martes, 7 de noviembre de 2017

Esteban Páez, un jesuita morateño en América (Epílogo)


Con la muerte de Esteban Páez en 1617 no se extinguió la presencia de personas con el mismo apellido en la Compañía de Jesús. Lo cierto es que el apellido Páez fue muy común, no solo en Morata, sino también en otros municipios cercanos como Loeches o Olmeda de las Fuentes. Este último municipio fue el lugar de nacimiento de Pedro Páez, -primo, o sobrino, de Esteban Páez-, y descubridor de las fuentes del Nilo Azul.

Al menos desde el siglo XVI el apellido Páez fue muy frecuente en Morata hasta que a finales del siglo XVIII dejan de aparecer personas con este apellido en los documentos históricos. Jesús Antonio de la Torre Briceño, en su libro sobre la historia de Morata, documenta varios miembros de la familia Páez que ocuparon la alcaldía por el estado de los hijosdalgo:
Alcaldes pertenecientes a la familia Páez en Morata:
Pedro Sánchez Páez (1574-75)
Pedro Páez (1577)
Francisco Páez de Almazán (1598)
Rodrigo Sánchez Páez (1600)
Pedro Sánchez Páez (1602)
Francisco Páez de Almazán (1607)
Roque Páez de Almazán (1609 y 1617)
Damián Páez (1618)
Esteban Páez (1627)
Agustín Páez (1636 y 1641)
Roque Páez de Almazán (1636, 1641 y 1643)
Diego Páez (1648)
Roque Páez (1648)
Francisco Sánchez Páez (1649)
Esteban Páez (1656)
Rodrigo Sánchez Páez (1662)
Juan Páez (1664)
Esteban Páez (1671)
Rodrigo Sánchez Páez (1674)
Agustín Páez (1677)
Juan Páez Prior (1679, 1683, 1689, 1692, 1701, 1705 y 1706). Seguramente serían dos personas con los mismos apellidos.
Joseph Páez (1709, 1720 y 1721)
Juan Páez (1717)
Felipe Páez de Almazán (1721, 1726, 1732 y 1733)
Roque Páez (1729)
Francisco Páez Xaramillo (1735)
Bernardino Páez Fominaya (1748)
Juan Páez Xaramillo (1753 y 1766)
Manuel de Almazán Páez (1755)
Joseph Páez Xaramillo (1758, 1761, 1765 y 1769)
Desde Pedro Sánchez Páez, alcalde en los años 1574 y 1575, hasta Joseph Páez Xaramillo, alcalde en los años 1758, 1761, 1765 y 1769 (en la Edad Moderna los alcaldes eran elegidos por periodos de un año) fueron nada menos que 30 personas con el apellido Páez las que ocuparon la alcaldía de Morata por el estado de los hijosdalgo. Este hecho confirma la pertenencia a la pequeña nobleza del apellido Páez, tal como se recoge en algunas biografías del miembro más conocido de esta extensa familia: Pedro Páez, también jesuita como Esteban y primer europeo en llegar a las fuentes del Nilo Azul.
Pedro Páez un aventurero en la Compañía de Jesús
Antoine Bouba, en su tesis doctoral sobre el África negra en los libros de viajes españoles de los siglos XVI y XVII, se refiere a la familia de Pedro Páez como perteneciente a la aristocracia rural y al analizar su educación cita a otro estudioso de la vida del jesuita español, George Bishop, quien afirmo que:
(…) recibió [Pedro Páez] la tradicional educación de un caballero: estudió a los clásicos, aprendió matemáticas, ciencias, bellas artes y danza, y fue instruido en las artes guerreras, el manejo de la espada, la equitación, el empleo del arco y, no menos importante, la forma de comportarse como hidalgo.
Bouba apunta también que Pedro Páez estudió durante su juventud en Alcalá de Henares, en el colegio de San Ildefonso de la ciudad complutense, y en la localidad conquense de Belmonte, donde los jesuitas tenían un colegio en el que estudió filosofía el futuro descubridor de las fuentes del Nilo.
Pedro Páez –Olmeda de las Fuentes 1564, Gorgora, Etiopía 1622- como tantos otros miembros de la pequeña nobleza –entre ellos su pariente y también jesuita Esteban Páez- vio en la carrera religiosa una salida vital como miembro de una extensa familia integrada por dos hermanos y dos hermanas además de él mismo. 
Pedro Páez, jesuita y primo, o sobrino, de Esteban Páez, descubridor de las fuentes del Nilo Azul
 
No es difícil aventurar que la pertenencía de Esteban Páez a la Compañía de Jesús debió de influir para que Pedro ingresara en la orden a los 18 años para empezar su formación y sumarse así a lo que Antoine Bouba define como (…) el viento espiritual que soplaba sobre la Europa de su tiempo, un viento provocado por Ignacio de Loyola desde 1524 con la fundación de la Compañía de Jesús.
En otra reseña biográfica del padre Pedro Páez, escrita por el también jesuita Bartolomé Alcázar y reseñada en la revista Razón y Fe se aportan más datos sobre el jesuita:
El P. Pedro Páez Xaramillo fue recibido en la Compañía de Jesús en nuestra Casa de Probación de Villarejo de Fuentes, a 18 de Junio de 1584. Era hijo de padres nobles (que se llamaron Juan Páez Xaramillo y Doña Elvira Campuzano), y nació en la villa de La Olmeda (en este Arzobispado de Toledo), que dista dos leguas de Jesús del Monte, tres de Alcalá y cuatro de la villa de Morata, patria del P. Esteban Páez, primo hermano suyo.
Sobre la relación familiar entre Esteban Páez, el jesuita natural de Morata, y Pedro Páez, quince años menor que su primo o tío, Javier Reverte, autor de una excelente y entretenida biografía del descubridor de las fuentes del Nilo, indica que:
Su vocación religiosa [de Pedro Páez] despertó muy pronto, tal vez influido por un pariente suyo –unas crónicas le citan como tío y otras como primo- que ejercía como provincial de la Compañía de Jesús en México cuando Páez era un adolescente y que más tarde alcanzó el mismo cargo en Perú.
Javier Reverte, en el libro citado Dios, el diablo y la aventura, traza una entretenida y documentada biografía del jesuita para el que reivindica el honor de haber sido el primer europeo en descubrir las fuentes del Nilo Azul en el año 1618, pese a que la historiografía nunca ha adjudicado al religioso este honor. De hecho, oficialmente son los exploradores ingleses Richard Francis Burton y Jhon Hanning Speke quienes descubrieron las fuentes del Nilo en 1858, más 200 años después de que Pedro Páez.
En el libro de Reverte se analiza la labor de Pedro Páez como misionero y también como aventurero pues no, en vano, además de su prolongada estancia en Etiopía (que le sirvió para escribir una de las primeras historias de este país africano), Pedro Páez también ejerció de misionero en La India y vivió algunos episodios muy duros como los años que pasó prisionero en Yemen (siete largos años) antes de llegar definitivamente a Etiopía, donde consiguió revitalizar las misiones jesuitas y convertir al catolicismo al emperador Za Dengel.
Estas experiencias vitales extremas forjaron el carácter del jesuita español que, según Javier Reverte:
(…) atesoró todas las virtudes de la orden: espiritualidad, valor, disciplina, amor al viaje y la aventura, curiosidad científica, enormes dotes intelectuales y pedagógicas, y férrea determinación por cumplir tareas que se había impuesto.




Fuentes y bibliografía
  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio-Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
  • África negra en los libros de viajes españoles de los siglos XVI y XVII. Bouba Kidakou, Antoine. Departamento de Literatura Española y Teoria de la Literatura de la Facultad de Filología de la Uned. Tesis doctoral. Madrid, 2006.
  • Dios, el diablo y la aventura-La historia de Pedro Páez, el español que descubrió el Nilo Azul. Reverte, Javier. Plaza y Janes, Madrid, 2001.
  • Razón y Fe-Tomo XV-Mayo Agosto de 1906-Madrid, 1906.

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