Con
la puesta en funcionamiento del embalse de La Tajera y, años
después, tras la solución de los problemas estructurales de la
presa, que impidieron hasta el año 2010 el llenado del pantano hasta
el límite de su capacidad (64 hectómetros cúbicos), los habitantes
de la cuenca del Tajuña vieron cumplida su aspiración de que las
aguas del río estuvieran, por fin, reguladas y así evitar las
temidas avenidas y también para permitir y mejorar el abastecimiento
de agua potable en los pueblos de la cuenca media y el regadío en la
mayor parte de los municipios ribereños.
Con
la construcción del embalse de La Tajera el aprovechamiento del río
Tajuña y las prioridades en el uso del agua de su cauce se fija en
un documento que debe de aprobar la administración central a
propuesta de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT). Este
documento recoge las denominadas, textualmente, Disposiciones
normativas del Plan Hidrológico de la parte española de la
demarcación hidrográfica del Tajo.
Las últimas de estas disposiciones normativas aprobadas se
publicaron en el Boletín Oficial del Estado de fecha 19 de enero de
2016 y son por tanto las que están en vigor al derogar las aprobadas
en años anteriores.
Lo
que el documento identifica como Sistema
Tajuña, que en extensión
ocupa el 5 % de la cuenca del río Tajo, comprende la totalidad de la
cuenca del río desde su nacimiento cerca del municipio de Maranchón
hasta la desembocadura en el Jarama. En la asignación de recursos
del Sistema Tajuña
se fijan, por este orden, las demandas urbanas, las demandas agrarias
y las demandas industriales y la asignación en hectómetros cúbicos
anuales para cada una de ellas.
Cuadro asignación de recursos en la cuenca del Tajuña aprobado en 2016
Como
ya se ha comentado en entregas anteriores del blog, la asignación de
estos recursos de agua del río Tajuña ya preocupó a los habitantes
de sus riberas desde el mismo momento en que se planteó
definitivamente la construcción del embalse en la década de los
setenta del pasado siglo. La posibilidad de que las aguas del embalse
pudieran desviarse al pantano de Entrepeñas, para compensar, a su
vez, la cesión de recursos hídricos desde el Tajo a la cuenca del
Segura mediante el polémico trasvase, fue desechada como también se
descartó el uso de la presa para la producción de energía
eléctrica. Se fijó así que el abastecimiento para demandas urbanas
y para regadíos sería prioritario la hora de explotar el cauce del
Tajuña.
Tal
como se aprecia en el cuadro anterior estas prioridades suponen que
para el consumo urbano se fijen 4,48 hm3
anuales, distribuidos en
los consumos del Alto Tajuña (0,55 hm3)
y la denominada Mancomunidad del Río Tajuña (3,93 hm3),
una entidad supralocal que agrupa a 34 municipios de la provincia de
Guadalajara, situados en la cuenca media del río, con unos 60.000
habitantes, y que se abastecen de sus aguas para el consumo urbano.
Más
reducidas son las demandas industriales del Sistema de Explotación
Tajuña que, en total, suponen 2,50 hm3
anuales.
Demanda
de agua para el regadío
En
términos cuantitativos son las demandas de usos agrarios las que
mayores recursos hídricos tienen asignados anualmente y
especialmente las llamadas demandas agrarias superficiales (38,86
hm3)
frente a las subterráneas (3,01 hm3)
para un total de 41,87 hm3.
La distribución de estos recursos para el regadío fundamentalmente
–los usos ganaderos no pasan de unos escasos 0,43 hm3
anuales- resulta muy
desigual en los distintos tramos río, tal como se aprecia en el
cuadro. La propia configuración de la cuenca del Tajuña explica las
diferencias entre el consumo de agua para regadío en la cuenca alta
y media, muy limitado, y la cuenca baja –correspondiente a la
comunidad de Madrid, que con 21,54 hm3
consume prácticamente el 40% de los recursos totales que suman 48,85
hm3 anuales.
Particularmente
nos interesa la distribución de esos 21,54 hm3
asignados para el riego
en los municipios de la comunidad de Madrid desde Ambite hasta la
desembocadura del Tajuña en el Jarama cerca de Titulcia. En total
son más de 3000 hectáreas las que se riegan en la comunidad de
Madrid con las aguas del Tajuña: Chinchón 1.440,42 ha; Morata
743,26 ha; Tielmes, 296,82 ha; Carabaña, 269,64 ha; Perales, 165,00
ha; Titulcia, 149,20 ha; Ambite, 77,18 ha, y Orusco. Cada una de
estas hectáreas de regadío tiene una dotación bruta de 6.000 m3
al año.
Pese
a la asignación de estos recursos anuales de agua para el regadío
hay que recordar que en caso de sequía el abastecimiento urbano
tiene prioridad sobre otros usos del agua del Tajuña. La aportación
media anual del Sistema Tajuña, es decir, todo el agua que circula
anualmente por el cauce del río y que incluye no solo el agua del
cauce principal sino también el de sus afluentes, es muy variable de
un año a otro y, aunque los valores medios alcanzan 101,33 hm3
anuales, pueden oscilar entre los 148,31 hm3
del periodo 2009-2010 y
los 63,63 hm3 del
2015-2016. Un buen ejemplo que explica esta situación se produjo a
comienzos de este año 2018 cuando el nivel del embase de la presa de
La Tajera no superaba los 4 hm3.
Tan escasas reservas provocaron que en el mes de febrero el anuncio
de medidas drásticas, según anunciaba la cadena SER de Guadalajara
el 21 de febrero:
La
situación de sequía de la cuenca del río Tajuña es dramática en
estos momentos hasta el punto de que la Confederación Hidrográfica
del Tajo se ha visto obligada a afrontar la
restricción total del regadío en esta cuenca.
Así lo ha confirmado este organismo en la presentación este
miércoles en Madrid del plan especial de actuación en situaciones
de alerta.
El
embalse de la Tajera, del que se nutre la Mancomunidad de aguas del
Tajuña, apenas almacena en estos momentos 2,9 hectómetros cúbicos,
está al 5% cuando la media de los últimos 15 años en estas fechas
se sitúa en torno al 30%.
Afortunadamente,
una primavera muy lluviosa en comparación con los años anteriores
evitó que hubieran de adoptarse medidas extraordinarias como la
prevista prohibición del riego en toda la cuenca del Tajuña. De
hecho, estas precipitaciones de los meses de marzo, abril y mayo de
este año no sólo han evitado las restricciones en el riego sino
que, en comparación con años anteriores, el embalse de la Tajera
almacena mucho más agua a fecha de 10 de julio, 30 hm3
frente a unos escasos 10 hm3
en comparación con el pasado año.
Sin
embargo, aunque estas precipitaciones primaverales han permitido que
este año circulara por el río Tajuña más agua que el
estrictamente destinado a cubrir el caudal ecológico (fijado en 0,36
m3 por segundo en todo su cauce), el análisis histórico de las
reservas de agua que ha almacenado el embalse de La Tajera desde que
entrara en funcionamiento en 1994 difícilmente podrían cubrir las
muy optimistas previsiones que se plantearon cuando se proyecto la
presa. Hay que recordar que en esos momentos se planteó un
ambicioso plan de aumento de regadíos en la cuenca media, aguas
debajo de la presa, que nunca llegó a materializarse y que, incluso
en la Comunidad de Madrid, también llegó a anunciarse un futuro
aumento de las hectáreas de regadío en el término de Chinchón que
no pasó de la fase de proyecto.
Esta
ampliación del regadío en la parte de la Comunidad de Madrid que
abastece el río Tajuña tampoco entra en los planes de futuro. Según
las disposiciones normativas
del Plan Hidrológico de la parte española de la demarcación
hidrográfica del Tajo las
previsiones a medio plazo de los regadíos en la Comunidad de Madrid
del sistema Tajuña prácticamente no variarán en los los años
venideros. Según el documento que se publicó en el BOE del 19 de
enero de 2016, actualmente en vigor y al que ya nos hemos referido al
comienzo del post, el Sistema Tajuña asigna 20,53 hm3
a los regadíos de Madrid en el año 2021 y unos metros cúbicos más
en el año 2033, 21,78 hm3.
Hay
que reseñar, por último, que en el documento del año 2016 que fija
la asignación de recursos en el Sistema Tajo incluye un apartado que
establece para el futuro una
reserva de 60 hm3/año
en el río Tajo y el
uso de los recursos excedentarios en los ríos Sorbe y Tajuña,
siempre que no se produzcan afecciones a los derechos de uso del agua
preexistentes. Esta
reserva se asignaría a las demandas urbanas aunque siempre en base a
que realmente se produjeran esos excedentes a los que se refiere el
documento.
Fuentes
y bibliografía
- Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
- Estudio de las inundaciones históricas del río Amarguillo. Potenciano de las Heras, Ángela. Memoria presentada para optar al grado de doctor. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias Geológicas. Departamento de Geodinámica. Madrid, 2004.
- Avance de un Plan General de Pantanos y Canales de Riego, redactado por el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Año de 1899. Imprenta y fundación democrática de los Hijos de J. A. García. Madrid, 1899.
- Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, Tomo XXVIII Tomo VIII. Segunda Serie (1906). Madrid, Tipografía de la viuda de M. Tello. Madrid, 1906.
- Agua y Medio Ambiente-Presas. Intecsa-Inarsa. Servicios de ingeniería y consultoría técnica desde 1965.
- Evolución de las presas de hormigón desde 1950. Giménez Rothermund, Francisco y Martín Ruíz, David. Tecnología y Desarrollo. Revista de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. Universidad Alfonso X El Sabio. Escuela Politécnica Superior. Villanueva de La Cañada. Volumen XV. Año 2017.Separata.
- HCC Hidráulica, Construcción y Conservación. Nuevas tecnologías en la reparación de presas.
- Periódicos y publicaciones citadas en el texto.
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