Antonio Gaspar Moscoso de Osorio (IX conde de Altamira, señor de Morata 1711-1725)
En el siglo XVIII, en 1711 y tras la muerte sin herederos directos de
Diego Mesía Felípez de Guzmán, III marqués de Leganés, la Casa de Altamira toma
posesión del señorío de Morata. Durante más de un siglo, esta rama de la
nobleza española, originaria de Galicia, ejerció los derechos jurídicos y
señoriales adquiridos por el I marqués de Leganés en 1632, habitó por
temporadas el palacio que construyó Diego Mesía y administró las numerosas
propiedades que habían adquirido sus antecesores en Morata. Estas propiedades
incluían una extensa hacienda en la vega y en el llano de Morata –que convertía
a esta casa en la mayor propietaria de la villa-, así como molinos de trigo y
aceite, posadas y, por supuesto, el derecho al nombramiento y posesión de
numerosos cargos en el gobierno del concejo (escribano, fiel medidos, alcalde
mayor, …).
El primer miembro de la Casa de Altamira que administró el señorío de
Morata fue Antonio Gaspar Moscoso de Osorio, IX conde de Altamira, un condado
creado por Enrique IV en 1455 y que fue iniciado por Lope Sancho de Ulloa y
Moscoso. Antonio Gaspar nació en 1689 y era hijo de Luis de Moscoso Osorio
Mendoza y Rojas y de Mariana de Benavides Ponce de León. Su acceso al
marquesado de Leganés le llegó por vía materna ya que era nieto de Inés Mesía
Dávila, hija a su vez del I marqués de Leganés, Diego Mesía Felípez de Guzmán.
La unión del marquesado de Leganés al condado de Altamira fue una
agregación más de los numerosos linajes asociados a la Casa de Altamira desde
su creación. De hecho, Antonio Gaspar de Moscoso y Osorio, a la titularidad del
condado de Altamira sumaba el marquesado de Almazán, el condado de Monteagudo,
el condado de Lodosa, el marquesado de Poza, el ducado de San Lúcar La Mayor y
el condado de Arzarcollar, además del marquesado de Leganés y de Morata de La
Vega que adquirió tras la muerte de su tío abuelo. Esta acumulación de títulos
y grandezas de España, sería una constante en la Casa de Altamira y se basaba
en una política matrimonial que no
hacía sino sumar títulos nobiliarios a la familia con el correspondiente
incremento patrimonial, aunque a veces, como veremos, estos derechos sucesorios
también incluían cargas económicas que, a la larga, provocaron la crisis y la
decadencia de los titulares del señorío de Morata.
Toma de posesión del señorío de
Morata
La muerte del último marqués de Leganés en París, exiliado tras su
toma de partido por el bando austracista en la guerra de Sucesión, no sentó
nada bien a las finanzas del marquesado de Leganés. De hecho, tras su muerte,
Antonio Gaspar de Moscoso y Osorio heredó sus bienes en Morata y en los
restantes señoríos propiedad de Diego Mesia Felípez de Guzmán, pero también sus
deudas. En un documento conservado
en el Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza, BAENA, C. 222, D75-82, se
reflejan algunas de estas deudas a las que hubo de hacer frente Antonio de
Gaspar y Moscoso, tal como se describen en la transcripción del documento:
Don Martín Solano, contador de
la Casa y Estados del Excelentísimo Señor Marques de Leganés, Duque de San
Lúcar La Mayor, mi señor, certifico que por los libros y papeles de dicha
contaduría que están a mi cargo, consta estar debiendo a los acreedores
censualistas que se expresan en esta certificación las cantidades que se dirán
de los réditos hasta el día fin de febrero pasado de este año [1711] en que
falleció su excelencia, como también a diferentes personas y otras cosas en la
forma siguiente:
Primeramente se están debiendo
a D. Francisco Suárez de Rivera mil seiscientos y ochenta y dos reales de
vellón hasta fin de febrero de este año y son por los réditos de un censo de
cuatro mil ducados de principal que tiene contra los estados de su excelencia
que Dios haya.
Más se están debiendo a los
herederos de don Manuel de Arce de los réditos de un censo que tiene contra la
Casa y Estados de S. E. de cuatro mil ducados de principal, dos mil novecientos
y sesenta y tres reales hasta fin de febrero de este año de 1711.
Más se está debiendo a las
Monjas Agustinas Recoletas de la Villa de Colmenar trece mil reales hasta fin
de febrero de este año y es por los réditos de un censo de quince mil ducados
de principal que tienen contra los estados de S. E.
Más del censo de las memorias
que fundó mi señora, la marquesa, de cincuenta mil ducados de principal contra
la casa y estados de S.E. se están debiendo de réditos noventa y siete mil y
ochocientos reales hasta fin de febrero de este año.
A mi señora la duquesa de
Medinasidonia como poseedora de la Casa de Medina de las Torres que tiene tres
censos contra el Estado de San Lúcar y Mairena de sesenta y seis mil ducados de
principal, cuyos réditos importan en cada un año veinte y un mil setecientos y
ochenta reales se está debiendo hasta fin de febrero de este año ciento y
treinta y nueve mil ciento y veinte y tres reales de vellón.
De otro censo que los herederos
de D. Juan de Morales tienen contra el estado de Leganés de cinco mil ducados
de principal y de réditos en cada un año mil seiscientos y cincuenta reales, de
los cuales se está debiendo hasta fin de febrero de este año cuatrocientos y
sesenta reales.
A don Cebrián de la Cuadra de
un legado que el Marqués mi señor abuelo le dejó por los días de su vida se le
están debiendo hasta fin de febrero de este año a razón de mil reales cada uno,
cinco mil ochocientos veinte y siete reales de vellón.
Más a don …? de la Vega por
otro legado que el marqués padre de su excelencia le dejó por los días de su vida se están debiendo catorce
mil reales hasta fin de febrero de este año.
Al excelentísimo señor Duque
del Infantado se están debiendo seiscientos doblones de a dos escudos de oro
que dicho señor prestó a su Excelencia que harán treinta y nueve mil
seiscientos reales.
A don Antonio de Arriola se le
están debiendo mil y ochenta doblones que prestó a su excelencia estando en
Francia y constará de recibo.
A don Juan Ruiz de Castañeda,
visitador general del partido de Alcalá, se le están debiendo siete mil y
quinientos reales de partida conocida, aunque se cree es menor cantidad, lo
cual es dinero que prestó a Su Excelencia cuando pasó a Francia.
Más tres mil quinientos y
setenta y cinco reales que se están debiendo de raciones y pan a la familia que
está en Madrid hasta fin de febrero de este año.
Más de diferentes salarios que
se están debiendo en Morata mil y quinientos reales.
(…) Por manera que importa todo
lo que se está debiendo hasta fin de febrero cuatrocientos y 21 mil doscientos
y sesenta reales de vellón con advertencia que además de esta partida se tiene
por cierto que el marqués mi señor, que Dios haya, quedó debiendo diferentes
cantidades a Don Juan de Mendinueta y a otras personas en París como también
otras deudas de corta entidad en Madrid que justificadas unas y otras que sean
se pondrán en esta certificación. Madrid, 24 de marzo de mil setecientos once.
Martín Solano
Documento del Archivo Histórico Nacional que refleja las deudas acumuladas
a la muerte del III marqués de Leganés
De este documento, aparte de la deuda de los intereses de préstamos y
otras partidas, que asciende 421.260 reales de vellón, se deduce que el III
marqués de Leganés dejó a su muerte una deuda en créditos que ascendía a 78.000
ducados más 600 doblones de oro. Estos créditos se impusieron, como consta en
el documento, sobre los bienes propiedad del marqués, entre ellos los de el
estado de Leganés, el que se incluían las propiedades en Morata. Además, el
documento incluye también la cantidad de 1.500 reales que se adeudaban en Morata, es de suponer que a los
guardeses del palacio, puesto que en todos los documentos relacionados con el
marquesado de Leganés consta que del cuidado del palacio siempre se ocupaba una
familia a la que, en determinadas épocas, se unía un jardinero e incluso un
hortelano. En la relación de deudas aparece también Juan Ruiz de Castañeda,
miembro de esta familia radicada en Morata y que ejercía como visitador
[administrador] de las propiedades del señorío en el partido de Alcalá.
Antonio Gaspar Moscoso de Osorio hubo de asumir estas deudas para
tomar posesión del Señorío de Morata.
Cuando accedió al señorío ya estaba casado con Ana Nicolassa de Guzmán y
Córdoba que aportó al ya numeroso listado de títulos nobiliarios los
marquesados de Astorga, Velada, San Román, Villamanrique y Ayamonte, y los
condados de Trastámara, Saltes, Santa María de Ortigueira y Nieva. Como muchos de sus antepasados
y sucesores, Antonio Gaspar mantuvo una estrecha relación con la Corona y
ejerció varios cargos en la corte. Con Luis I fue sumiller de corps y también
con Felipe V hasta el año de su muerte en 1725. Este cargo de sumillers de corps
facilitaba a sus poseedores la cercanía al monarca y a sus favores. Su acceso a
este puesto fue propiciado por la influencia de su madre, Ángela de
Aragón, en la corte donde ejerció
como camarera mayor de la reina.
Aparte de esta proximidad al rey, Antonio Gaspar, considerado en su
época uno de los vecinos más ricos
de Madrid, también ocupó el cargo de alcaide del Buen Retiro, responsabilidad
que en años anteriores habían ejercido los titulares de la Casa de Leganés, y
también el mismo puesto en Rivasvaciamadrid donde la familia poseía propiedades
procedentes del legado del conde duque de Olivares.
Ventura Osorio de Moscoso y
Guzmán Dávila (X conde de Altamira, señor de Morata 1725-1734)
El matrimonio de su padre, el IX conde de Altamira, con la marquesa de
Astorga aportó a Ventura Osorio de Moscoso y Guzmán Dávila y Aragón, nacido en
Madrid en 1707, como su heredero, nuevos títulos nobiliarios. Debido a su
temprana muerte, en 1734, pocos rastros biográficos han quedado de quien como
hijo primogénito de su padre también ostento el título de IV marqués de Morata
de la Vega, destinado según el deseo del I marqués de Leganés al obtener esta
merced del rey Felipe IV, a los herederos de este marquesado. Como poseedor del
señorío, Ventura Osorio de Moscoso tenía la potestad de nombrar al alcalde
mayor de Morata, cargo que en esa época ocupó Baltasar Barea.
Ventura contrajo matrimonio con Buenaventura Francisca Fernández de
Córdoba Folch quien aportó a la casa de Altamira nuevos títulos entre los que
destacaba el ducado de Baena título que con los restantes existentes en la
familia, pasarían a su heredero el XI conde Altamira.
Bibliografia: Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño., Jesús
Antonio-Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
Morata de Tajuña, según el Catastro
de Ensenada-Miranzo Sánchez-Bravo, Agustín-Bubok, 2011.
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