La calle Colmenares se sitúa en el entorno donde tradicionalmente se realizaron actividades apícolas
La calle Colmenares, situada
en el noreste de Morata, es una de las vías urbanas cuyo nombre tiene relación
con una actividad económica, la apicultura, que en siglos pasados mantuvo una
discreta actividad en el municipio. El porqué de esta denominación está ligado
al hecho de que era esta zona del municipio donde se localizaban la mayor parte
de las colmenas que en su momento se explotaron en Morata. En esta zona se
instalaron colmenas hasta los años 70 del pasado siglo y muchos años antes, en
el siglo XVIII, ya se documenta la presencia de Colmenares en la zona.
Zona de Morata donde tradicionalmente se localizaban los colmenares
En efecto, la cría de abejas
ocupó a varios vecinos de Morata en torno al año 1751, fecha de la elaboración
del Catastro de Ensenada. Así quedó registrado en los documentos que se
conservan del catastro, donde aparecen relacionados los nombres de algunos de los vecinos que declararon la
presencia de colmenas en su patrimonio: Manuel Sánchez de San Agustín, propietario
de una casa en la calle Real a Chinchón con (...)
un huerto contiguo a la casa con quince colmenas.
Francisco Sánchez Alonso, propietario de once
colmenas que tiene en (...) un corral en
la calle que llaman Morería.
Lucas Pérez, Miguel Salcedo y Miguel Martínez Serrano también declaran poseer colmenas, al
igual que Manuel Ramírez, que hace relación de que cerca de la ermita de la
Concepción posee un cercado con un colmenar:
(...)
donde llaman La Concepción que tiene treinta varas de ancho y cuarenta de
largo, cercado de piedra con doce colmenas y en el siete olivos.
Para explicar la localización de las colmenas en esta zona del municipio acudimos
a José Hidalgo Tablada. Este escritor, del que ya trazamos su trayectoria
biográfica en el blog –recordemos que fue alcalde de Morata y juez municipal-
publicó un Tratado de las abejas, su multiplicación y
productos en España (1875) en el que explicaba las técnicas apícolas con numerosas
referencias a las colmenas instaladas en Morata en las últimas décadas del
siglo XIX, cuando él mismo afirmaba ser propietario de algunas colmenas en el
término municipal. Sobre los terrenos más apropiados para situar los
colmenares, Hidalgo Tablada se expresaba así:
(…) La exposición al norte por completo, no es conveniente, ni tampoco la
del oeste, sea cual sea la región de España; en tales sitios calienta el sol
tarde, en particular en la primavera, época de las flores en general, y las que
más aprovechan las abejas. En 1846 el conde Sástago puso un colmenar cerca del
rio Tajuña (en Morata, donde escribimos), y el colmenero, ignorante como la
generalidad, lo situó expuesto al oeste y poco reservado del norte: el
resultado fue como debía preverse, perderse las colmenas, de las que solo queda
un enjambre que por sí se situó en la cornisa del tejado de una casa cercana en
exposición Sur Este, en cuyo punto estaba hace pocos años, y aún creemos existe
(…).
Al explicar su propia
experiencia como apicultor, Hidalgo tablada se pronunciaba a favor de proteger
las colmenas de los vientos del norte, precisamente en la zona donde
tradicionalmente se instalaron los
colmenares en Morata, orientados al sur:
(…) Nosotros, cuando en
1844 pusimos el primer colmenar que aún poseemos, lo situamos en exposición de
este, en terreno inclinado mirando a la vega del río Tajuña, en esta situación
y sin embargo de de haber arbolado en las inmediaciones hemos observado que el
calor del sol que muy pronto pone en movimiento por las mañanas a las abejas,
les es perjudicial; pues la temperatura que hay en la colina y más en el
colmenar abrigado del norte, es dos veces mayor que la del aire ambiente, y se
las ve en el aguadero ahogarse, porque el frío las entumece, y en las flores
llenas de rocío estar paradas y sin acción por causa de la diferencia y baja
temperatura(…). Por los resultados observados, según el párrafo anterior,
construimos después otro colmenar orientándolo
al Sur Este; en cuya posición vemos que se encuentran mejor (…).
Libro de José Hidalgo Tablada, alcalde de Morata en el siglo I, sobre la apicultura
Hidalgo Tablada también
hacia referencia en su libro a las principales especies que utilizaban las
abejas para la fabricación de miel en el campo morateño, especies que según sus
observaciones, se adelantaban entre una y tres semanas en su floración respecto
a otras zonas apícolas de la zona centro. Entre las especies que citaba se
encontraban las flores de olmos, almendros, romeros, ciruelo, lilas, tomillo,
peras, manzano, paraíso.
También hace referencia
Hidalgo Tablada a la actividad apícola de otros morateños y refiere el caso de
un amigo y lo problemas que tenía para mejorar su producción de miel, en su
opinión originados por la cercanía de uno de los charcos utilizados para lavar
la ropa, aunque el autor no identifica cuál de estos charcos, de los cuatro que
había en Morata, era el que originaba el problema:
Un amigo nuestro de esta localidad, cuya actividad e inteligencia en
la práctica de la agricultura es reconocida y estimada, viene luchando hace
muchos años, con tener colmenas en una finca que reúne todas las condiciones
necesarias al efecto, pero que sin embargo no puede conseguirlo: pone colmenas,
en que al fin se le muere el ganado, y no consigue sostenerlas. Examinado
nosotros el motivo, hemos creído encontrarlo en que, siendo sitio en que constantemente
se lava en los estanques la ropa de la mayor arte del pueblo, el agua de jabón,
como es sabido mata a las moscas, aunque las gusta y beben con avidez, y siendo
las abejas del orden de los himenópteros, las perjudica las aguas alcalinas aunque
gustan de ellas. (…) Es para nosotros una cuestión resuelta, que deben
colocarse las colmenas lejos de los sitios que hay lavaderos de ropa, sin lo
cual debe esperarse malos resultados.
Tablada también hace
referencia a los precios de las colmenas:
En 1844, época de que datan las colmenas que nosotros tenemos,
compramos 12, con las que hemos formado los colmenares que tenemos, y nos costó
cada una 40 reales: hoy en la misma localidad, valen de 40 a 50.
El autor también cita los rendimientos
de esta actividad:
El producto de un colmenar está sujeto a muchas eventualidades
independientes del cuidado que se debe tener con las abejas (…). Sin embargo,
los años secos y que favorecen poco la vegetación, se hacen sentir de tal
manera, que el producto de las colmenas queda reducido a nada, si no hay
pérdidas, como tuvo lugar el año anterior de 1874, que en muchos pueblos de las
inmediaciones de este de Morata de Tajuña, y en él, no se recogieron enjambres,
miel, ni cera. (…) Una colmena, por término general, produce de ocho a diez
libras de miel y de dos a tres libras de cera en años regulares. El precio de
la cera y la miel 8 reales la libra y unos 48 reales por colmena.
En cualquier caso y aunque
la actividad apícola nunca ha estado muy extendida en Morata, la existencia de
la calle Colmenares en la toponimia morateña sí que sirve para recordar que en
otras épocas la zona en torno a esta calle era la elegida por los morateños
para situar la mayoría de sus colmenas.
Fuentes y bibliografía:
Hidalgo Tablada, José de.
Tratado de las abejas, su multiplicación y productos en España. Librería
Cuesta. Madrid, 1875.
Miranzo Sánchez-Bravo,
Agustín. Morata de Tajuña según el Catastro de Ensenada. Bubok, 2011.
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