Juan Otazo de Guevara, promotor del cultivo de moreras en la vega del Tajuña
Solicitó a Felipe II la permuta y concentración de las tierras del mayorazgo para realizar las plantaciones
La pasada semana veíamos como Juan Otazo de Guevara planteó ante Felipe II un proyecto de canalización de las aguas del río Tajuña desde el molino del Congosto, en Perales, hasta sus tierras de las vegas de Eza y Villaverde, ya en término de Chinchón. Este proyecto, que beneficiaba sobre todo a su propiedad, nunca llegó a realizarse, pero no fue la única iniciativa que Otazo de Guevara planteó para rentabilizar sus patrimonio de fincas rústicas en Morata. En el año 1573, según conocemos por una cédula real emitida ese año, también solicitó licencia al rey para realizar una especie de concentración parcelaria de sus tierras para iniciar, acto seguido, la implantación del cultivo de moreras en la vega del Tajuña.
Juan Otazo de Guevara, aparte de poseedor del mayorazgo familiar en Morata, fue también protagonista de algunos proyectos de obras hidráulicas que planteó tanto en Morata - con la propuesta de construir un canal de riego-, como fuera de la villa, donde está documentada su participación como director de las primeras obras de construcción de la Real Acequia del Jarama. Este espíritu emprendedor de quien también ostentó el cargo de gentilhombre de boca en la corte de Felipe II, se manifestó también en la iniciativa con la que pretendía fomentar la introducción en la vega del Tajuña del cultivo de las moreras para, a la vez, favorecer la cría de gusanos y la elaboración de tejidos de seda.
En el último tercio del siglo XVI todas la labores relacionadas con la elaboración de la seda -plantación y cultivos de moreras, cria del gusano y la propia elaboración de la seda- habían sufrido de alguna manera el complicado momento político, económico y social que signioficó la expulsión de los moriscos del reino de Granada, unos de los centros principales de esta industria en la monarquía hispana junto con el reino de Valencia. Juan Otazo de Guevara, perteneciente a una familia de la pequeña nobleza murciana, otros de los centros de producción de hoja de morera más importantes del reino, vio en esta situación la oportunidad de introducir en la vega del Tajuña el cultivo de la morera*.
Para poner en la práctica esta propuesta de un nuevo cultivo en las tierras incluidas en las tierras de su mayorazgo juzgó que sería necesario agrupar sus propiedades rústicas de regadío para así aumentar la producción y rentabilizar las plantaciones. Sin embargo, esta innovadora idea de agrupar sus propiedades, en una especie de concentración parcelaria de ámbito privado, chocaba con un impedimento legal: al estar agrupadas sus tierras en un mayorazgo, legalmente no se podían enajenar, hipotecar o permutar sin el permiso real. De ahí la relación escrita enviada a los consejeros de Felipe II para intentar obtener la licencia de Felipe II para permutar y agrupar sus propiedades:
El conde Puñonrostro y otros.
Alcalde mayor de la villa de Morata que es lugar de behetría en el dicho oficio por parte de Juan Arias Portocarrero, conde de Puñonrostro, con Diego de Rojas y los concejos de Morata, Chinchón y Perales, y don Francisco de Zúñiga, Juan de Cáceres** y don Juan Otazo de Guevara nuestros (...) nos ha sido hecha relación que ellos tiene parte de sus mayorazgos en los términos de Morata, Perales y Chinchón, Eza y Villaverde y San Juan en tierras de labor y molinos, casas y viñas, distintas cada tierra una de otra, habiendo tierra de otras personas en medio y de las suyas unas entre otras y que el dicho Don Juan Otazo de Guevara quiere plantar de moreras*** y morales las tierras del dicho su mayorazgo y si fuese así vendría mucho daño a los demás susodichos porque con las dichas plantas asombraría y alargaría en ellas y les sería [hecho] mucho daño el cual cesaría reduciendo las plantas en dos o tres lugares trocando y concentrando todo lo susodicho entre ellos por tasación cosa por lo que valiese y así mismo con las personas particulares, de los cual todos recibirían ganancias y beneficio porque el dicho don Juan Otazo de Guevara tenga su planta junta para lo poder conservar sin que reciba daño y los demás le habrán tan notorio como se les seguiría de no poder labrar ni beneficiar sus tierras y esto por ser mayorazgos y menores y no lo pueden hacer sin licencia nuestra para ello, suplicándonos se la mandásemos dar o como la nuestra merced fuese, y porque queremos saber lo que en los susodichos pasa y qué tierras son las susodichas y si son de sus mayorazgos y el daño que los susodichos reciben y si les podemos conceder la licencia que piden para hacer el dicho trueque y con quién y cómo lo quieren hacer y si lo tienen concertado y si de concedérsela se seguiría inconveniente a ellos o a otras personas o sería en beneficio de todos, os mandamos que llamadas y oídas las partes de los sucesores en sus mayorazgos y los demás a quien toca hayáis información de lo susodicho y de que más cerca de ello viereis que debemos saber la cual con vuestro parecer y traslado de las cláusulas de los dichos mayorazgos, si prohiben la enajenación de los bienes de ellos firmada de vuestro nombre, signada de escribano, cerrada y sellada en manera que haga fe la habéis de dar a la parte de los susodichos para que la traigan y presenten ante nos y vista proveamos lo que convenga- Hecha en Madrid a 6 de abril de 1573 -Yo el rey. Refrendada de de Juan Vázquez, señalada de Velasco Fuenmayor y Liébana.
Cédula real solicitando la permuta de tierras para realizar la plantación de moreras (Fuente: PARES AGS, CCA,CED,323).
Como vemos, aunque la relación enviada a los consejeros reales estaba encabezada por el conde de Puñonrostro y que en ella también figuraban otros importantes propietarios no sólo de Morata, sino también de Perales de Tajuña y Chinchón, el verdadero interesado en que la solicitud prosperase era Juan Otazo de Guevara. El propietario del mayorazgo de la Vega del Tajuña, para apoyar su solicitud no dudó manifestar que, por las características y el tamaño de las moreras, este nuevo cultivo podía perjudicar no solo a los otros firmantes de la solicitud sino también al resto de los propietarios de los términos afectados cuyas propiedades lindaban con las de Juan Otazo:
(…) que el dicho Don Juan Otazo de Guevara quiere plantar de moreras y morales las tierras del dicho su mayorazgo y si fuese así vendría mucho daño a los demás susodichos porque con las dichas plantas asombraría y alargaría en ellas y les sería [hecho] mucho daño el cual cesaría reduciendo las plantas en dos o tres lugares trocando y concentrando todo lo susodicho entre ellos (…).
Como era habitual, tras recibir la solicitud de una merced real, los consejeros del rey solicitaban la elaboración de un informe al alcalde mayor -juez- de la villa. En este informe deberían constar las consecuencias que podían suceder en caso de responder afirmativamente a dicha solicitud, de ahí que quisieran conocer los posibles daños y beneficios que para los concejos y el resto de los propietarios podía suponer el proyecto planteado por Juan Otazo de Guevara. Además, al ser varios los mayorazgos afectados por el proyecto , también se solicitaba información sobre las circunstancias de los mismos y si permitían la permuta de sus bienes.
Aunque no contamos con la respuesta real a la solicitud de Juan Otazo de Guevara, es evidente que la iniciativa no llegó a materializarse. Sí que sabemos, por la evolución del patrimonio inmobiliario asociado a este mayorazgo de la familia Guevara, que con los años pasaría a los marqueses de Espinardo, que estos bienes lejos de estar concentrados, como solicitó en su momento Otazo de Guevara, permanecieron localizados en varios parajes de los términos de Perales, Morata y Chinchón.
Sin embargo, que no llegara a introducirse el cultivo de moreras en la vega del Tajuña, tal como planteaba en su propuesta Juan Otazo de Guevara, no significa que éste dejara de promover iniciativas o proyectos de negocio en Morata y villas de su entorno. Así lo veremos la próxima semana, cuando finalicemos esta serie de entregas del blog centradas en la figura de este personaje tan bien relacionado con la corte de Felipe II, como gentilhombre de boca del rey, que no dejó de intentar incrementar su influencia a través de sus relaciones con los consejeros reales como también veremos en la última entrega.
*Curiosamente algunas informaciones de la época ya relacionaban el origen del nombre de Morata en la presencia en la vega del Tajuña a su paso por el término municipal del cultivo de Moreras. En la primera respuesta de lasRelaciones Topográficas que mandó elaborar Felipe II así lo expresaba el cura Mexía, presbítero de la parroquia dde Nuestra Señora de la Paz de Morata:
En cuanto al primer capítulo dixeron [sic] que la dicha villa de Morata se ansí de tiempo inmemorial a esta parte, sin que haya habido memoria de cuando empezó a llamarse ansí, pero que se presume llamarse Morata o porque había en su término muchas moreras y morales, o por ser tierra dispuesta para ello de tener mucho riego, y ansí [sic] al presente hay morales muy antiguos y se dice haber habido antes más (…). Morata, a 18 agosto de 1580.
**En la relación enviada al rey para solicitar la permuta de terrenos aparecen los nombres de otros grandes propietarios de los términos afectados por la propuesta de Juan Otazo de Guevara:
Francisco de Zúñiga, pertenecía ente a una familia emparentada vía matrimonio con los Guevara.
Juan de Cáceres, era miembro de una familia originaria de Segovia y propietario de otro mayorazgo sobre unas tierras de Morata, la mayoría de ellas localizadas en el paraje de El Taray. El molino del Taray también perteneció a esta familia que en el siglo XVII vendería su propiedad al marqués de Leganés.
Por último, Juan Arias Dávila, conde de Puñonrostro, pertenecía también a un rico linaje originario de la ciudad Segovia y con mayorazgo establecido sobre tierras en Morata y en término de Chinchón, en las vegas de Eza y Villaverde, donde también se localizaba el castillo de Casasola.
***Todas la labores relacionadas con la seda tenían una importancia capital en las cuentas de la monarquía española. En 1580, por ejemplo, se calculaba que sólo en el reino de Valencia se producían anualmente 400.000 libras de este tejido de lujo. Tras la crisis provocada por la deportación de los moriscos del reino de Granada, el propio rey promovió la plantación de moreras. Por otra parte, la ciudad de Toledo, de la que Morata no estaba muy alejada geográficamente, también era un importante centro de producción sedera que necesitaba el aporte de la materia prima de las hojas de morera y la seda producida por los gusanos alimentados con dichas hojas.
Fuentes y bibliografía:
Libro registro general de cédulas. Archivo General de Simancas, CCA,CED,323 (pág. 14-15).
Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999. (Transcripción de las respuestas al interrogatorio).
La declinación de la monarquía hispánica en el siglo XVII. Actas de la VII reunión Científica de la Fundación Española Moderna. Fundación Española de Historia Moderna. Aranda Pérez, José, coordinador. Ediciones de la Universidad de Castilla-Mancha, 2004.
El nuevo horizonte de las investigaciones sobre la segunda repoblación en el reino de Granada(1570-1630). Barrios Aguilar, Manuel. En hombre y territorio en el reino de Granada. Barrios Aguilera, Manuel y Andújar Castillo, Francisco (eds.) Almería, 1995.
Los inicios de la nueva industria sedera en Toledo (1475-1508). Rozas Español, Ángel. Https//dol.org/10.6018/medievalismo.505041
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