En
1870 la librería de la señora viuda e hijos de D. José Cuesta
sacaba a la venta la segunda edición del Tratado
del cultivo del olivo en España y modo de mejorarlo.
Esta obra es, sin duda, una de las que más difusión alcanzó, tanto
en vida del autor como con posterioridad a su muerte: en 1899 se
publicó una tercera edición y años después, en 1921, una
reedición por parte de la Librería de Luis Santos, sucesor de la
editorial Cuesta, editores originales de la mayoría de las obras de
José de Hidalgo Tablada. Incluso hace unos años, dos editoriales,
El Olivo (2008) y Maxtor (2010), sacaron al mercado sendos facsímiles
de este trabajo de Hidalgo Tablada, un texto que, además, se
convirtió en su época en el libro de referencia sobre el olivo.
En
esta obra, como en todos sus trabajos editoriales, José de Hidalgo
Tablada mezclaba erudición y conocimientos prácticos sobre el
olivo, un cultivo que defendía con auténtica pasión ante el escaso
desarrollo de las técnicas agrícola, un atraso que impedían su
expansión y mayor rendimiento económíco para los agricultores. De
ahí su queja:
(…)
si no se saca todo el partido que permiten sus condiciones [para el
cultivo del olivo], es porque aún no ha llegado, por desgracia, a
nuestro país, la luz que le ilumine para ver, que antes de imitar a
la Inglaterra en sus industrias, debe impulsar y llevar a su término
de perfección, la que se funda en los frutos de la tierra, que son
el mayor sostén para hacer a la nación independiente y rica.
Su
reivindicación del aceite de oliva, planteada hace casi ciento
cincuenta años, no deja de estar de actualidad en tiempos de aceites
de palma y otras semillas que nunca puedrán competir con el zumo de
las aceitunas:
Si
otras naciones, careciendo de los medios de producir aceite de olivo,
porque su clima no lo permite, han aplicado plantas herbáceas para
que sus semillas les ponga en vías de sustituirlo, esos aceites [no]
reúnen las condiciones que el de olivas, (…) para las necesidades
de la vida.
Segunda (1870) y tercera edición (1899) del Tratado del olivo de Hidalgo Tablada
Para
desarrollar su trabajo, dividido en siete capítulos, la introducción
y un texto preliminar, Hidalgo Tablada cita en numerosas ocasiones su
experiencia práctica como olivicultor en el llano morateño. El
autor se había instalado en Morata, al menos, desde finales de los
años 40 del siglo XIX. Desde entonces y en todas sus obras las
referencias a sus experiencias con nuevas técnicas agrícolas y
nuevos cultivos son muy frecuentes, especialmente en el caso de la
vid y el olivo. Dueño, según sus propias palabras, de una
propiedad en la ribera del Tajuña,
Hidalgo Tablada refiere cómo se preocupó de contar con una parcela
en Morata en la que reunió una planta de cada una de las variedades
de olivo más extendidas por España:
La
evidencia de esta verdad científica [la maduración de las distintas
variedades de oliva] la hemos comprobado en la práctica, por haber
podido conseguir reunir en una finca de nuestra propiedad en esta
población (Morata de Tajuña) cuantas especies se cultivan en España
(…).
En
esos años en los que escribió su tratado Hidalgo Tablada, en torno
al último tercio del siglo XIX, Morata contaba con el término
municipal con mayor número de olivares de la provincia de Madrid.
Eduardo Abela, en su Memoria
sobre el estado de la agricultura en la provincia de Madrid y mejoras
convenientes para su desarrollo,
publicada seis años más tarde que el trabajo de quien fuera alcalde
de Morata, indicaba:
El
término municipal que mayor extensión de olivares tiene amillarados
es Morata de Tajuña, el cual declara algo más de 471 hectáreas y
posee también 65.724 olivos en asociación de otros cultivos,
representando otras 800 hectáreas, y en total aproximado 1.271
hectáreas.
Años
después, en otra publicación editada en 1881, Contestación
al Interrogatorio sobre el cultivo de cereales, olivo, vid y agrios e
industrias derivadas,
Fernando Ortiz Cañavate ofrecía unas cifras ligeramente superiores:
(…)
273 hectáreas de olivar y 1.207 hectáreas de olivar asociados a
otros cultivos [Fundamentalmente viñedos].Total:1480 hectáreas.
Es
decir, José de Hidalgo Tablada, aparte de su formación como
catedrático
de agricultura y oficial de Administración pública
-así se presentaba siempre en las portadillas de sus libros- vivía
y ponía en práctica sus conocimientos teóricos en el municipio de
la provincia de Madrid que contaba con mayor número de hectáreas
dedicadas al olivar.
Resulta
muy significativo que en las últimas décadas del siglo XIX Morata
contara con 10 molinos de aceite. Estas almazaras, según se publicó
en el Anuario
almanaque del comercio, de la industria, de la magistratura y de la
administración (1879),
pertenecían a los siguientes vecinos de Morata:
(…)
Estanislao Casado, Tomás Casado, Isidro del Castillo, Germán
Cuevas, José García Gutiérrez, Víctor Oliva, Manuel Pérez, José
Salcedo, Isidro Sánchez y Benito Sánchez Bravo.
Por
otra parte, el trabajo de divulgación que desde Morata ejecutaba
José de Hidalgo Tablada sobre el olivo –y sobre otros cultivos
agrícolas- tenía su reflejo también en otras publicaciones de la
época que trataban sobre los mismos temas. En 1879 otro autor
contemporáneo de Hidalgo Tablada, D. Pequeño, recogía en su libro
Nociones acerca de la
elaboración del aceite de olivas,
varias referencias al cultivo del olivo en Morata y a la elaboración
de aceite en las almazaras del pueblo. Por este libro tenemos
constancia, por ejemplo, de que las mujeres que trabajaban en la
cosecha de la aceituna cobraban, a destajo, a
razón de dos reales y medio por fanega colmada de 12 celemines.
El
mismo autor, al tratar en su trabajo sobre el trabajo en los molinos
explicaba así los mejores métodos para obtener el aceite:
(…)
si se desea una molienda muy fina no vemos inconveniente en dar a
los rulos el mismo o mayor peso que a las muelas cilíndricas. Esto
último puede lograrse, no tan sólo construyéndoles de mayores
dimensiones, si no que también procurando que las bases superiores
de los rulos no sean planas, si no de forma de casquete esférico, a
fin de acrecentar su peso aumentando su masa, según hemos tenido
ocasión de ver en dos molinos aceiteros de Morata de Tajuña
(Madrid).
El
libro de D. Pequeño, en fin, también nos permite conocer el
rendimiento en aceite de oliva de las aceitunas cosechadas en Morata:
La
muestra ensayada por nosotros procedía de Morata de Tajuña siendo
de admirar su considerable riqueza oleosa; lo que evidencia una vez
más la extraordinaria fuerza con que la pulpa de las aceitunas
retiene la materia grasa encerrada entre sus poros, según lo
demostró Decugis.
He
aquí los resultados que obtuvimos:
Humedad
5,752
Aceite
16,541
Materia
orgánica 67,879
Cenizas
9,828
Total
100,000
La
próxima semana continuaremos con la reseña del libro sobre el olivo
de José de Hidalgo Tablada. En esta segunda parte, el autor se ocupa
de describir las distintas variedades de olivos y, entre ellas, la má
representativas de las que se cultivan en el secano morateño: la
cornicabra
Fuentes
y bibliografía:
- Tratado del cultivo del olivo en España y modo de mejorarlo. Hidalgo Tablada, José de- Segunda edición, corregida y mejorada con nuevos datos. Librería de la señora viuda e hijos de Don José Cuesta. Madrid, 1870.
- Memoria sobre el estado de la agricultura en la provincia de Madrid y mejoras convenientes para su desarrollo. Abela y Sainz de Andino, Eduardo. Imprenta, Estereotipia y galvanoplastia de Aribau y Ciª. Madrid, 1876.
- Contestación al Interrogatorio sobre el cultivo de cereales, olivo, vid y agrios e industrias derivadas. Ortiz Cañavate, Fernando. Establecimiento tipográfico de M. Minuesa de los Ríos. Madrid, 1881.
- Anuario almanaque del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración. Librería extranjera, nacional, científica y literaria. Madrid, 1879.
- Nociones acerca de la elaboración del aceite de olivas. Pequeño, D.. Imprenta de la Sociedad Tipográfica. Madrid, 1879.
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