miércoles, 18 de mayo de 2016

Ferrocarril del Tajuña, 115 años de la llegada del tren a Morata (V)


En 1902 se inauguraron las estaciones de Chinchón y Colmenar

La prolongación hasta Perales, Tielmes, Carabaña y Orusco se demoró hasta 1910


Casi todas las informaciones periodísticas que reseñaron la inauguración del Ferrocarril del Tajuña resaltaron la oportunidad que significaba, para toda la comarca, la posibilidad de acercar a la capital española sus productos agrícolas e industriales. Si el transporte de viajeros entre Morata y el resto de los pueblos de la vega del Tajuña con Madrid era muy importante, no lo era menos la posibilidad que se abría de facilitar el transporte de los productos agrícolas que se producían en la zona. Hortalizas, vino, aceite, cereales y, sobre todo, la remolacha, podían llegar a Madrid, y en el caso de la remolacha a la fábrica de La Poveda, de una manera rápida, segura y regular con la inauguración del tren. Sobre todo la remolacha, un cultivo que en la primera mitad del siglo XX tendría una importancia capital en la economía agrícola de toda la vega del Tajuña, sería el cultivo más beneficiado por la inauguración de un tren que enlazaba, directamente, con la fábrica de La Poveda, como centro receptor de toda la producción de este tubérculo.
Otros sectores como el cementero, el de la fabricación de yeso, cal, tinajas y papel, también vieron en la nueva línea ferroviaria una oportunidad de mejora evidente a la hora de acercar estos productos a su principal mercado consumidor. De hecho, como se puede comprobar a la hora de analizar las cuentas de la compañía propietaria del ferrocarril, los ingresos procedentes del transporte de mercancías fueron en muchos momentos de su historia los que proporcionaron mayores beneficios a la empresa.  El diario El País resaltaba en una información publicada pocos meses después de la inauguración del ferrocarril, el 20 de noviembre de 1901, las beneficiosas consecuencias que para la agricultura de la comarca tenía el ferrocarril:
Crónica Agrícola
(…) Ha bastado que cualquier Sociedad lanzara sus agentes por provincia con promesa de proyectar un ferrocarril o de establecer una industria, para que enseguida aparecieran las corporaciones municipales ofreciendo las subvenciones y los particulares las cuotas que les correspondieran.
Bien alto habla lo sucedido a la Compañía belga, propietaria del ferrocarril de Madrid a Arganda, que al intentar su prolongación a los centros vinícolas de Morata, Chinchón y Colmenar de Oreja, así los ayuntamientos, como los cosecheros y comerciantes de los tres pueblos, han hecho donativos cuantiosos, que quizá excedan al precio presupuestado para la construcción de la nueva línea. ¿Qué quiere decir esto? Que va desapareciendo la clásica apatía de las localidades agrícolas, que viven atentas no más que a su prosperidad, y que como nunca, se preocupan de su porvenir.
Extrañaba que pueblos tan importantes como Chinchón y Colmenar, que con sus vinos nutren de siempre al mercado de Madrid, carecieran de ferrocarril, y que llegado el siglo XX no se viera a la locomotora surcar las feraces campiñas productoras de renombrados aguardientes y de exquisitas uvas de cuelga, saboreadas en las mesas madrileñas durante los meses de invierno (…).
Para que estos  beneficios del ferrocarril se ampliaran a todos los municipios de la vega del Tajuña era necesario que la línea ferroviaria continuara su avance por la vega del Tajuña y el resto de los pueblos previstos en el proyecto inicial. Tras los retrasos producidos en la llegada del tren a Morata, la ampliación a Chinchón y Colmenar se demoró un año y el 22 de julio de julio el tren llegaba a la primera localidad, con un programa de actos muy similar al que un año antes se había desarrollado en Morata. El diario El Imparcial, informaba así de la llegada del tren a Chinchón en una información fechada el 23 de julio de 1902:
Inauguración del tramo entre Morata, Chinchón y Colmenar
A las dos en punto ha llegado a esta población el primer tren inaugurando el ramal nuevo del ferrocarril del Tajuña desde Morata, con lo cual se pone en comunicación directa esta localidad con Madrid. El tren especial salió de Madrid a las nueve, conduciendo al alto personal de la compañía y otros ilustres invitados.
Numerosas comisiones de Arganda y Morata, con sus ayuntamientos a la cabeza, saludaron a los expedicionarios al paso por las respectivas estaciones.
Al llegar a ésta, más de cuatro mil personas, agrupadas a uno y otro lado de la vía, saludaban con vivas y aplausos al tren, que venía empavesado con banderas belgas y españolas (…).
 El Ferrocarril del Tajuña en una imagen de 1916 (Archivo Regional de Madrid) 
 
Un mes después, El Liberal publicaba el 30 de agosto la crónica de la inauguración del tramo entre Chinchón y Colmenar de Oreja:
El tren en Colmenar de Oreja
Día de júbilo fue el de ayer para el pueblo de Colmenar de Oreja. Después de incesantes trabajos, tras largos años de espera, ha visto llegar al tren hasta su puerta, y con él la animación y el tráfico a la vida moderna. Justo era que realizara sus naturales aspiraciones un pueblo que como Colmenar de Oreja, es uno de los más importantes y simpáticos de la provincia, así por su laboriosidad como por su riqueza.
Puesto ahora en contacto directo con la capital, no lejano el día en el que la prolongación de la línea haga fácil su comunicación con otros puntos de la Península, Colmenar de Oreja, como tantos otros pueblos madrileños hasta hace poco injustamente olvidados, crecerá en importancia, desarrollando su vida y su riqueza.
La fecha de ayer será imperecedera en la historia del pueblo, se inauguró oficialmente, quedando abierto al público el trozo de Chinchón a Colmenar, con que la compañía del Ferrocarril del Tajuña (antes de Madrid a Arganda) prolonga sus servicios continuando su trabajo.
(…) Los expedicionarios salieron de Madrid a las nueve, deteniéndose en Morata de Tajuña, en cuya estación se les sirvió un almuerzo con el que la dirección los obsequiaba, y que fue traído también de Madrid en el mismo tren. En uno especial, adornado con banderas y ramaje, trasladarónse pues a Colmenar de Oreja. A ellos se unieron el médico de Morata, D. Federico Romero, y el acaudalado propietario D. Alberto March, entre otros. En Chinchón., donde una inmensa muchedumbre, a cuya cabeza figuraban las autoridades, recibió el tren con aplausos y aclamaciones, se agregaron a la comitiva el alcalde D. Máximo Camacho y algunos concejales.
Momentos antes de llegar a Colmenar de Oreja comenzó a llover. La lluvia deslució un tanto el solemne acto de la llegada del tren; pero no impidió que el entusiasmo se manifestara. Puede decirse que todo el pueblo aguardaba en los andenes de la estación, cuyo edificio presentaba engalanadas sus puertas y ventanas. Disparose buen número de cohetes y la música rompió a tocar, marchando delante de la comitiva que acompañada de las autoridades se dirigió al pueblo. A su entrada aparecía un enorme y artístico arco de ramas y banderas, con esta leyenda: Colmenar de Oreja a sus huéspedes. (…).
Junto a la inauguración del nuevo trazado, la compañía propietaria del Ferrocarril del Tajuña tomó una iniciativa novedosa para incentivar el uso del tren por parte de los usuarios madrileños. Según se afirmaba en una información publicada en La Correspondencia de España, firmada por Eusebio Blasco el 6 de agosto de 1902, la empresa impulsó la venta de billetes de ida y vuelta, una posibilidad que no todas las compañías ferroviarias ofrecían a sus clientes en esos años:
Ida y vuelta
Por fin hay una empresa de ferrocarriles que se ha decidido a establecer servicios de ida y vuelta diaria, como lo hay en toda Europa menos en nuestra España, donde todo se hace tarde y mal. Se trata de la compañía del ferrocarril de Arganda, o de Morata, o de Chinchón, o como se llame, que no lo sé a punto fijo.
Ello es que el público podrá tomar cualquier día de la semana un billete de ida y vuelta, valedero por cuarenta y ocho horas, con opción a poderse detener el viajero en todas las estaciones de la línea. Los madrileños podrán, por consiguiente, aprovechar la época de la vendimia para pasar el día en esos pueblos, donde se cosecha el buen vino de la tierra.
Además podrán hacer excursiones a pueblos muy importantes de las cercanías de Madrid, en los que hay árboles y aire sano, y un morapio muy del gusto de la población madrileña. (…) La novedad introducida en la línea de Arganda llevará a los pueblos de Vicálvaro, La Fortuna, Chinchón, Morata de Tajuña, Arganda y demás un contingente grandísimo de cazadores, madrileños, que irán a merendar o a comer, familias o particulares que quieran pasar un día de campo. Facilitará, en una palabra, el deseo de viajar un día por poco dinero (…).
Retraso en la ampliación del ramal a Orusco y apertura del tramo a Perales y Tielmes
Pese a estas innovaciones en la gestión empresarial del ferrocarril, lo cierto es que el retraso en la apertura de los nuevos tramos previstos, esencialmente la continuación del ramal a Orusco, que desde la estación de Tajuña debía llegar hasta Perales, Tielmes y Carabaña, acumulaba incumplimientos en los plazos incluidos en la orden de concesión del ferrocarril. Mientras que en la prensa y en las revistas especializadas no dejaban de aparecer informaciones sobre la prolongación de la línea a partir de Colmenar de Oreja para enlazar con Tarancón y Cuenca, -un proyecto que no contaba con autorización del Estado-, la apertura de los nuevos trazados previstos para el enlace con el Ferrocarril Central de Aragón no avanzaba al ritmo previsto y comprometido por la empresa.
Estos retrasos provocaron que la concesión del ramal a Orusco caducara sin que se cumplieran las condiciones fijadas en la concesión acordada con fecha de 23 de febrero de 1901. En consecuencia, según publicó la revista Madrid Científico en el número correspondiente al mes de julio de 1905:
(…) No pudiéndose conceder por el ministerio la prórroga que la Compañía solicita para construir el expresado ramal, y siendo beneficioso y conveniente para los intereses públicos la construcción del mismo, procede presentar a las Cortes el oportuno proyecto de ley, concediendo un nuevo plazo para la ejecución de las obras en la forma y condiciones que al efecto se determinen.
Ante la caducidad de la concesión se hizo necesaria la elaboración de otro proyecto de ley que ampliara el plazo. En los primeros meses de 1908 se inició la tramitación de este proyecto de ley y, por fin,  en mayo de 1908 fue firmada por el rey la prórroga de 30 meses. La ley fue aprobada y firmada por el rey según publicó El imparcial en su edición del 29 de mayo.
En la estación de Tajuña la línea se bifurcaba hacia Chinchón y Colmenar y hacia Perales, Tielmes, Carabaña y Orusco

Habrían de pasar casi dos años hasta que, el 12 de marzo de 1910, el proyectado ramal a Orusco entrara en servicio con la apertura de los dos primeros tramos que conectaban la estación de Tajuña con los municipios de Perales y Tielmes.
En una información de la revista Madrid Científico se resaltaba que, aunque se trataba de una línea modesta:
(…) está llamada a adquirir algún mayor desarrollo, prolongándose primeramente hasta Orusco y Carabaña, para poner más adelante en comunicación con Madrid a Cifuentes, Mondéjar, Ambite y toda la comarca de la Alcarria, viniendo a tener enlace con tres líneas férreas importantes a saber: el Ferrocarril Central de Aragón, el directo de Madrid a Valencia y la línea de Madrid a Zaragoza, que en Vicálvaro es, según se sabe, atravesada por la vía que va a Arganda y Morata de Tajuña.
La sección de este último punto a Tielmes, que se ha inaugurado, tiene nueve kilómetros de longitud, que con los 47 que hay de Madrid a Morata, dan un total de 56, que los invitados a la inauguración recorrieron saliendo de Madrid a las diez de la mañana y llegando a Tielmes a la una y media de la tarde, después de haberse detenido brevemente en Perales para recibir los agasajos y presenciar el espectáculo de la satisfacción demostrada por aquel vecindario (…).
En el periódico El Siglo Futuro del 12 de marzo de 1910 se informaba también de la inauguración del nuevo tramo así como de los horarios de salida de los trenes:
La Compañía del Ferrocarril del Tajuña abrirá mañana, domingo, al servicio público la primera sección del ramal de Morata a Orusco, que comprende las estaciones de Perales y Tielmes.
Los trenes saldrán de Madrid a las 8 de la mañana y 19 de la tarde para llegar a Tielmes a las 10,52 y 22,8 y de este último punto a las 6,22 de la mañana  y 17, 23 de la tarde, para llegar a Madrid a las 9,33 y 20,35, respectivamente.
No pasaría mucho tiempo hasta que el ramal a Orusco fuera de nuevo ampliado. Tras la apertura del tramo hasta Tielmes, el 19 de junio de 1910 el tren llegó a Orusco y Carabaña.
Así informaba  La Correspondencia de España, en su edición del 21 de junio, de la noticia:
Por los pueblos del Tajuña
Un nuevo ferrocarril
Los pueblos de la hermosa vega del Tajuña están de enhorabuena. Ayer se inauguró un nuevo ramal de ferrocarril que, partiendo del apeadero de Tajuña, cerca de Morata, llega hasta Orusco, pasando por Perales de Tajuña, Tielmes y Carabaña.
Solamente enunciar los nombres de estos pueblos y conocer, aunque sea superficialmente, la riqueza, laboriosidad de sus hijos, basta para comprender la importancia y trascendencia de la nueva línea de comunicación, inaugurada con toda solemnidad.
 (…) La  animación y alegría en todos los pueblos recorridos era inmensa, especialmente en Carabaña y Orusco, estaciones que se inauguraban. Los andenes no podían contener al apiñado público que vitoreaba a España, al progreso y a las autoridades, mientras las bandas de música entonaban la Marcha Real, los cohetes hendían el espacio y los sacerdotes, con capa pluvial, bendecían al tren que por primera vez recorría aquella línea, de encantadora belleza por el panorama que la rodea y las frondosidades que caracterizan la poética vega del Tajuña, casi desconocida en España, a pesar de su esplendidez y magnificencia.
En Carabaña se celebró un banquete con asistencia de las autoridades. Y en Orusco se celebró otro, organizado por el laborioso e incansable diputado provincial Sr. Funes, hijo de la localidad y muy querido por sus paisanos.
El comedor se instaló en una de sus fincas y presentaba hermoso golpe de vista.(…) Quien esto escribe, como fundador de la Voz del Tajuña, prometió que las columnas de dicho periódico estaban incondicionalmente al servicio de tan hermosa y patriótica causa, así como de todas aquellas ideas que redundasen en beneficio de los pueblos, a cuya defensa se consagra.
(…) No hemos de concluir estas líneas sin hacer una petición y manifestar un sentimiento. La petición es que no se olvide en adelante a los pueblos del Tajuña; que la fiesta del domingo 19 de junio de 1910 sea el principio de una era de prosperidades para los pueblos que merecen cariño y atención; que los Poderes públicos tengan en ellos algo más que el recaudador de contribuciones; que se cuide de la enseñanza y de las carreteras; que se convierta esta deliciosa vega en un emporio de riqueza y cultura (…).
Enrique Lagasca
Unos días después, la revista Ciudad Lineal, en su edición del 10 de julio de 1910, también se refería a la inauguración del tramo que llegaba a Orusco y añadía algunos detalles técnicos con las características del trazado:
(…) Esta parte mide 11,50 kilómetros y la línea sigue media ladera, a la izquierda de la carretera que cruza delante de los pueblos, facilitando sus comunicaciones con el ferrocarril y pudiendo de este modo las estaciones situadas en la vega recibir directamente los productos de la misma.
Entre las estaciones de Tielmes y Chávarri se ha construido un puente de diez metros de luz, que descansa en dos grandes pontones de piedra de cornicabra, de cuatro metros de altura, sobre una cimentación de emparrillado de carriles. La estación de Chávarri pone en comunicación directa con Madrid los manantiales de las aguas de Carabaña y se encuentra a la derecha del ferrocarril, entre los kilómetros 11 y 12. Tres kilómetros más allá está la estación de Carabaña.
(…) En total el nuevo ramal recorre, desde la estación de Tajuña, 19 kilómetros, presentando al viajero los hermosos paisajes de la espléndida vega de Morata, regada por el Tajuña, que invitan a la admiración de la Naturaleza (…).
Rafael Maroto

Bibliografía
Periódicos citados en el texto.

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