miércoles, 12 de octubre de 2016

Las calles de Morata y su denominación en el callejero (V)


Avenida de la Constitución (Camino Real a San Martín, calle del Rosario, calle que va de Nuestra Señora del Rosario a la Plaza, plazuela de Don Gregorio, calle de la Carnicería, avenida de José Antonio)

Históricamente en esta calle se localizaron mesones, colegios, el juzgado, la casa de labranza de los dominicos y la ermita del Rosario

La vía urbana que actualmente conocemos como avenida de la Constitución -denominación con que se la conoce desde el año 1996- ha tenido a lo largo de la historia numerosos nombres, incluso en determinados periodos su trazado actual, desde la plaza Mayor hasta la salida del municipio, tenía denominaciones diferentes según los distintos tramos de la calle. Por su carácter céntrico en el entramado urbano de Morata, en esta vía, que desde siempre fue la salida natural de Morata hacia Madrid y San Martín de la Vega, se localizaron diversos servicios públicos (Colegios, carnicerías públicas, local para los serenos y el control de abastos municipales, toriles de la plaza de toros provisional, los juzgados, una ermita…).

Las primeras referencias históricas de esta avenida las encontramos en el Catastro de Ensenada. Por esa época, mediados del siglo XVIII, los registros catastrales recogen varios apuntes con referencia a esta calle de la villa aunque, según veamos los distintos documentos que conforman el catastro de Morata, sus redactores asignan a esta calle denominaciones diferentes.
Así, en el tramo que va desde la plaza Mayor hasta el edificio Mac Crohon –donde en esos años se localizaba la casa de labranza de los frailes dominicos-, la calle se denominaba, indistintamente camino Real a San Martín o calle que va de la Real de Arganda a la Fuente. Esta última denominación, que hace referencia a la actual calle Real (obviando que la calle partía y parte realmente de la plaza Mayor), tal vez nos está indicando que en esos años, en torno a 1751, ya existía la fuente y abrevadero que hasta los años setenta del siglo pasado se localizaba junto al edificio Mac Crohon. Este tramo concreto, también se conoció en distintos momentos históricos como calle de la Carnicería, en referencia a que allí se situó el local del concejo destinado al abasto de la carne.
La zona situada justo enfrente del edificio Mac Crohon, se identificó hasta los años de la guerra civil como plazuela de Don Gregorio, denominación para la que no hemos encontrado documentación en la que se base este nombre. Por último, la denominación del tramo que va desde el cruce con las actuales calles del Espejo y Manuel Mac Crohon hasta la salida de Morata siempre estuvo relacionado con la existencia de una ermita dedicada a la virgen del Rosario, de ahí la identificación de esta parte de la calle con esta advocación mariana (En el siglo XVIII aparecía en el catastro con el nombre de calle que va de Nuestra Señora del Rosario a la plaza y posteriormente el nombre se simplificó como calle Rosario, denominación que actualmente recibe una de las calles perpendiculares que desembocan en la avenida de la Constitución).

 En el centro de la imagen, la avenida de la Constitucion en el año 1961
Edificios y servicios públicos
Los edificios situados en el comienzo del trazado de la actual avenida de la Constitución siempre han estado bajo el control del ayuntamiento, cuya fachada norte configura el inicio de la calle. Este lateral del ayuntamiento con fachada al camino Real que va San Martín, según el Catastro de Ensenada, tenía una longitud de 14 varas, unos 12 metros. Justo enfrente de esta fachada del edificio del consistorio, se localizaron hasta los años setenta del pasado siglo -momento en el que fueron enajenadas y salieron del patrimonio municipal-  distintas edificaciones de propiedad pública que a lo largo de la historia se utilizaron para servicios municipales (Hospital de pobres, carnicería pública, cuarto de los serenos y de medida de los abastos públicos e, incluso, toriles de la plaza de toros portátil).
Hospital de Pobres. Este edificio, que originariamente fue el hospital de Pobres o de Vallejo*, que ocupaba hasta los años setenta del pasado siglo el espacio de los antiguos toriles, la taberna La Taurina, una peluquería y una vivienda –también albergó durante algunos años el cuartel de la guardia civil-, y que fue uno de los rincones más emblemáticos de la plaza Mayor hasta su demolición, cumplió la labor de asistir a los pobres pasajeros hasta que la desamortización de Mendizábal en el primer tercio del siglo XIX forzó el cambio de titularidad.
Hasta la desamortización, estas instituciones de beneficencia se adscribían a la iglesia –de hecho su patrimonio aparecía en el catastro como bienes eclesiásticos-. A partir de entonces pasó a patrimonio municipal, tal vez debido a que el ayuntamiento adquirió su propiedad al no existir postores particulares que acudieran a las subastas con las que se enajenaron los bienes de propiedad eclesiástica.
La primera referencia documental a este edificio aparece en las relaciones topográficas que ordenó elaborar Felipe II -1580- en todas las villas y ciudades del reino. En la correspondiente a Morata, en la respuesta al capítulo treinta y nueve, los redactores indican que:
En la dicha villa hay un hospital, adonde con mucha caridad se reciben los pobres viandantes, así los sanos como los enfermos, curándoles y dándoles lo necesario.
Pese a denominación como hospital, estas instituciones de origen medieval no pasaban de ser un lugar en el que encontraban refugio y una modesta ración de comida los pobres viandantes –pasajeros- que llegaban a Morata y a otras villas luchando contra su pobreza.
Para poder realizar esta labor asistencial, el hospital de pobres o de Vallejo disponía de un magro patrimonio de fincas rústicas, recogido en el catastro, con cuyas rentas se financiaban los gastos de la institución:
Tierras propias del Hospital que llaman el Antiguo de la Plaza para los pobres pasajeros
Tierras de riego de buena calidad
5 fanegas en los parajes de El Coso, El Burrueco y La Callejuela.
Tierras de secano de mediana calidad
1 ½ en Las Cabrizas.
Las tierras las tiene arrendadas Francisco de Corpa que paga anualmente 156 reales.
Censos a favor
Francisco de Recas y Pedro Niñolero, 6 reales y12 maravedíes.
Manuela de Cuevas, vecina de Carabaña, 6 reales y 12 maravedíes.
Herederos de Joseph Ruiz Bravo 6 reales y 6 maravedíes.
Jacinto Ortiz, 6 reales y 6 maravedíes.
Joseph Hurtado, 6 reales y 6 maravedíes.
Theresa Lebrero,  4 ½ reales.
Antonio de Corpa, 18 reales.
Marqués de Espinardo, 17 reales y 22 maravedíes.
Antonio de Corpa, 11 reales
Francisco de Peces ,24 reales y medio.
Francisco Perogordo, 26 reales y medio.
Antonio Benavides, 10 reales y 10 maravedíes.
Herederos de Robustiano El Rubio, 6 reales y 6 maravedíes.
Cargas en contra
Tiene de pensión esta hacienda cada año 96 reales de derechos de patrono, mayordomo y hospitalero.
Si a los poco más de trescientos reales de ingresos anuales se le restan los gastos del hospitalero, nos podemos hacer una idea de los escasos recursos de los que disponían estas instituciones que trataban de solventar la miseria que asolaba a muchos españoles.
Rodeada por el edificio de lo que fuera históricamente el hospital de pasajeros también existió una dependencia de propiedad municipal cuya propiedad se recoge en el Catastro de Ensenada:
Habitación del Ayuntamiento (...). Y que también tiene como propio esta villa las casas de Ayuntamiento, Matadero y Carnicería, lo que no le produce utilidad alguna por ser para sus respectivos ministerios. Y así como tres ducados que valdrá en alquiler una [habitación] que tiene inmediata al Hospital.
Este registro del catastro, corresponde a una pequeña dependencia, de 11,28 m2 de superficie y de una sola planta, que hasta su venta en los años setenta del pasado siglo, fue propiedad municipal y utilizada como cuarto de los serenos y, en otros periodos históricos, como carnicería del Concejo (de ahí la denominación que en determinados años recibió este tramo como calle de la Carnicería).
Mesón. En la época en que se elaboró el Catastro de Ensenada, en el comienzo de la actual avenida de la Constitución y lindero con la parte oriental del edificio del ayuntamiento se localizó uno de los dos mesones con los que contaba Morata en esa época. Al igual que el situado en la plaza Mayor –la antigua posada que funcionó hasta los años sesenta del pasado siglo- este establecimiento pertenecía al patrimonio del conde de Altamira y ocupaba, ya siendo propiedad del Ayuntamiento, el espacio que en los años sesenta cumplió la función de Escuela de Niñas, sala de recreo juvenil y, hasta su reciente traslado al edificio Mac Crohon, sede de los juzgados, el registro civil y el archivo municipal. En el catastro se referían a este mesón como de un edificio en mal estado y con escaso rendimiento:
Que Joseph Berenjeno en su oficio de mesonero ganará [en el mesón de la plaza] en cada un año mil y cien reales y Joseph Carrascosa en la misma profesión no se le puede considerar utilidad alguna por ser el mesón que tiene [situado en la  actual avenida de la Constitución y entonces Camino Real a San Martín] incomodo para las gentes, estar desacreditado y arrendado en más precio de lo que produce.
Casa de labranza de los Dominicos del Rosario. En este blog ya hemos hecho referencia en alguna entrada a este edificio propiedad de esta orden religiosa que lo mantuvo en su patrimonio hasta que se produjeron las desamortizaciones religiosas que tuvieron lugar en las primeras décadas del siglo XIX. La edificación original aparece perfectamente descrita en el catastro:
Casa
Primeramente una casa en la población de esta villa que tiene de fachada sesenta y seis varas y de fondo sesenta y cuatro, su habitación consiste en bajo y entresuelo con diferentes oficinas, dos lagares con dos vigas cada uno, una almazara de aceite con diez y siete tinajas de caber mil setecientas arrobas, bodega con diez cubas, su caber cinco mil arrobas, cueva con ochenta tinajas de caber cuatro mil arrobas, y un cocedero de vino con nueve tinajas su cabida novecientas arrobas.
Linda mediodía con calle que va a al camino de san Martín y norte casa de Don Julián Correa, vecino de Madrid, y se ha regulado su alquiler en cada un año en dos mil y seiscientos reales de vellón.
Tanto la casa de labranza como las dependencias anejas (bodegas, lagares, cuadras…) fueron adquiridas en torno a los años 30 del siglo XIX por la familia Mac-Crohon para construir, entre los años 1881 y 1882, su casa solariega. Jesús Antonio de la Torre Briceño, en su libro sobre la Historia de la villa de Morata de Tajuña, cuenta que la obra de construcción del edificio corresponde a un proyecto del arquitecto José Urioste y Velada, autor también de las reformas que se realizaron por la misma época en el molino de la Huerta de Angulo.
Utilizado como residencia familiar durante décadas, el edificio fue habitado por la familia Mac-Crohon hasta el inicio de la guerra civil. Durante los años de la contienda, sus instalaciones fueron utilizadas como hospital de sangre para el cuidado de los heridos en el cercano frente del Jarama.
Tras la guerra civil el edificio central, que ya no fue ocupado por la familia propietaria, fue reconvertido en escuelas públicas –que funcionaron hasta finales de los años sesenta del pasado siglo- y posteriormente adquirido por CajaMadrid que lo utilizó como Centro Cultural de su Obra Social. Actualmente también funciona como Casa de Cultura gestionado por el Ayuntamiento, además de servir de sede al registro civil y al  Juzgado Municipal.
Ermita del Rosario
Ya se ha apuntado que en la época en que se elaboró el Catastro de Ensenada el tramo de la avenida de la Constitución que se iniciaba en el cruce con la calle Espejo y Manuel Mac-Crohon se denominaba calle que va de Nuestra Señora del Rosario a la Plaza. Este nombre tenía relación con la existencia de una pequeña ermita dedicada a la advocación de la virgen del Rosario. En esos años de mediados del siglo XVIII todas las salidas desde Morata a las villas vecinas contaban con una ermita, dedicadas a alguna advocación mariana. En el caso de la ermita del Rosario, ya desaparecida y que daba nombre a esta vía urbana, se trataba de una pequeña construcción, situada en lo que ahora es una pequeña zona ajardinada, que nos describe Juan Diego Arribas en su trabajo sobre la historia de Morata de Tajuña:
Al O. un poco más arriba del santuario anterior [ermita de la virgen de la Antigua], hay una reducida ermita, destinada al culto de Nuestra Señora del Rosario. Ni en el edificio, ni en lo que dentro encierra, puede decirse hay nada de notable. Su fundación data de remota fecha, a juzgar por el aspecto que presentan sus muros.
El culto a la virgen del Rosario en Morata en la época de elaboración del catastro también se manifestaba en la existencia en la parroquia de una capilla con una imagen de esta virgen que contaba entre sus bienes una treinta y cinco fanegas de tierra en la vega así como distintos censos a su favor que sumaban más de cuatrocientos reales con los que se pagaban las misas y aniversarios que se oficiaban por parte del capellán adscrito a la misma.
La ermita, según Torre Briceño, se demolió en 1945, debido a su estado ruinoso, y el solar y su entorno se ajardinó además de colocarse una fuente.
En las proximidades de la ermita se localizaron también varias eras y alguna cueva, que existieron hasta los años sesenta del pasado siglo, así como el ejido concejil o agostadero, una zona acotada y cercada que en aquellos años se utilizaba como lugar de pasto para el ganado. El ejido se situaba al sur de la ermita y ocupaba el espacio hasta el camino del Toledano (Actual carretera a Chinchón):


*Según un relato transmitido oralmente, el doctor Vallejo –médico del emperador Carlos I- decidió levantar este hospital de pobres pasajeros en Morata (al menos existe otro con el mismo nombre documentado en la vecina villa de Chinchón), debido a que sufrió el secuestro de uno de sus hijos. En previsión de que se convirtiera en uno de los miles de pobres que deambulaban por el territorio nacional, destinó parte de sus bienes a la creación de hospitales que dieran amparo y cobijo a estos desheredados.


Fuentes y bibliografía:
·      Morata de Tajuña. Crónica de la provincia de Madrid. Arribas, Juan Diego-Imprenta de la Diputación Provincial-Madrid, 1891.
·      Historia de lavilla de Morata de Tajuña. Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña. Madrid, 1999.

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