jueves, 20 de julio de 2023

La elección de diputados a Cortes en el distrito de Chinchón 1846-1923 (X)

En las últimas décadas del siglo XIX, liberales y conservadores acapararon el triunfo electoral

Rojo Arias, el político morateño, denunció en repetidas ocasiones el turnismo en el distrito

A partir la restauración borbónica y con la implantación del sistema del turnismo, en el distrito electoral de Chinchón se reprodujo, fielmente, la alternancia en la elección de diputados pertenecientes a los dos partidos hegemónicos liderados por Antonio Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo Sagasta. Es cierto que en algunas de estas elecciones también participaron candidatos de partidos republicanos pero el sistema, diseñado para el triunfo de los partidos mayoritarios, liberales y conservadores, nunca dio opción a otras formaciones.


En las dos décadas transcurridas entre 1881 y 1901 se convocaron nueve elecciones al Congreso de los Diputados. El distrito de Chinchón, como en el resto del país, siempre se decantó por los candidatos pertenecientes al Partido Liberal Conservador, de Antonio Cánovas del Castillo, o bien a los representantes del Partido Liberal de Práxedes Mateo Sagasta. Así sucedió tanto con el sufragio censitario -hasta las elecciones de 1886- como cuando se recuperó el sufragio universal masculino a partir de las elecciones de 1891.

Las sospechas de fraude electoral continuaba siendo una mancha en un sistema electoral condicionado por el acuerdo entre los dos grandes partidos. Unos meses antes de las elecciones de agosto de 1881, un experimentado político y buen conocedor de la realidad política del distrito, el morateño Ignacio Rojo Arias, denunciaba públicamente las irregularidades que, en su opinión, ensuciaban la limpieza de las elecciones y la actividad en los ayuntamientos de la comarca. En una carta abierta dirigida al gobernador de la provincia de Madrid exponía sus quejas antes, incluso, de convocarse las elecciones:

(…) Soy natural de uno de los pueblos de aquel distrito,—de Morata de Tajuña,—y he luchado en él mas de una vez, como candidato de oposición para la diputación a Cortes.

Llevo diez y nueve años de ejercicio en mi profesión de abogado del colegio de Madrid con un concepto muy superior a mis méritos y a mis condiciones, y puedo decir que no hay asunto civil ni criminal de alguna importancia en todo el distrito, en que mis paisanos no soliciten mis servicios profesionales que les presto con tanto gusto como desinterés, invoco todo esto, señor gobernador, porque debe servir para que usted se forme juicio cabal de la verdad de mis fundados informes; y como necesito que se le forme también muy completo de mi sinceridad y buen deseo, exento de todo interés personal, quiero anticipar una declaración: no sé si lucharé como otras veces, en las próximas elecciones de diputados; es posible; es casi seguro. Si lucho, será como candidato de oposición al actual gobierno, en el cual deseo y le agradeceré la imparcialidad, pero de quien ni busco, ni quiero, ni aceptaría un auxilio que había de coartarme luego en el libre ejercicio de aquella alta investidura si lograba alcanzarla, y que jamás ejercería sino con absoluta independencia.

(…) El distrito de Chinchón da un diputado a Cortes y dos diputados provinciales.

Ha ejercido el primer cargo,—sin interrupción desde la restauración acá,—luchando siempre con el carácter de candidato ministerial, el señor Juez Sarmiento; y el de diputado provinciales, con el mismo carácter de ministeriales, los señores Pozo y Calvo (…).

La administración ha sido enteramente suya durante aquel largo periodo, y hoy pretenden que continué siéndolo por la intervención y la influencia de aquellos dos diputados provinciales, los cuales y especialmente el señor Pozo, el más ligado al señor Juez Sarmiento y el que más confianza ha inspirado y más mercedes personales ha recibido de los gobiernos del señor Cánovas, se declara hoy el mas ardiente constitucional.

(…) Si yo intentara el reseñar pueblo por pueblo y punto por punto todos los excesos, todas las irregularidades, todos los delitos cometidos por todos la mayor parte de los ayuntamientos del distrito de Chinchón, haría interminable esta carta, que va siendo ya demasiado larga: además que la práctica de todos ellos es uniforme y su conducta igual, excepción hecha de dos o tres localidades en que circunstancias especiales la hacen mas grave.

En Villarejo de Salvanés, Belmonte de Tajo, Valdelaguna, Valdilecha, Perales, Brea, Fuentidueña y Valdaracete, pueblos únicos que cito, porque son aquellos de los cuales tengo datos comprobados y ciertos, no hay más ley que el capricho.

En todos ellos hay establecidos impuestos arbitrarios, cuyo establecimiento y cuyos productos no tienen justificación de ninguna clase en los presupuestos.

Se procede a la subasta de pastos y bienes de propios sin ninguna formalidad de ley y aun contra ley, como sucede en Belmonte de Tajo, Brea, Valdaracete y Valdelaguna.

Se ha prescindido en el período de la rectificación de listas de exponerlas al público el tiempo que la ley marca, dando ocasión a denuncias como la que ha elevado a la Audiencia del territorio un elector de Fuentidueña.

(…) Triste es el cuadro trazado, pero exacto y fiel. Denunciados quedan los hechos, y no en verdad por denuncia anónima, en la presente carta.

El comprobar su verdad, el justificarla, función es de la administración pública, y seguro estoy que usted irá a ella con la imparcialidad propia de un elevado cargo.

Ignacio Rojo Arias.(El Globo, 29 de abril de 1881).

Pese a estas advertencias y tras la celebración de las elecciones de 1881, la situación continuó prácticamente igual. Felipe Juez Sarmiento, que había representado al distrito en las dos primeras elecciones convocadas tras la restauración borbónica, cedió su escaño en el Congreso a otro compañero de partido, Manuel Ibarra y Cruz, natural de Alcalá de Henares, que no tuvo ningún problema para conseguir prácticamente el 100 por cien de los votos en las elecciones convocadas para el día 21 de agosto. En concreto, Manuel Ibarra, marqués del mismo nombre, consiguió 1.903 votos de los 1.924 votos escrutados. Con estos resultados se confirmaba el absoluto desprestigio de un sistema electoral viciado en origen. 

Manuel Ibarra y Cruz, marqués de Ibarra, diputado por Chinchón en 1881 y en 1886. (Fuente: Wikipedia)
 

Tras la elección del marqués de Ibarra, su proclamación como candidato por el distrito estuvo precedida de una situación legal que se repetía constantemente, la impugnación del acta debido a supuestas irregularidades, según se debatió en la sesión del Congreso del 15 de octubre de 1881:

Dictamen relativo al acta de Chinchón, por el cual es electo diputado el Sr. D. Manuel Ibarra y Cruz.

El señor conde de Sallent impugna el dictamen de la comisión, fundándose en que, no siendo el señor Ibarra natural, vecino ni siquiera conocido en el distrito de Chinchón, ni teniendo allí simpatías alguna, ha sido preciso apelar a toda clase de medios ilegales para conseguir su elección.

Habla de prisiones, de colisiones habidas entra electores, de abusos cometidos por los interventores y de coacciones por parte de las autoridades, y termina rogando al Congreso que desapruebe el dictamen de la comisión.

El Sr. Ibarra diputado electo, niega la exactitud de los hechos denunciados por el señor conde de Sallent, y asegura que tiene el orador familia, amigos y bienes en el distrito, y como prueba de que su elección se deba a las simpatías de que goza en el distrito, cita el hecho de que el Sr. Juez Sarmiento, candidato de oposición, obtuvo mayoría en Colmenar de Oreja, y Villarejo de Salvanés. (…) Sin más debate fue aprobado el mismo dictamen, siendo proclamado diputado el Sr. D. Manuel Ibarra. (La Discusión, 16 de octubre de 1881).

Pese a estos incidentes menores, y como si fuera una estrategia perfectamente planeada, tanto el diputado originario de Alcalá de Henares, Manuel Ibarra, como Felipe Juez Sarmiento, natural de Chinchón, consiguieron ganar las elecciones en la siguiente década alternándose en la representación del distrito:

  • En 1884, Felipe Juez, conseguía el escaño con 1.173 votos de los 1.507 emitidos en las elecciones del 27 de abril.

  • En 1886, Manuel Ibarra sustituía de nuevo a su colega de partido y volvía al congreso en representación del distrito tras obtener 919 votos de un total de 1.546 votos depositados en las urnas en los comicios convocados para el 4 de abril.

  • En 1891, la alternancia entre ambos diputados volvió a favorecer a Felipe Juez Sarmiento. En esta ocasión con una importante novedad, la reforma de la ley electoral y la recuperación del sufragio universal masculino. Sin embargo, pese al aumento considerable del censo electoral, el diputado natural de Chinchón logró una cómoda mayoría en las elecciones convocadas para el 1 de febrero. Con un censo electoral de 9.772 votantes, acudieron a votar 6.977 electores, de los que 3.976 dieron su voto a Felipe Juez.

Esta sucesión de triunfos reiterados de los representantes del Partido Liberal Conservador de Antonio Cánovas del Castillo, con la alternancia de los liberales representados por Manuel Ibarra, se explica muy bien si atendemos a una información publicada en la prensa. En octubre de 1882, La Época publicaba el siguiente texto:

Hace dos días han venido a Madrid, convocados por el diputado Sr. Ibarra, y para celebrar con éste y con el gobernador civil de la provincia una entrevista, los alcaldes del distrito electoral de Chinchón y Alcalá de Henares.

La convocatoria parece que tenía por objeto indicar a dichos funcionarios los nombres de los candidatos que con carácter ministerial se presentarían por el distrito en las elecciones próximas, y con tal motivo recomendar su apoyo,

¿Cuál no seria el asombro de los convocados, cuando al oír los nombres de los nueve candidatos ministeriales que se presentan para cuatro vacantes, se encontraron con que no se conocía en el distrito a la mayor parte de lo nombrados?

Algún alcalde más resuelto que los otros, hizo notar esa extraña circunstancia, indicando la conveniencia de que los candidatos que hubieran de designarse, sobre ser del distrito, fueran hombres a quienes aquel debiera favores y desvelos. (La Época, 18 de octubre de 1882).

La información es algo más extensa, pero sorprende, sobre todo la alusión dirigida a los alcaldes de recomendar el apoyo a los candidatos con carácter ministerial. La Época, periódico conservador, protestaba por unas prácticas del candidato liberal que se reproducían, fielmente, cuando gobernaban los conservadores. Por su parte, los alcaldes tampoco se abstuvieron de recomendar candidatos a quienes el distrito debiera favores y desvelos.

Toda una declaración de intenciones por parte del gobernador y de los mismos alcaldes en un contexto político que favorecía situaciones como la que se denunciaba en el periódico El Siglo Futuro, en un artículo titulado Más bocetos electorales:

(…) Según nos dicen en carta que hemos recibido, el caciquismo electoral pone en juego todas sus influencias para remover al cabo e individuos del puesto de la Guardia civil de Morata de Tajuña, de esta provincia.

Parece que es preciso complacer los deseos y favorecer los intereses de los cuarenta o cincuenta sujetos que figuran anotados en el registro de sospechosos del anunciado puesto a cambio de unos cuantos votos.

Cuarenta o cincuenta sujetos anotados en el registro da sospechosos de una demarcación reducida, son un grano de anís.

Y demuestran la paternal solicitud del gobierno al querer relevar al cabo e individuos de la Guardia civil del puesto de Morata de Tajuña.

Que deben tener el alma en un hilo.

Temiendo ser el mejor día pasto de sospechosos. (El Siglo Futuro, 23 de marzo de 1886).

Triunfo liberal de un candidato natural del distrito

Los reiterados triunfos de los candidatos conservadores en el distrito de Chinchón fueron interrumpidos en 1893 cuando el liberal Inocente del Pozo Egozque, natural del municipio de Carabaña, lograba la victoria porel partido de Sagasta. En las elecciones convocadas para el día 5 de marzo, este abogado y propietario, que ya había representado al distrito en la Diputación Provincial de Madrid, consiguió el acta tras lograr el apoyo de 3.107 electores. En esa convocatoria, el censo electoral del distrito de Chinchón ascendía a 9.999 lectores.

La elección de del Pozo Egozque, cumplía por otra parte, con algunas circunstancias comunes a los diputados electos del distrito de Chinchón: la profesión compartida de abogados -además de que también eran propietarios inmobiliarios en poblaciones de la circunscripción- y el hecho de que todos ellos había representado al distrito en la Diputación Provincial que se convertía así en una especie de vivero de futuros diputados en el Congreso.

Inocente del Pozo, repetiría como diputado del distrito de Chinchón en las elecciones de 1898 pero anteriormente, en las de 1896, el diputado conservador Felipe Juez Sarmiento conseguía, por última vez, el acta de diputado por su distrito de nacimiento. En las elecciones convocadas para el 1 de febrero Juez Sarmiento lograba 3.976 votos, suficientes para renovar, por quinta ocasión, la elección por su distrito de nacimiento en unos comicios en los que el censo electoral ascendía a 9.972 electores de los que 6.977 ejercieron su derecho a voto.

Después de la última elección de Juez Sarmiento como diputado por el distrito de Chinchón, cambió nuevamente el turno e Inocente del Pozo Egozque, del Partido Liberal, volvió a imponerse en las elecciones de 1898. Del Pozo apenas consiguió el 40 por ciento de apoyos en el distrito, 4.124 votos, en un censo electoral de 10.025 electores de los que 7.776 ejercieron su derecho al voto. Sería su última comparecencia como candidato al Congreso antes de fallecer el 27 de febrero de 1903.

Las últimas elecciones del siglo XIX y las primeras del siglo XX tuvieron un único protagonista en el distrito de Chinchón. Valentín Céspedes y Céspedes, nacido en Madrid en 1866 ya había tenido varias experiencias como diputado del Congreso por distintos distritos de la ciudad de Madrid. En 1893, 1896 y 1898, Céspedes consiguió el acta de diputado antes de que la dirección del partido Liberal Conservador le designara como candidato por Chinchón. En su primera comparecencia en el distrito, en las elecciones convocadas para el 16 de abril de 1899, Céspedes consiguió 3.997 votos, una cifra relativamente elevada, teniendo en cuenta que no era originario del distrito, como había sucedido con los anteriores diputados electos -Juez Sarmiento y del Pozo Egozque-. El censo electoral superaba por primera vez la barrera de los 10.000 electores, concretamente 10.117 votantes de los que 7.071 acudieron a las urnas.

Valentín Céspedes que, en una muestra más de la endogamia propia de la política española, era cuñado de otro diputado por el distrito, el marqués de Ibarra, electo en los años 1881 y 1886, no tuvo ninguna dificultad para renovar su acta en 1901, cuando 3.749 electores le otorgaron su apoyo en unas elecciones convocadas para el día 19 de mayo y en la que participaron 7.335 votantes de un censo total de 10.216 electores. Valentín Céspedes, que estaba emparentado por vía matrimonial con la familia Mac -Crohon, -estaba casado con Milagros Mac Crohon Acedo Rico- después de representar al distrito de Chinchón aún completó una extensa carrera política como diputado por Madrid en 1903 y senador por las provincias de León y Madrid hasta el año 1923.

Otros candidatos a la elección por el distrito de Chinchón

La alternancia de los candidatos liberales y conservadores por el distrito de Chinchón no evitó que en la mayoría de los comicios los políticos turnistas se enfrentaran a otros candidatos de distintas ideologías. Entre ellos destaca, sobre todo, el abogado y escritor Carlos Díaz Valero, reiterado candidato republicano que, pese a la evidente desventaja con la que partía en todas las elecciones, no cejó en su empeño de representar las ideas republicanas en unas localidades en las que resultaba particularmente complicado.

En 1893, la candidatura de Díaz Valero con vistas a las elecciones del año siguiente ya trabajaba en algunas localidades del distrito donde el abogado madrileño se desplazó para dar a conocer su programa:

Nuestro querido compañero y reputado jurisconsulto D. Carlos Díaz Valero, presenta su

candidatura á Diputado a Cortes por el distrito de Chinchón, donde cuenta con numerosas

simpatías.

Con el fin de inaugurar los trabajos de propaganda, ha visitado hace pocos días las

secciones de Arganda y Morata, y en este último punto celebró una magna reunión en los

amplios salones del domicilio de su elector, D. Germán Sánchez, asistiendo a aquélla gran

número de electores y de señoras.

El Sr. Díaz Valero, con tal motivo, pronunció un elocuente discurso, que fue aplaudido

con entusiasmo por todos los circunstantes.

Se da por segura la elección del joven candidato, si, como es de esperar, se practica la sinceridad prometida por todos los partidos. (La España Artística, 11 de febrero de 1893).

Díaz Valero repetiría su candidatura en varias ocasiones, en 1899, por ejemplo, pero el absoluto control que ejercían los partidos turnistas en un distrito rural como el de Chinchón otorgaban pocas posibilidades a un candidato republicano que, no obstante, volvería a intentarlo con el nuevo siglo.


Fuentes y bibliografía:

  • Madrid en la sociedad del siglo XIX. Vo.l 1. Consejería de Educación. Edición a cargo de Luis E. Otero Carvajal y Ángel Bahamonde. Secretaria General Técnica. Servicio de Publicaciones. Madrid, 1986.

  • Congreso de los Diputados. Diario de sesiones. Serie Histórica. www.congreso.es.

  • Oratoria y periodismo en la España del siglo XIX. Seoane, María Cruz. Fundación Juan March-Editorial Castalia. Madrid, 1977

  • El sistema electoral de la Constitución de 1845. Ull Pont, Eugenio. Revista de Derecho Político, nº 39. 1994., pp. 107-157. Departamento de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

  • O´Donnell. Perez Galdós Benito. Biblioteca digital abierta.Textos .info. 2018.

  • La revolución de julio. Pérez Galdós, Benito. Biblioteca Virtual Universal. 2003.

  • Memorias de hombre de acción: El sabor de la venganza. Baroja, Pío. Rafael Caro Baggio. Madrid, 1921.





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