miércoles, 23 de agosto de 2017

Morata en la prehistoria, primeros pobladores en el Valle del Bajo Tajuña (III)


Edad del-Hierro II: 400-150 a. C.

En este periodo los investigadores documentaron la existencia y la aparición en el Valle del Tajuña de poblados fortificados, tipo castro. Estos poblados, se localizaban en zonas en altura que permitían un control visual del valle y de las vías de acceso al mismo. La existencia de estos poblados denota, aparte de la consolidación de núcleos de población cada vez más estables, una época de inseguridad que los habitantes del valle afrontan con la construcción de sistemas defensivos amurallados.
López y Almagro, los investigadores que participaron en las prospecciones del valle, destacan que este tipo de asentamientos humanos y su disposición ya prefigura, salvo por la disposición de estos poblados en altura, la organización territorial actual, pues casi cada castro corresponde, aproximadamente, al territorio de los pueblos actuales, pues el emplazamiento de unos y otros está determinado por la forma longitudinal del valle y sus puntos de mayor anchura para mejor aprovechar los recursos ambientales. Se trataría por tanto, del origen de las actuales poblaciones, situadas también, como la mayoría de los poblados localizados correspondientes a esta época del Hierro II, en la margen derecha del río Tajuña y a media ladera, para evira las zonas de inundación de la vega.
Según Benito López en La Edad del Hierro II el Valle del Tajuña madrileño continúo con su dinámica interna casi sin alterarse, ocupada por una densidad de poblamiento no muy alta que vivía de explotar la zona de vega, tanto para pastos como para pequeños cultivos, ocupando en algunas ocasiones los mismos sitios que ya se habitaron en el Calcolítico y el Bronce, aunque en algunos casos se pasó a vivir en terrazas más bajas que las ocupadas en esos periodos.
Para el periodo de la Edad del Hierro II, los trabajos de prospección permitieron la localización de 24 sitios arqueológicos en todo el Valle del Tajuña madrileño, además de 8 hallazgos aislados. En el término municipal de Morata se documentaron varios asentamientos y hallazgos relacionados con este periodo. En la Fuente del Piojo se encontraron restos aislados de cerámicas a mano y a torno. Cerámica del mismo tipo, a mano y a torno asignadas a la Edad de Hierro II, también se localiza en el Camino de las Jarras.
En el paraje denominado Los Pilones, situado en el páramo, también se recuperaron materiales líticos (lascas de sílex) y varios fragmentos cerámicos elaborados a mano, vidriados y a torno
De mayor importancia por los hallazgos arqueológicos que se localizaron en este sitio es el yacimiento del Camino de los Arrieros, asignado cronológicamente a la Edad del Hierro II. Este yacimiento, de una extensión aproximada de 0,62 hectáreas, está ubicado en una terraza en la margen derecha del Tajuña, a 1 km del río y a 700 metros de una fuente. En los trabajos de prospección se recuperaron restos líticos (lascas, raederas, escotaduras, molederas de cuarcita y de granito, y tres posibles crisoles de fundición), varios fragmentos de cerámica lisa y a torno pintados y, por último, 11 fragmentos de hierro.
Relacionado con este asentamiento del Camino de los Arrieros los investigadores encontraron un segundo yacimiento en este entorno correspondiente también a la II Edad del Hierro aunque también pudo estar ya poblado en el Calcolítico y I Edad del Hierro. También esta situado en una terraza baja en la margen derecha del Tajuña a 1 km del rio y 500 metros de una fuente. Su extensión aproximada alcanza las 3 Ha.
En las prospecciones de este yacimiento se recuperaron restos líticos (lascas, escotaduras, denticulados, raederas y un fragmento de hacha pulimentada) y también varios fragmentos de restos cerámicos elaborados a mano y a torno, con distintos tipos de decoración.
Yacimientos amurallados en Morata
Balcón de Pilatos
Este yacimiento se encuentra en la margen izquierda del río Tajuña, a una distancia de 550 metros del cauce. Se trata de los restos de un poblado con ocupación desde el periodo Calcolítico hasta la II Edad del Hierro y, posteriormente, en el periodo romano y medieval. (Su localización en la margen izquierda supone una excepción, pues la mayoría de los asentamientos se situaban en la margen derecha del Tajuña, protegidos de los vientos del norte).
Su extensión aproximada es de 6,12 Ha. y en sus bordes externos se localizaron los restos de un muro o muralla de unos 10 metros de largo y un metro de anchura. Entre los materiales recuperados en las prospecciones destacan restos líticos (nódulos, lascas, perforadores, raederas, una punta de flecha con aletas y un pedúnculo de sílex) y abundantes fragmentos cerámicos realizados a mano y a torno con decoración lisa, impresa y estampillada.
El Castillejo (O Dehesa Carnicera)
Este yacimiento corresponde a un poblado asignado cronológicamente a la II Edad del Hierro, aunque en las prospecciones también se recuperaron materiales de la época medieval.
Restos de cerámica a torno recuperados en el yacimiento de El Castillejo (Fuente: Estudio territorial en el Valle del Tajuña, una aproximación arqueológica. José Enrique Benito López-Departamento de Prehistoria de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2016)

 El yacimiento se localizó en la margen derecha del río Tajuña, situado a 1,1 km., en un espolón en altura desde el que se domina toda la vega del Tajuña. Se trata de un yacimiento de forma triangular, que ocupa una extensión de 0,7 Ha. En el mismo se apreciaron restos de una estructura de mampostería y sillería caliza, junto con lienzos de muralla de 1 metro de anchura. En la zona interior de lo que sería el recinto amurallado también se detectaron restos de muro de aproximadamente 0,50 metros de anchura que podrían corresponder a edificaciones interiores. En el recinto se recuperaron restos de cerámica con varios fragmentos a mano y a torno, tanto lisa como decorada.
En los dos casos (Balcón de Pilatos y El Castillejo, o también Dehesa Carnicera, pues de ambos modos se denomina en las publicaciones este enclave arqueológico) lo determinante de estos yacimientos localizados en Morata es que, según los investigadores y especialistas, se trata de poblamientos más estables y, a la vez, más importantes desde el punto de vista del número de sus habitantes. A diferencia de periodos históricos anteriores, estos poblados amurallados apuntan a organizaciones sociales más complejas y, según los especialistas, además de los casos detectados en la comarca de la Vega del Tajuña, también se han localizado en las vegas del Henares, Jarama y en las mesas de Ocaña y Chinchón.
Según Urbina en la Mesa de Ocaña y el Valle del Tajo estos recintos amurallados se levantaban en función de la existencia cercana de manantiales de agua, un relieve que permitiera la defensa con poco esfuerzo constructivo y la cercanía a asentamientos humanos anteriores.
Estas condiciones se cumplen en el caso de los dos yacimientos de poblados amurallados descubiertos en Morata, Balcón de Pilatos y El Castillejo o Dehesa Carnicera. Tal como se apuntaba al inicio del post, su localización, especialmente en el caso del segundo, significa un primer precedente de lo que sería el núcleo actual de Morata, desplazado eso sí unos cientos de metros a occidente pero con las mismas características: a la derecha de la ribera del Tajuña, próximo a varios manantiales de agua, a media ladera para defenderse de las inundaciones de la vega y protegido de los vientos del norte.
Sobre la aparición de estos poblados amurallados, Jorge de Torres Rodriguez, en su tesis doctoral, La tierra sin límites: territorio, sociedad e identidades en el valle medio del Tajo (S. IX-I a. C) apunta a que en un momento en torno al siglo IV a. C. aparecen signos de inestabilidad que empujan a una situación de inseguridad y conflictos armados, lo que habría obligado a los distintos grupos a defender sus poblados con la creación de sistemas defensivos consistentes en el levantamiento de estso recintos recintos amurallados.
Dionisio Urbina también se refirió a este tipo de poblamiento característico del valle medio del Tajo y sus afluentes en la II Edad del Hierro. Urbina citaba dos tipos de enclave: los situados en el llano y, en segundo lugar, los que se localizaban en relieves en alto y en pendiente, -como los localizados en Morata- preferentemente con forma de península o espolón, y defendidos por una muralla.
Por otra parte, Urbina también relaciona este tipo de poblados fortificados –de los que se han localizado al menos 8 de ellos en los valles del Tajo y el Tajuña- con la existencia en sus proximidades de cuevas excavadas en frentes de escarpe que cumplirían la función de graneros o, incluso, como lugar de refugio ante los ataques de grupos violentos. La presencia de estas cuevas artificiales que cita Urbina, (2002 a) también se cumple en el entorno de los yacimientos amurallados localizados en el término municipal de Morata correspondientes al periodo de la Edad del Hierro II con la existencia de las Cuevas del Fraile, un paraje morateño que analizaremos en la siguiente entrega del blog.


Fuentes y bibliografía:
  • Benito López, José Enrique. Estudio Territorial en el Valle del Tajuña (Madrid), una aproximación arqueológica. - Departamento de Prehistoria de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2015.
  • Almagro Gorbea, M. y Benito, J. E. La prospección arqueológica del valle del Tajuña. Una experiencia teórico-práctica de estudio territorial en la Meseta. Complutum, 4. Madrid, 1993.
  • Rosa, R. de la y Almagro, M. Prospección arqueológica del Valle del Tajuña: Morata de Tajuña. Estudios de prehistoria y arqueología madrileñas. Madrid, 1991.
  • Catalogo de la exposición “El cerro de La Gavia: el Madrid que encontraron los Romanos”. Museo de San Isidro. 14 de junio-25 de septiembre de 2005. El Cerro de la Gavia y los recintos amurallados del Hierro II en el centro de la Península. Dionisio Urbina Martínez y Jorge Morín de Pablos.
  • Urbina, Dionisio. Cuevas artificiales del Hierro II en la cuenca media del Tajo. Estudios de prehistoria y arqueología madrileñas.
  • Urbina, Dionisio. Espacio y cultura material del Hierro II en la Mesa de Ocaña. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 1997.
  • Torres Rodríguez, Jorge de. La tierra sin límites: territorio, sociedad e identidades en el valle medio del Tajo (S. IX-I a. C.). Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2012.

No hay comentarios:

Publicar un comentario