viernes, 17 de marzo de 2023

 La nobleza en Morata, del marquesado de Leganés a la Casa de Altamira (IV)

El I marqués falleció en 1655 no sin antes entablar un larguísimo pleito por la herencia de los bienes y títulos del conde-duque de Olivares

En las ultimas semanas analizamos cómo se unieron, vía matrimonial, las casas nobiliarias de Leganés y de Altamira-Almazán. Tras estos enlaces matrimoniales, en los años posteriores el marqués de Leganés vio cómo disminuía su influencia ante el rey y también cómo llegó a estar desterrado en Ocaña y en su palacio de Morata. Tras la muerte en 1655 de Diego Messía Felípez de Guzmán, Gaspar Dávila Messía y Guzmán, casado con la hija de la marquesa de Almazán e hijo primogénito y, como tal, marqués de Morata de la Vega, pasó a convertirse a los 24 años en el II marqués de Leganés. Mientras tanto, su hermana, Inés Dávila, permanecía casada con Gaspar Moscoso Osorio, en un matrimonio que a la postre posibilitaría la llegada de la Casa de Altamira a Morata como poseedores del señorío de la villa


Tras permanecer confinado en Ocaña y en su palacio de Morata junto a su segunda esposa, Juana de Rojas y Córdoba, el I marqués de Leganés logró recuperar en parte su prestigio como militar, el mismo que había perdido en 1643 en la batalla contra franceses y catalanes en las proximidades de Lérida. Con el tiempo, es cierto que participó nuevamente al mando de tropas reales en batallas en territorio catalán y también frente a los portugueses en Extremadura, Sin embargo, a la altura de la década de 1650, ya no podía presumir de gozar de la misma influencia que había tenido en años anteriores con el monarca, un Felipe IV que a estas alturas de su largo reinado había convertido a Luis de Haro en su segundo valido y en la persona más influyente de la monarquía hispana.

Definitivamente, los días de gloria y de influencia sobre el rey, junto a su poderoso primo el conde-duque de Olivares, se veían lejanos para la vida cotidiana del marqués en estos años previos a su muerte. Fue un periodo en el que el pleito entablado por Diego Messía de Guzmán para acceder a la herencia del conde-duque de Olivares, fallecido en Toro (Zamora) sin herederos legítimos, ocuparon gran parte de los esfuerzos en estos años del I marqués de Leganés, enfrentado ante la justicia con la Casa de Medina de las Torres, familiares también de Gaspar de Guzmán y Pimentel y que se consideraban, como hacia el marqués de Leganés, los herederos directos de un legado inmenso: los títulos, bienes económicos y derechos patrimoniales del antiguo valido de Felipe IV.

El pleito* iniciado en 1645, a la muerte del conde-duque, se extendió durante el resto del siglo XVII –hasta 1696, exactamente- pero el marques de Leganés nunca llegó a conocer la sentencia favorable a su familia ya que falleció en 1655 a la edad, aproximada, de 75 años (Se desconoce con exactitud la fecha de nacimiento del I marqués de Leganés, aunque se estima que nació hacia 1580).

La muerte del marqués de Leganés en su palacio de la calle de San Bernardo, como personaje destacado que era de la corte madrileña una vez recuperado su honor y reconocida su trayectoria vital por parte del rey Felipe IV, acaparó la atención de los círculos nobiliarios e incluso de la población más modesta por las circunstancias que rodearon su enfermedad, su fallecimiento y su entierro en el monasterio de San Basilio, del que era patrono y benefactor el mismo Diego Messía Felípez de Guzmán.

Jerónimo de Barrionuevo, autor de los célebres Avisos que recogían las noticias, y a veces también los bulos, de la ciudad de Madrid y del entorno real, no dejó de informar sobre los días previos que llevaron a la muerte al marqués. En uno de sus Avisos, Barrionuevo, daba noticia de sus primeros problemas físicos:

(…) A […l] marqués de] Leganés le dio ayer una apoplejía que llegó muy al cabo. Está tan grueso, que se puede temer con razón una muerte acelerada (Avisos, Madrid, 6 de febrero de 1655).

Los siguientes días la publicación de Barrionuevo siguió informando sobre la evolución de la enfermedad del marqués:

(…) A Leganés enjuagaron los médicos como a tinaja, y a puros remedios está mejor, habiéndole dado gota en los pies, que si lo llevara Dios a donde fuere servido, hiciera poca falta. (Avisos, Madrid, 10 de febrero de 1655).

Finalmente, el marqués de Leganés falleció a consecuencia de la apoplejía según informaba Jerónimo de Barrionuevo. La fecha de la muerte no está muy clara aunque las distintas fuentes la sitúan entre el 14 y el 16 de febrero de 1655:

(…) Lunes 15 de éste, en la noche, murió el Marqués de Leganés, de edad de setenta y cinco años, hijo de la Casa de Loriana, Messía y Ovando. Fue a Flandes el año de 600; el de 20 le hicieron Capitán de caballos; el de 28, Tituló; el de 40 le mandaron cubrir. Pusose Guzmán, sin serlo, por el Conde Duque. (Avisos, Madrid, 20 de febrero de 1655).

Antes de relatar y resumir en sus Avisos la biografía del marqués, Barrionuevo también publicó el suceso que sorprendió a la ciudad de Madrid el día del entierro de Diego Messía Felípez de Guzmán en el convento de los monjes basilios:

(…) Como Leganés era tan grueso, y le enterraron sin embalsamarle en una caja riquísima de terciopelo carmesí, cuajada toda de franjones de oro y clavazón dorada, y dentro de ella para el cuerpo otra de plomo, a los seis días reventó con tal estrépito, por haberse hinchado, que pareció haberse hundido la iglesia, atemorizando a los religiosos y a toda la vecindad. Otra cosa notable sucedió: que enterrándole martes en la noche, llevándole en un coche, durando el darle sepultura hasta las doce, el día siguiente a las siete de la mañana murió de repente su confesor, que era religioso del mismo convento de los Basilios. Debiale estar sin duda esperando para ajustar sus cuentas en el Tribunal Supremo. Llamábase el P. Carmenati. (Avisos, Madrid, 15 de febrero de 1655).

En los Avisos de Barrionuevo se publicaron también informaciones contradictorias sobre la situación económica en que quedaba la familia del I marqués de Leganés a su muerte. El mismo día del entierro, el cronista de Madrid ponía en duda la salud de las cuentas del marqués:

(…) Envió el Rey a la Marquesa de Leganés por mano de D. Juan de Góngora 10.000 escudos a cuenta de lo que se le debe, para ayuda a su entierro de su marido, que es una lástima lo pobre ha quedado. (Avisos, Madrid, 15 de febrero de 1655).

Memorial del marqués de Leganés en el el ple pleito por los bienes del conde-duque de Olivares (Fuente: BNE, Biblioteca Digital Hispánica).

 

Sin embargo, en la misma fecha y siguientes Barrionuevo tasaba la herencia de Leganés en cantidades sensiblemente más importantes y que hacían dudar de la pobreza a la que se refería en otro aviso:

(…) A la Marquesa de Leganés le dejó su marido 3.000 ducados de renta por su vida y el cuarto bajo de su casa, con todas las alhajas de invierno y de verano; y el Rey le ha dado 6.000 ducados también de renta por su vida, y al Marqués de Morata otros 6.000 ducados de renta, y a un hermano suyo, eclesiástico, 3.000, todo por sus vidas, y ha dado la llave y hecho de la Cámara (…) y otra vida más de la encomienda mayor de León, de quien dejó Leganés cuarenta años de supervivencia, con que de mano en mano se quedará en su casa para siempre. (Avisos, Madrid, 20 de febrero de 1655).

El mismo 20 de febrero también aparecían en los Avisos algunas otras rentas asignadas al marques de Leganés:

(…) Gozaba de gajes 70.000 ducados de plata al año que son de vellón 105.000. Ha dejado 80.000 ducados de renta en su casa, alhajas y muebles, medio millón, joyas y doblones sin fin.

Gastó en dos meses en el hospedaje de Liche y su hermano el de Monterrey 10.000 ducados, con sus personas y familias. Dio a todas las criadas y criados vestidos y joyas. A su camarero le hizo el Rey ayuda de cámara, y a la camarera le dio un habite para casarse. Entierrase en los Basilios, donde es patrón, y manda se acabe la iglesia (…). (Avisos, Madrid, 20 de febrero de 1655).

Esta nueva referencia al convento de San Basilio, un edificio ya desaparecido que se levantaba en el entorno de la madrileña calle del Desengaño, cerca del palacio de Leganés, muestra el interés que el marqués siempre mostró por esta orden de religiosos a los que apoyó económicamente desde 1647, cuando Diego Messía Felípez de Guzmán, se convirtió en su patrono. Desde entonces afrontó costosas obras de reforma en el convento y en la iglesia donde, a su muerte, sería depositado su cuerpo y tendría lugar la explosión del féretro. Además, en una muestra de la confianza que tenía en los monjes nombró a estos albaceas de su testamento y guardianes de sus mayorazgos, por lo que en el futuro fueron estos religiosos quienes velaron por su conservación y continuidad y, particularmente también, en todo lo que afectaba a la importante colección pictórica de la Casa de Leganés.

Todo este patrimonio y bienes, incluido el mayorazgo de Morata, pasaba a partir de la muerte del I marqués a su primer hijo, Gaspar Dávila Messía y Felípez de Guzmán, ya convertido en II marqués de Leganés. A su vez, su hijo primogénito del nuevo marqués, Diego Francisco Messía Felípez de Guzmán (n.1649) se convertía en el II marqués de Morata de la Vega como primogénito de la Casa y futuro sucesor de su padre. Antes de llegar a este momento las familias aún vivirían situaciones dramáticas que veremos la próxima semana.



*Sobre este pleito por la sucesión de los bienes y derechos señoriales y nobiliarios del conde-duque de Olivares existe un ana amplia documentación, expresada en memoriales impresos publicados, a costa de los litigantes, durante toda la segunda mitad del siglo XVII. En 1648 el marqués de Leganés publicó un documento, encabezado por un extenso título: Por el señor marqués de Leganés, vizconde de Butarque, del Consejo de Estado de Su Majestad, y su Teniente General y por el marqués de Morata, su hijo primogénito. Con el Señor Duque de Medina de las Torres, Sumiller de Corps de Su Majestad, y de su Consejo de Estado. Sobre la tenuta de los mayorazgos, y estado de San Lúcar, Mairena y Aznalcollar, y las rentas, Patronazgos, honores, oficios y demás bienes comprendidos [sic] en ellos; Respuesta a la información que se ha dado por el señor Duque en defensa de su pretensión, y exclusión de los fundamentos della [sic].

En los años siguientes ambas familias litigantes continuaron con su política de defensa de sus intereses a base de publicar varios folletos, ampliados, para defender sus posiciones a la hora de suceder al conde-duque de Olivares. Los marqueses de Leganés editaron desde 1645 no menos de siete publicaciones de este tipo, y algunas de ellas con varias ediciones hasta terminar, en 1698, con un último texto aparecido con 23 páginas en agosto de ese año. En todos estos años, la justicia falló en distinto sentido en varias ocasiones –en 1653, por ejemplo, el rey emitió un decreto decantándose por Medina de Las Torres como alcaide del Buen Retiro, un cargo asociado al conde-duque, pero en 1678 los Leganés lograron una sentencia favorable a sus intereses de la Chancillería de Granada. Tras nuevas apelaciones, reclamaciones y solicitud de nulidad de las actuaciones, finalmente la Chancillería granadina dictó una carta ejecutoria en octubre de 1696 favorable a la Casa de Leganés, que a partir de entonces ostentó todos los derechos, bienes y cargos nobiliarios del conde-duque de Olivares. Habían pasado nada menos que 51 años desde que se había producido la muerte de Gaspar de Guzmán y Pimentel, el conde-duque de Olivares.



Fuentes y bibliografía:


  • Carta de poder otorgada por Juana de Rojas Córdoba, [VI marquesa de Poza], para concertar su casamiento con Diego Mesía [Dávila Felípez de Guzmán, I] marqués de Leganés, así como el de sus hijos con varios descendientes. Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA, C. 400, D.1-2.

  • Carta de pago y recibo de dote otorgada por Gaspar Hurtado de Mendoza, [V] marqués de Almazán. - Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA,C.257,D.9.

  • Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Tomo 5993, fol. 525r-556v.

  • Cartas de algunos PP de la Compañía de Jesús sobre los sucesos de la monarquía entre los años 1634 y 1648. Tomo V y tomo VII. Publicado en la colección Memorial Histórico Español. Colección de documentos, opúsculos y antigüedades que publica la Real Academia de la Historia. Tomo XVII. Imprenta Nacional. Madrid, 1863-65.

  • Avisos de Don Jerónimo de Barrionuevo (1654-1658). Tomo I (1892), tomo II (1892), tomo III (1893) y tomo IV (1894). (En Colección de escritores castellanos-Historiadores). Imprenta y fundición de M. Tello. Impresor de Cámara de S. M. Madrid.

  • Estudio emblemático e histórico del superlibros del Duque de Medina de las Torres. Francisco Olmos, José María de. Estudios Nobiliarios y Emblemáticos de la Real Academia Matritense de Heráldica y
    Genealogía. Madrid, enero de 2021.















No hay comentarios:

Publicar un comentario