martes, 13 de noviembre de 2018

Un morateño testigo y protagonista de la historia (Apéndice III-2ª parte)

Otras participaciones de Rojo Arias como candidato en el distrito de Chinchón

Pese a que en anteriores elecciones no consiguió imponerse a su compañero de partido, y sin embargo rival, Vicente Rodríguez, Rojo Arias no dejaría de intentar obtener un acta de diputado por el distrito de Chinchón. En 1879, ya finalizado el sexenio democrático y en pleno auge de la restauración borbónica, el político morateño optó de nuevo a obtener un acta de diputado por su distrito natal. En los días previos a la celebración de las votaciones, Rojo Arias planteaba en una carta abierta, publicada en el diario El Globo, su línea política:
(…) Fijado ya el día en que han de verificarse las nuevas elecciones de diputados a Cortes, me dirijo a usted, participándole que aspiro a la honra de ser elegido por ese distrito [Chinchón] que, como usted sabe, es el mío natural.
(…) Soy demócrata, contribuí como diputado constituyente a la formación de la Constitución de 1869, y esa Constitución y las leyes orgánicas que la desenvuelven son mi bandera política; aspiro, pues, al triunfo y la aplicación de aquel código, sin exageraciones, siempre perniciosas para el orden en que la verdadera libertad descansa, y sin hipócritas restricciones que son siempre también rudos golpes que, tomando el orden por pretexto, a la libertad se asestan.
Vine a la política activa firmando en el partido progresista y le fui constantemente fiel. En 1868 este partido se fundió con la democracia, cuyos principios más esenciales acepté y he sido desde entonces demócrata firme y sincero, formando contantemente en las filas del partido radical.
Graves y no esperados sucesos aconsejaron a mi partido en febrero de 1873 el tomar otra actitud, y a mi partido seguí y en aquella actitud persevero como persevero en mis ideas que por mi libre elección abracé y que jamás ostenté ni defendí por miras de personal conveniencia.
Si a usted satisface este sencillo programa, bastante para que pueda formarse juicio cabal de lo que haré en las próximas Cortes si a ellas me lleva el voto de los electores de ese distrito, quedaré complacido del todo su siempre afectísimo y seguro servidor.
Ignacio Rojo Arias. (El Globo, 20 de marzo de 1879).
Toda una declaración de intenciones, a la par que un pequeño recordatorio de su trayectoria política, en esta carta publicada días antes de la celebración de las elecciones. Tras la celebración de los comicios Rojo Arias, como anteriores ocasiones, vio otra vez frustrado su intento de obtener acta de diputado por el distrito de Chinchón. En estas elecciones, en las que se había suprimido el sufragio universal (recordemos, sólo para varones), en favor del voto censitario, que sólo permitía votar a quienes alcanzaban un determinado nivel económico que se fijaba por su pago de contribuciones, el candidato conservador Felipe Juez Sarmiento se impuso a Rojo Arias por una amplia diferencia de votos:
Felipe Juez Sarmiento: 1174 votos.
Ignacio Rojo Arias: 448 votos.
(El Siglo Futuro, 24, de abril de 1879).
No se limitaría a estas elecciones de 1879 el empeño de Ignacio Rojo por representar en el Congreso de los Diputados al distrito al que pertenecía Morata, la localidad en la que había nacido. Para los nuevos comicios del año 1881 el político morateño anunció la posibilidad de concurrir a las elecciones a diputado –que finalmente no se materializaría- en una carta que publicó el diario El Globo, un periódico que no dudaba en hacer públicas las ideas de Rojo Arias:
Señor director de El Globo
Mi querido amigo:
Para deshacer de una vez las intrigas electorales que haciendo jugar mi nombre, se comienzan a urdir en el distrito de Chinchón, ruego a usted que se sirva publicar en su estimable periódico la adjunta carta, copia fiel de la que con fecha 31 de marzo dirigía al señor gobernador civil de esta provincia (…).
«Excmo. Señor conde de Xiquena, gobernador civil de Madrid
Madrid 31 de Marzo de 1881.
Mi muy estimado señor: Una obligación moral, que considero ineludible, pone hoy la pluma en mi mano para dirigirme a usted, de quien soy y me declaro adversario político, y cuya amistad personal y cuyo trato tampoco he tenido la honra de cultivar, excitándole a que emplee los medios de la ley y de la autoridad, que ejerce en moralizar la administración municipal de los pueblos correspondientes al distrito de Chinchón, que más de seis años de absoluto nepotismo, han llevado al último extremo de la más desvergonzada arbitrariedad. (…)
(…) Soy natural de uno de los pueblos de aquel distrito -de Morata de Tajuña- y he luchado en él más de una vez, como candidato de oposición para la diputación a Cortes.
Llevo diez y nueve años de ejercicio en mi profesión de abogado del Colegio de Madrid con un concepto muy superior a mis méritos y a mis condiciones, y puedo decir que no hay asunto civil ni criminal de alguna importancia en todo el distrito, en que mis paisanos no soliciten mis servicios profesionales que les presto con tanto gusto como desinterés
Invoco todo esto, señor gobernador, porque debe servir para que usted se forme juicio cabal de la verdad de mis fundados informes; y como necesito que se le forme también muy completo de mi sinceridad y buen deseo, exento de todo interés personal, quiero anticipar una declaración: no sé si la haré como otras veces, en las próximas elecciones de diputados; es posible; es casi seguro. Si lucho, será como candidato de oposición al actual gobierno, en el cual deseo y le agradeceré la imparcialidad, pero de quien ni busco, ni quiero, ni aceptaría un auxilio que había de coartarme luego en el libre ejercicio de aquella alta investidura si lograba alcanzarla, y que jamás ejercería sino con absoluta independencia. (…).
(…) El distrito de Chinchón da un diputado a Cortes y dos diputados provinciales. Ha ejercido el primer cargo, sin interrupción desde la restauración acá, luchando siempre con el carácter de candidato ministerial, el señor Juez Sarmiento; y el de diputados provinciales, con el mismo carácter de ministeriales, los señores Pozo y Calvo, estrechamente unidos entre sí y con el señor Juez Sarmiento, y fielmente asociados para trabajar y obtener su mutua elección (…).
(…) ¿Querrá hacer ostensivas las ventajas de su nueva actitud al señor Juez Sarmiento, o se las reservará para él solo, comprendiendo que los ayuntamientos actuales, obra suya, por el protegidos en sus arbitrariedades y desmanes, y en los cuales estriba su única fuerza, son también su medio único de conservar su puesto en la diputación provincial que por primera vez ocupa por la protección oficial y decidida del diputado a Cortes señor Juez Sarmiento? (…).
(…) Si yo intentara el reseñar pueblo por pueblo y punto por punto todos los excesos, todas las irregularidades, todos los delitos cometidos por todos en la mayor parte de los ayuntamientos del distrito de Chinchón, haría interminable esta carta, que va siendo ya demasiado larga: además que la práctica de todos ellos es uniforme y su conducta igual, excepción hecha de dos o tres localidades en que circunstancias especiales la hacen más grave.
En Villarejo de Salvanés, Belmonte de Tajo, Valdelaguna, Valdilecha, Perales, Brea, Fuentidueña y Valdaracete, pueblos que cito, porque son aquellos de los cuales tengo datos comprobados y ciertos, no hay mas ley que el capricho.
En todos ellos hay establecidos impuestos arbitrarios, cuyo establecimiento y cuyos productos no tienen justificación de ninguna clase en los presupuestos.
Se procede a la subasta de pastos y bienes de propios sin ninguna formalidad de ley y aun contra la ley, como sucede en Belmonte de Tajo, Brea, Valdaracete y Valdelaguna.
Se ha prescindido en el período de la rectificación de listas de exponerlas al público el tiempo que la ley marca, dando ocasión a denuncias como la que ha elevado a la Audiencia del territorio un elector de Fuentidueña.
Se sacan de la Caja de Depósitos fondos procedentes del 80 por 100 de propios con destino a obras públicas que no se ejecutan; y se desobedecen reiteradamente órdenes de este gobierno civil para que esos fondos se vuelvan a la Caja, como sucede, entre otros pueblos, con el de Villarejo.
Los alcaldes, especialmente en este período, hacen que los peatones [carteros] les presenten toda la correspondencia que se reciba; y la guardan aquella que va dirigida a los que consideran sus adversarios, como acaba de acontecer, con complicidad y con escándalo en el pueblo de Valdaracete.
Se tienen secretarios de ayuntamiento menores de edad, que encubran la acción de otros secretarios anteriores que fueron destituidos con intervención de la Guardia civil, y que siguen siendo los árbitros de la administración municipal como sucede en el pueblo de Valdilecha, del cual podrá dar razón e informes el actual jefe de orden público, señor Pérez de Rivera, comandante que ha sido de aquel benemérito cuerpo en esta provincia (…)..
(…) El comprobar su verdad función es de la administración pública, y seguro estoy que usted irá a ella con la imparcialidad propia de su elevado cargo (…).

Primera página del diario El Globo, donde se publicó la carta de Rojo Arias

La carta recoge todo un compendio de presuntas irregularidades administrativas y en el proceso electoral, una situación nada nueva y que se repetía continuamente en el distrito de Chinchón, y en muchos otros del país, con acusaciones mutuas entre los distintos partidos que concurrían a las elecciones. Rojo Arias, en los ya lejanos tiempos del sexenio revolucionario también fue acusado de malas prácticas electorales cuando ejercía como gobernador civil de Madrid en las elecciones de 1871, justo unas semanas después de la muerte en atentado del general Prim.
Finalmente, en ese año de 1881 Ignacio Rojo Arias, abandonando su viejo anhelo de conseguir la representación en el Congreso por el distrito de Chinchón, optó a un escaño en el Senado en representación de la provincia de Madrid pero tampoco consiguió su objetivo.
Debería esperar a 1883 para recuperar su condición de parlamentario gracias a su nombramiento como senador vitalicio. Como tal representante en la Cámara Alta, Rojo Arias planteó algunas preguntas y proposiciones que afectaban al distrito de Chinchón. En la sesión del 30 de abril de 1888 se interesó por el trazado de una línea de ferrocarril que enlazara el ferrocarril de Madrid a Alicante con Villarejo de Salvanés. Esta proposición perseguía que el futuro ferrocarril que uniría Arganda, Morata, Colmenar de Oreja y Villarejo de Salvanés –aunque el tren nunca llegó a este municipio- estuviera conectado con una línea tan importante como la que enlazaba Madrid con Alicante. La proposición literal presentada por Rojo Arias decía así:
Articulo único. Se autoriza al gobierno de S. M. para que, con las mismas condiciones que por la ley de 9 de agosto de 1887 se concedió a D. Francisco Cuéllar y Ballesteros la construcción de un ferrocarril de vía estrecha que partiendo del kilómetro 47 de la línea de Madrid a Alicante termine en Villarejo de Salvanés, convierta la concesión en vía ancha.
Evidentemente la proposición decayó y nunca se materializó este proyecto de Rojo Arias que habría beneficiado a su tierra de nacimiento, una tierra y un pueblo, Morata, al que intentó en repetidas ocasiones representar, desde las filas progresistas, sin llegar a conseguirlo nunca.




Fuentes y bibliografía:
  • Archivo del Senado. Leg. 389. Nº 4 (2).
  • Archivo del Senado. Leg. 389. Nº 4 (3).
  • Oratoria y periodismo en la España del siglo XIX. Seoane, María Cruz. Editorial Castalia. Madrid, 1977.
  • Periódicos y publicaciones citados en el texto.
  • Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes. Dieron comienzo el día 11 de febrero de 1869 y terminaron el 2 de enero de 1871. Tomo XV. Índice y resumen. Imprenta de J. A. García, Corredera Baja de S. Pablo, 27. Madrid, 1871.
  • Sumario 306/1870 sobre el atentado contra el general Prim.
  • España trágica. (Episodios Nacionales, quinta serie, número 42) Pérez Galdós, Benito. Alianza editorial. Madrid, 2009.
  • Las primeras cámaras de la regencia. Datos electorales, estadísticos y biográficos. Sánchez Ortiz Modesto y Berastegui, Fermín. Imprenta de Enrique Rubiños. Madrid, 1886.
  • El periódico liberal La Bandera Española, un concepto nuevo de nacionalismo español. Orella Martínez, José Luis. Aportes: Revista de Historia Contemporánea. Año nº 19.Nº 54. 2004.
  • Diario de Sesiones del Congreso de 4 de mayo de 1869. Citado en “El debate sobre la Libertad de Cultos en las Constituyentes de 1869: ¿Religión o Religiones? González Manso, María Isabel. Instituto Universitario en Ciencias de las Religiones, UCM, Madrid. Madrid, 2016.
  • Pluralismo Masónico en España. Álvarez Lázaro, Pedro.
  • Catálogo de Publicaciones periódicas masónicas (siglo XIX). Díez de los Ríos San Juan, Mª Teresa.
  • La masonería alicantina ante las crisis intermasónicas de 1886-1889 y el nacimiento del Gran Oriente Español. San Pero Ramo, Vicent. Universidad de Valencia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario