Durante
las últimas semanas hemos analizado la figura de Ignacio Rojo Arias,
un político, abogado y periodista morateño que, durante la segunda
mitad del siglo XIX, estuvo presente en algunos de los
acontecimientos que condicionaron la historia de los años
siguientes. Si tuvo un papel destacado en los sucesos previos a la
revolución de 1868, La
Gloriosa,
como miembro de la junta revolucionaria de Madrid, no menos
importante fue su labor como diputado en las Cortes Constituyentes
por la provincia de Ciudad Real. Esas Cortes dieron paso a la llegada
a España, como nuevo monarca en sustitución de los borbones, de
Amadeo I, el efímero rey que no logró asentar una nueva dinastía.
En
la elección del noble italiano como sustituto de Isabel II fue
fundamental el voto particular que Rojo Arias presentó ante la
comisión encargada de debatir y aprobar el sistema de elección del
rey. La aprobación de la propuesta de Rojo Arias, que contó con el
apoyo trasversal de republicanos y ultraconservadores, contrarios a
los borbones pero también a otros candidatos como el duque de
Montpensier, cuñado de la reina exiliada, le proporcionó el
reconocimiento de una parte de la Cámara pero también el rechazo de
antiguos compañeros del Partido Progresista y, sobre todo, de
algunos de sus viejos colegas del mundo del periodismo, especialmente
los del diario liberal La
Iberia,
en el que había comenzado su carrera periodística en los años
previos al sexenio revolucionario.
Encuadrado
siempre en las filas de partidos liberal-progresistas, y también
radicales, Rojo Arias ocupó siempre el espacio político que hoy
denominaríamos centro-izquierda. Desde esta ideología desarrolló
una prolongada carrera parlamentaria, en el Senado y en el Congreso
de los Diputados, donde siempre se alineó con las posturas más
avanzadas que defendían el sufragio universal, la soberanía popular
y la separación de poderes. También desde distintos cargos
políticos intentó defender sus ideas: fue gobernador civil en Cádiz
y en Madrid. Fue en el Gobierno Civil de Madrid donde asistió, en
primera fila, al atentado mortal contra el presidente Juan Prim. Su
trabajo como gobernador civil en esas fechas fue controvertido por
las consecuencias de un magnicidio que, aún hoy, sigue planteando
numerosas incógnitas sobre su autoría. Rojo Arias, en su defensa,
siempre resaltó que el ataque contra Prim se produjo a los pocos
días de su toma de posesión como gobernador y que no había tenido
tiempo material de afrontar cambios en la política de orden público.
Sobre
su trayectoria política, en una publicación de la época, Los
diputados pintados por sus hechos,
se remarcaban sus dotes como diputado:
Su
conducta en la Asamblea Constituyente es de todos conocida.
Progresista por su historia y por sus convicciones, el partido en que
siempre ha militado no puede poner en duda su constante adhesión;
sin embargo, el señor Rojo Arias, con su envidiable talento, no
perdona ocasión, no dispensa un momento para buscar reformas
verdaderamente radicales.
La
misma publicación añadía:
El
gobierno, cuya mayoría es indudablemente progresista, le ha tenido y
le tiene muchas veces en oposición: discute con celo incansable,
depura todas las cuestiones que van a la Cámara, considera una por
una todas sus trascendencias, y es uno de los más decididos
campeones que tienen las libertades del país.
Fotografía y autógrafo de Ignacio Rojo Arias
Como
hemos resaltado en las últimas semanas, Rojo Arias también dejó
huella en su paso por el mundo del periodismo de la época. En esos
años de la segunda mitad del siglo XIX, la práctica de un
periodismo profundamente combativo y comprometido propiciaba un
continuo enfrentamiento ideológico entre las distintas cabeceras,
muy numerosas, y la mayoría de ellas medio de expresión de los
distintos partidos políticos. Rojo Arias, que se había iniciado en
el mundo del periodismo en La
Iberia,
como ya hemos señalado, no se conformó con escribir artículos y se
lanzó a la aventura empresarial de fundar un periódico, La
Bandera Nacional,
que dirigió durante unos años y que se editó como órgano del
Partido Radical. Este proyecto, que le costó un esfuerzo económico
y personal que finalmente no pudo mantener, también significó para
la figura de Rojo Arias la oportunidad de defender sus ideas a favor
de la libertad de expresión. Esta defensa de sus profundas
convicciones democráticas le llevaron, en más de una ocasión, ante
los tribunales e, incluso, a la cárcel por enfrentarse a poderes
como el ejercito, muy influyente en la vida política en esos años..
En
su trabajo como hombre de prensa y periodista el político morateño
siempre asumió su propia defensa ante los tribunales pues, no en
vano, y esta es una de sus facetas más destacadas, Rojo Arias era un
prestigioso hombre de leyes. Desde que iniciara su formación en
Derecho y Filosofía en la Universidad de Valladolid –ampliada
posteriormente en la Universidad madrileña-, el político, abogado y
periodista morateño siempre destacó en el ejercicio de su
profesión, primero como teniente fiscal en varias ciudades, entre
ellas San Martín de Valdeiglesias y Ciudad Real, y posteriormente
como abogado penalista con despacho en Madrid. Ya comentamos su
intervención en casos muy polémicos en su época, especialmente su
trabajo como abogado defensor en el juicio del Crimen
de la calle Fuencarral,
y también su dilatada trayectoria como defensor en procesos en los
que se solicitaba la pena de muerte para sus defendidos. Rojo Arias
que siempre se presentó como nacido en Morata de Tajuña también
proclamó su compromiso político y personal con su pueblo natal y
con el distrito electoral de Chinchón. Defendió gratuitamente a
muchos vecinos de la comarca y se presentó reiteradamente a los
procesos electorales por el distrito de Chinchón, aunque sin
conseguir la representación política del mismo.
Dejemos
que sea aquel niño nacido en Morata el 1 de febrero de 1832, nieto
por parte de padre de un administrador del conde de Altamira, y por
la rama materna de Enrique Arias y María Oliva, ambos naturales y
vecinos de Morata, es decir, el mismo Ignacio Rojo Arias quien ponga
el colofón a este serie, con sus propias palabras, expresadas en un
libro, La
Izquierda dinástica,
que recogía su ideario político en una serie de artículos
periodísticos publicados en la prensa de la época:
(…)
Tiempo es de que los
partidos políticos estén en nuestro país representados por
ideas y no girando
alrededor de personas,
por mucho que valgan.
Tiempo
es de que la política en España sea una noble aspiración, que
constituya la ciencia del Gobierno y no sea, ni en los hombres ni en
los partidos, un modus
vivendi, sin más deseo
ni más fin que el poder por el poder.
(…)
Y así, y sólo así, será la política lo que debe ser: una
altísima función de los partidos, encaminada sólo al bien y al
interés de la patria,
que prosperará a
beneficio de ordenadas y duraderas administraciones (…).
Fuentes
y bibliografía:
- Archivo del Senado. Leg. 389. Nº 4 (2).
- Archivo del Senado. Leg. 389. Nº 4 (3).
- Oratoria y periodismo en la España del siglo XIX. Seoane, María Cruz. Editorial Castalia. Madrid, 1977.
- Periódicos y publicaciones citados en el texto.
- Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes. Dieron comienzo el día 11 de febrero de 1869 y terminaron el 2 de enero de 1871. Tomo XV. Índice y resumen. Imprenta de J. A. García, Corredera Baja de S. Pablo, 27. Madrid, 1871.
- Sumario 306/1870 sobre el atentado contra el general Prim.
- España trágica. (Episodios Nacionales, quinta serie, número 42) Pérez Galdós, Benito. Alianza editorial. Madrid, 2009.
- Las primeras cámaras de la regencia. Datos electorales, estadísticos y biográficos. Sánchez Ortiz Modesto y Berastegui, Fermín. Imprenta de Enrique Rubiños. Madrid, 1886.
- El periódico liberal La Bandera Española, un concepto nuevo de nacionalismo español. Orella Martínez, José Luis. Aportes: Revista de Historia Contemporánea. Año nº 19.Nº 54. 2004.
- Diario de Sesiones del Congreso de 4 de mayo de 1869. Citado en “El debate sobre la Libertad de Cultos en las Constituyentes de 1869: ¿Religión o Religiones? González Manso, María Isabel. Instituto Universitario en Ciencias de las Religiones, UCM, Madrid. Madrid, 2016.
- Pluralismo Masónico en España. Álvarez Lázaro, Pedro.
- Catálogo de Publicaciones periódicas masónicas (siglo XIX). Díez de los Ríos San Juan, Mª Teresa.
- La masonería alicantina ante las crisis intermasónicas de 1886-1889 y el nacimiento del Gran Oriente Español. San Pero Ramo, Vicent. Universidad de Valencia.
- La Izquierda dinástica. Rojo Arias, Ignacio. Imprenta de Juan Iniesta. Madrid, 1882.
- Figuras y figurones: biografía de los hombres que más figuran actualmente así en la política como en las armas, ciencias, artes, magistratura, alta banca, etc. Segovia, Ángel María. Imprenta de Enrique Jaramillo. Madrid, 1881-82.
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