miércoles, 11 de mayo de 2016

Ferrocarril del Tajuña, 115 años de la llegada del tren a Morata (IV)


El 21 de julio de 1901 se inauguró el tramo del ferrocarril entre Arganda-Morata

Los periódicos más importantes de la época recogieron la noticia de la llegada del ferrocarril

En 1901, finalmente, los vecinos de Morata vieron cumplido su deseo de que el pueblo contara con un nuevo medio de transporte, el ferrocarril.  Pese a todas las dificultades que se han descrito en los capítulos anteriores, el tren llegó a la villa el domingo 21 de julio de 1901. La empresa concesionaria del ferrocarril había conseguido salvar los problemas económicos que habían acompañado al proyecto desde sus inicios, varios años antes, y consiguió llevar el tren a Morata. Las dificultades llegaron incluso hasta el día anterior a la inauguración del trayecto y un accidente en el viaje de pruebas, podría haber empañado este acontecimiento. Según publicó La Época el 24 de julio, el día 20, fecha previa a la inauguración, uno de los ingenieros de la compañía que comprobaba el estado de las vías entre Arganda y Morata sufrió una aparatosa caída:
Al pasar el tren por una de las atarjeas de la vía se detuvo, y el ingeniero jefe bajó del coche para comprobar algunos detalles. Al atravesar la alcantarilla resbaló el Sr. Delchevalerie y cayó desde una altura de cinco metros, produciéndose una conmoción y fuertes contusiones en la espalda. Por fortuna las consecuencias de la caída no han sido tan graves como pudo temerse en un primer momento, y el Sr. Delchevalerie se encuentra en estado relativamente satisfactorio.
Este accidente no impidió que, al día siguiente, la compañía promotora del Ferrocarril del Tajuña, deseosa de que la nueva línea se diera a conocer entre los madrileños y los futuros usuarios no ahorrara en medios a la hora de promocionar la inauguración. Los periódicos y revistas más importantes de la época fueron invitados al viaje inaugural y al día siguiente en  toda la prensa escrita apareció la noticia. Veamos una selección resumida de estos reportajes:
La inauguración del tramo Morata-Arganda en la prensa
Heraldo de Madrid, 22 de julio de 1901
De Madrid a Morata-Inauguración de un trayecto
Tras las tapias del frondoso Retiro se ocultaba, así como avergonzada, ente el caudal de polvo que levantan los carruajes, una estación pequeña y (…) arranque de una modestísima vía férrea que no tenía nada que envidiar a la del tranvía del vapor de Vallecas.
Hoy la decoración ha cambiado. Una sociedad poderosa ha empezado a imprimir vigoroso impulso a la moribunda línea, para transformarla en importante y vasto venero de riqueza, en arteria robusta de la red general de ferrocarriles españoles. Todo allí ha sufrido modificación al hacerse cargo de la línea la Sociedad belga de Caminos de Hierro.
Los coches son nuevos y cómodos, hallándose dotados de timbres eléctricos para caso de alarma. El primitivo material fijo, convenientemente sustituido o remozado, ofrece más garantías de solidez que antes, y en general observase en toda la línea un ambiente de vida y entusiasmo que denuncia prosperidades innegables.
La expedición organizada para inaugurar el trayecto de Arganda a Morata de Tajuña, salió de Madrid a las diez de la mañana. Era numerosa y muy grata, lo suficiente para contrarrestar con sus atractivos las amarguras de un sol despiadado, que nos persiguió hasta el señorial palacio del marqués de Torneros, punto de Morata, encantador y fresco, en donde se había de solemnizar bucólicamente el acontecimiento del día.
En Arganda, el pueblo entero nos recibió con grandes demostraciones de júbilo, aguantando allí a pie firme y asándose materialmente, la ceremonia religiosa que celebró el señor obispo de Sión para bendecir la cabeza del nuevo proyecto. Calcúlese lo que pasaría en Morata, radiante de gozo, por verse beneficiada con los progresos de un ferrocarril con que soñaban hace muchos años.
La estación, el trayecto de ésta al pueblo, los balcones, la iglesia, todo estaba cuajado de gentes con los trajes domingueros, alegres como las banderas que tremolaban en las paredes y arcos de follaje. A los gritos de entusiasmo del pueblo, (…) los sones de la banda, el vuelo de las campanas, el chasquido de los cohetes que surcaban el espacio, ahogando el lejano pitar de la locomotora que quedaba en la estación haciendo maniobras. En el templo se entonó un solemne Tedeum y poco después, en el legendario patio del palacio de Morata, que habitó a temporadas Carlos IV, bajo un hermoso emparrado que apenas si permitía el acceso del sol, la Casa Lhardy sirvió uno de sus espléndidos banquetes. (…) Una hora después se organizaba el regreso a Madrid y llegábamos aquí a las nueve, recordando el cantar:
Morata de Tajuña
Con sus arroyos
Se crían sus mujeres
Como pimpollos
R. E.

El Ferrocarril del Tajuña (Foto de Narciso Pérez Zubizarreta, 1902)

El Globo, 21 de julio de 1901
De Madrid a Morata-Nuevo Ferrocarril
La vía ferroviaria de Madrid a Arganda cuenta desde ayer con un trozo más ya en explotación. El nuevo trayecto es de 17 kilómetros, que sumados a los 28 con que cuenta el anterior, suman 45 como total de los que actualmente están en explotación.
El nuevo trozo inaugurado ayer es el que comprende desde Arganda, punto donde terminaba antes la línea, y el importante pueblo de Morata de Tajuña. La línea nueva está trazada en perfil atrevido y recorre la parte más bonita de aquella comarca. El material móvil es nuevo y cómodo, siendo sus coches como casi todos los adoptados por las líneas de vía estrecha, tales como el del Cantábrico y de San Sebastián a Zarauz. Están dotados de suficientes comodidades y lo que es más importante, de timbres de alarma que, poniendo en comunicación a todos los coches que forman el tren con el furgón del conductor, permiten en un momento dado, detener la marcha y acudir en auxilio del viajero, si es que esto fuese lo que le obligó a hacer uso del timbre.
 (…) Como desde aquel punto [Arganda] es donde empieza la nueva línea, el Consejo de la Compañía había acordado que allí fuese bendecida la máquina que por vez primera iba a recorrer oficialmente la nueva vía.(…) Puesto de nuevo en marcha el tren inaugural, tras recorrer el trazado nuevo, llegó al pueblo de Morata, término por ahora de la línea. Al son de la Marcha real hizo su entrada en aquella estación y al compás de las exclamaciones de los numerosos vecinos de Morata, que sentíanse alegres  y regocijados con la nueva fuente de vida y progreso con que desde ahora cuentan.
(…) En elocuentes palabras, pronunciadas en francés, [el presidente de la compañía] brindó por su patria, a la que desde lejos dedicaba un recuerdo, y por España, en la que al presente se halla, y a la que ya ama, como si en ella fuese nacido, saludando al progreso que en ella se manifestaba cada día más creciente, y en la cual empleará todos sus conocimientos técnicos, así como los medios que la compañía belga por él representada posee. (…) Cerca de las siete era cuando los expedicionarios emprendieron el camino de regreso a Madrid (…).

El Liberal, 22 de julio de 1901
Madrid-Arganda-Morata
(…) Íbamos a inaugurar el trozo de ferrocarril de Arganda a Morata de Tajuña, que la Sociedad Belga de Caminos de Hierro y otros negocios industriales en España abrirá al servicio público en los primeros días del próximo agosto.
Entre arcos de follaje, aclamaciones de júbilo, disparo de cohetes y general algazara, el obispo de Sión bendijo en la estación de Arganda la cabeza de la nueva vía; volvimos a subir a nuestros departamentos, y poco después, atravesando la hermosa vega  de pletóricos olivares y bien cultivadas viñas sin tropiezo alguno; sin que se confirmaran los temores más o menos oficiales entrábamos en el andén de Morata entre el clamoreo de hombres, mujeres y niños, que desde los vagones de balastro, desde los techos de los coches de vía muerta y desde los cerros inmediatos daba rienda suelta a su entusiasmo, al ver convertida en realidad su constante ensueño, su anhelado ferrocarril.
(…) Morata es un pueblo muy rico; sus vinos compiten admirablemente con los de Arganda, y sus vecinos son gente instruida; los maestros ¡cobran! Hasta la maestra superior es de las más superiores de la provincia. Más de cien comensales sentáronse alrededor de las mesas, y la comida se sirvió amenizada por la música del pueblo; el bello sexo estaba numerosa y escogidamente representado.
(…) Los jefes de las estaciones de Madrid, Arganda y Morata, Sres. Padilla, Sola y Peña, respectivamente, el factor Sr. Capa y el monitor de la Compañía, Sr. Arjona, realizaron inteligentemente sus respectivos servicios.
A las seis, la engalanada máquina lanzó al aire su silbido estridente, y entre nuevos vítores y clamores abandonó el tren la simpática Morata, y yo me arrellané en el cómodo vagón. Seguramente convencido de que ya no aparecerían por la ventanilla la carabina y el tricornio del guardia civil invitándome a desenterrar la carcomida chocolatera del desvencijado convoy de antaño…
Eduardo Rosón

La Correspondencia de España, 22 de julio de 1901
El nuevo ferrocarril de Morata a Arganda
(…) El obispo de Sión bendijo la máquina Tajuña que ha sido la que ha hecho todo el recorrido indicado (…). A la una de la tarde llegamos a Morata. Puede decirse que estaba todo el pueblo en la estación.]
La comitiva se dirigió a la iglesia. (…) En la iglesia admiramos una Concepción de Goya [¿?], que está en el fondo del altar mayor. En la plaza del pueblo se había colocado una fuente de vino en la que apagaban su sed los mozos del pueblo (…).

La Época, 22 de julio de 1901
Inauguración de un ferrocarril
De Madrid a Morata de Tajuña
Salida de Madrid-Atravesando el Sahara-La Azucarera de Madrid-Llegada a Arganda-Bendición Episcopal-En Morata-El palacio de Altamira-El banquete-Regreso.
La línea del ferrocarril de Madrid a Arganda estaba no hace mucho tiempo en estado de gran abandono, hasta que las quejas del público y de la Prensa lograron que el gobierno diera por caducada la concesión en vista de las deficiencias del servicio.
No existía cuadro de marchas y el material era tan defectuoso que se cuenta que un día los viajeros tuvieron que apearse del tren y empujarle para que pudiera subir una cuesta. Hay que advertir que esto lo contaba un andaluz.
Caducada la concesión hace tres meses se encargó del servicio previa adjudicación la sociedad Belga de Caminos de Hierro, que tiene otros importantes negocios industriales en España.
Con actividad digna de elogio, la nueva sociedad construyó y adquirió en España y en Bélgica un material ferroviario nuevo y de moderna construcción y dio gran impulso al ramal que habrá de enlazar a Arganda con Morata de Tajuña, cuya inauguración oficial se verificó ayer con asistencia del Consejo de Administración de la citada Compañía, de varios diputados provinciales, ingenieros y representantes de la prensa madrileña.
A las diez de la mañana, hora señalada para partir, ya se encontraban en la estación del Niño Jesús, situada detrás del hospital del mismo nombre, los invitados a la inauguración, que eran recibidos por el alto personal de la Sociedad belga, compuesto del presidente, el senador belga Mr. Victir Fris; del administrador, Mr. Franck, y de los Sres. Beckman y Rivadeneyra, administrador y consejero, respectivamente.
(…) A las diez y media, el tren compuesto de dos coches de primera, dos de segunda, y dos de tercera, adornados con banderas españolas y belgas, se puso en marcha. El  calor a aquella hora de la mañana era tan grande dentro del tren, que a duras penas podían soportarlo los expedicionarios. Uno de los viajeros, que llevaba un termómetro de bolsillo, pudo comprobar que la temperatura que se disfrutaba dentro de los coches era de 41 grados.
Desde la estación de Madrid hasta el apeadero de Montarco no se ve en el camino ni un árbol, ni una rama. Diríase, al contemplar aquella extensión de tierra pelada, que se cruzaba el Sahara.
Pasada la estación de Fortuna la vegetación es frondosa, debido a la proximidad del río Henares, que cerca de Vicálvaro se une con el Manzanares. Corpulentos pinos y chopos bordean el camino desde antes del magnífico puente de hierro, que se encuentra cerca de la Azucarera Madrileña, hasta la misma estación de Arganda.
La Azucarera Madrileña, de la que es principal accionista el exministro de Hacienda Sr. Navarro Reverter, es un edificio magnífico, en el cual tienen ocupación centenares de obreros. Actualmente se trabaja en el cultivo de la remolacha, que a principios de invierno se convertirá en azúcar.
A la una se emprendió la marcha por la nueva línea que enlaza Arganda con Morata de Tajuña.
Para que las pruebas oficiales fueran reglamentarias, los ingenieros de la división del Gobierno cargaron 5.000 kilogramos de peso en el furgón de equipajes, con objeto de comprobar la fuerza de arrastre de la máquina. Cuarenta minutos tarda el tren en recorrer el trayecto que separa los dos pueblos.
El camino es muy bonito, viéndose a derecha e izquierda grandes extensiones de viñedos y olivares, principal riqueza de aquella comarca.
Cerca de la una y media llegó el tren a la estación de Morata de Tajuña. Los vecinos del pueblo, al ver aparecer la máquina, prorrumpieron en manifestaciones de entusiasmo. Se lanzaron cohetes, las campanas de la iglesia fueron echadas a vuelo y la música del pueblo interpreto, aunque no de modo muy perfecto, la Marcha Real. (…) Al llegar frente al Ayuntamiento, una comisión de alcaldes de los pueblos del distrito saludó a los expedicionarios.
(…) Tiene la iglesia de Morata una joya de inestimable mérito que fue admirada y celebrada por todos. Es un cuadro de Goya [¿?], que representa a la Virgen, teniendo en brazos al Niño Jesús.
(…) Morata de Tajuña es un pueblo muy bonito. Tiene 3.025 habitantes y se encuentra situado a la derecha del río Tajuña, entre los términos de Arganda y Chinchón. Uno de los edificios más notables es el hospital, fundado por Don Antonio López en 1670. En la plaza de la Constitución existe un bonito teatro, de moderna construcción, y la Casa Ayuntamiento, recientemente terminada.
El nuevo ferrocarril tiene gran importancia para toda aquella comarca, y la empresa está construyendo varios ramales, que unirán los pueblos de Chinchón y Colmenar de Oreja con las líneas de Calatayud y Valencia (…).
E. M.

El Imparcial, 22 de julio de 1901
La Sociedad Belga de Líneas de Ferrocarriles y Empresas industriales en España, dueña hoy de la vía férrea de Madrid a Arganda, ha abierto a la explotación el primer trozo de los que se propone construir para poner a Madrid, por lo pronto, en comunicación con zonas tan importantes de producción agrícola, como Chinchón y Colmenar de Oreja.
Al adquirir la línea, la compañía compradora emprendió su continuación y anteayer domingo inauguró un nuevo trayecto que une a Arganda, punto donde ha tenido su término durante algunos años, con Morata de Tajuña, pueblo importante y rico, y sobre todo, dicho sea en justicia a sus vecinos y munícipes, toda vez que tiene al corriente sus obligaciones en enseñanza.
De sobra conocida esta grata tierra de los alrededores de Madrid, no hay que hablar al lector de los encantos del paisaje hasta muy cerca de Arganda. Interminables cárcavas de cal y yeso cortadas por estrechos valles que amarillean en rastrojo o esperando el golpe de la hoz las cañas del mísero centeno, la vista descansa de tan desesperante impresión de monotonía al entrar en la nueva sección.
El tren avanza a partir de Arganda entre viñedos, cuyo intenso verdor quiebra el más pálido de los olivos, hasta la misma entrada de Morata de Tajuña.
(…) Los coches, incluso los de tercera, son amplios y cómodos, y todos están dotados del timbre de alarma para detener la marcha del convoy en caso necesario (…).
Al entrar el tren en la estación de Morata fue recibido a los acordes de la Marcha real y a los gritos de júbilo del vecindario, que veían realizados sus anhelos. Poco después, precedida de la banda municipal, a la que seguían la (…) de la parroquia, el  clero y los invitados, cerrando la marcha el numeroso popular, dirigiose abigarrado cortejo a la iglesia de la villa, donde se cantó un Te Deum, terminado el cual, los expedicionarios de ambos sexos, las autoridades locales y los morateños de distinción fueron obsequiados por la empresa con un espléndido banquete, admirablemente servido por Lhardy en el amplísimo patio del antiguo palacio de Altamira, hoy del marqués de Torneros, sombreado por el denso ramaje de una parra peculiar.
No bajarían de ciento veinte los comensales. (…).

La Última Moda, 4 de agosto de 1901
El ferrocarril de Madrid a Arganda ha prolongado su explotación hasta Morata de Tajuña, dando vida a una fértil región que desmiente la creencia de que en las cercanías de Madrid todo es árido e ingrato a la vista.
La inauguración del nuevo ferrocarril constituyó una fiesta muy hermosa que fue presenciada por no pocas ilustres señoras, que asistieron al banquete que en Morata dio la Compañía belga, rompiendo con buen acuerdo la costumbre de que a estos actos no concurra el bello sexo.
El vecindario saludó a los viajeros del primer tren que llegó al pueblo término del nuevo ramal, con grandes muestras de entusiasmo.
Lo que es de desear es que el ferrocarril continúe hasta Chinchón y Colmenar de Oreja, beneficiando los intereses de estos pueblos tan importantes por su producción agrícola.

Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, 10 de agosto de 1901
Nada tan satisfactorio para nosotros como presenciar un acto cualquiera que revele un progreso en nuestro pueblo, y así explicado queda con cuánto placer recibimos la atenta invitación con que para asistir a la inauguración del primer trozo de la prolongación del ferrocarril Madrid a Arganda, que comprende el trayecto desde esta última estación a la de Morata de Tajuña, tuvo la amabilidad de honrarnos D. Fernando López de Rivadeneyra, administrador delegado de la Societe d´Etudes de Chemins de Fer e d´Enterprises Industrielles et comerciales en Espagne y consejero presidente de la Compañía de este ferrocarril.
Y ya que de un negocio de esta sociedad hemos de ocuparnos, bueno es que consignemos que, aunque domiciliada en Bruselas, no es tan belga como parecer puede por el título, pues debe su vida a la iniciativa del sr. Rivadeneyra, primer fundador de la misma en la capital de Bélgica, quien ha luchado con incansable afán por su desarrollo, consiguiendo interesar en ella a tantos capitales españoles, que bajo este aspecto es más de nuestra patria que extranjera, y si algo faltara para aumentar el carácter español de la empresa el ilustre director de este ferrocarril, D. Gustavo Cacho Saavedra, español es de la buena cepa, que ha dedicado como aquel su inteligencia y sus esfuerzos a que fuera un hecho la construcción de este ferrocarril, empleándose en tan patriótico objeto, no solo capitales sino trabajo españoles, por lo que uno y otro se han hecho acreedores a la gratitud general y recibieron en el acto que a narrar pasamos como simples espectadores, gran número de felicitaciones entusiastas, justamente merecidas, pero que en nuestra opinión, si bien les fueron sumamente agradables, no tanto como el solemne acto que se iba a celebrar, al que asistían en representación propia y como invitados importantes personalidades (…).
(…) Los coches puestos a disposición de los expedicionarios, construidos en Zaragoza, con todos los últimos adelantos, presentan un bello aspecto, además de ser sumamente cómodos, que superan a los mejores de otras más pretenciosas compañías.
El tren, vistosamente engalanado, partió rápido, despedido en la estación del Niño Jesús por multitud de aclamaciones, y en menos de una hora nos transportó hasta Arganda, en cuyo trayecto pudimos observar que la empresa ha hecho grandes mejoras en la línea, y en aquella estación, a la que el pueblo en masa había acudido a recibir al huésped mensajero de la prosperidad futura de aquella comarca pobre en fuerza de rica, por cuanto le falta el principal elemento para la exportación de sus productos, fue indescriptible el entusiasmo.
(…) y entre atronadores gritos, frenéticos aplausos y disparo de innumerables cohetes, partió el tren inaugural hasta Morata, adonde felizmente llegamos, oyendo a alguien que no tenemos el gusto de conocer nominalmente, que dijo:
-A pesar de los temores más o menos oficiales, hemos llegado, y ni se ha hundido el firmamento ni han temblado las esferas.
Y lo que en Morata vimos es indescriptible: los cerros, la vía, las avenidas todas de la estación engalanadas con profuso follaje, estaban invadidas por muchedumbre inmensa que mezclaba sus gritos de delirante entusiasmo al estampido de los cohetes que, cual si creyeran estrecho el campo abierto, querían llevar a los aires la explosión del entusiasmo que aquel pueblo sentía al ver realizado el más halagador de los sueños, la más bella de las esperanzas: la de tener un ferrocarril que exportara los productos que allí están menospreciados por falta de salida y les proporcionará otros que por la dificultad de los transportes les resultaban caros y forzosamente por este motivo escaseaban.
(…) Y terminado el festejo a las seis de la tarde, emprendimos el regresos henchida el alma de satisfacción por haber presenciado un paso avante por la senda del progreso, que ha de reportar beneficios incalculables a aquella comarca pletórica de riqueza, que hasta hoy se encontraba en la nada envidiable situación del que posee grandes capitales y no tiene en qué emplearlos para no resultar improductivos (…).
Una jornada histórica para Morata
En todas estas informaciones aparecidas en la prensa madrileña se destaca por parte de todos los redactores la importancia que para la economía de la comarca significaba la llegada del tren a Morata y la mejora que el nuevo trazado había traído a toda la línea. El ambiente que se trasmite desde las crónicas periodísticas, con la participación de la banda de música, la celebración religiosa, la colocación de arcos y disparo de cohetes, es el mismo que se repetirá años más tarde cuando, sucesivamente, el tren llegue a Chinchón y Colmenar, y en el ramal que partía desde la estación de Tajuña, en las inauguraciones de los tramos hasta Perales, Tielmes, Carabaña y Orusco. En estos primeros años de la compañía, aún se pensaba que la línea tendría continuación hasta Aragón e incluso hasta Valencia y qué mejor forma de celebrarlo que con la organización de unos actos en los que no faltó el banquete ofrecido por Lardhy en el Palacio de Altamira -a 60 pesetas el cubierto- y la instalación de una fuente de vino en la plaza.
Muchos de los periodistas hicieron también referencia al mal estado de las vías y el material móvil del trayecto Madrid-Arganda hasta la inauguración y el cambio observado en los nuevos vagones y locomotoras tras la inyección económica que se produjo tras la entrada de la sociedad belga. En este sentido la inauguración del tramo hasta Morata –y el siguiente año de los tramos hasta Chinchón y Colmenar de Oreja- significó una mejora en el material de la línea. Según el Anuario de Ferrocarriles Españoles, publicado en 1904 pero con datos de 1903, de las tres locomotoras que prestaban servicio en la línea Madrid-Arganda hasta 1901 se había pasado a las doce locomotoras con las que contaba el trazado ampliado; de un total de 58 vagones en la línea hasta Arganda a los 144 en el trazado que llegaba hasta Colmenar (1 de lujo, 3 de primera clase, 2 de segunda clase y 14 de tercera clase, más los destinados a mercancías). Lógicamente, los ingresos también crecieron tras la ampliación y mejora de la línea ferroviaria: si en 1901 la línea hasta Arganda sumó 197.969 pesetas de ingresos, en 1903 los ingresos totales de la compañía del Ferrocarril del Tajuña alcanzaron la cantidad de 463.976 pesetas, con un incremento superior al 100% en el transcurso de dos años.

Bibliografía
Anuario de Ferrocarriles. Año 1898, 1901 y 1902 y 1904. Enrique de la Torre. Imprenta Central de los Ferrocarriles. Madrid.
Periódicos citados en el texto.


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