Las cuevas de El Fraile
En
el término municipal de Morata existe un enclave arqueológico muy
emblemático, las Cuevas de
El Fraile. Curiosamente, en
el estudio arqueológico del Valle del Tajuña -que constituye la
principal fuente de documentación de las entradas del blog para
analizar el periodo prehistórico de Morata- sólo aparece una
mención a este paraje pero no, como sería de esperar, en relación
a las cuevas excavadas en el frente yesífero del cerro, sino como un
sitio moderno-contemporáneo
en el que se recuperaron varios
fragmentos cerámicos a torno (1 asa, 1 galbo con decoración “a
peine”, más 3 bordes y 5 galbos vidriados).
La
importancia arqueológica de las cuevas
de El Fraile de Morata sí
que se destaca en otros trabajos de investigación relativos a la
prehistoria de la zona central de la península ibérica, más
concretamente en varias investigaciones relativas al valle medio del
Tajo durante la II Edad del Hierro (400 a 150 a.C.). A este periodo
prehistórico se asignan un tipo de cuevas artificiales muy presentes
en la comarca del Bajo Tajuña o municipios cercanos: el Risco
de las Cuevas de Perales de
Tajuña es el conjunto más importante y más estudiado de todos
ellos, pero existen otros enclaves de cuevas artificiales en Tielmes
(Ermita de los Mártires),
Colmenar de Oreja (Cuevas de
los Castrejones), Carabaña
(Cuevas de Cabeza Gorda)
y, por supuesto, las Cuevas de
El Fraile de Morata.
Dionisio
Urbina, en un trabajo publicado en 1998 (Cuevas
artificiales del Hierro II en la cuenca media del Tajo. Estudios
de prehistoria y arqueología madrileñas)
analiza varios de estos yacimientos arqueológicos en los que
aparecen cuevas horadadas en lo que denomina frentes
de escarpe.
Al
analizar las cuevas de Morata, que identifica como Cerro
de las Cuevas de Morata de Tajuña,
Urbina señala que este
talud está muy erosionado, pero aún se distinguen 7 cuevas, una de
ellas con la entrada paralela al frente de escarpe y camuflada por
este, mientras que se asoma una pequeña ventana sobre el talud.
Urbina
indica en su trabajo que las cuevas se utilizaron en la península
desde el Neolítico como hábitat o, incluso, como puntos de
enterramientos. En el caso concreto de las cuevas analizadas en su
trabajo sobre la cuenca media del Tajo, Urbina apunta a una ocupación
de estas construcciones que
pudo ser prolongada o alterna, desde finales del siglo IV o comienzos
del siglo III a.C. a finales del III o comienzos del IV d.C.
Es decir, la ocupación de estas cuevas se inicia en la Edad del
Hierro y se prolonga hasta la época romana e incluso la Edad Media,
sin que falten algunos autores que, como veremos, también apunten a
la utilización de estas construcciones en el periodo de ocupación
musulmana de la península.
Otro
investigador que se ha interesado por estas cuevas construidas en
frentes de escarpe es Jorge de Torres Rodríguez. En su tesis
doctoral presentada en la Facultad de Geografía e Historia,
Departamento de Prehistoria, de la Universidad Complutense de Madrid
(La tierra sin límites,
sociedad e identidades en el valle medio del Tajo-S. IX-I a. C.,
Madrid, 2012) asocia también cronológicamente estas cuevas
artificiales a la Edad del Hierro II y las relaciona con la
existencia en sus proximidades de poblados amurallados, como sucede
en el caso de Morata con la presencia del poblado amurallado de El
Castillejo o Dehesa Carnicera,
situado en una ladera en la orilla derecha del río Tajuña, o el de
El Balcón de Pilatos,
en la margen izquierda del río, a los que nos referimos en la
anterior entrega del blog.
Jorge
de Torres señala que la
asociación entre asentamientos fortificados y cuevas se repite
también de manera habitual en asentamientos de la Segunda Edad del
Hierro de la Comunidad de Madrid, de manera que podría hablarse de
un tipo de construcciones integrado en el sistema de poblados
amurallados que se desarrolla a partir del siglo IV a.C. en la
región.
El
investigador cita también el Risco
de las Cuevas de Perales de
Tajuña y las cuevas conocidas como Los
Mártires, en Tielmes. Para
los tres grupos señala que las
cuevas del valle del Tajuña son incluidas dentro del conjunto de
cuevas utilizadas durante la II Edad del Hierro, sin descartar su uso
en etapas posteriores, y se les asigna el mismo carácter de lugares
de refugio en periodos de inseguridad.
En
las conclusiones de su tesis doctoral Jorge de Torres apunta, por
último, que la
interpretación de las cuevas artificiales del valle medio del Tajo
como graneros o refugios tendría un carácter comunal, al igual que
los propios yacimientos amurallados que inicialmente serían áreas
destinadas a la protección de recursos para acabar deviniendo en
poblados habitados permanentemente.
Imagen aérea del paraje de las cuevas "El Fraile"
Medidas
topográficas de las Cuevas
del Fraile
Las
cuevas del Fraile de Morata también merecieron la atención de otro
investigador del periodo prehistórico, Agustí Ribera y Gómez,
autor de una tesis doctoral sobre cuevas artificiales en la región
de Valencia. Ribera y Gómez cita a Dionisio Urbina y sus trabajos
sobre las cuevas artificiales en el valle medio del Tajo pero lo más
interesante de sus referencias a las cuevas
de El Fraile de Morata es
que detalla las medidas de cada una de las siete cuevas que se
conservan.
Agustí
Ribera, en el año 2005, realizó una exploración de las cuevas
situadas en un risco de yeso cristalizado, actualmente muy deshecho e
inestable con grandes desprendimientos. Según este trabajo se
pueden contar al menos siete cavidades artificiales, de las cuales
hay un subgrupo de 3 intercomunicadas situadas hacia el norte en las
que se encuentran algunos detalles más interesantes. Este subgrupo
se ha hundido en la parte sur y donde debería estar la boca
principal ahora miran al poniente.
Las
dimensiones de las cuevas, o habitaciones según el término
utilizado por Agustí Ribera serían las siguientes:
- La cueva 1 tiene unas medidas de 3 por 1,80 metros y una altura de 1,80 metros. Cuenta con dos nichos alargados en las paredes, uno al sur, de 70 centímetros de largo por 30 de altura y otros 30 de profundidad y otro al norte de dimensiones un poco mayores.
- La cueva 2 se encuentra a una altura de un metro más elevada que la anterior y se accede por una puerta de 60 centímetros de ancho por unos 90 de alto, con un dintel arqueado. Tiene una planta irregular, con medidas máximas de 4 por 2 o 3 metros y una altura de 1,80 metros. Tiene un rebaje casi rectangular, de 50 por 1,20 metros de poca profundidad. El costado sur se encuentra caído.
- La cueva 3 es más pequeña que las anteriores(1,20 por 1,80 metros, por 1,60 de alta) y también ha desaparecido en el frente oeste.
- La cueva 4 se sitúa unos 5 metros al sur, antes de llegar al otro subgrupo. Esta colgada a unos 6 metros y tiene unas dimensiones aproximadas de 3,50 por 2,40 metros por 1,30 de alto.
- La cueva 5 tiene unas dimensiones de 4 por 3,5 metros de planta y 1,5 de alta. Tiene un hueco rectangular en la parte norte de 1,40 de ancho con una altura de 1 metro y una profundidad de 40 centímetros. Según Ribera, esta habitación y la siguiente están totalmente abiertas al poniente, o sea que el sector de la boca caería algún desprendimiento.
- A la cueva 6 se accede, según el investigador, por un paso abierto en la pared sur, de unos 80 por 60 centímetros. Esta cueva tendría unas dimensiones de 3,40 metros de ancho por 2,40 de largo y 1,20 de alto.
- Al sur de la cueva 6 y un poco por debajo, se encontraría la cueva o habitación 7 que según Agustí Ribera se corresponde con una cavidad un poco más grande y más alta pero muy erosionada.
Este
investigador, como Urbina, relaciona las cuevas
de El Fraile de Morata con
la Edad del Hierro II aunque tampoco descarta un posible origen o uso
de estas cuevas en la época medieval andalucí.
Fuentes
y bibliografía:
- Benito López, José Enrique. Estudio Territorial en el Valle del Tajuña (Madrid), una aproximación arqueológica. - Departamento de Prehistoria de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2015.
- Almagro Gorbea, M. y Benito, J. E. La prospección arqueológica del valle del Tajuña. Una experiencia teórico-práctica de estudio territorial en la Meseta. Complutum, 4. Madrid, 1993.
- Rosa, R. de la y Almagro, M. Prospección arqueológica del Valle del Tajuña: Morata de Tajuña. Estudios de prehistoria y arqueología madrileñas. Madrid, 1991.
- Catalogo de la exposición “El cerro de La Gavia: el Madrid que encontraron los Romanos”. Museo de San Isidro. 14 de junio-25 de septiembre de 2005. El Cerro de la Gavia y los recintos amurallados del Hierro II en el centro de la Península. Dionisio Urbina Martínez y Jorge Morín de Pablos.
- Urbina, Dionisio. Cuevas artificiales del Hierro II en la cuenca media del Tajo. Estudios de prehistoria y arqueología madrileñas.
- Urbina, Dionisio. Espacio y cultura material del Hierro II en la Mesa de Ocaña. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 1997.
- Torres Rodríguez, Jorge de. La tierra sin límites: territorio, sociedad e identidades en el valle medio del Tajo (S. IX-I a. C.). Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2012.
- Covetes dels Moros coves finestra en el Xarq Al-Andalus Arqueologia de les coves penjades artificials valencianes-Agustí Ribera i Gómez. Tesis Doctoral-Departament de Prehistoria, Arqueologia, Història Antiga, Filologia Griega i Filologia Latina-Facultad de Filosofía y Letras. Alicante, 2016.
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