miércoles, 5 de abril de 2017

La desamortización en Morata (VII)


Desamortización de los bienes de los jesuitas

La desamortización y venta de los bienes adscritos al convento de los dominicos, al convento de Santo Tomás, al cabildo parroquial y a la fábrica de la iglesia, que hemos analizado en post anteriores, afectaron a las entidades religiosas y de la Iglesia que acumulaban un patrimonio más importante en Morata, especialmente en el caso de los frailes del Rosario.
Como ya se apuntó, el estado eclesiástico poseía cuando se iniciaron las desamortizaciones alrededor del 10 por ciento de las tierras de labor, tanto de secano como de regadío, que se cultivaban en Morata (223 hectáreas del total de 2.226 hectáreas cultivables del término municipal). A estas cifras había que sumar las propiedades urbanas y los censos a su favor, también afectados por el proceso desamortizador, e incluso los diezmos, que también fueron suprimidos en este periodo histórico.
Aunque resulta difícil acceder a toda la documentación de las desamortizaciones que afectaron al estado eclesiástico con bienes en Morata en su conjunto, sí que es posible analizar cómo se enajenaron algunos de los bienes de otras entidades e instituciones religiosas radicadas en la villa.
Por orden cronológico, aunque no por la importancia de su patrimonio, fue la orden de los jesuitas la primera afectada por la desamortización en Morata. A mediados del siglo XVIII, antes de que se aprobara el decreto de expulsión y confiscación de sus bienes, los jesuitas eran titulares, a través del Colegio Imperial, de un mediano patrimonio de fincas rústicas, especialmente olivares. Según la documentación catastral de 1751 los bienes de los jesuitas en Morata sumaban 3 fanegas de secano en Los Aulagares y 63 fanegas de olivares de distinta calidad y en varios parajes del término municipal (Fuente del Valle, Los Rosales, Camino de Alcalá, El Pino, La Cantarera…), con un total de 1.436 olivas. La gestión y labranza de estas fincas rústicas dependía de la casa de labor que la orden poseía en Arganda para controlar el patrimonio del Colegio Imperial en la comarca, que reunía en pueblos del partido de Alcalá como el mismo Arganda, Morata, Paracuellos, Campo Real y otros municipios alrededor de 1.397 fanegas de tierra de labor. Esta casa de los jesuitas en Arganda disponía de lagares y molinos de aceite para explotar sus bienes.
El decreto de expulsión y supresión de la Compañía de Jesús (1767) significó que el patrimonio de los jesuitas en Morata pasara a depender de las llamadas temporalidades, una entidad encargada de administrar y también vender los ingentes bienes de la orden religiosa no sólo en España sino también en América. En el caso de los olivares de Morata serían las temporalidades las encargadas de enajenar este patrimonio, del que no se tiene noticia documental cuando en 1815 Fernando VII decidió permitir el regreso de los jesuitas y la devolución de los bienes que se les habían incautado. En cualquier caso, en el supuesto de que las fincas rústicas no se hubieran enajenado antes de la vuelta de la Compañía de Jesús, las leyes desamortizadoras de los años siguientes habrían significado la venta de las mismas.
Colegio Imperial de Madrid, propietario de varios olivares desamortizados en Morata
Desamortización de los bienes de obras pías
Por otra parte, las llamadas obras pías, denominación que engloba una serie de instituciones y figuras jurídicas de la Iglesia (cofradías, memorias, patronatos religiosos…) también se vieron afectadas por los primeros decretos y leyes desamortizadoras. El 19 de septiembre de 1798, Carlos IV emitía un Real Decreto que afectaba directamente a estas instituciones:
Continuando en procurar por todos los medios posibles el bien de mis amados vasallos en medio de las urgencias presentes de la Corona (…):
He resuelto, después de un maduro examen, se enajenen todos los bienes raíces pertenecientes a hospitales, hospicios, casas de misericordia, de reclusión y de expósitos, cofradías, memorias, obras pías y patronatos de legos, poniéndose los productos de estas ventas, así como los capitales de censos que se redimiesen pertenecientes a estos establecimientos y fundaciones, en mi Real Caja de amortización bajo el interés anual de tres por ciento (…).
La aplicación de este decreto fue el inicio de la desamortización de estas instituciones que, en el caso de Morata, eran muy numerosas, aunque también es cierto que, en el caso de algunas de ellas, con un patrimonio muy reducido.
Hemos localizado algún anuncio en boletines oficiales donde se hace referencia a distintos remates de las subastas que afectaron a los bienes de estos establecimientos píos. A pesar de que no nos consta a qué instituciones concretas afectaron estas subastas, citaremos los que se publicaron en distintas fechas del año 1806: el 22 de julio, el 4 de agosto, el 3 y el 15 de octubre. En el anuncio que se público el 15 de octubre se incluía el remate de algunos bienes de estas instituciones:
Se halla hecha postura en 12.223 rs. 18 mrs. y 2 tercios de otro a pagar en metálico, a cuatro tierras propias de las memorias que poseen los señores cura y beneficiados de la Parroquia de Santiago el Real, de esta Corte, y se anunciaron en el diario de 14 de septiembre, sitas en término de la villa de Morata, tasadas en 18.185 reales y 11 mrs. Quien quisiere mejorarla comparezca a ejecutarlo ante el Sr. D. Torcuato Antonio Collado (…  y señalado su remate para el día 13 del presente mes de octubre (…). (Diario de Madrid, 15 de octubre de 1806).
En efecto, la parroquia de Santiago poseía en Morata cuatro fincas –tres de regadío y una de secano, en los parajes de El Torno, la Vega de Enmedio, las Tierras Largas y Valdepeñosillo, que sumaban 6 fanegas y dos celemines y que serían las afectadas por la subasta de la que se informaba en el boletín oficial.
La vigencia del decreto de Carlos IV se mantuvo en el tiempo y, al año siguiente, el Diario de Madrid publicaba otro anuncio de subasta de bienes pertenecientes a obras pías con propiedades en Morata:
 (…) está señalado por el Comisionado real el día 25, desde la citada hora de las diez de la mañana hasta la una de su tarde, en dicha sala de Ayuntamiento, para el primer remate y el de cuarta de diferentes finas de establecimientos píos, consistentes en términos de la ciudad de Alcalá de Henares, villas de Bayona de Tajuña, Valdemoro, Ambite, Morata (…). (Diario de Madrid, 17 de junio de 1807).
Después de estas fechas de comienzos del siglo XIX, la desamortización de los bienes de instituciones eclesiásticas continúo en un proceso extraordinariamente largo en el tiempo (las últimas enajenaciones que se han podido documentar llegan al menos hasta el año 1856) que sufrió parones o impulsos en función del momento político que vivía España. A modo de ejemplo, podemos citar varias subastas que afectaron a las obras pías y bienes adscritos también a distintos conventos de órdenes religiosas con bienes patrimoniales en Morata (en negrita, las instituciones afectadas):
·       (…) Asimismo se venden de 800 a 1.000 pies de olivo en el término de Morata, y 17 fanegas y media de tierra de excelente calidad en el de Leganés todo propio del convento de Atocha. La persona o personas que quisieren comprar todas o algunas de las expresadas fincas, podrán tratar de ajuste con el P. procurador del dicho convento. (Diario de Madrid, 19 de mayo de 1815)
·      Monjas Franciscas de Alcalá de Henares. En 1836 salen a subasta dos pedazos de tierra en cañamar con tres fanegas, tasadas en 5.650 reales y que llevaba en arrendamiento Estanislao Salcedo. Se adjudicaron en 6.000 reales en 1837 aunque en la documentación no consta el comprador. Esta congregación religiosa también era propietaria de cinco parcelas en la vega, situadas en los parajes de Valdelaosa y Las Peñas, con una extensión total de 6 fanegas y 9 celemines que se tasaron en 7.700 reales, aunque no consta ni el adjudicatario ni el precio final de la subasta.
·      Anuncio de los bienes a subastar el día 19 de mayo, entre los que se incluía un olivar en el término de Morata, con 52 olivos, perteneciente a las monjas dominicas de Santa Catalina de Siena de Alcalá de Henares y tasado en 1.900 reales de vellón. (Boletín Oficial de la provincia de Cáceres, 12 de mayo de 1837). El olivar estaba arrendado al vecino de Morata Pedro Conde y fue adjudicado a Joaquín Vasconi en 2.000 reales.
·      Ventas de Bienes Nacionales. Relación de las fincas nacionales que han sido rematadas, con expresión de su procedencia y valor en tasación. Agustinos Recoletos en Arganda, una hacienda que se compone de casa con sus oficinas correspondientes 61.045 cepas vivas y 8.659 marras, 944 olivos y 134 fanegas y 3 celemines de tierra en el término de dicha villa y la de Morata, tasadas en 152.371 reales y rematadas en 482.000 reales. (Boletín Oficial de Segovia, 20 de marzo de 1838). (Este convento con casa de labor en Arganda poseía en el año 1751 en Morata los siguientes bienes: 16 fanegas de olivares, en la Fuente del Valle, Raya de Arganda y La Calera, que sumaban 472 olivas. Además, la hacienda tenía una carga de 19 misas rezadas y un sermón el viernes santo).
·      Fincas rústicas que en término de la villa de Morata pertenecieron a la iglesia de Corpa. Cuatro fanegas y media de regadío, (en los parajes de El Cardón, Los Baños, Las Huertas, Las Cepas y el reguerón de La Campana) que salieron a subasta por un importe de 12.390 reales y que se adjudicaron en  14.132 reales a más de 3.000 reales por fanega un precio más elevado que el que se alcanzó en otras subastas. No consta comprador  o compradores.
La última subasta de bienes de instituciones religiosas en Morata que hemos localizado tuvo lugar en 1858, ya al amparo de la ley Madoz. Eran los últimos coletazos de un proceso que se inicio con la venta de los bienes de los jesuitas en el siglo XVIII y que finalizó bien avanzado el siglo XIX. Se trataba de una única finca de labor, perteneciente a la capellanía que fundó José Rodríguez:
Por disposición de la administración principal de propiedades y derechos del Estado en esta provincia, salen a pública subasta las fincas rústicas siguientes:
Tierra en término de Morata, procedente de la capellanía de José Rodríguez, tipo 70 reales anuales. Las subastas tendrán efecto el día 20 del corriente, ante los señores alcaldes, procurador síndico y escribano de los respectivos pueblos donde radican las fincas, y los pliegos de condiciones se hallarán en la subalterna de Chinchón, sita en Villarejo de Salvanés. Madrid, 7 de junio de 1858. (Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 10 de junio de 1858).
Desamortización de censos y abolición de los diezmos
Al margen de las enajenaciones de bienes rústicos pertenecientes a establecimientos eclesiásticos, las leyes desamortizadoras del siglo XIX también afectaron a los censos (créditos) que pertenecían a estas instituciones. En el caso de Morata, en 1751 se registraron varios censos, la mayor parte de ellos al 3 por ciento de interés, que anualmente rentaban a sus beneficiarios 3.814 reales. Hemos encontrado distintos anuncios de subastas de estos créditos que, como en el caso de los bienes inmuebles en manos de las instituciones religiosas, salieron al mercado en sucesivos años:
·      Enajenación de bienes eclesiásticos a que se refiere el último concordato, articulo 35, censos en poder de instituciones religiosas que se rematan en Morata de las monjas de Santa Clara de Colmenar de Oreja, un censo contra herederos de Juan de Cuevas de 4.400 reales de principal y 132 reales de intereses. Otro censo del mismo importe e intereses a nombre de José Robledo. (Diario de Avisos de Madrid, diciembre de 1851).
·      (…) se sacan a la venta un censo contra Ángel Martín Sotomayor, de las monjas de Santa Clara de Chinchón, por un importe de 4.000 reales de principal y 100 de intereses sobre fincas en el término de Morata. (Boletín Oficial de Madrid, 9 de mayo de 1854).
·      (…) Enajenación de bienes eclesiásticos a que se refiere el último concordato, articulo 35, censos en poder de instituciones religiosas sobre un censo del conde de Altamira y sus posesiones por un importe de 52.040 reales y unos intereses de 1.561 reales de vellón. Uno de estos censos pertenecían a las monjas de Santa Clara de Colmenar sobre bienes del conde en Morata. (Boletín Oficial de Madrid, 10 de mayo de 1854).


Fuentes y bibliografía:
·       Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales. Bienes de Eclesiásticos. H 408 y  H. 410.
·       Textos legales de las desamortizaciones eclesiásticas españolas y con ellas relacionados F. Javier Campos y Fernández de Sevilla. OSA. Estudios Superiores del Escorial.
·       Publicaciones y periódicos citados en el texto.

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