miércoles, 30 de septiembre de 2015

Una novela de caballería escrita en Morata


Juan Cano López, vecino de Morata, escribió en el siglo XVII una de las últimas novelas del género caballeresco

Cuando el género de literatura caballeresca se encontraba en declive, un vecino de Morata, Juan Cano, escribió la V y VI partes de Espejo de Príncipes y caballeros, la continuación de una saga que se había iniciado casi un siglo antes con la publicación en 1555 de la I parte, obra de Diego Ortúñez de Calahorra. Juan Cano no editó su obra -especialistas en este género literario, no lo incluyen en sus estudios- pero una copia del manuscrito se conserva en el archivo de la biblioteca del Ministerio de Asuntos Exteriores.

El manuscrito de la novela de Juan Cano tiene una extensión de 477 folios de 32,5 cm., escritos a doble columna, en letra cursiva de fines del XVI, con reminiscencias de cortesana libraría. La entrada del catálogo de manuscritos del Ministerio de Asuntos Exteriores añade que el texto tiene muchas correcciones y tachaduras. Tras el prólogo de las primeras páginas, en el folio 5 del manuscrito se inicia propiamente la novela con la presentación  por parte del autor:
Libro primero de la Quinta Parte de el Espeio de Príncipes y cavalleros, donde se cuentan los actos y memorables hechos de los hijos y valerosos nietos de el ínclito Emperador Trebacio, y de los sublimados Príncipes y caballeros ansí de su gran corte y Reyno como de otras de las redondez de la tierra, con las altas caballerías de la bellicosas y vizarras damas.
Compuesto por Johan CANO LOPEZ, natural de la villa de Morata.-Libro primero de la Quinta parte de Espeio de Principes y caballeros (…).
En el folio 355, nuevamente Juan Cano presenta a los protagonistas de la sexta parte de la novela:
Libro segundo y último de la Sexta parte de Espeio de Príncipes y cavalleros.-Donde se tratan los altos hechos del Príncipe Don Clarissol, hijo del soberano príncipe Claridiano, hijo del poderoso e invicto Emperador Alphebo y de su esposa la esclarecida y bellicosa Emperatriz Claridiana, y de la esforzada y bella Reyna Archissilora, madre de Don clarissol y de la bellicosa y sin igual infanta Clarabella, y de las proezas y hazañas altas de otros muchos príncipes y caballeros del imperio riego y de otras partes y vizarras damas.-Compuesto por Johan CANO LOPEZ, natural de la villa de Morata (…).
Inicio de la VI parte de Espejo de Príncipes y caballeros
De las versiones  conocidas de Espejo de Príncipes y caballeros se data la I parte en 1555, la II parte en 1580, y la III y IV parte en 1587. Aún habría otra V parte, de autor anónimo, y que también se conserva en un manuscrito depositado en la Biblioteca Nacional y que está datada en torno a 1623. En cuanto a la V y VI parte de Juan Cano el manuscrito estaría escrito en torno a este año de 1823 o fechas posteriores.. En cuanto a los autores, la I parte se editó en Zaragoza y es obra de Diego Ortúñez de Calahorra; la II es obra de un autor aragonés de Cariñena, Pedro de la Sierra, y la III y IV de Marcos Martínez, vecino de Alcalá.
El autor, Juan Cano López
La autoría e impresión de las primeras ediciones de la saga de Espejo de Príncipes y caballeros por parte de autores y editores aragoneses podría plantear la duda razonable de la verdadera vecindad de Juan Cano que, como hemos visto, se limita a afirmar que es natural de la villa de Morata y conocido es que en Aragón existen dos pueblos con este nombre: Morata de Jalón y Morata de Jiloca. Afortunadamente, existen documentos que creemos pueden probar  la vecindad en Morata de Tajuña de Juan Cano: los padrones de reparto de impuestos realizados precisamente en los años en que presumiblemente se escribieron la V y VI parte de Espejo de príncipes y caballeros. En estos padrones aparece un Juan Cano en la relación del vecindario de Morata y su aportación de 760 reales al pago de las alcabalas.
Juan Cano en un padrón de pago de impuestos de finales del siglo XVI o principios del XVII

Cómo llegó al archivo y biblioteca del Ministerio de Asuntos Exteriores el manuscrito de Juan Cano nunca se podrá averiguar y solo cabe especular con la posibilidad de que el citado manuscrito formara parte de las bibliotecas privadas de Carlos IV o de la de su valido Manuel Godoy, ya que estas dos colecciones son el lugar de procedencia de la mayor parte de los manuscritos que ingresaron en el siglo XIX en el Ministerio de Estado, antecedente administrativo del actual Ministerio de Asuntos Exteriores.
La calidad literaria de Espejo de Príncipes y caballeros V y VI partes
En el catálogo del Ministerio de Asuntos Exteriores hay una reseña no muy positiva de esta serie de novelas de caballería. En ella, se señala que El caballero del Febo [Así se subtitulaba Espejo de Príncipes y caballeros en las cuatro partes impresas] es uno de los libros más pesados y fastidiosos que se conocen en su género… Los dos primeros, el de Ortúñez y el de Sierra, ni aún se recomiendan por el lenguaje; algo mejores son los dos de Martínez, aunque también peca este autor de ampuloso y pedante… y que Cervantes supo tan bien remedar (…).
De todas maneras, -continúa el comentario-  como curiosidad literaria, debe tenerse presente la existencia de estas 5ª y 6ª partes, más pedantes e indigestas si cabe que las anteriores, pero de las que parece que no había noticias exactas y precisas. Ello les da una gran importancia entre los libros de Caballería.
Como se ve, comentario nada amable ante unas novelas que, sin embargo, en su tiempo, en el siglo XVI, tuvieron una amplia repercusión como entretenimiento literario. La publicación de El Quijote y su nada velada crítica a este género literario significó el agotamiento y el final de las novelas de caballería, aunque todavía en el siglo XVII algunos autores, como Juan Cano, escribieron lo que serían sus últimos títulos, con la V y VI parte de Espejo de Príncipes y caballeros, en cuyas páginas, (folio 263) incluía unas liras. Juzguen ustedes:
Liras
Aqueste sitio ameno
solitaria morada del sentido
pues (en sí) es permitido
que es carne del agravio, porque peno
oyan [sic] mis justas quejas
todos los vegetales sin orejas
Faunos, tigres, leones
y todos los linajes de las fieras
dragones y pantheras
mis razones oid o sinrazones
pues son las mías tales
propias a ser juzgadas de animales.
Fragmento del folio 263 de la V y VI partes de Espejo de Príncipes y caballeros





miércoles, 23 de septiembre de 2015

Hidalgo Tablada, un adelantado de su tiempo

Fue alcalde de Morata, catedrático de agricultura y un inquieto impulsor de las nuevas técnicas agrícolas
José de Hidalgo Tablada fue un prestigioso e influyente divulgador de nuevas técnicas y cultivos agrícolas e inventor de maquinas para el trabajo en el campo. Especialista y estudioso del cultivo de la vid y del olivo, así como de la elaboración de vinos y aceites, fue autor de numerosas obras sobre estos cultivos que en los años de su publicación fueron ampliamente divulgadas. Además, Hidalgo Tablada, de origen andaluz pero ligado a Morata por motivos familiares –era suegro de un miembro de la familia Ruíz de Castañeda- fue alcalde de Morata entre los años 1880 y 1885. La vega y el llano de Morata fueron el escenario donde experimentó y aplicó muchas de sus investigaciones.

                                                
                                        Portadilla de uno de los libros de Hidalgo Tablada

José Hidalgo Tablada, hijo de un militar que luchó contra el ejército francés en la Guerra de la Independencia, nació en Montauban (Francia), donde su padre estaba prisionero. Fue militar y alcanzó el grado de capitán de caballería hasta su retirada del ejército en 1842. Posteriormente fundó y dirigió la Escuela Agronómica de Nogales (León). Miembro de la Junta General de Agricultura y de la Sociedad Económica Matritense, fue también un activo publicista ya que participó en la fundación y dirección de dos periódicos especializados y pioneros en la información agrícola: El Agrónomo y La España Agrícola.
Por lo que explica en alguno de sus primeros libros, hacia 1845 ya debía residir en Morata, donde también según sus propias palabras, era dueño de una propiedad en la ribera del Tajuña.
Bibliografía de José Hidalgo Tablada
•    Tratado de vinificación y descripción de algunos instrumentos que sirven para perfeccionar este arte, el modo de usarlos y sus ventajas (1850)
•    Manual de riegos y aplicación de las aguas de aluvión al cultivo de las tierras (1851)
•    Manual práctico de la construcción de los instrumentos y máquinas aratorias, carros, prensas y cuanto concierne a la agricultura en general (1851)
•    Manual de cultivo de la dalia (1852)
•    Curso de Economía Rural Española-Dos tomos. (1864-1865)
•    Tratado del cultivo de la vid en España (1870)
•    Tratado del cultivo del olivo en España y modo de mejorarlo (1870)
•    Tratado del cultivo de árboles frutales en España y modo de mejorarlo (1871)
•    Tratado de fabricación de vinos en España y el extranjero (1871)
•    Tratado de prados naturales y artificiales y su mejora (1872)
•    Tratado de las abejas (1875)
•    Tratado de administración y contabilidad rural arreglado a las condiciones de la labranza española (1875)
•    Diccionario Enciclopédico de Agricultura, Ganadería e Industrias rurales (1886-1890)
En esta obra, cuyo último volumen se edito en 1.890, el año de su muerte, y desarrollada en ocho tomos con más de 4.300 páginas, José Hidalgo Tablada, junto a López Martínez y Prieto Prieto, escribió varias entradas y coordinó y dirigió el trabajo de los colaboradores que participaron en la redacción del diccionario, que en alguno de sus volúmenes contó con más de treinta redactores.
Innovador de técnicas agrícolas e introductor de nuevos cultivos en Morata
Al margen de su obra escrita, Hidalgo Tablada también fue un inquieto innovador que experimentó con nuevas técnicas y cultivos en la vega y en el llano de Morata. Precisamente en sus libros cita en repetidas ocasiones estas experiencias de introducción de nuevas variedades en los cultivos de olivar, vides y frutales, con los que además intentaba mejorar la elaboración de vinos y aceites en nuestro pueblo. En este afán de mejorar la productividad, llegó a plantar una parcela en el llano en la que cultivaba, según el mismo, una planta de oliva de cada una de las variedades existentes en España por aquellos años. Además cultivó tabaco y sorgo, para experimentar su rendimiento en Morata, defendió la necesidad de cambiar los tipos de abono, proteger las huertas de frutales por su rentabilidad y mejorar los sistemas de riego.
Citas en sus libros
En estas citas, que hemos seleccionado de su bibliografía, Hidalgo Tablada también nos ofrece datos sobre cultivos, temperaturas, economía y formas de trabajo en esos años en Morata.
Sobre la poda de los olivos:
Tratado del cultivo del olivo y modo de mejorarlo
Poda [del olivo]. Siente mucho la tala, poda o escamujo exagerado; los cortes de grandes amputaciones le perjudican bastante, en particular en los sitios fríos, que resiste si la baja temperatura no se prolonga y el deshielo tiene lugar sin salir el sol. En Morata hay algunos árboles y nosotros los tenemos sin que hasta ahora se advierta daño mayor que en los árboles de la variedad cornicabra, que es la general.

Sobre temperaturas en Morata:
En el sitio en que escribimos, [Morata] tenemos en nuestras notas meteorológicas en el año de 1849, haber helado seguido desde el 20 de Diciembre hasta el 5 de Enero de 1850; esto es, diez y siete días seguidos siendo la mínima de 5 º a 7 º bajo 0, y sin embargo, los olivos no se helaron ni se sintieron de la crudeza del invierno, porque los deshielos tuvieron lugar con tiempo suave y lluvias.
Sobre variedades de uva en Morata: 
Tratado del cultivo de la vid
Malvasía [malvar, la uva blanca que más se cultivaba en Morata]
Esta variedad muy estimada de uva en el mercado de Madrid, adonde se lleva desde principios de Septiembre hasta Enero del año siguiente de la cosecha. Hace veinte años no se conocía apenas en los pueblos del distrito de Chinchón. Fuimos de los primeros que plantamos una viña en 1845 y tuvimos tal acierto en la elección del terreno que la uva que produce es la más estimada en esta localidad (Morata) hasta el punto de venderse cuatro y más reales por arroba más caro que la de su misma clase.


Diccionario de agricultura vol. 2
Jaén [Otra variedad de uva blanca muy extendida en Morata]
En efecto; la cepa Jaén, estando plantada en suelos húmedos, bajos y fríos, no madura en la región central, ni en Morata de Tajuña, donde esto escribimos y la cultivamos. Pero colocada en suelos calizos, ventilados, secos, o en guijarrosos areniscos calizos, madura para primeros de Octubre; su uva se pone dorada, dulce, y produce un vino blanco resistente y espirituoso. Mezclada con la uva tinta que aquí se cultiva que es en nuestro juicio la Teinturier, da vigor al caldo y facilita su conservación. La uva de la vid Jaén es la mejor que se conoce para dar mucho y superior aguardiente, y de ella viene el crédito de los de Chinchón, cabeza de distrito de esta localidad, y que, lo mismo que en ella, se fabrican en Arganda del Rey, Morata, etc.
Sobre la vendimia:
Tratado de conservación de vinos
Como regla general puede decirse que el tiempo de la vendimia se adelanta en Toledo porque está a 450 metros sobre el nivel del mar; es después, y casi al mismo tiempo, en Ciudad-Real, que está a 650, y en Madrid a 655; (Morata está a 560), Guadalajara a 675 y Valladolid a 680, vienen después; y en fin, el límite en que casi madura, es a 800 metros de altura sobre el nivel del mar desde los 38 a 42 grados de latitud. Como se ve, no puede ser una regla el mes ni el día en que por término medio se puede dar principio a la vendimia; hay que examinar atentamente el estado de la uva y no dar principio a cortarla hasta que tenga las condiciones requeridas, pues de ello dependen las cualidades del mosto y como consecuencia las del vino.
Sobre la calidad de los mostos:
En la región en que escribimos y sitio en que tenemos nuestra propiedad (Morata de Tajuña), los mostos que en su estado natural llegaban á 13 grados daban vinos regulares sin mas cuidados que los ordinarios; que de 14 á 15 los vinos obtenidos ofrecían cualidades sobresalientes y larga duración.
Sobre riegos y uso del agua:
Manual de Riegos y aplicación de las aguas de aluvión
En la vega de Morata de Tajuña cuyas tierras son arcillosas, no se ha calculado con exactitud el agua que se emplea en el riego de una superficie equivalente a una hectárea, pero en los ensayos que nosotros hemos hecho nos parece que llega a 700 metros cúbicos o sea 7 centímetros de altura la capa de agua. Este método [riego por bancales] lo hemos establecido nosotros en un terreno bastante quebrado, con objeto de formar una huerta en Morata de Tajuña. En ella se encuentran bancales de dimensiones grandes y medianas, los cuales están plantados de árboles frutales, olivas y vides. En parte del terreno cuya pendiente es muy grande se riegan las plantas por regueras de nivel; según hemos dicho puede hacerse con el sistema a que estos pertenecen. Las aguas de que puede disponerse aunque son pocas, según hemos dicho, se recogen en un grande estanque, y de este modo se riega por diferentes métodos según la disposición del terreno. En la misma localidad se encuentra otra huerta que Don José Salcedo, propietario de ella, tiene dispuesta del mismo modo con lo cual utiliza tierras que en otro caso nada valdrían.

Sobre la siega y los precios de los jornales:
Tratado de administración y contabilidad rural
La aranzada de trigo no se siega en el sitio en que escribimos (Morata de Tajuña, a seis leguas de Madrid) menos de 50 rs., y además hay que dar vino a discreción, aceite, vinagre, aguardiente y leña para guisar, que todo vale lo menos otros 10 rs., y hacen 60 por aranzada

Sobre variedades de fruta en Morata:
Tratado del cultivo de los arboles frutales en España.
Pera temprana.
De esta hay dos variedades, una denominada de fruto pequeño, y otra de grande; porque comparativamente la última es mayor tres cuartas partes; la primera tiene poco más de un centímetro de alto y la segunda cuatro.
La grande presenta el fruto amarillo en el lado de la sombra y muy colorado en la parte que le da el sol; la pequeña es amarilla toda. En uno y otro árbol se observa gran desarrollo, si se injerta en franco, lo cual requiere, así como el que no se sujeten a  las formas de espaldera., etc., que exigen podas repetidas. De la variedad pequeña, tenemos una planta procedente de semilla, que, si un arbolista de oficio la hubiese conseguido, estaría bautizada con el nombre de la finca o del pueblo en que la hubiese obtenido, se llamaría temprana, de Morata.


Sobre las huertas de frutales y su rentabilidad:
V a l o r de los productos del arbolado.
Cuando se ve, como en el presente año hemos visto en el sitio en que escribimos (Morata de Tajuña) arrancar plantíos enteros de arbolado frutal de pipa y hueso, y se considera que están situados a cinco leguas de la Corte, de ese mercado a que concurren frutas de todos los puntos de la Península y se venden con regular estimación; cuando se examina que la tierra ocupada por los árboles tiene riego abundantísimo y que la fruta es de muy buena calidad, especialmente la de pipa; se ocurre dudar de la utilidad de nuestro trabajo sobre una materia que desde luego aparece aquí, como poco nada productiva, siendo esta la idea que se sustenta y defiende por los que han dado los árboles casi de balde con el solo fin de tener pronto libre el suelo de plantas que vimos poner hace veinticinco años y estaban en plena producción. Tal anatema contra los frutales, creímos por un momento fuese una ligereza de parte de los que administrando bienes ajenos, habían incurrido en la debilidad de creer a la gente rústica del país, que como lo general de su clase en España tiene aversión a los árboles y prefieren las tierras libres de obstáculos que les impiden con la sombra destinarlas a cultivos que requieren la influencia directa del sol: pero habiendo visto que propietarios que pasan por inteligentes han seguido la marcha por aquellos iniciada, hemos creído conveniente decir algo, que traiga el asunto a su verdadero punto de vista, y demostrar hasta donde sea posible que hay error en destruir una riqueza importante y útil, para fomentar el modo de comprender las cosas por gente ignorante y rutinaria, como es desgraciadamente lo general de la trabajadora del campo en España.
 
Sobre la utilidad del guano como abono:
En Morata de Tajuña, en nuestra modesta propiedad, hemos repetido los ensayos y aplicado a la siembra de plantas diferentes el guano desde 1867 hasta hoy, comparando sus resultados en el sistema seguido por la práctica de este país, que nosotros, como los demás labradores, seguimos, no por ignorar sus defectos y perjudiciales resultados de sembrar en los secanos las tierras con el barbecho de reja y sin abonos de ninguna clase, pues las de regadío absorben todo, y sin embargo sólo reciben la mitad de lo que necesitan de los estiércoles que se producen; los estimulantes que se usan para las plantas de huerta son la palomina, que se adquiere al ínfimo precio de 7 a 14 rs. fanega colmada; pero como 100 de guano equivalen a 250 de palomina, aun en el caso del tan bajo precio a que resulta ésta, es conveniente aquél. (…) Si en pueblos como éste, de una gran vega de regadío, lindando con las de Chinchón, Perales, Colmenar y otros, pusieran un depósito de guano y otros abonos, que se dieran a plazo hasta realizar la cosecha, se haría un buen negocio por los comerciantes de abonos y los labradores, que éstos solo así pueden intentar usarlos, pues repetimos carecen de medios pecuniarios.

Sobre sistemas de medida en la agricultura: 
La hectárea, que es hoy la medida legal que ha reemplazado en toda España las infinitas que se conocían para medir las tierras, contiene 100 áreas ó 10.000 metros cuadrados. El sistema métrico decimal, que fue adoptado por la ley de 19 de Julio de 1849, vino asustituir al sistema que regía, y que aún no se ha hecho desaparecer, y gracias al cual en cada provincia, y en ésta en cada pueblo algunas veces, se tenía una clase de medidas distintas, que exigían estudio complicado y difícil, no siendo extraño encontrar pueblos en que una fanega de tierra, según el sitio que ocupaba, así era su extensión: en riego, 200 estadales de 16 varas cuadradas el estadal, era una fanega; en secano, en los llanos, 400, y en los bajos y vertientes, 300; esto tiene lugar en el pueblo que escribimos, Morata de Tajuña, a 40 kilómetros de Madrid.

Sobre la maduración del olivo y vivero con todas las variedades
El fruto del olivo necesita para madurar, desde la época de florecer hasta la madurez, 3.978° de calor en la variedad más tardía, que es la cornicabra, y en la racimal 3.400°. Esta circunstancia y diferencia hace que los olivos de una variedad puedan en un clima madurar el fruto, y en otros no. La evidencia de esta verdad científica la hemos comprobado en la práctica, por haber podido conseguir reunir en una finca de nuestra propiedad en esta población (Morata de Tajuña) cuantas especies se cultivan en España, de que trataremos en adelante.

Sobre la introducción del cultivo del sorgo: 
Sorgo azucarado chino. Es una planta de lozano crecimiento, de aspecto bello y de una altura que nosotros la hemos hecho llegar a 5 metros. El grueso de sus tallos varía desde 1 a 2,50 y más centímetros de diámetro, a flor de tierra, inmediato al nudo vital de la planta; los eutrenudos o meritallos son muy largos. En terreno fértil de riego, en Morata de Tajuña, le hemos contado de cinco a veinte tallos en cada mata, pues ahija mucho en buen terreno y bien preparado. Las hojas son largas, palmeadas, y en el punto que abraza el tallo, color de caña bajo casi blanco. Esta planta se cultiva en la vega de Morata para hacer escobas de sus glumas, desde que cultivamos nosotros las semillas que recibimos del Ministerio de Fomento.

Sobre el precio de los jornales:
Curso de Economía Rural Española. Tomo 1
En Morata de Tajuña (Madrid) hace diez años valía un jornal 6 rs. , término medio 30 rs. la fanega de trigo, y 140 rs. la renta de una aranzada de tierra en término general: esto hacia que una fanega de trigo valiese 5 jornales y 22/2 la renta de la tierra; siendo esta al precio del trigo cinco veces mayor, y este a los jornales cinco veces también.

Sobre la explotación del esparto: 
La fibra del esparto tiene bastante consistencia cuando se beneficia y arregla con cuidado, la hebra es fina aunque por los métodos hasta ahora conocidos aparece tosca; pero no dudamos que estudiando la manera de mejorar sus aplicaciones, se obtendrían algunas mas lucrativas que las existentes. En Argelia se hace papel de esparto y se usa para algunos tejidos. En España se hace cartón, en Morata hubo hace unos cuantos años una fábrica , que después se dedicó para papel de trapo.
Sobre el cultivo del tabaco:
Los gastos de cultivo y plantacion (1), recoger, secar y arreglar las hojas, etc., etc., hacen subir á 3.000 rs. por hectárea, (se entiende en Europa) y el producto alcanza hasta 4.200, quedando, término medio de buenas condiciones, 1.200 rs. líquidos por hectárea. En cada una se siembran 10.000 plantas, aunque hay sitios que se efectúa hasta de 30.000. El tabaco se siembra en camas calientes y se trasplanta después. En Morata lo cultivamos nosotros en siembra de asiento.
Sobre el cultivo de la remolacha:
Curso de Economía Rural Española tomo 2
Los tubérculos y raíces sembrados en secano están sujetos a estos contratiempos, si no se cuida de buscar tierras sueltas, sustanciales y frescas, que conserven jugos en el estío y no se suspenda el desarrollo de los vegetales que se les confía. En otro caso, tratándose de la remolacha y otras raíces que viven en su mayor parte saliéndose de la mitad de su tamaño hacia la corona fuera de la tierra, aunque esta parte resulte con mas azúcar y materias azoadas que la que queda enterrada, no tiene gran utilidad para el ganado, pues no la come sin que se le prepare por medio de la fermentación según diremos después. (…) En este caso, o en el de conseguir sin riego buena producción de raíces, en España se advierte que contienen un doble en materias azoadas, con relación á las naciones del Norte, y esto se demuestra confrontando el estado núm. 2 con el núm. 7. La cantidad de agua en las raíces cultivadas en secano en España es mucho menor; en las de Valdelamasa aparece hasta 4 por 100 menos y nosotros las hemos obtenido en Morata de Tajuña con 8 por 100 de diferencia, comparado con el estado núm. 7.

Inventor de arados y máquinas agrícolas
                                                  Arado de Hidalgo Tablada

En su faceta de inventor de máquinas agrícolas, ya que consideraba que el atraso del campo español se debía en gran parte a lo obsoleto de sus herramientas y utensilios, Hidalgo Tablada fue un insistente defensor de los arados que el mismo diseñó y elaboró en Morata con la colaboración de Domingo Baró, un herrero vecino de la villa. Fue autor, como queda reseñado en su amplia bibliografía, de un Manual práctico de la construcción de los instrumentos y máquinas aratorias, carros, prensas y cuanto concierne a la agricultura en general (1851), editado por el periódico La España Agrícola. Para comprobar las características de uno de sus arados, el Ministerio de Comercio, Instrucción y Obras Públicas organizó una demostración en Madrid y elaboró un informe sobre la opinión que merecía a sus responsables el trabajo de Hidalgo Tablada:
Informe de la sección de agricultura del Real Consejo de Agricultura, Industria y Comercio sobre los instrumentos de agricultura del Señor Hidalgo Tablada.
El día 21 de diciembre de 1848 el Sr. Don José de Hidalgo Tablada presentó al examen del ministerio de Comercio, Instrucción y Obras Públicas y al de los habitantes de Madrid, varias máquinas aratorias, entre las cuales la principal era un arado de vertedera. Grande y escogida fue la concurrencia para ver este ensayo, que se verificó en la posesión llamada de Piernas, que cultiva D. Joaquín de Palacios en las afueras de la Puerta de Recoletos; y la sección vio con gusto que todos reconocían la necesidad indispensable de las vertederas en los arados, si se quieren obtener buenas labores, que en el cultivo en grande sustituyan el trabajo de los cavadores, y en ciertos casos el de las layas.
El primer arado que el Sr. Hidalgo hizo poner en juego es de una sola vertedera de hierro dulce, construido en Morata, de menores dimensiones que la del arado de Hallié presentado anteriormente por el Excmo. Sr. D. Mariano Miguel de Reinoso y también de menor curvatura. La reja, también de hierro dulce, algo parecida a la de aquel, y sujeta del mismo modo con tornillos. La cuchilla, aunque de la propia forma y dimensiones, colocada en distinto punto, lo cual presenta la ventaja que se dirá luego. El dental también de hierro, y dispuesto de modo que por medio de dos tornillos se sujeten a él la vertedera y reja. La armazón de las demás piezas, igual en un todo a la del arado común de esta provincia de los de cama de hierro, con una sola esteva y el timón con el clavijero de los que aquí se usan, pero con una pequeña variación en la dirección del tiro para hacerle mas fácil y directo. Respecto al uso de este arado, que queda ligeramente descrito, observó la sección que las dos mulas regulares que tiraron de él hicieron con bastante descanso varios surcos, en los que el arado dejaba cortada verticalmente la tierra por su lado izquierdo, y que volteaba perfectamente la del lado derecho. Soltó el mozo la mancera de la esteva, y siguieron las mulas arrastrando el arado en su posición natural, sin que se cayera de un lado ni otro, y sin salirse del surco, lo cual hizo para que se viese prácticamente que la colocación de la cuchilla en la parte exterior de la cama en su lado izquierdo, donde un tornillo de presión la sujeta en una caja de hierro sobrepuesta, sirve para contrarrestar la resistencia oblicua que sufre el arado por el lado de la vertedera. Se siguió haciendo varios surcos siempre a una mano, para que la vertedera arrojara la tierra sobre los anteriores, y no se notó en las mulas mas diferencia de cansancio que el que puede resultar de marchar una siempre por tierra firme y otra por la mullida.

En La España Agrícola, Hidalgo Tablada también dio difusión a otro arado diseñado por otro morateño, José Salcedo. Estas eran sus características: 
El arado que representan ha sido inventado por D. José Salcedo, vecino y propietario de Morata de Tajuña. Este inteligente y práctico labrador, emprendió la mejora del arado que se usa en aquella localidad en vista de las que nosotros habíamos ejecutado, cabiéndonos así la satisfacción de haber sido el móvil para que lo haya efectuado.
El conjunto de este arado es excelente y la labor que hace es muy buena, si se hace abstracción del volteo de la tierra, que no puede efectuarlo con las ventajas que lo hacen los de una vertedera. (…).
 

Informe sobre los regadíos del Tajuña
Finalmente hay que reseñar otra faceta de Hidalgo Tablada y es su interés por la mejora de los regadíos. Gracias al prestigio obtenido por sus publicaciones y actividades a favor de la agricultura española, el Ministerio de Fomento le encargó en 1.854 la redacción de un informe sobre la mejora de los regadíos en la comarca del Bajo Tajuña. Lo cierto es que la orden en la que se autorizaba este estudio fue publicada en la Gaceta de Madrid, el Boletín Oficial de la época, pero no ha quedado constancia de que fuera finalmente redactado y por supuesto, lamentablemente nunca llegó a ejecutarse:
Fomento—Por Real orden de 20 de abril (Gaceta de 24), se autoriza a D. José Hidalgo Tablada, residente en Morata de Tajuña, para que en el término de un año practique los estudios de uno ó varios canales derivados del rio Tajuña, y los de rectificación y prolongación de algunos de los existentes para fertilizar los terrenos de Perales, Morata, Chinchón y Bayona, en esta provincia; en la inteligencia de que por la presente autorización no adquiere el interesado derecho alguno a la concesión definitiva de la obra, si no se estima conveniente, ni a indemnización de ningún género por los trabajos que practique.

Esta es la trayectoria vital, necesariamente resumida, de José Hidalgo Tablada, un adelantado a su tiempo, preocupado y ocupado por la agricultura, y que con sus investigaciones, libros y capacidad innovadora demostró su amor por el campo en general, y también por el avance de la agricultura en Morata, el pueblo en el que también ejerció como alcalde durante cinco años.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Pleito contra la administración del Concejo


En el fondo de la denuncia, subyace el conflicto por los derechos señoriales

Pleito contra la administración del Concejo

En 1815 cuatro vecinos de Morata se dirigen a la Sala de Alcaldes de Casa y Corte -órgano judicial superior de la época- para solicitar el nombramiento de un alcalde mayor y la revocación del escribano del concejo. Para justificar su petición relatan lo que consideran una situación de corrupción en la administración de la justicia municipal y responsabilizan de la situación al escribano del concejo, Ramón García Nieto.

La institución de la Alcaldía Mayor, como administradora de Justicia en primera instancia estaba ligada desde 1734 al señorío que ejercía el marqués de Leganés-posteriormente de Altamira- en la villa. De hecho, el primer alcalde mayor del que hay constancia es Cristóbal de Salcedo, que empieza a ejercer en 1.734, el año en que el marqués de Leganés toma posesión del señorío de Morata y, como tal señor, empieza a detentar, entre otros derechos, la jurisdicción de la justicia civil y criminal y el derecho a nombrar alcalde mayor y escribano del concejo. Frente a este poder señorial, el concejo también contaba, aunque a un nivel inferior en su rango a la hora de administrar justicia, con los alcaldes ordinarios, cargos que en 1.815 ostentaban Pedro Salcedo Fominaya, por el estado noble, y Tomás González, por el estado del común.
Por aquel año de 1815 no debían de estar muy conformes con la administración de estos derechos señoriales, al menos, una parte importante de los vecinos de Morata representada por los cuatro denunciantes. Aunque en el escrito de denuncia no se nombra directamente al alcalde mayor, de hecho, se solicita el nombramiento de uno nuevo, se supone que al margen del poder de decisión del conde de Altamira. En esta época, en Morata y en el resto de España, los derechos señoriales, que habían sido abolidos por la Constitución de Cádiz y restaurados por el rey Felipe VII, generaron numerosos pleitos entre las villas y la nobleza señorial. En Morata, dos años después, en 1817, se inició pleito con el conde de Altamira para recuperar los derechos de medida que ostentaba el conde y que, lógicamente, significaban un gasto para los cosecheros de vino, trigo y otros cultivos del campo morateño.
Pero en 1815, las protestas de una parte del vecindario, se referían a la situación de desgobierno que, según los denunciantes, se producía en la villa: robos y agresiones a mujeres solteras, son algunas de las denuncias, pero también serias acusaciones de nepotismo en el nombramiento de cargos públicos, falsificaciones y suplantaciones de firmas que, en conjunto, originaron hasta un motín, el 28 de mayo de 1.815, de acuerdo con el texto de la denuncia remitida a la Sala de alcaldes de Madrid.
Los denunciantes también hacen alusión a la actitud del escribano y sus acólitos respecto al médico titular de la villa y al boticario. Respecto al primero, en el escrito se señalan agresiones, acusaciones de ineptitud para el ejercicio de su profesión médica y hasta la vergüenza de arrojarlo a un pilón por parte de sus detractores. En cuanto al segundo, el boticario, en la denuncia se señala que hubo de abandonar el pueblo a causa de los desórdenes que con su familia han ejecutado …
Frente a esta situación de enfrentamiento, uno de los vecinos que se puso en contra de la actuación del escribano del señorío, es el escribano real, José Aparicio, quien denunció que ni siquiera se daban curso a las órdenes que llegaban al concejo, entre ellas las que mandaban rendir cuentas de los años anteriores.
Para hacer frente a esta situación de enfrentamiento, en la Sala de Alcaldes de Casa y Corte se decidió que testigos imparciales y de probidad, como se señala en el expediente, aportaran su testimonio para dirimir el pleito. Vana intención, pues tal como consta en el legajo, el alcalde de Arganda, al que recurrió la Sala declinó muy diplomáticamente pronunciarse sobre el enfrentamiento que se estaba produciendo en Morata, mientras que del cura párroco de la iglesia de Morata se ignora cuál fue su testimonio, sencillamente porque no aparece en el legajo de un expediente que tampoco recoge sentencia alguna respecto a la denuncia que lo originó. De hecho, el alcalde mayor Joseph Zagle y Velarde*, que ocupaba el cargo desde 1802, siguió en el mismo hasta 1817, año en el que le sustituyó Antonio Evaristo de Haro, quién sería el último en ocupar este cargo de alcalde mayor antes de su abolición. El escribano acusado de fomentar la banderías y de despreciar la justicia, Ramón García Nieto, también conservo su puesto hasta 1822, en que fue sustituido por Pedro Fominaya, con lo que es de suponer que la denuncia no consiguió el objetivo de retirarle del cargo municipal. Mientras tanto, las prerrogativas del señorío continuaron en vigor, bien es cierto que cada vez con menos poder de decisión hasta su definitiva abolición en 1837.
*Los datos de los nombres de los escribanos y los alcaldes mayores se han obtenido del libro Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio de la-Ayuntamiento de Morata de Tajuña-Madrid, 1990

Denuncia contra el escribano de Morata

Archivo Histórico Nacional. Leg.1404. Exp. 72

1815
Transcripción
Morata
Expediente formado a consecuencia de orden de la Cámara ganada a instancia de Thomás Díaz, Antonio Oliva, Cándido Sánchez y Ramón Ximénez, vecinos de la villa de Morata.
Sobre:  Que se establezcan en ella Alcalde Mayor, se nombre escribano y otras cosas.
Excelentísimo Señor
Thomas Díaz, Antonio Olivas, Cándido Sánchez y Ramón Ximénez, vecinos pecheros de esta villa de Morata, con el más profundo respeto hacen presente que con motivo de las injusticias, el poquísimo respeto, o la falta de cumplimiento no solo a las órdenes del Supremo Consejo de Castilla, sino a las de nuestro Rey el Señor Don Fernando el Séptimo y su Gobierno, que la Justicia y Ayuntamiento están haciendo de cuya inobediencia se han experimentado y experimentan notables daños a todo el vecindario; de modo de que a fin de que V. E. o el Consejo tome la oportuna y repentina providencia que consolide un verdadero régimen, no pueden menos los exponentes de cerciorar todo lo que pasa a V. E. en esta villa.
La primera es la poquísima administración de Justicia: díganlo los desordenes que de noche se han experimentado, como es quitando el honor los jóvenes a las solteras. Casas, huertas, puertas que no las hayan violentado; de estos datos las pruebas suficientes lo serán, el golpe atrocísimo [sic] que dieron al médico titular, sacándolo seguidamente como que era para un enfermo y lo echaron en el pilón de la fuente. El boticario, que ha tenido que ausentarse aburrido, a causa de los desórdenes que con su familia han ejecutado y trataban ejecutar estos mismos jóvenes. Y de estos atentados o hechos públicos ¿qué resolución han tomado para contener tales atentados? Sólo la de yacer tranquila la Justicia de noche en sus lechos.
Segunda. La falta de cumplimiento a toda orden superior. Prescindiendo de las rigurosísimas [órdenes] que nuestro amado monarca y su gobierno han dirigido a fin de que las Justicias de los años anteriores den las cuentas.
Bastará de más pruebas la última que han recibido que es la de los Dispersos, la que fue leída delante de todo el Común de los vecinos en el día 28 del anterior mes de mayo. Habiendo preguntado Don José Aparicio, abogado de los Reales Consejos, en qué día había sido recibida, le contestó el escribano del Ayuntamiento que haría uno o dos correos, a lo que a presencia  expuso el mismo Aparicio, el poco respeto que daban a toda superior orden y máxima que por su omisión se había perdido la ocasión de haberse podido coger a un pícaro de Capitán, acaso de los que comprende la referida orden, sin pasaporte alguno, el que … alojaron y el que el día del Corpus vociferó públicamente mil desatinos contra nuestro amado Fernando, diciendo que hasta que Napoleón volviera no habría gobierno bueno en España. ¿Por qué leyeron esta orden a presencia del referido Concejo, siendo así que jamás se hace saber nada y la insinuada no dice se junte el pueblo?  Fue leído por querer ocultar una de sus inicuas maldades. Dígalo todo el Común de Vecinos, que el tal Congreso era dispuesto para tratar de la despedida del inocente médico, al que veneramos y estimamos, excepto aquellos que se hayan inculcados en el expediente que sigue en el Consejo de Castilla, solo porque pidió sus sueldos y escandalosamente pusieron preso. Mas como todo se les ofuscó, por haberse presentado tan a tiempo y en aquel mismo acto, el tal facultativo con una carta cerrada con su sello del Supremo Consejo hallaronse absortos y aturdidos, y por esa causa se leyó la otra, según fe puede sacarse del escribano Real que es el mismo Aparicio.
Tercera, será como estos inculpados en lo del médico son los que tiene el pueblo hoy en bandos, son los que seducen para mil iniquidades a sus parientes, según se puede ver en la última y escandalosa conjuración que tenían hecha con sus firmas, tratando en su escrito de inepto en su profesión al médico, al que no tratan sino de perderlo, aunque nos parece que no, por ser de superior talento, como para tener la razón y justicia.
¿No son estas suficientes pruebas de que en esta Villa no hay justicia y que según la Gaceta del 15 de este mismo es como aquella encubridora de mil maldades? ¿Pero cómo es posible la podrá haber cuanto aquí desde que vinieron los franceses, no se guarda la de huecos y parentescos? Véase el Ayuntamiento que tenemos y se cerciorará usted, es pariente del Alcalde hasta el escribano y siempre es así.
Hemos insinuado al bendito del escribano. Quedará vuestra excelencia absorto si es que fija su atención. Tenemos para hombre de fe pública a un falsario en todos sus escritos, suplantador de firma del señor Albarrategui, contador de propio;  ladrón de la Real Hacienda, con las que suplantó o fingió; sáquense esos autos abiertos que residen en la escribanía del señor Maruri y quedará la Superioridad pasmada. Este, este es la piedra fundamental de todas las iniquidades de esta Villa. Este es el con sus falsedades [permite que] hagan,  deshagan la Justicia, pues cree permanecen todavía los franceses.
En fin señor, de estos son datos, lo que son públicos y ciertos como probables todos, resolverá V. E. o el Consejo de Castilla la oportuna Providencia a fin de que resida un verdadero régimen y se eviten estos Partidos tan nocivos como hay, pues han llegado en el mismo día 28 del anterior mes a un principio de motín. Y en fin esperamos juntamente para corregir tantos perjuicios como experimentamos, se recojan inmediatamente las llaves del archivo de Villa y oficio de Escribano, que reside en su propia casa. Por todo lo cual:
A V. E. rendidamente suplicamos tome la eficacia posible, a fin de que se establezca, según anteriormente lo ha habido, un alcalde Mayor, con su nuevo escribano, pues de no verificarse así, solo esta villa será capaz, según se ve en el día de hoy, de llamar la atención no solo de V. E. sino de el Consejo de Castilla y nuestro amado Rey. Cuya gracia, como justicia, esperan de V. E. los exponentes y verdaderos españoles.
Morata, 18 de junio de 1815.
De los que por no saber firmar lo hacen los dos por los otros.
Antonio Oliva Thomás Díaz
31 de julio de 1815
Señores de Sala plenario
Gobernador, Soler, Cavanilles, López Roldán, … y otros
Dese cuenta con la … que corresponde con los antecedentes si los hubiese
Thomás Díaz, Antonio Olivas, Cándido Sánchez y Ramón Ximénez, vecinos de la Villa de Morata, han dirigido a la Cámara la adjunta exposición, en que piden se establezca en ella según lo estaba anteriormente un alcalde mayor y se nombre un nuevo escribano. La Cámara, en su vista, ha acordado se publique por vacante dicha Alcaldía mayor y que la Sala de Alcaldes tomando las noticias reservadas que estime convenientes de personas de probidad e imparciales, informe acerca de los desórdenes y delitos de lo … hubiere. Y de su orden lo participo a Vd. a fin de que, haciéndolo presente en dicha Sala, disponga su cumplimiento devolviéndome con el informe la referida exposición. Dios guarde a Ud. muchos años.
Madrid a 27 de julio de 1815
Juan José de Ayestamendi
Señor Gobernador de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte

Agosto cuatro de 1815
Señores de la Sala plena: Gobernador, Soler, Cavanilles, …
Infórmese … al cura párroco y a la Justicia del pueblo más inmediato


En la Escribanía de Cámara de Madrid no existen antecedentes algunos relativos a Thomás Díaz, Antonio Oliva, Cándido Sánchez y Ramón Ximénez, y solo y con respecto al pueblo de Morata están pendientes las causas siguientes:
La principiada por la justicia de Morata en agosto de 1813 contra Juan y Antonio Ramírez por robos, la cual está en poder del … Cavero para recibir las confesiones.
La de Francisco Santillana también principiada en la misma época por robo de ganado lanar y que se ha recibido a confesión y prueba en este día.
Y la de Lucio Fominaya principiada en el mismo tiempo por robo y de la cual conoce todavía la referida Justicia habiéndomela comunicado en 12 de junio para que en el término de dos meses la determine definitivamente y consulte bajo la multa de 100 ducados.

La Sala de Señores Alcaldes en vista de una orden que se la ha comunicado por la Cámara ha acordado que se informe reservadamente sobre el contenido de la exposición de que es copia certificada la adjunta, presentada a la misma Cámara por Thomás Díaz, Antonio Oliva, Cándido Sánchez y Ramón Ximénez, vecinos de la Villa de Morata, en que piden se establezca en ella, según lo estaban  anteriormente, un Alcalde Mayor, y se nombre un nuevo escribano; siendo extensivo dicho informe acerca de los desórdenes y delitos del escribano, tomando para ello las noticias reservadas que estime convenientes de personas de probidad e imparciales.
Dios guarde a Ud. Muchos años
Madrid, 12 de septiembre de 1815
Cura Párroco de la Villa de Morata
A la justicia de la Villa de Arganda
Es copia de su original de que certifico: Yo, don Ignacio Antonio Martínez del Consejo de S. M. su señoría, escribano de Cámara más antiguo y de Gobierno de la Sala de Señores  Alcaldes. Y para que conste y acompañe a una orden de la misma Sala que con esta fecha dirijo a la justicia de la villa de Arganda, doy la presente que firmo en Madrid a doce de septiembre de 1815.
Ignacio Antonio Martínez

Respuesta de la Justicia de Arganda
Señor Don Ignacio Antonio Martínez
Deseando cumplir exactamente con la orden de los Señores de la Sala, que me comunicó Ud. con fecha 12 del corriente, reducida a que tomando noticias reservadas de personas de probidad e imparciales informase con la misma reserva acerca del contenido de la exposición hecha a la Camara por Thomás Díaz, Antonio Oliva, Cándido Sánchez y Ramón Ximénez, vecinos de la villa de Morata, de que se me remitió copia que devuelvo, he tomado todas las medidas conducentes para no aventurar el sigilo y por si podía conseguir noticias  exactas que ilustrasen algún tanto los extremos que comprenden la referida exposición, pero nada he adelantado a motivo del ningún conocimiento que tengo en las personas de aquel pueblo, lo que me retrasó también de pedir informe al cura párroco de Morata pues podría suceder muy bien que tuviera algunas relaciones de amistad con las personas que se verán en el asunto.
Espero que los señores de la Sala se harán cargo de estas consideraciones para que convencidos del justo respeto debido a sus órdenes tomen en su vista la resolución que fuere de su superior agrado.
Dios guarde a Ud. muchos años
Arganda, 18 de septiembre de 1815
Miguel Asenjo [Alcalde de Arganda]

Requerimiento al cura párroco de Morata
19 de octubre de 1815
Reunión del Pleno de la Sala de Alcaldes: Gobernador, cavanilles, tuero, oller, …
Hágase recuerdo para que inmediatamente evacúe el informe
En 12 de septiembre último remití  a la Sala de Alcaldes copia certificada de la representación hecha a la Cámara por Thomás Díaz, Antonio Oliva, Cándido Sánchez y Ramón Ximénez, vecinos de la villa de Morata, en que pedían se estableciese en ella, según lo establecido anteriormente, un Alcalde Mayor y se nombrase un nuevo escribano, a fin de que reservadamente informase sobre su contenido y sobre los desórdenes y delitos del escribano tomando para ello las noticias que estimase  convenientes de personas de probidad e imparciales.
Y no habiendo evacuado dicho informe ni aun contestado el recibo, sin embargo del tiempo que ha mediado, en su vista ha resuelto la Sala se dé orden para que inmediatamente ejecute dicho informe y de su acuerdo se lo participo para su inteligencia y cumplimiento
Dios guarde a Ud. muchos años
Madrid, 20 de octubre de 1815

sábado, 12 de septiembre de 2015

La aportación económica de Morata al Monasterio de El Escorial

Casi un 10% de los diezmos recaudados en la villa se destinaban a su mantenimiento

La aportación económica de Morata al Monasterio de El Escorial

Durante un periodo de cerca de trescientos años, los morateños aportaron parte de sus impuestos eclesiásticos, los diezmos, para el mantenimiento del monasterio de San Lorenzo de El Escorial. La Carta de fundación y dotación de San Lorenzo el Real, otorgada por el rey Felipe II el 22 de abril de 1567, incluyó entre los bienes asignados al monasterio aproximadamente un 9 por ciento del importe total de los diezmos que se recaudaban cada año en Morata. Además, el monasterio también fue propietario, hasta las desamortizaciones del siglo XIX, de algunas parcelas en la vega de Morata que se arrendaban a vecinos de la villa.

La construcción del monasterio de San Lorenzo de El Escorial, el proyecto arquitectónico más importante del reinado de Felipe II, requirió un importante esfuerzo económico a la corona española y, en consecuencia, a todo el reino. Felipe II, con la carta de fundación y dotación del monasterio, ordenó las fuentes de financiación para la construcción y mantenimiento de su obra más emblemática en base a distintas donaciones de dehesas y tierras de cultivo, derechos sobre montazgos y otros impuestos de la época, rendimientos de salinas o, entre otros muchos ingresos, un porcentaje de los diezmos eclesiales de distintas villas castellanas. Así, parte de los impuestos que los morateños pagaban al arzobispado de Toledo por los diezmos fueron adjudicados al monasterio de San Lorenzo de El Escorial, según se expresa en el  item 12 de la carta de dotación y fundación del monasterio.
La cesión a la fábrica de El Escorial de parte de estos impuestos eclesiales necesitó la autorización papal, a través de una bula y distintos breves en los que sancionaba la decisión del monarca español que, lógicamente, afectaba directamente a los distintos perceptores del diezmo recaudado en Morata.
En el reparto de los diezmos, el monasterio de San Lorenzo de El Escorial recibía, aproximadamente, el 9 por ciento de los ingresos totales, según se desprende de la certificación que se hace de los diezmos de Morata.
Según el Catastro de Ensenada, que recogía en su documentación detalladamente el importe de los diezmos cobrados por la Iglesia a los vecinos de la villa, este impuesto ascendía anualmente, alrededor del año 1750, a algo menos de 48 cahíces de trigo, 76 cahices de cebada, 209 maravedíes del diezmo del vino, 253.200 de los llamados menudos. (Un cahíz equivale a 12 fanegas).
Importe y reparto de los diezmos de Morata
Por certificación de la escribanía mayor de decimales de la ciudad de Alcalá contra los diezmos de las fincas del término de esta villa han importado en el último quinquenio desde el año 1646 hasta el de 1.650 ambos inclusive en arrobas
De trigo 244 caíces, tres fanegas y nueve celemines y 3/5
De cebada 386 caíces
De vino un cuento y 48.000 maravedíes
De menudos un cuento y 266.000 maravedíes
De corderos  317.547 maravedíes y de obreros 421.777 maravedíes
Y en cada un año del referido quinquenio han valido estos derechos 48 caíces 10 fanegas 4 celemines y un quinto y medio de trigo, 76 caíces, dos fanegas, 4 celemines y 4 quintos de cebada; 209.600 maravedíes, de vinos;  253.200 de menudos; 63.511 de corderos, 84.355 de obreros. Tocando a cada partícipe de  los que hay a estos diezmos en cada un año de los referidos lo siguiente:
Iglesia de esta villa
4 caíces, 11 fanegas, dos celemines y 3/5 y medio de trigo; 7 caíces, 9 fanegas, 6 celemines y 4/5 y medio de cebada; 88 maravedíes de los frutos
Al rey nuestro Señor que goza el Excelentísimo Señor duque de Sessa
10 caíces, 10 fanegas, 3 celemines y 3/5 y medio de trigo; 16 caíces, 1 fanega, 10 celemines y 2/5 de cebada; y 116956 maravedíes y medio
Dignidad arzobispal
9 caíces, 11 fanegas y 2/5 y medio de trigo; 15 caíces ocho fanegas y 1 celemín de cebada, y 141.179 maravedíes y medio
Canónigos de la Iglesia Primada
4 caíces, 11 fanegas, 6 celemines y un quinto de trigo; 7 caíces, 10 fanegas y 2/5 y medio de cebada y 21.658 maravedíes
Arcedianato de Guadalajara
1 caíz, 7 fanegas y 10 celemines de trigo; 2 caíces, 7 fanegas, 4 celemines y medio quinto de cebada; 18.082 maravedíes
Parte del curato de esta iglesia
Dos caíces, 5 fanegas 4 celemines y 3/5 de trigo; 3 caíces, 10 fanegas, 5 c3elemines y 1/5 de cebada; y 26.803 maravedíes
Monasterio de El Escorial
4 caíces, 10 fanegas, 9 celemines y 1/5 de trigo; 7 caíces, 8 fanegas, 10 celemines y 2/5 de cebada;  53.60 maravedíes
Préstamo del Deanato de la Santa Iglesia de Toledo
7 caíces, 4 fanegas y 2 celemines de trigo; 11 caíces, 7 fanegas, 3 celemines y 3/5 de cebada; y 80.412 maravedíes.
Cuarto préstamo de la Sirla de Toledo
1 caíz, 10 fanegas y 2/5 de trigo; 2 caíces, 10 fanegas, 9 celemines y 4/5 de cebada y 20.102 maravedíes.
Cantidades anuales

(Las cifras de los diezmos que se abonaban en Morata que se expresan anteriormente fueron certificadas por Diego Baeza, escribano mayor de rentas decimales del arzobispado de Toledo, residente en Alcalá de Henares y teniente mayor de las expresadas rentas, en un documento firmado en Alcalá de Henares el  30 de septiembre de 1751).
En cuya conformidad se dio fin a este registro general de los bienes, diezmos y efectos correspondientes a las personas del estado eclesiástico, así de esta villa como de forasteros que gozan heredades en ella. El cual se ha presentado bien y fielmente conforme en todo a las relaciones entregadas por cada uno y notas puestas al margen en el acto de reconocimiento a cada posesión, y especialmente coordinado con el cuaderno de cotejos y comprobaciones que acompaña a esta operación, practicado según el saber y entender de los peritos nombrados, por quienes va firmado y con individual expresión de las utilidades que dejan las tierras que se hallan arrendadas por este estado a personas seglares con sus nombres y apellidos. Y para que conste yo el infraescripto … de S. M. así lo certifico junto con el señor juez de esta comisión, en la villa de Morata, a 12 días del mes de octubre de 1751.
Juan Joseph de Leza Cesáreo
Según esta certificación, el Monasterio recibía esos años en torno a 1751, 52 fanegas de trigo (un cahíz equivalía a 12 fanegas), y 93 fanegas de cebada. Según se regulaba en esos años la fanega de ambos cereales, el valor del trigo recaudado en Morata, al precio de 19 reales la fanega, ascendía a 1.121 reales, mientras que la cebada, a 7 reales la fanega, importaba 651 reales. Entre ambos cereales su valor económico sumaría  1.772 reales a los que habría que añadir los 1.577 reales (53.606 maravedíes) del diezmo del vino, menudos y corderos, es decir, en dinero, el Monasterio percibiría anualmente de los diezmos de Morata 2.359 reales.

Tierras del Monasterio de el Escorial en Morata
Aparte del cobro de la parte del diezmo que Felipe II concedió a El Escorial, los monjes jerónimos que administraban las cuentas del monasterio también cobraban anualmente las rentas de las tierras que poseían en la vega de Morata.
Según el Catastro de Ensenada estas eran las posesiones del monasterio de El Escorial en Morata:
Tierras propias del  Real Monasterio de los Padres Jerónimos de El  Escorial
  • Tierras de riego de buena calidad
  • Una tierra en La Benita de 10 celemines, linda M. caz del Cadanero, N. caz del Concejo, O. y P. tierra de Don Joseph Fominaya.
  • Otra en La Tejera de ocho celemines, linda O. Camino de las huertas, N. era de Francisco Burgos, P. tierra de Don Antonio Camargo y M. caz del Concejo.
  • Otra en La Cana de ocho celemines, linda O. tierra de Juan Páez, N. tierra del Marqués de Espinardo, M. tierra de Bernardo de Recas, y P. tierra del conde de Altamira.
  • Otra en dicho paraje de fanega y media, linda O. tierra de Francisco Sánchez de Almazán, M. tierra de dicho señor conde, y N. tierra de los padres de Nuestra Señora del Rosario.
  • Otra en dicho paraje de media fanega, linda O. tierra de dichos Padres del Rosario, N. el reguerón, P. tierra de Doña Mariana Ruiz y M. tierra de dicho señor conde. Cuyas tierras son libres de diezmo.
Que dichas tierras las tiene en renta Joseph Sánchez de San Agustín, vecino de esta villa y paga por ellas en cada un año cien reales de vellón.
En total, por lo tanto, El Escorial administraba 4 fanegas y 2 celemines en la vega de Morata que le rentaban anualmente esos cien reales que en 1751 pagaba el arrendador Joseph Sánchez de San Agustín. En contrapartida a estos ingresos, en los archivos del monasterio constan los recibos de las limosnas que los monjes jerónimos repartían anualmente entre los pobres de la villa de Morata y de otras cercanas como  Camporeal y Chinchón y en los sotos del Jarama donde administraban la pesca y también la caza. De hecho, un vecino de Morata, Elías Cuevas, arrendaba el recurso de la caza a los monjes en 1828. Pocos años después de esta fecha, en 1837, los diezmos eran definitivamente suprimidos, ya en el reinado de Isabel II, y el monasterio de El Escorial, a su vez, se vio afectado por la s distintas desamortizaciones del siglo XIX, lo que significó que sus propiedades en Morata fueron adjudicadas a quienes pujaron en las subastas de las mismas.