jueves, 6 de junio de 2024

Mayorazgos: los marqueses de Espinardo, una familia de la nobleza en la villa de Morata (III)

Juan Otazo de Guevara se opuso a que Morata se convirtiera en villa real
Dirigió el inicio de las obras de la Real Acequia del Jarama

Desde que en el siglo XIV Fernán Rodríguez Pecha y su mujer Elvira Rodríguez instituyeran el mayorazgo de Morata con los bienes que poseían en la villa, alguno de sus poseedores destacaron por su trayectoria vital. Fue el caso del primer heredero, Pedro Fernández Pecha, impulsor y creador de la orden jerónima en Castilla. Ya en el siglo XVI, Juan Otazo de Guevara, heredero del mayorazgo por vía materna, participó activamente en cuestiones decisivas de la villa de Morata y también en proyectos muy importantes para el desarrollo de la comarca como las primeras obras de la Real Acequia del Jarama.
En 1574 tenemos una primera referencia documental en la que se aparece el nombre de Juan Otazo de Guevara ligado a la villa de Morata. Por entonces, el poseedor del mayorazgo, hijo primogénito de Juana de Guevara y Hernando de Otazo y Verastegui, regidor de la ciudad de Murcia, caballero de la orden de Calatrava y miembro de la cámara del rey Felipe II, parece que residía en el palacio familiar de Morata y ya participaba activamente en la vida del Concejo morateño. Por esos años del último tercio del siglo XVI, Morata vivía momentos tan decisivos para su historia y para los años futuros de la villa, como la desmembración del arzobispado de Toledo y la compra de su condición de villa real. 
Sabemos por las Relaciones topográficas del rey Felipe II que en ese año de 1574 la casa palacio de los Guevara era una de las edificaciones destacadas de la villa. En uno de los capítulos de las Relaciones se afirma qsobre la citada casa, entonces propiedad de Juan Otazo de Guevara:
(…). la cual es muy antigua con un mayorazgo unido con ella de más de doscientos años a esta parte, el cual fundó un caballero que se llamaba Hernán [sic] Rodríguez Pecha, que fue padre de Pedro Fernández Pecha, el cual fundó la orden de San Jerónimo viviendo en San Bartolomé de Lupiana que dicen el real. 
Cuando se redactaron las Relaciones de Felipe II en Morata se censaban unos 550 vecinos (familias) y 450 casas. Juan Otazo de Guevara era, sin duda, un vecino influyente en la Corte-ejerció como gentilhombre de boca de Felipe II- y en la villa de Morata aunque no formaba parte del Concejo que en esos años se plantaba desmembrarse del arzobispado de Toledo para adquirir la condición de villa real previo pago de 24.000 ducados a la hacienda real. Ante esta posibilidad, que obligó al Concejo de Morata a hipotecarse por la cantidad fijada para obtener la independencia del arzobispado toledano, el poseedor del mayorazgo fundado por sus antepasados no dudo en oponerse a la mayoría de los vecinos y del Concejo. 
En algún momento del proceso de venta y desmembración del arzobispado, Juan Otazo de Guevara llegó a plantearse que fuera su familia quien adquiriera el señorío de Morata -unas décadas después uno de sus sucesores Juan Fajardo compraría el señorío de la villa de Espinardo al rey Felipe IV- pero el precio tan elevado exigido por la hacienda real impidió que se materializara esta intención. No por ello, sin embargo, Juan de Otazo dejó de manifestar su oposición y la de su familia a la intención del Concejo de Morata, con el argumento de que, de producirse la compra del villazgo, como así sucedió finalmente, los vecinos de Morata se aprovecharían de su hacienda. Este argumento, que también se planteó en el caso de otras villas y lugares puestos en venta -en el lugar de Mármol del obispado de Jaén se produjo una situación similar-, no dejaba de ser la respuesta de uno de los mayores propietarios de la villa, como era Juan de Otazo, a un cambio jurisdiccional que, entre otros cambios sustantivos, significaba no sola la independencia de la mitra toledana sino también también la democratización de los oficios municipales, tanto en el Concejo como en la administración de justicia. 
La posibilidad de controlar estos oficios concejiles no era cuestión baladí cuando, como era el caso de Juan de Otazo de Guevara, estaba en posesión de uno de los patrimonios más importantes de la villa, si no el que más. Juan Otazo ya había acudido en varias ocasiones ante la justicia y el Concejo local para defender los intereses de su familia y y de su patrimonio en Morata. Así sucedió en 1573, unos años antes de que se produjera la compra de la condición de villa real por parte de Morata. En esa fecha solicita al corregidor de Morata poder sacar una acequia del río Tajuña para regar tierras de Morata. A partir de una Real Cédula, Juan Otazo de Guevara reclamó la construcción de esta acequia, previas las averiguaciones consiguientes y la citación de los concejos vecinos para determinar el trazado de dicha acequia aprobada según consta en un documento del escribano del concejo Luis de Magaña. (Archivo de los marqueses de Espinardo. Archivo Histórico de la Nobleza ESPINARDO, C4 D.1.) 
Juan Otazo de Guevara -en algunos documentos aparece como Juan de Guevara y Otazo- se casó con Jerónima Velasco y Vivero, hija del doctor Martín de Velasco, del Consejo de Cámara del rey Felipe II, y María de Vivero. El contrato de dote y arras del matrimonio se firmó y otorgó en Morata -otro indicio más de su residencia en la villa- el 21 de mayo de 1561 ante el escribano Pedro Fernández. Según este documento la dote de Jerónima Velasco ascendía a la cantidad de 17.000 ducados, una cantidad ciertamente elevada, a la que se habían de añadir otros 500.000 maravedíes en concepto de arras aportadas por el propio Juan de Otazo. 
El matrimonio administró desde su palacio familiar la hacienda y bienes incluidos en el mayorazgo que fundaran Hernán Rodriguez Pecha y Elvira Martínez. En el archivo familiar constan actuaciones como la que Juan Otazo de Guevara ejecuta en la villa de Chinchón, donde la familia y su mayorazgo tenía posesiones en las antiguas aldeas medievales de Eza, Villaverde y Monasterio. En 1595 el titular del mayorazgo registra ante el escribano del Concejo de Chinchón todos los arrendamientos que se habían contratado en término y jurisdicción de la villa con expresión de las tierras personas, cantidad y plazos de los mismos.(Archivo de los marqueses de Espinardo. Archivo Histórico de la Nobleza, ESPINARDO, C4 D.1.) 
En Perales de Tajuña, donde la familia también contaba con bienes adscritos al mayorazgo, se ha documentado también la presencia del matrimonio formado por Juan Otazo de Guevara y Jerónima de Velasco en una reunión de los propietarios mancomunados del molino del Congosto. Una primera reunión tiene lugar el 29 de marzo de 1585 y, unas semanas después, el 15 de abril, vuelven a reunirse para estudiar su posible reforma. A esta segunda reunión también asistió Alonso de Ágreda, alcalde Casa y Corte y copropietario de dicho molino (La Casa del Rey. Cuatro siglos de historia. Torre Briceño, José Antonio de la, y otros. Ayuntamiento de Arganda del Rey, 1997).


Plano de la Real Acequia del Jarama, 1917. (Ministerio de Cultura y Deporte)
Constructor de la Real Acequia del Jarama
Juan Otazo de Guevara no sólo se hizo presente en la vida del Concejo de Morata. Más allá de la villa donde se asentaba el mayorazgo de los Guevara y los bienes adscritos al mismo, el titular en estos años de finales del siglo XVI no dejó de participar en un proyecto emblemático de la comarca: la construcción de la Real Acequia del Jarama. 
Esta obra era un eslabón más de la política hidráulica de Felipe II en torno al propio río Jarama y al Tajo. Además de estudiar distintos proyectos de navegabilidad del Tajo, con el objetivo de unir la capital de Castilla con Lisboa, el monarca estaba muy interesado en promocionar cualquier obra que 'permitiera ampliar los regadíos en el entorno de la capital del reino y con ello la producción agrícola y los impuestos ligados a esa actividad. 
El contenido de este proyecto en concreto fue presentado al rey y se conserva en un documento del Archivo General de Simancas (AGS. Casa Real. Obras y7 bosques. Leg. 254, fol.85). Inicialmente, contemplaba el aumento y la mejora de los regadíos entre Vaciamadrid y la localidad de de Mocejón. Entre los personajes implicados en las obras aparecían figuras como la de Juanelo Turriano o Juan de Herrera, el arquitecto más emblemático del reinado de Felipe II.
La complejidad del proyecto, y la tradicional falta de fondos de la Corona, hizo que las obras se extendieran durante varias décadas. En lo que nos interesa en relación con la figura de Juan Otazo de Guevara, las obras que realizó el titular del mayorazgo morateño se iniciaron en 1571, bajo la supervisión del arquitecto real Juan de Herrera, cuando trabaja en la construcción de una presa en las proximidades de Vaciamadrid. Tres años después, en 1574, Juan Otazo de Guevara es el principal responsable de infraestructuras como una presa en las cercanías de Vaciamadrid y también de un elemento primordial del proyecto: la construcción de un conjunto de compuertas en el entorno del río en San Martín de la Vega en lo que se conoce como El Castillo.*
Pleito en la sucesión del mayorazgo de Morata
Tras la muerte de Juan Otazo de Guevara la sucesión en el mayorazgo de Morata vivió un momento problemático. El enfrentamiento entre distintos pretendientes que optaban a heredar el mayorazgo fue un hecho repetido en diferentes momentos históricos**. La falta de herederos, principalmente varones, era una situación recurrente y es la que se produjo al fallecer Juan Otazo. Su hija Juana Otazo de Guevara era la heredera directa del mayorazgo pero se encontró con la oposición de su tío y hermano de su padre, Beltran de Guevara.
Como ya había sucedido en otras ocasiones, la ausencia de un hijo varón en el matrimonio formado por Juan Otazo de Guevara y Jerónima de Velasco -además de Juana de Guevara, el matrimonio tuvo otras tres hijas, Ana, Isabel y Antonia de Guevara y Otazo- empujó al hermano de Juan, Beltrán de Guevara, a iniciar un proceso judicial con el que trataba de defender sus derechos sucesorios en el mayorazgo. El pleito generó una amplia documentación en las audiencias reales donde se sustanciaron los derechos esgrimidos por cada uno de los litigantes. Uno de estos documentos, impreso años después de la sentencia, se conserva en la sección de impresos de la Biblioteca Nacional:
(…) En el pleito que v.m. tiene visto entre don Beltran de Guevara, con doña Juana Otazo de Guevara, su sobrina, sobre la tenuta, y posesión de los bienes del mayorazgo que vacó por fin y muerte de don Juan Otazo de Guevara, padre de la dicha doña Juana (…).
Pese a los intentos de Beltrán, su tío carnal, de evitar que entrara en posesión del mayorazgo, Juana Otazo de Guevara disfrutó de dicho mayorazgo, conocido en algunos documentos como mayorazgo de la vega de Morata, ya sin mayores impedimentos legales. Casada con Diego Fajardo de Córdoba y residente en el palacio morateño de la familia, Juana protagonizó, como madre de Leonor María Fajardo, una curiosa ceremonia en la que su hija se convirtió en la mujer de Juan Fajardo de Tenza. Como veremos la próxima semana, el apellido Fajardo, futuros marqueses de Espinardo, entraba asío en la historia del mayorazgo de Morata.


*Las obras de la Real Acequia del Jarama trascendieron al monarca impulsor de la misma, Felipe II, y a los primeros responsables del proyecto, incluido Juan Otazo de Guevara. Las obras quedaron paralizadas hasta el reinado de Felipe IV, que dio un nuevo impulso a un proyecto que no dejó de acumular retrasos y modificaciones hasta que se realizaron los últimos trabajos ¡ya en el siglo XX!, más de trescientos años después de que se hubieran iniciado.


**La audiencia de Valladolid fue el lugar donde se vieron los pleitos que plantearon distintos aspirantes a heredar el mayorazgo que fundaran Fernán Rodríguez Pecha y su mujer Elvira Martínez. Cuando por circunstancias familiares se producía la ausencia de herederos varones y se seguía la vía femenina no era extraño que se presentaron estos pleitos ante la Justicia Los bienes adscritos al patrimonio del mayorazgo de Morata eran lo suficientemente atractivos como para animar a acudir a la Justicia a aquellos que se creían con algún derecho de sucesión. En la documentación de la familia Guevara y de los marqueses de Espinardo aparecen los siguientes pleitos relacionados con el mayorazgo de Morata: 
Licencia a Beltrán de Guevara para hipotecar ciertas villas y heredades de su mayorazgo, a fin de asegurar el pago de las 1.500 doblas de fianza para proseguir los pleitos que trata con Mendo de Zúñiga, Juan de Mendoza y otros sobre la propiedad de ciertas villas. Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150010,9.
Pleito de tenuta entre José María Vera Saurín, marido de Isabel Pacheco Tizón, y su sobrina María Francisca Vera Fajardo, X marquesa de Espinardo por los mayorazgos de Morata y Marchamalo. 
Fermín Rodríguez y Elvira Martínez, de Diego de Cáceres, Rodrigo de Alburquerque, Diego García de Otazu, Francisco de Mendoza y Vera, Alonso Ortiz de Leiva, María de las Roclas y Pedro Sandoval, Francisco Fajardo y Córdoba, Mencía Fajardo, Diego Fajardo, etc., vacantes por muerte de María Ortíz de Zúñiga, marquesa de Espinardo. Cáceres, Murcia y Mérida. Archivo Histórico Nacional, CONSEJOS, 26686, Exp.15.
Alegaciones en derecho. Por la marquesa de Espinardo contra los marqueses de Santo Floro. La marquesa de Espinardo pretende, que ha de ser absuelta de la pretensión que tienen los marqueses de Santo Floro para que como poseedora que dicen es de los mayorazgos de D. Juan Otazo de Guevara.

Fuentes y bibliografía:
Escritura de fundación de mayorazgo otorgada por Fernán Rodríguez, camarero del Rey [Alfonso XI] y su mujer, doña Elvira Martínez, camarera de la reina doña María, de Morata, Villaverde y Monasterio, aldeas de Segovia.
Indice de colección de Don Luis de Salazar Castro. Volumen 49. Real Academia de la Historia.
Las profesiones femeninas de la nobleza y de las oligarquías urbanas en la Castilla bajomedieval. Cusas, dinámicas, privilegios y donaciones. Prieto Sayagües, Juan Antonio. Revista Espacio, tiempo y forma. Serie III. Historia Medieval. Julio 2021.
Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo LXX VIII. Cuaderno I. Editorial Reus. Madrid, enero de 1921.
Revista de España. Vigesimo séptimo año. Tomo CXLIX. Noviembre y diciembre. Establecimiento tipográfico de Ricardo Fe. Madrid. 1891.
Nobleza de la Andalucía. Argote de Molina. Gonzalo. Imprenta Fernando Díaz. Sevilla, 1588.
Asturias Ilustrada, primitivo origen de la nobleza de España, su antigüedad. Clases, diferencias con la descendencia sucesiva de las principales familias del reino. Trelles Villademoros, Joseph Manuel. Tomo III. Madrid, 1760.
Documentos de Enrique III. Fondo Mercedes Gaibrois de Ballesteros.
Inventario de documentos existentes en el archivo de Diego Alonso de Entenza Fajardo Vera, marqués de Espinardo, realizado por el administrador Nicolás Castañón en el año 1749. Archivo Histórico de la Nobleza, ESPINARDO, C.4,D.1.
Relaciones topográficas de los pueblos de España. Vol. III. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 1994.
La venta de jurisdicciones eclesiásticas en la Corona de Castilla durante el reinado de Felipe II. Faya Días, María Ángeles. Universidad de Oviedo.
La Casa del Rey. Cuatro siglos de historia. Torre Briceño, José Antonio de la, y otros. Ayuntamiento de Arganda del Rey, 1997.
La política hidráulica de Felipe II en el heredamiento de Aranjuez. De Miguel Rodríguez, Juan Carlos, Segura Graiño, Cristina. Madrid. Revista de arte, geografía e historia. Nº 1. 1998.
En el pleito que v.m. tiene visto entre don Beltran de Guevara, con doña Juana Otazo de Guevara, su sobrina, sobre la tenuta, y posesión de los bienes del mayorazgo que vaco por fin y muerte de don Juan Otazo de Guevara, padre de la dicha doña Juana. Biblioteca Nacional . PORCONES/298(5).


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