En 1902 se inauguraron las estaciones de Chinchón y Colmenar
La prolongación hasta Perales, Tielmes, Carabaña y Orusco se demoró hasta 1910
Casi todas las informaciones periodísticas que reseñaron la
inauguración del Ferrocarril del Tajuña resaltaron la oportunidad que
significaba, para toda la comarca, la posibilidad de acercar a la capital
española sus productos agrícolas e industriales. Si el transporte de viajeros
entre Morata y el resto de los pueblos de la vega del Tajuña con Madrid era muy
importante, no lo era menos la posibilidad que se abría de facilitar el
transporte de los productos agrícolas que se producían en la zona. Hortalizas,
vino, aceite, cereales y, sobre todo, la remolacha, podían llegar a Madrid, y
en el caso de la remolacha a la fábrica de La Poveda, de una manera rápida,
segura y regular con la inauguración del tren. Sobre todo la remolacha, un
cultivo que en la primera mitad del siglo XX tendría una importancia capital en
la economía agrícola de toda la vega del Tajuña, sería el cultivo más
beneficiado por la inauguración de un tren que enlazaba, directamente, con la
fábrica de La Poveda, como centro receptor de toda la producción de este
tubérculo.
Otros sectores como el cementero, el de la fabricación de yeso, cal,
tinajas y papel, también vieron en la nueva línea ferroviaria una oportunidad
de mejora evidente a la hora de acercar estos productos a su principal mercado
consumidor. De hecho, como se puede comprobar a la hora de analizar las cuentas
de la compañía propietaria del ferrocarril, los ingresos procedentes del
transporte de mercancías fueron en muchos momentos de su historia los que
proporcionaron mayores beneficios a la empresa. El diario El País
resaltaba en una información publicada pocos meses después de la inauguración
del ferrocarril, el 20 de noviembre de 1901, las beneficiosas consecuencias que
para la agricultura de la comarca tenía el ferrocarril:
Crónica Agrícola
(…) Ha bastado que cualquier Sociedad
lanzara sus agentes por provincia con promesa de proyectar un ferrocarril o de
establecer una industria, para que enseguida aparecieran las corporaciones
municipales ofreciendo las subvenciones y los particulares las cuotas que les
correspondieran.
Bien alto habla lo sucedido a
la Compañía belga, propietaria del ferrocarril de Madrid a Arganda, que al
intentar su prolongación a los centros vinícolas de Morata, Chinchón y Colmenar
de Oreja, así los ayuntamientos, como los cosecheros y comerciantes de los tres
pueblos, han hecho donativos cuantiosos, que quizá excedan al precio
presupuestado para la construcción de la nueva línea. ¿Qué quiere decir esto?
Que va desapareciendo la clásica apatía de las localidades agrícolas, que viven
atentas no más que a su prosperidad, y que como nunca, se preocupan de su
porvenir.
Extrañaba que pueblos tan
importantes como Chinchón y Colmenar, que con sus vinos nutren de siempre al
mercado de Madrid, carecieran de ferrocarril, y que llegado el siglo XX no se
viera a la locomotora surcar las feraces campiñas productoras de renombrados
aguardientes y de exquisitas uvas de cuelga, saboreadas en las mesas madrileñas
durante los meses de invierno (…).
Para que estos beneficios
del ferrocarril se ampliaran a todos los municipios de la vega del Tajuña era
necesario que la línea ferroviaria continuara su avance por la vega del Tajuña y
el resto de los pueblos previstos en el proyecto inicial. Tras los retrasos
producidos en la llegada del tren a Morata, la ampliación a Chinchón y Colmenar
se demoró un año y el 22 de julio de julio el tren llegaba a la primera
localidad, con un programa de actos muy similar al que un año antes se había
desarrollado en Morata. El diario El
Imparcial, informaba así de la llegada del tren a Chinchón en una
información fechada el 23 de julio de 1902:
Inauguración del tramo entre
Morata, Chinchón y Colmenar
A las dos en punto ha llegado a
esta población el primer tren inaugurando el ramal nuevo del ferrocarril del
Tajuña desde Morata, con lo cual se pone en comunicación directa esta localidad
con Madrid. El tren especial salió de Madrid a las nueve, conduciendo al alto
personal de la compañía y otros ilustres invitados.
Numerosas comisiones de Arganda
y Morata, con sus ayuntamientos a la cabeza, saludaron a los expedicionarios al
paso por las respectivas estaciones.
Al llegar a ésta, más de cuatro
mil personas, agrupadas a uno y otro lado de la vía, saludaban con vivas y
aplausos al tren, que venía empavesado con banderas belgas y españolas (…).
El Ferrocarril del Tajuña en una imagen de 1916 (Archivo Regional de Madrid)
Un mes después, El Liberal
publicaba el 30 de agosto la crónica de la inauguración del tramo entre
Chinchón y Colmenar de Oreja:El tren en Colmenar de Oreja
Día de júbilo fue el de ayer
para el pueblo de Colmenar de Oreja. Después de incesantes trabajos, tras
largos años de espera, ha visto llegar al tren hasta su puerta, y con él la
animación y el tráfico a la vida moderna. Justo era que realizara sus naturales
aspiraciones un pueblo que como Colmenar de Oreja, es uno de los más
importantes y simpáticos de la provincia, así por su laboriosidad como por su
riqueza.
Puesto ahora en contacto
directo con la capital, no lejano el día en el que la prolongación de la línea
haga fácil su comunicación con otros puntos de la Península, Colmenar de Oreja,
como tantos otros pueblos madrileños hasta hace poco injustamente olvidados,
crecerá en importancia, desarrollando su vida y su riqueza.
La fecha de ayer será
imperecedera en la historia del pueblo, se inauguró oficialmente, quedando
abierto al público el trozo de Chinchón a Colmenar, con que la compañía del Ferrocarril
del Tajuña (antes de Madrid a Arganda) prolonga sus servicios continuando su
trabajo.
(…) Los expedicionarios
salieron de Madrid a las nueve, deteniéndose en Morata de Tajuña, en cuya
estación se les sirvió un almuerzo con el que la dirección los obsequiaba, y
que fue traído también de Madrid en el mismo tren. En uno especial, adornado
con banderas y ramaje, trasladarónse pues a Colmenar de Oreja. A ellos se
unieron el médico de Morata, D. Federico Romero, y el acaudalado propietario D.
Alberto March, entre otros. En Chinchón., donde una inmensa muchedumbre, a cuya
cabeza figuraban las autoridades, recibió el tren con aplausos y aclamaciones,
se agregaron a la comitiva el alcalde D. Máximo Camacho y algunos concejales.
Momentos antes de llegar a Colmenar
de Oreja comenzó a llover. La lluvia deslució un tanto el solemne acto de la
llegada del tren; pero no impidió que el entusiasmo se manifestara. Puede
decirse que todo el pueblo aguardaba en los andenes de la estación, cuyo
edificio presentaba engalanadas sus puertas y ventanas. Disparose buen número
de cohetes y la música rompió a tocar, marchando delante de la comitiva que
acompañada de las autoridades se dirigió al pueblo. A su entrada aparecía un
enorme y artístico arco de ramas y banderas, con esta leyenda: Colmenar de
Oreja a sus huéspedes. (…).
Junto a la inauguración del nuevo trazado, la compañía propietaria del
Ferrocarril del Tajuña tomó una iniciativa novedosa para incentivar el uso del
tren por parte de los usuarios madrileños. Según se afirmaba en una información
publicada en La Correspondencia de España,
firmada por Eusebio Blasco el 6 de agosto de 1902, la empresa impulsó la venta
de billetes de ida y vuelta, una posibilidad que no todas las compañías ferroviarias
ofrecían a sus clientes en esos años:
Ida y vuelta
Por fin hay una empresa de
ferrocarriles que se ha decidido a establecer servicios de ida y vuelta diaria,
como lo hay en toda Europa menos en nuestra España, donde todo se hace tarde y
mal. Se trata de la compañía del ferrocarril de Arganda, o de Morata, o de
Chinchón, o como se llame, que no lo sé a punto fijo.
Ello es que el público podrá
tomar cualquier día de la semana un billete de ida y vuelta, valedero por
cuarenta y ocho horas, con opción a poderse detener el viajero en todas las
estaciones de la línea. Los madrileños podrán, por consiguiente, aprovechar la
época de la vendimia para pasar el día en esos pueblos, donde se cosecha el
buen vino de la tierra.
Además podrán hacer excursiones
a pueblos muy importantes de las cercanías de Madrid, en los que hay árboles y
aire sano, y un morapio muy del gusto de la población madrileña. (…) La novedad
introducida en la línea de Arganda llevará a los pueblos de Vicálvaro, La
Fortuna, Chinchón, Morata de Tajuña, Arganda y demás un contingente grandísimo
de cazadores, madrileños, que irán a merendar o a comer, familias o
particulares que quieran pasar un día de campo. Facilitará, en una palabra, el
deseo de viajar un día por poco dinero (…).
Retraso en la ampliación del
ramal a Orusco y apertura del tramo a Perales y Tielmes
Pese a estas innovaciones en la gestión empresarial del ferrocarril,
lo cierto es que el retraso en la apertura de los nuevos tramos previstos,
esencialmente la continuación del ramal a Orusco, que desde la estación de
Tajuña debía llegar hasta Perales, Tielmes y Carabaña, acumulaba
incumplimientos en los plazos incluidos en la orden de concesión del
ferrocarril. Mientras que en la prensa y en las revistas especializadas no
dejaban de aparecer informaciones sobre la prolongación de la línea a partir de
Colmenar de Oreja para enlazar con Tarancón y Cuenca, -un proyecto que no
contaba con autorización del Estado-, la apertura de los nuevos trazados
previstos para el enlace con el Ferrocarril Central de Aragón no avanzaba al
ritmo previsto y comprometido por la empresa.
Estos retrasos provocaron que la concesión del ramal a Orusco caducara
sin que se cumplieran las condiciones fijadas en la concesión acordada con
fecha de 23 de febrero de 1901. En consecuencia, según publicó la revista Madrid Científico en el número
correspondiente al mes de julio de 1905:
(…) No pudiéndose conceder por
el ministerio la prórroga que la Compañía solicita para construir el expresado
ramal, y siendo beneficioso y conveniente para los intereses públicos la
construcción del mismo, procede presentar a las Cortes el oportuno proyecto de
ley, concediendo un nuevo plazo para la ejecución de las obras en la forma y
condiciones que al efecto se determinen.
Ante la caducidad de la concesión se hizo necesaria la elaboración de
otro proyecto de ley que ampliara el plazo. En los primeros meses de 1908 se
inició la tramitación de este proyecto de ley y, por fin, en mayo de 1908 fue firmada por el rey la prórroga de 30 meses.
La ley fue aprobada y firmada por el rey según publicó El imparcial en su edición del 29 de mayo.
En la estación de Tajuña la línea se bifurcaba hacia Chinchón y Colmenar y hacia Perales, Tielmes, Carabaña y OruscoHabrían de pasar casi dos años hasta que, el 12 de marzo de 1910, el proyectado ramal a Orusco entrara en servicio con la apertura de los dos primeros tramos que conectaban la estación de Tajuña con los municipios de Perales y Tielmes.
En una información de la revista Madrid
Científico se resaltaba que, aunque se trataba de una línea modesta:
(…) está llamada a adquirir
algún mayor desarrollo, prolongándose primeramente hasta Orusco y Carabaña,
para poner más adelante en comunicación con Madrid a Cifuentes, Mondéjar,
Ambite y toda la comarca de la Alcarria, viniendo a tener enlace con tres
líneas férreas importantes a saber: el Ferrocarril Central de Aragón, el
directo de Madrid a Valencia y la línea de Madrid a Zaragoza, que en Vicálvaro
es, según se sabe, atravesada por la vía que va a Arganda y Morata de Tajuña.
La sección de este último punto
a Tielmes, que se ha inaugurado, tiene nueve kilómetros de longitud, que con
los 47 que hay de Madrid a Morata, dan un total de 56, que los invitados a la
inauguración recorrieron saliendo de Madrid a las diez de la mañana y llegando
a Tielmes a la una y media de la tarde, después de haberse detenido brevemente
en Perales para recibir los agasajos y presenciar el espectáculo de la
satisfacción demostrada por aquel vecindario (…).
En el periódico El Siglo Futuro del 12 de marzo de 1910 se informaba también
de la inauguración del nuevo tramo así como de los horarios de salida de los
trenes:
La Compañía del Ferrocarril del
Tajuña abrirá mañana, domingo, al servicio público la primera sección del ramal
de Morata a Orusco, que comprende las estaciones de Perales y Tielmes.
Los trenes saldrán de Madrid a
las 8 de la mañana y 19 de la tarde para llegar a Tielmes a las 10,52 y 22,8 y
de este último punto a las 6,22 de la mañana y 17, 23 de la tarde, para llegar a Madrid a las 9,33 y
20,35, respectivamente.
No pasaría mucho tiempo hasta que el ramal a Orusco fuera de nuevo
ampliado. Tras la apertura del tramo hasta Tielmes, el 19 de junio de 1910 el
tren llegó a Orusco y Carabaña.
Así informaba La Correspondencia de España, en su
edición del 21 de junio, de la noticia:
Por los pueblos del Tajuña
Un nuevo ferrocarril
Los pueblos de la hermosa vega
del Tajuña están de enhorabuena. Ayer se inauguró un nuevo ramal de ferrocarril
que, partiendo del apeadero de Tajuña, cerca de Morata, llega hasta Orusco,
pasando por Perales de Tajuña, Tielmes y Carabaña.
Solamente enunciar los nombres
de estos pueblos y conocer, aunque sea superficialmente, la riqueza,
laboriosidad de sus hijos, basta para comprender la importancia y trascendencia
de la nueva línea de comunicación, inaugurada con toda solemnidad.
(…) La animación
y alegría en todos los pueblos recorridos era inmensa, especialmente en
Carabaña y Orusco, estaciones que se inauguraban. Los andenes no podían
contener al apiñado público que vitoreaba a España, al progreso y a las
autoridades, mientras las bandas de música entonaban la Marcha Real, los
cohetes hendían el espacio y los sacerdotes, con capa pluvial, bendecían al
tren que por primera vez recorría aquella línea, de encantadora belleza por el
panorama que la rodea y las frondosidades que caracterizan la poética vega del
Tajuña, casi desconocida en España, a pesar de su esplendidez y magnificencia.
En Carabaña se celebró un
banquete con asistencia de las autoridades. Y en Orusco se celebró otro,
organizado por el laborioso e incansable diputado provincial Sr. Funes, hijo de
la localidad y muy querido por sus paisanos.
El comedor se instaló en una de
sus fincas y presentaba hermoso golpe de vista.(…) Quien esto escribe, como
fundador de la Voz del Tajuña, prometió que las columnas de dicho periódico
estaban incondicionalmente al servicio de tan hermosa y patriótica causa, así
como de todas aquellas ideas que redundasen en beneficio de los pueblos, a cuya
defensa se consagra.
(…) No hemos de concluir estas
líneas sin hacer una petición y manifestar un sentimiento. La petición es que
no se olvide en adelante a los pueblos del Tajuña; que la fiesta del domingo 19
de junio de 1910 sea el principio de una era de prosperidades para los pueblos
que merecen cariño y atención; que los Poderes públicos tengan en ellos algo
más que el recaudador de contribuciones; que se cuide de la enseñanza y de las
carreteras; que se convierta esta deliciosa vega en un emporio de riqueza y
cultura (…).
Enrique Lagasca
Unos días después, la revista Ciudad
Lineal, en su edición del 10 de julio de 1910, también se refería a la
inauguración del tramo que llegaba a Orusco y añadía algunos detalles técnicos
con las características del trazado:
(…) Esta parte mide 11,50
kilómetros y la línea sigue media ladera, a la izquierda de la carretera que
cruza delante de los pueblos, facilitando sus comunicaciones con el ferrocarril
y pudiendo de este modo las estaciones situadas en la vega recibir directamente
los productos de la misma.
Entre las estaciones de Tielmes
y Chávarri se ha construido un puente de diez metros de luz, que descansa en
dos grandes pontones de piedra de cornicabra, de cuatro metros de altura, sobre
una cimentación de emparrillado de carriles. La estación de Chávarri pone en
comunicación directa con Madrid los manantiales de las aguas de Carabaña y se
encuentra a la derecha del ferrocarril, entre los kilómetros 11 y 12. Tres
kilómetros más allá está la estación de Carabaña.
(…) En total el nuevo ramal
recorre, desde la estación de Tajuña, 19 kilómetros, presentando al viajero los
hermosos paisajes de la espléndida vega de Morata, regada por el Tajuña, que
invitan a la admiración de la Naturaleza (…).
Rafael Maroto
Bibliografía
Periódicos citados en el texto.
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