martes, 3 de marzo de 2020

El poblamiento de casas-cueva en Morata y en el valle del Tajuña (IV)

Como vimos la pasada semana, en la anterior entrega del blog, a la hora de construir las viviendas-cueva en la comarca del Bajo Tajuña se desarrollaron distintos tipos constructivos que no hacían sino adaptarse a las condiciones del terreno. Al margen de esta variada tipología, la construcción de una vivienda-cueva respondía siempre a unos parámetros que perseguían las mejores condiciones de habitabilidad para sus moradores quienes, en la mayoría de los casos, eran quienes se encargaban de su construcción.



A la hora de afrontar la construcción de una vivienda-cueva era fundamental, para quienes se ocupaban de este trabajo, aprovechar las condiciones del terreno y que los futuros habitantes encontraran unas estancias lo más acogedoras posible para su vida cotidiana. Para quienes han estudiado las características y los elementos que definen estas peculiares construcciones a mayoría de ellas se caracterizan por contar con un único cuerpo al que se accede por la fachada que se abre a la calle donde se sitúa la vivienda cueva.
En el trabajo que sobre las características arquitectónicas del Municipio de Morata editó la Consejería de Obras Públicas de la Comunidad de Madrid, Arquitectura y desarrollo urbano (Tomo XII), sus autores al examinar las características de las cuevas del municipio señalan desde las fachadas de las viviendas-cueva se va configurando la estructura de la construcción:
(…) [La fachada] se adapta formalmente a la configuración del terreno, adquiriendo mayor altura en el eje central –donde se sitúa la puerta- a modo de frontón coronado con pequeño alero de teja cerámica curva. La puerta propiamente dicha –adintelada pero enmarcada, muchas veces, en un arco de medio punto de mayores dimensiones –puede estar flanqueada por dos contrafuertes, de sección variable, y protegida por un cobijo ejecutado también en teja. Por detrás de esta fachada de fábrica de mampostería revestida se encuentra la cubierta natural del terreno, sobre la que se levanta el único elemento que marca, en la pradera natural, la existencia de una vivienda: la chimenea, elemento de ventilación y también de iluminación de las crujías interiores de la cueva. Estas chimeneas se revisten y encalan siempre, coronándose con remates rústicos elaborados con tejas cerámicas u otros elementos metálicos. (…).
Precisamente, la chimenea constituye un elemento fundamental de la vivienda-cueva en tanto que a su función original de salida de humos del hogar se añade, además, la de servir como sistema de ventilación de las estancias interiores de estas construcciones que, como es evidente, carecen de otros huecos hacia el exterior al margen de la propia puerta de estancia y alguna ventana que se pueda abrir sobre la fachada delantera de la vivienda-cueva.
Sobre estos elementos tan característicos de las viviendas-cueva, la fachada y la chimenea,dos autoras que también han analizado estas construcciones trogloditas, Mª Dolores Sandoval y Luisa Bartolomé, señalan en su trabajo Viviendas trogloditas de la provincia de Madrid. Estudio de las cuevas vivienda en la ribera del Tajuña:
(…) La chimenea es uno de los elementos fundamentales de las viviendas-cueva con unas dimensiones de 0,50 m de lado por 1,50 de alto. Su función, evidente es la de favorecer la salida de humos del hogar interior y, por supuesto también de iluminación.
Al referirse a las fachadas, estas autoras también hacen notar la presencia del tejadillo que protege la entrada de la cueva.
Al margen de la entrada situada en la fachada y la chimenea, exteriormente las viviendas cueva también se caracterizan por la cubierta superior que forma parte de su estructura. Esta cubierta, que protege el interior de la vivienda de las inclemencias del tiempo, requiere una labor de mantenimiento de su cubierta vegetal para que no se descompacte el terreno y para que la humedad no penetre en las estancias habitables.
Desde la estructura exterior, que determina y dibuja el típico paisaje propio de los barrios donde se levantan las cuevas, el interior obedece a un modelo que se estructura a partir de la primera estancia de la vivienda-cueva que, a modo de vestíbulo o patio, da acceso a las distintas estancias. Es en esta primera habitación, donde se construye el hogar y la cocina así como el área de estar, diferenciado de las habitaciones o dormitorios que, dependiendo de la amplitud de la vivienda-cueva, pueden alcanzar las tres o cuatro estancias o incluso más, en función del tamaño original y las posibles ampliaciones añadidas con el paso del tiempo en función de las necesidades familiares de los sus moradores.
En la tan citada obra sobre el urbanismo del municipio de Morata se hace referencia también a los muros que sujetan la construcción y las estructura de la cueva:
(…) Los muros son de considerable grosor, especialmente los exteriores, aunque los interiores también ofrecen espesores de 60 a 100 cm. Los techos interiores son abovedados, evitando los fuertes empujes del terreno (espesores de 1,5 metros), los huecos de paso –siguiendo las bóvedas de caños de los techos- se rematan con arcos de medio punto que facilitan el encuentro con las techumbres abovedadas (…).
En un trabajo realizado por los profesores Gil Crespo, Barbero Barrera y Maldonado Ramos, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, también se refieren al proceso constructivo de las viviendas-cueva y cómo estas construcciones se estructuraban a partir de la primera estancia:
(…) La excavación arrancaba con el desmonte del frente de la vivienda así como la apertura de la primera estancia, el zaguán, a partir del cual, en etapas sucesivas que permitieran la aireación y endurecimiento de la excavación, se van horadando el resto de estancias. El programa y el desarrollo de las viviendas variaban según las necesidades del habitante y de las condiciones del entorno como el agrupamiento de cuevas o la profundidad del estrato (…).

Fachada de vivienda cueva en Morata (Autor desconocido)

Estos mismos autores también reseñan en su trabajo el proceso de inicio de la excavación de la cueva y el papel del maestro cuevero como especialista en su construcción:
(…) La excavación arrancaba con el desmonte del frente de la vivienda así como la apertura de la primera estancia, el zaguán, a partir del cual, en etapas sucesivas que permitieran la aireación y endurecimiento de la excavación, se van horadando el resto de estancias. El programa y el desarrollo de las viviendas variaban según las necesidades del habitante y de las condiciones del entorno como el agrupamiento de cuevas o la profundidad del estrato. (…) A pesar de que se trate de casos de autoconstrucción, como se ha indicado, el propietario contaba con la ayuda de un maestro de pico o cuevero, especializado en este trabajo. En este sentido, el conocimiento del terreno era esencial para garantizar la estabilidad y durabilidad de la construcción (…).
Para mejorar la habitabilidad y comodidad de las distintas estancias, estas eran convenientemente encaladas y el suelo, aunque irregular y en la mayoría de las ocasiones en pendiente, al menos en las primeras estancias, se sometía a un proceso de apisonamiento que facilitaba su conservación y las labores de limpieza diaria.


Fuentes y bibliografía:
  • Arquitectura y desarrollo urbano. Tomo XII. Comunidad de Madrid. Zona Sur. Dirección General de Arquitectura y Vivienda. Consejería de Obras Públicas, urbanismo y transporte. Madrid, 2004.
  • Viviendas trogloditas de la provincia de Madrid. Estudio de las cuevas vivienda en la ribera del Tajuña. Sandoval León, M. Dolores y Bartolomé Tejedor, Luisa. En Arqueología, Paleontología y Etnografía. Serie de la Consejería de Cultura. Comunidad de Madrid. Madrid, 1991.
  • Catalogación geográfica y análisis paisajístico de los conjuntos de casas cueva del Sureste madrileño. Gil Crespo, I. J., Barbero Barrera, M.M., Maldonado Ramos, L. I Congreso Internacional sobre Investigación en Construcción y Tecnología Arquitectónicas. Universidad Politécnica de Madrid. Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Madrid, 2014.



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