miércoles, 8 de febrero de 2017

Las calles de Morata y su denominación en el callejero (XXII)


Calle de la Majada

Lugar donde se recoge de noche el ganado  y se albergan los pastores. Así define el diccionario de la lengua española la palabra majada que da nombre a esta calle de Morata. Al menos desde el siglo XIX ya existía este nombre en el callejero  que hace referencia a la existencia de corrales y vías pecuarias en ese entorno del término municipal situado al oriente de la villa.

El nombre de esta calle está relacionado con la presencia de corrales para el ganado en este entorno urbano de Morata. Como sucede con la calle Colmenares –ambas parten de la calle Morería- en el pasado la calle Majada constituía el límite del casco urbano de Morata, aparte de la zona conocida como cuevas del Calvario.
En el primer callejero de Morata no se hace referencia a esta calle, aunque ya existían algunas viviendas con fachada a la calle Morería. En cualquier caso, esta denominación está ligada a la existencia de corrales para el ganado en esta zona. En el catastro de Ensenada se hace referencia a varios de estos corrales localizados en las proximidades de la calle de la Majada. Concretamente, en este catastro se registran corrales a nombre de vecinos como Francisco y Jacinto Ortiz, Mathías de la Cueva, Francisco Villalba y Joseph Orozco. Este último vecino es propietario de dos corrales:
Dos corrales que están a la salida del lugar que cabrán una fanega, el uno linda Norte casa de Mathías de la Cueva, Mediodía palomar arruinado, Oriente calle que sube desde el Hospital y Poniente corrales de las casa de dicho Mathías, y el otro linda Norte era de herederos de Josepha Pantoja, Mediodía el Mazacote, Oriente el carril que baja por medio de las eras a la vega y Poniente corrales de dicho Hospital.
En el catastro también a aparece registrada la propiedad de Juan Pedraza, identificado como uno de los pastores que en el siglo XVIII ejercían esta profesión en Morata:
 (...) una casa en la población de esta villa en la calle que sube a la plazuela de las Cocheras, linda al Oriente con dicha calle, al Poniente corral de la casa de Manuel de Montes, tiene de frente doce  y ocho varas de fondo, consiste su habitación en bajo con diferentes oficinas, cueva, pajar y dos corrales, regulado su alquiler anual en noventa y nueve reales.
Como se ve, la referencia a la existencia de corrales en las proximidades de la actual calle de la Majada son muy abundantes en el la época de redacción del catastro y, aunque en éste también se citan otros corrales en otras zonas del término municipal de Morata, parece que, al igual que sucedía con los colmenares que dieron nombre otra calle paralela, era aquí donde se concentraba la mayoría de estas construcciones destinadas al ganado.
Por otra parte, la calle de la Majada también era una de las salidas hacía la dehesa carnicera de Morata, por aquella época propiedad del concejo y que se desamortizó en el siglo XIX, cuando ya pasó a ser propiedad privada. Hasta los años sesenta, la dehesa contó con varios corrales y abrevaderos para el ganado ovino que pastaba en esta extensa finca del término municipal de Morata. 

En el centro de la imagen, calle de la Majada (Imagen aérea, 2014)

La actividad ganadera en Morata
Como ya se ha apuntado, el Catastro de Ensenada recoge la existencia de corrales para el ganado en esta zona y también el nombre de los vecinos dedicados a este oficio. Curiosamente, entre los vecinos que se dedican al pastoreo a tiempo completo –en el catastro aparecen otros vecinos que también son propietarios de ganado ovino- la mayoría pertenecen a dos familias: los Pedraza y los Santillana: Juan Pedraza, Phelipe Pedraza, Joseph Santillana, Gastar Santillana, Juan Trigo y Joseph Moreno (casado con una tal Ana Pedraza), eran los seis morateños con el oficio de pastor. Estos seis pastores significaban un número muy reducido de vecinos dedicados a este oficio frente a los 100 labradores y 140 jornaleros –todos ellos dedicados a la agricultura- que se registran en el catastro. Este escaso número de ganaderos de ovino o pastores se justifica en el escaso valor de los pastos del término municipal de Morata:
(...) hay diferentes cerros que se llaman concejiles infructíferos y de mala calidad sólo sirven para el común aprovechamiento del corto numero de ganado lanar que tienen los vecinos, además de ser paso o cañada de los ganados trashumantes.
De hecho, los redactores del catastro apuntan en los legajos conservados la escasa importancia de la ganadería en la economía de Morata:
(...) a este término no viene ganado alguno de fuera al esquileo y que en el pueblo hay varios vecinos que tienen algunas cabezas de ganado lanar como son carneros, primales y ovejas que llegaran como hasta dos mil cabezas (...)
En concreto, según los registro individuales de los vecinos que poseían ganado ovino o caprino, Morata contaba con una cabaña ganadera de 1220 ovejas, 125 borregos, 45 carneros y 65 cabras, una cabaña muy reducida en comparación con otras localidades vecinas.
Entre los propietarios de estas cabezas –aparte de los pastores de profesión- figuran vecinos como el presbítero de la parroquia de Morata, Pedro Marchena (305 cabezas, entre ovejas, carneros, borregos y cabras), Miguel Monzón (200 cabezas), Gabriel de Pezes (166 cabezas) y Pablo Fominaya 140 cabezas).
La poca importancia del sector ganadero en la economía de la Morata ha sido una constante a la largo de la historia. El escaso valor de los pastos del término municipal  ha impedido que la ganadería se consolidara como una actividad económica atractiva para los habitantes de Morata. Aunque, curiosamente, en el siglo XVIII llegara a celebrarse en Morata una de las dos asambleas anuales que organizaba el Honrado Concejo de la Mesta, la agricultura no solo prevaleció  históricamente en la economía morateña frente a la ganadería, sino que también impuso su influencia frente al sector ganadero. En este blog ya hemos tratado los pleitos legales que enfrentaron a labradores y ganaderos desde el lejano siglo XV. A consecuencias de estos pleitos, las ordenanzas de la villa aprobadas en 1734 y transcritas por el escribano de Morata Ramón García Nieto en 1803 (Biblioteca Nacional Manuscrito 4508), delimitaban y acotaban estrechamente los derechos de los pastores a la hora de aprovechar los montes y los pastos vecinales así como los periodos en los que les estaba permitido aprovechar para sus ganados los rastrojos de la vega y de las viñas y olivares del término municipal.


Fuentes y bibliografía:

·       Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales. Bienes de Eclesiásticos. H 408 y  H. 410.
·       Biblioteca Nacional (Ms 4508.)
·       Morata de Tajuña según el Catastro de Ensenada (1751). Miranzo Sánchez-Bravo, Agustín. Bubok, Edic. del autor. Morata de Tajuña, 2010.

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