jueves, 25 de agosto de 2022

 

Molinos y aceñas en la vega baja del Tajuña (VIII)

El molino de La Aceña, el molino de La Puente y el molino de El Salido, tres molinos desaparecidos en el término de Morata

Hemos visto en las últimas semanas la riqueza molinar del río Tajuña y cómo sus riberas, desde su nacimiento en Maranchón (Guadalajara), han estado históricamente jalonadas por decenas de molinos, muchos de ellos localizados en los municipios madrileños por los que discurre el río hasta su desembocadura en Titulcia. Particularmente nos hemos detenido, con más detalle, en los tres molinos morateños de los que contábamos con más documentación: el molino o batán de El Taray, el molino de Arriba o del Vínculo (molino Hundido) y el molino de Angulo (o de la Huerta de la Vega o de Abajo), actualmente sede del Museo de la Molinería. En la entrega de hoy vamos a tratar sobre tres molinos morateños, desaparecidos hace siglos, que dejaron poco rastro documental pero que, en su momento, también se aprovecharon de las aguas del Tajuña para los trabajos de molienda de los granos de cereal.


No han sido pocos los autores que han destacado en sus obras la riqueza hidráulica del Tajuña, particularmente en su último tramo o vega baja, donde un entramado de caces y reguerones distribuían sus aguas hacia las tierras de cultivo. Al mismo tiempo, sus molinos también eran característicos en un río cuyas aguas, A. Camón, no dudó en calificar en 1872 como (…) las mejor aprovechadas de esta provincia de Madrid, ya en el riego, ya como fuerza motriz (…). (Aprovechamiento de las aguas de los ríos de la provincia de Madrid. Revista de Obras Públicas).

F. Arroyo Illera también ha destacado el sistema de aprovechamiento del río Tajuña y su densa red de acequias de riego y de canales para abastecimiento de molinos -y de pequeñas centrales hidroeléctricas en el siglo XX-, a partir de modestos azudes y represas sobre el cauce principal del río, constituyen la infraestructura de un sofisticado sistema de regadío tradicional (…). (Los molinos del Tajo en el siglo XVI según las relaciones topográficas de Felipe II).

Este sofisticada red de infraestructuras hidráulicas para el aprovechamiento de las aguas del Tajuña han dejado un rastro arquitectónico de edificios mejor o peor conservados, también restos derruidos de aquellos molinos que no llegaron a superar el paso del tiempo o de la desidia de sus propietarios y, por último, hasta nosotros han llegado más o menos precisas, noticias de aquellos de los que ya solo queda el mínimo recuerdo de su existencia y de que algún día alguien puso en movimiento sus piedras para moler el cereal. En Morata, tenemos tres ejemplos de estos molinos desaparecidos hace ya siglos: el molino de la Aceña, el molino de La Puente y el Molinillo.

Molino de la Aceña

En realidad esta denominación de molino de la Aceña no deja de ser un tipo específico de molino hidráulico que, aunque para su funcionamiento se aprovecha también de una corriente de agua, se diferencia del molino de rodezno, los más habituales y sobre los que hemos estado tratando en las últimas semanas, en la orientación del eje que transmite el movimiento a las piedras molederas.

Estas aceñas, o molinos de eje horizontal, tienen sus antecedentes más inmediatos en un diseño de molino similar empleado ya por los romanos. Posteriormente, también los visigodos se aprovecharon de estos molinos de eje horizontal para aprovechar las aguas en la molienda de cereales.

Según José Luis García Grinda, autor del libro Recuperación de los molinos del Tajuña, obra fundamental que ya hemos citado repetidas en repetidas ocasiones, este tipo de molino de rueda vertical y eje horizontal se desarrolló, sobre todo, con la llegada de los árabes a la península, aunque ya hemos señalado que se conocen mecanismos similares con los visigodos y con los romanos.

Son los romanos, según García Grinda, quienes desarrollan este molino de eje horizontal y rodete vertical situado directamente sobre la corriente del río. Es pues la corriente del cauce principal del río la que mueve la rueda característica de las aceñas, termino derivado del árabe as-saniya, que transmite la fuerza a un eje horizontal y un engranaje que, a su vez, pone en movimiento las piedras molederas.

Al tratarse de un tipo de molino que se situaba directamente sobre el cauce, sin el caz de derivación propio de los molinos de rodezno, aunque también exigían la construcción de una presa para garantizar el nivel del agua, su funcionamiento estaba directamente condicionado por el caudal del río e impedía, al no existir posibilidad de almacenar el agua, la posibilidad de funcionar en épocas de sequía. Por otra parte, la propia disposición de la rueda en el cauce del río exigía para su construcción una potente obra de fábrica que resistiera, en su caso, las fuertes avenidas que podían producirse periódicamente.

José Roldán Cañas, autor de una conferencia sobre Molinos, norias y batanes en la península Ibérica durante la Edad Media, señala que existen dos tipos de molinos de aceña:

(…) por un lado, se encuentran las aceñas de rueda vitrubiana, que disponen de paletas planas dispuestas radialmente y necesitan de engranajes para poder hacer girar la piedra corredera del molino; y, por otro lado, las ruedas provistas de cangilones en las que el peso del agua al llenarlos hace girar la rueda. Las primeras son mejores para moler grano aunque requieren de un gran caudal de agua y su rendimiento es escaso. Las segundas son lentas para moler el grano aunque muy útiles para captar agua, elevarla y distribuirla para otros fines como el riego.

La documentación sobre estos ingenios hidráulicos muestra que su propiedad estaba casi siempre ligada al poder real o a la iglesia, siendo menos frecuente la propiedad nobiliaria o concejil más propia, como vimos en anteriores entregas, del tradicional molino de rodezno, mucho más extendido por toda la península y, desde luego, en el río Tajuña y en su vega baja. Es por tanto natural que, por las características de su funcionamiento, sean escasas las referencias a las aceñas en la comarca de la vega baja del Tajuña. García Grinda cita un solo ejemplo en Orusco, la Aceña Real, propiedad del arzobispo toledano y reconvertida en batán.

En Morata contamos con la presa de La Aceña, denominación que nos remite a un antiguo molino de eje horizontal, que se situaría junto al azud, aún existente del que parte el caz del Monte, y que resultaba imprescindible para garantizar el nivel del agua que movería su rueda vertical. Se trataría por tanto de un molino desaparecido que, a falta de mayor documentación, habría dejado de funcionar incluso en periodos históricos anteriores a la existencia de otros molinos como el de El Taray y el molino de Abajo, molinos entre los que se situaría este molino de La Aceña.

Otro indicio sobre su existencia lo encontramos en el entorno de la propia presa de la Aceña donde aún se pueden apreciar los restos de la fábrica que sustentaba el mecanismo de la rueda vertical que movía las aguas del Tajuña, según cita Jesús Antonio de la Torre Briceño en su libro Historia de la villa de Morata de Tajuña.

Aparte de estos restos de la antigua aceña construida junto al cauce del río Tajuña, es la toponimia la que nos da fe de la existencia de este viejo molino que, quizá por la ausencia de grandes caudales en el Tajuña, no llegó a prolongar su funcionamiento en el tiempo como sí sucedió con el resto de molinos de rodezno del término municipal de los que ya hemos tratado. Así, cuando se revisa documentación de ese paraje del término de Morata aparecen topónimos como camino de La Ceña o La Aceña, vereda de La Aceña, vadillo de La Aceña, caz de La Ceña, canal de La Aceña, reguerón de La Aceña o carril de La Aceña o Las Ceñas, denominaciones que representan el último vestigio de este molino morateño desaparecido.

Molino de La Puente

Las reseñas históricas sobre este molino morateño, también desaparecido como el molino de La Aceña, son tan escasas que sólo hemos encontrado una referencia escrita en la documentación histórica, relativamente reciente (siglo XVII) y, a la vez, muy fiable. Se trata de un documento, que ya hemos citado y que recoge el inventario de los bienes de Diego Mexía Felípez de Guzmán, I marqués de Leganés, a su muerte en el año 1655. En este legajo, conservado en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, se citan el molino de El Taray y el molino Nuevo o de la Huerta de la Vega como parte integrante del patrimonio en la villa de Morata del titular de su señorío y, además:

(…) Más dos partes del molino de la puente. (Inventario de las posesiones del marqués de Leganés. AHPM t. 6267 f.425r-759v.)

Esta escueta cita confirma la existencia del molino en el año 1655 y la pertenencia, de dos partes del mismo, al propio marqués de Leganés. Queda por determinar quién o quiénes eran los propietarios de las restantes partes del molino, cuándo dejó de funcionar y, sobre todo, donde estaba localizado.

Sobre la propiedad compartida del molino de La Puente se trataría de una situación que ya hemos visto en todos los molinos documentados en Morata: tanto el molino de El Taray, como el molino de Arriba y el molino de Abajo o de la Huerta de la Vega, compartieron la circunstancia de pertenecer a más de un propietario, al menos hasta que el primero y el tercero fueron adquiridos en su totalidad por el marques de Leganés.

Respecto al momento en que este molino de La Puente dejó de moler parece claro que hay que situarlo en el periodo de tiempo comprendido entre el año 1655, cuando se realiza el inventario posmorten de los bienes del marqués de Leganés y el año en que se elabora el Catastro de Ensenada en Morata (1751). El hecho de que la Casa de Leganés reuniera la propiedad de ambos molinos, compartida en el caso del molino de La Puente, puede inducir a pensar que el titular del señorío decidiera, en una fecha situada entre las dos que hemos citado anteriormente, prescindir de este molino quizá para aprovechar mejor las aguas regulares no siempre abundantes del Tajuña en un solo ingenio molinar situado aguas abajo del citado molino de la Puente.

Y es que la última incógnita referente a este molino, la que hace referencia a su localización en el cauce del Tajuña, todos los indicios apuntan, por su propia denominación de La Puente a que estaría situado en el entorno o junto al único puente que, en ese periodo histórico salvaba el cauce del Tajuña en el término de Morata. En efecto, ese puente, que hoy conocemos como Puente Grande, era la única conexión para comunicarse con los pueblos vecinos de Valdelaguna y Chinchón. En un texto que hace referencia al itinerario que siguió Hernando de Colón para viajar desde Chinchón a Morata a comienzos del siglo XVI podemos leer:

(…) Partí de Chinchón para Morata que hay una legua grande de cerros valles y todo de atochares, y todo como cuesta abajo siempre, salvo la postrera media legua pequeña, que es llana y de vega de panes, y por la mano derecha quedan siempre cerros altos, y en llegando a Morata pasan a un río dicho Taxuña por puente que corre a la mano izquierda (…). Este texto, incluido en la obra Descripción y Geografía de España, describe el itinerario seguido por el antiguo camino de Morata a Chinchón que, tras atravesar el Tajuña por ese único puente, seguía la falda de los montes en los parajes de La Cárcel, Valpeñosillo y El Fraile antes salir del término de Morata y ascender al altiplano de Chinchón. Además, a poca distancia de ese puente y aguas arriba, nos encontramos con otro elemento imprescindible para un molino: una presa o azud, en esta caso varias, en lo que hoy conocemos como Los Presillos que retuviera el agua y lo dirigiera al propio molino.

Por ultimo, también la toponimia morateña, como en otras ocasiones, nos ofrece pistas sobre este molino desaparecido ya que en ese entorno los parajes en la documentación antigua aparecen con la denominación de entremolinos o entre los molinos, ya que efectivamente, esas tierras ocupaban el tramo de vega situado entre el molino de La Puente y el de la Huerta de la Vega o de Abajo.

Vista aérea del paraje de el Puente Grande 1975 (madrid.org/nomecalles)

El molinillo o molino de El Salido

En este repaso a los molinos morateños desaparecidos aparece un último elemento también ligado a la propiedad del marqués de Leganés, posteriormente de los condes de Altamira. Se trata de El Molinillo, una construcción de la que hemos encontrado una referencia documental que aparece en un legajo que ya hemos citado reiteradamente: el inventario redactado a la muerte en 1655 del I marqués de Leganés. En este caso, tras enumerar el molino de El Taray, el Molino de la Puente y el molino Nuevo, aparece este último molino:

(…) El sitio del molino del salido (…)

La inclusión de este término, identifica sin lugar a dudas la localización del mismo en la presa de El Salido, donde toma las aguas las aguas del Tajuña el caz de la Aldea. La existencia de un molino, o molinillo como también aparece denominado, en este paraje vuelve a plantear un asunto recurrente cuando tratamos de estos ingenios hidráulicos: el problema que se planteaba con la construcción de molinos con poca distancia de separación entre uno y otro. En este caso, la presa de El Salido está construida a muy poca distancia, aguas abajo, del canal que devuelve al Tajuña las aguas que mueven las piedras del Molino de Abajo o de Angulo lo que nos puede indicar que no siempre disponía de agua.

En cualquier caso, por la propia descripción que aparece en el inventario del I marqués de Leganés, parece claro que el molino, en ese año de 1655, únicamente era un sitio en el que en algún momento precedente había existido un molino o molinillo del que ya sólo se conservaba el nombre. Para apuntalar esta idea, recurrimos otra vez a la toponimia morateña que, como en casos anteriores, describe la relación de este paraje con la existencia de un molinillo que aparece en la descripción de varias fincas de regadío propiedad del conde de Altamira en las que aparece la denominación de molinillo y también molino caído. Un buen ejemplo de esta toponimia relacionada con el molinillo es una tierra que se describe así:

(…) Otra tierra entre las dos Aguas de una fanega y dos celemines de mediana calidad, linde por el oriente tierra del Cabildo de la Iglesia de esta Villa, por el norte vereda que va a la Huerta de la Sancha, por el poniente tierra de S E y por el mediodía caz del Molinillo caído.

Estos tres molinos, pese a la escasa documentación existente y también de la práctica ausencia de restos arquitectónicos, a falta de la prospecciones arqueológicas, forman parte de este patrimonio molinar que cuenta con los seis elementos que hemos analizado en estas entregas del blog, aunque parece difícil que en algún momento histórico todos ellos llegaran a funcionar simultáneamente.


Fuentes y documentación:

  • Regadíos y molinos en la vega del Tajuña (siglos XII-XIII): del control comunitario al dominio señorial. Martín Viso, Iñaki. Universidad de Salamanca. En Agua y sistemas hidráulicos en la Edad Media Hispana. C. Segura coord. Madrid.

  • Castillos, poder feudal y reorganización espacial en la Transierra madrileña (siglos XII-XIII). Martín Viso, Iñaki. Espacio, Tiempo y Forma, Serie III, H. Medieval, t. 13, 2000.

  • Los hospitalarios y la nobleza castellano leonesa (siglos XII-XIII). Barquero Goñi, Carlos. Universidad Autónoma de Madrid.

  • Orígenes de la Orden del Hospital en el reino de Toledo (1144-1214). Rodríguez Picavea, Enrique. Espacio, tiempo y forma. Serie III Historia Medieval. UNED, 2002.

  • Recuperación de los molinos del Tajuña. García Grinda, José Luis. Comunidad de Madrid, Consejería de Política Territorial. Dirección General de Agricultura. Madrid, 1990.

  • Historia de la insigne ciudad de Segovia y compendio de las historias de Castilla. Colmenares, Diego de. Madrid, 1637.

  • Libro de privilegios de la orden de San Juan de Jerusalén en Castilla y León (siglos XII.XIV). Ayala Martínez, Carlos de. Editorial Complutense. Madrid, 1995.

  • Molinos y aceñas en los fueros del sur del Tajo. Val Valdivieso, Isabel del. Universidad de Valladolid. En El Historiador y la sociedad, Homenaje al profesor José María Mínguez. Cruz Díaz, Pablo de la; Corral, Fernando Luis; Martín Viso, Iñaki. Ediciones de la Universidad de Salamanca. Salamanca, 2013.

  • Las ordenanzas de Alcalá de Henares, ratificadas por Felipe II en 1592. Anales Complutenses. Volumen XXIV. Institución de Estudios Complutenses. Alcalá de Henares, 2012.

  • Los pergaminos del Archivo Municipal de Alcalá de Henares: la Carpeta I. Sáez, Carlos. Universidad de Alcalá de Henares. Servicio de Publicaciones. Madrid, 1990.

  • El Fuero Nuevo de Alcalá (Edición). Pérez-Bustamante, Rogelio. Catedrático de historia del Derecho. Universidad Complutense.

  • Notas sobre molinos en los fueros de la provincia de Guadalajara. López de los Mozos, José Ramón. Revista Molinum, nº 30. Asociación para la conservación y Estudios de los Molinos. Enero-febrero, 2012.

  • Agua e industria en la segunda mitad del siglo XVI: los molinos harineros de la Meseta Sur. Vela Santamaría, Francisco Javier. Instituto Universitario de Historia Simancas. Mayo de 2009.

  • Los antiguos molinos harineros madrileños. Peris Barrio, Alejandro. Revista de Folklore. II época, nº 347. Obra social y cultural de Caja España. Valladolid, 1980.

  • Felipe II y el Tajo. López Gómez, Antonio, Arroyo Illera, Fernando, Camero Bullón, Concepción. Departamento de Geografía (Universidad Autónoma de Madrid).

  • Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madoz, Pascual. Imprenta P. Madoz y L. Sagasti. Madrid, 1846-1850.

  • Acuerdos para construir un molino, plantar álamos y árboles frutales y otros acuerdos referentes a la Compañía de Jesús. Fondo Pleno. A101.00. Ayuntamiento de Arganda del rey. Archivo de la Ciudad.

  • Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales de Morata de Tajuña. H. 408 y  H. 410.

  • Portal de Archivos españoles (PARES). Catastro de Ensenada. Buscador de localidades. Respuestas Generales.

  • La Capilla de los del Campo en la Parroquia de la Trinidad de Segovia. Marques de Lozoya. Boletín de la sociedad Española de Excursiones. Arte, Arqueología, Historia. Año XXXVI. Cuarto trimestre. Madrid, diciembre de 1928.

  • Anales del teatro español correspondientes a los años 1581 a 1625. Díaz de Escobar, Narciso. Imprenta Helénica. Madrid, 1913.

  • Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Tomo 5993, fol. 525r-556v.

  • Noticias genealógicas del linaje de Segovia continuadas por espacio de seiscientos años. Román y Cárdenas, Juan.

  • Ejecutoria del pleito litigado por García de Guzmán Herrera, vecino de Alcalá de Henares, con Antón de Cáceres, vecino de Segovia. Real Audiencia y Chancillería de Valladolid. Registro de Ejecutorias, caja 641, 10.

  • Ejecutoria del pleito de Juan Arias Dávila, conde de Puñonrostro, García González, de Morata, y Guzmán de Herrera de Alcalá de Henares por el aprovechamiento de un molino de propiedad compartida por los litigantes. Real Audiencia y Chancillería de Valladolid. Pleitos civiles, Fernando Alonso (F) Caja 571, 1.

  • Contribución al estudio de las economías nobiliarias en Castilla: los condados de Puñonrostro y Barajas durante el reinado de Felipe II. Hernanz Elvira, José Luis. Equipo Madrid de Estudios Históricos.

  • Morata de Tajuña. Biblioteca de la provincia Tomo duodécimo. Arribas, Juan Diego. Excelentísima Diputación Provincial de Madrid. Madrid, 1891.

  • Anuario-Almanaque del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración. Madrid, ediciones de 1879 y 1886.

  • Anuario Ribera. Madrid, ediciones de 190, 1904,1905 y 1908.

  • Inventario de las posesiones del marqués de Leganés, 22 de febrero de 1655 AHPM t,6267 f.425r-759v.

  • Poder y nobleza en la primera mitad del siglo XVII: el I marqués de Leganés. Arroyo Martín, Francisco. Tesis doctoral. Universidad Carlos III. Departamento de Humanidades, Geografía y Arte. Getafe, mayo de 2012.

  • Archivo Histórico de Protocolos de Madrid 1.1.1.1763.001. T.0005993.

  • Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA,C. 275,D.161-401.

  • Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA,C. 274,D. 22.

  • Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA,C.89,D.120-347).

  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.

  • CAMÓN, Á. (1872): “Aprovechamiento de las aguas de los ríos de la provincia de Madrid”. Revista de Obras Públicas, tomo I, nº 8.

  • Molinos, norias y batanes en la península Ibérica durante la Edad Media. Roldán Cañas, José. Discurso pronunciado en la clausura del año académico 2015-16. Boletín de la Real Academia de Córdoba. (2016).

  • (Descripción y cosmografía de España. Colón, Hernando de. Boletín de la Real Sociedad Geográfica. Tomo L. imprenta de Eduardo Arias. Madrid, 1908.

  • Testimonios personales de Concepción Loriente García y José Sánchez-Bravo García-Oliva.

  • Periódicos y publicaciones citados en el texto.



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