miércoles, 25 de enero de 2017

Las calles de Morata y su denominación en el callejero (XX)


Calle del Cristo de la Sala

La calle del Cristo de la Sala es una de las pocas vías urbanas del callejero de Morata que conserva, todavía hoy, el mismo nombre que ya tenía en el siglo XVIII. El origen de este nombre se basa en una antigua leyenda: al parecer un vagabundo dibujo un Cristo en una yesería en la que buscó refugio al  llegar a Morata. Pese a los reiterados intentos de los trabajadores de la yesería de borrar la imagen, ésta reaparecía en la pared, lo que empujó a los morateños a dedicar una ermita –la única que existe intramuros de Morata- a la imagen del Cristo.


La leyenda que dio origen al nombre de esta calle de Morata parece que, al menos, tiene su origen en la Edad Media. En la localidad toledana de Bargas existe una leyenda similar y, ya en la comunidad de Madrid, en el municipio de Campo Real también existe una tradición muy parecida. En Morata, al menos desde el siglo XVII hay constancia de la existencia de esta modesta ermita hoy rodeada de viviendas y situada en la fachada oriental de la calle.
Jesús Antonio de la Torre Briceño en su Historia de la Villa de Morata de Tajuña  relata que el Concejo de Morata se hizo responsable, en 1635, de la conservación, reparo de la capilla  y ornamentos para celebrar culto en ella.
Lógicamente, antes de esta fecha, ya debió de estar levantada la pequeña capilla en la que se veneraba al Cristo protagonista de la leyenda del vagabundo. Parece que la sala donde se instaló la ermita podría haber sido previamente lugar de acogida de los pobres transeúntes que llegaban a la villa, aunque la leyenda parece indicar que la yesería donde se aparecía el Cristo en la pared estaría situada a las afueras del casco urbano, muy probablemente en los cerros situados al sur de la población donde todavía hoy se pueden observar los restos y los desmontes de las antiguas yeserías.
Juan de Diego Arribas, que es quien hace referencia a la utilización de lo que hoy es ermita como albergue de transeúntes, nos ofrece una sencilla descripción de las características de la ermita en su libro sobre la historia de Morata publicado a finales del siglo XIX:
En la calle del Cristo, y en una de las casas que están al S. de la población, hay una pequeña habitación, que en un principio fue albergue de pobres transeúntes, hoy convertida en ermita, en honor al Santísimo Cristo de la Sala, llamado así por cierta historia que cuentan. Es un santuario muy reducido, y que sólo tiene un pequeño retablo con un crucifijo.
Los morateños tienen la loable costumbre de irle a visitar en Semana Santa con verdadera devoción, después de los sermones de la noche.
La devoción por el Cristo animó a algunos morateños a donar alguno de sus bienes destinados al culto y a los gastos de mantenimiento de la pequeña ermita. En la relación de los bienes pertenecientes al estado eclesiástico que se recoge en el Catastro de Ensenada, ya aparecen estas propiedades rústicas, tan modestas como la propia ermita:
Tierras propias del Santísimo Cristo de la Sala de esta villa
Tierras de secano de mediana calidad
2 1/2 fanegas en Valdeza
Olivar de buena calidad
Un olivo solo que ocupa 1 celemín de tierra en La Cárcava
Por dichas tierras paga en arrendamiento Felipe García vecino de esta villa siete celemines y medio de trigo.
Pese a la venta de este escaso patrimonio en las desamortizaciones religiosas del siglo XIX la ermita ha seguido abierta al culto hasta la actualidad y cada año, el 14 de septiembre, se celebra la festividad del Cristo.


 En el centro de la imagen, calle del Cristo de la Sala en una fotofrafia aérea del año 2014
  
Cuando se realizó el catastro, esta calle contaba con quince viviendas y solares en su trazado (entre ellas una perteneciente al párroco Pedro Marchena). Entre estas propiedades se catastraron varias bodegas y lagares pertenecientes a algunos de los mayores cosecheros de vino de la villa. Pedro Fuentes,  uno de estos cosecheros de vino, tenia su casa y bodega en la fachada oeste de la calle, en el lugar donde en los años posteriores a la elaboración del Catastro de Ensenada se abrió una calle (calle del Asilo) que comunica la del Cristo de la Sala con las eras que se situaban en el entorno donde se levantó a comienzos del siglo XX la residencia de ancianos y con la que en esos años se conocía como calle de los Huertos:
Pedro Fuentes: Una casa en la población de esta villa en la calle que llaman del Santo Cristo de la Sala de veinte y cuatro varas de frontis y de fondo cuarenta y dos, su habitación en bajo con diferentes oficinas, una bodega con cuatro cubas de caber mil y quinientas arrobas y una cueva de treinta y cuatro tinajas, su cabida dos mil y quinientas arrobas, linda Mediodía solar de esta hacienda y Norte solar de Bartolomé Vecino, y se ha regulado su alquiler en cada un año en ochocientos y ochenta reales de vellón.
La partición de esta casa y la apertura de su patio como lugar de paso público y para dar salida a las distintas propiedades en que se parceló fue el origen a la que hoy es la calle del Asilo.
Hacia el final de la calle y de su confluencia con la carrera del Mediodía existió otra bodega, lindantecon la pequeña ermita, propiedad de de Francisco Sánchez Alonso:
 (...) casa bodega en la calle del Cristo de la Sala, (…), tiene de frontis veinte y siete varas y cuarenta y una de fondo, consiste su habitación en bajo con una bodega con nueve cubas y tres tinajas, su caber de todas cuatro mil setecientas y cincuenta arrobas, lagar de dos vigas, otra pieza que sirve de bodega con cinco tinajas, su caber doscientas arrobas, su alquiler anual novecientos reales.
Entre los propietarios de bienes en la calle del Cristo de la Sala también aparece Manuel Martínez. Este vecino, herrero de profesión, contaba con una vivienda y otro local donde se localizaba la fragua en la que trabajaba junto a su hijo Phelipe Martínez. El catastro recoge que este artesano –que tenía a su cargo el mantenimiento del reloj de la villa, trabajo por el que percibía setenta y cinco reales anuales- también aparece como administrador de los escasos bienes materiales de la ermita del Cristo de la Sala destinados al culto.

Fuentes y bibliografía:

·       Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales. Bienes de Eclesiásticos. H 408 y  H. 410.
·       Historia de la villa de Morata de Tajuña. Torre Briceño, Jesús Antonio-Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
·       Morata de Tajuña. Crónica de la provincia de Madrid. Arribas, Juan Diego-Imprenta de la Diputación Provincial-Madrid, 1891.

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