miércoles, 16 de noviembre de 2016

Las calles de Morata y su denominación en el callejero (X)


Carrera del Mediodía-Carrera de Poniente (Calle que llaman de la carrera junto a la Cruz de Calderón-Carrera de la Antigua al Rosario)

La carrera del Mediodía, junto con la carrera de Poniente, Oriente y Norte, fueron las calles y vías urbanas que durante muchos años delimitaron el casco urbano de Morata. Aún hoy, conservan el mismo nombre, excepto en el caso de la carrera del Norte que perdió esta denominación desde la construcción de la estación del ferrocarril a comienzos del siglo XIX. Al menos hasta el  pasado siglo, estas calles constituyeron el límite externo del casco urbano de Morata, -una especie de circunvalación- y en su entorno se encontraban la mayoría de las eras de pan trillar que durante siglos se utilizaron para las labores de separar el grano de los cereales de la paja.

 
La actual carrera del Mediodía ya constituía el límite sur del casco urbano de Morata a mediados del siglo XVIII. En el Catastro de Ensenada se registraron en esta calle, conocida en esos años como calle que llaman de la carrera junto a la Cruz de Calderón, diez viviendas y un solar. Como ya apuntamos en anteriores entregas, en torno a esta carrera estaría el antiguo humilladero conocido como Cruz de Calderón. Su trazado, con casas únicamente en su fachada norte, discurría entre la actual calle de la Estrella y la calle Cristo de la Sala. En esos años, el tramo desde la confluencia con la calle de la Estrella hasta la salida a la carretera de Perales era conocido como calle de la Texería vieja, (que contaba con cinco viviendas) nombre que apunta a la existencia en esa zona, en épocas anteriores  al catastro, de algún tipo de establecimiento en el que se fabricarían las típicas tejas árabes tradicionales en los viviendas de Morata.

La que hoy conocemos como carrera de Poniente, denominación que ha conservado  al menos desde el siglo XIX, fue identificada por los redactores del Catastro de Ensenada como carrera de la Antigua al Rosario o calle que sale al Rosario y, en efecto, esta calle comunicaba la ermita de la patrona de Morata con el entorno de la antigua ermita del Rosario a la que ya nos referimos en anteriores entregas. Esta calle sólo contaba en esos años con once viviendas, un pajar  y un solar situados en la fachada de oriente.

En su parte oriental, el casco urbano de Morata estaba delimitado a mediados del siglo XVIII por la llamada calle de la Jabonería (Actual calle del Picadero) y la calle de la Jabonería a los Oteros (conocida hoy como calle del Sol).  La referencia a la jabonería está ligada, lógicamente, a la existencia de un establecimiento donde se fabricaba jabón y que en esos años, según el propio catastro, ya estaba arruinado y que era propiedad del conde de Altamira. La que hoy conocemos como carrera de Oriente, es una zona de Morata que se urbanizó posteriormente a la redacción del Catastro de Ensenada y que recibió ese nombre posiblemente ya en el siglo XIX cuando se construyeron las primeras casas en esa zona.

Tampoco la carrera del Norte -nombre que actualmente no existe en el callejero de Morata y que se corresponde con la zona situada en el entorno dea la antigua estación del ferrocarril- existía cuando se hizo el Catastro de Ensenada. Entonces, a mediados del siglo XVIII, los límites al norte del casco urbano de Morata se situaban en la que entonces se conocía como calle pública que baja a la Calle Real que llaman de Arganda (calle Real en el tramo que parte de las calles Panaderos y calle de Poyales hacia la salida de Morata en dirección norte) y en el entorno de la Plaza del Pozo (en aquellos años conocida como calle junto al Pozo de la Nieve). En esta zona norte de Morata se situaría en estos años del siglo XVIII, según los registros del Catastro de Ensenada, un establecimiento en el que se fabricaban tejas y que habría sustituido a la vieja texería situada al sur de la población.

Las eras de pan trillar

Con este nombre de eras de pan trillar se denominaban en el Catastro de Ensenada las propiedades que rodeaban el casco urbano de Morata por todos los puntos cardinales y que entonces, como ahora, se denominaban carreras. En los registros del siglo XVIII aparecen anotadas hasta setenta y ocho eras, cinco de ellas empedradas. Su valor fiscal también estaba regulado en el catastro que fijaba unas rentas anuales de 19 reales para las eras de tierra y el doble, 38 reales, para las empedradas.
 El casco urbano de Morata rodeado de las eras en una foto aérea del año 1946

En la foto de 2014 se aprecia como el crecimiento urbano ha eliminado las antiguas eras 

Ya fuera en propiedad o arrendadas, las eras de pan trillar eran de uso obligado para todos los labradores de Morata. En la época en que se elaboró el Catastro de Ensenada, pero también en siglos anteriores y posteriores, el cultivo de cereales, principalmente trigo y cebada –el centeno y la avena siempre fueron cultivos marginales-, constituía la base fundamental de la economía de los agricultores junto con la vid y el olivo. Las labores de la trilla, por lo tanto, ocupaban los días posteriores a la siega del trigo y la cebada y en ella se ocupaban todas las familias de agricultores hasta que la mecanización del campo simplificó el trabajo de separar la paja del trigo.

La importancia de estos espacios para la economía de la villa y de los agricultores fue tal que, hasta bien entrado el pasado siglo, las eras fueron parte esencial del paisaje de Morata. Hasta las ordenanzas de la villa recogían la protección de las eras y de las mieses durante las labores de la trilla, para evitar que entraran los rebaños de ganado:

(…)  estando el pan en las eras u otro cualquier género de semillas no pueda entrar ningún ganado ovejuno o cabrío  ni otro mayor ni menor en dichas eras so pena que por cada cabeza de ganado mayor pague un real de día y dos de noche, y de puercos lo mismo, y de cabrío y ovejuno a cuatro maravedíes por cabeza de día y ocho de noche, el daño que hiciere con la agravación correspondiente.

La importancia de las eras para la economía de Morata se reflejaba también en los precios de alquiler que se fijaron en el Catastro de Ensenada. En las respuestas generales del catastro se fija el precio de su arrendamiento:

 (...) respondieron que cada era se acostumbra arrendar en una fanega de trigo y si es era empedrada en dos fanegas.

Este precio más elevado de las eras empedradas se debía a que en las otras eras era necesario antes de empezar la trilla realizar una labor de acondicionamiento con los rodillos de piedra, trabajo que se denominaba  poner la era.



Fuentes y bibliografía:

·       Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales. Bienes de Eclesiásticos. H 408 y  H. 410.

·       Ordenanzas de la villa de Morata. (Manuscrito). Biblioteca Nacional (ms 4.508) 3 de enero de 1803.

No hay comentarios:

Publicar un comentario