viernes, 31 de marzo de 2023

 

La nobleza en Morata, del marquesado de Leganés a la Casa de Altamira (VII)

A la muerte del II marqués de Leganés le sucedió su hijo Diego Dávila Messía y Guzmán

El III marqués de Leganés, enfrentado a la dinastía de los Borbones, falleció en su encierro de París sin herederos

Fallecido en duelo Lope Hurtado de Mendoza Moscoso Osorio, tal como veíamos la pasada semana, la continuidad de la casa de Almazán-Altamira pasó a pertenecer a su hijo primogénito, Luis de Moscoso y Osorio, VI marqués de Almazán. Por parte de la Casa de Leganés, el II marqués, Gaspar Dávila Messía de Guzmán, únicamente dejó un heredero al morir, a la temprana edad de 36 años, cuando ocupaba el cargo de virrey de Valencia. El III marqués de Leganés, continuador del título concedido a su abuelo el I marqués por Felipe IV, también fallecería sin descendencia


El triple matrimonio que unió a las casas de Almazán-Altamira con la de Leganés -enlaces celebrados en la década de los cuarenta del siglo XVII-, parecía garantizar el futuro y la continuidad de ambas familias nobiliarias pero no necesariamente la unión en una sola casa de los títulos que habían heredado de sus antepasados.

Por parte de los Almazán, la continuidad estaba asegurada con el VI marqués, Luis de Moscoso y Osorio, primogénito de Lope Hurtado de Mendoza e Inés Messía Dávila. Por si fuera poco, este matrimonio, truncado por la muerte en el duelo sobre el que tratamos la pasada semana, tuvo otros hijas que emparentaron con otras casas de la nobleza española: María Leonor. que contrajo matrimonio con el conde de Palma, y Teresa, convertida en marquesa de Santa Cruz tras casarse con el marqués del mismo título.

No sucedía igual en el caso de los Leganés. Aparte de fallecer a muy temprana edad, el II marqués únicamente tuvo un descendiente, su hijo Diego. Recordemos que el primogénito del I marqués de Leganés, uno de los protagonistas del triple matrimonio y casado con Francisca de Rojas y Córdoba, había ejercido desde 1660 como gobernador y capitán general en la plaza africana de Orán y que, años después, fue nombrado virrey de Valencia en 1666, durante la regencia de reina Mariana de Austria, esposa de Felipe IV y madre de Carlos II.

Antes de ocupar estos cargos de relevancia en la monarquía española, la influencia de su padre y de su familia también le favoreció a la hora de ser nombrado regidor en el Ayuntamiento de Madrid. Esta trayectoria, por otra parte, no dejaba de ser un periodo de aprendizaje para optar a los puestos que más tarde desempeñaría en Oran y, sobre todo en Valencia. Paralelamente, Gaspar Messía seguía ocupándose de afrontar el pleito que mantenía su familia con la Casa de Medina de las Torres por obtener los títulos y los bienes del conde-duque de Olivares. (Este enfrentamiento de los dos casas nobiliarias ante la Justicia lo había iniciado el I marqués de Leganés y que, en medio de los procesos judiciales, uno de los miembros de la familia Medina de las Torres había matado en un duelo al cuñado del segundo marqués de Leganés y marido de su hermana Inés, Lope Hurtado de Mendoza y Moscoso Osorio. Recordemos también que el costoso y prolongado pleito judicial entre las dos familias de la nobleza española finalizó en 1696)

Como virrey de Valencia, un puesto burocrático que no dejaba de ser un escalón más en la proyectada carrera de Gaspar Messía en la monarquía española, el II marqués de Leganés se comprometió a ejercer el puesto durante un periodo de tres años. Al ser nombrado, el territorio que debía gobernar pasaba por un momento de inestabilidad política provocada por la actuación de cuadrillas de bandidos que se desplegaban por el territorio. Gaspar Messía siguió una línea dura para tratar de afrontar el problema, al igual que había hecho su antecesor, el marqués de Astorga y San Román.

Esta política de mano dura contra el bandidaje no pudo tener continuidad por su temprana muerte, debida al denominado mal de orina, sucedida a los escasos cuatro meses de llegar al cargo. A su muerte, algo que no era inhabitual habitual en la administración pública, le sucedió en el cargo su único hijo, Diego Dávila Messía y Guzmán.


Certificación de la muerte del III marqués de Leganés en Paris (Fuente: Archivo Baena)

El III marqués de Leganés y fin de una dinastía

Diego Dávila Messía y Guzmán, III marqués de Leganés y II marqués de Morata de la Vega, estaba destinado a prolongar y garantizar la continuidad histórica del marquesado iniciado por su abuelo. Cuando el I marqués de Leganés, Diego Messía Felípez de Guzmán, acordó la unión de su familia con las casas de Almazán-Altamira, en ningún caso estaba previsto que herederos de estas familias asumieran el marquesado que el rey Felipe IV le había otorgado, tras su matrimonio con Policena Espínola, y en recompensa por sus servicios a la monarquía española. En estas previsiones de continuidad del linaje no entraban, sin embargo, las circunstancias que marcarían la vida del III marqués de Leganés.

Nacido en 1648, Diego Dávila Messía era, de alguna forma, la primera consecuencia del triple matrimonio acordado por su abuelo. Hijo de Gaspar Messía y de Francisca de Rojas y Córdoba, hija a su vez de la marquesa de Poza y Almazán, el III marqués de Leganés pasó por varias etapas formativas con el fin último de progresar en su carrera militar y administrativa en la corte del que sería el último monarca de la Casa de Austria, Carlos II.

Es por eso que no resulta extraño que el III marqués de Leganés heredara, además de la jefatura de la Casa que fundara su abuelo y la titularidad del mayorazgo en el que se incluía, entre otros bienes, todo el patrimonio de los Leganés en su señorío de Morata, el cargo que la temprana muerte de su padre había dejado vacante en el virreinato de Valencia. Cuando en 1667 accedió al cargo de máximo representante de Carlos II en el antiguo reino de Valencia, el III marqués de Leganés tenía sólo 19 años de edad y aún no había contraído matrimonio con quien sería su única esposa, Doña Jerónima de Benavides (Madrid, 1644), dama de la Reina, e hija de Diego de Benavides y Bazán, conde de Santisteban del Puerto y de Antonia Corella y Dávila, condesa de Cocentaina y de Las Navas.

El III marqués de Leganés, como buen representante de la nobleza y heredero de un título que alcanzó su mayor esplendor con los últimos Austrias, desarrollo una extensa carrera que le llevó a disfrutar de cargos de máxima responsabilidad, tanto en su faceta de militar, como en su papel de representante de la Corona en distintos ámbitos de la administración y como cortesano y hombre de palacio próximo al rey Carlos II.

Resulta también significativo cómo, en muchos de estos puestos y cargos de responsabilidad, militar y política, el III marqués de Leganés reprodujo, en varios momentos, la trayectoria de su abuelo. Así, entre 1684 y 1688 volvió a desempeñar un cargo de virrey, en esta caso de Cataluña, al igual que lo hiciera el I marqués, y que también ejerciera como capitán general en las plazas de Milán, Lombardía y el Piamonte, entre los años 1691 y 1698, exactam,ente igual que su abuelo.

Como hombre próximo al monarca, Diego Dávila Messía y Guzmán también se desenvolvió como personaje influyente en los ambientes de palacio. Que Carlos II le nombrara alcaide del Buen Retiro explica muy bien la confianza que el último rey de los Austrias tenía en el marqués, hasta el punto de confiarle su seguridad en este palacio madrileño.

Años después, ya con Felipe V al frente de la monarquía española, el III marqués de Leganés, a pesar de su probada fidelidad a los Austrias frente a los Borbones –fue muy famosa su frase (…) es cosa fuerte sacar la espada contra la casa de Austria a quien tantos beneficios debía la suya, en referencia a los privilegios otorgados a sus antepasados por Felipe IV, entre ellos el marquesado de Morata que él mismo disfrutó-, fue nombrado capitán general de costas, un cargo del que dependían las defensas marítimas del reino frente a ataques exteriores y que, a la postre, sería su último servicio a la monarquía antes de caer en desgracia por los hechos del día del Corpus de 1705.

El III marqués de Leganés, que nunca ocultó su animadversión a los Borbones, ya había participado en varias acciones contra esta dinastía y previamente, aún en vida de Carlos II, en otros complots para defender al conocido como rey hechizado de las intrigas de quienes abogaban por la llegada al trono de la familia real francesa ante la falta de herederos directos del monarca.

Retirado de sus cargos y detenido el 11 de junio de 1705, junto con otros nobles proaustracistas, como el duque de Medinaceli, Diego Dávila Messía fue encarcelado, primero en la ciudadela de Pamplona y, más tarde, en distintos castillos en territorio francés. Estos encarcelamientos, lejos de la corte de Flipe V, demuestran que el nuevo monarca no se fiaba del viejo marqués que tantos esfuerzos había realizado para evitar que reinara en España.

El 28 de febrero de 1711, el III marqués de Leganés fallecía en el castillo de Vicennes y, unos días después, era enterrado en la iglesia de los Mínimos de la place Royal París. Viudo desde hacía varias décadas –su mujer Jerónima de Benavides había fallecido a la temprana edad de 28 años en 1672-, el III marqués de Leganés y II de Morata no se había vuelto a casar a pesar de que, cuando murió su mujer, el matrimonio no había tenido descendencia. Este hecho, la falta de heredero directo, provocó que la Casa de Leganés, su mayorazgo y otras prebendas y privilegios, como el señorío de Morata y el marquesado de Morata de la Vega se encontrara sin sucesor. La próxima semana veremos cómo estos derechos y privilegios llegaron a la Casa de Altamira y cómo esta poderosa familia acumuló incontables títulos, prebendas y privilegios que sumó al marquesado de Leganés.


Fuentes y bibliografía:

  • Carta de poder otorgada por Juana de Rojas Córdoba, [VI marquesa de Poza], para concertar su casamiento con Diego Mesía [Dávila Felípez de Guzmán, I] marqués de Leganés, así como el de sus hijos con varios descendientes. Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA, C. 400, D.1-2.

  • Carta de pago y recibo de dote otorgada por Gaspar Hurtado de Mendoza, [V] marqués de Almazán. - Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA,C.257,D.9.

  • Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Tomo 5993, fol. 525r-556v.

  • Cartas de algunos PP de la Compañía de Jesús sobre los sucesos de la monarquía entre los años 1634 y 1648. Tomo V y tomo VII. Publicado en la colección Memorial Histórico Español. Colección de documentos, opúsculos y antigüedades que publica la Real Academia de la Historia. Tomo XVII. Imprenta Nacional. Madrid, 1863-65.

  • Avisos de Don Jerónimo de Barrionuevo (1654-1658). Tomo I (1892), tomo II (1892), tomo III (1893) y tomo IV (1894). (En Colección de escritores Castellanos-Historiadores). Imprenta y fundición de M. Tello. Impresor de Cámara de S. M. Madrid.

  • Estudio emblemático e histórico del superlibros del Duque de Medina de las Torres. Francisco Olmos, José María de. Estudios Nobiliarios y Emblemáticos de la Real Academia Matritense de Heráldica y
    Genealogía. Madrid, enero de 2021.

  • La familia de Ambrosio Spinola, héroe de Flandes. Valero de Bernabé, Luis. Marqués de Casa Real.

  • Historia genealógica y Heráldica de la monarquía española. Casa Real y Grandes de España. Fernández de Bethencourt- Tomo VII. Establecimiento tipográfico de Jaime Ratés. Madrid, 1907.

  • Bodas nobiliarias madrileñas durante el periodo 1651-1700. José Miguel de Mayoralgo y Lodo, José Miguel. Conde de los Acevedos. Académico de Número. Anales de la Real Acedemia Matritense de Heráldica y Genealogía. Número XIX. Madrid, 2016.

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