Calle Prim (calle que sube de la fuente a la Cruz de Orozco)
La calle Prim es una de las vías de Morata que ha mantenido la misma
denominación desde el siglo XIX. Su nombre está relacionado con Juan Prim, jefe
de gobierno en 1868 y asesinado en un atentado que tuvo lugar justo un día antes de la llegada a España de
Amadeo I de Saboya, el rey destinado a sustituir a la dinastía Borbón al frente
de la monarquía española. Anteriormente, la calle se conoció como calle que sube de la Fuente a la Cruz de Orozco.
Cuando se realiza el primer callejero conocido de Morata –incluido en
la documentación del Catastro de Ensenada- la actual calle Prim era denominada calle que sube de la fuente a la Cruz de Orozco.
La fuente a la que hace mención esta denominación era la fuente situada en su confluencia
con la calle Real. Esta fuente -de la que ya hablamos en el post de la calle Real- se mantuvo en servicio hasta
finales del siglo XIX y en la documentación de esos años se la conocía como fuente gorda para distinguirla de otra
fuente, situada en el mismo lugar que la actual junto al callejón, conocida
como la fuente fina.
Vista aérea de la calle Prim (Año 2014)
En algunos de los registros de los ocho vecinos que aparecen con
viviendas en esta calle, a mediados del siglo XVIII, se identifica a esta vía
como calle de la Fuente o junto a la Fuente. En uno de estos
apuntes catastrales, el propietario también afirma residir en la calle de las Procesiones, una
denominación que ya aparece relacionada con algunas viviendas de la actual
calle Iglesia, lo que confirmaría que el itinerario de algunas procesiones
religiosas de Morata –la de la Virgen de la Antigua- en aquellos años ya se
realizaba por su trazado actual. Como curiosidad, un vecino de esta calle, Juan
de Moratilla, poseía en esos años una de las tahonas existentes en Morata en el
siglo XVIII.
El general Prim
El cambio en el nombre de la calle por el actual de Prim debió de
producirse a mediados del siglo XIX con posterioridad a los acontecimientos
políticos que dieron lugar a la caída de la dinastía borbónica, la proclamación
de la I República y la restauración de la monarquía con la elección de Amadeo
de Saboya como rey de España.
En todos estos acontecimientos participó el general Prim (Reus
1814-Madrid 1870) un político y militar que estuvo presente desde muy joven en
primera línea de la política española en el convulso siglo XIX. Como militar
participó en las guerras carlistas –siempre en el bando liberal-, en la guerra
de África contra Marruecos -lo que le valió el título de marqués de los
Castillejos- y en casi todos los pronunciamientos militares que se produjeron
en España como consecuencia del enfrentamiento entre conservadores, liberales,
demócratas y progresistas.
La frenética actividad política del general Prim le sirvió para
acceder en varias ocasiones al acta de diputado, al tiempo que su participación
en distintas conspiraciones le obligaron a salir de España rumbo al destierro.
Retrato del general Prim
Uno de estos pronunciamientos tuvo lugar en la cercana localidad de
Villarejo de Salvanés, en enero de 1866, pero nuevamente el destierro fue el
destino del general. Ya en septiembre de 1868 fue uno de los militares más
destacados en el triunfo de la llamada Revolución
Gloriosa que, a su vez, marcó el destino de Isabel II, obligada a dejar el
trono. Prim, siempre fluctuó entre las ideas más moderadas de la Unión Liberal
y las más avanzadas de los partidos demócrata y progresista aunque, finalmente,
se decantó por una solución moderada y fue el principal defensor de la llegada
al trono español de la dinastía Saboya, encabezada por Amadeo I. El atentado
que le costó la vida a Prim se produjo el 27 de diciembre, un día antes de la
llegada del nuevo monarca a España. Su muerte, todavía hoy, constituye un
misterio y el atentado ha sido atribuido tanto a las facciones más
conservadoras de la época como a movimientos progresistas y republicanos. Sin
embargo, es el duque de Montpensier -a cuya candidatura al trono se negó Prim
como jefe del Consejo de Ministros- quien aparece como más probable responsable
intelectual del atentado.
La dedicatoria de una calle de Morata al general Prim debió de
aprobarse alrededor de los acontecimientos que desembocaron en La Gloriosa. En septiembre de ese año de
1868, La Correspondencia de España, publicaba
el día 30 una noticia en relación con este movimiento popular:
El retrato del general Prim,
que colocó ayer el pueblo en una
bandera improvisada en el balcón principal del ministerio de la Gobernación
cuando fue asaltado por las ventanas tiene una historia que aunque sencilla es
digna de mención especial. Este retrato
había sido regalado en Morata de Tajuña el 7 de septiembre de 1865 a un vecino
de aquel pueblo. En aquella época el marqués de los Castillejos trabajaba
para preparar el movimiento de enero y recorría los puntos que más tarde debían
servirle de auxiliares en su empresa.
Este retrato, conservado
religiosamente por el alférez de
infantería D. Vicente de Soto fue colocado por el mismo en la bandera con
el lema de Soberanía Nacional, que ayer era saludada con entusiasmo por el
vecindario de Madrid.
Unos meses después, el 12 de junio de 1869 El Imparcial daba cuenta de los actos organizados en Morata a favor
de la nueva Constitución:
Por acuerdo del Ayuntamiento de
Morata, mañana se celebrará en dicha villa de un modo digno la promulgación de
la Constitución. Habrá novillos, fuegos artificiales, bailes, iluminación,
música y salvas que harán los voluntarios de la libertad, mandados por sus
respectivos jefes.
En octubre de 1869, el día 6, El
Imparcial también publicaba los actos previstos en honor de la nueva
Constitución:
En Morata de Tajuña se ha
celebrado el aniversario de la revolución de septiembre con el más vivo
entusiasmo por toda la población, sin que en lo más mínimo se alterara la
cordial inteligencia de aquellos habitantes.
Parece evidente las autoridades municipales de esos años en Morata eran
partidarias de la nueva situación política que desembocó en la caída de la
dinastía borbónica, y que el alférez
al que se refiere la noticia, Vicente de Soto, debía de tener alguna relación
con el general Prim y también con Ramón de Soto, quien fuera alcalde Morata
desde 1870, justo el año en que el jefe del Consejo de Ministros fue asesinado.
Serían estos partidarios del marqués de los Castillejos quienes homenajearon al general otorgando el
nombre de una de las calles de la villa en su memoria. La calle, a pesar de
todos los cambios que se sucedieron en los años siguientes –restauración
borbónica, II República y dictadura del general Franco- permaneció en el
callejero hasta la actualidad.
Fuentes y
bibliografía:
· Archivo Histórico Provincial de Toledo.
Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales.
Bienes de Eclesiásticos. H 408 y
H. 410.
· Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre
Briceño, Jesús Antonio-Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
· Periódicos citados en el texto.
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