La
construcción de casas-cueva en multitud de zonas de la geografía
española ha dado lugar a una amplia tipología en este tipo de
viviendas. Igual sucede en la comarca del Bajo Tajuña y pueblos
próximos en los que, históricamente, los investigadores han
descrito, como mínimo, dos modelos constructivos aunque, en algunos
casos, se llegan a definir hasta cuatro tipos de cuevas
artificiales..
Aunque
el fenómeno de viviendas cuevas está muy repartido por el
territorio nacional en esta entrega del blog nos vamos a limitar a
tratar los tipos diferenciados de estas construcciones que se
levantaron en nuestra comarca y en algunos pueblos próximos a lo que
aquí denominamos Bajo Tajuña. Que esta variedad tipológica se haya
producido en unas construcciones que, durante siglos, han sido
ignoradas incluso en las estadísticas oficiales no resulta extraño
si, además, se añade que las propias condiciones físicas del
terreno en el que se levantaron no eran ni mucho menos homogéneas,
aunque sí que es cierto que, en la mayoría de los casos su
construcción se acomodó a un tipo de terreno en el que predominaban
los suelos arcillosos y yesíferos que por su blandura
resultaban fáciles de trabajar y de excavar.
Clemente
Sáez Sanz, en su tesis doctoral sobre La
habitación subterránea en la Península Ibérica,
al referirse a los materiales sobre los que se excavaban las cuevas
en Morata señala:
(…)
El material que hemos podido muestrear e interpretar como coluvial
es muy parecido en su caracterización al que hemos tomado en
Carabaña, y presenta coincidencias de aspecto, textura y composición
con el que hemos observado en algún frontal de vivienda excavado en
Tielmes.
Geotécnicamente
–añade
Sáez Sanz-
se trata de arcillas limosas de muy baja plasticidad, muy
carbonatadas. Hay indicios de sulfatos, que son apenas medibles. El
porcentaje de material fino oscila entre dos tercios y tres cuartos
en peso. Tan solo el 10% son arcillas ateniendo a los ensayos de
sedimentación efectuados. Así, en propiedad, podríamos hablar de
limos margosos (…).
En
otra publicación que trata sobre estas construcciones, Arquitectura
y desarrollo urbano Tomo XII,
centrada
igualmente en Morata, también se citan los suelos en los que se
construían las viviendas-cueva:
(…)
los suelos son
esencialmente yesíferos y calcáreos, esta característica ha
provocado desde tiempos remotos la aparición, por un lado de
industrias de extracción y hornos de yeso, y por otro, de la
tipología constructiva de cuevas subterráneas habitables,
abundantes especialmente en la zona noreste del casco urbano, aunque
antiguamente también ocupaban la zona noroeste del mismo (…).
A
partir de estos terrenos propicios, en los que resultaba
relativamente
accesible
excavar el hueco de la vivienda-cueva, se han generado esos modelos
constructivos que los investigadores han asociado, según sus
características más definitorias, a cada uno de los municipios de
la comarca.
Uno
de los trabajos de investigación en los que más se ha enfatizado
respecto a los tipos de cuevas existentes en la comarca del Bajo
Tajuña es el que realizaron María Dolores Sandoval y Luisa
Bartolomé sobre las Viviendas
trogloditas en la provincia de Madrid. Estudio de las cuevas vivienda
en la ribera del Tajuña.
Según las autoras del estudio existen, básicamente, dos tipos de
viviendas-cueva* en la comarca:
- Las excavadas en las laderas, bien estén aisladas o en hilera, muy abundantes en Carabaña, Perales, Tielmes y Titulcia.
- Las excavadas en llano, características en Fuentidueña de Tajo y en Morata.
Viviendas cueva en Morata (Autor y año desconocido)
Para que los constructores de las
viviendas-cueva se decantaran por un tipo u otro resultaba
fundamental la disposición del terreno, de ahí que el primer tipo
de cuevas se construyera en un terreno con mayor pendiente y las
segundas fueran más propias de terrenos de pendiente mucho más
suave o incluso completamente llano. Así explican Sandoval y
Bartolomé las características de las primeras:
(…)
Las cuevas en ladera se excavan haciendo un corte vertical en la
pendiente. El corte se transforma en fachada y con la tierra sacada
del desmonte y de la excavación se allana la entrada dejando así
una pequeña explanada o mesa.
En
este tipo de cuevas es frecuente que se añadan otros elementos como
leñeras, recintos o corrales para animales domésticos e incluso
cuartos de aseo.
La
existencia de corrales, que también fue destacada por Demetrio Ramos
en su obra sobre la Geografía
del Bajo Tajuña,
con el tiempo podína reconvertirse en patios o incluso espacios
ajardinados
El
otro sistema constructivo de cuevas, propio sobre todo de Morata y
Fuentidueña de Tajo, según el trabajo de las investigadoras que
estamos citando, obliga a abrir previamente una zanja muy amplia para
ganar altura en las suaves pendientes que caracterizan los barrios de
cuevas de estos dos municipios. Esta zanja funciona a modo de calle
con cuevas a ambos lados. Sandoval León y Bartolomé Tejedor
consideran que estas viviendas-cueva se originan a partir de las
calles que finalizaban en el campo y que posteriormente se alargaban
hasta el monte
a
partir de la apertura de la zanja central.
En
Arquitectura
y desarrollo urbano
(Tomo XII), la publicación de la Comunidad de Madrid que ya hemos
citado, al describir el tipo de cueva más propio de Morata –y
Fuentidueña de Tajo- indican:
(…)
Responden, en general, [las
cuevas de Morata] al tipo de
cuevas excavado en montes bajos, similares a las de Fuentidueña de
Tajo. Ofrecen un aspecto de vivienda normal, apreciándose su
condición de cuevas únicamente en su cubierta de tierra. Se excavan
a ambos lados de una zanja larga y ancha, abierta previamente que
cumple la función de calle. Están planteadas sobre un plano
horizontal, conseguido por excavación del terreno, a cuyo lado se
abren las cuevas (…).
En
el año 2014, la celebración de l Congreso Internacional sobre
Investigación en Construcción y Tecnología Arquitectónica
permitió la presentación de un trabajo de investigación que tenía
como objeto central las viviendas-cueva del sureste de la Comunidad
de Madrid. Los autores de este trabajo incidían en las
características de las casas cueva, según su denominación, y las
razones de índole social y físico que determinaron la localización
de estos barrios en unas zonas determinadas de cada municipio:
(…)
Al abrirse el valle, las poblaciones han desarrollado históricamente
una trama urbana que adquiere un carácter central, esto es, el
municipio se desarrolla alrededor de un núcleo que suele ser la
iglesia o la plaza o de un viario principal (Morata de Tajuña,
Titulcia, Ciempozuelos,…). En cualquier caso, se mantiene la máxima
indicada con anterioridad, la reserva del mejor suelo para el cultivo
de tal forma que la población se aparta y se aproxima a las laderas
septentrionales del valle lo que, a su vez, permite el soleamiento de
las cuevas. En relación a éstas, suelen encontrarse segregadas del
tejido urbano central, a las afueras del pueblo, colonizando cerros y
laderas y formando barrios y arrabales. Esta separación responde a
razones tanto de índole social —Caro Baroja apuntaba que en las
casas-cueva habitaban «gentes pobres o que se hallan un poco al
margen de la sociedad»— como por motivos constructivos que tienen
que ver con las características geológicas del terreno (…).
En
Arquitectura
y desarrollo urbano (vol.
XII) también se analiza
la evolución de este tipo de viviendas en Morata y los barrios donde
tradicionalmente se han localizado:
(…)
Se extienden,
principalmente, en la parte nororiental de la población, como
continuación de las calles de la Escuela y de Colmenares, en los
terrenos de los primeros cerros y accidentes del norte del término.
Su establecimiento es irregular, sin orden ni alineaciones (a
excepción de las cinco primeras abiertas en la propia calle
Colmenares) y carentes de urbanización en sus caminos de acceso. En
general constan de un espacio lineal central -en la máxima
profundidad de la excavación- al que se abren estancias simétricas
laterales en número de dos, o incluso, tres filas. En menor cantidad
existen, también, cuevas en zonas diseminadas del este, del oeste y
del norte de la población: en los aledaños del camino de Perales,
al norte de la calle de la fábrica y en el arranque de los caminos
de Poyales, de Arganda, de la vereda del Bosque y del camino de la
Concepción (…) **.
En
el mismo volumen en el que se analizan las viviendas-cueva de Morata
también se reseñan las características de los barrios de
viviendas-cuevas de Perales de Tajuña y cómo se desarrollaron los
mismos:
(…)
Los puntos de mayor
facilidad de excavación se concentran en la parte media de las
laderas todavía no ocupadas por el tejido urbano, organizándose un
cinturón de cuevas alrededor del casco, que genera el barrio de
Cuevas Altas al oeste de Perales y los del Calvario y el Barrio
Nuevo, al este –el último más tardíamente-, la primera zona, de
forma alargada y paralela a la calle del Alamillo pero en cota
superior, sigue la línea de nivel y prácticamente en su alineación
establece una vía que hoy es la calle Cuevas Altas; en la parte
llamada Barrio Nuevo, más allá del arroyo de la Vega y de la ladera
oriental del valle, detrás de la plaza de la Constitución y del
lugar tradicional para cruzar dicho arroyo, se excavan múltiples
cuevas en un pequeño anfiteatro; y el Calvario, en la misma ladera
pero más cerca del cementerio (…).
Sobre
las características del interior de las cuevas, sus estancias, muros
y demás dependencias trataremos en la próxima entrega del blog.
*En
la publicación de María Luisa Sandoval y Luisa Bartolomé Viviendas
trogloditas en la provincia de Madrid. Estudio de las cuevas vivienda
en la ribera del Tajuña, las
autoras citan a Demetrio Ramos y su trabajo Notas
sobre la geografía del Bajo Tajuña.
En este trabajo de Ramos, al que ya nos hemos referido, el autor
describía, en base al inventario de 668 cuevas que se había
contabilizado en los pueblos objetos de estudio (Ambite, Orusco,
Carabaña, Tielmes, Prales, Morata y Titulcia) cuatro tipos de cueva
que denomina tipo
Perales,
tipo Carabaña,
tipo apallazada,
de calle y
atípicas.
** En la salida de Morata hacia
Madrid y San Martín de la Vega también se localizaron cuevas
excavadas en el terreno, habitadas hasta los años sesenta.
Fuentes
y bibliografía:
- La habitación subterránea en la Península Ibérica (Tesis doctoral). Investigación geológica. Sáenz Sanz, Clemente. Universidad Politécnica de Madrid. Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Madrid, 2014.
- Notas sobre la geografía del Bajo Tajuña. Ramos Pérez, Demetrio. Revista de Estudios Geográficos. Vol. 8, nº 26. Pág. 41-154. Madrid, 1947.
- Viviendas trogloditas de la provincia de Madrid. Estudio de las cuevas vivienda en la Ribera del Tajuña. Sandoval León, M. Dolores y Bartolomé Tejedor, Luisa. En Arqueología, Paleontología y Etnografía Pág. 305-330. Serie de la Consejería de Cultura. Comunidad de Madrid. Madrid, 1991.
- Arquitectura y desarrollo urbano. Tomo XII. Comunidad de Madrid. Zona Sur. Dirección General de Arquitectura y Vivienda. Consejería de Obras Públicas, urbanismo y transporte. Madrid, 2004.
- Catalogación geográfica y análisis paisajístico de los conjuntos de casas cueva del Sureste madrileño. Gil Crespo, I. J., Barbero Barrera, M.M., Maldonado Ramos, L. I Congreso Internacional sobre Investigación en Construcción y Tecnología Arquitectónicas. Universidad Politécnica de Madrid. Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Madrid, 2014.