martes, 18 de febrero de 2020

El poblamiento de casas-cueva en Morata y en el valle del Tajuña (II)


Desde 1830, cuando el Diccionario de Madoz constataba la existencia en Morata de 150 casas-cueva, el inventario de este tipo de viviendas evolucionó constantemente, con periodos de más o menos ocupación, en función siempre de las necesidades socioeconómicas de la población. La misma situación se produjo en el resto de los municipios de la comarca donde las viviendas-cueva llegaron a alcanza una cantidad cuevas en cinco municipios de la comarca ascendía a 668 unidades.




Desde mediados del siglo XIX muchas publicaciones se ocuparon de describir en obras de tipo divulgativo las características y peculiaridades de los pueblos de la provincia de Madrid. En muchas ocasiones este tipo de trabajos, fomentados e incluso editados por la Diputación Provincial, recogieron en sus textos la existencia de los poblamientos trogloditas -como se denominan los barrios de casas-cueva en alguno de estos libros- en varios pueblos de la comarca localizada en torno al río Tajuña. Casiano del Prado, en su Descripción física y geográfica de la provincia de Madrid, fue uno de estos autores que se ocuparon de documentar este fenómeno característico de la provincia de Madrid:
(…) como las que en las arcillas terciarias sirven de casas a una parte no pequeña de la población en Perales de Tajuña, Morata, Tielmes, Titulcia y otros pueblos, casas, diré de paso, que ofrecen dos ventajas, cuales son el costar poco y el ser más calientes en invierno y más frescas en verano, sin que les falte buena ventilación a favor de la chimenea.
En uno de los pueblos que se citan en la publicación de Casiano del Prado, Tielmes, la existencia de viviendas-cueva recordemos que ya se documentó en el Catastro de Ensenada y en, periodos históricos posteriores, su utilización no dejó de incrementarse. Buena muestra de que las viviendas-cueva proliferaron en Tielmes es la aparición en un periódico del siglo XIX, La Iberia, de una curiosa información fechada en julio de 1861. En esta fecha, se publica un edicto del juzgado de Primera Instancia de Chinchón sobre una subasta de fincas, situadas en el propio término municipal de Tielmes y también en Perales de Tajuña y Carabaña. Del texto del edicto, bastante amplio, nos interesa la presencia entre los bienes que salían a subasta de varias viviendas-cueva:
(…) se vende una hacienda situada en la villa de Tielmes y sus adyacentes Perales de Tajuña y Carabaña, distante de Madrid como siete leguas por la carretera de Valencia o las Cabrillas, la cual se compone de las fincas siguientes: (…) Una dehesa para pastos, leñas bajas de carrascas y otros varios arbustos y esparto, inmediato a la casa-labor, de mil doscientas fanegas poco más o menos, de trescientos estadales, con caleras, canteras y cincuenta y una cuevas de habitar. (La Iberia, 6 de julio de 1861).
Juan Diego Arribas, también se ocupó de las casas-cueva en su trabajo sobre Morata de Tajuña que publicó la Diputación Provincial en la Biblioteca de la Provincia de Madrid:
(…) Hay en esta localidad 784 edificios habilitados, de estos 120 son de un piso; 495 de dos y 28 de tres o más. De los 784 edificios, 141 son cuevas habitadas pero algunas de ellas espaciosas y con muchas habitaciones, tan cómodas como los edificios de fábrica (…).
El hecho de que Arribas fuera vecino de Morata, donde desempeñaba su trabajo como maestro, nos ofrece la garantía de la veracidad de este censo de cuevas habitadas en Morata a finales del siglo XIX, en el año 1891, más concretamente, cuando se publicó el tomo duodécimo de la colección patrocinada por la corporación provincial.
Estos datos que ofrece Juan Diego Arribas coinciden, por otra parte, con los que se recopilaron en 1887 para elaborar el censo de población correspondiente a ese año. En los trabajos de elaboración de este censo se recogieron, además de los habituales relativos a la población, edades, estado civil, etc, las características de las viviendas de los habitantes de todos los municipios españoles. Estos datos, a nivel nacional, se publicaron en 1893, en una obra titulada Nomenclátor de las ciudades, villas, lugares y aldeas y demás entidades de población, editada por la Dirección General del Instituto Geográfico Estadístico.
Según esta publicación, en los municipios ribereños del Tajuña los datos correspondientes a las viviendas –cueva eran los siguientes:
  • Carabaña: 127 barracas*, cuevas o chozas.
  • Tielmes: 168 ídem.
  • Perales de Tajuña: 105 ídem.
  • Morata de Tajuña 141 ídem.
  • Titulcia, 35 ídem.
  • Fuentidueña de Tajo: 194 ídem.
Familia morateña en la puerta de su cueva (Autor y año desconocido)

Para completar mínimamente el censo de viviendas o casas-cueva en Morata -y en los pueblos vecinos del Bajo Tajuña- en un periodo de tiempo superior al siglo podemos acudir a una publicación de Demetrio Ramos, historiador y catedrático de la Universidad de Madrid y autor del trabajo denominado Notas sobre la geografía del Bajo Tajuña, un extenso artículo de 113 páginas editado inicialmente en la Revista de Estudios Geográficos. Demetrio Ramos acudió a fuentes a las que ya hemos citado en estas entregas para publicar los datos de las cuevas existentes en los municipios del Bajo Tajuña en los años anteriores a 1947 y también los correspondientes a este mismo año. En el siguiente cuadro, incluimos las cifras que aparecen en el trabajo de Demetrio Ramos y también las que se publicaron en 1991 en un trabajo de investigación, Viviendas trogloditas de la provincia de Madrid, obra de María Dolores Sandoval y Luisa Bartolomé:

Pueblo/año 1845    1947   1991
Carabaña         60      120
Tielmes             20      235     42
Perales               -        93       30
Morata               150   149       0
Titulcia                 -       71      44
Valdaracete       45      -          -
Fuentidueña      45      -         203
De las cifras que aparecen en este cuadro estadístico se puede destacar, aunque nos faltan datos de determinados años y municipios, que en general y en el conjunto de los pueblos analizados la utilización y el uso como vivienda de las casas cueva-alcanzó su momento más álgido en los años inmediatos que siguieron a la finalización de la guerra civil. En esos años, en torno a la década de los cuarenta –y siguientes- del pasado siglo, las penosas y trágicas condiciones socioeconómicas provocadas por los tres años de guerra civil obligaron a que la población más desprotegida y humilde hubiera de recurrir a este tipo de construcciones en un porcentaje que no se había alcanzado en periodos históricos anteriores. En estas cifras de la década de los cuarenta destacan sobre todo Carabaña, donde pasan de las 60 cuevas censadas en 1845 a las 120 que recoge Demetrio Ramos y, especialmente, Tielmes, municipio donde se contabilizan nada menos que 235 viviendas-cueva en 1947. En Morata, el censo de viviendas-cueva prácticamente se mantuvo estable desde los primeros datos y las 150 cuevas de 1845 pasan a 149 cuevas un siglo después**.
Por último señalaremos que en el trabajo de Ramos, analizado por María Dolores Sandoval y Luisa Bartolomé, autoras del extenso y documentado trabajo sobre las casas-cueva en Madrid que ya hemos citado y sobre el que trataremos en próximas entregas del blog, no solo reproducen el cuadro estadístico de Demetrio Ramos e incluyen información sobre los censos de viviendas-cueva actualizados hasta el año 1991, sino que nos da también información sobre la denominación popular de los barrios en los que se localizaban estas construcciones. De acuerdo con este autor, y tal como se reproduce en el trabajo de Sandoval y Bartolomé, en Carabaña se levantaban los barrios de Pocillo, Alcalá, Cuevas Viejas y Era Periquillo, además de las que estaban dispersas por el resto del termino urbano; en Tielmes las 235 cuevas se distribuían por el barrio Cuevas Altas, por el de Cuevas Palacios y Cuevas Bajas; en Perales también se reconocían los barrios de El Calvario; La Afuera y Cuevas Altas; en Morata Demetrio Ramos distinguía hasta cinco barrios de casas-cueva: Cuevas de Arganda, Calvario, Chirola, Mazacote Alto y Mazacote Bajo; y por último, en Titulcia, las cuevas se agrupaban en el barrio de Cuevas Altas y en el de Cuevas Jarama.
Sobre las características de las viviendas-cueva que se levantaban en estos barrios y sobre la distinta tipología de las mismas trataremos las próximas semanas en el blog.




*El término barracas, cuevas o chozas es el que se utiliza, literalmente, en la publicación.


Fuentes y bibliografía:
  • Descripción física y geográfica de la provincia de Madrid. Prado, Casiano de. Imprenta Nacional. Madrid, 1864.
  • Nomenclátor de las ciudades, villas, lugares y aldeas y demás entidades de población de España. Tomo V Dirección General del Instituto Geográfico Estadístico. Imprenta de la Dirección General del instituto Geográfico Estadístico. Madrid, 1893.
  • Notas sobre la geografía del Bajo Tajuña. Ramos Pérez, Demetrio. Revista de Estudios Geográficos. Vol. 8, nº 26. Pág. 41-154. Madrid, 1947.
  • Viviendas trogloditas de la provincia de Madrid. Estudio de las cuevas vivienda en la Ribera del Tajuña. Sandoval León, M. Dolores y Bartolomé Tejedor, Luisa. En Arqueología, Paleontología y Etnografía Pág. 305-330. Serie de la Consejería de Cultura. Comunidad de Madrid. Madrid, 1991.



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