martes, 19 de septiembre de 2017

El pasado de la civilización romana en Morata (I)


Los carpetanos, habitantes de la región central de la península ibérica, no asistieron impasibles a la llegada a su territorio de las legiones romanas. Sin embargo, pasados los primeros conflictos armados, la región fue poco a poco romanizada alrededor del siglo II a. C., lo que dio lugar a la construcción en el entorno de Morata de distintas villaes, localizadas en la vega del Tajuña, cerca de las calzadas romanas que discurrían en las proximidades del término municipal. Esta presencia de Roma se materializó en los restos arqueológicos de edificios, de los que existe constancia documental, al menos, desde el siglo XVI y en las inscripciones latinas halladas en lápidas romanas que analizaremos en las próximas semanas.


La Carpetania ocupó la región central de la península ibérica en un territorio articulado en torno a la cuenca del río Tajo y sus principales afluentes, entre ellos el Jarama, el Henares y el Tajuña. Sus tierras ocupaban parte de lo que hoy son las provincias de Toledo, Guadalajara, Cuenca y la práctica totalidad de la comunidad autónoma de Madrid. Antes de la llegada de los ejércitos romanos, las tribus carpetanas hubieron de hacer frente a los cartagineses. No es casual que estas invasiones de sus territorios fueran el origen de la aparición en las tierras carpetanas de poblados amurallados y situados en lugares estratégicos que permitieran una defensa más fácil.
Tras las guerras púnicas y la expulsión de los cartagineses los carpetanos, cuyo territorio ocupaba las fronteras entre las provincias hispanas, la ulterior y la citerior, hicieron frente a los ejércitos romanos en las cercanías de Toletum (Toledo) y Auebura (Talavera de la Reina), según nos cuenta el historiador romano Tito Livio que también relata la llegada del ejercito mandado por Fulvio Flaco que establece su campamento en Aebura y logra la conquista de Contrebia (Huete).
La Carpetania, por su situación geográfica, paso a convertirse en tierra de frontera entre las dos provincias romanas y en el territorio que comunicaba el valle del Ebro con las tierras del sur de la península. Este carácter de tierra de paso sería también determinante para que por el entorno de la vega del Tajuña discurrieran varias calzadas que comunicaban algunas de las ciudades romanas más importantes de la península Ibérica.
Una vez pacificada, hacia el siglo II a. C, se iniciaría el proceso de romanización de la Carpetania, una tierra que, en contraste con otros territorios vecinos, era una región muy fértil y apropiada para el cultivo de cereales, vid y olivos. Estas buenas condiciones para la agricultura serían aprovechadas por los habitantes de la antigua Carpetania para abastecer a Toletum y Complutum, las dos ciudades que prosperaron en este momento histórico y que se comunicaban entre si por las calzadas romanas que discurrían cerca de Morata.

 
Territorio ocupado por la Carpetania

Referencias documentales a la civilización romana en Morata
Las primeras referencias a la presencia de la civilización romana en el entorno de Morata aparecen en las respuestas que los responsables de la villa ofrecieron al rey Felipe II cuando éste ordenó elaborar las llamadas Relaciones Topográficas en el último tercio del siglo XVI.
En la escueta respuesta que Juan Ramírez Ladrón de Ocariz y Bautista Sánchez Paz dieron el 6 de diciembre de 1579 al capítulo 31 de las Relaciones Topográficas afirmaron que (…) desde la dicha villa de Morata, hacia el poniente hay rastro de haber habido muchos edificios en trecho de tres mil varas medidas, porque labrando las tierras se han hallado y descubierto cimientos de piedra, teja y ladrillo y algunas monedas antiguas, de las cuales se han ido las letras.
Afortunadamente, en una nueva redacción del cuestionario real, en esta ocasión realizada por el doctor Mejía, cura de la iglesia parroquial de Morata, las respuestas, transcritas en un documento que lleva fecha de 18 de agosto de 1580, son mucho más concretas y permiten identificar documentalmente los restos arqueológicos procedentes de los años de dominación romana en Morata y en el entorno de la vega del Tajuña. En el apartado correspondiente al capítulo 1 del cuestionario, el doctor Mejía afirma que (…) media legua de la vega abajo, que es la poniente, en un despoblado que se llaman Heza, término de la villa de Chinchón, hay tras ruinas y señales de otro castillo casi de la misma amanera, y toda la tierra intermedia el valle abajo, a la falda de los montes que están hacia septentrión está todo lleno de cimientos y de cascotes de tejas, y se han hallado algunas piedras labradas con molduras, y otras escritas con letras góticas, romanas en lengua latina, y una de ellas está puesta en la torre de la dicha villa, en la cual está puesta una D romana en la parte alta, y luego escrito un verso que dice Licinia, y lo demás no se puede leer, y en el edificio bajo de la dicha torre hay otras muchas piedras con señales que han sido trabadas con plomo, por lo cual y según la fama que hay la dicha piedra que dice “Licinia” parece haber sido juntamente con todas las otras de algún enterramiento de gentil o edificio, y que aquel nombre de Licinia debía de ser el nombre de la dicha ciudad, la cual a sus dioses por la dicha D significados le ofrecían o dedicaban el dicho edificio.
Las referencias al periodo histórico de la dominación romana se completan con la respuesta al capítulo 31 del cuestionario en la que, nuevamente, el doctor Mejía se muestra mucho más explícito que los redactores de las primeras relaciones:
Capítulo 31: (…) y en cuanto a los rastros de los edificios antiguos de la dicha villa, epitafios, letreros y antiguallas de ella se remite a lo que tiene dicho en el primero capítulo y demás de lo allí contenido, dice que vio habrá treinta años que un vecino de la dicha villa descubriendo en cimiento sacó unas letras escritas con letras góticas que decía et MINICIUS HEREDES, y se han hallado algunas monedas en el término de la dicha villa, una de Mario y otras de Julio César y de Constantino Magno y de otros emperadores, de bronce y de plata y de oro.
En ambas respuestas el cura párroco hace referencia a los restos de edificaciones y monedas y también a las inscripciones de sendas lápidas* que certifican la presencia en Morata y sus proximidades de familias de origen romano.
Juan de Diego Arribas, en su historia de Morata, publicada en 1891 en la Crónica e la Provincia de Madrid, también hace una pequeña referencia a restos arqueológicos de origen romano:
(…) Las sepulturas y restos romanos hallados hace muy pocos años junto á las tapias del cementerio y en algunas eras contiguas al pueblo, dan pruebas evidentes de que este pueblo fue habitado durante la dominación romana, y por eso es de suponer no vayan muy descaminados los que afirman que es de fundación antiquísima.
Finalmente, un autor del siglo XIX, Juan Agustín Cean Bermúdez, también recoge la existencia de estos restos de origen romano en un texto que, claramente, está documentado en las respuestas que en el siglo XVI ofreció el doctor Mejía a las Relaciones Topográficas:
Morata, villa de Castilla la Nueva en la provincia de Toledo, partido de Ocaña. Conserva restos de haber sido pueblo antiguo de los carpetanos. Años pasados, estando arando allí cerca unos labradores descubrieron cimientos de edificios romanos, pedazos de ladrillos grandes y de tejas de varias formas, y varias monedas de emperadores. En el despoblado que llaman Heza, y está en su término, existen las ruinas de un castillo acia [sic] poniente, camino de Chinchón; y torciendo al norte, piedras labradas con molduras, y algunas inscripciones muy mal tratadas [sic], en las que solamente se puede leer Licinia, nombre de mujer, que aquellos naturales creen haber sido el nombre antiguo de la villa.

Publicación de 1832 que hace referencia a los restos romanos localizados en Morata

Todas estas referencias a la presencia de la civilización romana en Morata y su entorno se verán confirmadas cuando en el siglo XX y XXI se realicen las prospecciones arqueológicas que sacarán a la luz yacimientos romanos en el entorno del paraje de Valdeheza, consistentes en los restos de una villae, próxima a las calzadas romanas que comunicaban Toletum (Toledo) con Complutum (Alcala de Henares) pasando por el cruce de caminos que en ese periodo histórico era la vecina villa de Titulcia



*Estas inscripciones latinas serán objeto de un post en próximas entregas del blog.

Fuentes y bibliografía
  • El inicio de la romanización en la región madrileña: nuevas perspectivas para la investigación. Azcárraga Cámara, Sandra. Revista Zona Arqueológica (Número 17). 1er simposio sobre los carpetanos, arqueología e historia de un pueblo de la Edad de Hierro. Alcalá de Henares, 2014.
  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
  • Morata de Tajuña. Crónica de la provincia de Madrid. Arribas, Juan Diego. Imprenta de la Diputación Provincial-Madrid, 1891.
  • Sumario de las Antigüedades romanas que hay en España, en especial las pertenecientes a las Bellas Artes. Cean Bermúdez, Juan Agustín. Imprenta de D. Miguel de Burgos. Madrid, 1832.

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