miércoles, 27 de julio de 2016

La colección de cuadros del marqués de Leganés en Morata (I)


Diego Messía reunió en la villa 463* obras de los mejores pintores de su época

Cuadros de Rubens, El Bosco, Velázquez, Van Dyck, Ribera, Tiziano,… adornaban las salas de su palacio morateño

Diego Mexía Felípez de Guzmán, I marqués de Leganés, inició en el primer tercio del siglo XVII una colección de pinturas que no dejó de ampliar durante toda su trayectoria vital. A su muerte, el mayorazgo que fundó acumulaba más de 1.333 obras pictóricas, distribuidas en su mayor parte en tres de sus posesiones: el palacio de la calle Flor Alta/San Bernardo –su residencia en la corte y donde reunía la mayor parte de la colección-, la llamada Huerta de Leganés y su casa-palacio de Morata de Tajuña.
En sucesivas entregas del blog vamos a conocer la importancia de este importante patrimonio pictórico, uno de los más importantes de su época, centrándonos en las obras que acumuló en su residencia morateña. Al menos hasta la segunda mitad del siglo XIX, estas pinturas, o la mayoría de ellas, colgaron de las paredes del palacio de Morata y estuvieron incluidas en el mayorazgo fundado por el I marqués de Leganés, por lo que fueron propiedad de quienes ostentaron este marquesado en el siglo XVII y, a partir de 1711, pasaron al condado de Altamira, poseedores de los bienes de la casa de Leganés al fallecer sin herederos directos el III marqués.
A partir de uno los muchos inventarios de la colección de pinturas realizados durante los siglos XVII, XVIII y XIX, concretamente el que se realizó en 1753, analizaremos los cuadros que se conservaban en el palacio de Morata, quiénes eran los autores de estas obras de arte y cómo se distribuían en las distintas estancias palaciegas.
Analizaremos también cómo se inició, ya en el siglo XIX, el proceso de desmembración de este ingente patrimonio pictórico –uno de los mejores del siglo XVII-, que durante tantos años se conservó en Morata. También analizaremos el caso de un cuadro, donado por el I marqués a la ermita de Morata, actualmente desaparecido y que podría haber sido pintado por el gran Diego Velázquez. Por último haremos un recorrido por los museos públicos donde actualmente se conservan y pueden ser admirados algunos de estos cuadros de la colección del I marqués de Leganés que, durante tantos años, estuvieron expuestos en el palacio de Morata.

En anteriores entregas del blog ya tuvimos ocasión de referirnos a la figura del I marqués de Leganés, Don Diego Messía Felípez de Guzmán, en su faceta de militar y también en su papel como hombre destacado en distintas misiones diplomáticas durante el reinado de Felipe IV. Tras obtener el marquesado de Leganés, por una merced real, y años después asociar a su familia y a su primogénito el condado de Morata de la Vega, otro privilegio concedido por el rey, Diego Messía Felípez de Guzmán, ya poseedor del señorío de Morata, adquiere numerosas propiedades  rústicas en la villa, molinos, batanes… Además de estos bienes raíces y  los derechos que le correspondían como señor de la villa, Diego Messía decidió que Morata fuera también el lugar donde se levantaría su segunda residencia nobiliaria. Para ello hubo de adquirir varias casas y solares en los que levantó el que sería el palacio de la familia hasta finales del siglo XIX.
En el inventario de las posesiones del marqués a su muerte en 1655, se da cuenta de la adquisición de estas casas que fueron el núcleo de lo que sería el palacio:
Mas unas casas principales en frente de la iglesia de dicha villa [Morata] con su huerta, palomar y pozo de nieve, alrededor de dicha casa caballeriza y cocheras, que se hicieron en el sitio de la casa que se compró de Don Cristóbal de Salcedo y de García Sánchez Bravo y Alonso Martínez y otros.  (Inventario de las posesiones del marqués de Leganés AHPM, t. 6267, f. 425R-759v).
Situado frente a la iglesia parroquial, pocas o ningunas referencias gráficas han llegado sobre esta construcción de la que sí conocemos la existencia como se ve en el texto anterior de caballerizas, cocheras, huertas, jardines, un frontón y por supuesto, las estancias destinadas a residencia. Por las descripciones del palacio parece que las estancias principales se articulaban en torno a un patio central con galería –del que sí existen documentos gráficos como el que nos muestra el banquete que se celebró en 1901 con motivo de la llegada del tren a Morata- y que la entrada en la fachada de la plaza de la iglesia daba acceso a una escalera a la que se destinaron algunos de las pinturas más importantes de la colección.
El marqués de Leganés, pintado por Rubens
El inventario de la colección de pinturas del palacio de Morata
EL inventario de 1753 fue realizado por orden de la marquesa de Oñate, madre de Ventura Osorio de Moscoso, quien en ese año ostentaba el título de conde de Altamira. Fue uno más de los que se elaboraron durante todo el periodo de tiempo en que la colección se mantuvo ligada al marquesado de Leganés y a la Casa de Altamira. De hecho, desde que el I marqués de Leganés inició su colección pictórica, proceso paralelo en el tiempo al de su ascenso social y político en la corte de Felipe IV, fueron numerosos los inventarios que se elaboraron en distintos momentos históricos y por diferentes motivos como, por ejemplo, la muerte de los titulares del mayorazgo, momento en el que el nuevo titular debía tener una relación de los bienes heredados de su antepasado. Los albaceas testamentarios del mayorazgo también mandaron realizar inventarios de las pinturas de la Casa de Leganés en diferentes ocasiones. El alquiler del palacio madrileño también originó un nuevo inventario de las obras pictóricas propiedad de la casa Leganés/Altamira. Juan José Pérez Preciado, en su memoria para optar al grado de doctor por la Universidad Complutense de Madrid, El marqués de Leganés y las artes, recoge en el apéndice documental de su extensa obra algunos de estos inventarios. Entre ellos se incluyen tres realizados en Morata en las siguientes fechas: 15 de marzo de 1655, 15 de noviembre de 1613 y 24 de septiembre de 1753. A partir de este último inventario citado y de la transcripción del mismo, realizada por Mercedes Agulló en la obra Documentos para la historia de la pintura española, editada por el Museo del Prado en 1994, tenemos una visión completa de la importancia de la colección de pinturas conservadas en Morata, quiénes eran los autores de los cuadros y cómo se distribuían por las distintas estancias del palacio.
Según la relación que aparece en el inventario, realizado el 23 de septiembre de 1753, en el palacio de Morata colgaban 464 pinturas. Tan extenso conjunto incluía sobre todo obras pertenecientes a las distintas escuelas italianas y flamencas. Tanto en Italia como en los Países Bajos y Flandes, el I marqués de Leganés desarrolló labores militares y diplomáticas que le sirvieron también para satisfacer su afán de coleccionista compulsivo de pintura. Diego Messía conoció y fue contemporáneo de los mejores pintores de su época –Rubens, Van Dyck, Breughel, Seghers,…) lo que le permitió hacerse con la propiedad de muchas obras de estos autores. Sus estancias en estos territorios  también facilitaron al iniciador de la colección hacerse con obras de pintores del XVI a los que no conoció personalmente gracias a sus contactos e influencia en los territorios que gobernó como representante de la Corona española. Los pintores españoles coetáneos de Diego Messía también tuvieron su lugar  en la colección y en las paredes del palacio de Morata, donde colgaron obras de Ribera, Velázquez y otros artistas del siglo XVII.
Distribución de los cuadros según el inventario de 1753:
1. Patio principal de la casa:
En los porches y galerías del patio central del palacio, colgaban nada menos que 41 cuadros, la mayoría de personajes pertenecientes a la nobleza italiana, y también sendos retratos ecuestres de Carlos V y del conde de Fuentes.  También aparecen inventariados en esta parte del palacio nueve sobrepuertas indican la función de este patio como distribuidor del acceso a varias de las estancias del palacio.
Con el nº 443, el inventario aparece reflejado un país [paisaje] en que está pintada esta villa de Morata de dos varas y tercia de alto y tres y cuarta de ancho.(195x315 cm, aprox.)
2. Pieza grande de los cuartos nuevos, que las ventanas dan al Juego de Pelota:
Dieciséis cuadros colgaban en esta estancia con personajes italianos, -venecianos sobre todo- según la descripción del inventario.
3. Primera antecámara del cuarto bajo donde están los Emperadores turcos:
Por los temas que tratan las pinturas de esta estancia podría denominarse la habitación turca ya que las veinte pinturas tienen como protagonistas a emperadores turcos o bien retratan escenas cotidianas de este país.
4. Pieza más adentro que mira al Juego de Pelota:
Las trece pinturas que cuelgan en esta estancia representan las elecciones de los reyes romanos.
5. Pieza a mano derecha que mira al jardín chico:
Reyes y emperadores son los personajes pintados en los doce cuadros que decoran esta estancia del palacio. En esta ocasión, los redactores del inventario sí que hacen referencia a algunos de los autores de las obras. Así, Rubens aparece como el autor del retrato del rey de Hungría, y el del emperador Rodolfo se adjudica a un autor de la escuela de Van Dyck.
6. Otra pieza que tiene puerta al patio:
El inventario señala como esta estancia del palacio se dedicó a mostrar escenas de animales salvajes (osos, leones, búfalos) y de distintas razas de perros en los siete cuadros inventariados.
7. Pieza que mira al juego de pelota antiguo:
Los monarcas pertenecientes a la Casa de Austria desde Carlos V a Felipe IV, además de princesas y reinas pertenecientes a esta dinastía real ocupan este cuarto en el que cuelga una obra atribuida a Van Dick, el retrato de Clara Eugenia, viuda del archiduque Alberto. En total el inventario reseña diecisiete pinturas en este cuarto.
8. Dormitorio bajo con una ventana al patio:
La pintura de temática religiosa, diecisiete obras en total, ocupan este dormitorio del palacio. Representaciones de los apóstoles –San Pedro, San Juan, Santiago-, advocaciones de la Virgen con el Niño y personajes del santoral cristiano son los protagonistas de los cuadros de esta sala del palacio.
9. Descanso de escalera secreta:
Cinco obras de temática variada (fábulas, animales, …) ocupan este pequeño espacio de tránsito de una de las escaleras de palacio.
10. Pieza que tiene puerta al patio y ventana al jardín:
Diez cuadros con marinas y paisajes de la ciudad de Amberes además de un San Francisco obra de Jacobo Artois cuelgan de las paredes de este cuarto
11. Escalera principal de Palacio:
La numeración de las pinturas de esta pieza  denota que inventarios anteriores al de 1753 se iniciaron por esta estancia de acceso al palacio. Esta condición de obligado lugar de paso tal vez determinó que entre los seis cuadros que adornan la escalera principal se sitúen un retrato ecuestre del conde duque de Olivares –el valedor del propio marqués ante la corte de Felipe IV- y otro de su suegro y padre de su primera esposa, el marqués de Espínola. Estos dos cuadros, junto con la imagen de la Virgen con el Niño y San José, el cuadro del conde de Fuentes también a caballo, el del conde de Bricoy y el que representa el incendio de Troya son todos de gran tamaño.
12. Entrada a la subida a la escalera:
Diez y nueve cuadros se inventarían en esta estancia, la mayoría con paisajes de ciudades italianas, pero también con sobrepuertas que representas a distintos doctores de la ciudad de Pavía.
13. Primera antecámara a mano izquierda de la escalera:
Trece obras de temática y tamaño variado con personajes variados y bodegones.
14. Segunda antecámara:
Maestres de campo de diferentes nacionalidades, (franceses, españoles, alemanes, italianos) se inventarían en esta sala–veintitrés cuadros- dedicada a los compañeros de armas del I marqués de Leganés.
15. Galería grande que mira al jardín:
Los maestres de campo vuelven a aparecer en esta galería de palacio pero ahora en compañía de retratos de personajes muy vinculados a la trayectoria vital del marques de Leganés que también aparece retratado en uno de los cuadros en una pintura de Van Dyck. Entre otros, los retratos que representan a Felipe IV (Rubens), Juan de Austria y el conde duque de Olivares se inventarían en esta galería. En total la sala cuenta con treinta pinturas.
16. Pieza oscura de paso a la galería después de subir la escalera:
La modestia de la pieza se corresponde con la variedad de temática de los siete cuadros que se inventarían en ella con motivos religiosos –San Pablo y San  Francisco-, militares y retratos de distintos personajes.
17. Oratorio:
Quince obras, todas de temática religiosa se citan en el oratorio de palacio en el que un cuadro de La Virgen con el Niño y San José, con una grada de madera, hace las funciones de retablo. Los encargados del inventario citan a Veronés como autor de uno de los cuadros que representa La Visitación de Santa Isabel. Un eccehomo pintado por Basán también aparece en el inventario de esta estancia del Palacio en la que también se anota una pila de piedra.
18. Retrete junto al oratorio:
Entre los cuadros colgados en esta estancia se cita uno que contiene los retratos de los señoritos de la casa, junto a otros cuatro que representan las cuatro estaciones del año. La estancia cuenta con trece cuadros.
19. Dormitorio:
La temática religiosa acapara todos los cuadros colgados en uno de los dormitorios de palacio (once pinturas) con escenas de la vida de Jesús y representaciones de figuras del santoral. Los encargados del inventario destacan por su autor una pintura de Nuestro Señor echando a los judíos del templo, atribuida a El Bosco.
20. Gabinete saliendo del dormitorio:
Los veintiséis cuadros de esta pieza del palacio tienen una temática variada: bodegones, escenas de batallas, paisajes y retratos de personajes desconocidos.
21. Recibimiento subiendo de la escalera, de retratos venecianos:
En la descripción de la estancia los autores del inventario señalan la temática de la mayoría de las quince pinturas que cuelgan en esta pieza: personajes de la nobleza y de la sociedad veneciana.
22. Pieza segunda de los animales, con ventana al jardín:
Catorce obras de temática centrada en escenas de animales tal como se expresa en el inventario.
23. Piezas de las pinturas desnudas que mira al patio y al jardín:
Las salas privadas con pinturas de desnudos que había que ocultar a la vista fueron habituales entre los coleccionistas de obras de arte. Desde Felipe II, los monarcas españoles y entre ellos Felipe IV, contemporáneos del marques de Leganés, contaron con este tipo de espacios. Diego Messía también dispuso de una de estas salas en su palacio de Morata con dieciséis obras de temática erótica y personajes míticos como Venus, Cupido y también de personajes reales como Marco Antonio  Cleopatra.
24. Pieza inmediata a la de los desnudos:
 Las doce pinturas de esta estancia contienen según el inventario retratos de distintos personajes entre los que destacan los que realizó Rubens al archiduque Alberto y a su mujer Clara Eugenia, el matrimonio que tanto influyó en los primeros años de la carrera militar y diplomática del marqués de Leganés. Los autores del inventario también citan dos obras de Tiziano: un veneciano con vestido negro y una mujer con cofia blanca.
25. Pieza que prosigue para salir de la escalera:
Entre las diez pinturas que se inventarían en esta estancia se encuentra una de EL Bosco: Una pintura de una boda con figuras, de vara y tercia de alto y casi dos de ancho, de mano de El Bosco. El resto de las pinturas representan en su mayoría escenas de bodas y celebraciones además de algunos bodegones.
26. Pieza más afuera que tiene entrada por la escalera:
Quevedo, Góngora y Lope de Vega, tres de los escritores más destacados del siglo de oro español aparecen en esta habitación del palacio retratados por autores que no se citan. El resto de la pieza hasta completar los veinte cuadros se completa también con retratos de pintores como Rubens y Tiziano.
27. Primera antecámara que mira ala plazuela de la iglesia:
Escenas de la vida cotidiana (lavanderas en un río, un mercado, una mujer ordeñando una vaca, …) se inventarían en esta sala con diez pinturas, la mayoría de la denominada Escuela de Bassan.
28. Pieza más adentro que mira a la iglesia:
Los once cuadros de esta habitación también representan escenas cotidianas en el campo (una mujer agramando cáñamo, un hombre cavando viñas, otra mujer devanando seda,…), aunque también aparecen temas mitológicos, como la fragua de Vulcano, y distintos paisajes.
29. Pieza más adentro cuadrada:
Los temas religiosos como el nacimiento del Niño Jesús, la Visitación de Santa Isabel o la Encarnación son el motivo de algunos de los ocho cuadros de esta pieza en la que también se anotan pinturas con motivos florales.
30. Pieza más adentro que hace esquina con ventana al jardín:
Diez paisajes con motivos o protagonistas del santoral cristiano de inventarían en esta estancia, la mayoría de ellos obra de Francisco de la Corte.
31. Alcoba más adentro con dos ventanas al jardín:
De nuevo paisajes religiosos de Francisco de la Corte con motivos como la adoración de los Reyes, el nacimiento de San Juan, o también temas de la mitología como el que representa a   Hércules se anotan en este dormitorio. También se cita, además de los nueve cuadros inventariados, un San Pedro que no pertenecía a la colección.
32. Pieza primera del cuarto nuevo:
En la última habitación inventariada se anotan ocho cuadros de temática variada, (retratos de emperadores turcos, nobles venecianos y abogados).


 Puercoespines y víboras, de Frans Snyders, perteneciente a la colección Leganés
En total los 464 cuadros incluidos en el inventario realizado en el palacio de Morata se distribuían por 32 de las estancias de la residencia de los condes de Altamira (titulares del mayorazgo en el momento de realizarse el inventario). Además de las pinturas, las estancias del palacio también se ornamentaban con tapices y otros objetos decorativos, aparte del mobiliario para la vida cotidiana de la residencia condal. Al final del inventario, sus autores reseñan también otros elementos del palacio:
Una campana que está en tres palos en el tejado de la casilla de la huerta. Sin que haya otras alhajas de las que expresa el Inventario antiguo, excepto un poco de armería que ha quedado, que solo hay cuatro o cinco vestidos para armar hombres, una hoja de una espada, diferentes tiros de artillería y un mortero, todo pequeño; algunos mosquetes con cañón, muchas cajas de escopetas y pistolas sin llaves ni cañones y otros muchos pedazos de armaduras y morriones, de que tiene la llave del cuarto donde está todo el referido don Diego, con seis armarios de nogal con redecillas de alambre dorado muy maltratados.
Además, también se hace responsables a los cuidadores del palacio del mantenimiento, guarda y custodia de los bienes inventariados:
De todos los cuales dichos bienes, a excepci,on de los de armería, ha nombrado Su Excelencia por guardarropa de todos ellos a Pedro de Corpa y Antonia de Bustos, su mujer, quienes se han hallado presentes a la formación de este Inventario. (…) se dieron por entregados de los referidos bienes y se obligan, bajo de la licencia, mancomunidad y demás requisitos que de marido a mujer son necesarios, a cuidarlos, limpiarlos, con las piezas, patios y demás oficinas de dicho Palacio, sin dar lugar a que se experimente menoscabo en ellos (…). Testigos: don Baltasar de Rivera y don Diego de Almazán. Lo firmaron los que sabían y por los que no sabían, un testigo, que lo fueron don Juan de Almazán, don Juan Antonio Urbina y Cristóbal Martin, vecinos de esta Villa. Firmas: Baltasar de Rivera, D" Diego de Almazán,
Pedro De Corpa, «t°. Don  Juan de Almazán». Morata, 11-X-1753 por Baltasar de Rivera, corregidor de Morata.

Bibliografía y fuentes:
Arroyo Martín, Francisco. Poder y nobleza en la primera mitad del siglo XVII: el I marqués de Leganés. Tesis doctoral. Departamento de Humanidades: Historia, Geografía y Arte. Getafe, mayo de 2012.
Pérez Preciado, José Juan. El marqués de Leganés y las artes. Tesis doctoral. Universidad Complutense. Facultad de Geografía e Historia. Madrid 2010
Agulló y Cobo, Mercedes. Documentos para la historia de la pintura española. Museo del Prado, Madrid, 1994.
Inventario de las posesiones del marques de Leganés AHPM, t. 6267, f. 425R-759 v.
Inventario de las pinturas y demás alhajas de Mayorazgo, que se hallan en la Casa-Palacio de la villa de Morata, hecho en 24 de septiembre fr 1753. AHPM, t.30083, f.221-250.
*Según el inventario de 1753

miércoles, 20 de julio de 2016

115 años de la llegada del tren a Morata (Epílogo)


Mañana se cumplirán 115 años de la llegada del primer tren a Morata. Ese domingo, muy caluroso, según resaltaron entonces todas las crónicas periodísticas que cubrieron el acontecimiento-, todo el pueblo se echó a la calle para celebrar lo que entonces se consideró, con razón, un acontecimiento crucial para el futuro del municipio y de toda la comarca de la vega del Tajuña. En Morata, como en todos los pueblos por los que se tendieron las vías del Ferrocarril del Tajuña, se entendía que la llegada del tren era el punto de partida para avanzar en la mejora  y en el progreso de sus habitantes. En aquél lejano 1901 aún se viajaba en las viejas diligencias, quien podía permitírselo, o en los carros que hacían el camino hacia Madrid para vender en la capital las cosechas del campo morateño. La llegada del tren era una nueva alternativa de transporte, desde luego no accesible a todo el mundo, pero que significaba un antes y un después y nada menos que sumarse al futuro representado por el ferrocarril. Este medio de transporte, desde su aparición en España a mediados del siglo XIX, marcaba la frontera entre lo viejo y lo moderno, entre el pasado y el futuro, entre un mundo que acababa y una promesa de avance social.
Suelto publicado en La Época el día anterior a la inauguración de la estación de Morata
 Pese a todos los problemas que surgieron desde que se planteó la ampliación de la línea férrea que ya llegaba a Arganda desde mucho antes de finalizar el siglo, los ayuntamientos de Morata, Chinchón y Colmenar se implicaron económicamente en el trazado del ferrocarril –como años después lo harían el resto de los pueblos ribereños del Tajuña, por los que se prolongó la línea según avanzaba la nueva centuria-. Los productos de la vega junto con el vino y el aceite; la remolacha que se transformaba en la azucarera de La Poveda; la piedra caliza y el yeso de las canteras de Morata y del resto de los pueblos de la comarca; el papel de la fábrica de el antiguo batán; las aguas de Carabaña… y, en fin, todo el producto del trabajo de los pueblos que se encontraban en la ruta del ferrocarril pasaron, de la noche a la mañana, de un día para otro, a estar mucho más cerca de Madrid, si no en la distancia, sí en el tiempo: pese a la proclamada lentitud del tren de Arganda, el ferrocarril significaba en esos años un avance que debería haber significado el despegue definitivo de toda la comarca y de todos sus habitantes. Sin embargo, no fue así, o al menos no en la medida de lo que el día de la inauguración se proclamó en los discursos proclamados en el viejo palacio de Altamira y en las notas de prensa:
Lo que en Morata vimos es indescriptible: los cerros, la vía, las avenidas todas de la estación engalanadas con profundo follaje, estaban invadidas por muchedumbre inmensa que mezclaba sus gritos de delirante entusiasmo al estampido de los cohetes que, cual si creyeran estrecho el campo abierto,, querían llevar a los aires la explosión del entusiasmo que aquel pueblo sentía al ver realizado el más halagador de los sueños, la más bella de las esperanzas: la de tener ferrocarril que exportara los productos que allí están menospreciados por falta de salida y les proporcionará otros que por la dificultad de los transportes les resultaban caros y forzosamente por este motivo escaseaban. (Revista Ilustrada de Vías Férreas, 10 de agosto de 1901).
Que el Ferrocarril del Tajuña fuera considerado de categoría secundaria y, sobre todo, la falta de un impulso claro a la hora de lograr una conexión con el litoral mediterráneo fue determinante para ahogar económicamente un ferrocarril cuyos responsables nunca dieron el impulso necesario para conectarlo con otras líneas que dieran viabilidad y continuidad al proyecto. Cabe preguntarse ahora qué hubiera pasado si, tal como se planteó en su momento, el Ferrocarril del Tajuña hubiera avanzado hacia Valencia en detrimento del enlace con el Ferrocarril Central de Aragón, una alternativa que, aparte de atravesar una región prácticamente despoblada, a la postre tampoco se concluyó. Cuando a finales de la década de los años 20 del siglo pasado, la compañía daba ya por abandonado el enlace con las tierras aragonesas, estaba claro que al ferrocarril sólo le quedaba por delante una lenta pero segura agonía: los destrozos provocados por la guerra civil, la competencia del transporte por carretera y el nulo apoyo de las administraciones públicas certificaron el abandono del tráfico de viajeros como antesala de lo que sería la reconversión en ferrocarril de mercancías que, a la postre, fue el último servicio del viejo tren del Tajuña.
Moneda conmemorativa del centenario del Ferrocarril del Tajuña acuñada en 2001 por iniciativa del Ayuntamiento de Morata de Tajuña
 De lo que en 1901 era la vía hacia el futuro de toda la comarca pocos vestigios quedan. En su primer tramo, la línea del metro a Arganda corre paralela a las viejas trincheras de las vías del Ferrocarril de Arganda. El trazado de la vía verde –con escaso mantenimiento y casi abandonada por la administración desde su construcción- es solo un triste recuerdo de lo que significó la llegada del tren a los pueblos de la ribera del Tajuña. En su cicatera actitud ante el sureste madrileño, la Comunidad ni siquiera intentó recuperar las viejas estaciones para ofrecer algún aliciente añadido a los usuarios de la vía. Resulta desolador pensar que hoy, en pleno siglo XXI, la comarca se ha quedado a la cola de la comunidad en cuanto a alternativas de transportes: si en 1901 el Bajo Tajuña presumía de tren y del impulso que este iba a significar para su economía, hoy la comarca ocupa los últimos lugares en índices de desarrollo de toda la Comunidad de Madrid y el tren… ni está ni se le espera. 
Trazado del ferrocarril en 1913

martes, 12 de julio de 2016

Ferrocarril del Tajuña, 115 años de la llegada del tren a Morata (XIII)


APÉNDICE 4

Jefes de estación, material móvil y plantillas de trabajadores de la compañía 

Los jefes de estación 

El Anuario de los Ferrocarriles Españoles, editado en Madrid entre los años 1893 y 1927, publicó varios datos estadísticos de la Compañía del Ferrocarril del Tajuña (Ferrocarril de Madrid a Aragón desde 1919). Entre estos datos, hay algunos curiosos como los nombres de los jefes de estación de toda la línea ferroviaria. Lamentablemente, estas referencias a los responsables de cada estación solo se publicaron entre 1903 y 1917. A partir de la última fecha, dejaron de incluirse en el anuario. Sirva el siguiente cuadro (que incluye a los jefes de estación de Arganda, Morata, Perales de Tajuña, Tielmes, Carabaña, Chinchón y Colmenar de Oreja), como recuerdo de todos aquellos que trabajaron en cualquier época, desde su inauguración hasta su cierre, en el Ferrocarril del Tajuña*:


El material móvil

El Anuario de los Ferrocarriles Españoles también es la fuente utilizada para elaborar la tabla del material móvil utilizado por la compañía propietaria de la línea ferroviaria para prestar el servicio de la concesión. Naturalmente, estos datos, son incompletos y la repetición de los mismos durante varios años seguidos nos pueden indicar que los editores del anuario no actualizaban las cifras, o bien que estas no eran proporcionadas por la misma s compañías. En cualquier caso, la siguiente tabla sí que es indicativa del importante aumento que se produjo en el parque móvil de la compañía desde las tres locomotoras de los últimos años del siglo XIX y las 15 que se contabilizaban en 1927. También se observa un importante incremento en el parque de locomotoras y vagones a partir de 1904 cuando ya había entrado en servicio el ramal entre Morata Chinchón  y Colmenar de Oreja. A partir de 1904 también aparecen los vagones de 1ª y 2º  en el inventario de material del Ferrocarril del Tajuña-hasta entonces, cuando la línea solo llegaba hasta Arganda, únicamente figuran en el listado vagones de 3ª- e incluso un vagón de lujo, aunque lógicamente, los vagones de 3ª clase eran los más numerosos por ser los más baratos y demandados por los usuarios del ferrocarril.
Empleados del ferrocarril fotografiados delante de una locomotora de la compañía 
(Foto Narciso Pérez Zubizarreta)
La tabla también incluye los distintos tipos de vagones de mercancías. En este apartado también hay que destacar el notable aumento que se produjo en el parque móvil de este tipo de elementos, sobre todo en vagones descubiertos. En 1927, época de máximo apogeo en el transporte de remolacha, piedra caliza y yeso, el Ferrocarril del Tajuña contaba con 246 vagones abiertos, cifra muy superior a los 30 que se contabilizaban en 1895, cuando el tren solo llegaba hasta Arganda. Aunque no  contamos con las cifras de los años siguientes, en torno al año 1927 la compañía vivía sus mejores años y esta situación tenía su reflejo en las 374 unidades que, en total, componían su parque móvil entre locomotoras, vagones de pasajeros, vagones mixtos, vagones cerrados y vagones abiertos.



La plantilla del ferrocarril

Convoy de mercancias del Ferrocarril del Tajuña (Archivo Regional de Madrid)
La evolución de la plantilla del Ferrocarril del Tajuña fue pareja al aumento de estaciones en los dos ramales de la línea. Aunque solo contamos con datos del periodo 1901-1915, la serie estadística apunta a un crecimiento sostenido a medida que se incrementaban las estaciones y los servicios. En este sentido, el incremento hasta  los 380 trabajadores contabilizados en 1925 -30 más que en 1922- cuando ya se había detenido la apertura de nuevos tramos más allá de la localidad de Alocén, puede estar relacionada con el aumento de las toneladas transportadas (remolacha y piedra caliza) en los trenes de mercancías de la compañía. Como curiosidad, cuando el ferrocarril cerró definitivamente en 1998, la empresa Ferrocarril del Tajuña S. A. contaba con 30 trabajadores.





*Cualquier dato que podáis aportar sobre los jefes de estación en los años no incluidos en la tabla lo incluiremos en el listado.

Fuentes y bibliografía:

Anuario de Ferrocarriles Españoles. Edición de Eduardo de la Torre. Imprenta del indicador Oficial de los Caminos de Hierro. Madrid (1893-1927)




miércoles, 6 de julio de 2016

Ferrocarril del Tajuña: 115 años de la llegada del tren a Morata (XIII)


APÉNDICE 3

Horarios: tarifas y velocidades del  Ferrocarril del Tajuña (Ferrocarril Madrid a Aragón, a partir de 1919)

El Ferrocarril del Tajuña está asociado en la memoria colectiva con el conocido dicho: el tren de Arganda, que pita más que anda. Esta frase, tan popular entre los madrileños cuando el tren avanzaba lentamente por las tierras de la comarca, encierra en su enunciado una verdad a medias: es cierto que, durante gran parte de su existencia, el Ferrocarril del Tajuña no se caracterizó por la velocidad de sus trenes, pero también lo es que, en algunos periodos de su historia, el nuevo material utilizado por la compañía propietaria de la concesión permitió alcanzar velocidades, cuando menos, competitivas con el transporte por carretera.

PRECIOS Y HORARIOS DEL FERROCARRIL DEL TAJUÑA 1919
Colmenar de Oreja-Madrid (Niño Jesús)
Estación
Correo
Mixto
Km.
Duración
trayecto
Colmenar de  Oreja



06:13
17:15


Chinchón
0,50
0,40
0,30
06:24
17:26
4
0 h. 11 m.
Tajuña
1,70
1,80
1,00
07:06
18:08
18
1 h. 03 m.
Morata de Tajuña
2,00
1,60
1,20
07:19
18:21
22
1 h. 13 m.
Arganda
2,80
1,90
1,40
08:13
19:15
37
2 h. 00 m.
La Poveda
2,80
1,90
1,40
08:23
19:25
41
2 h. 10 m.
Vaciamadrid
2,80
1,90
1,40
08:35
19:37
45
2 h. 16 m.
Montarco
3,60
2,30
2,10
08:50
19:52
49
2 h. 37 m.
La Fortuna
3,90
3,10
2,30
09:00
20:02
52
2 h. 47 m.
Vicálvaro
5,00
4,00
3,00
09:15
20:17
58
3 h. 02 m.
MadridNiño J.
5,30
4,20
3,15
09:33
20:35
64
3 h. 20 m.
Tabla 1


PRECIOS Y TARIFAS DEL FERROCARRIL DEL TAJUÑA 1919
Madrid (Niño Jesús)-Colmenar de Oreja
Estación
Correo
Mixto
Km.
Duración
trayecto
Madrid-Niño Jesús



08:00
19:00


Vicálvaro
0,90
0,70
0,55
08:19
19:19
7
0 h. 19 m.
La Fortuna
1,70
1,80
1,00
08:34
19:35
13
0 h. 34 m.
Montarco
2,00
1,60
1,20
08:47
19:48
16
0 h. 47 m.
Vaciamadrid
2,80
1,90
1,40
08:59
20:00
20
0 h. 59 m.
La Poveda
2,80
1:90
1,40
09:11
20:12
24
1 h. 12 m.
Arganda
2,80
1,90
1,40
09:38
20:31
28
1 h. 31 m.
Morata de Tajuña
3,60
2,30
2,10
10:15
21:16
43
2 h. 16 m.
Tajuña
3,90
3:10
2,30
10:34
21:34
47
2 h. 34 m.
Chinchón
5,00
4,00
3,00
11:10
22:10
61
3 h. 10 m.
Colmenar Oreja
5,30
4,20
3,15
11:20
22:20
64
3 h. 20 m.

Tabla 2
En estas tablas de horarios y precios (Tablas 1 y 2) se aprecia como en 1919 la velocidad media del ferrocarril no alcanzaba los 20 kilómetros por hora, lo que implicaba que la duración del viaje entre Madrid y Colmenar de Oreja, la estación término de uno de los ramales de la línea, se alargaba hasta unas interminables 3 horas y 20 minutos.

PRECIOS Y HORARIOS DEL FERROCARRIL DEL TAJUÑA 1919
Madrid (Niño Jesús)Tajuña-Cifuentes

Estación
Correo
Mixto
Km.

Madrid-Niño Jesús



08:00
19:00


Tajuña
3,85
3,10
2,30
10:38
21:38
47

Perales de Tajuña
4,10
3,30
2,45
10:48
21:48
50

Tielmes
4,50
3,60
2,70
11:01
22:01
55

Chávarri



11:14
22:14


Carabaña
5,10
4,10
3,05
11:24
22:24
62

Orusco
5,46
4,35
3,25
11:34
22:34
66

Ambite
6,05
4,85
3,65
11:49
22:49
72

Mondéjar
6,85
5,50
4,10
12:12
23:12
80

Pozo de Almoguera
7,65
6,15
4,60
12:29
23:29
88

Yebra
8,35
6,75
5,00
12:46
23:46
95

San Rafael-Apeadero



13:06
00:06


Almonacid-Zorita
9,55
7,65
5,75
13:16
00:16
106

Sayatón-Bolarque
10,05
8,05
6,05
13:28
00:33
111

Anguix
11,05
8,75
6,55
13:55
00:55
120


Tabla 3

PRECIOS Y HORARIOS DEL FERROCARRIL DEL TAJUÑA 1919
Cifuentes-Tajuña-Madrid (Niño Jesús)
Estación
Correo
Mixto
Km.
Anguix



3:35
14:36

Sayatón-Bolarque
1,00
0,80
0,60
4:02
15:03
10
Almonacid-Zorita
1,40
1,15
0,85
4:15
15:16
14
San Rafael-Apeadero



4:25
15:26

Yebra
2,60
2,10
1,60
4:45
15:46
26
Pozo de Almoguera
3,30
2,65
2,00
5:02
16:03
33
Mondéjar
4,10
3,30
2,50
5:23
16:24
41
Ambite
4,90
3,95
2,95
5:42
16:43
49
Orusco
5,50
4,40
3,30
5:57
16:58
55
Carabaña
6,00
4,80
3,60
6:07
17:08
59
Chávarri



6:17
17:18

Tielmes
7,00
5,60
4,20
6:30
17:31
67
Perales de Tajuña
7,50
6,00
4,50
6:43
17:44
71
Tajuña
7,90
6,30
4,75
7:06
18:08
74
Madrid-Niño Jesús
11,05
8,75
6,55
9:33
20:35
120

Tabla 4
En el otro ramal de la línea, las velocidades medias eran las mismas, unos 20 kilómetros por hora,  (tablas 3 y 4) pero al ser más extensa en kilómetros, un viajero que se trasladara desde Anguix hasta Madrid, o viceversa, tardaría 6 horas en realizar un trayecto que, en el caso del correo que partía de la localidad alcarreña hacia Madrid, tenía la salida a las 3:35 de la mañana.   
Los trenes automotores mejoran la velocidad
Estas velocidades del Ferrocarril del Tajuña eran poco competitivas pero constituían una alternativa de transporte para los habitantes de las comarcas que atravesaba el tren, no siempre comunicadas por buenas carreteras con la capital de España, especialmente en el caso de las localidades de la provincia de Guadalajara.
Las prestaciones del Ferrocarril del Tajuña mejoraron notablemente con la adquisición por parte de la compañía propietaria de la concesión ferroviaria de unos avanzados, para la época, automotores construidos en Zaragoza por la compañía Garde y Escoriaza. Esta empresa, dedicada a la fabricación de material móvil para ferrocarriles -al margen de su dedicación también al diseño y fabricación de vehículos terrestres y aeronaves- fue el germen de la compañía Construcción Auxiliar del Ferrocarril (CAF) y responsable de los automotores que fueron incorporados al Ferrocarril del Tajuña -por aquellos años Ferrocarril Madrid a Aragón-. Garde y Escoriaza ya había suministrado a la compañía del Ferrocarril del Tajuña, desde los primeros años del siglo XX, material móvil en forma de vagones para viajeros, pero los automotores significaron un avance significativo para la compañía en cuanto a mejora del servicio y la velocidad que alcanzaban los convoyes que circulaban por los dos ramales de la línea ferroviaria. 


 Vagón construido por Garde y Escoriaza para el Ferrocarril del Tajuña (Archivo Gobierno de Aragón)
En las tablas correspondientes a 1935 (Tablas 5 y 6) se aprecia como la velocidad media que desarrollaban los nuevos automotores prácticamente duplicaban la velocidad de las máquinas de vapor que, hasta entonces, se habían utilizado como cabezas tractoras en los itinerarios que seguían los trenes del ferrocarril del Tajuña en sus dos ramales. Si en 1919 el trayecto de Colmenar de Oreja hasta Madrid duraba 3:20 minutos, ahora, con los automotores diesel el viaje se acortaba prácticamente a la mitad: 1:39 minutos. En el caso de Anguix, el desplazamiento hasta Madrid, que en 1919 significaba 6 horas de viaje, se había reducido a unas 3 horas, la mitad exactamente. El aumento de la velocidad propiciado por el uso de los automotores diesel se combinó con una adecuación de los trayectos y servicios que ofrecía la compañía concesionaria a los usuarios. En las tablas 5 y 6 los horarios reflejan como algunos trenes solo circulaban hasta Mondéjar los días pares de cada mes, sin continuar hasta el final del ramal en Alocén, y otros solo completaban el trayecto hasta Colmenar de Oreja, los días impares de cada mes, en el otro ramal de la línea . Esta diferencia buscaba la rentabilización del servicio en las localidades más pobladas de la línea -en la provincia de Madrid-, mientras que en los pueblos de Guadalajara, menos poblados y por lo tanto con menos usuarios potenciales, el servicio se reducía prácticamente a la mitad (Sólo había un tren diario en cada sentido de la línea, frente a los dos que circulaban entre Madrid-Morata y Colmenar de Oreja-. 

PRECIOS EN 3ª Y HORARIOS DEL FERROCARRIL DEL TAJUÑA 1935
Madrid (Niño Jesús)-Colmenar de Oreja-Alocén
Estación
Precio
Horario
salida
Horario
salida
Horario salida
Horario salida
Madrid-Niño Jesús

18:30
19:00
9:40
09:40
Vicálvaro
0,50
18:42
19:12
9:52
09:52
La Fortuna
0,80
18:50
19:20
10:00
10:00
Montarco
0,95
18:55
19:25
10:05
10:05
Vaciamadrid
1,25
19:01
19:31
10:11
10:11
La Poveda
1,50
19:07
19:37
10:17
10:17
Arganda
1,70
19:13
19:43
10:23
10:23
Morata de Tajuña
2,85
19:37
20:07
10:47
10:47
Tajuña
3,05
19:43
20:13
10:53
10:53
Tajuña (Salida)
3,05




Chinchón
3,95

20:37

11:17
Colmenar de Oreja
4,10

20:42

11:22
Tajuña (salida)
3,05



Circula los días impares de cada mes
Perales de Tajuña
3,20
19:49

10:59
Tielmes
3,60
19:56

11:06
Carabaña
4,00
20:08

11:18
Orusco
4,30
20:14

11:24
Ambite
4,75
20:22

11:32
Mondéjar
5,20
20:38

11:47
Pozo de Almoguera
5,85
20:48

Circula los días pares de cada mes
Yebra
6,25
20:58

Almonacid-Zorita
7,00
21:14

Sayatón-Bolarque
7,30
21:21

Anguix
7,85
21:37

Auñón
8,35
21:47

Sacedón
8,55
21:53

Alocén
9,15
22:06



































Tabla 5


PRECIOS EN 3º Y HORARIOS DEL FERROCARRIL DEL TAJUÑA 1935
Colmenar de Oreja-Alocén- Madrid (Niño Jesús)

Estación
Precio
Horario
salida
Horario
salida
Horario salida
Horario salida
Alocén
9,15
05:35

Circula los días pares de cada mes
Circula los días impares de cada mes
Sacedón
8,55
05:49

Auñón
8,35
05:54

Anguix
7,85
06:06

Sayatón-Bolarque
7,30
06:20

Almonacid-Zorita
7,00
06:27

Yebra
6,25
06:48

Pozo de Almoguera
5,85
06:59

Mondéjar
5,20
07:10

16:23
Ambite
4,75
07:21

16:34
Orusco
4,30
07:29

16:42
Carabaña
4,00
07:35

16:48
Tielmes
3,60
07:47

17:00
Perales de Tajuña
3,20
07:54

17:07
Tajuña
3,05
07:59

17:12
Colmenar (Salida)
4,10

07:45

16:46
Chinchón
3,95

07:51

16:52
Tajuña (Llegada)
3,05
07:59
08:11
17:12
17:12
Tajuña (Salida)
3,05
07:59
08:11
17:12
17:12
Morata de Tajuña
2,85
08:06
08.18
17:19
17:19
Arganda
1,70
08:29
08:41
17:42
17:42
La Poveda
1,50
08:35
08:47
17:48
17:48
Vaciamadrid
1,25
08:41
08:53
17:54
17:54
Montarco
0,95
08:47
O8:59
18:00
18:00
La Fortuna
0,80
08:52
09:04
18:05
18:05
Vicálvaro
0,50
09:01
09:13
18:14
18:14
Madrid (Niño Jesús)

09:12
09:24
18:25
18:25































 


 Tabla 6 
La crisis de  la posguerra afecta al servicio
Tras la guerra civil la escasez del diesel que propulsaba los trenes automotores obligó a la compañía a regresar a la tracción por vapor y a reducir la velocidad media prácticamente a los niveles de los años 20. Las  tablas 7 y 8 reflejan claramente este problema. La duración del trayecto hasta Colmenar de Oreja, 64 kilómetros, había aumentado en casi una hora en comparación con el tiempo utilizado en 1935 y, en la misma proporción se había incrementado la duración del viaje entre Madrid y los pueblos de Guadalajara. 

PRECIOS Y HORARIOS DEL FERROCARRIL DEL TAJUÑA 1943
Madrid (Niño Jesús)-Colmenar de Oreja-Alocén
Estación
Correo
Km.
Madrid-Niño Jesús


19:00

Vicálvaro
1,10
0,80
19:18
7
La Fortuna
1,80
1,40
19:31
13
Montarco
2,45
1,65
19:39
16
Vaciamadrid
3,60
2,70
19:48
20
La Poveda
3,60
2,70
19:59
24
Arganda
3,75
2,95
20:09
28
Morata de Tajuña
4,20
3,15
20:42
43
Tajuña
4,65
3,55
20:52
47
Tajuña (Salida)
4,65
3,55
20: 58
47
Chinchón
6,10
4,45
21:34
61
Colmenar de Oreja
6,15
4,75
21:44
64
Tajuña (salida)
4,65
3,55
21:00
47
Perales de Tajuña
4,95
3,75
21:09
50
Tielmes
5,40
4,05
21:20
55
Carabaña
6,05
4,50
21:39
62
Orusco
6,55
4,95
21:58
66
Ambite
7,10
5,30
22:13
72
Mondéjar
7,75
6,00
22:36
80
Pozo de Almoguera
8,50
6,60
22:53
87
Yebra
9,10
7,05
23:10
94
Almonacid
10,20
7,90
23:38
107
Sayatón-Bolarque
10,60
8,25
23:58
112
Anguix
11,80
8,75
00:20
121
Auñón
12,60
9,40
00:38
130
Sacedón
12,85
9,60
00:48
133
Alocén
13,70
10,25
01:03
143


















 












                                     









 Tabla 7

PRECIOS Y HORARIOS DEL FERROCARRIL DEL TAJUÑA 1943
Alocén-Colmenar de Oreja-Madrid (Niño Jesús)
Estación
Correo
Km.
Alocén


03:33

Sacedón
1,20
0,85
03:47
11
Auñón
1,50
1,10
03:58
14
Anguix
2,60
1,85
04:17
23
Sayatón-Bolarque
3,65
2,70
04:48
32
Almonacid
4,15
3,15
04:59
37
Yebra
5,50
4,15
05:27
49
Pozo de Almoguera
6,40
4,75
05:44
56
Mondéjar
7,15
5,35
06:05
63
Ambite
7,95
6,15
06:24
71
Orusco
8,55
6,60
06:48
77
Carabaña
8,95
6,90
06:58
81
Tielmes
9,80
7,55
07:17
89
Perales de Tajuña
10,20
7,85
07:28
93
Tajuña
10,50
8,05
07:36
96
Colmenar (Salida)


07:00

Chinchón
0,40
0,30
07:07
4
Tajuña (Llegada)
1,90
1,45
07:34
18
Tajuña (Salida)
1,90
1,45
07:40
18
Morata de Tajuña
2,55
1,75
07:50
22
Arganda
4,15
3,15
08:17
37
La Poveda
4,65
3,55
08:26
41
Vaciamadrid
5,10
3,85
08:35
45
Montarco
5,50
4,15
08:43
49
La Fortuna
6,00
4,35
08:50
52
Vicálvaro
6,50
4,90
09:01
57
Madrid (Niño Jesús)
6,60
4,10
09:15
64




 













































 Tabla 8 
1946, menos estaciones y menor  velocidad en el ocaso de la línea

Solo tres años después, en 1946, la velocidad de los trayectos se había vuelto a reducir hasta los 19 kilómetros por hora. Además, los trenes en el ramal de la provincia de Guadalajara ya únicamente llegaban hasta Auñón, ya que los últimos kilómetros del antiguo trayecto habían quedado inutilizados bajo las aguas del embalse de Entrepeñas. A estas alturas, la línea había perdido calidad en el servicio, viajeros y velocidad la peor situación posible que, a la postre, obligó a cerrar el servicio de viajeros.


HORARIOS DEL FERROCARRIL DEL TAJUÑA 1946
Madrid (Niño Jesús)- Auñón-Colmenar de Oreja
Estación
Horario Salida
Km.
Madrid (Niño Jesús)
19:00

Vicálvaro
19:17
7
La Fortuna (Apart.)
19:31
13
Montarco
19:41
16
Vaciamadrid
19:52
20
Palomarejo (Apart.)

21
La Poveda
20:03
24
Arganda
20:22
28
El Alto (apart.)
20:46
36
Morata de Tajuña
21:04
43
Tajuña
21:16
47
Tajuña
21:26
47
Valdelaguna (Apead.)
22:05
60
Chinchón
22:10
61
Colmenar (Llegada)
22:22
64
Tajuña (Salida)
21:25
47
Perales
21:38
50
Tielmes
21:54
55
Chávarri
22:08
59
Carabaña
22:20
62
Orusco
22:38
66
Ambite
22:55
72
Mondéjar
23:22
80
Pozo de Almoguera
23:42
87
Yebra
00:02
94
Zorita (apeadero)
00:26
104
Almonacid
00:34
107
Sayatón-Bolarque
00:54
112
Anguix (Apeadero)
01:20
121
Auñón
01:42
130


























































 Tabla 9

Estación
Horario Salida
Km.
Auñón
03:00

Anguix (Apart.)
03:23
8
Sayatón-Bolarque
03:34
18
Almonacid
04:09
23
Zorita (apart.)
04:16
25
Yebra
04:41
35
Pozo de Almoguera
05:01
41
Mondéjar
05:26
49
Ambite
05:43
57
Orusco
06:10
63
Carabaña
06:23
67
Chávarri (Apart.)
06:34
70
Tielmes
06:49
74
Perales de Tajuña
07:05
79
Tajuña
07:17
82
Colmenar (Salida)
06:15

Chinchón
06:28
3
Valdelaguna (Apart.)
06:32
4
Tajuña (Llegada)
07:11
17
Tajuña (Salida)
07:17
82
Morata de Tajuña
07:29
86
El Alto (Apart.)
07:57
93
Arganda
08:26
101
La Poveda
08:36
105
Palomarejo (Apart.)

108
Vaciamadrid
08:47
109
Montarco
08:58
113
La Fortuna
09:08
116
Vicálvaro
09:32
122
Madrid (Niño Jesús)
09:38
129





























































 Tabla 10
En las tablas 9 y 10 con el horario y la duración del trayecto ya no aparecen las estaciones de Alocén y Sacedón, afectadas por la construcción del pantano que afectó a 11 kilómetros de vías. Por el contrario aparecen nuevos apeaderos y apartaderos en la provincia de Madrid, entre ellos el de Valdelaguna localizado solo a un kilómetro de la estación de Chinchón. También aparece en la tabla de horarios la Estación de El Alto en el el término de Morata.

Precios del tren y poder adquisitivo de los usuarios

La llegada del tren a la comarca de la vega del Tajuña y a las poblaciones de la provincia de Guadalajara a comienzos de siglo significó un importante avance en las comunicaciones con la 

capital de España. Para unos pueblos acostumbrados a viajar a Madrid en diligencia o en carros, la llegada del tren revolucionó el transporte pero el acceso al servicio ferroviario no estaba al alcance de todas las clases sociales. En el año de 1919, cuando el viaje entre Morata y Madrid, en vagones de tercera, tenía un precio de 2,10 pesetas los jornaleros del campo no ganaban más allá de tres pesetas diarias y los obreros de otros sectores, como los trabajadores de las panificadoras o los albañiles ganaban entre 2,25 y 4,60 pesetas. Con estos salarios se entiende que viajar a Madrid no era ni mucho menos asequible para la mayoría de la población.

No era mucho más accesible el transporte ferroviario en torno al año 1935, una época en la que una grave crisis política y económica afectaba a la sociedad española y especialmente a las clases populares. En esos años ya hemos visto que la velocidad del tren había mejorado notablemente en relación con las velocidades medias alcanzadas, pero los precios de viajar a Madrid seguían siendo casi prohibitivos para las familias menos pudientes. El trayecto entre Morata y Madrid, en tercera clase, 2,85 pesetas; entre Colmenar y Madrid, 4,10 pesetas; entre Perales y Madrid, 3,30 pesetas, y entre Alocén, estación término de uno de los ramales de la línea, y Madrid, 9,15 pesetas. Cuando estaban fijadas estas tarifas, los salarios de los jornaleros del campo y los trabajadores manuales de la industria oscilaban entre 4,50 y 5 pesetas. En todos los casos, la mayoría de la población no ganaba al día lo suficiente para pagar un trayecto de ida y vuelta a Madrid.



Tras la guerra civil, cuando se reanudó el servicio ferroviario en la línea del Ferrocarril del Tajuña, los precios del tren eran un poco más accesibles pero todavía un obrero de Morata, Perales o Colmenar de Oreja necesitaba el salario de todo un día para un viaje de ida y vuelta a Madrid.

En 1943 el viaje, en 3ª clase a Madrid desde Morata importaba 3,15 pesetas; desde Perales, 3,75 pesetas; desde Colmenar de Oreja, 4,75 pesetas, y desde Alocén, al final de la línea, 10,25 pesetas. En estos años los salarios oscilaban entre 6,60 y 10,80 pesetas para un trabajador del campo y entre 6,75 y  10 pesetas para los trabajadores de la construcción y operarios manuales de la industria. Estos jornales llegaban justo para pagar la ida y la vuelta a Madrid desde las localidades más cercanas a la capital  pero no hacían del transporte ferroviario un servicio al alcance de la mayoría de las familias.



Fuentes y bibliografía:

El Sol, 31 de enero de 1919

La Acción, 20 de febrero de 1919

La Época, 21 de mayo de 1919

Heraldo de Madrid, 28 de mayo de 1935

La ilustración Financiera, 2 de enero de 1935

Poder y actitudes sociales durante la postguerra (1939-1953)

José Manuel Seseña y César Mohedas en Sánchez Oranguren-El Tren del Tajuña II-Boletín de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid, 1980-82, nº 25