Como
hemos visto en muchas de las entregas de este blog, la presencia de
los marqueses de Leganés y, posteriormente, de los condes de
Altamira ha condicionado muchos aspectos de la historia de Morata.
Para conocer esta parte de nuestro pasado, la documentación que se
generó a lo largo de casi tres siglos resulta fundamental pues, no
en vano, tanto los marqueses de Leganés como los condes de Altamira,
además de poseer un importante patrimonio rústico y urbano,
ejercían unos derechos señoriales que les permitían, entre otras
muchas prerrogativas, nombrar alcaldes y escribanos o cobrar parte de
muchos de los impuestos municipales.
Lamentablemente,
esta documentación en forma de legajos y manuscritos de toda índole
no ha llegado hasta nosotros en su totalidad. Aunque algunos de estos
manuscritos se han conservado en el Archivo Histórico Nacional,
sección Nobleza, no es menos cierto que una parte muy importante de
estos documentos, imposible de cuantificar, se ha perdido para
siempre mientras que otro elevado porcentaje se mantiene disperso
desde que, tras la muerte en 1869 del XIV conde de Altamira, Vicente
Pío Osorio de Moscoso, sus herederos propiciaran la venta
indiscriminada de este importantísimo patrimonio documental que
incluía entre sus fondos una parte importante de la historia de
Morata.
1869,
año del expolio, venta y dispersión del archivo de la Casa de
Altamira
No
han sido pocas las ocasiones en que en este blog hemos tratado
acontecimientos históricos de las casas de Leganés y Altamira en su
relación con la villa de Morata. Muchas de estas entregas han
tratado sobre el momento en que los problemas económicos de los
condes de Altamira provocaron la venta y dispersión del ingente
patrimonio que la casa condal poseía en Morata desde la llegada a la
villa en el primer tercio del siglo XVII de sus antepasados los
marqueses de Leganés.
Estas
dificultades económicas, que se manifestaron en toda su crudeza al
finalizar la guerra de la Independencia, obligaron a que Vicente
Joaquín Osorio de Moscoso, XIII conde de Altamira, iniciara la
enajenación y venta del patrimonio acumulado por sus antepasados.
Estas enajenaciones culminarían muchos años después, en lo que a
Morata se refiere, con la venta, hacia finales de 1876, de las
últimas fincas rústicas y del palacio condal construido en el
primer tercio del siglo XVII en la plaza de la Iglesia.
Unos
años antes, concretamente en 1869, se llevaría cabo la venta del
archivo condal, junto a otras propiedades como los restos de la
importantísima biblioteca de la casa o la colección de armaduras
acumulada a lo largo de varios siglos. Aunque su valor económico era
relativamente poco importante, sobre todo si se compara con el resto
de los recursos patrimoniales de los condes de Altamira, la venta del
archivo significó, de alguna forma, el punto y final de todo el
proceso de su decadencia ya que, después de todo, en esos papeles
estaban registrados todos los avatares no solo de esta familia de la
nobleza española sino también de las villas y ciudades en las que
ejercieron su poderosa influencia durante varios siglos.
Paradójicamente,
las condiciones y circunstancias que propiciaron la venta del archivo
si que se han conservado en un documento conservado en el AHN,
sección Nobleza:
Casa
del Excmo. Sr. Conde de Altamira
Año
de 1869
Estado
2º negociado
Administración
central
Objeto
Sobreventa
de las armaduras de combate, de libros, manuscritos antiguos y papel
viejo correspondientes a esta testamentaria
Año
de 1869
Administración
central
Por
acuerdo de los Excmos. Sres. Herederos de la testamentaria del Excmo.
Sr. Conde de Altamira (q.e.p.d.) D. Vicente Pío , (…) de julio de
dicho año y con aprobación de los Sres. Representantes de los
mismos D. Valeriano Casanueva, D. Francisco de Paula Lobo y D. Juan
de la Concha Castañeda se dispuso que el Sr. D. Juan Salmón,
administrador general de la misma procediese a la venta de las
armaduras de combate, de las librerías, manuscritos antiguos y papel
viejo correspondientes a la referida testamentaría para con su
producto atender a las obligaciones que pesan sobre ella por
diferentes conceptos, habiendo tenido presente para esta
determinación que tanto de unos como de otros objetos sólo quedaban
restos incompletos debido a que hacía muchos años habían sido ya
extraídos de la Casa-Palacio, unos con autorización y otros sin
ella, y no ser ya por esta razón de interés el conservarlos y mucho
menos estando una gran parte de todos ellos inutilizados por la
polilla o por la humedad u otras causas, especialmente desde que la
invasión francesa de este siglo secuestró, llevó y destrozó de
estos y otros objetos lo que tuvo por más conveniente.
Con
este motivo se dio publicidad a la venta y después de varios tratos
con diferentes personas sobre unos y otros enseres se dio principio a
la venta de ellos del modo siguiente:
En
11 de septiembre de 1869 se vendió la librería (…). 70.000
reales.
En
23 de septiembre del mismo mes y año previas las diligencias de
corredores se vendieron 1057 arrobas de papel viejo a 8 ½ reales la
arroba al librero Perera en 8.984,50 reales.
En
30 de octubre siguiente después de haber sido vistas, conocidas y
examinadas por diferentes personas ya nacionales ya extranjeras, las
armaduras de combate que se conservaban en la Casa se vendieron las
10 que había pero que ninguna estaba completa, al marqués de la
Vega de Armijo a quien se prefirió en 20.000 reales.
En
5 de enero de 1870 después de vistos por diferentes personas
aficionadas a manuscritos antiguos, los que se le presentaron al
objeto que fueron 61 legajos y una Biblia, fue preferido para la
venta de ellos, porque ofrecía mayor cantidad, el señor conde de
Valencia de Don Juan y fue la suma de 25.000 reales.
En
7 del mismo mes y año se vendió a D. Luis Madrazo una comedia de
Lope de Vega y entre otros papeles la copia antigua del tratado de
cetrería de Lope de Ayala en 4.500 reales.
En
12 de febrero siguientes se vendieron a D. Mariano Zabalburu
diferentes manuscritos en 20.000 reales.
En
16 del mismo mes y año se vendieron a D. Luis Madrazo 3 tomos de la
correspondencia particular de Lope de Vega con el duque de Sessa en
5.000 reales.
En
4 de marzo de vendieron al referido Sr. Conde de Valencia 18 legajos
de manuscritos antiguos en 10.000 reales.
En
12 de mayo siguiente se vendieron al indicado D. Mariano Zabalburu
diferentes manuscritos antiguos en 20.000 reales. (…)
Archivo
Histórico de la Nobleza, BAENA, C.291, D.1-12
Documento que recoge la venta del archivo de la Casa de Altamira y otros bienes
El
total de las ventas que se detallan en este manuscrito del archivo
del conde de Altamira asciende a un total de 183.458 reales, una
cantidad ridícula en comparación con la deuda que acumulaban los
herederos de Vicente Pío Osorio de Moscoso, fallecido en 1864 y XIV
conde de Altamira.
Fuentes
y bibliografía
- Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA, C.291, D.1-12
- El parnaso de Cervantes y otros parnasos. Madroñal, Abrahan y Mara Induráin, Carlos. Instituto de Estudios Auriseculares (IDEA). Colección Baihoja. Nueva York,2017.
- Bibliotheque Publique et Universitaire de Genéve. Inventaire de la Collection Édouard Favre (Archives de la maison d´Altamira). Micheli, Leopold. Feret&Fils editeurs. Burdeos, 1914.
- Poesías desconocidas del Siglo de Oro recuperadas de la Biblioteca de Ginebra. Madroñal, Abraham. Sociedad Suiza de Estudios hispánicos. Lausanne, 2016.
- Periódicos y publicaciones citados en el texto
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