Registro de morateños pasajeros al nuevo mundo (I)
Cristóbal de Sepúlveda, primer morateño en obtener la licencia de pasajero a Indias 1537
Francisco Bravo, también originario de Morata, viajó y ejerció de notario en Peru
Desde la primera llegada de las carabelas de Cristóbal Colón a las nuevas tierras de América, entonces todavía conocidas como las Indias, cientos de miles de personas procedentes de la península y súbditos de los reyes católicos se desplazaron hasta el nuevo continente. Estos viajeros, o pasajeros en la terminología de la época, podían tener múltiples motivos para realizar un viaje difícil y arriesgado que, en muchas ocasiones, no tenía billete de vuelta. Sobre los vecinos y naturales de Morata que, según la documentación consultada, cruzaron el océano entre los siglos XV y XVIII trataremos en estas entregas del blog sobre estos morateños pasajeros al nuevo mundo
El flujo migratorio entre el reino de España y el continente americano entre finales del siglo XV y comienzos del siglo XIX podría cuantificarse, según distintos especialistas, entre 400.000 y 500.000 pasajeros. En estas cifras se incluirían aquellos pasajeros que cumplieron con la exigente normativa que trataba de regular, desde 1518, estos desplazamientos. Naturalmente, entre los pasajeros a Indias no faltaron quienes eludieron los controles impuestos por las autoridades. Entre los pasajeros que sí que pasaron los filtros, instaurados por primera vez por Carlos I, encontramos a varios vecinos de Morata que aparecen en los registros y archivos de la época en los que se recogen los datos de quienes, por distintos motivos, se arriesgaban a realizar este arriesgado viaje.
Es el Archivo General de Indias, creado en 1785 por iniciativa de Carlos III para reunir toda la documentación relacionada con los territorios ultramarinos, el que aún conserva toda la documentación generada. Hasta su creación esta ingente volumen documental se encontraba disperso en distintos archivos localizados en ciudades como Cádiz y Sevilla y la localidad vallisoletana de Simancas.
Pos otra parte, para localizar a los pasajeros que se desplazaron hasta America existen dos fuentes fundamentales localizadas ambas en la conocida como Sección de Contratación del Archivo General de Indias (AGI): las denominadas Informaciones y licencias de pasajeros y los Libros de asientos de pasajeros. En ambos casos, esta documentación de la Casa de la Contratación incluye datos comprendidos entre los años 1534 y 1790, año este último en el que suprimió la propia Casa de la Contratación.
En el primero de los casos, las informaciones y licencias de pasajeros, contienen información muy extensa sobre los pasajeros e incluyen, además de las averiguaciones sobre su limpieza de sangre* y todo tipo de información muy variada sobre los solicitantes de la licencia de viaje. Mucho más limitadas son las informaciones que aparecen en los libros de asientos de los pasajeros. En este caso, los datos se limitan a transcribir la filiación del viajero, la de sus progenitores y la vecindad de los mismos y el nombre de la embarcación y el maestre que comandaba la navegación hasta el destino americano que también figuraba junto al resto de datos del pasajero.
La documentación de los primeros pasajeros morateños
La documentación que se conserva de los vecinos de Morata y que viajaron a lo que entonces se conocía como las Indias o Nueva España -y que hemos podido documentar en el archivo digital Portal de Archivos Españoles, PARES- cronológicamente se inicia con Cristóbal de Sepúlveda. De este vecino de Morata, pionero al menos en la documentación en su viaje al continente americano, sabemos que era hijo de Jerónimo de Sepúlveda y de Constanza Zapata, vecinos de Morata, que se desplazó hasta San Juan de Puerto Rico. El expediente en el que se conservan los datos sobre Cristóbal de Sepúlveda, perteneciente a lo que se conocía como Libro de Pasajeros solo nos dan información sobre su embarque a su destino el 26 de mayo de 1537.
Cristóbal de Sepúlveda, del que desconocemos el motivo o la justificación de su viaje es el primer morateño registrado con destino a América, lo que no debe de significar, insistimos, en que fuera realmente el pionero de los pasajeros vecinos de Morata. Curiosamente, los siguientes vecinos de Morata registrados como pasajeros lo hicieron muy poco tiempo después y en la misma fecha del año 1538.
Concretamente, es el 25 de junio de ese año de 1538 cuando la documentación del Archivo General de Indias incluye los datos de tres vecinos naturales de Morata: Diego Alonso, Juan Ruiz de Arganda y Juan Ruiz de Berlanga. En los tres casos, su filiación y otros datos, como el nombre del padre y de la madre y su vecindad en Morata aparecen correlativamente en el mismo legajo: Diego Alonso en el segundo lugar del folio 114, Juan Ruiz de Arganda en el tercer lugar del mismo folio y Juan Ruiz de Berlanga en el cuarto lugar. En los tres casos, aparece como su destino el virreinato de Nueva España, sin especificar mas datos y que viajaron en la nao de Gines (…). Que los tres pasajeros vecinos de Morata nos puede inducir a pensar que viajaron juntos y con el mismo destino. De los tres pasajeros sólo hemos podido recabar más datos sobre un Juan Ruiz de Berlanga, vecino de Morata, que en 1499 recibió merced de escribano y notario de la corte y reino. De su padre, Alonso Ruiz de Berlanga, también vecino de Morata, sabemos que en 1518 pleiteó ante la Sala de los Hijosdalgo de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid.
Probanza y licencia de pasajeros de Francisco Bravo, escribano en Perú
El limitado soporte documental de estos primeros morateños de los que tenemos constancia que obtuvieron la licencia de pasajeros varía notablemente al tratar sobre Francisco Bravo, un vecino de Morata que, según la documentación consultada que se conserva el Archivo General de Indias, viajo al continente americano a finales del siglo XVI no sin antes, según esta misma documentación, conseguir la licencia para ejercer como escribano en la provincia de Perú por un periodo que, en principio, se limitaba a tres años.
Antes de realizar este viaje a Perú, con el fin de ejecutar la cobranza de cierta herencia, Francisco Bravo solicitó ser examinado como escribano público y como tal realizó la solicitud obligada:
En San Lorenzo y a ocho de septiembre de mil y quinientos y noventa años se despachó una notaría de las Indias para Francisco Bravo, natural de la villa de Morata, y que fue examinado en el consejo con un signo como este [aparece dibujado en el documento el signo notarial] y con las (…) ordinarias firmadas de su mano y refrendado de Juan de Ibarra, su secretario y librado del Consejo.
Al año siguiente, en mayo de 1591, el aspirante a escribano en América solicita le sean realizadas las pruebas que certifiquen su idoneidad para ejercer el oficio y la licencia de pasajero que ya posee, y de la que también trataremos:
(…) Francisco Bravo, vecino de la villa de Morata (…) digo que me fue librada licencia para pasar en el nuevo reino de Granada a la cobranza de cierta hacienda y para ello me conviene ir proveido [sic] de la licencia de escribano de aquellos reinos (…).
Por tanto pido y suplico (…) que yo sea admitido al examen para el dicho efecto para lo cual hago presentación de la dicha licencia e información (…) de como concurren las calidades necesarias para ser tal escribano y no ser de los prohibidos de pasar a aquellas partes que en ello se me hará gran bien (…)
Francisco Bravo
Madrid, 31 de mayo de 1591.
Conseguida su licencia para ejercer como escribano, Francisco Bravo inició el obligatorio y preceptivo expediente de información o en otra expresión de la época la probanza para obtener la licencia que le permitiera embarcar con destino a Perú. Este expediente, que tiene fecha de inicio del 16 de enero de 1592, era el trámite imprescindible que la Corona española exigía a quienes aspiraban a viajar hasta el continente americano. El extenso expediente que recoge esta probanza se inicia con la solicitud al rey de licencia de pasajero:
(…) Francisco Bravo Pantoja, vecino de la villa de Morata, digo que a mí me conviene hacer información (...) soy hijo legítimo de Juan Alonso Bravo y de Sabina Fernández Pantoja, mis padres, vecinos de esta villa de Morata, ya difuntos, los cuales han sido y son cristianos viejo, limpios de toda (...) de moros judíos ni penitenciado por el santo Oficio de la Inquisición (…) debiendo pasar al mar océano y que soy hombre de buena estatura, moreno de rostro (…) de veinte y cinco años cumplidos (…).
La referencia a su características físicas del solicitante de la licencia, como veremos, resultaban imprescindibles para evitar que la documentación fuera utilizada por alguien distinto que no hubiera pasado por un proceso de probanza que, como hemos señalado, no era muy distinto al que se exigía para demostrar la condición de hidalgo o para ingresar en una de las órdenes militares. Para demostrara esta limpieza de sangre debían de aportarse los testimonios necesarios, debidamente autentificados por autoridades y escribanos de la localidad de residencia del solicitante y también de los lugares de donde procedían sus progenitores y abuelos paternos y maternos. Sobre las preguntas a los testigos se señala en el expediente:
¡(…) Primeramente sean preguntados si conocen al dicho Francisco Bravo a cuyo pedimento se hace esta probanza y si conocieron a Juan Alonso Bravo y Sabina Fernández Pantoja, y a Diego Alonso Bravo y a Francisca (…) de Mora su mujer, padres del dicho Juan Alonso Bravo,y si conocieron a Alonso Fernández Pantoja y su mujer María (…) su mujer, vecinos de la villa de Valdemoro (...) padres de la dicha Sabina Fernández Pantoja.
Estas preguntas y las restantes que hacían referencia a su edad, nacimiento y fecha de bautismo, así como las declaraciones testificales, hasta nueve testigos en la villa de Morata, que confirmaban su limpieza de sangre. Un proceso similar se realizó en la villa de Valdemoro, lugar de origen de sus abuelos maternos y de su madre.
En enero de 1592, en la la Casa de Contratación de las Indias en la ciudad de Sevilla, se emite un documento que otorga la licencia de pasajero a Francisco Bravo:
(…) los señores jueces, oficiales (…) de esta dicha casa dijeron que daban y dieron licencia de pasajero a Francisco Bravo para que pueda pasar y pase al Peru (...) en virtud de una cédula de su majestad (…).
La cédula a la que se refieren los responsables de la Casa de la Contratación de Sevilla también está incorporada al expediente e incluye una descripción muy detallada de las características físicas de Francisco Bravo:
El Rey
A los presidente, jueces y oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla (…) dejéis pasar a las provincias del Perú a Francisco Bravo, hijo de Alonso Bravo y Sabina Fernández Pantoja, vecino de la villa de Morata, de edad de veinte y cinco años, de buen cuerpo, moreno de rostro barbinegro con un lunar en el lado izquierdo junto a la barba (…) no es casado (…).
En San Lorenzo a seis de julio de mil quinientos noventa y un años (…).
Concedida la licencia de pasajero a Indias en su poder, el vecino de Morata Francisco Bravo, escribano de ofició, se trasladó a las provincias del Perú. Al no contar con el Libro de Asiento de Pasajeros, en el que se registraba la filiación de los viajeros, el nombre de sus progenitores y su vecindad, desconocemos la fecha exacta en que Francisco Bravo a su destino en Perú. El rastro documental de Francisco Braco lo recuperamos unos años después, en 1603. Ya asentado en su destino de la ciudad de Castrovirreina, y sobradamente sonbrepasados los tres años de su licencia inicial, Francisco Bravo solicita que se confirme su oficio de escribano que, recordemos, había obtenido previamente a su viaje al continente americano:
Francisco Bravo, escribano público del cabildo [de minas] y regidor de Castrovirreina, en la provincias del Perú, digo que el dicho oficio [de escribano] se remató para él en Juan Verdugo, vecino de la dicha ciudad, como el mayor ponedor en cinco mil y seiscientos pesos de ocho reales cada peso, y habiendo cumplido con las condiciones del remate en la forma de la paga, le dio el virrey de aquel reino título del dicho oficio con que dentro de tres años llevase aprobación y confirmación del mismo como parece por los recaudos que presenta a V. M. pide y suplica le mande dar título del dicho oficio en la forma acostumbrada (...).
El virrey y gobernador del Perú, Luis de Velasco, emitió un oficio en el que manda despachar el título una vez que Francisco Bravo se comprometió a abonar a la hacienda la cantidad reseñada en el escrito anterior. Este nombramiento permitió a Francisco Bravo ejercer su oficio hasta su fallecimiento en tierras americanas. Este fallecimiento dio inicio a un largo y extenso proceso legal para que sus herederos en Morata recibieran los bienes de Francisco Bravo. Sobre estas circunstancias y sobre los demás vecinos y naturales de Morata de los que hemos comprobado su viaje al continente americano trataremos la próxima semana.
*Como en tantos otros procesos -reconocimiento de hidalguía, acceso a las órdenes militares o a cargos burocráticos de la Corona- el requisito de la limpieza de sangre también formaba parte de las probanzas que se exigían para recibir la licencia de pasajero a Indias. Para probar ante las autoridades esta limpieza de sangre, y la ausencia de antepasados moros y judíos, los aspirantes a viajar al nuevo continente debían remontarse hasta sus abuelos maternos y paternos, sus padres y él mismo. No haber sido reconciliado, condenado, por el Santo Oficio de la Inquisición era otra circunstancia que los solicitantes de licencia debían demostrar ante las autoridades. El procedimiento para probar la limpieza de los orígenes era el habitual en otros casos: la presentación de los testimonios por parte de los testigos que conocían al solicitante y sus antecesores y que estos testimonios favorables fueran confirmados por las autoridades locales del su lugar de vecindad y certificados por escribanos públicos.
Fuentes y bibliografía:
Los Pasajeros a Indias. Sainz Varela, José Antonio. Éxodo y documentos. Tábula, estudios archivísticos de Castilla y León. Salamanca, 1992.
Archivo General de Indias. Pasajeros L.2, E.3773. Cristóbal de Sepúlveda.
Archivo General de Indias. Pasajeros L.2, E.4970. Juan Ruiz de Berlanga.
Archivo General de Indias. Pasajeros L.2, E.4969. Juan Ruiz de Arganda.
Archivo General de Indias. Pasajeros L.2, E.4968. Diego Alonso.
Real Provisión a Francisco Bravo, natural de la villa de Morata, dándole título de notario de Indias (extracto). - Archivo General de Indias, INDIFERENTE, 426, L.28, F.66R.
Real Provisión a Francisco Bravo, natural de la villa de Morata, dándole título de notario de Indias (extracto). - Archivo General de Indias, INDIFERENTE, 426, L.28, F.66R.
Francisco Bravo - Archivo General de Indias, INDIFERENTE, 2099, N.3. Expediente para pasar a Perú y Nueva Granada 1590-91.
Francisco Bravo. Archivo General de Indias. Contratación. 5240, N.1, R.39.
Francisco Bravo. Archivo General de Indias. LIMA, 179.B, N.61.
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