sensata.
En el texto ya se apunta la intención de los responsables políticos de Morata de acometer las obras necesarias para mejorar la casa consistorial. Estas obras se realizarían a finales del siglo XIX, entre los años 1896 y 1897, y fueron realizadas por Domingo Rodelgo, constructor y propietario también del teatro de la plaza. El proyecto, según se publicó en el diario La Iberia el 26 de abril de 1893, había sido aprobado por la Diputación Provincial, pero no sería hasta el año 1896 cuando se aceleraría el inicio de las obras. El diario de Avisos de Madrid publicó el 8 de agosto el importe de las obras para reformar el ayuntamiento y las escuelas de niños y niñas por un importe de 66.137 pesetas, con una fianza de 3.306 pesetas. A finales de ese mismo mes de agosto de 1896, El Imparcial informaba en una breve nota de prensa:
 En Morata de Tajuña va a comenzar inmediatamente la construcción de un edificio para casa ayuntamiento, escuelas de niños y niñas y habitación a los profesores. Dirige la obra el arquitecto Sr. Argenti. (El imparcial 29 de agosto de 1896).
En estas obras ya se añadió a las dependencias municipales el solar que había ocupado, al menos desde el siglo XVIII, una de las posadas propiedad del conde de Altamira. La que fue posada, con fachada a la actual avenida de la Constitución, fue sustituida por las escuelas de niños y niñas que estuvieron en funcionamiento hasta los años sesenta del pasado siglo y que luego albergarían el salón de plenos y el archivo y el juzgado municipal.
En el centro de la imagen, la plaza Mayor de Morata en una fotografia aérea del año 2014

Otras edificaciones de la plaza Mayor
Además de la casa consistorial, la plaza Mayor contó desde el siglo XVIII con otros establecimientos públicos. Según el Catastro de Ensenada, junto al edificio del Ayuntamiento se levantó otra posada, o mesón, también propiedad del conde de Altamira. En los registros del catastro se citaban a los dos vecinos de Morata que estaban encargados de la gestión de estos locales públicos:
Joseph Berenjeno en su oficio de mesonero ganará en cada un año mil y cien reales y Joseph Carrascosa, en la misma profesión, no se le puede considerar utilidad alguna por ser el mesón que tiene incomodo para las gentes, estar desacreditado y arrendado en más precio de lo que produce.
Joseph Berengeno pagaba por el arriendo del mesón –el situado en la plaza- setecientos reales de vellón, mientras que Joseph Carrascosa como arrendatario de la otra posada -cuyo solar se agregaría al ayuntamiento, como ya hemos apuntado- abonaba anualmente al conde de Altamira 750 reales.
Frente a la fachada norte del ayuntamiento y también con entrada por la plaza Mayor se encontraba el hospital de pobres pasajeros. Esta institución benéfica, fundada por el doctor Vallejo para pobres transeúntes, ocupó hasta el siglo XIX, cuando sus bienes fueron desamortizados, el edificio que posteriormente  se utilizaría como toriles durante los festejos taurinos celebrados con motivo de las fiestas patronales.
Juan Diego Arribas se refería a esta institución en sulibro sobre la historia de Morata:
No contentos los morateños con ejercer la caridad entre sus convecinos, y deseosos de que ésta alcance á los demás desgraciados, tienen también otro hospital (titulado de Vallejo, por ser éste quien legó su casa, á principios del siglo XVI) para tan sublime objeto; hospital que sirve de albergue á los pobres transeúntes, en donde encuentran refugio seguro contra las inclemencias del tiempo.
Para su funcionamiento, esta institución benéfica contaba con unas modestas propiedades, legadas por los vecinos de Morata y por el fundador, con las que se financiaban las labores de caridad de la institución y que eran administradas por un vecino de Morata llamado Francisco Oliva. Según el catastro estos eran los bienes pertenecientes al hospital de transeúntes:
Tierras propias del Hospital que llaman el Antiguo de la Plaza para los pobres pasajeros
Tierras de riego de buena calidad
5 fanegas en los parajes de El Coso, El Burrueco y La Callejuela.
Tierras de secano de mediana calidad
1 ½ en Las Cabrizas.
Las tierras las tiene arrendadas Francisco de Corpa que paga anualmente 156 reales.
Censos a favor
Francisco de Recas y Pedro Niñolero, 6 reales y 12 maravedíes.
Manuela de Cuevas, vecina de Carabaña, 6 reales y 12 maravedíes.
Herederos de Joseph Ruiz Bravo 6 reales y 6 maravedíes.
Jacinto Ortiz, 6 reales y 6 maravedíes.
Joseph Hurtado, 6 reales y 6 maravedíes.
Theresa Lebrero,  4 ½ reales.
Antonio de Corpa, 18 reales.
Marqués de Espinardo, 17 reales y 22 maravedíes.
Antonio de Corpa, 11 reales
Francisco de Peces ,24 reales y medio.
Francisco Perogordo, 26 reales y medio.
Antonio Benavides, 10 reales y 10 maravedíes.
Herederos de Robustiano El Rubio, 6 reales y 6 maravedíes.
Cargas en contra
Tiene de pensión esta hacienda cada año 96 reales de derechos de patrono, mayordomo y hospitalero.
Aparte del edificio de la casa consistorial, de la posada y del hospital de pasajeros, los papeles del catastro incluyen el resto de las propiedades registradas en la plaza Mayor de Morata. Entre estas propiedades se encontraba la casa situada en la fachada sur de la plaza. Esta casa, que pertenecía a mediados del siglo XVIII a Miguel Maesso, con el paso de los años pasaría a albergar el teatro Rodelgo, inaugurado en el mes de diciembre de 1900:
En el inmediato pueblo de Morata de Tajuña se inaugurará mañana el bonito teatro Rodelgo. El distinguido jurisconsulto Carlos Díaz Valero ha escrito para la inauguración un apropósito, que será representado por aficionados de la localidad, destinándose los productos íntegros en beneficio de los pobres. (El Liberal, 29 de diciembre de 1900). El Teatro Rodelgo, tras la guerra civil se reconvirtió en un cine.
La fachada meridional de la plaza se completaba con una vivienda propiedad de Miguel Bello, escribano público del Ayuntamiento de Morata -aunque la entrada de esta casa se encontraba en la calle del Carmen-, y con la carnicería pública, propiedad del Concejo, situada en la esquina con el camino Real a Chinchón donde tenía su entrada:
 (...) las carnicerías públicas de esta villa que están en dicha plaza [Mayor] que se compone del cuarto en que se pesa, un cuarto en que se romanea y un poco de cueva, linda al Norte dicha plaza, al Poniente calle que baja a las eras, al Oriente y Mediodía casa de Miguel Maesso y tiene de fachada catorce varas y de fondo seis, a la que no se le regula alquiler por ser para el abasto público.
En otro apartado del catastro los redactores vuelven a referirse a este establecimiento público cuyos ingresos especifica, así como los beneficiarios de los mismos:
 (...) hay una carnecería propia de esta villa sin que rinda utilidad alguna  mas que la comodidad para vender la carne al pueblo en que tiene el señor de esta villa el derecho de dos maravedíes por razón de alcabalas en cada libra de carne y para su majestad por sus derechos se cargan cuatro maravedíes que suele producir en cada un año tres mil reales y ochocientos mil y quinientos maravedíes
Frente al edificio del Ayuntamiento, en la fachada oriental de la plaza los registros del catastro recogen una única propiedad perteneciente en sus tres cuartas partes a María Ignacia Mexía –la otra cuarta parte pertenecía a su abuela Mariana Jacolé-. Esta vivienda ocupaba no solo la fachada oriental de la plaza sino que también contaba con unos corrales anexos con entrada por la calle del Carmen. Así se describía en el catastro:
(...) tres partes de cuatro de una casa que la otra pertenece a doña Mariana Jacolé, abuela de la dicha, la cual se halla en la Plaza de esta villa, linda al Norte calle que llaman del Toril y al Mediodía corrales y calle que llaman de los Búcares, tiene de frontis treinta y dos varas y de fondo veinte y dos, su habitación en bajo y principal con diferentes oficinas, con una bodega, lagar y cueva y en ella tres cubas y veinte y una tinajas su caber unas y otras dos mil trescientas y noventa arrobas, regulado su alquiler anual en seiscientos reales de vellón
La planta de esta extensa propiedad ha permanecido ahora y se corresponde con los edificios que actualmente pertenecen al Círculo de Labradores. Por otra parte, en el edificio ocupado por el casino funcionó hasta los años 30 del pasado siglo un comercio de tejidos hasta que inauguró el nuevo local de la asociación de agricultores:
Inauguración de un centro recreativo en Morata
Morata de Tajuña, 8, 10 noche. Se ha inaugurado un centro recreativo en este pueblo y con tal motivo se pronunciaron algunos discursos.
El sr. Fernández Heredia dijo que el ideal de todo hombre honrado debiera ser lograr la absoluta identificación del capital, la inteligencia y el trabajo.
El abogado de la Sociedad Benéfica Agraria, Sr. Escobedo  recomendó que el centro fuera refugio de todos, y el sr. García Gutiérrez agradeció en nombre de la Sociedad la colaboración prestada. (ABC, 9 de abril de 1933).
Por último, hay que reseñar que en el Catastro de Ensenada no aparecen registrados el resto de los edificios que conforman la estructura de la plaza Mayor de Morata. Cuando se elaboró este catastro en el siglo XVIII estas propiedades situadas en la fachada norte de la plaza aparecen registradas en la calle Real a Arganda y en la calle que sale de la Real de Arganda a la Fuente, la actual avenida de la Constitución.
Precisamente, la plaza Mayor fue denominada con el nombre de plaza de La Constitución durante el periodo de tiempo que transcurrió entre los acontecimientos políticos que dieron lugar a la proclamación de la I República (en el siglo XIX) y la finalización de la guerra civil. Se inició entonces el periodo en el que, durante 45 años, la plaza se llamó del caudillo Sería ya en 1995 cuando la plaza más emblemática de Morata recuperó su denominación más tradicional.


Fuentes y bibliografía:
·       Morata de Tajuña. Crónica de la provincia de Madrid. Arribas, Juan Diego-Imprenta de la Diputación Provincial. Madrid, 1891.
·       Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales. Bienes de Eclesiásticos. H 408 y  H. 410.
·       Historia de la villa de Morata de Tajuña. Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña. Madrid, 1999.
·       Periódicos citados en el texto.

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