martes, 25 de febrero de 2020

El poblamiento de casas-cueva en Morata y en el valle del Tajuña (III)

La construcción de casas-cueva en multitud de zonas de la geografía española ha dado lugar a una amplia tipología en este tipo de viviendas. Igual sucede en la comarca del Bajo Tajuña y pueblos próximos en los que, históricamente, los investigadores han descrito, como mínimo, dos modelos constructivos aunque, en algunos casos, se llegan a definir hasta cuatro tipos de cuevas artificiales..




Aunque el fenómeno de viviendas cuevas está muy repartido por el territorio nacional en esta entrega del blog nos vamos a limitar a tratar los tipos diferenciados de estas construcciones que se levantaron en nuestra comarca y en algunos pueblos próximos a lo que aquí denominamos Bajo Tajuña. Que esta variedad tipológica se haya producido en unas construcciones que, durante siglos, han sido ignoradas incluso en las estadísticas oficiales no resulta extraño si, además, se añade que las propias condiciones físicas del terreno en el que se levantaron no eran ni mucho menos homogéneas, aunque sí que es cierto que, en la mayoría de los casos su construcción se acomodó a un tipo de terreno en el que predominaban los suelos arcillosos y yesíferos que por su blandura resultaban fáciles de trabajar y de excavar.
Clemente Sáez Sanz, en su tesis doctoral sobre La habitación subterránea en la Península Ibérica, al referirse a los materiales sobre los que se excavaban las cuevas en Morata señala:
(…) El material que hemos podido muestrear e interpretar como coluvial es muy parecido en su caracterización al que hemos tomado en Carabaña, y presenta coincidencias de aspecto, textura y composición con el que hemos observado en algún frontal de vivienda excavado en Tielmes.
Geotécnicamente –añade Sáez Sanz- se trata de arcillas limosas de muy baja plasticidad, muy carbonatadas. Hay indicios de sulfatos, que son apenas medibles. El porcentaje de material fino oscila entre dos tercios y tres cuartos en peso. Tan solo el 10% son arcillas ateniendo a los ensayos de sedimentación efectuados. Así, en propiedad, podríamos hablar de limos margosos (…).
En otra publicación que trata sobre estas construcciones, Arquitectura y desarrollo urbano Tomo XII, centrada igualmente en Morata, también se citan los suelos en los que se construían las viviendas-cueva:
(…) los suelos son esencialmente yesíferos y calcáreos, esta característica ha provocado desde tiempos remotos la aparición, por un lado de industrias de extracción y hornos de yeso, y por otro, de la tipología constructiva de cuevas subterráneas habitables, abundantes especialmente en la zona noreste del casco urbano, aunque antiguamente también ocupaban la zona noroeste del mismo (…).
A partir de estos terrenos propicios, en los que resultaba relativamente accesible excavar el hueco de la vivienda-cueva, se han generado esos modelos constructivos que los investigadores han asociado, según sus características más definitorias, a cada uno de los municipios de la comarca.
Uno de los trabajos de investigación en los que más se ha enfatizado respecto a los tipos de cuevas existentes en la comarca del Bajo Tajuña es el que realizaron María Dolores Sandoval y Luisa Bartolomé sobre las Viviendas trogloditas en la provincia de Madrid. Estudio de las cuevas vivienda en la ribera del Tajuña. Según las autoras del estudio existen, básicamente, dos tipos de viviendas-cueva* en la comarca:
  • Las excavadas en las laderas, bien estén aisladas o en hilera, muy abundantes en Carabaña, Perales, Tielmes y Titulcia.
  • Las excavadas en llano, características en Fuentidueña de Tajo y en Morata.
Viviendas cueva en Morata (Autor y año desconocido)

Para que los constructores de las viviendas-cueva se decantaran por un tipo u otro resultaba fundamental la disposición del terreno, de ahí que el primer tipo de cuevas se construyera en un terreno con mayor pendiente y las segundas fueran más propias de terrenos de pendiente mucho más suave o incluso completamente llano. Así explican Sandoval y Bartolomé las características de las primeras:
(…) Las cuevas en ladera se excavan haciendo un corte vertical en la pendiente. El corte se transforma en fachada y con la tierra sacada del desmonte y de la excavación se allana la entrada dejando así una pequeña explanada o mesa.
En este tipo de cuevas es frecuente que se añadan otros elementos como leñeras, recintos o corrales para animales domésticos e incluso cuartos de aseo.
La existencia de corrales, que también fue destacada por Demetrio Ramos en su obra sobre la Geografía del Bajo Tajuña, con el tiempo podína reconvertirse en patios o incluso espacios ajardinados
El otro sistema constructivo de cuevas, propio sobre todo de Morata y Fuentidueña de Tajo, según el trabajo de las investigadoras que estamos citando, obliga a abrir previamente una zanja muy amplia para ganar altura en las suaves pendientes que caracterizan los barrios de cuevas de estos dos municipios. Esta zanja funciona a modo de calle con cuevas a ambos lados. Sandoval León y Bartolomé Tejedor consideran que estas viviendas-cueva se originan a partir de las calles que finalizaban en el campo y que posteriormente se alargaban hasta el monte a partir de la apertura de la zanja central.
En Arquitectura y desarrollo urbano (Tomo XII), la publicación de la Comunidad de Madrid que ya hemos citado, al describir el tipo de cueva más propio de Morata –y Fuentidueña de Tajo- indican:
(…) Responden, en general, [las cuevas de Morata] al tipo de cuevas excavado en montes bajos, similares a las de Fuentidueña de Tajo. Ofrecen un aspecto de vivienda normal, apreciándose su condición de cuevas únicamente en su cubierta de tierra. Se excavan a ambos lados de una zanja larga y ancha, abierta previamente que cumple la función de calle. Están planteadas sobre un plano horizontal, conseguido por excavación del terreno, a cuyo lado se abren las cuevas (…).
En el año 2014, la celebración de l Congreso Internacional sobre Investigación en Construcción y Tecnología Arquitectónica permitió la presentación de un trabajo de investigación que tenía como objeto central las viviendas-cueva del sureste de la Comunidad de Madrid. Los autores de este trabajo incidían en las características de las casas cueva, según su denominación, y las razones de índole social y físico que determinaron la localización de estos barrios en unas zonas determinadas de cada municipio:
(…) Al abrirse el valle, las poblaciones han desarrollado históricamente una trama urbana que adquiere un carácter central, esto es, el municipio se desarrolla alrededor de un núcleo que suele ser la iglesia o la plaza o de un viario principal (Morata de Tajuña, Titulcia, Ciempozuelos,…). En cualquier caso, se mantiene la máxima indicada con anterioridad, la reserva del mejor suelo para el cultivo de tal forma que la población se aparta y se aproxima a las laderas septentrionales del valle lo que, a su vez, permite el soleamiento de las cuevas. En relación a éstas, suelen encontrarse segregadas del tejido urbano central, a las afueras del pueblo, colonizando cerros y laderas y formando barrios y arrabales. Esta separación responde a razones tanto de índole social —Caro Baroja apuntaba que en las casas-cueva habitaban «gentes pobres o que se hallan un poco al margen de la sociedad»— como por motivos constructivos que tienen que ver con las características geológicas del terreno (…).
En Arquitectura y desarrollo urbano (vol. XII) también se analiza la evolución de este tipo de viviendas en Morata y los barrios donde tradicionalmente se han localizado:
(…) Se extienden, principalmente, en la parte nororiental de la población, como continuación de las calles de la Escuela y de Colmenares, en los terrenos de los primeros cerros y accidentes del norte del término. Su establecimiento es irregular, sin orden ni alineaciones (a excepción de las cinco primeras abiertas en la propia calle Colmenares) y carentes de urbanización en sus caminos de acceso. En general constan de un espacio lineal central -en la máxima profundidad de la excavación- al que se abren estancias simétricas laterales en número de dos, o incluso, tres filas. En menor cantidad existen, también, cuevas en zonas diseminadas del este, del oeste y del norte de la población: en los aledaños del camino de Perales, al norte de la calle de la fábrica y en el arranque de los caminos de Poyales, de Arganda, de la vereda del Bosque y del camino de la Concepción (…) **.
En el mismo volumen en el que se analizan las viviendas-cueva de Morata también se reseñan las características de los barrios de viviendas-cuevas de Perales de Tajuña y cómo se desarrollaron los mismos:
(…) Los puntos de mayor facilidad de excavación se concentran en la parte media de las laderas todavía no ocupadas por el tejido urbano, organizándose un cinturón de cuevas alrededor del casco, que genera el barrio de Cuevas Altas al oeste de Perales y los del Calvario y el Barrio Nuevo, al este –el último más tardíamente-, la primera zona, de forma alargada y paralela a la calle del Alamillo pero en cota superior, sigue la línea de nivel y prácticamente en su alineación establece una vía que hoy es la calle Cuevas Altas; en la parte llamada Barrio Nuevo, más allá del arroyo de la Vega y de la ladera oriental del valle, detrás de la plaza de la Constitución y del lugar tradicional para cruzar dicho arroyo, se excavan múltiples cuevas en un pequeño anfiteatro; y el Calvario, en la misma ladera pero más cerca del cementerio (…).
Sobre las características del interior de las cuevas, sus estancias, muros y demás dependencias trataremos en la próxima entrega del blog.



*En la publicación de María Luisa Sandoval y Luisa Bartolomé Viviendas trogloditas en la provincia de Madrid. Estudio de las cuevas vivienda en la ribera del Tajuña, las autoras citan a Demetrio Ramos y su trabajo Notas sobre la geografía del Bajo Tajuña. En este trabajo de Ramos, al que ya nos hemos referido, el autor describía, en base al inventario de 668 cuevas que se había contabilizado en los pueblos objetos de estudio (Ambite, Orusco, Carabaña, Tielmes, Prales, Morata y Titulcia) cuatro tipos de cueva que denomina tipo Perales, tipo Carabaña, tipo apallazada, de calle y atípicas.
** En la salida de Morata hacia Madrid y San Martín de la Vega también se localizaron cuevas excavadas en el terreno, habitadas hasta los años sesenta.


Fuentes y bibliografía:
  • La habitación subterránea en la Península Ibérica (Tesis doctoral). Investigación geológica. Sáenz Sanz, Clemente. Universidad Politécnica de Madrid. Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Madrid, 2014.
  • Notas sobre la geografía del Bajo Tajuña. Ramos Pérez, Demetrio. Revista de Estudios Geográficos. Vol. 8, nº 26. Pág. 41-154. Madrid, 1947.
  • Viviendas trogloditas de la provincia de Madrid. Estudio de las cuevas vivienda en la Ribera del Tajuña. Sandoval León, M. Dolores y Bartolomé Tejedor, Luisa. En Arqueología, Paleontología y Etnografía Pág. 305-330. Serie de la Consejería de Cultura. Comunidad de Madrid. Madrid, 1991.
  • Arquitectura y desarrollo urbano. Tomo XII. Comunidad de Madrid. Zona Sur. Dirección General de Arquitectura y Vivienda. Consejería de Obras Públicas, urbanismo y transporte. Madrid, 2004.
  • Catalogación geográfica y análisis paisajístico de los conjuntos de casas cueva del Sureste madrileño. Gil Crespo, I. J., Barbero Barrera, M.M., Maldonado Ramos, L. I Congreso Internacional sobre Investigación en Construcción y Tecnología Arquitectónicas. Universidad Politécnica de Madrid. Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Madrid, 2014.


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