jueves, 11 de agosto de 2022

 

Molinos y aceñas en la vega baja del Tajuña (V)

El molino de Angulo también fue conocido como el molino Nuevo y el molino de la Huerta de la Vega

El I marqués de Leganés adquirió y reformó hacia 1640 un molino que ya funcionaba, posiblemente, desde al menos el siglo XVI

Si seguimos el curso del Tajuña, desde que entra en Morata hasta que penetra en término de Chinchón, tras sobrepasar el molino del Taray y el molino de Arriba, las aguas del río se encontraban con el que hoy conocemos como molino de Angulo. Con ese nombre fue conocido desde que lo adquiriera en 1821 Ramón de Angulo. Así se le conoce ahora también como sede del Museo de la Molinería. Pero no siempre se le denominó así. El I marqués de Leganés lo compró tras adquirir el señorío de Morata y, según un documento que reproducimos, se constata que se conocía como molino Nuevo . Diego Mexía de Guzmán gastó una importante cantidad de dinero en su reforma, lo que indica que su antigüedad es anterior al siglo XVII. Conocemos a partir de esta entrega del blog la historia del último molino harinero de Morata.


Como sucede con los otros molinos morateños, tal como hemos visto en anteriores semanas cuando hemos tratado sobre la historia del molino de El Taray y el molino de Arriba, resulta complicado ahondar en los orígenes del molino de Angulo –así le denominaremos en esta entrega del blog-, su antigüedad y quiénes han sido sus propietarios a lo largo de la historia, especialmente en los años previos a que fuera comprado por el I marqués de Leganés, poco tiempo después de que Diego Mexía de Guzmán comprara el señorío de Morata.

Sin documentación que lo acredite, podemos suponer que el molino de Angulo fue uno de los que se citaban, sin especificar número, como existentes en Morata alrededor del año 1580 y que, incluso, su origen pueda retrotraernos a la Edad Media. Recordemos que en el siglo XIII, como reseñamos en entregas anteriores del blog, se citaban ocho molinos harineros existentes en el territorio de lo que hoy son los términos de Morata y Chinchón y que, por entonces, formaban parte de la Comunidad de la Ciudad y Tierra de Segovia.

A partir de ahí, un vacio documental que llega hasta las Relaciones Topográficas de Felipe II en las que se cita a (…) ciertos molinos que hay en su término [de Morata] en el dicho río Tajuña (…), pero sin especificar ni nombre, ni ubicación ni mucho menos quiénes eran sus propietarios.

Podemos especular, y existen indicios suficientes como veremos, con que este tercer molino morateño, aguas debajo de los molinos de El Taray y de Arriba o del Vínculo, ya funcionaba en esas últimas décadas del siglo XVI, no sabemos si con una, dos o tres piedras. Si queremos confirmar con documentación exacta su existencia y localización hemos de acudir, como en tantas otras ocasiones, a los archivos de la Casa de Altamira y a los legajos del Catastro de Ensenada para certificar documentalmente la existencia del molino de Angulo.

Ya en un inventario de bienes elaborado a la muerte del primer marqués de Leganés, depositado en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, encontramos una cita sobre el que hoy es molino de Angulo con la denominación de molino nuevo. Se trata de un apunte que nos habla de su denominación y que no deja de reflejar la riqueza molinar de Morata a mediados del siglo XVII. En el citado inventario en cuanto a los molinos propiedad del I marqués de Leganés en Morata se indica en un texto en el que respetamos su redacción original:

(…) Más un molino harinero que llaman el Taray, en el río Tajuña, camino de Perales, con su exido y alameda y sus yslas.

Más otro molino harinero que llaman el nuevo, que está junto a la guerta de su excelencia, con su ysla e álamos.

Más dos partes del molino de la puente.

(…) El sitio del molino del salido (…). (Inventario de las posesiones del marqués de Leganés, 22 de febrero de 1655 AHPM t. 6267 f.425r-759v.)

Este documento, que en sus más de trescientos folios describe el patrimonio del I marqués de Leganés a su muerte en 1655, hace referencia no sólo al molino del Taray, reconvertido en batán por esos años como ya vimos, sino también al molino nuevo , el que con los años pasaría a conocerse como de la Huerta de la Vega y también de Angulo, un denominado y hasta entonces desconocido en la documentación molino de la puente (dos partes de su propiedad) y, finalmente, el sitio del molino del salido. (A estos dos últimos molinos de escasas y difusas referencias históricas, junto con el molino de la Aceña, también desaparecido, dedicaremos más atención en próximas semanas).

En cualquier caso, este documento del Archivo Histórico de Protocolos de Madrid transcrito por Francisco Arroyo Martín en su Tesis Poder y nobleza en la primera mitad del siglo XVII, que trata sobre la figura de Diego Mexía Felípez de Guzmán, no es la única referencia documental en la que el molino de Angulo aparece citado como molino nuevo. En otro legajo conservado también en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid y fechado en marzo de 1642, antes de elaborarse el inventario que citamos anteriormente, aparece también una referencia al molino nuevo de Morata. 


 Sala molinar del molino de Angulo (Fuente: Museo de la Molinería)

Se trata de otro inventario de bienes, elaborado a instancias del propio marqués de Leganés esto antes de su segundo matrimonio con Juana Fernández de Córdoba y Rojas, marquesa de Poza. En este documento, que incluye también muchos de los bienes del marques en Morata, junto a su fabulosa colección de pintura, aparece la referencia al molino que compró el I marqués de Leganés, o mejor, como ya vimos en su momento, Policena Spínola, su mujer, encargada por su marido de las compras de tierras, el molino de El Taray y hasta las casas en las que se levantaría el palacio señorial frente a la iglesia de Morata:

(…) Mas novecientos y cuarenta y un mil cuatrocientos y sesenta maravedíes que costó a su excelencia el molino nuevo, ansí en la compra que hizo de Pedro de Humanes de rueda y media como consta de la escritura otorgada a cuatro de julio de mil y seiscientos y cuarenta por ante el dicho escribano que fueron seis mil y novecientos reales, media rueda que compró de Mateo de Tordesillas, vecino de Getafe en dos mil y ochenta y ocho reales, como consta de la escritura otorgada el mes de diciembre del dicho año de cuarenta por ante dichos Izquierdo, escribano de número de Madrid, más otra rueda de doña Antonia de Angulo en cuatrocientos ducados como consta de escritura que otorgó el padre Francisco de Angulo en virtud del poder de la susodicha en veinte y siete de noviembre del año de cuarenta por ante Rodrigo Hidalgo. Más catorce mil trescientos y dos reales que costó de levantar el dicho molino como consta de las cuentas que dio Felipe de Reynaldos, mayordomo de su excelencia que las dichas partida montan los dicho. (Archivo Histórico de Protocolos de Madrid 1.1.1.1763.001. T.0005993.)

Este documento, fechado en 1642, explica cómo el molino Nuevo se levanta a partir de unas instalaciones previas, y de tres ruedas de molino, de una antigüedad indefinida, propiedad de las personas a las que también se cita en el documento, y con un costo de catorce mil trescientos dos reales, importe de las obras de reforma. Por lo tanto, molino nuevo, sí, pero reformado y modificado a partir de unas edificaciones preexistentes que, quizá en mal estado, el marqués se vio obligado a reparar.

Además, este clarificador texto, confirma otra realidad que ya vimos que se cumplía en el molino de El Taray y en el molino de Arriba: los molinos del Tajuña en muchas ocasiones tenían muy dividida su propiedad. El molino Nuevo, que se cita en ese año de 1640, pertenecía previamente a varias familias, algunas vecinas de Morata, como la de Pedro Humanes, y otras no residentes en la villa, como Antonia de Angulo –nada que ver con la familia que adquirió el molino en el siglo XIX al conde de Altamira- y Mateo de Tordesillas, vecino de Getafe.

Por otro lado, que Diego Mexía de Guzmán, como titular del señorío de Morata, hiciera tan importante inversión en adquirir y realizar obras de mejora en un antiguo molino, junto con la compra del molino del Taray, también con gastos añadidos para su mejora y reconversión en batán de paños, reafirma el interés de la nobleza, y en este caso del marqués de Leganés, en adquirir la propiedad de estos molinos harineros que no dejaban de ser, en el fondo, una pieza más en el control de la vida económica y social de sus señoríos. En Perales de Tajuña, recordemos que el marqués de Leganés adquirió la propiedad de uno de sus molinos harineros. También el marqués de Espinardo, con palacio y bienes en Morata, era propietario del molino del Congosto. Aguas arriba del río, otro miembros de la nobleza como el marqués de Belzunze, hijo de Juan de Goyeneche, era propietario de molinos y batanes en Orusco y Carabaña, que se integraban en su proyecto industrial de Nuevo Baztán. Y aguas debajo de Morata, el conde de Torrehermosa poseía otro molino en Chinchón y el marqués de Las Fuentes figuraba como propietario de una parte de un molino en Titulcia. Y eso sin remontarnos a la condesa Ermesinda, quien en el año 1168 cediera a la orden de San Juan, dos molinos de su propiedad situados en la ribera del Tajuña.

 Vista aérea del molino de Angulo, año 1975 (www.madrid.org/nomecalles)

El molino de Angulo en el Catastro de Ensenada

Con el molino, denominado Nuevo, ya en el patrimonio de la Casa de Leganés desde la década de los cuarenta del siglo XVII, poco más de un siglo después, en 1752, el molino ya ha pasado a pertenecer a la Casa de Altamira, desde que en 1711 muriera en París el tercer marqués de Leganés sin descendencia. En la documentación del Catastro de Ensenada se identificara ya como el molino de la Huerta de la Vega, una denominación que, en algún momento, puede inducir a confusión ya que el molino de Arriba, o del Vínculo, también aparece en ocasiones con el nombre de molino de la Huerta. Y es que, en ambos casos, y también en el molino del Taray, la isla de terreno rodeada por el río Tajuña y el canal de entrada del agua al molino solía estar plantada de huerta.

El molino aparece reflejado en las Respuestas Generales simplemente como [un molino] con tres piedras que es del mismo señor [que el batán].

Posteriormente, ya en el apartado de los bienes patrimoniales pertenecientes al estado seglar, los redactores del catastro apuntan sobre el molino propiedad del conde de Altamira:

Un molino harinero distante de esta población como seiscientos pasos donde llaman la Huerta de la Vega en el río Tajuña, con tres muelas cubiertas, presa, ladrones y demás pertrechos necesarios propio del señor de esta Villa, arrendado en cada un año en ochenta y siete fanegas de trigo, que al precio regulado corresponde a un mil seiscientos cincuenta y tres reales, que es el precio que a corta diferencia ha tenido siempre.

En la declaración particular del conde de Altamira, y en otros cuadernos del Catastro de Ensenada, aparecen entradas muy similares en su contenido y con la denominación de molino de la Huerta de la Vega, nombre con el que llegaría hasta el siglo XIX.

En el Libro de lo personal del catastro podemos identificar al molinero que estaba a cargo del molino de la Huerta de la Vega:

Bernardo Hernández, de edad de treinta y tres años, de oficio molinero. Casado con Francisca Serrano, de veinte y dos años.

Con el mismo apellido que Ignacio Hernández, molinero en el molino de Arriba, y con una casa lindante con otra vivienda del mismo Ignacio Hernández, parece muy probable, como ya apuntamos la pasada semana, que ambos molineros fueran hermanos y además compartir oficio. En su declaración particular de bienes Bernardo Hernández firma el siguiente apunte:

Bernardo Hernández, vecino de esta Villa de Morata, de edad de 33 años, casado con Francisca San Andrés, de edad de 22 años, no tengo hijos ninguno, soy de oficio molinero sin renta ninguna y desacomodado:

Casa

Tengo una casa en la población de esta Villa linde casa por el norte Gabriel Roldán y por el poniente con calle pública que baja a las eras y por el oriente con solar de la Capellanía de Don Miguel Ruiz, y su fachada está mirando al mediodía y tiene de frontis veinte pies y de fondo doce pies, y se compone de una cocina y un corral, valdrá en arrendamiento por cada año 30 reales.

Pese a declarar no recibir renta alguna, algo difícil de justificar a no ser que se refiriera a pagos en metálico y no a pagos en especie, que por lo demás era lo habitual, los peritos del catastro adjudicaron a Bernardo una renta anual de 2.200 reales por su trabajo en el molino por el que, a su vez, pagaba al conde de Altamira una renta en especie de 87 fanegas de trigo, cantidad muy superior a las 60 fanegas en que se arrendaba anualmente el molino de Arriba. Esta diferencia puede indicar que, ya por entonces, el molino de la Huerta de la Vega, aunque tenía las mismas ruedas o muelas que el molino de Arriba, quizá ofrecía un rendimiento mayor a su arrendatario y al propio conde de Altamira, propietario de un molino que permanecería en su patrimonio hasta la segunda década del siglo XIX, como veremos la próxima semana.


Fuentes y documentación:


  • Regadíos y molinos en la vega del Tajuña (siglos XII-XIII): del control comunitario al dominio señorial. Martín Viso, Iñaki. Universidad de Salamanca. En Agua y sistemas hidráulicos en la Edad Media Hispana. C. Segura coor. Madrid.

  • Castillos, poder feudal y reorganización espacial en la Transierra madrileña (siglos XII-XIII). Martín Viso, Iñaki. Espacio, Tiempo y Forma, Serie III, H.'' Medieval, t. 13, 2000.

  • Los hospitalarios y la nobleza castellano leonesa (siglos XII-XIII). Barquero Goñi, Carlos. Universidad Autónoma de Madrid.

  • Orígenes de la Orden del Hospital en el reino de Toledo (1144-1214). Rodríguez Picavea, Enrique. Espacio, tiempo y forma. Serie III Historia Medieval. UNED, 2002.

  • Recuperación de los molinos del Tajuña. García Grinda, José Luis. Comunidad de Madrid, Consejería de Política Territorial. Dirección General de Agricultura. Madrid, 1990.

  • Historia de la insigne ciudad de Segovia y compendio de las historias de Castilla. Colmenares, Diego de. Madrid, 1637.

  • Libro de privilegios de la orden de San Juan de Jerusalén en Castilla y León (siglos XII.XIV). Ayala Martínez, Carlos de. Editorial Complutense. Madrid, 1995.

  • Molinos y aceñas en los fueros del sur del Tajo. Val Valdivieso, Isabel del. Universidad de Valladolid. En El Historiador y la sociedad, Homenaje al profesor José María Mínguez. Cruz Díaz, Pablo de la; Corral, Fernando Luis; Martín Viso, Iñaki. Ediciones de la Universidad de Salamanca. Salamanca, 2013.

  • Las ordenanzas de Alcalá de Henares, ratificadas por Felipe II en 1592. Anales Complutenses. Volumen XXIV. Institución de Estudios Complutenses. Alcalá de Henares, 2012.

  • Los pergaminos del Archivo Municipal de Alcalá de Henares: la Carpeta I. Sáez, Carlos. Universidad de Alcalá de Henares. Servicio de Publicaciones. Madrid, 1990.

  • El Fuero Nuevo de Alcalá (Edición). Pérez-Bustamante, Rogelio. Catedrático de historia del Derecho. Universidad Complutense.

  • Notas sobre molinos en los fueros de la provincia de Guadalajara. López de los Mozos, José Ramón. Revista Molinum, nº 30. Asociación para la conservación y Estudios de los Molinos. Enero-febrero, 2012.

  • Agua e industria en la segunda mitad del siglo XVI: los molinos harineros de la Meseta Sur. Vela Santamaría, Francisco Javier. Instituto Universitario de Historia Simancas. Mayo de 2009.

  • Los antiguos molinos harineros madrileños. Peris Barrio, Alejandro. Revista de Folklore. II época, nº 347. Obra social y cultural de Caja España. Valladolid, 1980.

  • Felipe II y el Tajo. López Gómez, Antonio, Arroyo Illera, Fernando, Camero Bullón, Concepción. Departamento de Geografía (Universidad Autónoma de Madrid).

  • Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madoz, Pascual. Imprenta P. Madoz y L. Sagasti. Madrid, 1846-1850.

  • Acuerdos para construir un molino, plantar álamos y árboles frutales y otros acuerdos referentes a la Compañía de Jesús. Fondo Pleno. A101.00. Ayuntamiento de Arganda del rey. Archivo de la Ciudad.

  • Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales de Morata de Tajuña. H. 408 y  H. 410.

  • Portal de Archivos españoles (PARES). Catastro de Ensenada. Buscador de localidades. Respuestas Generales.

  • La Capilla de los del Campo en la Parroquia de la Trinidad de Segovia. Marques de Lozoya. Boletín de la sociedad Española de Excursiones. Arte, Arqueología, Historia. Año XXXVI. Cuarto trimestre. Madrid, diciembre de 1928.

  • Anales del teatro español correspondientes a los años 1581 a 1625. Díaz de Escobar, Narciso. Imprenta Helénica. Madrid, 1913.

  • Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Tomo 5993, fol. 525r-556v.

  • Noticias genealógicas del linaje de Segovia continuadas por espacio de seiscientos años. Román y Cárdenas, Juan.

  • Ejecutoria del pleito litigado por García de Guzmán Herrera, vecino de Alcalá de Henares, con Antón de Cáceres, vecino de Segovia. Real Audiencia y Chancillería de Valladolid. Registro de Ejecutorias, caja 641, 10.

  • Ejecutoria del pleito de Juan Arias Dávila, conde de Puñonrostro, García González, de Morata, y Guzmán de Herrera de Alcalá de Henares por el aprovechamiento de un molino de propiedad compartida por los litigantes. Real Audiencia y Chancillería de Valladolid. Pleitos civiles, Fernando Alonso (F) Caja 571, 1.

  • Contribución al estudio de las economías nobiliarias en Castilla: los condados de Puñonrostro y Barajas durante el reinado de Felipe II. Hernanz Elvira, José Luis. Equipo Madrid de Estudios Históricos.

  • Morata de Tajuña. Biblioteca de la provincia Tomo duodécimo. Arribas, Juan Diego. Excelentísima Diputación Provincial de Madrid. Madrid, 1891.

  • Anuario-Almanaque del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración. Madrid, ediciones de 1879 y 1886.

  • Anuario Ribera. Madrid, ediciones de 1902, 1904,1905 y 1908.

  • Inventario de las posesiones del marqués de Leganés, 22 de febrero de 1655 AHPM t,6267 f.425r-759v.

  • Poder y nobleza en la primera mitad del siglo XVII: el I marqués de Leganés. Arroyo Martín, Francisco. Tesis doctoral. Universidad Carlos III. Departamento de Humanidades, Geografía y Arte. Getafe, mayo de 2012.

  • Archivo Histórico de Protocolos de Madrid 1.1.1.1763.001. T.0005993.



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