jueves, 6 de julio de 2023

La elección de diputados a Cortes en el distrito de Chinchón 1846-1923 (VIII)

Silvestre Haro, natural de Chinchón, primer diputado republicano electo por el distrito

En las elecciones de 1873, radicales y conservadores, optaron por el retraimiento electoral

El 11 de febrero de 1873 quedó proclamada en España la I República. Un día antes, Amadeo I de Saboya había renunciado al trono. Con los escasos apoyos de los constitucionalistas de Sagasta y los radicales de Ruiz Zorrilla, el monarca que había sido elegido por las Cortes para cubrir el hueco dejado por la dinastía borbónica, no pudo superar la oposición de carlistas, alfonsinos y republicanos y dejó vía libre para que las Cortes, en sesión conjunta del Senado y el Congreso, proclamaran la República por una amplia mayoría, 258 a favor contra los escasos 32 diputados y senadores favorables a mantener la Monarquía.



En esta votación que confirmó el cambio de régimen, el representante que había conseguido el acta en las elecciones de agosto de 1872 por el distrito de Chinchón, el diputado radical Vicente Rodríguez, voto a favor de la República. Rojo Arias, el senador por Valladolid nacido en Morata y perteneciente también a la mayoría radical, se inclinó igualmente por apoyar la llegada de la República.

Con la nueva situación política, el presidente de gobierno Estanislao Figueras convocó elecciones a Cortes Constituyentes. Se trataba de poner fin a la situación de provisionalidad y de intentar acabar con la inestabilidad política en el país. Vano intento, como se confirmaría en los meses siguientes. En cualquier caso, las elecciones fueron convocadas entre los días 10 y 13 de mayo y, como se preveía, la mayoría de los partidos se inclinaron por el retraimiento electoral, esa práctica política tan característica de la política española del siglo XIX que, en esta ocasión, como había sucedido en las elecciones de agosto de 1872, provocó que gran parte del espectro político, desde los partidos más conservadores a los más extremistas, se abstuvieran de presentar candidatos.


Proclamación de la I República, 1873. (Fuente: La Ilustración Española y Americana)

Retraimiento electoral en el distrito de Chinchón y triunfo republicano

Si en la anterior convocatoria electoral los partidos conservadores habían optado por el retraimiento en el distrito de Chinchón, lo que facilitó el triunfo de la candidatura radical encabezada por Vicente Rodríguez, en esta ocasión tanto radicales como conservadores, constitucionalistas, monárquicos y republicanos unitarios dejaron vía libre para que el candidato de los republicanos federales de Pi y Margall, Silvestre Haro, consiguiera el escaño de diputado sin oposición. Y eso a pesar de que en las semanas previas a la convocatoria, en el periódico La Nación del día 23 de abril, se apuntó la posibilidad, no confirmada finalmente, de que el político y abogado morateño Ignacio Rojo Arias volviera a presentar su candidatura al Congreso de los Diputados por el distrito de Chinchón.

Realizadas las votaciones y completado el escrutinio, seguramente el más sencillo de toda la historia de más de setenta años del distrito, el candidato republicano Silvestre Haro consiguió el acta de diputado con el apoyo de 2.045 votos de un total de 2.621 electores que ejercieron su derecho, la cifra más baja de votantes de las registradas hasta entonces desde la instauración del sufragio universal masculino. Para confirmar este dato, basta con citar las elecciones de 1871, cuando 5.874 electores se acercaron a votar y el diputado elegido, Vicente Rodríguez, obtuvo el apoyo de 3.718 votantes, para hacernos una idea de las consecuencias del retraimiento electoral alentado por la mayoría de los partidos, tanto en el distrito de Chinchón como en todo el territorio nacional*.

Silvestre Haro y Recio, natural de Chinchón, fue el primer político que logró el acta del Congreso de los Diputados por un partido republicano y también el primero que había nacido en el distrito. Matriculado en los estudios de Derecho en la Universidad Central de Madrid, ya desde su ingreso en la facultad mostró su tendencia por las ideas republicanas y su activismo a la hora de participar en cuantos actos se convocaban. En una de estas convocatorias se sucedieron diversos incidentes que, a la postre, provocaron que Silvestre Haro fuese expulsado de la Universidad cuando cursaba el segundo curso de Jurisprudencia. En unión de otro estudiante de último curso, Felipe Díez, el futuro diputado por el distrito de Chinchón fue acusado en 1858 por el rectorado de promover disturbios y alborotos. A consecuencia de estos hechos, el jefe político de la provincia de Madrid y gobernador ordenó que ambos estudiantes fueran conducidos obligatoriamente a sus pueblos de nacimiento, Chinchón en el caso de Silvestre.

Ya instalado en Chinchón y ese mismo año de 1858 Silvestre Haro volvió a verse implicado en una confusa situación que le valió la detención y su ingreso en la cárcel del partido judicial durante 48 horas. Según los datos que aparecieron en el Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, el alcalde de Chinchón, Bernardo Aparicio, ordenó su detención cuando el político republicano se encontraba en la calle conversando con un tío suyo. En el texto de la denuncia se califica a Silvestre Haro como hombre peligroso, no solo por su genio díscolo y pendenciero, sino también por ser promotor de desórdenes y desobediente a la autoridad. Los hechos se produjeron en plenas fiestas de Chinchón y en un ambiente enrarecido que provocó la suspensión de los festejos taurinos. Posteriormente, pese a la denuncia del propio Silvestre Haro y del fiscal contra el alcalde por lo que consideraban una detención arbitraria, el gobernador denegó el procesamiento del alcalde (Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 4 de abril de 1859).

En su actividad parlamentaria no dejó mucho rastro el representante del distrito de Chinchón. En un periodo especialmente complejo de la vida política del país, inmerso en esos meses en la III guerra carlista, la lucha por la independencia en las últimas colonias americanas y, finalmente, la insurrección cantonal, Silvestre Haro sí que manifestó siempre su alineamiento con las ideas del republicanismo federal frente a los partidarios de la República unitaria o, en el otro extremo ideológico, el levantamiento cantonal. En noviembre de 1873, con Emilio Castelar al frente de la presidencia del Gobierno, Silvestre Haro fue uno de los firmantes de una carta de los diputados republicanos federales en la que mostraban el descontento con la acción de gobierno de un Emilio Castelar que, desde el punto de vista de los federales, estaba acabando con los principios republicanos y favoreciendo la acción de los enemigos de la República:

(…) Vivimos en un periodo de tiranía en que está vejada la prensa, la libertad a merced de los procónsules, la vida en manos del verdugo y la república deshonrada por atentados que la comprometen en el concierto de las naciones civilizadas (…).

(…) Los diputados que suscriben protestan una vez más de la conducta del Gobierno y lo señalan al país como responsable de las desdichas que están afligiendo a la república y han de herir el corazón de la patria. Por todas estas consideraciones creen cumplir un deber ineludible dirigiéndose, como lo hacen, por medio de esta comunicación protesta, a la Mesa de las Cortes, excitando su celo para que acuerde, si lo tiene a bien, la inmediata reunión de las mismas, como único medio, en su concepto de salvar la libertad y la república federal, que todos han votado. (Revista Cosas del año, noviembre de 1873).

Entre los firmantes de la carta suscrita por el diputado del distrito de Chinchón se encontraban destacados representantes defensores de la República Federal. Nicolas Estevanez, Ramón Cala y Luis Blanc todos ellos diputados y directores del periódico La Igualdad, firmaban la carta pública junto a José María Orense, marqués de Albayda, también director del periódico republicano y excelente orador y diputado que fuera definido por María Cruz Seoane, en su libro Oratoria y Periodismo en la España del siglo XIX, como integrante de la interesante raza de los aristócratas de rancio abolengo, ardientemente revolucionarios como el conde las Navas y el marqués de Albayda (...).

Tras esta primera y última experiencia como diputado en el Congreso de los Diputados, Silvestre Haro permaneció fiel a las ideas republicanas durante los años siguientes. Residente en su pueblo de Chinchón, donde aparecía identificado como cosechero de vino en 1889 (Los vinos y los y cereales, 28 de septiembre de 1889), Silvestre Haro aparece en 1879 -ya en pleno periodo de la restauración borbónica- como defensor del sufragio universal suprimido unos meses después de la vuelta al trono de Alfonso XII. El 30 de marzo de 1879, La Iberia publica una carta firmada por varios ex-diputados favorables a la República Federal en la que se plantea, de nuevo, el retraimiento electoral ante la falta de libertades y garantías democráticas:

(…) Para luchar [en las elecciones] es indispensable que haya condiciones de lucha. Sería evidentemente insensato que hombres inermes se prestaran a combatir con ejércitos armados de todas armas; no podrían hacer más que gastar sus fuerzas y aumentar las del enemigo proporcionándole fáciles victorias. Las armas de que aquí disponen los gobiernos para las contiendas electorales las conocemos todos.

(…) Hoy, lo sabe el país, no son electores sino ciertos contribuyentes. Los jornaleros están por completo excluidos de los comicios. Lo están aún los pequeños propietarios que no paguen al año cien reales al Tesoro, y los industriales que no paguen doscientos. Son todos aptos para servir en los ejércitos y pagar tributos en lo que consuman; pero no dignos a los ojos de los conservadores de intervenir en la elección de los hombres que hayan de representar lo mismo sus intereses que los de sus compatricios. Queda sin voto la inmensa mayoría de la nación, y con ella las clases más ávidas de libertad y reformas.

(…) Así las cosas, faltos completamente de garantías, nosotros todos los que este manifiesto suscribimos estamos por el más absoluto retraimiento: porque ningún demócrata vaya a las urnas ni para votar siquiera á los que como defensores de nuestros dogmas se presenten candidatos. Devuélvansenos las garantías y los derechos consignados en el título I de la Constitución de 1869 y exímasenos del juramento como lo hizo la revolución de Setiembre, y concurriremos a los comicios. Mientras no, hagamos en lo posible el vacío alrededor de los hombres que nos mandan (…). La Iberia, 30 de marzo de 1879).

Años después, en 1886 Silvestre Haro aún es miembro del Comité Republicano Federal de Chinchón y, en 1889, encabeza la reclamación al gobierno de una mejora en la carretera que unía Chinchón y Colmenar de Oreja [y Morata] con Madrid:

(…) Para que los recaudadores de contribuciones vayan a cobrar los impuestos siempre habrá camino, sacándonos hasta el ultimo céntimo para pagar esos sueldos tan perfectamente ganados por la actividad en el descacho de asuntos de tan vital interés para los pueblos (…) (La República, 20 de enero de 1889). Silvestre Haro y Recio falleció en Madrid el 3 de abril de 1904.


Las elecciones a Cortes Constituyentes del 10 de mayo de 1873 fueron boicoteadas por la mayoría de los partidos políticos en todos los distritos. Este retraimiento electoral facilitó el triunfo aplastante de las candidaturas del Partido Republicano Federal de Pi y Margall claro ganador con 346 escaños. A bastante distancia, el Partido Demócrata Radical de Cristino Martos consiguió 20 diputados. El Partido Constitucionalista de Sagasta, que se presentó en muy pocos distritos, consiguió 7 escaños. Los partidarios de la monarquía encabezada por el hijo de Isabel II, quien reinaría años después como Alfonso XII, liderados por Antonio Cánovas del Castillo alcanzaron tres escaños. Por último, otros partidos independientes lograron 7 escaños en un Congreso de los Diputados dominado con amplia mayoría por los republicanos federales.


Fuentes y bibliografía:

  • Madrid en la sociedad del siglo XIX. Vo.l 1. Consejería de Educación. Edición a cargo de Luis E. Otero Carvajal y Ángel Bahamonde. Secretaria General Técnica. Servicio de Publicaciones. Madrid, 1986.

  • Congreso de los Diputados. Diario de sesiones. Serie Histórica. www.congreso.es.

  • Oratoria y periodismo en la España del siglo XIX. Seoane, María Cruz. Fundación Juan March-Editorial Castalia. Madrid, 1977

  • El sistema electoral de la Constitución de 1845. Ull Pont, Eugenio. Revista de Derecho Político, nº 39. 1994., pp. 107-157. Departamento de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

  • O´Donnell. Perez Galdós Benito. Biblioteca digital abierta.Textos .info. 2018.

  • La revolución de julio. Pérez Galdós, Benito. Biblioteca Virtual Universal. 2003.

  • Memorias de hombre de acción: El sabor de la venganza. Baroja, Pío. Rafael Caro Baggio. Madrid, 1921.

  • Publicaciones y periódicos citados en el texto.

     

No hay comentarios:

Publicar un comentario