viernes, 8 de abril de 2022

 

Morata, tierra de viñas y de vino (IX)

El agrónomo José Hidalgo Tablada trabajó en la introducción de nuevas variedades de uva en Morata y la comarca

El periodo de expansión que vivía el viñedo durante todo el siglo XIX en Morata y su comarca propició que los agricultores buscaran las mejores variedades de uva para sus plantíos, aquellas que se adecuaran mejor al terreno y que, sin perder producción, pudieran mejorar sus vinos. Gracias a un experto agrónomo, José Hidalgo Tablada*, preocupado por la mejora de los sistemas de cultivo y por introducir nuevas técnicas para la elaboración del vino, hoy conocemos las variedades de uva más extendidas en las viñas en Morata y en el sureste madrileño. Hablamos del albillo, la malvar, la tinta de Valdepeñas, la Jaén o la teta de vaca.


Resulta muy significativo que desde mediados del siglo XIX, cuando el cultivo de viñedos vivía un periodo de gran expansión en toda la comarca agrupada administrativamente en el partido judicial de Chinchón, los agricultores buscaran ampliar y mejorar sus viñas con la plantación de nuevas variedades que, entendían, eran las más adecuadas para el clima y las características del terreno en el que se asentaban los plantíos.

Si nos ceñimos a Morata y a los municipios más cercanos que también se dedicaban en esos años al cultivo de la vid, la búsqueda de nuevas variedades con las que experimentar y mejorar sus viñedos y la calidad de sus vinos, contó con un personaje fundamental, José Hidalgo Tablada, al que ya nos hemos referido en numerosas ocasiones en el blog.

Hidalgo Tablada, desde sus amplios conocimientos como agrónomo reconocido a nivel nacional e incluso fuera de España, fue fundamental a la hora de buscar nuevas

variedades de vid adaptadas al terreno, propicias para elaborar buenos vinos y, en suma, más rentables para los agricultores que afrontaran la renovación de sus cepas.

Como hemos visto en las semanas pasadas, en los siglos anteriores a esta época a la que nos referimos, pocas referencias tenemos sobre variedades de uva, señal de que los agricultores sólo hacían caso a la tradición, a la práctica de su antepasados, a la costumbre que les enseñaba que las viñas de regadío eran más productivas y que en secano podían elegir entre uvas blancas y uvas tintas. Pero poco más sabemos de variedades porque estas nunca aparecían en la documentación, lo cual no significa que no existieran.

Esta situación cambia, al menos en Morata, con el trabajo y el afán innovador de José Hidalgo Tablada. Esta labor, que tiene una faceta teórica que encuentra su mayor y mejor expresión en los muchos libros que dedicó a sus estudios agronómicos, tuvo su continuidad, más interesante si cabe, en su trabajo como agricultor preocupado en llevar a la práctica sus conocimientos teóricos en Morata, localidad en la que vivía, muy alejada, por circunstancias personales, de sus orígenes andaluces y en las que desarrolló una intensa labor profesional, social y hasta política.

Variedades de vid en Morata y su comarca

Afortunadamente, los trabajos de renovación y adopción de nuevas variedades de vid en Morata en estos años quedaron documentados en los trabajos bibliográficos de Hidalgo Tablada y así han llegado hasta nosotros. Entre la amplia bibliografía de quien, además de autor y agrónomo reconocido, fuera alcalde y juez de Morata, hay dos obras que son de obligada consulta a la hora de analizar el cultivo de la vid y la elaboración de vino en esos años de la segunda mitad del siglo XIX: Tratado del cultivo de la vid y modo de mejorarlo y Tratado de fabricación de vinos en España y el extranjero, ambos con varías ediciones y, en su momento, muy difundidos en el sector agropecuario español.

En el primero de los libros, El tratado del cultivo de la vid..., Hidalgo Tablada aborda en varios apartados su experiencia como agrónomo y cultivador de viñas en Morata y sus conocimientos sobre este mismo cultivo en los pueblos aledaños e incluso en la entonces provincia de Madrid, sobre cuyos viñedos señalaba:

(…) La región central tiene en generalidad los plantíos de vid en los terrenos calizos arcillosos y en los graníticos, empleando los que tienen alguna coloración para plantíos de vid tinta para la blanca los pardos. La provincia de Madrid ofrece en poca extensión tres formaciones de suelo, terciario, cuaternario y granítico. Están las plantaciones de vid en terrenos terciarios en Arganda, Morata, Chinchón, Colmenar de Oreja, Aranjuez, Valdemoro, Ciempozuelos y otros centros vinícolas (…).

A la hora de clasificar las variedades de uva que más comúnmente se plantaban en España, Hidalgo Tablada hacia referencia a varias de ellas que también se cultivaban en Morata, de las que también nos ofrece datos para conocer su introducción, su producción o su utilización como uva para vinificación o para su venta o consumo como fruta en Madrid**.

Segunda edición del Tratado del cultivo de la vid, de José Hidalgo Tablada
 

Variedades de uva en Morata y el sureste madrileño

Sirviéndonos del Tratado del cultivo de la vid…, las variedades que podíamos encontrar en el siglo XIX en el partido judicial del Chinchón, como comarca agrícola unitaria, eran las siguientes, según la descripción que redactó Hidalgo Tablada:

Albillo pardo

(…) Las cepas de esta variedad llegan a un tamaño desmesurado en la vega de este pueblo (Morata), donde hay algunas plantas, las hojas son muy borrosas, los racimos muchos y medianos, aovados cilíndricos, uvas muy apiñadas, casi redondas, amarillo claro o verdoso, según el terreno, venas manifiestas. Menos blandas, menos jugosas y dulces, más tardías que el albillo castellano.

Malvasía, malvar o malvás.

(…) Esta variedad muy estimada en el mercado de Madrid, adonde se lleva desde principio de septiembre hasta enero del año siguiente de la cosecha, hace veinte años no se conocía apenas en los pueblos del distrito de Chinchón. Nosotros fuimos de los primeros que plantamos una viña en 1845 y tuvimos tal acierto en la elección del terreno, que la uva que produce es la más estimada de esta localidad (Morata), hasta el punto de venderse cuatro y más reales por arroba más caro que la de su misma clase llevado de aquí. (…) El suelo es calizo, silicio, arcilloso, pardo.

(…) Distinguen esta variedad de vid los sarmientos gruesos desde su base que siguen en proporción hasta terminar; canutos gordos, nudos gruesos y abundante en leña. Las hojas son grandes, palmeadas, senos acorazonados, verde amarillento, borrosa en la parte inferior, blanca; uvas redondas, superficie igual, duras al partir pero agradable al mascar, dulces sin ser empalagosas, color de cera si se cortan cuando principian a madurar en primeros de septiembre, doradas según pasa el tiempo en la cepa en la que resisten hasta muy tarde. La uva se pone dorada en los terrenos pardos en que tenemos plantadas la mayor parte; pero en los colorados y de guijarro toma un color rosa más o menos fuerte según hiere el sol el racimo.

(…) Bien cultivada, cuidada en terreno franco y fresco es muy buena, pero en terreno húmedo nada vale el fruto, el mosto es muy poco azucarado y el vino flojo. La vid malvás se ve ordinariamente libre del oidum, cuando está situada en terrenos francos y secos. En los húmedos, la ataca como a todas las blancas.

Vigeriegos

(…) Así como en los trajes varían las modas, en los alimentos suele suceder que se hagan algunas alteraciones, y de ser así, resulta que hará veinte años que la uva vigeriega o gordal, como se llamaba en Morata, tenía tal aceptación en Madrid para fruta, que en tres fanegas de tierras de las de aquí, que representan una y media aranzada, o sean 57 áreas 56 centiáreas, hemos sacado algunos años, antes de 1850, tres o cuatro mil reales y en este término había por entonces una viña que sólo tenía ochocientos puestos de vid que era unas dos aranzadas, la cual hubo año que se vendía el fruto en la cepa en catorce mil reales.

Con motivo de la enfermedad del oidum y ser una de las variedades que más acometió, se introdujo la malvás, se empezó a conocer esta clase de uva en Madrid, y la gordal ya no tiene ningún mérito, así es que van desapareciendo y las dos viñas citadas no existen (…). Sarmientos muchos, largos, delgados, redondos, pardo-rojizos, canutos cortos. Hojas medianas, casi orbiculares, casi entera, algo lustrosa en la parte superior, casi lampiñas en la inferior; dientes medianos, casi orbilares (…). Racimos chicos, pocos, poco apretados, con bastante agracejo y pezón tierno (…). En el vijeriego común, cuyos racimos grandes en demasía, muchos y apretados, distingue esta variedad que cultivamos en riego y secano (…) el mosto de esta variedad no tiene condiciones ninguna para vino, es muy fluido, poco azucarado, así es, que la vigeriega solo sirve para comerla en fruta, ya sea cuando se corta, o guardándola colgada, de cuya manera resiste hasta fin de diciembre.

Jaén

Las jaenes tienen por caracteres sobresalientes sarmientos erguidos y broncos, pezones leñosos, uvas apiñadas, duras, con hollejo muy grueso. Esta variedad no difiere de la anterior [jaén negro] más que en el color de la uva, que se presenta dorada en suelos despejados y a propósito, y desciende hasta verde en los puntos en que no madura o que la fertilidad de la tierra da mucho vicio a la planta.

(…) El jaén blanco es uno de los elementos importantes de los vinos que se producen en la región central y septentrional. Los vinos de Chinchón, Arganda, Morata, etc, contienen de un 20 a un 50 por ciento de mosto de uva Jaén, sin cuyo requisito se observa que no tienen fuerza, se conservan mal y en años que la madurez del tinto con que se mezcla se verifica sin lluvias, los vinos son dulces en razón que falta mosto jaén, y es de advertir que en estos pueblos los vinos dulces no se venden, o se venden mal y se vuelven agrios.

Uva tinta de Valdepeñas o teinturier

En la región central se cultiva la uva tinta de Valdepeñas (…). Esa clase de uvas produce los vinos tintos de Morata, Arganda, Chinchón, Carabaña, Colmenar de Oreja, Tarancón, etc y sin embargo, cada uno de estos pueblos produce vinos que no son iguales, porque no lo es el suelo, cultivo y demás circunstancias que modifican los productos de la vid.

(…) Para nosotros el teinturier conocido en la mayor parte de los distritos vitícolas de Francia, es el tintillo del mediodía de España y el tinto de Valdepeñas y de la región central y septentrional y el alicante de la oriental. (…) Aquí diremos, en la localidad que escribimos [Morata] el tinto cultivado en tierras de regadío, fuertes y fértiles, la vid se desarrolla de tal suerte, que siendo cepas bajas, se cuentan hasta treinta racimos, grandes, apiñados, uvas gordas y con algunas sin madurar, su sabor es poco agradable, agridulce, mosto que produce vino muy flojo y que se agría pronto. (…) En tierras más endebles, dentro de la misma vega, la misma clase de vid tinto, presenta menos desarrollo la planta, todo es menor, pero la uva es dulce, el vino fino y agradable. (…) En secano, en tierras coloreadas francas, sigue la disminución del volumen de las plantas, menos racimos y más chicos, pero el mosto es superior, nunca baja de 12º, llega hasta 16, madura el 20 de septiembre.

(…) La cepa es de regular tamaño, los racimos también, el mosto, que no baja de 13º, llega como este año a 17 ½ º, madura en primeros de septiembre en exposición sur y sigue hasta octubre.

Garnacha

Llevados de la celebridad que la uva garnacha tiene para los vinos tintos de Aragón y de algunos puntos de Navarra y Cataluña, se trajeron Morata en 1845 plantas de garnacha roja, y se puso una gran viña por el señor conde de Sástago, hoy no existe una cepa, pues el caldo que aquí producía el tinto aragonés era de poca fuerza y el vino de color ojo de gallo (…).

Chelvana

(…) En Morata hubo hace veinte años en el jardín del conde de Altamira grandes emparrados en que se conservaban las dos variedades que conocemos, tinta y blanca, hasta muy entrado el invierno, y colgadas llegaban hasta primavera. Hoy existen algunas plantas esparcidas en todo el término, y una pequeña viña que denominan El Cortadillo (…). En Morata se ha advertido que las plantadas que hay en secano, entre las viñas tintas, llevan muy poco, tanto que un pariente nuestro está dispuesto a arrancarlas (…).

Teta de vaca

Teta negra, uvas medianas negras, jugosas, tempranas (…).Teta de vaca blanca, uvas blancas, doradas, medianas, carnosas, tardías.

Esta tribu [variedad] se destina ordinariamente para emparrados, y siempre sus uvas para el consumo en fruta (…). Nosotros tenemos esta variedad en emparrado y la uva apenas toma un tinte rosado; y en las cepas es rosada fuerte, conservándose bien cuando en los emparrados se pudre cuando empieza a tomar color. Es de un gusto agradable y no empalagoso.

En este repaso que las variedades de uva cultivadas en Morata y la comarca del partido judicial de Chinchón en el siglo XIX se aprecia como Hidalgo Tablada, además de hacer una minuciosa descripción de la mayoría de ellas, las más importantes, no deja de resaltar su destino como uva de mesa y para colgarlas y consumirlas en invierno o, la mayor parte de ellas, como materia prima para obtener vinos en las muchas bodegas por entonces existentes en Morata. Esa práctica de colgar las uvas era muy habitual hasta los años sesenta del pasado siglo y, en muchas casas de Morata, era muy habitual ver habitaciones y portales con los racimos de uva colgados desde el otoño hasta bien entrado el invierno.

Al referirse a las uvas para vinificación, las que acabada la cosecha terminaban en los lagares morateños, era muy habitual que Hidalgo Tablada destacase sus cualidades a la hora de elaborar vino y que, en algunos casos, mostrase su obsesión por evitar aquellas variedades que, en expresión muy empleada por el autor, producían vinos flojos y por tanto poco competitivos para su venta en los mercados madrileños. En próximas semanas analizaremos el trabajo en los lagares y bodegas y quiénes eran los principales elaboradores de vino en Morata en esos años.




*José Hidalgo Tablada, había nacido en febrero de 1814 en la localidad francesa de Montauban (Francia), donde su padre se encontraba preso tras su participación en la guerra de la Independencia. Militar hasta el año 1842, se dedicó posteriormente tras su retiro a los estudios agronómicos, a su labor como periodista especializado en agricultura y a escribir varios libros sobre esta materia. También se le reconoce su iniciativa como inventor de máquinas agrícolas y como fundador de la Escuela Agronómica de Nogales (León). Hidalgo Tablada, padre político de un miembro de la familia Ruiz de Castañeda, se estableció en Morata donde además de dirigir la explotación de las tierras de su familia ejerció como alcalde en dos etapas y como juez. Falleció a la edad de 80 años en su domicilio morateño, calle de la Iglesia nº 21, el 20 de diciembre de 1894. Se casó en primeras nupcias con Petra García Nieto, vecina y fallecida en Morata, y en segundas nupcias con Concepción Rubira y García Nieto. No tuvo descendencia de ninguno de sus dos matrimonios.

Para ampliar los conocimientos sobre Hidalgo Tablada y su papel como alcalde de Morata:

https://historiamorata.blogspot.com/2015/09/hidalgo-tablada-un-adelantado-de-su.html 

https://historiamorata.blogspot.com/2019/03/hidalgo-tablada-alcalde-juez-municipal.html 


**Para profundizar en la uva malvar de Morata y su venta como uva de mesa en Madrid:

https://historiamorata.blogspot.com/2017/12/las-uvas-de-morata-en-las-nocheviejas.html



Fuentes y documentación:

  • La vid y el vino en la meseta meridional castellana (siglos XII-XV). Sánchez Benito, José María. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid, 2009.

  • Los fueros de Toledo. García Gallo, Alfonso. Instituto Nacional de Estudios Jurídicos. Anuario de Estudios del derecho Español. Madrid, 1975.

  • Los quiñoneros de Segovia (siglos XIV-XV). Asenjo González, María. España Medieval. Volumen 2. Editorial de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 1982.

  • Ocupación de la zona sur de la Sierra y repoblación de la misma por el concejo de Segovia. Copia de 1787. Archivo Histórico Nacional. Sección de Diversos. Concejos y Ciudades. Leg. 20. Fols. 6,39. Recogido por María Asenjo González.

  • Noticias de Madrid y de las familias (1514-1556). Fernández de Oviedo, Gonzalo. Ayuntamiento de Madrid. Guillermo Blázquez. Madrid, 2000. Libro de las grandezas y cosas memorables de España (…). Medina, Pedro de. Sevilla, 1548. Edición de González Palencia, A. Madrid, 1944.

  • Relaciones Topográficas de Felipe II. Madrid. Estudio introductorio. Alfredo Alvar Ezquerra. Comunidad de Madrid. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Imprenta de la Comunidad. Madrid, 1993.

  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999. (Transcripción de las respuestas al interrogatorio de las Relaciones Topográficas de Felipe II).

  • Censo de 1528: Archivo de Simancas. Contadurías Generales núm. 768. Recopilado y publicado en el Tomo I del Censo de Pecheros. Carlos I. 1528. Editado por el Instituto Nacional de Estadística. Madrid, 2008.

  • Hacienda real y mundo campesino con Felipe II. Las perpetuaciones de tierras baldías en Madrid. Alvar Ezquerra, Alfredo. Comunidad de Madrid-Consejería de Agricultura. Madrid, 1990.

  • Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid. Censo de la Corona de Castilla de 1591. Vecindario. Instituto Nacional de Estadística. Madrid, 1985.

  • Alvar Ezquerra, Alfredo. Demografía Rural y fuentes no parroquiales. El Centro y el oriente madrileños en el reinado de Felipe II. Cuadernos de Historia Moderna, número 10. Editorial Universidad Complutense. Madrid, 1889-90.

  • Transcripción del texto de Descripción y cosmografía de España- Boletín de la Real Sociedad Geográfica-Tomo L-Imprenta de Eduardo Arias-Madrid, 1908.

  • Archivo General de Simancas-Expedientes de Hacienda, legajo 131.

  • Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales de Morata de Tajuña. H 408 y  H. 410.

  • Relaciones Iglesia-estado en Campomanes. Ferrer Benimeli, José Antonio, coordinador. Dictamen de los monjes granjeros. Domínguez Ortiz, Antonio. (pág. 163-180). Fundación Universitaria española. Madrid, 2002.

  • El patrimonio de los regulares madrileños en los siglos XVII y XVIII. Caro López Ceferino. Hispania Sacra, vol. 50, núm. 102. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 1998.

  • Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA, C-222, D.67-74.

  • Morata de Tajuña, según el Catastro de Ensenada. Miranzo Sánchez-Bravo, Agustín-Bubok, 2011.

  • Ordenanzas municipales y gremiales de España en la documentación del Archivo Histórico Nacional. Cadiñamos Bardeci, Inocencio. En Cuadernos de Historia del Derecho. Ediciones complutenses. Madrid, 2017.

  • Copia de las Ordenanzas de la villa de Morata. Biblioteca Nacional de España. Ms. 4.508.

  • Memoria sobre el estado de la Agricultura en la provincia de Madrid y mejoras convenientes para su desarrollo. Abela y Sainz de Andino, Eduardo. Imprenta, Estereotipia y Galvanoplastia de Aribau. Sucesores de Rivadeneyra. Madrid, 1876.

  • Contestación al interrogatorio sobre cultivo de olivo, vid y agrios e industrias derivadas. Ortiz Cañavate, Fernando. Establecimiento tipográfico de M. Minuesa. Madrid, 1881.

  • Tratado del cultivo de la vid y modo de mejorarlo. Hidalgo Tablada, José de. Librería de los señores viuda e hijos de don José Cuesta. Madrid, 1870.

  • Periódicos y publicaciones citados en el texto.

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