Calcolítico 2500-2200 a. C.
Los
restos arqueológicos correspondientes a este periodo y su
localización muestran la tendencia de los pobladores a asentarse en
las laderas de los montes y fuera de las llanuras de inundación de
la vega. En este momento histórico parece que se intensifica el
proceso de colonización agrícola de las tierras del Bajo Tajuña,
situación que se hará evidente y profunda a medida que avancen los
periodos históricos: la vega y su entorno, en definitiva, se
convierte en el espacio que ocuparán los pobladores de estas tierras
hasta hoy mismo.
Para
este periodo histórico se documentaron durante los trabajos de
prospección 58 sitios arqueológicos en los seis municipios que
formaron parte del proyecto. La mayoría de estos yacimientos, 46, se
sitúan en las terrazas medias de las laderas del valle o en pequeñas
mesetas desde las que era posible divisar la vega. Otros yacimientos,
aunque en menor número, 6, se localizan en las terrazas próximas a
la zonas de inundación y otros 6 en el borde del páramo o balcones.
Esta
claro que, a diferencia de los periodos anteriores (Paleolítico,
Neolítico), es en el Calcolítico cuando se detecta el aumento de
ocupación humana en el Valle del Tajuña, especialmente en el
Calcolítico medio, periodo al que se adscriben la mayor parte de los
yacimientos localizados en los trabajos de prospección.
En
Morata los yacimientos asignados a este periodo se localizaron en
distintos parajes del término municipal, entre ellos el del Camino
de los Arrieros y el Balcón de Pilatos
(estos yacimientos, ocupados desde el Calcolítico también se
asignan al periodo del Hierro II y llegan incluso hasta la Edad
Media).
En
las prospecciones también se localizó un poblado en Valdelahiguera
(aunque no se apreciaron restos constructivos) en el que se
recuperaron restos cerámicos (consistentes en cerámica mano lisa) y
líticos (raspadores, lascas, láminas, buriles, raederas y tallas en
sílex).
Restos del periodo Calcolítico encontrados en el paraje de Valdelahiguera. (Fuente:
Estudio
Territorial en el Valle del Tajuña (Madrid), una aproximación
arqueológica. José Enrique Benito López-Departamento de
Prehistoria de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad
Complutense de Madrid. Madrid, 2016)
Campaniforme
2200-1800 a. C.
Los
yacimientos correspondientes a este periodo se sitúan generalmente
sobre terrazas y laderas de la margen izquierda del río Tajuña,
aunque algunos de ellos, 3 en concreto, se sitúan junto a la vega.
En estos asentamientos se localizan los llamados fondos de cabaña en
los que se han recuperado restos cerámicos, industria lítica,
restos de minerales y puntas de flechas metálicas.
La
cultura campaniforme se asocia a pequeñas comunidades agrícolas con
conocimientos de las técnicas metalúrgicas.
El
yacimiento adscrito a este periodo histórico que se localizó en
Morata corresponde a un área de aproximadamente 2 hectáreas de
extensión en el que se recuperó material lítico de sílex y, sobre
todo, restos de cerámica del tipo campaniforme. Estos materiales se
supone que pertenecieron a un poblado del que no se han conservado
restos constructivos y que estuvo situado en la margen izquierda del
río Tajuña a 400 metros del cauce.
Transición
Calcolítico/Bronce
Del
denominado periodo de transición Calcolítico/Bronce se documentaron
53 yacimientos o poblados, 4 de ellos en el borde del páramo, 1 en
la vega y los 48 restantes en las laderas del Tajuña.
Bronce:
1800-650 a. C.
De
todos los sitios arqueológicos asignados a la Edad del Bronce en su
conjunto en la Vega del Bajo Tajuña ninguno de ellos se localizó en
lo que actualmente es el término municipal de Morata, aunque esta
ausencia de restos pertenecientes a este periodo puede deberse a
cuestiones metodológicas los trabajos de prospección arqueológica
que se desarrollaron en su momento. *
Para
este periodo, en total se localizaron en los seis municipios que
formaron parte del proyecto 157 sitios arqueológicos y 43 hallazgos
aislados. La mayoría de estos yacimientos adscritos a la Edad del
Bronce se sitúan en los municipios de Tielmes y Carabaña (89 entre
ambos municipios). Se trata, en la mayoría de los casos de
yacimientos situados en ladera y en mesetas altas defendibles y con
vistas a la vega principal.
Según
Benito López estos yacimientos se caracterizan por la aparición de
nuevos tipos de cerámica y, por supuesto, por la metalurgia del
bronce. Restos de estos materiales aparecen en los denominados fondos
de cabaña.
Edad
del Hierro
A-Hierro
I: 650-400 A.C.
Los
yacimientos correspondientes a este periodo se localizan sobre
terrazas y laderas bajas próximas a la llanura de inundación de la
vega. Para este periodo no se han localizado prácticamente
yacimientos en los páramos y zonas altas del territorio prospectado.
En el caso de Morata, a este periodo se adscriben 11 sitios
arqueológicos detectados en los trabajos de prospección, así como
un hallazgo aislado.
A
diferencia de periodos anteriores en Hierro I (y también en Hierro
II), se percibe un descenso en el número de poblados documentados en
las prospecciones y a la vez un aumento en el tamaño de estos
asentamientos, más numerosos en las zonas de vega más ancha y, por
lo tanto, con mayor potencial agrícola. También hay que destacar la
presencia de asentamientos justo en el borde de la vega, muy próximos
a las zonas inundables.
Este
periodo, que cronológicamente transcurre entre los siglos VII y IV
a. C., se caracteriza por la aparición de innovaciones tecnológicas
como el arado y el carro y también por construcción de casas
rectangulares frente a las cabañas circulares asociadas a etapas
históricas anteriores. En la cerámica de este periódico los
colores más utilizados son el rojo y el amarillo.
Según
José Enrique Benito López el número de yacimientos que se
documentan en este periodo histórico se caracterizan por
un lento y paralelo desarrollo de la población del Valle del Tajuña
a partir de estos momentos y hasta la conquista romana.
En
el conjunto del Valle del Tajuña se localizaron durante las
prospecciones arqueológicas 10 asentamientos, lo que indica un nivel
mayor de concentración de la población y que los poblados
familiares, característicos de periodos anteriores, son sustituidos
por núcleos de población más numerosos y que perduran más en el
tiempo.
Perteneciente
al periodo del Hierro I en Morata se localizó un asentamiento
situado en una terraza próxima a la vega, lo que corrobora la
tendencia general que se detecta para este periodo histórico de que
los pobladores vivan más cerca del río. Este asentamiento se
localiza en el Camino de los
Arrieros, en una terraza
baja de la margen derecha del río Tajuña (aproximadamente a 1 km.
del cauce) y a 500 metros de una fuente de agua. Este sitio
arqueológico tiene unas 3 Ha. de superficie y puede estar
relacionado con otro asentamiento situado en el mismo entorno y
correspondiente al siguiente periodo histórico (Hierro II).
En
este yacimiento se recuperaron durante las prospecciones lascas,
raederas y otros materiales de sílex, junto a fragmentos de cerámica
lisos y decorados y también restos cerámicos elaborados con torno.
*
En la tesis de José Enrique Benito López se señala que el término
de Morata de Tajuña fue
prospectado por otro equipo diferente al del Proyecto Tajuña, no
utilizando una metodología tan específica como la nuestra ni
recogiendo datos tan precisos como los recogidos por el Proyecto
Tajuña.
Fuentes
y bibliografía:
- Estudio Territorial en el Valle del Tajuña (Madrid), una aproximación arqueológica. José Enrique Benito López-Departamento de Prehistoria de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2016.
- Almagro Gorbea, M. y Benito, J. E. (1993): La prospección arqueológica del valle del Tajuña. Una experiencia teórico-práctica de estudio territorial en la Meseta. Complutum, 4.
- Rosa, R. de la y Almagro, M. (1991). Prospección arqueológica del Valle del Tajuña: Morata de Tajuña. Estudios de prehistoria y arqueología madrileñas.
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