La
pasada semana transcribimos parte de un documento, conservado en el
Archivo Histórico Nacional, en el que se recogía una relación de
tierras adquiridas por el I marqués de Leganés en el paraje de El
Taray.
Este lote de tierras fue una de las primeras compras de Diego Mexía
Felípez de Guzmán en Morata y permanecieron en el patrimonio de los
poseedores del señorío de Morata hasta el siglo XIX. Sin embargo,
pese a que a lo largo de los años los marqueses de Leganés y los
condes de Altamira acumularon un gran patrimonio inmobiliario en
Morata nunca explotaron directamente estas tierras y optaron por su
arrendamiento a distintos vecinos de la villa.
La
documentación de la época demuestra que para administrar y
rentabilizar este patrimonio de fincas rurales, en secano y regadío,
la Casa de Leganés optó, como posteriormente harían sus sucesores
de la Casa de Altamira, por el arrendamiento de las mismas a los
agricultores locales.
Al
contrario que otras familias de la nobleza, los marqueses de Leganés
y los condes de Altamira nunca explotaron directamente ni sus tierras
en la vega ni las tierras de secano, con excepción de un periodo de
tiempo, entre finales del siglo XVIII y mediados del siglo XIX, en
que sí que cultivaron y recolectaron la cosecha de sus olivares para
moler su producción en el molino que los Altamira poseían en las
inmediaciones de El
Bosque
(Este molino estaba localizado en las inmediaciones de donde décadas
mas arde se construiría la alcantarilla del Ferrocarril del Tajuña).
Sin
embargo, este sistema de explotación directa de sus bienes
patrimoniales fue una excepción y, de hecho, según se recoge en el
Catastro de Ensenada, los condes de Altamira ni siquiera poseían
entre sus bienes caballerías de labor, lo que indica que sus tierras
eran cultivadas por los labradores que arrendaban sus tierras. A
diferencia de otros grandes propietarios del término de Morata como,
por ejemplo, los religiosos del convento del Rosario, los poseedores
del señorío de Morata se limitaron a contar con una serie de
administradores en Morata que se dedicaban a recaudar sus derechos
señoriales (alcabalas, rentas de molinos y batanes alquileres de
posadas y mesones,…) y a controlar los pagos de los arrendatarios
de sus posesiones en la vega y en el llano de Morata.
En
el documento que analizamos la pasada semana (Archivo Histórico de
la Nobleza, BAENA, C.22, D.67-74) podemos comprobar cómo se
explotaban estas tierras arrendadas. En el documento, elaborado por
el archivo condal en 1783, el conde de Altamira, en aquellos años
Vicente Joaquín Osorio de Moscoso, solicitó a sus archiveros
información sobre una de las fincas arrendadas a un vecino de Morata
en el paraje de El
Taray,
y concretamente sobre los documentos de su compra por parte del I
marqués de Leganés:
El
archivo de Vuestra Excelencia en cumplimiento de la orden que Vuestra
Excelencia se dignó dirigir en 25 de febrero próximo pasado
relativa a entregar la escritura de venta de una tierra consistente
en la villa de Morata al sitio del Taray de 1939 estadales, la cual
se dio a censo a Don Pedro Fuertes con el canon anual de 243 reales
de vellón.
Hace
presente a Vuestra excelencia que (…) se ignora quien fue el
vendedor de dicha finca y así mismo si esta adquisición fue por una
sola escritura o por muchas, como puede suceder, le pareció
conveniente y aun necesario hacer un resumen y relación sucinta de
todas las que en dicho pago del Taray se hallan otorgadas favor de
la Casa de vuestra Excelencia, con expresión de sus respectivas
cabidas, linderos, señales y años de su otorgamiento, a fin de que
sea del agrado de vuestra excelencia, se remita al administrador de
dicha villa el cual en su vista puede saber o averiguar
determinadamente cual es la tierra en cuestión y con su aviso
exhibir la original o certificación (…) pues es muy regular que la
referida escritura esté comprendida entre las que se expresa en la
adjunta razón.
Parece
evidente que los archiveros no pudieron localizar los documentos
concretos que pedía el conde de Altamira, de ahí que remitieran la
relación completa de las tierras adquiridas por el marqués de
Leganés en el paraje de El
Taray en
los años en que se hizo por compra con el señorío de Morata, (de
las que tratamos en la última entrega del blog). Los archiveros
también informan de un apeo (inventario) realizado en 1744 que
podría corresponder a la finca cuya información se solicita:
(…)
Y
dado caso que no pareciera esta, le parece se podría presentar por
parte de (…) un apeo hecho en el año 1744, en virtud de provisión
real al pedimento de la Excelentísima Señora Doña Ventura
Fernández de Córdoba, marquesa viuda de Altamira, como curadora del
Excelentísimo Señor Don Ventura de Moscoso Osorio, marqués de
Leganés, cuyo apeo se halla con los poderes, citaciones, fijación
de (…) y demás solemnidades de derecho, y expresa ser propia de la
Casa de Vuestra Excelencia una tierra en dicho sitio del Taray, su
cabida 1939 estadales, a razón de 400 cada fanega componen 4
fanegas, 10 celemines y 6 estadales, y con ellos 1827 cepas vivas y
158 marras, la cual linda hacia Perales y hacia Morata con viña
nueva de herederos de Roque Casado, puesta en tierra del marqués de
Espinardo, a la entrada de cuya tierra están las cepas marras y las
nuevas están en un pedazo que mira a Perales y están incorporadas,
cuya tierra es la misma que expresa y pide el referido administrador
de Morata en su memorial decretado de Vuestra Excelencia.
La
escritura de imposición del referido censo de 88.100 reales de
capital y 243 de réditos anuales contra el mencionado don Pedro
Fuertes y sobre las mismas fincas también existe en este archivo
pero no hace relación alguna de la escritura primordial de venta ni
otra noticia.
Es
cuanto puedo informar a Vuestra Excelencia sobre este particular.
Madrid,
3 de marzo de 1783.
Documento del archivo Altamira con la relación de tierras de El Taray (1783)
Por
el texto de la contestación de los archiveros a la petición del
conde de Altamira comprobamos que la información solicitada
correspondía a una viña situada en el mencionado término de El
Taray.
Por aquellos años, la plantación de viñas en la vega era una
práctica muy común en Morata, particularmente en El
Taray
y parajes próximos. Estas viñas producían unas uvas de menor
calidad pero tenían a favor una mayor producción de kilos por
fanega. Los agricultores de Morata que tenían arrendadas estas
tierras buscaban estas mayor producción y la seguridad de una
cosecha abundante por la posibilidad de regar las cepas para así
asegurarse unos ingresos que permitieran cubrir los gastos de las
rentas cobradas por la Casa de Altamira y su propio beneficio. En
concreto, vemos como la tierra dada a censo a Pedro Fuertes obligaba
a este vecino de Morata a abonar 243 reales anuales al conde de
Altamira. El propio Pedro Fuentes era también deudor de otros
cincuenta reales anuales por otra tierra localizada en El
Taray
de seis fanegas y cuatro celemines:
(…)
Además del censo de 8.100 reales de vellón de capital y 243 de
réditos expresado en la representación y memoria del administrador
de Morata Don Juan de Salinas y Setién contra don Pedro de la Fuente
sobre la referida finca resulta también contra este y a favor de
dicho señor Marqués otro censo de 50 reales y 22 maravedíes de
pensión anual sobre otra tierra al propio sitio del Taray, su cabida
seis fanegas y 4 celemines según resulta de la competente escritura
de imposición otorgada en dicha villa de Morata a 22 de diciembre de
1732, la cual consta igualmente en este archivo (…).
Este
sistema de explotación continuaría prácticamente hasta los años
en que los condes de Altamira vendieron sus últimas posesiones
rústicas en Morata. El documento que hemos analizado en estas
entregas del blog incluye también el nombre de varios vecinos que se
acogían a este régimen de arrendamientos de la Casa de Altamira en
varias viñas localizadas en El
Taray:
Francisco
Anguita y Josefa Muñoz, su mujer, pagan 235 reales y 15 maravedíes
anuales por dos viñas en el Taray y Llano de Arriba año de 1746.
Pedro
Sánchez y Juana Conde, su mujer, pagan 148 reales y 6 maravedíes
por dos viñas en dichos sitios, año idem.
Pablo
Ruiz Orive y su mujer pagan 116 reales y 14 maravedíes por dos viñas
al sitio del Taray y (…) año de 1746.
Javier
Valerio paga 9 reales y 4 maravedíes por una vina de 287 cepas y una
tierra (…) año 1763 (…).
Fuentes
y bibliografía:
- Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA, C-222, D.67-74.
- Morata de Tajuña, según el Catastro de Ensenada-Miranzo Sánchez-Bravo, Agustín-Bubok, 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario