jueves, 18 de agosto de 2022

 

Molinos y aceñas en la vega baja del Tajuña (VII)

El conde de Altamira vendió en 1821 el molino al comerciante madrileño Ramón de Angulo

En septiembre de 2002, una vez restaurado el antiguo molino, se inauguró el Museo de la Molinería


El molino de Angulo permaneció en el patrimonio de los titulares del señorío de Morata durante 180 años. Tras su adquisición por parte de la Casa de Leganés, pasó a los condes de Altamira que lo vendieron al comerciante madrileño Ramón de Angulo en 1821. Sucesivas reformas permitieron que el molino llegara al siglo XX a pleno rendimiento. Además, durante varios años en sus instalaciones, además de la molienda, se generó energía eléctrica. En torno a 1970 el molino ya no prestaba servicio externo. Tras unos años de abandono, fue adquirido por el Ayuntamiento de Morata. Tras una cuidada y respetuosa restauración, el molino de Angulo, ya como Museo de la Molinería, vio como sus ruedas volvían a revivir con las aguas del Tajuña en septiembre de 2002.


Desde que eI marqués de Leganés, gracias a las gestiones de su mujer Policena Spínola, adquiriera el molino de la Huerta de la Vega, junto con el molino del Taray y otras propiedades rústicas y urbanas localizadas en Morata, estos bienes permanecieron en el patrimonio de los marqueses de Leganés y, posteriormente, en el de los condes de Altamira, hasta la segunda década del siglo XIX como parte inalienable del mayorazgo de los propietarios del señorío de Morata.

Para enajenar o vender cualquier bien incluido en este mayorazgo su titular debía contar, inevitablemente, con el permiso de la corona y siempre justificando la necesidad de una venta que pudiera mermar o afectar una institución tan consustancial a la sociedad estamental como eran esos mayorazgos.

Y fue una situación excepcional la que permitió que en la segunda década del siglo XIX el molino de la Huerta de la Vega fuera vendido por el entonces titular del mayorazgo, el XII conde de Altamira. Como conde Altamira, a Vicente Isabel Osorio de Moscoso le costó afrontar la delicada situación económica que atravesaba la Casa condal desde que su padre, Vicente Joaquín Osorio de Moscoso, comenzara a hipotecar alguno de los bienes de su patrimonio para hacer frente a los elevados gastos de la Casa y también al deterioro económico que para los Altamira significó la guerra de la Independencia.

Cuando la presión de los acreedores obligó a los administradores del condado de Altamira y a su titular a buscar soluciones, los bienes que poseía la Casa en Morata, una villa cercana a la capital del reino, resultaban muy atractivos para los comerciantes, industriales y banqueros que habían prestado en años anteriores cantidades de dinero muy elevadas al propio Vicente Isabel Osorio de Moscoso y a su padre.

Ramón de Angulo (o Angulo)* era uno de estos comerciantes e industriales emergentes en la sociedad madrileña de comienzos del XIX. Miembro de una familia procedente del valle vizcaíno de Carranza y acreedor de los Altamira, se hizo con varias propiedades de la Casa en Morata, entre ellas el molino de la Huerta o de Abajo y, además, casi 800 fanegas de tierras de regadío en la vega. No serían los únicos bienes que adquirió de los Altamira, pero sin duda, el molino y su huerta fue uno de los más preciados.

El proceso de compra de estas propiedades de los Altamira en Morata se recoge en sendos documentos conservados en el Archivo Histórico de la Nobleza, sección Baena. (Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA,C. 275,D.161-401 y BAENA,C. 274,D. 22).

Antes de que se materializaran estas compras, obligadas por la situación casi de quiebra de la familia, en el Diario de Madrid se habían anunciado entre el 14 y el 28 de julio de 1820 los bienes patrimoniales del conde de Altamira que salían a la venta, previa autorización de Fernando VII para que pudieran enajenarse ya que como bienes integrados en el antiguo mayorazgo, que había fundado el I marqués de Leganés y que había pasado sucesivamente a los primogénitos de los Altamira, era obligatoria y necesaria la autorización del rey.

En total, Ramón de Angulo, en ese proceso primero de compra,, se hizo con 784 fanegas, casi un tercio de las tierras de riego de la vega de Morata, por un importe de 1.542.800 reales. Tras estas primeras compras, y dado que la situación económica de la Casa de Altamira seguía siendo crítica, Ramón de Angulo no tardó ni un año en hacerse con la propiedad del molino y de la huerta aledaña que le daba nombre.

El 16 de julio de 1821 se firmaba la escritura de compra del molino de la Huerta de la Vega por un total de 1.010.000 reales, casi 125.000 reales más del precio en que estaban tasados ambos bienes, molino y huerta, antes de su venta**. 

Apunte de la venta del molino de la Huerta en 1821 (Archivo Histórico de la Nobleza)

A partir de entonces, podemos decir que el antiguo molino Nuevo, de la Huerta de la Vega o de Abajo pasó a ser el molino de Angulo, el nombre con el que ha llegado hasta la actualidad. El cambio en la propiedad del molino no afectó, sin embargo, al sistema de explotación del mismo. Como era tradicional, no sólo en Morata, sino en la mayoría de los molinos de la Vega Baja del Tajuña, el molino se explotó a partir del arrendamiento de sus instalaciones a un molinero por una cantidad, anual, que casi siempre se abonaba en especie de trigo y/o cebada.

En las publicaciones del siglo XIX, como el Diccionario de Madoz, el molino de Angulo siguió figurando como uno de los molinos existentes en Morata. Por testimonios personales, sabemos que el molino de Angulo o de Abajo resultaba mucho más rentable que el otro molino que funcionó en Morata durante todo el siglo XIX, el molino de Arriba, del que tratábamos hace unas semanas en el blog. De hecho, algunos molineros que había arrendado el molino de Arriba se trasladaron cuando tuvieron ocasión al molino de Abajo que, como hemos dicho, resultaba más eficiente.

En la eficiencia del molino, en su rentabilidad, pudo influir que sus propietarios realizaron varias obras de mejora en el mismo, como las que cita Jesús Antonio de la Torre en su libro la Historia de la villa Morata de Tajuña, ejecutadas en 1888 y que estuvieron a cargo del arquitecto José Urioste y Velada, el mismo que había dirigido el proyecto de construcción de la casa palacio Mac Crohon en Morata***.

Unos años después de estas obras de mejora, a finales del siglo XIX, el matrimonio integrado por Diego Jarava y Ramona Muñoz propietarios por entonces del molino, afrontó una nueva inversión. Como sucedió en muchos de los molinos que aguas arriba y abajo jalonaban la ribera del río Tajuña, el molino de Ángulo añadió una turbina -que aún se conserva, aunque ya sin funcionar, en el Museo de la Molinería-, para convertirse en lo que por entonces se denominaba una fábrica de luz que prestó servicio eléctrico a Morata y también a la localidad vecina de Valdelaguna****. La turbina, que no siempre contaba con agua suficiente para mover su pesado mecanismo, se ayudaba también con el vapor producido en una caldera calentada con carbón para estas ocasiones de bajo caudal.

Naturalmente, el molino harinero siguió funcionado simultáneamente y prestando servicio a los agricultores de Morata para la molienda del cereal. En 1919, por ejemplo, el molino seguía a pleno rendimiento y Ramona Muñoz de Acebal, abuela de los hermanos Mac Crohon Jarava, solicitaba la renovación de la concesión de aguas del Tajuña:

Doña Ramona Muñoz del Acebal, viuda de Jarava, propietaria y vecina de esta corte, con domicilio en la calle de Embajadores, número 22, solicita la inscripción en los Registros provincial y central de aprovechamientos de aguas públicas de uno que posee en esta provincia de aguas del río Tajuña, en la vega y término municipal de Morata de Tajuña, para la producción de fuerza motriz destinada a los usos de un molino harinero de su propiedad, llamado Molino de Abajo, y según anuncia con el fin de que en plazo de veinte días puedan reclamar los que se creyeran perjudicados con esta solicitud de inscripción. (El Madrileño, 4 de mayo de 1919).

Últimos molineros del molino de Angulo

La publicación de anuarios en esos años de finales del siglo XIX y comienzos del XX nos permite identificar, como vimos con el molino de Arriba, a algunos de los molineros que estuvieron al frente del molino de Angulo en esos años de transición entre ambas centurias. En el Anuario-Almanaque del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración y en el Anuario Riera aparecen los nombres de algunos de estos molineros: Antonio López, entre 1879 y 1886; Francisco Sánchez, entre 1902 y 1904; Gregorio García, en 1905, y Matías Rivera en 1908.

Matías Rivera Segovia, natural de la localidad de Mondéjar (Guadalajara), ya había arrendado hacia 1900-1901 el molino de El Congosto en Perales de Tajuña. Antes de trasladarse al molino de Angulo hacia 1907, también arrendó durante algún año indeterminado el molino de Arriba. Matías Rivera, abandonó el oficio de molinero, para dedicarse a la panadería en Morata, cuando en 1909 su mujer, Genara Nájera en el propio molino, donde residía la familia.

Tras Matías Rivera, el molino fue arrendado por otra familia, los Loriente, que desde hacia muchos años estaba ligada al oficio de la molinería en una saga que llegó a trabajar en la zona del Henares, del Tajuña e, incluso, en la provincia de Zaragoza.

Uno de los miembros de esta familia, Mariano Loriente, originario de Santa Cruz de la Zarza (Cuenca), antes de arrendar por periodos de cinco años renovables el molino de Angulo a sus propietarios, la familia Mac Crohon, ya había trabajado junto con su padre y a muy temprana edad y antes de casarse, en otros molinos en las localidades de Tielmes y en el conocido como molino del Abaniquero, en Carabaña.

Tras este primer arrendamiento, que tuvo lugar en torno al año 1910, Mariano Loriente trabajó ininterrumpidamente en el molino de Angulo hasta su jubilación y retirada del oficio, excepto un pequeño periodo de tiempo en el que se trasladó a un molino de Titulcia. Durante la guerra civil, Mariano y su mujer, Consuelo Sánchez-Bravo, natural de Morata, acogieron a varios familiares en las instalaciones del molino. En algún momento de la contienda se produjeron serias amenazas de volar el molino y solo la oportuna intervención de algunos miembros de la Brigadas Internacionales impidieron que se materializara la voladura.

Pasada la guerra civil, uno de los hijos de Mariano, Emilio Loriente Sánchez Bravo, se hizo cargo del molino. Tras un corto espacio de tiempo como molinero, Emilio dejó el testigo a su hermano gemelo, Mariano Loriente Sánchez-Bravo. Mariano sería el último molinero en prestar servicio a los morateños en el molino de Angulo, aproximadamente hasta el año 1970. En esos últimos años de funcionamiento como molino maquilero, sus instalaciones sufrían periódicamente la sequía del cauce del Tajuña, lo que obligó a Mariano Loriente a complementar la molienda tradicional con un molino eléctrico que se ponía en funcionamiento cuando el caudal de agua no era suficiente para mover las viejas piedras del molino.

Con posterioridad y hasta su cierre definitivo, la familia de Ángel Navarro se haría cargo del molino pero ya sin realizar trabajos externos como molino maquilero.

Después de años de abandono y de inactividad, en los que permaneció en la propiedad de la familia Mac Crohon, el molino de Angulo, junto con las antiguas caballerizas de la Casa Mac Crohon, fue adquirido por al Ayuntamiento de Morata para su recuperación y puesta en valor.

Tras una respetuosa y delicada restauración de sus instalaciones, muy deterioradas y a punto de perderse definitivamente, las aguas del Tajuña volvieron a dar vida a una de las tres ruedas con las que contaba el molino. Ya como Museo de la Molinería, el viejo molino de Angulo fue reinaugurado en septiembre de 2002 como parte del patrimonio municipal y como último vestigio vivo de los molinos morateños.

Precisamente a los molinos que no hemos llegado a conocer –La Aceña, el molino del Puente y el molinillo- y sobre los que existen menos referencias dedicaremos la próxima entrega del blog.


*La trayectoria de la familia Angulo en Morata ya se trató en el blog en los siguientes enlaces: 

https://www.blogger.com/blog/post/edit/1101732770274879788/6415618562104604030

https://www.blogger.com/blog/post/edit/1101732770274879788/2645451921598914972

https://www.blogger.com/blog/post/edit/1101732770274879788/3455070598219148449

https://www.blogger.com/blog/post/edit/1101732770274879788/8339301095015091703


** Para poner en valor lo que significaba la cantidad que importó la venta del molino, recordemos que las 784 fanegas de cultivo en la vega que adquirió también Ramón Angulo importaron 1.542.800 reales y que, en esos años, el conde de Altamira enajenó una casa en Morata, adquirida por Ángel Corpa, por solo 4.500 reales. En el mismo proceso de venta, casi un centenar de cuadros de la colección que iniciara el marqués de Leganés y que se encontraban en el palacio de los Altamira en Morata fueron adquiridos por el embajador de Inglaterra y por el pintor de Cámara José de Madrazo por unos escasos 60.000 euros. El precio del molino y la huerta, algo más de un millón de reales, explica por sí mismo cómo se valoraban estos ingenios en esos años.

Curiosamente, tras adquirir el molino, Ramón de Angulo comenzó a negociar con granos y harinas desde Morata en un sector en el que compitió directamente con los intereses del conde de Altamira. En efecto, el conde de Altamira, como beneficiario de las tercias reales de Alcalá, almacenaba en Morata los ingresos en especie –trigo, cebada, tranquillón y centeno- de las citadas tercias reales que se recaudaban en Casasola, Perales de Tajuña, Valdilecha, Tielmes, Carabaña, Campo Real, Arganda y Morata. Esta competencia afectaba, a la baja, al precio del grano, como se quejó el administrador del conde de Altamira en Morata, Domingo Morales, en una carta dirigida al juez interventor de las cuentas de la Casa de Altamira:

(…) la salida [venta] del trigo tiene más aceptación el de 1ª clase en 31 reales [fanega] en el que parece no habrá que hacer baja, porque en el de 2ª y 3ª se teme que habrá que hacerla porque el que llega de Castilla a 26 y 28 reales y el de Ramón Angulo y la Tercia entorpecen la salida del de la Casa [de Altamira] en las clases inferiores (…). (Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA, C.89,D.120-347)


*** La familia Mac Crohon Jarava había accedido a la propiedad del molino de Angulo una vez que el heredero de Ramón de Angulo, su hijo único Manuel, falleciera sin herederos de su matrimonio con María Sandalia de Acebal. Posteriormente, la heredera de María Sandalia, su hermana María Ramona de Acebal y Arratia, se casó con el militar Esteban Muñoz Larrainzar. Una de las hijas de este matrimonio, Ramona Muñoz de Acebal y Arratia se casó a su vez con el político manchego Diego María Jarava. Dos de las hijas de Ramona y Diego, María Concepción y María de la Asunción Jarava Muñoz de Acebal, se casaron a su vez con dos hermanos de la familia Mac Crohon, Luis y Manuel. Del matrimonio entre Manuel Mac Crohon y Concepción Jarava nacieron Manuel, Diego, María del Pilar, María de la Concepción Juan Ignacio y Ramón Mac Crohon Jarava, los últimos propietarios del molino antes de que fuera adquirido por el Ayuntamiento de Morata.


****Al redactar esta entrega del blog no se ha podido documentar la fecha exacta en que entró en funcionamiento la fábrica de luz del molino de Angulo. Sólo hemos encontrado una referencia en una publicación de finales del siglo XIX, El imparcial, que publicó una gacetilla sobre la llegada de la electricidad a las calles de Morata, pero sin especificar si la luz se producía en el molino de Angulo o en la fábrica de papel del antiguo molino de El Taray:

En Morata de Tajuña se ha inaugurado el alumbrado eléctrico. El vecindario festejó la mejora con músicas, bailes públicos y otros regocijos (El imparcial, 18 de julio de 1898).


Fuentes y documentación:

  • Regadíos y molinos en la vega del Tajuña (siglos XII-XIII): del control comunitario al dominio señorial. Martín Viso, Iñaki. Universidad de Salamanca. En Agua y sistemas hidráulicos en la Edad Media Hispana. C. Segura coord. Madrid.

  • Castillos, poder feudal y reorganización espacial en la Transierra madrileña (siglos XII-XIII). Martín Viso, Iñaki. Espacio, Tiempo y Forma, Serie III, H. Medieval, t. 13, 2000.

  • Los hospitalarios y la nobleza castellano leonesa (siglos XII-XIII). Barquero Goñi, Carlos. Universidad Autónoma de Madrid.

  • Orígenes de la Orden del Hospital en el reino de Toledo (1144-1214). Rodríguez Picavea, Enrique. Espacio, tiempo y forma. Serie III Historia Medieval. UNED, 2002.

  • Recuperación de los molinos del Tajuña. García Grinda, José Luis. Comunidad de Madrid, Consejería de Política Territorial. Dirección General de Agricultura. Madrid, 1990.

  • Historia de la insigne ciudad de Segovia y compendio de las historias de Castilla. Colmenares, Diego de. Madrid, 1637.

  • Libro de privilegios de la orden de San Juan de Jerusalén en Castilla y León (siglos XII.XIV). Ayala Martínez, Carlos de. Editorial Complutense. Madrid, 1995.

  • Molinos y aceñas en los fueros del sur del Tajo. Val Valdivieso, Isabel del. Universidad de Valladolid. En El Historiador y la sociedad, Homenaje al profesor José María Mínguez. Cruz Díaz, Pablo de la; Corral, Fernando Luis; Martín Viso, Iñaki. Ediciones de la Universidad de Salamanca. Salamanca, 2013.

  • Las ordenanzas de Alcalá de Henares, ratificadas por Felipe II en 1592. Anales Complutenses. Volumen XXIV. Institución de Estudios Complutenses. Alcalá de Henares, 2012.

  • Los pergaminos del Archivo Municipal de Alcalá de Henares: la Carpeta I. Sáez, Carlos. Universidad de Alcalá de Henares. Servicio de Publicaciones. Madrid, 1990.

  • El Fuero Nuevo de Alcalá (Edición). Pérez-Bustamante, Rogelio. Catedrático de historia del Derecho. Universidad Complutense.

  • Notas sobre molinos en los fueros de la provincia de Guadalajara. López de los Mozos, José Ramón. Revista Molinum, nº 30. Asociación para la conservación y Estudios de los Molinos. Enero-febrero, 2012.

  • Agua e industria en la segunda mitad del siglo XVI: los molinos harineros de la Meseta Sur. Vela Santamaría, Francisco Javier. Instituto Universitario de Historia Simancas. Mayo de 2009.

  • Los antiguos molinos harineros madrileños. Peris Barrio, Alejandro. Revista de Folklore. II época, nº 347. Obra social y cultural de Caja España. Valladolid, 1980.

  • Felipe II y el Tajo. López Gómez, Antonio, Arroyo Illera, Fernando, Camero Bullón, Concepción. Departamento de Geografía (Universidad Autónoma de Madrid).

  • Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madoz, Pascual. Imprenta P. Madoz y L. Sagasti. Madrid, 1846-1850.

  • Acuerdos para construir un molino, plantar álamos y árboles frutales y otros acuerdos referentes a la Compañía de Jesús. Fondo Pleno. A101.00. Ayuntamiento de Arganda del rey. Archivo de la Ciudad.

  • Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales de Morata de Tajuña. H. 408 y  H. 410.

  • Portal de Archivos españoles (PARES). Catastro de Ensenada. Buscador de localidades. Respuestas Generales.

  • La Capilla de los del Campo en la Parroquia de la Trinidad de Segovia. Marques de Lozoya. Boletín de la sociedad Española de Excursiones. Arte, Arqueología, Historia. Año XXXVI. Cuarto trimestre. Madrid, diciembre de 1928.

  • Anales del teatro español correspondientes a los años 1581 a 1625. Díaz de Escobar, Narciso. Imprenta Helénica. Madrid, 1913.

  • Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Tomo 5993, fol. 525r-556v.

  • Noticias genealógicas del linaje de Segovia continuadas por espacio de seiscientos años. Román y Cárdenas, Juan.

  • Ejecutoria del pleito litigado por García de Guzmán Herrera, vecino de Alcalá de Henares, con Antón de Cáceres, vecino de Segovia. Real Audiencia y Chancillería de Valladolid. Registro de Ejecutorias, caja 641, 10.

  • Ejecutoria del pleito de Juan Arias Dávila, conde de Puñonrostro, García González, de Morata, y Guzmán de Herrera de Alcalá de Henares por el aprovechamiento de un molino de propiedad compartida por los litigantes. Real Audiencia y Chancillería de Valladolid. Pleitos civiles, Fernando Alonso (F) Caja 571, 1.

  • Contribución al estudio de las economías nobiliarias en Castilla: los condados de Puñonrostro y Barajas durante el reinado de Felipe II. Hernanz Elvira, José Luis. Equipo Madrid de Estudios Históricos.

  • Morata de Tajuña. Biblioteca de la provincia Tomo duodécimo. Arribas, Juan Diego. Excelentísima Diputación Provincial de Madrid. Madrid, 1891.

  • Anuario-Almanaque del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración. Madrid, ediciones de 1879 y 1886.

  • Anuario Ribera. Madrid, ediciones de 190, 1904,1905 y 1908.

  • Inventario de las posesiones del marqués de Leganés, 22 de febrero de 1655 AHPM t,6267 f.425r-759v.

  • Poder y nobleza en la primera mitad del siglo XVII: el I marqués de Leganés. Arroyo Martín, Francisco. Tesis doctoral. Universidad Carlos III. Departamento de Humanidades, Geografía y Arte. Getafe, mayo de 2012.

  • Archivo Histórico de Protocolos de Madrid 1.1.1.1763.001. T.0005993.

  • Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA,C. 275,D.161-401.

  • Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA,C. 274,D. 22.

  • (Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA,C.89,D.120-347).

  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.

  • Testimonios personales de Concepción Loriente García y José Sánchez-Bravo García-Oliva.

  • Periódicos y publicaciones citados en el texto.





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