jueves, 28 de septiembre de 2023

Un alcalde frente a la Inquisición (I)

En 1603 un regidor de Morata encarceló por desacato a un miembro del Santo Oficio
Tras la fuga del reo, tuvo lugar un conflicto de competencia entre ambas instituciones

Durante más de 350 años el Tribunal del Santo Oficio, la Inquisición, se mantuvo en activo en España. Creada por los Reyes Católicos en 1478, su poder e influencia, más o menos intensa, siempre ese manifestó en la sociedad española.Exurge domine et judica causam tuam (Levántate señor y juzga tu causa) fue el lema de esta institución, presente incluso en las villas y aldeas más remotas, donde se encargaba de defender la ortodoxia católica frente a posibles herejías o amenazas a la religión. En este papel de guardián de la fe, en ocasiones surgían enfrentamientos entre la justicia divina, representada por el Santo Oficio, y la justicia terrenal. A comienzos del siglo XVII, un incidente nimio entre el alcalde ordinario de Morata, Diego Mexía, y uno de los vecinos de la villa, Alonso Sánchez, terminó con el representante local de la Inquisición, Gerónimo Ruiz de Orive, en la cárcel real y, posteriormente, con un conflicto de competencias sobre quien debía juzgar lo sucedido. 



A comienzos de siglo XVII el Santo Oficio se encontraba en uno de los momentos más álgidos de su poder terrenal en todo el reino. Su alargado brazo llegaba a todos los rincones del territorio de la Corona española gracias, entre otras cosas, a la figura del familiar de la Inquisición, sin duda el estamento más bajo en la poderosa estructura piramidal de la institución pero que, a su favor, contaba con la ventaja de moverse en entornos reducidos y rurales donde podían llegar a ser temidos por la población.

En Morata, en el año 1603, como en otros tantos lugares y villas, también residía un familiar de la Santa Inquisición, Gerónimo Ruiz de Orive, protagonista de un enfrentamiento con la justicia de la villa representada por Diego Mexía, alcalde ordinario por el estado de los hijosdalgo.

El incidente entre el representante de la justicia civil, Diego Mexía, y el representante de la Inquisición en Morata se inició cuando el alcalde de la villa requirió a Alonso Sánchez Ruiz, vecino de Morata, que aportara unos dineros para enviar determinada documentación a la cancillería de Valladolid en su sede de Medina del Campo donde se dirimía un pleito que afectaba a su esposa. 

Este requerimiento tuvo lugar, el 31 de julio de 1603 en la plaza de la villa ante varios testigos que presenciaron como el alcalde Diego Mexía se dirigía a Alonso Sánchez, a la sazón cuñado de Gerónimo Ruiz de Orive como marido de la hermana de éste, Petronila Ruiz. Precisamente, los papeles que aparecen como origen del incidente tenían que ver con un proceso criminal que enfrentaba, por un presunto delito que no se especifica en el expediente, a la propia Petronila Ruiz con otra vecina de Morata, Teodora de Adrada. 

El enfrentamiento entre Petronila, esposa de Alonso Sánchez y hermana de Gerónimo Ruiz de Orive, y Teodora Adrada había ya salido de la jurisdicción de la villa de Morata y ya había pasado a una instancia superior del sistema judicial de la época, la Cancillería de Valladolid. En cualquier caso, este pleito en ningún caso afectaba a las atribuciones de Gerónimo Ruiz como familiar de la Inquisición en Morata, limitadas a asuntos relacionados con la religión católica como la herejía o las prácticas prohibidas de otras religiones.

Como se relata en el expediente en el que se recoge toda la documentación relacionada con este caso (Archivo Histórico Nacional, INQUISICIÓN, 65-Exp. 12), cuando el alcalde realizaba el requerimiento a Alonso Sánchez se presentó en la plaza de la villa el citado Gerónimo Ruiz de Orive. De acuerdo con el relato que hace el propio alcalde en el expediente sobre lo sucedido -que aparecerá en versiones muy similares en muchos apartados del expediente- cuando solicitaba a Alonso Sánchez la documentación del proceso que afectaba a su mujer y el dinero necesario para enviarlos a Medina del Campo, Gerónimo Ruiz de Orive, muy alterado, apareció gritando voto a dios que no has de dar ningún dinero, a lo que el alcalde le respondió que se estaba tratando un asunto que le era ajeno y que se retirara. 

Expediente por el conflicto de competencias entre el Concejo de Morata y la Inquisición (Fuente: PARES, INQUISICION Leg. 65, nº, 12).

En el expediente se cuenta también cómo el familiar de la Inquisición no sólo no obedeció la orden del alcalde de retirarse sino que aseguró que tenía poder de su hermana para intervenir en el pleito y en los asuntos relacionados con el mismo. Ante las negativas reiteradas de Gerónimo Ruiz de Orive a obedecer al alcalde -siempre según la versión de la autoridad civil-, que le conminó a abandonar la plaza Diego Mexía aprovechó la presencia del alguacil de la villa, Francisco Galiano, para ordenarle que pusiera preso en la cárcel pública al familiar del Santo Oficio.

La orden de detención, lejos de apaciguar a Gerónimo Ruiz de Orive, incrementó la oposición de este que afirmó, en un alarde de desprecio y de soberbia frente a la autoridad municipal: si me llevan a la cárcel, me soltará. Además, según el expediente, Gerónimo Ruiz comenzó a agitar su cuerpo, a mover rápidamente sus piernas y a saltar de un lado a otro del arroyo que discurría por la plaza de la villa. Diego Mexía reiteró al alguacil que prendiera al familiar del Santo Oficio y que, para evitar la burla y el desacato a su orden, le pusiera un par de grillos.

De esta forma, esposado y conducido por el alguacil Francisco Galiano, y anunciando que recurriría a la Inquisición para evitar ser procesado por la justicia civil, Gerónimo Ruiz de Orive fue llevado a la cárcel pública mientras, por parte del alcalde, se iniciaba la tramitación de la documentación necesaria para proceder a la incriminación por desacato del representante en Morata de la Santa Inquisición. 

Un documento fechado el once de agosto de 1603 da cuenta de la formulación de esta denuncia y del inicio del expediente sobre el asunto: Proceso criminal causado de la justicia de la villa de Morata contra Gerónimo Ruiz de Orive, vecino de ella, sobre el desacato que tuvo contra Diego Mejía, alcalde ordinario en y (...) por la fuga que hizo de la cárcel estando preso en ella.

Y es que como se anuncia en el citado expediente, mientras se tramitaba este asunto se produjo un hecho inesperado que, sin embargo, de alguna forma había anunciado el propio Gerónimo Ruiz sobre su intención de no someterse a la justicia civil: a los dos días de estar preso en la cárcel de la villa el familiar de la Inquisición se fugó de la misma para, según aparece en la documentación, dirigirse a la ciudad de Toledo donde tenía su sede el Tribunal de la Inquisición del distrito al que pertenecía la villa de Morata. (Sobre esta fuga y sus circunstancias, poco aparece recogido en el expediente. De lo que posteriormente declararon los testigos se deduce que la vigilancia debía ser tan laxa que el preso no tuvo ningún problema para darse a la fuga).

El alcalde Morata por el estado de los hijosdalgo -recordemos que en esos años los concejos contaban con dos alcaldes, uno en representación de la nobleza o hijosdalgo y otro en representación del pueblo llano- no dejó que la huida interfiriera en la tramitación de su denuncia por desacato al poder civil por parte del familiar de la Inquisición. Como primera medida emitió una provisión para tratar de localizar y detener al preso huido de la cárcel pública:

Diego Mexía alcalde ordinario en la villa de Morata del estado de los hijosdalgo por el (...) hago saber a todos los señores corregidores, a sus tenientes gobernadores y alcaldes ordinarios y otros jueces y justicias desde todas las ciudades, villas y lugares de estos reinos, señoríos de su majestad (...) yo procedo por proceso de oficio contra Gerónimo Ruiz de Orive vecino de esta villa de Morata sobre y en razón de que (…) el susodicho se me descompuso de palabras y estando yo en la plaza de la dicha villa proveyendo cierto auto en un pleito a Alonso Sanchez Ruiz, su cuñado. (…). Dos días de este presente mes de agosto, el susodicho quebrantó la dicha cárcel y se (…) fuga de ella. (...) Por tanto, de parte de su majestad requiero a ustedes ruego y pido que siendo presentada esta carta como por cualesquiera persona (...) y en su cumplimiento prender al dicho Gerónimo Ruiz de Orive que es un hombre de buen cuerpo y estatura fresco de rostro y flaco,(…) rubio con algunas canas y de edad de hasta cincuenta y cinco años (...) que en una de las manos tiene cortados tres dedos de ella (…).

Aparte de esta orden de búsqueda, con los datos y señas del preso fugado, que se remitió a todas las localidades vecinas, a los pueblos comarcanos, según expresión que aparece en el expediente (Arganda, San Martín de la Vega, Chinchón, Bayona y Perales de Tajuña), la justicia de Morata, por orden del su alcalde Diego Mexía ordenó requisar cien fanegas de trigo y cebada que fueron retiradas de la casa del prófugo con el fin de las vender para proceder en rebeldía contra el dicho Gerónimo Ruiz. De esta cantidad, se restaron seis fanegas para abonar los gastos ocasionados al depositario del grano requisado.

Paralelamente, desde el consistorio y también a instancia de su alcalde por los hijosdalgo, se inició la toma de testimonios a los testigos que estuvieron presentes cuando ocurrieron los hechos que dieron lugar al pleito. Entre estos testigos aparecen Francisco Galiano, el alguacil de la villa encargado de ejecutar la orden de detención del familiar del Santo Oficio, Gregorio de Urbizu escribano público, Diego Pérez de Escamilla, también escribano público, Antonio de Valdemoro, Gaspar Carrasco El Viejo, Francisco Calderón yDiego de la Fuente, alcalde de Morata por el estado llano, todos ellos vecinos de Morata y que -como veremos- también prestaron testimonio posteriormente ante los jueces de la Inquisición de la ciudad de Toledo.

Mientras en Morata la justicia seguía su curso con una rapidez que podría asombrarnos ahora, con la orden de citar a los testigos, requisar los granos del sujeto de la denuncia, emitir la orden de búsqueda de Gerónimo Ruiz de Orive y distribuirla por los pueblos vecinos para intentar su puesta a disposición de la justicia civil frente a la que, en opinión del alcalde, se había producido el desacato y desobediencia, el familiar del Santo Oficio cumplió con su intención de presentarse ante quienes consideraba sus jueces naturales: los inquisidores de la ciudad de Toledo, sede de uno de los tribunales más importantes de la Inquisición en todo el territorio del reino de España.

A día de hoy puede que nos sorprendamos cómo, pese a las dificultades de transporte de la época, con malos caminos que comunicarán una villa como Morata con la ciudad de Toledo (a once leguas según las medidas de longitud de entonces equivalentes a 84 kilómetros), pero ya el día 4 de agosto, dos días después de producirse su la fuga de la cárcel de Morata -y cuando el alcalde de Morata emitía la orden de busca y captura-, Gerónimo Ruiz de Orive se presentó ante el tribunal de la Inquisición, tal como aparece reflejado en el expediente:

Gerónimo Ruiz de Orive, vecino de la villa de Morata, familiar de este Santo Oficio, digo que en días pasados Diego Mexía, alcalde ordinario de la dicha villa, por enemistad que contra mi tiene me puso preso en la cárcel real de la villa y procede contra mi criminalmente sin haber yo cometido delito ninguno como parecerá [sic] de cualesquiera autos y informaciones que sobre ello se hicieren y por obviar la negación que el susodicho me hace me salí de la dicha cárcel y me presento ante ustedes como ante mis jueces competentes.

Por tanto a ustedes pido y suplico me hayan por presentado y me han de dar sus cartas y provisiones (…) para que el dicho alcalde no proceda contra mí y remita a ustedes los autos que sobre ello hubiere, suplico y pido justicia y costas para ello.

[Firmado]

Gerónimo Ruiz de Orive

Presentado en Toledo, 4 de agosto (…) ante los inquisidores Don Gaspar de (Quiroga, don Francisco Manuel y don Francisco de Múxica.

Como primera medida los jueces inquisidores que aparecen citados en el texto precedente ordenaron el ingreso de Gerónimo ruiz de Orive en la cárcel de la Inquisición y, posteriormente, iniciar la investigación que daría lugar al desenlace del pleito sobre de competencias entre la Inquisición y el concejo de Morata. Sobre la sentencia definitiva sobre este caso trataremos la próxima semana, junto con una breve relación de otros casos en los que participaron vecinos de la villa y la Santa Inquisición.


Fuentes y bibliografía:

  • Breve historia de la Inquisición en España. Perez, Joseph. Editorial Crítica. Barcelona, 2009.

  • Pleito de competencias entre el Tribunal de la Inquisición de Toledo y la justicia ordinaria de Morata de Tajuña (Madrid). Archivo Histórico Nacional, INQUISICIÓN, 65-Exp. 12.

jueves, 21 de septiembre de 2023

De Morata a Sevilla para enrolarse en la flota de Indias

Los hermanos Díaz Corpa, huérfanos, ingresaron en 1765 en el colegio de San Telmo para formarse como pilotos de la marina que comunicaba España con las colonias americanas

Dos hermanos morateños, Manuel y Pablo Díaz [Roldán] Corpa partieron para Sevilla a mediados del siglo XVIII para formarse como pilotos de la marina en el sevillano colegio de San Telmo. En este centro, creado por la denominada Universidad de Mareantes, trataban de paliar el déficit crónico de marinos profesionales que sufrían la armada y la marina mercante española en las distintas rutas que unían el territorio español con las colonias americanas. 


Por extraño que pueda parecer, desde un lugar tan alejado de la costa y tan poco marinero como la villa de Morata, los dos hermanos fueron admitidos en el colegio sevillano, eso sí, después de que demostraran, con la documentación adecuada, su pureza de sangre y que sus progenitores por parte materna y materna eran cristianos viejos.

En el Fondo Antiguo del Archivo Histórico Universitario de la Universidad de Sevilla se conservan los dos expedientes que recogen la documentación de ambos hermanos sobre sus antepasados así como sus respectivas partidas de nacimiento y las de matrimonio de sus progenitores, conservadas en el archivo parroquial de la iglesia de la Purísima Concepción de la villa de Morata.

En los años en que los dos hermanos morateños gestionaron su ingreso en la escuela de pilotos de San Telmo, en 1765 y siguientes, los estatutos del colegio sevillano -que ocupaba el edificio actual de la sede de la presidencia de la Junta de Andalucía- fijaban que los niños huérfanos de entre 8 y 14 años tenían preferencia a la hora de ingresar en un centro en el que el 94 por ciento del alumnado procedían de la región andaluza. En esos mismos estatutos se favorecía a los huérfanos de padre y madre frente a los huérfanos de un solo progenitor, situación en la que se encontraban los dos hermanos morateños.

Manuel y Pablo Díaz [Roldán] Corpa eran hijos del matrimonio formado por los vecinos de Morata Francisco Díaz Roldán y Josepha Corpa. Ambos progenitores habían contraído matrimonio el 25 de noviembre de 1744 en la iglesia de Morata, en el caso de Francisco por segunda vez tras un primer enlace con otra vecina de Morata, Isabel Guerra Bustamante, como se constata en el certificado emitido por el párroco de la iglesia de Morat, Francisco Antonio Flores, y ratificado por el escribano del ayuntamiento Joseph García Nieto. 

Del matrimonio de Francisco Díaz y Josepha Corpa nacieron los dos aspirantes a pilotos, el 7 de mayo de 1751 en el caso del primogénito Manuel, y el 30 de junio de 1752 en el caso de Pablo, el hermano menor. Esta circunstancia se constata gracias a los dos certificados de bautismo que los dos hijos de Francisco y Josepha solicitaron para incluirlo en su expediente. La vecindad del matrimonio Díaz Corpa en la villa de Morata se certifica también en la documentación del Catastro de Ensenada. En los legajos que forman parte del denominado libro 3 que recoge los vecinos de Morata del estado seglar aparecen los padres de Manuel y Pablo cuando su progenitor, Francisco, contaba con treinta y ocho años de edad y su madre, Francisca, treinta años. Además de los dos hermanos, en el texto también aparece una hermana, Francisca, hermana de padre, con diez y seis años. En otro apartado del catastro, aparece reflejado el oficio del padre ocupado en el oficio de sacristán en la iglesia de Morata con un sueldo anual de 1.100 reales de vellón (Cuaderno de notas y resumen del tráfico industrial y personal del Catastro de Ensenada).

Para demostrar su condición de huérfanos de padre, los dos hermanos aspirantes a pilotos de la marina española adjuntaron a su expediente la partida de defunción de su padre Francisco. Según esta documentación, Francisco Díaz Roldán falleció en la villa de Morata en el año 1762. Según este legajo en nueve días del mes de noviembre del año pasado de mil setecientos sesenta y dos, en cuyo día falleció el referido [Francisco Díaz], y que se enterró en esta iglesia parroquial en la caja donde se paga por el rompimiento catorce reales y veinte y cuatro maravedíes (…).

Pese a cumplir con el requisito imprescindible de ser huérfanos quizá la circunstancia que permitió a ambos hermanos optar a ingresar en el colegio de San Telmo, pese a no ser andaluces, ni de nacimiento ni de residencia, se explica en los propios expedientes conservados en el archivo de la Universidad de Sevilla. En ambos legajos, de numeración consecutiva, 1057 el de Manuel, y 1058 el de Pablo, aparece una anotación similar en la que se informa que los dos jóvenes morateños eran ahijados de Francisco Ménguez, comisario de matrícula** en Cádiz.

Expediente de limpieza de sangre de Manuel Díaz Roldán (Fuente: archivo universidad de Sevilla)

Los documentos que se incluyen en el expediente de los dos hermanos comenzaron a redactarse y recopilarse en la villa de Morata en los mismos días, en febrero de 1765. Posteriormente, están datados también en la misma fecha, en la ciudad de Sevilla el 26 de abril de 1765, por lo que en el caso del hermano mayor, Manuel, estaba a punto de cumplir los 14 años de edad, fecha límite de ingreso en el colegio de San Telmo. Su contenido es prácticamente idéntico ya que en ambos se recoge, como ya hemos señalado, la certificación del matrimonio de sus progenitores y la partida de bautismo de Manuel y Pablo Díaz Corpa. 

Aparte de estas partidas de matrimonio de su padre y de su madre, la de defunción de su padre y la de bautismo de Pablo y Manuel, todos ellas conservadas en la iglesia parroquial de Morata y certificada por los responsables de dicha parroquia, la parte más importante del expediente es la que trata sobre la pureza de sangre de los dos aspirantes a ingresar en el colegio de San Telmo. Esta condición aparecía como destacada en los estatutos del Colegio de San Telmo que en 1721 incluyó la exigencia de cumplimentar un expediente de limpieza de sangre que certificara entre los ascendientes de los aspirantes a piloto la ausencia de de toda mala raza de judíos, moros o mulatos. Esta declaración incluía el testimonio de varios testigos que, básicamente, respondían a la cuestión de si los ascendientes del solicitantes, abuelos paternos y maternos y padre y madre eran cristianos viejos. Reproducimos la declaración del hijo mayor Manuel Diaz [Roldán] Corpa y los testigos que avalaron su pureza de sangre y que aparece en el expediente conservado en el archivo de la Universidad de Sevilla:

Sello cuarto, veinte maravedíes, año de mil setecientos y sesenta y cinco

Manuel Díaz, natural de esta villa de Morata, interín, en la mejor forma que haya lugar de derecho (…) y digo que conviene justificar que soy hijo legítimo y de legítimo matrimonio de Francisco Díaz Roldán y de Josepha de Corpa, su mujer, vecinos y naturales de esta precitada villa. Los cuales y sus abuelos paternos y maternos y demás sus ascendientes por ambas lineas paterna y materna, naturales y vecinos que han sido de esta propia villa, han sido y fueron cristianos viejos, sin mácula ni raza de moros, judíos de los nuevamente convertidos a nuestra Santa Fe católica, ni penitenciados ni castigados por el Santo Oficio de la Inquisición, ni son ni han sido de casta de negros ni mulatos ni se han usado de oficios viles ni mecánicos ni les esta prohibido el recibir (…) de los honoríficos, como es público y notorio en esta villa y sus contornos sin que haya opinión ni cosa en contrario. Por tanto:

(…) pido y suplico se sirvan mandar (…) información de todo lo referido y expresado, y que así ejecutada (…) interponga su autoridad y decreto judicial en forma en que así procede de Justicia que pido (…).

Manuel Díaz.

En ambos expedientes, cuya información es validada por el teniente de corregidor de Morata, Manuel de Almazán; el procurador síndico de la villa, Antonio de Salcedo, y el propio escribano del Ayuntamiento, Joseph García Nieto, testifican para asegurar la pureza de sangre de los pretendientes a piloto varios vecinos de Morata. Entre ellos, el presbítero de la parroquia de la villa, Miguel Ruiz de Orive, que declara:

(…) conoce de vista, trato y comunicación al dicho Manuel Díaz por quien es presentado y sabe que es natural y vecino de esta villa, la que se halla situada en Castilla la nueva, provincia y Arzobispado de la ciudad de Toledo primada de las españas y que el susodicho es hijo legítimo de legítimo matrimonio de Francisco Díaz Roldán y Josepha Corpa y nieto por línea paterna de Joseph Díaz y Juliana Roldán, difuntos, y por la materna de Francisco de Corpa y Juana Martínez Bernabé, todos naturales y vecinos de esta villa.

Igualmente conoce y ha conocido y es cierto, público y notorio que así los nominados como sus ascendientes son y han sido tenidos y comunmente reputados por cristianos viejos limpios de toda mala raza y secta de moros, judíos, herejes,mulatos, gitanos; que no tienen ni descienden de los colones, pizarros y montezumas, genízaros ni otros a quienes esta prohibido el comercio y navegación de las Indias de España, ni son ni han sido de los nuevamente convertidos a nuestra santa Fe católica, castigados n penitenciados pública ni secretamente por el Santo Oficio de la Inquisición ni otro ningún tribunal, si no es antes bien son, han sido reputados y tenidos por personas de toda estimación y de las esclarecidas y principales familias de esta villa, y como tales han obtenido los empleos honoríficos de esta república, así los referidos como sus parientes por haber concurrido en su persona las circunstancias correspondientes para la obtención de semejantes empleos, sin que haya cosa en contrario ni menos que ninguno de los ya citados hayan ejercido oficios viles ni bajos por donde puedan decaer la honra, estimación y esclarecimiento con que nacieron y en que siempre han estado constituidos (…).

En el mismo sentido y con idénticas palabras testifican Phelipe Ruiz Bravo, también presbítero en la parroquia de Morata; Joseph Orozco y Salcedo, abogado de los Reales Consejos; Luis Fominaya Monteroso, administrador de los bienes del conde de Altamira en Morata, y Diego Apolinario Casanova, propietario en la villa de Morata. 

Los mismos testigos presentó su hermano menor, Pablo, para acreditar ante el colegio sevillano de San Telmo su pureza de sangre, y poder aspirar a convertirse en pilotos de la Armada española. Todos estos testimonios, además de la certificación del escribano del Ayuntamiento contó también con el aval del escribano de Chinchón, Pedro Maroto, que certificó la autenticidad de todas las firmas que aparecen en los expedientes de ambos hermanos.


* La carrera de Indias fue el conjunto de rutas marítimas que comunicaban Castilla y los reinos españoles con los virreinatos de América. Su estructura la integraban la marina mercante y la marina militar. La logística de la Carrera de Indias estaba a cargo de la Casa de la Contratación. Por su parte, el colegio de San Telmo fue creado en 1681 por Carlos II con el objetivo de formar a huérfanos en el oficio de marineros que posteriormente pudieran servir en los buques de la armada o comerciales que cubrían las rutas a Indias. En el centro se formaban menores con edades entre 8 y 14 años para los que era obligatorio superar un expediente de limpieza de sangre que es el que solicitaron y tramitaron en su villa de nacimiento los dos hermanos Díaz [Roldán] Corpa. (Fuente: Fondo Antiguo y Archivo Histórico Universitario de la Universidad de Sevilla).


** Comisario de Matrícula: según el Diccionario Marítimo Español (1831) el oficial del cuerpo del Ministerio de Marina que antiguamente estaba encargado de la matrícula de la gente de mar de una provincia. 


Fuentes y documentación:

  • Fondo Antiguo y Archivo Histórico Universitario. Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla. Libro 0245. Fols. 91-103.

  • Fondo Antiguo y Archivo Histórico Universitario. Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla. Libro 0245. Fols. 104-116.

  • Diccionario marítimo español (…). de Lorenzo, José; de Murga, Gonzalo y Ferreiro, Martín. Establecimiento tipográfico de T. Fortanet- Madrid, 1864.

  • La formación de pilotos en la Carrera de Indias en el siglo XVIII. García Garralón, Marta. Anuario de Estudios Atlánticos, número 55. Las Palmas de Gran Canaria, 2009.


viernes, 8 de septiembre de 2023

Pequeña -y triste- historia del archivo de la Casa de Altamira

Relato de cómo llegó a la Universidad de Ginebra la crónica sobre las fiestas celebradas en Morata en honor de los condes de Altamira

El texto que reproducimos en el blog la pasada semana trata sobre las fiestas que se celebraron en Morata, entre el 23 y el 28 de mayo, en honor de los condes de Altamira, Ventura Osorio de Moscoso y su mujer, María de la Concepción de Guzmán y de la Cerda. Aunque en el texto original* no consta el año de estas celebraciones sabemos, por otro documento conservado en el Archivo Histórico Nacional (Sección Nobleza BAENA, C.222, D.41-42), que los condes de Altamira permanecieron en Morata durante varias semanas entre finales de abril y el 31 de mayo de 1756.

En ese documento también se recogen los gastos originados durante la estancia de los condes de Altamira en Morata, destinados a la alimentación y a algunos arreglos realizados en el palacio condal, que ascendieron a 27.556 reales. Durante su permanencia en la villa, que se retrasó unos días debido a una enfermedad de su hijo Buenaventura, los condes de Altamira estuvieron acompañados por la familia de José de Guzmán y Vélez de Guevara, conde de Oñate, que se había casado en segundas nupcias con la madre de Ventura Osorio de Moscoso.

Por los nombres de algunas de las parejas participantes en los juegos a caballo celebrados en la plaza en honor de los condes -Manuel y Joseph González, Francisco Oliva, Joseph de Fominaya, Pedro y Manuel Páez y Miguel de Almazán, entre otros- podemos situar las celebraciones en ese año de 1756 ya que todos ellos aparecen censados en Morata en esos años, justo cuando se elaboró el Catastro de Ensenada.

El texto relata, en ripios de autor desconocido, todos los actos celebrados durante varios días, entre el 23 y el 28 de mayo, en honor de los condes de Altamira y sus invitados. Con la misa en la ermita de la Virgen de la Antigua, se inician las celebraciones que continúan con la suelta de novillos en la plaza de la villa -con la asistencia de mozos de Perales, Chinchón y Arganda- y un torneo por parejas y a caballo en el que participan también vecinos de Morata, Chinchón, Arganda y Perales. Del texto se deduce que todos los vecinos participaron como espectadores en los actos programados, no así en el refrigerio y en la cena que se sirvió en palacio previamente a la representación de una función de teatro a cargo de Villalobos el famoso [actor] a tantos coliseos prevenido.

Los festejos que se narran en los versos seguían la costumbre de esos años ya practicada desde siglos atrás: por un lado, los vecinos del pueblo, protagonistas a pie, a la hora de correr los novillos junto con los mozos venidos de los pueblos vecinos y que, como aún hoy sucede, sufrieron revolcones y atropellos de los animales.

Posteriormente, sin la presencia activa del pueblo, la pequeña nobleza participante y algunos criados del conde de Altamira, junto a las parejas de caballeros llegadas también de los pueblos vecinos, son quienes entretienen al público en los juegos de origen medieval (el estafermo, la sortija, las cintas...) realizados ya no a pie, como se hacia con los toros, si no a caballo, un lujo al que no podían acceder la mayoría de los vecinos de Morata.

Según se desprende del texto, la fiesta de correr los toros y los juegos medievales por parejas se llevaron a cabo en la plaza de la villa de Morata, adornada con tapices y colgaduras vegetales para la ocasión, siguiendo también otra costumbre muy arraigada en esa época en las fiestas populares y de la nobleza. Los protagonistas principales son los propios vecinos y los condes de Altamira -y sus invitados- y, de hecho, es el conde quien realiza el despeje de la plaza con su caballo. En cualquier caso, el interés de este texto, con casi 275 años de antigüedad, reside en que es el primer documento conocido hasta ahora que recoge la celebración de una fiesta de toros en Morata con la participación de corredores morateños y de los pueblos vecinos. Después de todo, no ha cambiado tanto la fiesta.


 Último folio del legajo que describe las fiestas en Morata (Fuente: Universidad de Ginebra).

*El texto que apareció en la anterior entrega del blog es la transcripción de un documento perteneciente, en su origen, al archivo de la Casa de Altamira y que en la actualidad, tras una azarosa trayectoria, se conserva en la Universidad de Ginebra. Este documento forma parte de una extensa colección de manuscritos, fechados entre el siglo XV y el siglo XVIII, conocidos como Archives de la maison Altamira integrados, a su vez, en la denominada Collectión Èdouard Favre. Se trata de 83 códices, numerados, que suman en conjunto más de 10.000 documentos que en su momento pertenecieron a la Casa de Altamira y que se conservaron hasta finales del siglo XIX en el archivo condal. Este archivo reunía, entre otros fondos, documentos de varias familias de la alta nobleza española que vía matrimonial, habían emparentado con los condes de Altamira quienes, a su vez, llegaron al señorío de Morata tras recibir la herencia de la Casa de Leganés, primeros señores de la villa a partir del siglo XVII. Estos documentos, por lo tantop, habían pertenecido a casa de la nobleza española como los ducados de Baena, Montemar y Sessa, marquesados de Astorga, Leganés, Almazán, Elche y Poza y condados de Cabra, de Trastámara, Monteagudo, Arzacollar, entre otros muchos títulos nobiliarios.

La dispersión de este rico patrimonio documental comenzó ya en el primer cuarto del siglo XIX, cuando se vendieron más de 7.000 volúmenes de la biblioteca de los condes de Altamira a un librero londinense. Posteriormente, a partir de 1869 y tras la muerte de Vicente Pio Osorio de Moscoso, tanto la biblioteca como el archivo fueron troceados y vendidos en distintas almonedas celebradas en su palacio de Madrid de la calle de San Bernardo, pero también en subastas organizadas en París, por parte de sus herederos. En algunos casos, los documentos del archivo de la Casa de Altamira fueron vendidos al peso y acabaron sirviendo en abacerías y otros comercios de comestibles como envoltura de carnes y pescados cuando no en funciones más escatológicas.

De esta manera, la mayor parte de la riqueza documental atesorada por la Casa de Altamira durante generaciones acabó en manos de coleccionistas españoles y foráneos como el bibliotecario del Congreso, José Sancho Rayón, que adquirió varios documentos actualmente conservados en la Biblioteca Zabálburu de Madrid. Otros compradores destacados fueron la familia del conde de Valencia de Don Juan, que vendió posteriormente algunos manuscritos al Museo Británico. La Hispanic Society, de Nueva York, también cuenta con parte del fondo documental de los Altamira. Finalmente, aún se se puede consultar una parte de los fondos conservada y custodiada en archivos estatales como el Archivo Histórico Nacional o el Archivo Histórico de la Nobleza.

La colección de documentos en la que se incluye el texto que reproducimos sobre las fiestas celebradas en Morata en honor de los condes de Altamira fueron adquiridas por Pablo Chapuy. Este ciudadano suizo, cónsul en España y bibliotecario de profesión, prestó sus servicios en el archivo y la biblioteca condal en los años en que Vicente Pío Osorio de Moscoso era el titular de la Casa. A la muerte del XIII conde, en el año 1864, momento en que se aceleró la dispersión de todo el patrimonio, acuciados los herederos por la situación de ruina económica que arrastraban, prácticamente desde el final de la guerra de la Independencia, Chapuy adquirió una parte importante de la biblioteca y los manuscritos. Posteriormente, el historiador Èdouard Favre compró la colección a los herederos de Chapuy y, más tarde, donó los documentos a la Universidad de Ginebra, donde actualmente se conservan. Afortunadamente, una parte de ese patrimonio documental es accesible en el archivo digital de la Universidad de Ginebra donde los hemos consultado para su transcripción.

El documento que reproducimos, encabezado con el texto Descripción de las fiestas que los vecinos de la villa de Morata celebraron en honor del Excmo. Sr. Marqués de Astorga, consta de siete folios, escritos en anverso y reverso, en lo que parece ser un borrador y no un texto definitivo, ya que aparecen varias palabras, incluso lineas de texto completas, tachadas por el autor, cuyo nombre también también desconocemos.



Bibliografía:

  • Checa Beltrán, J&Madroñal Duran, A (2018) Manuscritos dieciochescos desconocidos del Fondo Altamira en la biblioteca de Ginebra. Cuadernos de Estudios del Siglo XVIIII (28) 221-252.

  • https//doi.org/10.17811/cesxviii.28.2018.221-252.

  • Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza, BAENA, C.222, D.41-42



jueves, 31 de agosto de 2023

Fiestas celebradas en Morata en honor de los condes de Altamira (I)

Transcripción del relato anónimo que describe los actos celebrados en la villa en el año 1752


El texto que sigue pertenecía al archivo de la casa condal de Altamira, señores de Morata hasta mediados del siglo XIX. Tras diversos avatares, y la venta al peso del archivo, el original se conserva en la Universidad de Ginebra en cuyo repositorio digital se puede consultar.
El documento en sí, en el que el autor, desconocido, mezcla prosa y versos, relata las fiestas que se celebraron en la villa con motivo de la visita de los condes de Altamira a Morata en torno al año 1752.

En la entrega de esta semana publicamos el texto completo, tras el avance aparecido en la publicación anual de la Asociación Cultural Taurina Morateña, a cuyos miembros les doy las gracias por incluir parte del mismo en su librillo. La próxima semana completaremos la información en torno a este documento publicando las circunstancias que llevaron el original a la universidad suiza y cómo se dispersó el archivo de la Casa de Altamira. Un archivo en el que, como se muestra en el texto que hoy publicamos, necesariamente debían de conservarse documentos relacionados con la villa de Morata.


Descripción de las fiestas que los vecinos de la villa de Morata celebraron en obsequio del señor  excelentísimo marqués de Astorga y de Leganés, señor de dicha villa,  y de la señora excelentísima su esposa con su hijo el excelentísimo conde de Trastámara con el motivo de haber ido sus excelencias a recrearse algunos días . El día 23 de mayo en la casa suntuosa ermita de la milagrosa imagen de María santísima con el título de la Antigua se celebró el santo sacrificio de la Misa  que cantó Don Juan González, doctor en Sagrada Teología, tío del excelentísimo conde de Trastamara, con asistencia  del señor (…) párroco de la villa que cantó el evangelio, y del padre (…) clérigo menor colegial en Alcalá, y que (…) de los señores beneficiados y demás sacerdotes de ella, y el padre fray Juan (…) en su convento de Santo Thomás de Madrid, por la feliz salud [tachado:  y el tiempo necesario] importante vida de su excelencia tan deseada  [tachado: para sus]por sus vasallos, que asistieron acompañado de todo el pueblo con la piedad y devoción acostumbradas.
El 25 cerraron la plaza y en ella se corrieron muchos y muy bravos novillos con varias (…). El 28 tuvieron en la plaza de la casa (…) en dibujos divertidos (…) por parejas jugaron a la antesilla, al estafermo  y cintas con la mayor destreza. Concluida esta función se sirvió en casa de S. E. un magnífico refresco de varias bebidas dulces, a que siguió una abundante cena de manjares delicados para todos los concurrentes de uno y otro sexo [tachado: el día siguiente], que pasaron lo restante de la noche con una gustosa comedia, entremés, sainete y cantadas tonadillas acompañadas, acompañadas de diestros músicos concluyendo la función  con baile de (…), contradanzas y seguidillas de que (…) un forastero desapasionado hizo la descripción en el poema siguiente:


     Grabado de la serie La Tauromaquia, de Goya, que muestra una capea popular.


[Al margen: villa]
La villa de Morata esclarecida
de fina y de leal siempre aclamada
a su amado señor reconocida
con aplausos recibe a su llegada.

[Al margen: misa]
Y porque su vida es tan preciosa
a Dios se la piden por María
celoso el (,,) a todos les avisa
pidiéndoles asistan ese día
al santo sacrificio de la Misa.

Con grande devoción así lo hicieron
concurriendo a la Antigua devotos
nobles y plebeyos que humildes le rindieron
alabanzas a Dios en vivos gozos
por la salud de sus señores que asistieron.

[Al margen: novillos]
Ya cumplida esta función
tan cristiana y religiosa
disponen la diversión
de novillos muy gustosa.

Concurrieron de Chinchón
los de Arganda y de Perales
movidos de la afición
a las fiestas moratales [sic].

Sale uno de los novillos
salen los aficionados
mas saltando los tablados
sin repara en palillos
les dejó a todos burlados.

Continuose la corrida
y en fin todos ya corridos
la función fue divertida
[tachado: quedando todos con vida]
y aunque hubo algunos heridos
todos quedaron con vida.

Prosiguen otro día sus (…)
De manejo, fuegos, antesilla
Estafermo, (…), cintas y cabezas
[tachado: diversión se disponen diez parejas]
y de lo escogido de su villa.

[En el margen: Plaza]
Lustrada a varios matices
de la plebe nada ruda
camaleón de colores
la plaza en circo se muda.

[En el margen: los ramos]
Taladas selvas formaron
el circo de quien se juzga
que es solo la arena horror
lo demás todo hermosura.

La aparatosa prevención festiva
no menos fiesta se logró vistosa
grave de ornato, si de pompa altiva
lució la plaza rica y majestuosa.

[En el margen: damas]
¿Fue mucho? Si las damas en luz viva
que albor se ostenta, que se tiñe rosa
emulación del phosphoro luciente
¡la púrpura ilustraron del oriente!

[En el margen: señora]
De Altamira primero la condesa
al cielo de sí misma se amanece
como señora y de Leganés marquesa
del sol las pretensiones desvanece.

Ser (…) por favor confiesa
aún cuando más brillante resplandece
que a tanta bella organizada nieve
candor el alba, el sol grandeza [tachado: belleza] debe.

Matizado de galas y colores
de tan alta grandeza en luces bellas
era un balcón esfera de sus flores
emulándose rayos y primores
uniéndose hermosuras y centellas
sin ambición de (…) arreboles
nacieron astros y brillaron flores.

[En el margen: portada]
Cuántas hiló madejas el gusano
en sutiles prisiones de su vida
cuantas después artificiosa mano
primorosa te dio  labró advertida
en telas de (…) del palacio virtuoso
se pudieron juzgar insuficientes
para adornar el ámbito espacioso
y en hermosa como igual correspondencia
Ilustraron la gran circunferencia
vistiendo la portada de matices
paredes y balcones de tapices.

[En el margen: (…)]
Ya preparada la plaza
llega el marqués con (…)
capitaneando a lo grande
como grande por su Casa.

De las cuadrillas opuestas
árbitro que las ajusta
para las lides que (…)
el campo las asegura.

Escarcha el vestido de estrellas
el sombrero nevo a plumas
en lo demás de su gala
La tela se dificulta.


Despejó galán el coso
ya su voz plebeya turba
gustosa en el recibimiento
sombras de su luz se oculta.

Los diamantes del toisón
lucen, brillan y relumbran
tanto que con tantas luces
todas las luces se ofuscan.

De su vistosa gala se aliviaba
rubio, azul y dorado el lucimiento
de vistosos dibujos se bordaba
copia a emulación del firmamento
y como en reverberos rebosaba,
el vistoso andaluz en que montaba.
mirándose bailaba de contento
y afectando el caballo el horizonte
de tanta luz se imaginaba estante
servíanles ligeros los volantes


[En el margen: a pie(…) 2]
Roque palmero el uno, Bernardino
Villalba el otro con igual vestido,
ambos en (…) átomos errantes.

[En el margen: (…)]
Cuatro (…) le seguían
Juan, Ramonete, Luis y Bruno
a quienes de capitanes presidían
Matías y Galán, uno por uno.

[En el margen: (…)]
Don Joseph González, paje de la Casa
los timbales tocaba diestramente
y a caballo en un potro el chico pasa
vestido a la española ricamente.

[En el margen: clarín]
Dos clarines sonoros resonaron
al impulso vocal de clarineros
que con su voz de refino cantaban
vestidos de romanos caballeros.

[En el margen: (…)]
Cuando en nuevas armonías
da Talía las dulzuras
que de los cóncavos parches
acompañadas resultan
salva de la primavera
sus voces son que apresuran
de mayos movible tropa
hermosamente confusa.
En fin ya de los dos  [tachado: cuerpos] campos
la batalla se apresura
con que la industria ejercite
agradables travesuras

Ya en ligeros movimientos
líneas formaban difusas
y luego en orbes dobladas
pasan de rectas a curvas.

Laberintos circulares
giran con destreza suma
en que ninguno se pierde
en que todos se aventuran.

Airosamente [tachado: pase] (…)
diestramente se circundan
y en ímpetus corvos forman
militar escaramuza.

Tan diestros son los caballos
Que de la rienda no cuidan
Y ellos por sí generosos
salen, vuelven, parten, giran.

[En el margen: vestido español, pareja 1ª]
Don Francisco de Albornoz
Cuyo pecho (…) cruza
Sobre un céfiro (…)
Castiza estirpe andaluza,
del regimiento de Algarve
del vestido español usa
gobernado con destreza de dos cuadrillas la una.

Don Joseph Terán famoso
con la misma vestidura
mándome la otra
montado en ligera espuma.
Tan iguales, tan ligeros
corren la arena que (…)
que aún del pensamiento mismo
la velocidad impugnan.

[En el margen: pareja 2ª inglés]
Don Jerónimo Zediel
valiente desde la cuna
gran capitan miliciano
va siguiendo la columna
con vestidura anglicana
y tanto el caballo bruma
que levantando la arena
queda la tierra desnuda.

[En el margen: cuatro versos tachados]
Don Carlos de Fominaya
A la inglesa vestido asusta
A cuantos miran atentos
De su valor la constancia
del bruto la travesura.

[En el margen: pareja 3ª (…)]
Don Manuel González paje
de su excelencia ya juzga
que le faltaba la tierra
y apenas la espada empuña
cuando empuña valeroso
de las cintas verdes una.

[En el margen: ¿alardes?]
[verso tachado]
Don Pedro saco irlandés
[verso tachado]
(…) apura
[verso tachado]
la (…) al estafermo
[verso tachado: por más que el pobre procura]
por el estafermo apura
[verso tachado: porque nada le (…)
(…)
(…) la fortuna.]

[En el margen: pareja 4ª (…)]
A don Miguel de Almaraz
Los rayos del sol deslumbran
Porque le vieron tan majo
Que águila veloz le juzgan.

Don Esteban Fominaya
que por majo en Chinchón zumban [sic]
algunos aciertos tuvo
[verso tachado: no pudo tener aciertos]
aunque a los majos repugnan.
[Cuatro versos siguientes tachados]
pero corrió tan veloz
que dando con la columna
del estafermo juzgamos
era del circo la tumba.

[En el margen: tachado Páez]

[En el margen: pareja 5ª majo]
[verso tachado]
Otro majo de Chinchón
don Nicolás de Contreras
de varios ardides usa
[Verso tachado: de cuantos ardides puede]
[Verso tachado: y en fin de caballo muda]
y por (…) en algo acierta
lo consiguió sin duda
[Verso tachado: mas todo lo puede (…)].

[Doce versos tachados]
El mayo don Juan García
del señorito criado
también de (…)ningún trabajo reusa
hizo todo cuanto pudo
por salirse con la (…)
mas no sale con la (…)
porque el caballo era tal (…)
pero el caballo
y de (…) figura
que tendría su
sin dos varas de la (…).
[En el margen izquierdo: cinco versos ilegibles]


[En el margen: pareja 6ª (…)]
Don Manuel Páez volante
de muy buena compostura
en todo sobresaliente
de su caballo apresura
y con la prisa apresó
una cabeza desnuda. Pero
[En el margen derecho]
pero (…)
que dando con la columna
del estafermo (…)
(…) del circo la tumba.

[En el margen: ¿pastor?]
Don Hilarión Salcedo
Que ha de coger cinta jura
Y como pobre pastor
En coger poco se apura
Jurando lo que no pudo
porque no cogió ninguna.


[En el margen pareja 7ª, pastor.
Aquel D. Francisco oliva
Ligero como una pluma
Como buen pastor de olivos [sic]
Hizo la función más ruda.
Y ligero más que todos
Por su delgada estructura
Sobre el caballo volaba
[verso tachado: algo enfermo]
aunque enfermo volateaba [sic]
pero necesita cura.

[En el margen: volante]
Don Joseph de Fominaya
Está metido en cintura
(…) como ruge el pueblo
por sobresalir (…)
volando lo consiguió
tomar con destreza suma
a la sortija dos cintas
y de las cabezas una
[verso tachado]

[En el margen: pareja 8ª [h]olandés]
[Verso tachado: Antonio López]
Don José Antonio de López
[Verso tachado: otro de (…)]
del señor criado (…)
con vestido de holandés
del (…) viene la cuna
[Verso tachado: aunque francés por la cuna]

[Tres versos tachados]
llevándolas sin disputa
[En el margen: [h] olandés]
vestido del mismo traje
y con distinta figura
le sigue Don Juan (…)
que en todo a todos sojuzga
y como alcalde de Aranda
desempeñarse procura
dando al estafermo vueltas
[Dos versos tachados]
con habilidad madura.

[En el margen: pareja 9ª, turco]
Síguese Don Pedro Yanguas
Vestido de media luna
criado mayor de casa
diestro en todo sin disputa.
Todo lo emprende arriesgado
no hay gestiones que no cumpla
y si en algo no hace esto
ll bruto tuvo la culpa.

[En el margen: turco]
Don Carlos Díaz, de Chinchón
con igual fiereza turca
el mansurca [sic] con el aire
al estafermo le (…)
llevándose las cabezas
por tres veces con la (…)
dando vueltas al rodelo [sic]
en que las cintas se juntan.

[En el margen: pareja 10ª, español]
Concluye Don Pedro Páez
que en ligera escaramuza
a la española vestido
Como buen soldado triunfa
bizarro como galán
sobre una águila andaluza
Que (…) su pareja
torpe sus alas acusa.

[En el margen: español]
Don Vicente Castañoso
con española soltura
noble castellano viejo
(que lo tienen por fortuna)
oficial ya reformado
el circo ligero (…)
blandiendo en nácar y plata
con sus reflejos deslumbra.
Y si a los dos los de Thesalia
vieran, lograrán sin duda
para creerlos centauros
acreditada disculpa.

Feneció la función ya con el día
desamparan el circo las parejas
cesa también el (…) de Talía
retíranse a las salas las bellezas
(…)de ver más tantas proezas.

[En el margen: refresco]
Y para apagar la sed y las fatigas
un refresco las sirven de bebidas
que en gustos diferentes
el paladar endulzan a las gentes.
Y en cuanto la comedia se prepara
Ya que el intervalo fue bastante
[En el margen: cena]
Generoso dispone Trastamara
una cena generosa y abundante.
Concluida la cena se juntaron
en la sala mayor donde formaron
el teatro lucido y suntuoso
para representar Villalobos el famoso
a tanto coliseos prevenidos
[En el margen: comedia]
Desvelos de Caliope ingeniosa
fueron en los afectos bien sentidos
de una comedia diversión untosa
en que el color [sic] a la verdad vestidos
[En el margen: entremés sainete]
empleos de tarea fabulosa
tanto disimularon lo aparente
que hicieron sospechoso lo evidente.

Mezclan entre jornadas entremeses,
sainetes, cantadas, tonadillas,
bailando todos por sus veces
(…), contradanzas, seguidillas.

Con esto se concluyó
lo que sucedió en Morata
y el poeta aquí remata
que como dice, lo vio.
Firma
(…)

Primero folio del documento original, conservado nen la Universidad de Ginebra,


Documentación y bibliografía:
    • https//doi.org/10.17811/cesxviii.28.2018.221-252

jueves, 24 de agosto de 2023

La elección de diputados a Cortes en el distrito de Chinchón 1846-1923 (y XV)

Raboso Castellanos falleció en febrero de 1923 semanas antes de las elecciones de abril

El último diputado del distrito, como único candidato, logró el acta sin necesidad de que se realizara la votación


El 29 de abril de 1923 se celebraron en España las últimas elecciones previas al golpe de estado del general Primo de Rivera. También serían las últimas en las que el distrito electoral de Chinchón elegía a un diputado en representación de la comarca. Luis Ballesteros, liberal y romanonista, sustituyó a Juan de Dios Raboso Castellanos, el diputado también liberal que había representado al distrito durante cuatro legislaturas y que había fallecido unas semanas antes de celebrarse la jornada electoral.


Los últimos meses de Juan de Dios Raboso como diputado en el Congreso en representación del distrito de Chinchón no estuvieron exentos de la polémica y las acusaciones de caciquismo que rodearon al político liberal durante toda su trayectoria. Unos meses después de tomar posesión por última vez de su acta como diputado en el Congreso -la sexta si tenemos en cuenta las dos ocasiones en que fue elegido por el distrito de Priego (Córdoba)-, Raboso Castellanos unía a su muchos cargos políticos la condición de consejero en la poderosa sociedad Tabacalera. Junto con su antiguo mentor en el Partido Liberal, Niceto Alcalá Zamora, Raboso se beneficiaba de sus influencias políticas para acceder a un puesto muy apetecible. El Madrileño, el semanario que tanto había cuestionado las prácticas del diputado por el distrito de Chinchón no perdía la ocasión para cuestionar esta utilización de la política -la puertas giratorias de comienzos del siglo XX- como trampolín personal:

Que sea enhorabuena. D. Niceto Alcalá Zamora y D. Juan de Dios Raboso, han sido nombrados Consejeros de la Tabacalera. Recuerden los lectores el discurso de D. Niceto en pro del nuevo contrato de arriendo del monopolio.

¿Qué servicios íntimos habrá prestado el gran Raboso a la Tabacalera que tan espléndida remuneración le da? (…). (El Madrileño, 30 de junio de 1921).

Más prácticas caciquiles de Raboso Castellanos

Esta crítica por la utilización del cargo público para medrar en el ámbito privado no fue la única que recibió Juan de Dios Raboso por parte del semanario El Madrileño. La sospecha de prácticas caciquiles que siempre habían acompañado a la figura del político liberal siguieron presente en su última legislatura como representante del distrito. Unos meses después de renovar su acta como diputado, El Madrileño denunciaba un oscuro suceso ocurrido en Morata los días previos a las elecciones del 19 de diciembre de 1920. Según el semanario, Raboso hizo uso de sus influencias para impedir la llegada y distribución del periódico antes de las elecciones. Como consecuencia, el empleado de Correos fue despedido:

En las pasadas elecciones generales se remitió a D. Ventura Fominaya un paquete certificado con ejemplares de EL MADRILEÑO. La Administración de Correos entregó días después de haberse verificado la elección el paquete.

Con este motivo se elevó la correspondiente queja por el periódico al señor Director general de Correos, incoándose el oportuno expediente, que dio por resultado el traslado del Oficial de Correos, a pesar de la decidida protección del señor Raboso.

Se dice además en Morata que otro "pliego que contenía instrucciones reservadas para la elección tampoco llegó a su debido tiempo. Los caciques requirieron a Raboso, que ha tenido que interrumpir su veraneo, para que evitara el traslado del funcionario de Correos, sin poder conseguirlo. Es lamentable el perjuicio ocasionado al modesto empleado, pero es mucho más lamentable lo ocurrido. Hizo EL MADRILEÑO la debida y justa reclamación, que ha sido atendida, porque era de justicia y de razón, y cuando en este país la justicia se cumple debemos todos congratularnos, aunque haya perjuicios, lamentables siempre, como el traslado del empleado y el inútil viaje de Raboso, interrumpiendo a la vez un descansado veraneo, tan necesario para un parlamentario tan ilustre, que tanto fatiga con sus frecuentes elucubraciones a los taquígrafos del Congreso (…). (El Madrileño, 20 de agosto de 1921).

Unos meses después, con motivo de la celebración de las elecciones municipales, el afán de Raboso Castellanos por influir en la vida política del distrito volvió a manifestarse con toda su plenitud. Un caprichoso escrutinio y un resultado de empate en las elecciones de Morata puso de manifiesto cómo Raboso no dejaba pasar ocasión para demostrar su poder y ejercer sus influencias en favor de sus protegidos. Como casi siempre, El Madrileño, se hizo eco en sus páginas de un asunto que pasó desapercibido en otros periódicos de la época, pero no para el semanario que denunciaba cómo se había privado a un candidato obrero de su acta de concejal aduciendo la nulidad del sorteo que se había celebrado para deshacer el empate a votos entre los dos candidatos. En un artículo titulado Raboso, Aquilino Asensio y Villabrájima comen juntos, desentrañaba El Madrileño las maniobras para anular el sorteo:

Los simpáticos luchadores de Morata han sido vendidos porque el recurso interpuesto contra la nulidad del sorteo no debió haber prevalecido puesto que se hizo legalmente.

Ocurrido el empate entre un concejal patrono y otro obrero, forzoso era realizar el sorteo y poco importaba que el recipiente donde se depositaban las papeletas fuese un sombrero, una urna de cristal u otro cualquiera, si las operaciones se hicieron con formalidad.

La suerte favoreció al concejal obrero y los amigos de Raboso no podían consentir que en Morata triunfase nadie más que ellos y por eso recurrieron. Para que la Comisión provincial les diera la razón, el diputado a Cortes Sr. Raboso indicó al marqués de Villabrágima la conveniencia de que D. Aquilino Asensio se pusiese a sus órdenes y lo ha conseguido porque días pasadas nos aseguran que el marqués invitó a almorzar a los Sres. Asensio y Raboso (pagó D. Aquilino) y de sobremesa se convinieron en la venta de obreros morateños. (...). Ha sido acordada la nulidad del sorteo. (…). (El Madrileño, 11 de marzo de 1922).

Pero no solo en El Madrileño se criticaba el caciquismo de Raboso Castellanos. El Mentidero*, un semanario de carácter satírico, también se hacía eco del trabajo del político liberal en la comarca en torno a un asunto muy concreto como el de conceder la dignidad de ciudad a Colmenar de Oreja, precisamente en un artículo titulado así, Colmenar, ciudad:

Este último golpe definitivo para las agonías caciquiles del pobre Don Juan Rabioso [sic] amo y señor hasta esta legislatura, desde hace muchas, desgraciadamente del distrito de Chinchón, con perjuicio manifiesto para sus intereses generales (…).

Verán ustedes el puntillazo que le ha dado esa tontería de orador del foro que se llama Gerardito Doval, al pobre don Juan Víalibre [Raboso Castellanos] Doval, pico de oro representó en una ocasión, derrotando al actual cacique, al distrito de Chinchón. (...) Doval es hombre agradecido y que sabe cumplir su palabra, había prometido a la villa de Colmenar de Oreja gestionar, porque lo merece, la concesión del título de Ciudad y ya lo ha conseguido.

En tanto han transcurrido tres legislaturas y nos apostamos el Palacio del Escoria!, contra un quince de tinto, a que no hay nadie que diga que en tantos años el actual diputado ha hecho por su distrito nada absolutamente que no sea colocar en los mejores puestos a sus amigos, para que hagan y deshagan a su antojo.

(…) Para celebrar el justo acontecimiento, el próximo domingo va a Colmenar Gerardito a hacer entrega del título de Ciudad, y lo acompañarán el alcalde de Madrid, marqués de Villabrágima, don Miguel Maura, don Cecilio Hereza y otras muchas personalidades.

A una calle de Colmenar le será puesto el nombre de Gerardo Doval.

¡ Ah! está invitado el actual diputado señor Raboso, que como si lo viéramos, se pondrá enfermo, porque cuanto toquen a hablar ¡qué va a decir el buen señor! ¡Si no es capaz de seguir una conversación particular de cinco minutos!

Además que por decoro no debe presentarse ante sus electores de Colmenar.

Esto nos recuerda que el ex ministro señor Ruiz Jiménez consiguió también para Chinchón el título de muy noble y muy leal ciudad. El alcalde don Manuel Asensio, el mejor que ha tenido

Chinchón, y atestiguamos con el vecindario, de acuerdo unánime con el pueblo, ordenó la confección de un hermoso pergamino en que nombraban al señor Ruiz Jiménez hijo adoptivo.

En esto, por una de esas genialidades y gatuperios del señor Raboso, cesó en la Alcaldía el señor Asensio, y el alcalde actual tiene en un cajón de su mesa de la Alcaldía el pergamino, lleno de polvo y telarañas, y ahí dormirá hasta que Dios quiera.

(…) Pero no hay cuidado, porque don Juan el ferrocarrilero sólo se ocupa de sus asuntos particulares, aprovechando la influencia de su acta y de las de sus amigos políticos que le ayudan (…). (El Mentidero, 18 de marzo de 1922).

Suspensión de las cortes, fallecimiento de Raboso y elección de Luis Ballesteros

Mientras Juan de Dios Raboso Castellanos veía cómo se cuestionaba su acción política en varias localidades del distrito electoral de Chinchón, la situación política del país no hacía sino empeorar. Las consecuencias del desastre de Annual fue definitiva para acabar con el gobierno conservador de Manuel Allende Salazar y para que el líder de una de las facciones liberales, Manuel García Prieto, accediera el 5 de diciembre de 1922 a la presidencia del Consejo de Ministros.

Con las sesiones del Congreso suspendidas desde el 22 de diciembre, se convocaron nuevas elecciones para el día 29 de abril. La convocatoria electoral abría uno de esos periodos de negociaciones, de incertidumbres y de búsqueda y designación de candidatos en lo que tan a gusto se movía Juan de Dios Raboso. En esta ocasión, sin embargo, Raboso Castellanos no podría cumplir con las rutinas que tan bien conocía ya que, inesperadamente y sin mediar una enfermedad grave que pudiera anticipar el desenlace, el veterano diputado fallecía el 1 de febrero de 1923. Nunca se sabrá si, de no mediar la muerte, Raboso Castellanos hubiera optado a la reelección de su acta de diputado por el distrito de Chinchón o, si como parecía factible, hubiera delegado esta responsabilidad en su propio hijo Emilio, diputado provincial y llamado a sustituir a su padre en la representación del distrito en el Congreso de los Diputados. El Globo, el viejo diario de tendencia liberal fue el medio periodístico que más se extendió en glosar la figura de Raboso Castellanos -¿quizá por la circunstancia de que Raboso era accionista?-:

Estamos otra vez de luto. De nuevo ha visitado el dolor nuestra casa (…) un golpe, también rudo y terrible, viene a sumirnos en la amargura y la desgracia. D. Juan de Dios Raboso ha muerto.

Ayer tarde, momentos antes de retirarse el Sr. Raboso a su domicilio, nos complacíamos en conversar con él y escuchar de sus labios palabras alentadoras para nuestra empresa y proyectos y planes de mejora para EL GLOBO. ¡Qué cerca estaba la muerte y cuan alejada y desconocida para nuestros ojos y nuestro pensamiento!

(…) Era D. Juan de Dios un hombre de un valimiento extraordinario. A su esfuerzo, infatigable ímpetu de su voluntad, a su actividad pasmosa y su insuperable el amor al trabajo debía el haber llegado desde una modestia humilde hasta el puesto de consideración y respeto que ocupaba en el mundo político y financiero.

Concejal, diputado provincial, diputado a Cortes; fue todo cuanto quiso ser y repetidas veces rehusó cargos de importancia y relieve en la dirección de la Administración pública.

Recordando los primeros pasos de su vida sentía una gran devoción por las clases humildes, y celaba con cuidado paternal y entusiasmo sin límites por la prosperidad y mejoramiento del Centro Instructivo del Obrero, que con su muerte experimenta una pérdida irreparable.

El distrito de Chinchón, que representaba en Cortes, sufre también una gran pérdida con el fallecimiento de D. Juan de Dios; y el partido romanonista, al que pertenecía el ilustre finado, pierde un propagandista y un colaborador insustituible. (El Globo, 1 de febrero de 1923).

Tras la muerte del hombre que controlaba desde hacía muchos años el distrito electoral de Chinchón, el Partido Liberal designó a un joven abogado, Luis Ballesteros y Tejada, como sustituto del viejo político especialista en ganar elecciones para todas las facciones del liberalismo español.

El candidato Ballesteros formaba parte de la facción romanonista y estaba apadrinado por Alvaro de Figueroa y Alonso Martínez, ¡hijo del conde de Romanones! y alcalde de Madrid hasta 1922. Podían pasar los años, cambiar los candidatos, pero todo seguía igual en el distrito. Desde Madrid se designaban candidatos y en los pueblos, qué remedio, se aceptaban. Además, en esta ocasión ni siquiera fue necesario trabajarse a las fuerzas vivas de la comarca ní acudir a triquiñuelas electorales para ganar el acta de diputado. La sorprendente falta de candidatos de otras fuerzas políticas en el distrito permitió, en aplicación del artículo 29 de la Ley electoral vigente, la elección directa** de Luis Ballesteros, sin necesidad de que se abrieran los colegios electorales. El diario liberal El Sol,a pesar de que el artículo citado permitió la elección directa de 85 diputados liberales -y 60 conservadores- denunciaba la legislación que permitía esas prácticas y asociaba su aplicación al desprestigio de la política española agravado por lo que denominaba el cacicato imperante:

(...) La proclamación por el art. 29 suele ser el fruto de un acuerdo subrepticio, así como la consecuencia de un olvido absoluto de los deberes ciudadanos por parte de los electores; en muchas ocasiones podrá achacarse este olvido a cobardía, a falta de fe, a otras causas; mas es evidente que la cobardía, la falta de fe, la apatía electoral, en suma, han sido exquisitamente fomentadas desde el Poder con la persecución al elector indómito, con la anulación de las actas veraces, con la farsa de los procesos post-electorales, con la organización del cacicato, y, en fin, con el sumo desprestigio de toda institución política (…). (El Sol, 24 de abril de 1923).

Una vez consumada la proclamación de Luis Ballesteros, Camino Adelante, una publicación editada en Villarejo de Salvanés, daba la bienvenida al nuevo diputado por el distrito y fijaba las bases de lo que debería ser el trabajo del nuevo representante de los pueblos de la comarca:

Desde el día 22 del pasado Abril tiene nuevo representante en Cortes el distrito de Chinchón, El Sr. D. Luis Ballesteros, culto abogado de liberal abolengo, patrocinado por el señor Marqués de Villabrágima, ha sido proclamado Diputado por el artículo 29 de la vigente ley electoral.

Eran no pocos los aspirantes al distrito de Chinchón, algunos con ejecutoria más que sobrada para representamos en Cortes; pero el señor Marqués de Villabrágima ha estimado, por lo visto, que sólo Don Luis Ballesteros, ligado a él de antiguo por vínculos de amistad y parentesco podía adaptarse plenamente a las conveniencias y necesidades de la política liberal romanonista en el distrito que proyecta dirigir personalmente el hijo más visible del señor Conde de Romanones.

(…) Y aunque la perspicacia [sic] bien acreditada del señor marqués de Villabrágima no ha menester de mentores no estaría de más, acaso, manifestarle que el distrito, como el país entero, necesita cierta renovación.

Porque si el benemérito Sr. Raboso hizo cuanto pudo en defensa y ayuda de sus amigos, lo que es loable, mejor será que el nuevo diputado, y con él su ilustre padrino procuren a todo trance el fomento de los intereses colectivos, que constituye en definitiva la función propia de los representantes en Cortes.

Buenas comunicaciones, créditos para escuelas, granjas agrícolas, estaciones enológicas..., he ahí lo que Chinchón necesita (...) (Camino Adelante***, 1 de mayo de 1923).

Estas buenas intenciones que se manifestaban en el artículo de Camino Adelante quedarían frustradas cuando unos meses después, el 13 de septiembre de 1923, el general Primo de Rivera encabezaba el golpe de Estado que puso fin al turnismo entre liberales y conservadores, al parlamentarismo en la monarquía representada por Alfonso XIII y, como derivada, al fin de la comarca del partido judicial de Chinchón como distrito electoral. Habían pasado 77 años desde que en 1846 se eligiera al primer diputado en representación del distrito, Miguel López Acevedo. Ya en esa primera elección aparecieron las denuncias de un pucherazo electoral que provocó la sustitución de Acevedo por Baltasar Anduaga. No sería la ultima ocasión, como hemos visto a lo largo de estas semanas, que la sospecha de pucherazos y practicas irregulares ensuciaran la elección de los diputados del distrito de Chinchón. Paradójicamente, el ultimo político que ejerció este cargo de representante del distrito, ni siquiera tuvo que acudir a estos chanchullos y fue designado sin necesidad de que se realizaran elecciones. 

El golpe de estado de Primo de Rivera (1923) significó el final del distrito electoral de Chinchón
 


*El Mentidero fue un semanario satírico de ideología conservadora que alcanzó gran popularidad y difusión, con tiradas de hasta 200.000 ejemplares. Ligado políticamente a la figura del político conservador Antonio Maura, criticaba con especial dureza a los liberales, a cuyo líder, conde de Romanones definía como Don Álvaro del ventilador y la fresquera. Raboso apareció frecuentemente en sus páginas en las que, irónicamente, se le apuntaba como candidato a distintos ministerios e incluso a un sillón en la Real Academia Española, gracias a su relación con Alcalá Zamora y, en los últimos años de su carrera política, con el conde de Romanones. En una de sus publicaciones (9 de agosto de 1913), El Mentidero se burlaba de la escasa formación académica del diputado por el distrito de Chinchón: Raboso -afirmaba el semanario- ha logrado al fin hacerse bachiller en el instituto de Guadalajara [feudo del conde de Romanones]. Para celebrarlo hubo su miaja de refresco, completamente docente. Será innecesario decir que Raboso hizo unos exámenes de tiro rápido y aire comprimido.



** Articulo 29 de la Ley Electoral: En los distritos donde no resultaren proclamados candidatos en mayor número de los llamados a ser elegidos, la proclamación de candidatos equivale a su elección y les releva de la necesidad de someterse a ella.


** Camino Adelante, fue una publicación mensual editada en Villarejo de Salvanés de ideología conservadora a pesar de que en la cabecera se anunciaba como Revista mensual progresista, democrática e independiente. Comenzó a publicarse en marzo de 1923, a unas semanas de la celebración de las elecciones del 29 de abril. El último numero del que hay registro hemerográfico corresponde al mes de junio de 1924.


Fuentes y bibliografía:

  • Madrid en la sociedad del siglo XIX. Vo.l 1. Consejería de Educación. Edición a cargo de Luis E. Otero Carvajal y Ángel Bahamonde. Secretaria General Técnica. Servicio de Publicaciones. Madrid, 1986.

  • Congreso de los Diputados. Diario de sesiones. Serie Histórica. www.congreso.es.

  • Oratoria y periodismo en la España del siglo XIX. Seoane, María Cruz. Fundación Juan March-Editorial Castalia. Madrid, 1977.

  • El sistema electoral de la Constitución de 1845. Ull Pont, Eugenio. Revista de Derecho Político, nº 39. 1994., pp. 107-157. Departamento de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

  • O´Donnell. Perez Galdós Benito. Biblioteca digital abierta.Textos. Info. 2018.

  • La revolución de julio. Pérez Galdós, Benito. Biblioteca Virtual Universal. 2003.

  • Memorias de un hombre de acción: El sabor de la venganza. Baroja, Pío. Rafael Caro Baggio. Madrid, 1921.

  • Memorias de un ministro de Alfonso XIII (1877-1930. Alcalá Zamora, Niceto.La Esfera de los Libros. Madrid, 2013.

  • Hombres, lugares y cosas de La Mancha. Apuntes para un estudio médico-topográfico de la comarca. Fascículo 1. Mazuecos, Rafael. Fundación Mazuecos. Alcazar de San Juan. Junio 1951.

  • Estadística de las Cortes y de los Ministerios. Estadística del personal y vicisitudes de las Cortes y de los Ministerios de España. Imprenta y fundición de la viuda e hijos de J. A. García. Madrid, 1880.

  • Publicaciones y periódicos citados en el texto.