Con
la muerte de Esteban Páez en 1617 no se extinguió la presencia de
personas con el mismo apellido en la Compañía de Jesús. Lo cierto
es que el apellido Páez fue muy común, no solo en Morata, sino
también en otros municipios cercanos como Loeches o Olmeda de las
Fuentes. Este último municipio fue el lugar de nacimiento de Pedro
Páez, -primo, o sobrino, de Esteban Páez-, y descubridor de las
fuentes del Nilo Azul.
Al
menos desde el siglo XVI el apellido Páez fue muy frecuente en
Morata hasta que a finales del siglo XVIII dejan de aparecer personas
con este apellido en los documentos históricos. Jesús Antonio de la
Torre Briceño, en su libro sobre la historia de Morata, documenta
varios miembros de la familia Páez que ocuparon la alcaldía por el
estado de los hijosdalgo:
Alcaldes
pertenecientes a la familia Páez en Morata:
Pedro
Sánchez Páez (1574-75)
Pedro
Páez (1577)
Francisco
Páez de Almazán (1598)
Rodrigo
Sánchez Páez (1600)
Pedro
Sánchez Páez (1602)
Francisco
Páez de Almazán (1607)
Roque
Páez de Almazán (1609 y 1617)
Damián
Páez (1618)
Esteban
Páez (1627)
Agustín
Páez (1636 y 1641)
Roque
Páez de Almazán (1636, 1641 y 1643)
Diego
Páez (1648)
Roque
Páez (1648)
Francisco
Sánchez Páez (1649)
Esteban
Páez (1656)
Rodrigo
Sánchez Páez (1662)
Juan
Páez (1664)
Esteban
Páez (1671)
Rodrigo
Sánchez Páez (1674)
Agustín
Páez (1677)
Juan
Páez Prior (1679, 1683, 1689, 1692, 1701, 1705 y 1706). Seguramente
serían dos personas con los mismos apellidos.
Joseph
Páez (1709, 1720 y 1721)
Juan
Páez (1717)
Felipe
Páez de Almazán (1721, 1726, 1732 y 1733)
Roque
Páez (1729)
Francisco
Páez Xaramillo (1735)
Bernardino
Páez Fominaya (1748)
Juan
Páez Xaramillo (1753 y 1766)
Manuel
de Almazán Páez (1755)
Joseph
Páez Xaramillo (1758, 1761, 1765 y 1769)
Desde
Pedro Sánchez Páez, alcalde en los años 1574 y 1575, hasta Joseph
Páez Xaramillo, alcalde en los años 1758, 1761, 1765 y 1769 (en la
Edad Moderna los alcaldes eran elegidos por periodos de un año)
fueron nada menos que 30 personas con el apellido Páez las que
ocuparon la alcaldía de Morata por el estado de los hijosdalgo. Este
hecho confirma la pertenencia a la pequeña nobleza del apellido
Páez, tal como se recoge en algunas biografías del miembro más
conocido de esta extensa familia: Pedro Páez, también jesuita como
Esteban y primer europeo en llegar a las fuentes del Nilo Azul.
Pedro
Páez un aventurero en la Compañía de Jesús
Antoine
Bouba, en su tesis doctoral sobre el África
negra en los libros de viajes españoles de los siglos XVI y XVII,
se refiere a la familia de Pedro Páez como perteneciente a la
aristocracia rural y al analizar su educación cita a otro estudioso
de la vida del jesuita español, George Bishop, quien afirmo que:
(…)
recibió [Pedro Páez] la
tradicional educación de un caballero: estudió a los clásicos,
aprendió matemáticas, ciencias, bellas artes y danza, y fue
instruido en las artes guerreras, el manejo de la espada, la
equitación, el empleo del arco y, no menos importante, la forma de
comportarse como hidalgo.
Bouba
apunta también que Pedro Páez estudió durante su juventud en
Alcalá de Henares, en el colegio de San Ildefonso de la ciudad
complutense, y en la localidad conquense de Belmonte, donde los
jesuitas tenían un colegio en el que estudió filosofía el futuro
descubridor de las fuentes del Nilo.
Pedro
Páez –Olmeda de las Fuentes 1564, Gorgora, Etiopía 1622- como
tantos otros miembros de la pequeña nobleza –entre ellos su
pariente y también jesuita Esteban Páez- vio en la carrera
religiosa una salida vital como miembro de una extensa familia
integrada por dos hermanos y dos hermanas además de él mismo.
Pedro Páez, jesuita y primo, o sobrino, de Esteban Páez, descubridor de las fuentes del Nilo Azul
No
es difícil aventurar que la pertenencía de Esteban Páez a la
Compañía de Jesús debió de influir para que Pedro ingresara en la
orden a los 18 años para empezar su formación y sumarse así a lo
que Antoine Bouba define como (…) el
viento espiritual que soplaba sobre la Europa de su tiempo, un viento
provocado por Ignacio de Loyola desde 1524 con la fundación de la
Compañía de Jesús.
En
otra reseña biográfica del padre Pedro Páez, escrita por el
también jesuita Bartolomé Alcázar y reseñada en la revista Razón
y Fe se aportan más datos sobre el jesuita:
El
P. Pedro Páez Xaramillo fue recibido en la Compañía de Jesús en
nuestra Casa de Probación de Villarejo de Fuentes, a 18 de Junio de
1584. Era hijo de padres nobles (que se llamaron Juan Páez Xaramillo
y Doña Elvira Campuzano), y nació en la villa de La Olmeda (en este
Arzobispado de Toledo), que dista dos leguas de Jesús del Monte,
tres de Alcalá y cuatro de la villa de Morata, patria del P. Esteban
Páez, primo hermano suyo.
Sobre
la relación familiar entre Esteban Páez, el jesuita natural de
Morata, y Pedro Páez, quince años menor que su primo o tío, Javier
Reverte, autor de una excelente y entretenida biografía del
descubridor de las fuentes del Nilo, indica que:
Su
vocación religiosa [de Pedro Páez] despertó muy pronto, tal vez
influido por un pariente suyo –unas crónicas le citan como tío y
otras como primo- que ejercía como provincial de la Compañía de
Jesús en México cuando Páez era un adolescente y que más tarde
alcanzó el mismo cargo en Perú.
Javier
Reverte, en el libro citado Dios,
el diablo y la aventura,
traza una entretenida y documentada biografía del jesuita para el
que reivindica el honor de haber sido el primer europeo en descubrir
las fuentes del Nilo Azul en el año 1618, pese a que la
historiografía nunca ha adjudicado al religioso este honor. De
hecho, oficialmente son los exploradores ingleses Richard Francis
Burton y Jhon Hanning Speke quienes descubrieron las fuentes del Nilo
en 1858, más 200 años después de que Pedro Páez.
En
el libro de Reverte se analiza la labor de Pedro Páez como misionero
y también como aventurero pues no, en vano, además de su prolongada
estancia en Etiopía (que le sirvió para escribir una de las
primeras historias de este país africano), Pedro Páez también
ejerció de misionero en La India y vivió algunos episodios muy
duros como los años que pasó prisionero en Yemen (siete largos
años) antes de llegar definitivamente a Etiopía, donde consiguió
revitalizar las misiones jesuitas y convertir al catolicismo al
emperador Za Dengel.
Estas
experiencias vitales extremas forjaron el carácter del jesuita
español que, según Javier Reverte:
(…)
atesoró todas las virtudes de la orden: espiritualidad, valor,
disciplina, amor al viaje y la aventura, curiosidad científica,
enormes dotes intelectuales y pedagógicas, y férrea determinación
por cumplir tareas que se había impuesto.
Fuentes
y bibliografía
- Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio-Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
- África negra en los libros de viajes españoles de los siglos XVI y XVII. Bouba Kidakou, Antoine. Departamento de Literatura Española y Teoria de la Literatura de la Facultad de Filología de la Uned. Tesis doctoral. Madrid, 2006.
- Dios, el diablo y la aventura-La historia de Pedro Páez, el español que descubrió el Nilo Azul. Reverte, Javier. Plaza y Janes, Madrid, 2001.
- Razón y Fe-Tomo XV-Mayo Agosto de 1906-Madrid, 1906.
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