miércoles, 26 de julio de 2017

El Bosque de Morata, de finca de los Altamira a patrimonio vecinal (II)


Finca de recreo de los Altamira

La posesión de este bosque, situado a escasa distancia del palacio de los Altamira, facilitó su uso como lugar de recreo para los propietarios del señorío de Morata. Al margen de la explotación agrícola de los olivares localizados entre sus límites y el aprovechamiento de otros recursos como el esparto, las leñas y, por supuesto, el agua de su manantiales, existe constancia documental de que los Altamira también utilizaban El Bosque, al menos, como coto de caza para ellos mismos y para otros miembros nobleza que acudían a Morata. En un documento del siglo XVIII, del que ya hemos hablado en el blog, figuran los gastos realizados en El Bosque por la servidumbre de los Altamira en los días previos a la llegada a Morata de los condes de Oñate invitados por sus familiares:
Por los peones que se ocuparon de hacer [arreglar] el camino del bosque, el de la cuesta para la villa de Campo y Camino de Aranjuez, importaron todos ellos novecientos diez reales. (Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional, BAENA, C.222, D.41-42).
Parece claro que la intención de los anfitriones de los condes de Oñate era visitar y disfrutar de El Bosque, seguramente en jornadas de caza, puesto que este uso cinegético consta en numerosos documentos, en este caso del siglo XIX. En 1852, el Diario Oficial de Avisos de Madrid publicaba el siguiente anuncio:
Se arrienda la caza del Bosque que posee el Excmo. Señor conde de Altamira, en término de la villa de Morata, bajo las condiciones que estarán de manifiesto en la contaduría de S. E. y en la administración de dicho señor, en la expresada villa, hasta el día 31 del corriente, en que se adjudicará al sujeto que mejor proposición hubiese hecho, advirtiéndose que el mencionado bosque está a poco más de un cuarto de legua de la carretera del Las Cabrillas entre Arganda y Perales, por la cual pasan diariamente las diligencias de Valencia y Tarancón, habiendo otra también establecida en Arganda que conduce pasajeros de esta corte los lunes y sábados (…). (Diario Oficial de Avisos de Madrid, 24 de enero de 1852).
Unos años después, en 1856, se vuelven a subastar los derechos de caza de El Bosque:
Se arrienda en pública subasta y por dos meses, la caza del bosque de Morata de Tajuña, perteneciente al Excmo. Sr. Conde de Altamira, cuyo doble remate se ha de celebrar el día 15 del corriente, a las diez de la mañana, en la administración de aquella villa y en la contaduría de dicho Excmo. Sr. Conde de Altamira, hallándose de manifiesto en ambas dependencias el pliego de condiciones, bajo las cuales ha de tener efecto este remate. (Diario Oficial de Avisos de Madrid, 12 de junio de 1856).
Que El Bosque de los Altamira se utilizaba como coto de caza también se corrobora con un edicto, este publicado en la Gaceta de Madrid, en el que se anunciaba la celebración de un juicio contra un cazador furtivo:
Hago saber que habiéndose devuelto a esta Tenencia de Alcaldía para la celebración del correspondiente juicio de faltas las diligencias instruidas contra Ildefonso Rivas Gómez por cazar con hurón en el bosque perteneciente a la testamentaria del Excmo. Señor conde de Altamira, e ignorándose su actual paradero, se le requiere y cita por medio del presente edicto para que en el día 10 de octubre, y hora de las diez de la mañana, se presente en esta tenencia de Alcaldía para celebrar el indicado juicio de faltas. Francisco Estévez [segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Morata] (…). (Gaceta de Madrid, 29 de septiembre de 1867).
Pero no era sólo el arriendo del coto de caza lo que proporcionaba ingresos a la Casa de Altamira en Morata en esos años de mediados del siglo XIX, cuando la familia ya había vendido una gran parte de sus propiedades en la villa. Como ya se ha señalado, el aprovechamiento de los olivares que formaban parte de El Bosque era una de las ya por entonces escasas fuentes de ingresos de los Altamira en Morata. En el año 1839, en el mes de julio, el administrador de los bienes del conde de Altamira, Pablo Martínez Toledano, remite a la administración central de la Casa de Altamira en Madrid, el estado de las cuentas de ingresos y gastos. Entre estos ingresos incluye los procedentes de las ventas del aceite procedente de la molturación de las aceitunas de los olivares de El Bosque y en los gastos los derivados del cultivo de los citados olivares:
Administrador de rentas del Excmo. Señor conde Altamira en la villa de Morata
Remito a usted los estados mensuales de abril, mayo y junio por los cuales podrá enterarse del que tiene esta administración y al mismo tiempo de que tengo hechas las labores en los olivares, y asimismo de que se ha vendido el aceite claro de Yema y remolido con la mayor estimación posible, prometiéndome hacerlo también de los demás pues los turbios de yema a pesar de que regularmente se venden al precio de hoja, que siempre es la mitad de lo que vale el claro de yema, vendido a lo menudo, viene a salir a casa libre de cargas a 42 reales y el de hoja a 30 reales y eso que el postor y los demás cosecheros en vista de la mediana cosecha que se presenta han bajado también el precio del claro de yema a 16 cuartos libra. (Archivo Histórico Nacional-Sección Nobleza-BAENA, C-354, D-453-464).
El Bosque en una imagen aérea del año 1946

Además de los olivares y la caza, El Bosque disponía de otros recursos que la Casa de Altamira no dejó de explotar mientras que esta finca se mantuvo en su propiedad. El esparto y la leña eran algunos de estos recursos que los administradores de los condes de Altamira en Morata sacaban anualmente a subasta. Hay varios ejemplos de estas subastas en las publicaciones oficiales del siglo XIX, también en las posesiones de los Altamira en Perales:
AL PÚBLICO.- Se venden en pública subasta las leñas del bosque titulado de Perales, propio del Excmo. Conde de Altamira que lleva en arrendamiento el Excmo. Señor conde de Sástago, cuyo remate verificará el apoderado de este último Sr. Excmo. en la casa que habita en esta villa de Morata, y plazuela llamada de Espinardo, el día 8 del corriente, de once a doce de la mañana, bajo las condiciones que se manifestarán a los licitadores en el acto del remate, advirtiéndose que no será admitida postura que no cubra la cantidad de 7.000 reales. Morata, 1º de diciembre de 1846. José González. (Diario de Avisos de Madrid, 7 de diciembre de 1846).
Unos años después también se publica la subasta para el arriendo del esparto de El Bosque de Morata:
ARRIENDO DE ESPARTO.-Se arrienda en pública subasta y por el tiempo preciso para su recolección el esparto del bosque de Morata de Tajuña, perteneciente al Excmo. Sr. conde de Altamira, cuyo doble remate se ha de celebrar el día 22 del corriente en la casa administración de aquella villa, y en la contaduría de dicho Excmo. Señor conde de Altamira, hallándose de manifiesto en ambas dependencias el pliego de condiciones bajo las cuales ha de tener efecto este remate. (Diario Oficial de Avisos de Madrid, 2 de junio de 1856).
Para la vigilancia de estos bienes, la Casa de Altamira había levantado una casa, en la zona sur de El Bosque, en las proximidades del casco urbano y junto al propio molino aceitero, que era habitada por un guarda, encargado de proteger la caza, la leña y los otros recursos con los que contaba la finca. Según el documento del Archivo Histórico Nacional, al que ya nos hemos referido, entre los gastos de la Casa de Altamira en Morata se incluían los correspondientes al pago del salario del responsable de la guardería:
(…) Por el salario del guarda del bosque Salvador García en todo este mes a razón de 4 reales diarios 124 reales. (Archivo Histórico Nacional-Sección Nobleza-BAENA, C-354, D-453-464).

Fuentes y bibliografía:
  • Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales de Morata de Tajuña. Bienes de Eclesiásticos. H 408 y  H. 410.
  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio-Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
  • Morata de Tajuña, según el Catastro de Ensenada-Miranzo Sánchez-Bravo, Agustín-Bubok, 2011.
  • Archivo Histórico Nacional-Sección Nobleza-BAENA, C.222, D-41-42.
  • Archivo Histórico Nacional-Sección Nobleza-BAENA, C-354, D-453-464.
  • Publicaciones y periódicos citados en el texto.

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