jueves, 12 de mayo de 2022

 

Morata, tierra de viñas y de vino (XIII)

Sociedad Alcoholera del Tajuña, un proyecto de industrialización a comienzos del siglo XX

El periodo de transición entre el siglo XIX y el siglo XX fueron años de esperanza y de propuestas de futuro para el sector agrícola en los pueblos de la ribera baja del Tajuña. La llegada del ferrocarril, el floreciente cultivo de la remolacha azucarera y un sorprendente y novedoso movimiento asociativo, que se extendió por casi todos los pueblos de la comarca, trajeron aires nuevos a una agricultura que, por entonces, se consideraba vital para el futuro de sus vecinos. La creación de industrias transformadoras asociadas al pujante sector vitivinícola -las sociedades alcoholeras que surgieron en Chinchón, Tielmes, Perales de Tajuña, Colmenar de Oreja, Villarejo de Salvanés y también en Morata- fueron un buen ejemplo de este resurgir del campo que se vivió en los años en torno al cambio de siglo y que significaron, también, un efímero intento de industrialización en el municipio de Morata.



En el año 1889 se creaba en Morata la Asociación de Agricultores, sin duda el punto de partida que permitiría, con el paso de los años, asumir otros proyectos como la Caja Rural y de Ahorros de Morata –traumáticamente fallida- y la Sociedad Alcoholera del Tajuña cuya trayectoria vamos analizar.

La creación de esta empresa de espíritu cooperativo, aunque formal y jurídicamente se tratase de una sociedad anónima, no fue la primera iniciativa apadrinada por la Asociación de Agricultores. Desde su creación y antes del cambio de siglo, la Asociación fue una entidad clave a la hora de impulsar, y financiar en la medida de sus posibilidades, distintas iniciativas en Morata como, por ejemplo, la llegada del ferrocarril:

(…) Desde la fecha en que se fundó la Asociación, a más de pagar 90.000 pesetas para enjugar los déficits municipales (…) gastó lo siguiente: 120.000 pesetas en arreglo de calles y caminos y construcción de un matadero, 22.000 pesetas en proveer de agua potable al vecindario, 153.000 pesetas en subvencionar la construcción del Ferrocarril del Tajuña (…). (La Acción, 26 de octubre de 1916).

El mismo espíritu que empujó a promover estos proyectos, financiados con los ingresos procedentes de los impuestos de consumos que gestionaba la propia Asociación, fue el que propició la creación de la Sociedad Alcoholera del Tajuña constituida en el año 1908. La publicación Madrid Científico informaba en su número 592 sobre su fundación:

Alcoholera del Tajuña. Bajo este título y con un capital de 25.000 pesetas se ha constituido en Morata de Tajuña una Sociedad anónima, cuyo objeto es facilitar a los cosecheros de vinos de la Villa de Morata el medio de utilizar los residuos de la vinificación, obteniendo, a más de los productos destilados, los tártaros en bruto*, granilla**, etc., cuidando en primer término, al verificar las operaciones, de marchar en un todo de acuerdo con las disposiciones legales que rigen para la percepción del impuesto especial que grava el alcohol. (Madrid Científico, nº 592, año 1908).

No es casualidad que en torno a estas fechas se constituyeran en la mayoría de los pueblos vecinos sociedades similares, más o menos potentes en función de la importancia del sector vinícola de cada localidad. Frente al tamaño de la Alcoholera de Chinchón, sin duda la más importante de las creadas en esos años, otros municipios más pequeños también se sumaron a esta práctica de intentar rentabilizar el sector vinícola. Perales de Tajuña, por ejemplo, también creó en 1909 su propia sociedad alcoholera:

Unión Alcoholera de Perales de Tajuña. D. Ildefonso Cediel Carrasco, D. Martín García Alarcón, D. Ignacio López Motos, D. Jesús Bucero Cediel y D. Faustino García Alarcón, han constituido una Sociedad anónima con domicilio en Perales de Tajuña, para dedicarse a la fabricación de alcoholes utilizando los residuos de la vinificación y obteniendo a más de los productos destilados, los tártaros en bruto, granilla, etc., sometiéndose a la vigente ley de Alcoholes. El capital es de 20.000 pesetas, representado por 400 acciones de 500 pesetas. (Madrid Científico, nº 636, año 1909).

En los años precedentes a creación de la Sociedad Alcoholera del Tajuña el sector de la viticultura ocupaba cientos de hectáreas en el secano y en la vega de Morata. Paralelamente, este cultivo de la vid generaba, como hemos visto en semanas precedentes, toda una industria asociada a la transformación de la uva en vino.

A esta producción de vinos de distintas calidades había que sumar la producción de aguardientes, a partir de los distintos residuos de la producción del vino. En 1912 una publicación del ayuntamiento madrileño, Las subsistencias de Madrid, detallaba los productores de aguardiente en Morata. Entre estos productores ya se encontraba la propia Sociedad Alcoholera del Tajuña:

Fábricas de aguardientes compuestos y licores [En Morata de Tajuña].

D. Ambrosio Casado, D. Elías Cuevas, D. Eusebio Ruiz, D. Antonio de la Torre, D. Mariano de la Torre, D. Fructuoso Velasco y Sociedad Alcoholera, en Morata de Tajuña. (Las subsistencias de Madrid. Melgosa Olaechea, Miguel. Imprenta Municipal. Madrid, 1912).

La elaboración de aguardientes que hasta entonces se realizaba con el denominado alambique antiguo, se modificó y modernizó gracias al trabajo de la Sociedad Alcoholera del Tajuña. Por la publicación de la memoria correspondiente al año 1912, conocemos algunas de las iniciativas novedosas que se implantaron en Morata gracias a La Alcoholera, denominación con que terminó conociéndose popularmente a la sociedad y que, como se señala en la publicación citada, no se limitó, a la elaboración de alcoholes y otros subproductos derivados de la elaboración del vino. Destaca en este aspecto el trabajo realizado en la que se denominaba bodega experimental:

(…) Acordado en el ejercicio anterior proceder a la implantación de una bodega en la que, apartándonos de la forma rutinaria y empírica con que se elaboran los vinos en esta comarca, nos permitiera adoptar los procedimientos modernos y científicos empleados en otras regiones más adelantadas, deseando llegar al fin apetecido con la calma necesaria, sin incurrir en precipitaciones que malograran nuestros buenos deseos, fabricamos en la campaña anterior, por vía de ensayo, 10.600 litros de vino (660 arrobas, próximamente), bajo la dirección de un señor ingeniero agrónomo. Existente tenemos en nuestro depósito esa cantidad de vino, y satisfechos estamos de su calidad, pues cuantas personas peritas lo han degustado coinciden en considerarlo como un excelente tipo de vino de mesa, que estará en condiciones de lanzarle al mercado al llegar a su segundo año de encube.

En el presente año nos proponemos elaborar de 75.000 a 80.000 litros de vino en las mismas condiciones en que lo hicimos el año anterior, para lo cual pondremos en circulación el número de acciones que sea estrictamente necesario de las 2.000 que estamos autorizados a emitir y tenemos ya en cartera (…).

Este apartado de la memoria del año 1912, cuyo texto completo también analizaremos, indica que La Alcoholera, ciertamente, se propuso no solo mejorar el rendimiento económico de los subproductos resultantes de la elaboración del vino, sino también mejorar la elaboración del mismo vino con la utilización de las técnicas más novedosas y, sobre todo, con la colaboración de enólogos profesionales.

En la elaboración del aguardiente, la Sociedad Alcoholera del Tajuña también apostó por la innovación y por la utilización de los elementos más modernos del mercado. Su apuesta por los aguardientes era firme después de que, en el año 1909, hubieran inscrito en el Registro de Marcas de Madrid una marca para aguardientes anisados (Industria e invenciones, nº 18. 1 de mayo de 1909). Para conseguir este objetivo, en la memoria anual se indicaba:

(…) En el interregno de la primera y segunda campaña hemos montado dos calderines para hacer la destilación a vapor en vez de a fuego directo, utilizando la antigua destrozadora como generador. Los resultados han sido excelentes, tanto por la calidad del producto obtenido, como por la economía en tiempo y combustible (...).

Memoria económica de La Alcoholera

La memoria económica que la Alcoholera del Tajuña editó en 1912, además de reflejar el balance económico de ese año, sirve también para conocer qué objetivos se planteaba la sociedad desde que fuera creada a finales de 1907. Como ya señalamos, el cultivo de la vid en Morata y en toda la comarca de la cuenca baja del Tajuña era el más importante, por entonces, en la provincia de Madrid. Rentabilizar este cultivo, con unas 1.500 hectáreas de viñedo en el término municipal, era el objetivo principal de la Sociedad Alcoholera del Tajuña.

Para hacernos una idea de lo que significaba este sector y la producción anual de uva y su transformación en vino y aguardiente cada año, contamos con los datos, totales, de la campaña de 1911. Este año, según publicó el periódico El Progreso Agrícola y Pecuario, en Morata se elaboraron alrededor de 150.000 arrobas*** de vino. Previamente, las distintas bodegas existentes en Morata habían pagado la uva a un precio que osciló entre 30 y 40 reales los cien kilos. En la misma información, el periódico añadía:

(…) La Alcoholera está recogiendo las cascas blancas y tendrá una buena campaña con las muchas que recoja, pues está llenando depósitos fuera del local destinado para ello.

En el año que ha terminado han vendido tanto alcohol para esta y pueblos limítrofes, que asciende de 16 a 18.000 duros lo que han sacado de dicho género. Precios: Vino, 20 reales al por mayor y 22 por arrobas (…). (El Progreso Agrícola y Pecuario, 31 de octubre de 1911).

La Sociedad Alcoholera del Tajuña, como todas las entidades mercantiles, estaba obligada a presentar sus cuentas anuales a la asamblea. En 1912 la entidad editó la memoria anual que se presentó, en septiembre de ese año, ante la asamblea de accionistas. En la publicación se recogían las cuentas hasta el 31 de julio de ese año.

Al margen del balance anual, la memoria resulta muy interesante a la hora de conocer los porqués de la creación de la sociedad:

(…) Las primeras eran las dificultades, mejor dicho, la imposibilidad en que aisladamente nos encontrábamos de poder cumplir y vivir holgadamente dentro del régimen que la ley especial de la Renta de Alcoholes nos creaba. Los segundos, tratar de cumplir la ley buscando el medio de utilizar los residuos de nuestras bodegas, y obtener el alcohol necesario para el encabezamiento de nuestros vinos a precio más económico del que pudiera ofrecernos el mercado, sin que al hacerlo resultara perjudicado el interés a que legítimamente tenía derecho el pequeño capital que aportáramos para dar vida y personalidad a la Sociedad mercantil que creábamos (…).

El encabezado de vinos que se cita en la memoria es una técnica que consistía, y consiste, pues se sigue practicando en determinadas zonas y países, en el añadido de alcohol al mosto para aumentar su graduación y, al mismo tiempo, favorecer la estabilidad de los vinos obtenidos.

La elaboración de ese alcohol, con métodos modernos, a partir de la reutilización de la casca -hollejos de la uva-, era el principal objetivo por tanto de la Alcoholera del Tajuña. Además, al ofrecer el alcohol a un precio más barato a sus accionistas, estos obtenían un beneficio añadido a su inversión. En ese año se pagó un dividendo de 3,50 pesetas por acción, equivalentes a un interés del 7 por ciento.

Junto a estos objetivos reseñados en la memoria, la sociedad también perseguía, como ya apuntamos, mejorar las técnicas de elaboración del vino para aumentar su calidad. Los socios, evidentemente, seguían elaborando su propio vino pero, al mismo tiempo, podían aprovecharse de los conocimientos y las nuevas técnicas que se seguían en la que denominaban bodega experimental****, dedicada a elaborar vinos de calidad.

Evolución de la sociedad

En 1916 el periódico La Acción publicaba una información sobre la sociedad y su trayectoria empresarial:

(…) Prospera bien pronto la Sociedad Alcoholera, que se fundó con la modestia de un capital de 25.000 pesetas, y entonces se extiende la obra a la fundación de una bodega experimental que aplique las modernas prácticas enológicas, obtenga vinos selectos y los lleve directamente al consumidor madrileño, perfectamente presentados y en condiciones de calidad y economía que pronto consigue un ganar el mercado, dejando una saneada ganancia a los productores y suprimiendo inútiles intermediarios (…). (La Acción, 26 de octubre de 1916).

Frente a estas noticias positivas, la plaga de la filoxera, de la que tratamos en semanas anteriores, la inestabilidad en el sector de la elaboración de alcoholes y su mercado, junto a la aparición de nuevas leyes que afectaban al mismo, provocó incertidumbre entre las sociedades alcoholeras creadas en la comarca del partido judicial de Chinchón en los años previos. En el año 1916, las asociaciones y representantes de los vitivinicultores se reunieron en Chinchón para afrontar y preparar una respuesta común frente a la nueva legislación. Se acordó solicitar que se desistiese de continuar con un proyecto que, en opinión de los asistentes a la reunión (…) de aprobarse en la forma en que el señor ministro ha presentado originaría la ruina de los vitivinicultores de esta región, a cambio del enriquecimiento de las otras regiones (…).

A la reunión acudieron, además de los representantes de Chinchón, productores de Colmenar de Oreja, Perales de Tajuña, Tielmes, Belmonte de Tajo, Valdelaguna, Villarejo de Salvanés y Arganda del Rey. En representación de Morata asistieron a la reunión Fructuoso Martínez de Velasco y Enrique García Gutiérrez. (La Acción, 26 de octubre de 1916).

En los años siguientes, durante los primeros años de la década de los veinte del pasado siglo, la actividad de la Sociedad Alcoholera del Tajuña parece que continuó sin mayores problemas, si atendemos al rastro documental que dejó en los periódicos de la época en los que se anunciaban sus asambleas anuales. Sin embargo, ya en 1927, la convocatoria de una asamblea extraordinaria firmada por el gerente de la sociedad, Gregorio González, apunta a posibles problemas: en el anuncio publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Madrid se indica que se va a tratar de la reforma de Estatutos, y solicitar de dicha Junta la venta, en todo o en parte, de muebles e inmuebles propiedad de esta Sociedad. (Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 8 de diciembre de 1927).

Tres años después, otra convocatoria extraordinaria de junta general confirma esta percepción al anunciar que, en la misma, se iba a tratar la venta de la bodega experimental, el proyecto que tantas expectativas había creado en el momento de su constitución. (Boletín Oficial de la Provincia, 8 de septiembre de 1830).

La última convocatoria de junta general documentada fue la correspondiente al año 1934:

Alcoholera del Tajuña [S. A]. (Morata)

Esta Sociedad convoca a Junta general ordinaria a los señores accionistas de la misma, el día veintitrés de noviembre, a las tres de la tarde, en su oficina, para dar lectura a la Memoria, aprobación de cuentas si procede y renovación del Consejo de Administración*****.

Morata de Tajuña, 22 de octubre de 1934. El Gerente, Gregorio González. (Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 23 de octubre de 1934).

Lamentablemente, no hemos conseguido más información ni más datos sobre los últimos años de este proyecto empresarial y asociativo morateño. El principal edificio propiedad de la Sociedad Alcoholera del Tajuña, situado en el camino del Molino Hundido y junto al Vivero, se mantuvo en pie hasta hace unos años después de que, tras la guerra civil, sus instalaciones se dedicaran, tras la compra efectuada por la familia Castejón, a la elaboración de productos vegetales, sobre todo tomate en conserva, y posteriormente a un almacén de ajos propiedad de Agustín Calderón.

Ya tras la guerra civil, como veremos la próxima semana, el viñedo en Morata y la elaboración de vino sufrió, esa es la palabra, profundas modificaciones, fruto de decisiones políticas tomadas a miles de kilómetros que, lamentablemente, acabaron, con un sector que, desde hace unos años, intenta recuperarse, al menos en parte, con el trabajo de las nuevas bodegas surgidas en el municipio.



En el círculo, toma aérea del antiguo edificio de La Alcoholera (www.madrid.org/nomecalles)

*El tártaro es un subproducto que aparece en la elaboración del vino que también se conoce como cremor tártaro. Una vez purificado se convierte en un polvo blanco que se utiliza en la industria alimentaria

**La granilla de la uva además de para la producción de orujo, es utilizada también en la elaboración de aceite e incluso en alimentación animal y como componente de sustrato para cultivos.

***Arroba: Medida de capacidad equivalente a 16 litros.

****La denominada bodega experimental podría estar localizada en el callejón de la Cruz de Orozco. En el año 1916, el pleno del Ayuntamiento de Morata acordó entregar setenta metros de adoquín a la Sociedad Alcoholera para que los colocara, a su cuenta, en el callejón de la Cruz de Orozco. (Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 7 de diciembre de 1916).

*****El Consejo de Administración estaba integrado en 1912 por Manuel Sánchez Salcedo, Fructuoso Martínez de Velasco, Antonio de la Torre, Fabián Casado y Enrique García Gutiérrez



Fuentes y bibliografía:

  • La vid y el vino en la meseta meridional castellana (siglos XII-XV). Sánchez Benito, José María. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid, 2009.

  • Los fueros de Toledo. García Gallo, Alfonso. Instituto Nacional de Estudios Jurídicos. Anuario de Estudios del derecho Español. Madrid, 1975.

  • Los quiñoneros de Segovia (siglos XIV-XV). Asenjo González, María. España Medieval. Volumen 2. Editorial de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 1982.

  • Ocupación de la zona sur de la Sierra y repoblación de la misma por el concejo de Segovia. Copia de 1787. Archivo Histórico Nacional. Sección de Diversos. Concejos y Ciudades. Leg. 20. Fols. 6,39. Recogido por María Asenjo González.

  • Noticias de Madrid y de las familias (1514-1556). Fernández de Oviedo, Gonzalo. Ayuntamiento de Madrid. Guillermo Blázquez. Madrid, 2000. Libro de las grandezas y cosas memorables de España (…). Medina, Pedro de. Sevilla, 1548. Edición de González Palencia, A. Madrid, 1944.

  • Relaciones Topográficas de Felipe II. Madrid. Estudio introductorio. Alfredo Alvar Ezquerra. Comunidad de Madrid. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Imprenta de la Comunidad. Madrid, 1993.

  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999. (Transcripción de las respuestas al interrogatorio de las Relaciones Topográficas de Felipe II).

  • Censo de 1528: Archivo de Simancas. Contadurías Generales núm. 768. Recopilado y publicado en el Tomo I del Censo de Pecheros. Carlos I. 1528. Editado por el Instituto Nacional de Estadística. Madrid, 2008.

  • Hacienda real y mundo campesino con Felipe II. Las perpetuaciones de tierras baldías en Madrid. Alvar Ezquerra, Alfredo. Comunidad de Madrid-Consejería de Agricultura. Madrid, 1990.

  • Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid. Censo de la Corona de Castilla de 1591. Vecindario. Instituto Nacional de Estadística. Madrid, 1985.

  • Alvar Ezquerra, Alfredo. Demografía Rural y fuentes no parroquiales. El Centro y el oriente madrileños en el reinado de Felipe II. Cuadernos de Historia Moderna, número 10. Editorial Universidad Complutense. Madrid, 1889-90.

  • Transcripción del texto de Descripción y cosmografía de España- Boletín de la Real Sociedad Geográfica-Tomo L-Imprenta de Eduardo Arias-Madrid, 1908.

  • Archivo General de Simancas-Expedientes de Hacienda, legajo 131.

  • Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales de Morata de Tajuña. H 408 y  H. 410.

  • Relaciones Iglesia-estado en Campomanes. Ferrer Benimeli, José Antonio, coordinador. Dictamen de los monjes granjeros. Domínguez Ortiz, Antonio. (pág. 163-180). Fundación Universitaria española. Madrid, 2002.

  • El patrimonio de los regulares madrileños en los siglos XVII y XVIII. Caro López Ceferino. Hispania Sacra, vol. 50, núm. 102. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 1998.

  • Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA, C-222, D.67-74.

  • Morata de Tajuña, según el Catastro de Ensenada. Miranzo Sánchez-Bravo, Agustín-Bubok, 2011.

  • Ordenanzas municipales y gremiales de España en la documentación del Archivo Histórico Nacional. Cadiñamos Bardeci, Inocencio. En Cuadernos de Historia del Derecho. Ediciones complutenses. Madrid, 2017.

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  • Memoria sobre el estado de la Agricultura en la provincia de Madrid y mejoras convenientes para su desarrollo. Abela y Sainz de Andino, Eduardo. Imprenta, Estereotipia y Galvanoplastia de Aribau. Sucesores de Rivadeneyra. Madrid, 1876.

  • Contestación al interrogatorio sobre cultivo de olivo, vid y agrios e industrias derivadas. Ortiz Cañavate, Fernando. Establecimiento tipográfico de M. Minuesa. Madrid, 1881.

  • Tratado del cultivo de la vid y modo de mejorarlo. Hidalgo Tablada, José de. Librería de los señores viuda e hijos de don José Cuesta. Madrid, 1870.

  • Tratado de fabricación de vinos en España y en el extranjero. Hidalgo Tablada, José. Librería de los señores viuda e hijos de don José Cuesta. Madrid, 1871.

  • Tratado de vinificación y descripción de algunos instrumentos que sirven para perfeccionar este arte, el modo de usarlos y sus ventajas. Hidalgo Tablada, José de. Establecimiento tipográfico de Andrés Peña. Madrid, 1850.

  • Gaceta Agrícola del Ministerio de Fomento. Tomo V. Madrid, 1877.

  • Morata de Tajuña. Crónica de la provincia de Madrid. Arribas, Juan Diego-Imprenta de la Diputación Provincial-Madrid, 1891.

  • Estudio sobra la Exposición vinícola nacional de 1877. Imprenta y fundación de Manuel Tello, impresor de Cámara de S. M. Madrid, 1878.

  • Exposición Nacional Vinícola de 1877. Catálogo general. Imprenta, estereotipia y galvanoplastia de Aribau y cia. Madrid 1877.

  • Expansión vinícola y atraso agrario. La viticultura española durante la gran depresión (1870-19009). Carnero y Arbat, Teresa. Servicio de publicaciones agrarias. Ministerio de Agricultura. Madrid, 1980.

  • Memoria presentada por el Consejo de Administración de la Sociedad Alcoholera del Tajuña a la Junta de Accionistas celebrada el día 30 de septiembre de 1912. Imprenta de Bernardo Rodríguez. Madrid, 1912.

  • Las subsistencias de Madrid. Melgosa Olaechea, Miguel. Imprenta Municipal. Madrid, 1912.

  • Periódicos y publicaciones que se citan en el texto.


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