Desde
1830, cuando el Diccionario de Madoz constataba la existencia en
Morata de 150 casas-cueva, el inventario de este tipo de viviendas
evolucionó constantemente, con periodos de más o menos ocupación,
en función siempre de las necesidades socioeconómicas de la
población. La misma situación se produjo en el resto de los
municipios de la comarca donde las viviendas-cueva llegaron a alcanza
una cantidad cuevas en cinco municipios de la comarca ascendía a 668
unidades.
Desde
mediados del siglo XIX muchas publicaciones se ocuparon de describir
en obras de tipo divulgativo las características y peculiaridades de
los pueblos de la provincia de Madrid. En muchas ocasiones este tipo
de trabajos, fomentados e incluso editados por la Diputación
Provincial, recogieron en sus textos la existencia de los
poblamientos trogloditas -como se denominan los barrios de
casas-cueva en alguno de estos libros- en varios pueblos de la
comarca localizada en torno al río Tajuña. Casiano del Prado, en su
Descripción física y
geográfica de la provincia de Madrid,
fue uno de estos autores que se ocuparon de documentar este fenómeno
característico de la provincia de Madrid:
(…)
como las que en las arcillas terciarias sirven de casas a una parte
no pequeña de la población en Perales de Tajuña, Morata, Tielmes,
Titulcia y otros pueblos, casas, diré de paso, que ofrecen dos
ventajas, cuales son el costar poco y el ser más calientes en
invierno y más frescas en verano, sin que les falte buena
ventilación a favor de la chimenea.
En
uno de los pueblos que se citan en la publicación de Casiano del
Prado, Tielmes, la existencia de viviendas-cueva recordemos que ya se
documentó en el Catastro de Ensenada y en, periodos históricos
posteriores, su utilización no dejó de incrementarse. Buena muestra
de que las viviendas-cueva proliferaron en Tielmes es la aparición
en un periódico del siglo XIX, La
Iberia, de una curiosa
información fechada en julio de 1861. En esta fecha, se publica un
edicto del juzgado de Primera Instancia de Chinchón sobre una
subasta de fincas, situadas en el propio término municipal de
Tielmes y también en Perales de Tajuña y Carabaña. Del texto del
edicto, bastante amplio, nos interesa la presencia entre los bienes
que salían a subasta de varias viviendas-cueva:
(…)
se vende una hacienda situada en la villa de Tielmes y sus adyacentes
Perales de Tajuña y Carabaña, distante de Madrid como siete leguas
por la carretera de Valencia o las Cabrillas, la cual se compone de
las fincas siguientes: (…) Una dehesa para pastos, leñas bajas de
carrascas y otros varios arbustos y esparto, inmediato a la
casa-labor, de mil doscientas fanegas poco más o menos, de
trescientos estadales, con caleras, canteras y
cincuenta y una cuevas de habitar.
(La Iberia,
6 de julio de 1861).
Juan
Diego Arribas, también se ocupó de las casas-cueva en su trabajo
sobre Morata de Tajuña que publicó la Diputación Provincial en la
Biblioteca de la Provincia de Madrid:
(…) Hay en esta localidad 784
edificios habilitados, de estos 120 son de un piso; 495 de dos y 28
de tres o más. De los 784 edificios, 141 son cuevas habitadas pero
algunas de ellas espaciosas y con muchas habitaciones, tan cómodas
como los edificios de fábrica (…).
El hecho de que Arribas fuera vecino
de Morata, donde desempeñaba su trabajo como maestro, nos ofrece la
garantía de la veracidad de este censo de cuevas habitadas en Morata
a finales del siglo XIX, en el año 1891, más concretamente, cuando
se publicó el tomo duodécimo de la colección patrocinada por la
corporación provincial.
Estos
datos que ofrece Juan Diego Arribas coinciden, por otra parte, con
los que se recopilaron en 1887 para elaborar el censo de población
correspondiente a ese año. En los trabajos de elaboración de este
censo se recogieron, además de los habituales relativos a la
población, edades, estado civil, etc, las características de las
viviendas de los habitantes de todos los municipios españoles. Estos
datos, a nivel nacional, se publicaron en 1893, en una obra titulada
Nomenclátor de las
ciudades, villas, lugares y aldeas y demás entidades de población,
editada por la Dirección
General del Instituto Geográfico Estadístico.
Según
esta publicación, en los municipios ribereños del Tajuña los datos
correspondientes a las viviendas –cueva eran los siguientes:
- Carabaña: 127 barracas*, cuevas o chozas.
- Tielmes: 168 ídem.
- Perales de Tajuña: 105 ídem.
- Morata de Tajuña 141 ídem.
- Titulcia, 35 ídem.
- Fuentidueña de Tajo: 194 ídem.
Familia morateña en la puerta de su cueva (Autor y año desconocido)
Para
completar mínimamente el censo de viviendas o casas-cueva en
Morata -y en los pueblos vecinos del Bajo Tajuña- en un periodo de
tiempo superior al siglo podemos acudir a una publicación de
Demetrio Ramos, historiador y catedrático de la Universidad de
Madrid y autor del trabajo denominado Notas
sobre la geografía del Bajo Tajuña,
un extenso artículo de 113 páginas editado inicialmente en la
Revista
de Estudios Geográficos.
Demetrio Ramos acudió a fuentes a las que ya hemos citado en estas
entregas para publicar los datos de las cuevas existentes en los
municipios del Bajo Tajuña en los años anteriores a 1947 y también
los correspondientes a este mismo año. En el siguiente cuadro,
incluimos las cifras que aparecen en el trabajo de Demetrio Ramos y
también las que se publicaron en 1991 en un trabajo de
investigación, Viviendas
trogloditas de la provincia de Madrid,
obra de María Dolores
Sandoval y Luisa Bartolomé:
Pueblo/año 1845 1947 1991
Carabaña 60 120
Tielmes 20 235 42
Perales - 93 30
Morata 150 149 0
Titulcia - 71 44
Valdaracete 45 - -
Fuentidueña 45 - 203
De
las cifras que aparecen en este cuadro estadístico se puede
destacar, aunque nos faltan datos de determinados años y municipios,
que en general y en el conjunto de los pueblos analizados la
utilización y el uso como vivienda de las casas cueva-alcanzó su
momento más álgido en los años inmediatos que siguieron a la
finalización de la guerra civil. En esos años, en torno a la década
de los cuarenta –y siguientes- del pasado siglo, las penosas y
trágicas condiciones socioeconómicas provocadas por los tres años
de guerra civil obligaron a que la población más desprotegida y
humilde hubiera de recurrir a este tipo de construcciones en un
porcentaje que no se había alcanzado en periodos históricos
anteriores. En estas cifras de la década de los cuarenta destacan
sobre todo Carabaña, donde pasan de las 60 cuevas censadas en 1845 a
las 120 que recoge Demetrio Ramos y, especialmente, Tielmes,
municipio donde se contabilizan nada menos que 235 viviendas-cueva en
1947. En Morata, el censo de viviendas-cueva prácticamente se
mantuvo estable desde los primeros datos y las 150 cuevas de 1845
pasan a 149 cuevas un siglo después**.
Por
último señalaremos que en el trabajo de Ramos, analizado por María
Dolores Sandoval y Luisa Bartolomé, autoras del extenso y
documentado trabajo sobre las casas-cueva en Madrid que ya hemos
citado y sobre el que trataremos en próximas entregas del blog, no
solo reproducen el cuadro estadístico de Demetrio Ramos e incluyen
información sobre los censos de viviendas-cueva actualizados hasta
el año 1991, sino que nos da también información sobre la
denominación popular de los barrios en los que se localizaban estas
construcciones. De acuerdo con este autor, y tal como se reproduce en
el trabajo de Sandoval y Bartolomé, en Carabaña se levantaban los
barrios de Pocillo,
Alcalá, Cuevas Viejas y
Era Periquillo, además de
las que estaban dispersas por el resto del termino urbano; en Tielmes
las 235 cuevas se distribuían por el barrio Cuevas
Altas, por el de
Cuevas Palacios y
Cuevas Bajas; en Perales
también se reconocían los barrios de El
Calvario;
La Afuera y Cuevas Altas;
en Morata Demetrio Ramos distinguía hasta cinco barrios de
casas-cueva: Cuevas de
Arganda,
Calvario,
Chirola,
Mazacote Alto y Mazacote Bajo;
y por último, en Titulcia, las cuevas se agrupaban en el barrio de
Cuevas Altas
y en el de Cuevas Jarama.
Sobre
las características de las viviendas-cueva que se levantaban en
estos barrios y sobre la distinta tipología de las mismas trataremos
las próximas semanas en el blog.
*El
término barracas, cuevas o chozas es el que se utiliza,
literalmente, en la publicación.
Fuentes
y bibliografía:
- Descripción física y geográfica de la provincia de Madrid. Prado, Casiano de. Imprenta Nacional. Madrid, 1864.
- Nomenclátor de las ciudades, villas, lugares y aldeas y demás entidades de población de España. Tomo V Dirección General del Instituto Geográfico Estadístico. Imprenta de la Dirección General del instituto Geográfico Estadístico. Madrid, 1893.
- Notas sobre la geografía del Bajo Tajuña. Ramos Pérez, Demetrio. Revista de Estudios Geográficos. Vol. 8, nº 26. Pág. 41-154. Madrid, 1947.
- Viviendas trogloditas de la provincia de Madrid. Estudio de las cuevas vivienda en la Ribera del Tajuña. Sandoval León, M. Dolores y Bartolomé Tejedor, Luisa. En Arqueología, Paleontología y Etnografía Pág. 305-330. Serie de la Consejería de Cultura. Comunidad de Madrid. Madrid, 1991.
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