miércoles, 17 de agosto de 2016

La colección de cuadros del marqués de Leganés en Morata (IV)


El marqués de Salamanca adquirió la mayoría de los cuadros del palacio de Morata que José Madrazo había comprado, previamente, a los condes de Altamira

Estos cuadros pasarían, años más tarde, a otros propietarios como el marqués de Cerralbo.

El Senado español también adquirió parte de la colección original del marqués de Leganés


Tras las sucesivas ventas y subastas que la familia Altamira realizó en diferentes momentos del siglo XIX, la colección de pinturas que el I marqués de Leganés destinó a su residencia en Morata fue desapareciendo del palacio señorial. José Madrazo, el embajador de Inglaterra en España, Henry Wellesley, y otros coleccionistas privados adquirieron la propiedad de estas obras de arte.
Al morir en 1858 José Madrazo, que había adquirido como vimos en la anterior entrega del blog al menos 61 obras depositadas en el palacio de Morata de los condes de Altamira, su colección pictórica, una de las más destacadas y prestigiosas del país, fue puesta en venta, lo que permitió al marqués de Salamanca, una de las fortunas más importantes de la época, hacerse con la propiedad de muchos de estos cuadros.
El marqués de Salamanca, el financiero que dio nombre al barrio madrileño y que destacó por su espíritu emprendedor  y arriesgado en los negocios –fue inversionista en sectores tan dispares como el monopolio de la sal y los ferrocarriles, como promotor del  tendido de alguna de las vías férreas más importantes-, aprovechó estas ventas para hacerse con muchos de los cuadros que Madrazo había adquirido del marqués del Altamira. Su palacio madrileño en el paseo de Recoletos y la finca que compró a la corona española en el entonces pueblo de Carabanchel, Vista Alegre, fueron algunas de sus residencias más emblemáticas y el lugar destinado a mostrar sus adquisiciones de obras de arte, no solo pintura, a la alta sociedad madrileña.
Entre las obras de su colección de pinturas tienen un lugar destacado las que adquirió a la muerte de José Madrazo. Curiosamente, Madrazo había sido el e experto que había asesorado al marqués cuando inició sus colecciones de obras de arte. Naturalmente, entre estas adquisiciones muchas procedían de la antigua colección que el marqués de Leganés  había depositado en su palacio de Morata. Pinturas de Tiziano (El duque de Ferrara), Quentin Metsys (Banqueros contando dinero y Anciana mesándose los cabellos, entre otros), Frans Snynders (Fábulas de La liebre y la tortuga, La cabra y los lobeznos, La serpiente y los puercoespines, El perro y el puente, …), Gaspar de Crayer (Retrato de Isabel Clara Eugenia de Austria), Jan Wildens (Llegada de María de Médicis a Amberes), Paul de Bos (Bodegón con figuras),  El Bosco (Expulsión de los judíos del templo) Gerard Seghers (Autorretrato),  Salomon Noveliers (Retrato de María de Portugal), Pedro Pablo Rubens  (Retrato de Isabel de Borbón), Anton Van Dyck (Retrato del I marqués de Leganés) y varios retratos de autores anónimos (Emperatriz Isabel de Portugal, Dux de Venecia, Cristóbal Reincourt, Francisco Antonio Gamasa, Antonio Arias Sotelo, Conde de la Ribera, …) son algunas de las adquisiciones que José de Salamanca realizó cuando se puso a la venta la colección de José Madrazo y que este, previamente, había adquirido a los condes de Altamira. En total, el marqués de Salamanca pago por los cuadros propiedad de la familia Madrazo –tras la muerte del pintor de cámara a los 79 años de edad-, alrededor de 285.000 pesetas, una auténtica fortuna en la época que los adquirió (23 de julio de 1861).
Los cuadros de Morata cambian de propietario
Sin embargo, como ya sucediera a comienzos del siglo XIX, los problemas económicos de los propietarios que habían adquirido las pinturas del palacio de Morata iban a propiciar nuevas ventas y la dispersión en distintos lugares de las obras coleccionadas por el marqués de Leganés en el siglo XVIII. El marqués de Salamanca vio como mermaban sus finanzas y la necesidad de capitalizar sus propiedades empujaron a éste y a sus herederos a desprenderse de su colección de obras artísticas.  La situación política en la monarquía española y la crisis social y económica que provocaron las guerras carlistas y la inestabilidad en las instituciones afectaron muy directamente a José de Salamanca: la venta y la subasta de las pinturas fue el recurso que encontró el financiero para sanear sus cuentas y evitar la quiebra de sus negocios. En 1867 se convocó una primera subasta de cuadros en París, por aquellos años el centro artístico europeo y principal mercado de obras de arte de todas las épocas. Esta subasta provocó la protesta en los círculos culturales españoles ante la posibilidad, como así sucedió,  de que salieran de España, para no volver,  obras pertenecientes al patrimonio artístico español.
De nada sirvieron las protestas y en su residencia parisina el marqués organizó la venta de parte de su colección. Hasta París se trasladaron 300 obras que alcanzaron un importe de 1.600.000 francos. En esta subasta y entre los cuadros vendidos se encontraban, entre otros, obras de Gaspar de Crayer (Retrato de la infanta Doña Isabel), Guido Reni (Hipómenes y Atalanta) y Salomón Noveliers (Retrato de la reina Ana de Austria y retrato del archiduque Alberto de Austria), todas ellas procedentes originariamente de la colección del marqués de Leganés y de su palacio de Morata.
Pero los problemas económicos del financiero continuaban y en En 1875 José de Salamanca se vio obligado a realizar una nueva subasta en París (En esta ocasión salieron de España 200 cuadros) celebrada en el hotel Drouot. Como sucedió en 1867, la venta del patrimonio pictórico del financiero fue anunciada en los círculos culturales parisinos y para animar a los posibles compradores se editó un catálogo con las características de las obras puestas en almoneda.
 Catálogo de la subasta celebrada en París, en 1875, en la que se vendieron algunos de los cuadros que el marqués de Leganés destinó a su palacio de Morata
 En este catálogo, en el que se anunciaba la subasta de la Collection Salamanca. Tablas Anciens des ecoles Espagnole, Ytalianne, Flamande et Hollandaise provenent des galeries de l´infant don Luis de Bourbon, du marquis d´Altamira, du marquis ´d´Ameinera, de Iriarte, de la contesse de Chinchón, de don José de Madrazo, etc, etc. se hace una relación de las obras más importantes sacadas a subasta, entre ellas, de nuevo, pinturas procedentes originariamente del palacio de Morata y pertenecientes, en periodos sucesivos, a la Casa de Altamira, a José Madrazo y, por último, al marqués de Salamanca.
Entre las pinturas de esta segunda subasta, aparte de obras de Goya, Murillo y otros autores destacados sin relación con la colección primitiva del marqués de Leganés, se citan obras de Velázquez (Retrato de una dama de la corte de Felipe IV y Le renardier du roy), Zurbarán (La Asunción y Penitente gris) que sí pertenecieron a la casa de Leganés o a la de Altamira, aunque nunca estuvieron expuestas en el palacio de Morata. Otras de diversos autores sí que colgaron de las paredes de la residencia palaciega de los marqueses de Leganés y de los condes de Altamira. Algunas de ellas, son las siguientes:
·       Quentin Metsis (Banqueros contando dinero y retrato de personaje desconocido).
·       Frans Snynders (Fábula del perro y el puente).  
·       Jan Wildens (Llegada de María de Medicis a Amberes y Vista de Amberes).
·       Van Dyck (Retrato de don Diego Felípez de Guzmán).
·       Y distintos cuadros de autores anónimos (Meretriz y Doncella de Venecia).
El marqués de Cerralbo y el Senado, nuevos propietarios de pinturas procedentes del palacio de Morata
Tras esta segunda subasta, algunas de las obras que el marqués de Leganés había depositado en su palacio de Morata abandonaron España definitivamente jamás regresarían a nuestro país. Afortunadamente, alguno de los compradores de la colección del marqués de Salamancas sí que eran españoles y las obras que adquirieron permanecieron –y permanecen, en el patrimonio cultural español. Entre estos coleccionistas de obras de arte destacó el marqués de Cerralbo. Como sucedió con muchos compradores de obras de arte en esos años, aprovechó las dificultades económicas de las casas nobiliarias a partir de la segunda mitad del siglo XIX (Osuna, Somosancho, Algete, Altamira,…) para incrementar su colección de obras artísticas. Las sucesivas subastas de miembros destacados de la burguesía como el marqués de Salamanca también le permitió acceder a la adquisición de pinturas que, según hemos visto, habían estado colgadas en el palacio de Morata cuando era propiedad de los marqueses de Leganés y de los condes de Altamira.
El marqués adquirió algunas de las obras que, previamente, el marques de Salamanca había adquirido a Madrazo procedentes del palacio de Morata. Entre estas obras se pueden citar las siguientes:
·       Fábula de la serpiente y los puercoespines, de Frans Synders.
·       Autorretrato, de de Julio César Procaccini.
·       Retrato de una mujer que se llama Bonifacia, del taller de Tanzio de Varello.
·       Frutero con duraznos, de Juan van der Hamen.
·       Además de estas obras el marqués de Cerralbo también poseía previamente a estas compras una obra de un autor anónimo flamenco, San Juan en Patmos, que en su momento también estuvo colgada en el palacio de Morata.
 Retrato de Juan de Garay, del palacio de Morata al palacio del Senado
Otra parte muy destacada de la antigua colección del marqués de Leganés que había adquirido el marqués de Salamanca a José Madrazo, y en distintos momentos históricos se habían localizado en Morata, pasaron, afortunadamente, a formar parte del patrimonio de público. A diferencia de otras obras, estas pinturas, permanecen en España gracias a que fueron vendidas al Senado español.  Pérez Preciado, en su tesis sobre el marqués de Leganés, cifra el importe este lote, formado en su mayor parte por retratos de militares y distintos personajes, en 18.600 pesetas, en una venta que se materializó el 3 de julio de 1883. Ente las obras adquiridas por el Senado figuran:
·       Anónimo flamenco, Retrato de militar.
·       Anónimo, Retrato del dux de Venecia.
·       Giustus Sestermars, Marqués Cosimo Ricardi.
·       Anónimo flamenco, Retrato del Padre Camasa.
·       Anónimo italiano, Don Antonio Arias Sotelo.
·       Anónimo italiano, Cristóbal de Reincourt.
·       Anónimo Italiano, Conde de la Ribera.
·       Anónimo Italiano, Don Juan de Garay.
·       Anónimo italiano, Don Juan de la Gata.
·       Anónimo Italiano, Gil de Haes.
·       Anónimo italiano, Don Tiberio Brancaccio.
·       Anónimo italiano, Marqués Pablo Antonio Lunato.
·       Anónimo Italiano, Príncipe Reinaldo d´Este.
·       Anónimo italiano, Barón de Battevilla.
·       Anónimo italiano, Barón de Seback.
·       Santiago Morán, Don Sancho de Ávila.
·       Anónimo italiano, Conde Galeosotrot.
·       Anónimo, Don Rodrigo de Múgica y Butrón.
·       Anónimo italiano, Miembro del consejo Secreto.
·       Anónimo italiano, Maestre de campo desconocido (Siete cuadros con esta denominación).
Aparte de estos cuadros que pertenecieron al marqués de Salamanca procedentes de Morata, el Senado también adquirió posteriormente otras dos pinturas que también estuvieron depositadas en el palacio de Morata:
·       Anónimo italiano, Conde Matías Galasso (Adquirido a José de Gayangos en 1909).
·       Anónimo italiano, Personaje desconocido (Adquirido también a José de Gayangos).
Fuentes y bibliografía:
Pérez Preciado, José Juan. El marqués de Leganés y las artes. Tesis doctoral. Universidad Complutense. Facultad de Geografía e Historia. Madrid 2010.
Madrazo, Federico. Recuerdos de mi vida. Museo Romántico. Madrid 1994.
Eva Mª Ramos Frendo, Eva María. El marqués de Salamanca, un apasionado coleccionista. RIUMA, Investigación, Historia del Arte. Universidad de Málaga, 2012.
Catálogo de la venta en Paris, año 1875. Collection Salamanca. Tablas Anciens des ecoles Espagnole, Ytalianne, Flamande et Hollandaise … (Tomado de la Biblioteca Nacional Francesa).
Catálogo de la exposición “Los Madrazo, una familia de artistas”. Museo Municipal de Madrid. Ayuntamiento de Madrid, Concejalía de Cultura. Madrid, 1985.

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