Vicente Pío Osorio de Moscoso y Ponce de León (XIV conde de Altamira)
Vicente Pío nació en Madrid el 22 de julio de 1801. A los veinte años
se casó con María Luisa de Carvajal Vargas y Queralt. De este matrimonio
nacieron un hijo y tres hijas. Por razones históricas, fue el último titular de
los mayorazgos y señoríos heredados de su familia, entre ellos el de Morata, y
también, por estas mismas razones, tuvo que afrontar la decadencia económica de
la Casa de Altamira, que ya se había iniciado en vida de su padre, lo que le
obligó a vender la mayoría de sus propiedades, entre ellas, prácticamente todo
el patrimonio de la Casa de Altamira en Morata, si exceptuamos el palacio de la
familia, que fue enajenado 25 años después de la muerte de Vicente Pío en 1864,
y algunas otras propiedades rústicas que fueron subastadas junto con el propio
palacio.
En la biografía de Vicente Pío resulta especialmente llamativa la
relación de títulos de nobleza y cargos honoríficos que acumulaba sobre su
persona. En una carpeta del Archivo Histórico Nacional Sección Nobleza-BAENA,
C.203, se conservan los originales y las pruebas de imprenta de un impreso en
el que aparecen reflejados todos estos títulos y cargos:
En total 109 títulos nobiliarios, por encima de otras ramas de la
nobleza como la Casa de Alba, tenían como titular a Vicente Pío Osorio de
Moscoso. El XIV conde de Altamira, como sucedió con todos sus antepasados, tuvo
una vida plenamente ligada a la corte, primero con Fernando VII y, en su
madurez, con Isabel II. De hecho, la cercanía a la Casa Real de Vicente Pío
propició que su hijo y heredero, José María, se casara con una infanta de
España, Luisa Teresa de Borbón, nieta de Carlos IV y prima hermana de la reina
Isabel II. Otra de sus hijas, Rosalía, se casó con José María Ruíz de Arana,
personaje que en la corte catalogaban como uno de los numerosos amantes de la
propia reina Isabel II.
Ralación de títulos nobiliarios de Vicente Pío Osorio de Moscoso
A la edad de 12 años ya ingresó en el cuerpo de pajes, paso previo a
otros nombramientos reales: gentilhombre de Cámara, Alférez mayor de Castilla y
adelantado mayor del reino de Granada. Isabel II también le nombró caballerizo
mayor y sumiller de corps, en 1854, cargo que desempeñó hasta su muerte. Ocupó
también cargos políticos como el de senador por designación por la provincia de
Lugo, 1834-1842; de León desde 1843 hasta 1845, y senador vitalicio desde 1845
hasta el año de su muerte en 1864. Además, ocupó la vicepresidencia del senado
entre los años 1849 y 1850.
Fue un hombre de inquietudes culturales y artísticas. Heredó la pasión
de alguno de sus antepasados por la pintura aunque no pudo evitar que la
fabulosa pinacoteca de la Casa de Altamira, conservada en los palacios de
Madrid y de Morata, fuera poco a poco enajenada, aunque bien es cierto que este
proceso se inició en vida de su padre, como hemos visto en la reseña biográfica
de Vicente Isabel Osorio de Moscoso.
Como responsable de la familia, Vicente Pío se vio obligado a seguir
con el proceso de venta de bienes libres para atender las necesidades
económicas de la familia. A pesar de que sus ingresos eran extremadamente
altos, -en 1833, declaró en el Senado unas rentas anuales de 426.760 reales-,
lo cierto es que los gastos de la Casa de Altamira y los intereses de los créditos arrastrados desde
muchos años atrás lastraban las finanzas del XIV conde de Altamira. La delicada
situación económica obligó a Vicente Pío en 1837, poco después de asumir la
jefatura de la Casa de Altamira, a la venta de una parte del palacio familiar
de la calle Flor Alta de Madrid. Este palacio, que tras muchas ampliaciones,
reformas y mejoras, llegó a ser uno de los más lujosos y elegantes de Madrid,
ocupaba la parcela donde, en el lejano siglo XVII, su antepasado el marqués de
Leganés, construyó su casa solariega coincidiendo con los años de su ascenso
económico y social en la corte de Madrid.
El IX conde Altamira y sus
posesiones en Morata
Como ya vimos en la reseña biográfica de su padre, el patrimonio de la
Casa de Altamira en Morata se vio sensiblemente mermado a partir de 1820. En
este año, Vicente Isabel Osorio de Moscoso ya se había visto obligado a vender
y subastar prácticamente todas sus propiedades rústicas en la vega de Morata,
el molino y la huerta –que pasaron a denominarse de Angulo, su comprador- y
varias pinturas del palacio familiar. Sin embargo, todavía pertenecían a la
familia numerosas propiedades en Morata, especialmente el palacio, el batán, la
casa picadero, las denominadas Cocheras,
situadas en la plaza de D. Santiago, la posada de la plaza, un molino aceitero
y El Bosque que aún proporcionaban al conde Altamira algunos ingresos en la
villa de Morata.
Para administrar estos bienes, la Casa de Altamira contaba con un
administrador encargado de hacerse cargo de los ingresos que anualmente
producían los bienes que todavía conservaban en Morata. En el año 1853, desde
la administración central del conde de Altamira en Madrid se apremiaba al
administrador de Morata a que remitiera las cuentas de los ingresos y gastos
del conde en la villa:
A Morata, 18 de noviembre de
1853
En la contaduría de la casa se
está liquidando un quinquenio y deseando saber cual es el producto de la
Administración de Morata, resulta que faltan las cuentas de 1851 y 1852 porque
no las ha rendido. [En]La disposición general está mandado que en fin de
febrero lo más tarde se entreguen en las oficinas de la Casa las cuentas del
año anterior porque las anteriores son nulas y aún perjudiciales, si no se
cumplen. Por esta razón tiene resuelto la dirección no tolerar a nadie tales
faltas, en que procurará usted no volver a incurrir y por de próximo remitirá
inmediatamente las cuentas de los mencionados años.
Archivo Histórico Nacional-Sección Nobleza-BAENA-C.205, D.28-306
Esta comunicación al administrador de Morata confirma que, aunque
mermados, la Casa de Altamira aún conservaba algunos derechos económicos en
Morata mientras que los derechos señoriales hacía ya tiempo que se habían
abolido con la nueva legislación de carácter liberal y, por ejemplo, el conde
de Altamira ya no podía hacer uso de su privilegio de nombrar al alcalde mayor,
cargo extinguido y que ya en 1827 dejó de existir en Morata.
En años anteriores a esta comunicación al administrador, Vicente Pío Osorio
de Moscoso recibía algunas rentas desde Morata procedentes, entre otros
conceptos, del alquiler de algunas de sus propiedades y de la explotación de los
recursos las fincas que aún conservaba en la villa:
Diario de Avisos de Madrid, 7
de diciembre de 1846
AL PÚBLICO.- Se venden en
pública subasta las leñas del bosque titulado de Perales, propio del Excmo.
Conde de Altamira que lleva en arrendamiento el Excmo. Señor conde de Sástago,
cuyo remate verificará el apoderado de este último Sr. Excmo. En la casa que
habita en esta villa de Morata, y plazuela llamada de Espinardo, el día 8 del
corriente, de once a doce de la mañana, bajo las condiciones que se
manifestarán a los licitadores en el acto del remate, advirtiéndose que no será
admitida postura que no cubra la cantidad de 7.000 reales. Morata, 1º de diciembre
de 1846. José González.
Diario de Avisos de Madrid, 24
de enero de 1852
Se arrienda la caza del bosque
que posee el Excmo. Señor conde de Altamira, en término de la villa de Morata,
bajo las condiciones que estarán de manifiesto en la contaduría de la casa de
S. E., y en la administración de dicho señor en la expresada villa, hasta el
día 31 del corriente, en que se adjudicará al sujeto que mejor proposición
hubiese hecho, advirtiéndose que el mencionado bosque está a poco más de un
cuarto de legua de la carretera de Las Cabrillas, entre Arganda y Perales, por
la cual pasan diariamente las diligencias de Valencia y Tarancón, habiendo
también otra establecida en Arganda que conduce pasajeros de esta corte los
lunes y sábados.
En el mismo día se procederá a
la venta o arriendo de la roza de las leñas que existen en el citado bosque,
con arreglo al pliego de condiciones que estará de manifiesto en la expresada
contaduría de S. E. en esta corte y en su administración de Morata.
Diario Oficial de Avisos de Madrid, 18 de enero de 1852
Se arrienda la casa del boque,
que posee el Excmo. Señor conde Altamira, en término de la villa de Morata,
bajo las condiciones que estarán de manifiesto en la contaduría de la casa de
S. E., y en la administración de dicho señor, en la expresada villa, hasta el
31 del corriente, en que se adjudicará al sujeto que mejor proposición hubiese
hecho; advirtiéndose que el mencionado bosque está a poco más de un cuarto de
legua de la carretera de Las Cabrillas, entre Arganda y Perales, por la cual
pasan diariamente las diligencias de Valencia y Tarancón; habiendo también otra
establecida en Arganda, que conduce pasajeros de esta corte los lunes y
sábados.
En el mismo día se procederá a
venta o arriendo de la roza de las leñas que existen en el citado bosque, con
arreglo al pliego de condiciones que estará de manifiesto en la expresada
contaduría de S. E. en esta corte y su administración de Morata.
Diario Oficial de Avisos de
Madrid, 2 de junio de 1856
Se arrienda en pública subasta
y por dos meses, la caza del bosque de Morata de Tajuña, perteneciente al
Excmo. Sr. Conde de Altamira, cuyo doble remate se ha de celebrar el día 15 del
corriente, a las diez de la mañana, en la administración de aquella villa y en
la contaduría de dicho Excmo. Sr. Conde de Altamira, hallándose de manifiesto
en ambas dependencias el pliego de condiciones, bajo las cuales ha de tener
efecto este remate.
Diario Oficial de Avisos de Madrid, 12 de junio de 1856
ARRIENDO DE ESPARTO
Se arrienda en pública subasta
y por el tiempo preciso para su recolección el esparto del bosque de Morata de
Tajuña, perteneciente al Excmo. Sr. conde de Altamira, cuyo doble remate se ha
de celebrar el día 22 del corriente en la casa administración de aquella villa,
y en la contaduría de dicho Excmo. Señor conde de Altamira, hallándose de
manifiesto en ambas dependencias el pliego de condiciones bajo las cuales ha de
tener efecto este remate.
Arriendo del esparto de El Bosque de Morata en el Diario Oficial de Avisos de Madrid
Aparte de la explotación y arriendo del esparto, la caza y la leña de
El Bosque de Morata, -y de otro localizado en la vecina villa de Perales de
Tajuña-, que aún permanecía en el patrimonio del conde de Altamira en Morata,
Vicente Pío Osorio de Moscoso también obtenía ingresos del alquiler de algunas
de sus fincas urbanas en Morata. En 1852 se anunciaba el arriendo de la casa de
El Bosque, y en 1862 un documento del Archivo Histórico Nacional también
confirma el alquiler de otras propiedades de la Casa de Altamira en Morata:
Agosto de 1862-Registro de
entrada de documentos
Leganés. El 4 de agosto obligación
privada para el arrendamiento de la casa titulada de Las Cocheras por el año
que venció en julio de 1862.
También aparece un registro de 4 de agosto sobre: … el arredramiento de la habitación exterior en el piso principal del
palacio de Morata por el año vencido en julio de 1862.
Archivo Histórico Nacional-Sección Nobleza-BAENA, C204, D.122
Estos ingresos procedentes de alquileres también generaban gastos a la
administración de la Casa de Altamira en forma de contribuciones. En 1855 la
administración de Morata comunicaba un pago de 2.196 reales en concepto de
contribución especial sobre bienes urbanos. Unos años después, a partir de
1862, el conde volvió a recurrir a las ventas de su patrimonio en Morata para
hacer frente a las deudas de la Casa:
11 de septiembre de 1862-Copia
simple de la escritura de venta de la casa del Jardinero en Morata.
28 de noviembre de 1862. Copia
simple de la escritura de compromiso para la venta del molino aceitero de
Morata.
Archivo Histórico Nacional-Sección nobleza, BAENA, C.204, D.112
La primera de estas ventas, la denominada Casa del Jardinero, es el primer paso de lo que años después sería
la parcelación y, en definitiva, desaparición como tal del Palacio de Morata,
mientras que la venta del molino aceitero significa la pérdida para la Casa de
Altamira de otro de sus edificios urbanos, en este caso la almazara localizada
al norte de la población. En estos años, también el antiguo batán dejó de
pertenecer al patrimonio de la Casa de Altamira cuando la empresa Velasco, Romillo y Cia inició un
proyecto de fabricación de papel continuo en sus instalaciones. Hasta entonces el
batán había sido arrendado por Vicente Pío Osorio de Moscoso a otros
empresarios que desarrollaron distintos proyectos industriales en sus instalaciones.
Con estas ventas la Casa de Altamira veía disminuir su patrimonio en
Morata, un patrimonio que, definitivamente, cambiaria de propietarios tras la
muerte de Vicente Pío Osorio de Moscoso en 1864. A partir de esta fecha, sus
herederos liquidaron sus últimas propiedades en la villa en un proceso
condicionado por las deudas familiares y que pondrían fin a la presencia de la
Casa de Altamira en Morata con la subasta, en 1889, del palacio de la plaza de
la iglesia, el máximo símbolo del señorío iniciado por el marqués de Leganés en
el primer tercio del siglo XVII.
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