jueves, 16 de junio de 2022

 

Siembra, siega y trilla, el trigo y otros cereales en Morata (III)

El cultivo de los cereales exigía contar con eras en las que trillar trigo y cebada y almacenes para el grano y la paja

Muchas casas de la villa también contaban con hornos para cocer el pan

De la misma forma que el cultivo de la vid exigía la existencia de lagares y bodegas para elaborar y conservar el vino, las más de 4.000 fanegas de trigo y cebada que, entre secano y regadío, se sembraban cada año en Morata obligaban a los agricultores a disponer de eras en las que trillar las mieses y cámaras y pajares para almacenar tanto el grano para la alimentación humana como la paja destinada al ganado de labor. Hasta no hace muchos años, esas eras fueron parte del paisaje de Morata como lo fueron las los pajares y cámaras para almacenar el grano de la mayoría de las casas.



Cuando a mediados del siglo XVIII se abordó la tarea de catastrar todo el término municipal de Morata para determinar su riqueza rustica y urbana o, en otras palabras, las tierras de secano y de regadío donde sembrar y cultivar y las casas donde vivir, también aparecieron otros bienes inmobiliarios imprescindibles para los vecinos de Morata en esa época, las eras en las que trillar las mieses recogidas tanto en las tierras de secano como las de regadío de su término municipal.

Estas eras de pan trillar, que rodeaban todo el casco urbano de Morata y que permanecieron casi inalterables hasta los años sesenta del pasado siglo, aparecían reflejadas tanto en la documentación general del catastro, en el cotejo de tierras, como en las declaraciones individuales de cada vecino.

En esta documentación también se distingue entre las eras de pan trillar normales y las empedradas. Las primeras, las más abundantes, exigían previamente a los trabajos de la trilla, unas labores de acondicionamiento con los rodillos de piedra tirados por el ganado de labor, lo que se conocía como poner la era. Del otro tipo de era, las empedradas, el catastro recoge la existencia de cuatro de ellas, aunque en la documentación se recogen en algunos casos cinco, debido a que una de ellas tenía una parte empedrada y la otra sin empedrar.

En total se catastraron 76 eras de ambos tipos, la mayoría de ellas con unas dimensiones de entre 3 y 8 celemines, aunque en algunos casos se registraron eras de unas 2 fanegas de extensión, una de ellas propiedad del vecino Roque Páez, o también de 3 fanegas, como la que constaba a nombre del convento del Rosario:

Otra [era] propia del convento del Rosario, su caber dos fanegas y una tercera parte empedrada.

En estas eras de pan trillar la actividad se volvía frenética en los meses de verano, cuando todos los vecinos agricultores las utilizaban para las labores de trilla, bien en las de su propiedad o n las que se veían obligados a alquilar en el caso de carecer de ellas. El catastro recoge el valor en alquiler de estas eras:

(…) Así mismo fueron preguntados (…) sobre el producto que pueden tener anualmente las eras de pan trillar (…) a que respondieron bajo la misma solemnidad que cada era se acostumbraba a arrendar en una fanega de trigo, si era empedrada en dos (…). En la pieza diez del catastro se valoraba también el alquiler en metálico de las eras:

(…) por las Respuestas Generales se les ha regulado de utilidad anual a cada una treinta y ocho reales y a las llanas diez y nueve [reales].

 


Fotografías aéreas de Morata de 1956 y 1991. En la primera imagen se aprecian las eras en el borde de todo el casco urbano.En la imagen de 1991 muchas de las eras ya han sido urbanizadas (Web nomecalles.Comunidad de Madrid)

Cámaras y pajares para el grano

Aunque para los agricultores la llegada de la siega y la trilla representaba la posibilidad de ingresar dinero en metálico para sus familias con la venta inmediata de estas cosechas, era también obligado para todos ellos disponer de almacenes donde guardar el grano –cebada y trigo- y la paja necesarios para todo el consumo de todo el año de personas y animales. Si nos detenemos a leer las declaraciones individuales de cada vecino y sus bienes patrimoniales veremos que, en el caso de las casas en las que vivían los morateños de la época, su descripción siempre es muy similar, y responde a un modelo en el que no podían faltar, aparte de las habitaciones para los miembros de la familia y la cuadra y el corral para los animales domésticos, tanto las cámaras para el grano como el pajar, situado casi siempre estratégicamente sobre la misma cuadra. Veamos la descripción de algunas de estas casas y sus distintas dependencias:

Apolinario de Casanova

Primeramente una casa en la población de esta Villa, en una calle ancha que hay por encima de la fuente a la izquierda mano [sic], que sale derecha a San Martín de la Vega, (…) una cueva mediana con diez tinajas, de cabida de quinientas y veinte @, una puerta falsa con su portal y corral y una cuadra con pajar encima, y otro pajar a un lado.

Diego Ruiz de Orive, vecino de esta Villa de Morata, de oficio labrador (…) una casa en la población de esta Villa en la calle que sale al Rosario de diez varas de fachada y veinte y siete de fondo con su portal, una sala y dos cuartos medianos y cocina y sus cámaras, cuadra y pajar.

Manuel Valerio

Una casa en la población de esta Villa en la calle Real que sale a San Martín. Tiene de frontis 16 varas y tercia y de fondo 9 varas y cuarto, su habitación en primer suelo un portal, cocina pequeña, cuadra, cueva con cinco tinajas que su cabida es de doscientas y diez arrobas, dos cuartos pequeños, un lagar pequeño y un corral, y en segundo dos cámaras que sirven para echar granos, (…).

Finalizamos esta relación que recoge la existencia de pajares y cámaras para grano en todas las casas de la villa con la declaración de los religiosos del Rosario. Esta orden de frailes dominicos, como propietarios de una de las haciendas más importantes de Morata, también disponían de una gran capacidad de almacenaje para grano y paja. En su declaración los religiosos indican al final de su relación:

(...) Una cueva con ochenta y ocho tenajas, de caber unas con otras y cabrán en todo cuatro mil arrobas de vino, más un cocedero de vino con nueve tenajas, lagares con dos vigas cada uno, dos patios, un cocedero de pan, un gallinero, dos pajares viejos. En el segundo piso una sala, tres cámaras para encerrar los granos, un palomar y el pajar (…).

Prácticamente todas las casas de la villa, doscientas ochenta viviendas habitables, responden a esta distribución en la que las estancias de la primera planta se destinaban a vivienda y las de la segunda planta a cámaras o almacenes de grano y pajares, casi siempre en este último caso, situados por encima de las cuadras. Esta disposición arquitectónica, diseñada en función de la necesidad de guardar los granos y otros subproductos del cereal, nos da una idea de la importancia de estos cultivos de cebada y trigo para los morateños de la época. Por otra parte, en el catastro también se recoge la existencia de construcciones individuales destinadas a pajares que, según la tasación del propio catastro, estaban muy bien valoradas:

Bienes de Ángel Jiménez

Un pajar en esta población. Linda a O casa de Isabel Hurtado, al M casa de Francisco Sánchez. Tiene de frontis seis varas y de fondo cuatro. Su alquiler anual veinte reales.

Bienes de Joseph Ruiz de Orive

Primeramente un pajar en la población de esta Villa en la calle Real que llaman de Arganda. Linda a M casa de Eugenio Blanco y al N pajar de Joseph Muñoz. Tiene de frontis y de fondo cinco varas. Regulado su alquiler en cuarenta y cinco reales de vellón al año.

Gabriel París

Un pajar en la plazuela de Espejo catorce varas y media de fachada y de fondo cinco, que linda al oriente con casa de Eugenio Arias y al mediodía con casa de Manuel Medel. Vale en renta cuatro ducados.

Molineros y panaderos en el siglo XVIII en Morata

Aunque tenemos previsto, en próximas entregas, tratar con mayor extensión el papel de los molinos harineros en la economía de Morata y de muchos otros pueblos de la comarca, completaremos el análisis de la documentación del catastro relativa a los cereales y a las actividades e industrias relacionadas con el trigo y la cebada con una mención a los molinos existentes en esos años de mediados del siglo XVIII y también a los vecinos que trabajaban en la elaboración de pan.

Respecto a los molinos, el catastro incluye en el apartado de las Respuestas generales la existencia de dos molinos harineros en el término municipal de Morata:

A la pregunta diecisiete declararon que de lo que enuncia solo hay (…) dos molinos harineros, el uno con tres piedras que es del mismo señor [el conde de Altamira], y otro con otras tres de la capellanía del precitado Don Claudio Sanz que tiene en esta Villa y D. Antonio Camargo, el cual está arrendado en sesenta fanegas de trigo al año y el antecedente en ochenta y siete fanegas (…).

En otro apartado de la documentación catastral se amplían los datos relativos a ambos molinos:

Molino harinero del conde de Altamira [actual molino de Angulo]

Así mismo un molino harinero en este término que llaman de la Huerta con tres piedras cubiertas y su cuadra, presa y ladrones, todo corriente, y linda por el oriente tierras de S E y por las demás partes el río de Tajuña, y está arrendado en ochenta y siete fanegas de trigo todos los años de que se bajan las composturas, así de casa como piedras y presa.

Molino harinero Claudio Sanz [el molino hundido]

Más posee cinco partes de ocho en el molino harinero que llaman de la Huerta de la Vega que las otras tres partes son de Don Antonio Camargo y la otra parte de la Villa, que está distante de esta Villa como mil y quinientos pasos. Tiene tres piedras corrientes para moler. Linda O la vereda de esta hacienda, P tierra del vínculo de Doña Ana Camargo y M y N el río. Y le dan en arrendamiento treinta y siete fanegas y media de trigo.

Para el trabajo en ambos molinos en la documentación del catastro se identifica a los dos vecinos de Morata que tenían arrendadas estas instalaciones y que trabajaban en la molienda del cereal:

Bernardo Hernández, de edad de treinta y tres años, de oficio molinero. Casado con Francisca Serrano, de veinte y dos años.

Ignacio Hernández, de veinte y nueve años, de oficio molinero. Casado con Theresa Garcés, de veinte y siete años. Su familia:

Hija: María, de dos años. Criado molinero: Antonio Perales, de veinte y tres años.

Muy relacionado con el trabajo de estos dos molineros morateños, encargados de la molienda no solo del cereal cultivado en Morata, sino también del que traían hasta Morata desde otros pueblos del contorno que no contaban con molinos, aparecen en el catastro los vecinos que se dedicaban a la fabricación de pan, un alimento que, como ya tratamos en las primeras entregas de esta serie, resultaba básico para la alimentación de todos los vecinos.

En el denominado Libro de lo personal del estado seglar, archivado en la pieza 3ª de la documentación del catastro, aparecen registrados dos vecinos de Morata dedicados a la panadería:

Pablo Silvestre, de cincuenta y cinco años, de ejercicio panadero, casado con María Sambel, de cincuenta años.

Una casa en la población de esta Villa en la calle que va a la Iglesia (…) Su habitación en bajo con diferentes oficinas (…).

Juan de Moratilla, de cincuenta y dos años, de oficio panadero. Casado con Úrsula Encinas, de cincuenta años.

Una casa en esta Villa en la calle de las Procesiones [Actual calle Prim] (….) Su habitación en bajo con diferentes oficinas y una cueva con dos tinajas de caber ochenta y cuatro arrobas (…).

Además del trabajo de estos dos panaderos, el catastro también recoge la existencia en varias casas de la villa de hornos de cocer pan para el consumo de sus propietarios, aunque no es descartable que alguno de estos hornos se dedicara también, a tiempo parcial, a la elaboración de pan para su venta a los vecinos. En las relaciones de estos vecinos, los hornos casi siempre aparecen bajo la expresión horno de pan cubierto y tejado lo que nos indica que se estaban construidos separados de la casa principal.

Entre los vecinos que poseían entre sus bienes estos hornos de pan aparecen Antonio Camargo, Alfonso Marchena, Esteban Arias, Francisco Sánchez Bravo, Ana María Moreno, Apolinario de Casanova, Diego Sánchez Bravo, Francisco Ruiz Castañeda, Francisco Oliva, Francisco de Corpa, Gabriel Blanco, Gregoria Ruiz de Orive, Josepha Cañamares, Josepha de Castro, Juan de Almazán, Manuel González, María Ignacia Mexía, Manuel González de Luis, Marcela Cediel, Miguel Martínez Serrano, Manuel de Almazán, Manuel Miguel, Pedro Fominaya, Pedro Fuertes, Pedro Antonio Ruiz de Castañeda, Manuel Bravo, Francisco Monzón y los frailes dominicos del Rosario en su casa de labor. En esta relación puede sorprender que los mayores hacendados de Morata en esa época, el conde de Altamira y el marques de Espinardo no disponían de cocer pan en ninguno de los dos palacios que poseían en Morata.

Finalizamos esta entrega del blog con una referencia a la utilización del trigo y la cebada como medio de pago en especie, en sustitución del pago en metálico. En la documentación catastral es habitual que aparezca el pago en especie para las tierras que los vecinos arrendaban al conde de Altamira. Citamos como ejemplo a Diego de Almazán que, como tantos otros vecinos de Morata, abonaba de esta manera, en especie, el arrendamiento de las tierras pertenecientes al conde de Altamira:

Por cuyas tierras [del conde de Altamira] pago de arrendamiento todos los años a dicho excelentísimo señor cuarenta y seis fanegas de cebada y veinte y tres de trigo. (Normalmente, el pago en especie siempre se realizaba con trigo y cebada y siempre con el doble de cebada que de trigo).

El pago en especie con cereales también se utilizaba para remunerar el trabajo de distintos profesionales que ejercían su oficio en la villa. Así, por ejemplo, se pagaba en especie al maestro de primeras letras y también al cirujano y barbero:

Juan Maesso, cirujano

Tiene treinta y una fanegas de trigo que le dan de salario diferentes vecinos de esta Villa por el trabajo de las barbas [sic].

Bienes de Luis Portillo, maestro de primeras letras

Lo primero tiene de salario consignado por esta Villa por la ocupación y trabajo de enseñar a los niños ochocientos y cincuenta reales de vellón en cada un año.

Más tiene de salario por la Iglesia de esta Villa doscientos treinta y seis reales de vellón y veinte fanegas de trigo en cada un año.









* Eras de pan trillar que aparecen registradas en el libro de cotejo de tierras (1751)

  1. Una era propia de Francisco Ruiz de Castañeda, su caber media fanega.

  2. Otra propia de Francisco Valerio, su caber una fanega y doce celemines.

  3. Otra propia de Francisco Oliva, su caber ocho celemines.

  4. Otra del referido, su caber media fanega.

  5. Otra propia de Francisco Serrano, su caber media fanega.

  6. Otra propia de Francisco Sánchez Alonso, su caber media fanega y está empedrada.

  7. Otra propia de Don Juan de Almazán, su caber siete celemines.

  8. Otra propia de Don Joseph de Cuevas, su caber media fanega.

  9. Otra del dicho, su caber media fanega.

  10. Otra del referido, su caber media fanega.

  11. Otra propia de Juan Martínez Coronel, su caber nueve celemines.

  12. Otra propia de Joseph Roldán, su caber media fanega.

  13. Otra propia de Joseph Martínez Coronel, su caber nueve celemines.

  14. Otra propia de Joseph Ruiz, su caber cuatro celemines.

  15. Otra propia de Don Roque Páez, su caber dos fanegas.

  16. Otra propia de Don Diego de Almazán, su caber cuatro celemines.

  17. Otra propia de Diego Ruiz de Orive, su caber media fanega.

  18. Otra propia de Theresa Velilla, su caber tres celemines.

  19. Otra propia de Thomás Sánchez, su caber media fanega.

  20. Otra del referido, su caber cuatro celemines.

  21. Otra del referido, su caber tres celemines.

  22. Otra del dicho, su caber tres celemines.

  23. Otra propia de Gabriel Medel, su caber media fanega.

  24. Otra propia de Gabriel Roldán, su caber media fanega.

  25. Otra propia de Gabriel Gómez, su caber media fanega.

  26. Otra propia de Gabriel de Peces, su caber tres celemines.

  27. Otra del referido, su caber tres celemines.

  28. Otra propia de Lorenzo Silvestre, su caber diez celemines.

  29. Otra propia de Cecilia Vico, su caber media fanega.

  30. Otra propia de Don Pedro Moreno, su caber tres celemines.

  31. Otra propia de Don Pedro Fominaya, su caber ocho celemines.

  32. Otra propia de Pedro Sánchez, su caber media fanega.

  33. Otra propia de Pablo Ruiz de Orive, su caber media fanega.

  34. Otra propia de Pedro Sánchez Bravo, su caber media fanega.

  35. Otra propia de Eugenio Blanco, su caber media fanega.

  36. Otra del dicho, su caber media fanega.

  37. Otra propia de Ana Moreno, su caber media fanega.

  38. Otra propia de Agustín González, su caber dos celemines.

  39. Otra de Apolinario Casanova, su caber media fanega.

  40. Otra propia de Don Antonio Camargo, su caber tres fanegas.

  41. Otra propia de Alonso Marchena, de caber dos celemines.

  42. Otra propia de Don Diego de Almazán, su caber cinco celemines.

  43. Otra propia de Mariana Espejo, su caber una fanega.

  44. Otra propia de Manuel Muñoz, su caber tres celemines.

  45. Otra propia de Manuel Roldán, su caber cuatro celemines.

  46. Otra propia de Miguel Bello Martín, de caber media fanega.

  47. Otra del dicho, su caber cuatro celemines.

  48. Otra propia de Joseph Hurtado, su caber media fanega.

  49. Dos eras juntas propias de Manuel González, su caber nueve celemines.

  50. Otra propia de Manuel Sánchez de San Agustín, su caber media fanega.

  51. Otra propia de Don Phelipe Almazán, su caber cuatro celemines.

  52. Otra propia de Phelipe Blanco, su caber media fanega.

  53. Otra propia de Don Manuel Moreno, su caber cuatro celemines.

  54. Otra propia de Manuel Ramírez, su caber media fanega.

  55. Otra propia de Manuel Martínez Serrano, su caber ocho celemines.

  56. Otra propia de María Antonia Ruiz, su caber media fanega.

  57. Otra propia de María Ruiz de Orive, su caber media fanega.

  58. Otra propia de Manuel Medel, su caber ocho celemines.

  59. Otra propia de Santiago Arias, su caber cuatro celemines.

  60. Otra propia de Don Pedro Fuertes, su caber media fanega.

  61. Otra propia de Don Gaspar de Bustillos, vecino de Madrid, su caber media fanega.

  62. Otra propia de Phelipe Blanco, su caber media fanega.

  63. Otra propia de Don Joseph Orozco, su caber cuatro celemines.

  64. Otra del dicho, su caber cuatro celemines.

  65. Otra del referido, su caber tres celemines.

  66. Otra propia de Joseph Humanes, su caber media fanega.

  67. Otra propia de Juan Páez Jaramillo, su caber media fanega.

  68. Otra propia de Fernando Mora, su caber tres celemines.

  69. Otra propia de Gabriel París, su caber media fanega.

  70. Otra propia de los herederos de Don Phelipe Pantoja, su caber media fanega con el pradillo de la ermita de la Soledad.

  71. Otra propia de Joseph López Puerta, su caber siete celemines.

  72. Otra propia de Bárbara y Francisca Blanco, su caber siete celemines, empedrada.

  73. Otra empedrada propia de Esteban Arias, su caber diez celemines.

  74. Otra propia de Don Manuel de Almazán, empedrada, su caber una fanega.

  75. Otra propia de Doña Mariana Jacolé, su caber ocho celemines.

  76. Otra propia del Convento del Rosario, su caber dos fanegas y una tercera parte empedrada.





Fuentes y documentación:



  • El reino de Castilla en la Edad Media. Valdeón, Julio. Ediciones Moretón. Bilbao, 1968.

  • Agrosistemas hispanocristianos: el secano (Corona de Castilla, (siglos X-XV). Clemente Ramos, Julián. Universidad de Extremadura. Cristiandad e Islam en la Edad Media. Logroño, 2008.

  • La descripción y cosmografía de España: el mapa que nunca existió. Antonio Crespo Sanz. Dirección General del Catastro. Abril, 2012.

  • Transcripción del texto de Descripción y cosmografía de España- Boletín de la Real Sociedad Geográfica-Tomo L-Imprenta de Eduardo Arias-Madrid, 1908. (Pág 100-01).

  • Relaciones Topográficas de Felipe II. Madrid. Estudio introductorio. Alfredo Alvar Ezquerra. Comunidad de Madrid. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Imprenta de la Comunidad. Madrid, 1993.

  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999. (Transcripción de las respuestas al interrogatorio de las Relaciones Topográficas de Felipe II).

  • Hacienda real y mundo campesino con Felipe II. Las perpetuaciones de tierras baldías en Madrid. Alvar Ezquerra, Alfredo. Comunidad de Madrid-Consejería de Agricultura. Madrid, 1990.

  • Comer en la España del siglo XVIII. Historias de hambre y abundancia. Pérez Samper, María de los Ángeles. Cuadernos Jovellanistas, nº 13. Fundación Foro Jovellanos-Principado de Asturias. Gijón, 2019.

  • Archivo General de Simancas. Catastro de Ensenada. Respuestas Generales. Toledo. Volumen 408. Información hecha sobre el contenido de los artículos del interrogatorio impreso. Pieza 2. Catastro de ensenada.

  • Archivo histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Caatstro de Ensenada. Libros maestros y respuestas particulares. Morata de Tajuña. H 408 y H 410.

  • El abastecimiento de trigo en la fábrica del Monasterio del Escorial, 1562-1594. Cano de Gardoqui y García, José Luis. Investigaciones históricas: época moderna y contemporánea. Ediciones Universidad de Valladolid. Valladolid, 1989.

  • Precios y salarios en Madrid, 1680-1800. Llopis Agelán, Enrique y García Montero, Héctor. Investigaciones de Historia Económica 7. Universidad Pompeu Fabra. Barcelona, 2010.

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