miércoles, 14 de septiembre de 2016

Las calles de Morata y su denominación en el callejero (I)


La calle Colmenares se sitúa en el entorno donde tradicionalmente se realizaron actividades apícolas

La calle Colmenares, situada en el noreste de Morata, es una de las vías urbanas cuyo nombre tiene relación con una actividad económica, la apicultura, que en siglos pasados mantuvo una discreta actividad en el municipio. El porqué de esta denominación está ligado al hecho de que era esta zona del municipio donde se localizaban la mayor parte de las colmenas que en su momento se explotaron en Morata. En esta zona se instalaron colmenas hasta los años 70 del pasado siglo y muchos años antes, en el siglo XVIII, ya se documenta la presencia de Colmenares en la zona. 

Zona de Morata donde tradicionalmente se localizaban los colmenares

En efecto, la cría de abejas ocupó a varios vecinos de Morata en torno al año 1751, fecha de la elaboración del Catastro de Ensenada. Así quedó registrado en los documentos que se conservan del catastro, donde aparecen relacionados los nombres de algunos de los vecinos que declararon la presencia de colmenas en su patrimonio: Manuel Sánchez de San Agustín, propietario de una casa en la calle Real a Chinchón con (...) un huerto contiguo a la casa con quince colmenas.
Francisco Sánchez Alonso, propietario de once colmenas que tiene en (...) un corral en la calle que llaman Morería.
Lucas Pérez, Miguel Salcedo  y Miguel Martínez Serrano  también declaran poseer colmenas, al igual que Manuel Ramírez, que hace relación de que cerca de la ermita de la Concepción posee un cercado con un colmenar:
(...) donde llaman La Concepción que tiene treinta varas de ancho y cuarenta de largo, cercado de piedra con doce colmenas y en el siete olivos.
Para explicar la  localización de las colmenas en esta zona del municipio acudimos a José Hidalgo Tablada. Este escritor, del que ya trazamos su trayectoria biográfica en el blog –recordemos que fue alcalde de Morata y juez municipal- publicó un Tratado de las abejas, su multiplicación y productos en España (1875) en el que explicaba las técnicas apícolas con numerosas referencias a las colmenas instaladas en Morata en las últimas décadas del siglo XIX, cuando él mismo afirmaba ser propietario de algunas colmenas en el término municipal. Sobre los terrenos más apropiados para situar los colmenares, Hidalgo Tablada se expresaba así:
(…) La exposición al norte por completo, no es conveniente, ni tampoco la del oeste, sea cual sea la región de España; en tales sitios calienta el sol tarde, en particular en la primavera, época de las flores en general, y las que más aprovechan las abejas. En 1846 el conde Sástago puso un colmenar cerca del rio Tajuña (en Morata, donde escribimos), y el colmenero, ignorante como la generalidad, lo situó expuesto al oeste y poco reservado del norte: el resultado fue como debía preverse, perderse las colmenas, de las que solo queda un enjambre que por sí se situó en la cornisa del tejado de una casa cercana en exposición Sur Este, en cuyo punto estaba hace pocos años, y aún creemos existe (…).
Al explicar su propia experiencia como apicultor, Hidalgo tablada se pronunciaba a favor de proteger las colmenas de los vientos del norte, precisamente en la zona donde tradicionalmente se instalaron  los colmenares en Morata, orientados al sur:
(…) Nosotros, cuando  en 1844 pusimos el primer colmenar que aún poseemos, lo situamos en exposición de este, en terreno inclinado mirando a la vega del río Tajuña, en esta situación y sin embargo de de haber arbolado en las inmediaciones hemos observado que el calor del sol que muy pronto pone en movimiento por las mañanas a las abejas, les es perjudicial; pues la temperatura que hay en la colina y más en el colmenar abrigado del norte, es dos veces mayor que la del aire ambiente, y se las ve en el aguadero ahogarse, porque el frío las entumece, y en las flores llenas de rocío estar paradas y sin acción por causa de la diferencia y baja temperatura(…). Por los resultados observados, según el párrafo anterior, construimos después otro colmenar orientándolo al Sur Este; en cuya posición vemos que se encuentran mejor (…).  

Libro de José Hidalgo Tablada, alcalde de Morata en el siglo I, sobre la apicultura

Hidalgo Tablada también hacia referencia en su libro a las principales especies que utilizaban las abejas para la fabricación de miel en el campo morateño, especies que según sus observaciones, se adelantaban entre una y tres semanas en su floración respecto a otras zonas apícolas de la zona centro. Entre las especies que citaba se encontraban las flores de olmos, almendros, romeros, ciruelo, lilas, tomillo, peras, manzano, paraíso.
También hace referencia Hidalgo Tablada a la actividad apícola de otros morateños y refiere el caso de un amigo y lo problemas que tenía para mejorar su producción de miel, en su opinión originados por la cercanía de uno de los charcos utilizados para lavar la ropa, aunque el autor no identifica cuál de estos charcos, de los cuatro que había en Morata, era el que originaba el problema:
Un amigo nuestro de esta localidad, cuya actividad e inteligencia en la práctica de la agricultura es reconocida y estimada, viene luchando hace muchos años, con tener colmenas en una finca que reúne todas las condiciones necesarias al efecto, pero que sin embargo no puede conseguirlo: pone colmenas, en que al fin se le muere el ganado, y no consigue sostenerlas. Examinado nosotros el motivo, hemos creído encontrarlo en que, siendo sitio en que constantemente se lava en los estanques la ropa de la mayor arte del pueblo, el agua de jabón, como es sabido mata a las moscas, aunque las gusta y beben con avidez, y siendo las abejas del orden de los himenópteros, las perjudica las aguas alcalinas aunque gustan de ellas. (…) Es para nosotros una cuestión resuelta, que deben colocarse las colmenas lejos de los sitios que hay lavaderos de ropa, sin lo cual debe esperarse malos resultados.
Tablada también hace referencia a los precios de las colmenas:
En 1844, época de que datan las colmenas que nosotros tenemos, compramos 12, con las que hemos formado los colmenares que tenemos, y nos costó cada una 40 reales: hoy en la misma localidad, valen de 40 a 50.
El autor también cita los rendimientos de esta actividad:
El producto de un colmenar está sujeto a muchas eventualidades independientes del cuidado que se debe tener con las abejas (…). Sin embargo, los años secos y que favorecen poco la vegetación, se hacen sentir de tal manera, que el producto de las colmenas queda reducido a nada, si no hay pérdidas, como tuvo lugar el año anterior de 1874, que en muchos pueblos de las inmediaciones de este de Morata de Tajuña, y en él, no se recogieron enjambres, miel, ni cera. (…) Una colmena, por término general, produce de ocho a diez libras de miel y de dos a tres libras de cera en años regulares. El precio de la cera y la miel 8 reales la libra y unos 48 reales por colmena.
En cualquier caso y aunque la actividad apícola nunca ha estado muy extendida en Morata, la existencia de la calle Colmenares en la toponimia morateña sí que sirve para recordar que en otras épocas la zona en torno a esta calle era la elegida por los morateños para situar la mayoría de sus colmenas.

Fuentes y bibliografía:
Hidalgo Tablada, José de. Tratado de las abejas, su multiplicación y productos en España. Librería Cuesta. Madrid, 1875.
Miranzo Sánchez-Bravo, Agustín. Morata de Tajuña según el Catastro de Ensenada. Bubok, 2011.

No hay comentarios:

Publicar un comentario