viernes, 23 de septiembre de 2022

El cultivo del cáñamo en la ribera del Tajuña (II)

En el siglo XVIII en todos los pueblos se cultivaba el cáñamo en combinación con los cereales

En Morata se registraban 13 pozas de empozar cáñamo

La dedicación de los agricultores al cultivo del cáñamo en la vega del Tajuña continuó más allá del siglo XVI, cuando creció la demanda de esta planta industrial que proporcionaba la materia prima necesaria para la elaboración entre otros productos de cabos, cuerdas y velas, costales y paños. En el siglo XVIII el cáñamo aún era citado como uno de los cultivos más importantes en las tierras de regadío de la ribera del Tajuña y así lo atestiguan distintas fuentes documentales como el Catastro de Ensenada.



La economía generada alrededor del cultivo del cáñamo no podía dejar de estar presente cuando se elaboró la documentación del Catastro de Ensenada a mediados del siglo XVIII. Bien es cierto que esta presencia muestra rasgos diferenciados en los distintos pueblos que en las riberas del Tajuña se dedicaban, más o menos extensamente, a las labores relacionadas con esta planta industrial.

Las referencias al cáñamo que los responsables del Catastro de Ensenada recogieron en sus averiguaciones quedaron reflejadas fundamentalmente en las denominadas Respuestas Generales, con datos relativos a la existencia de este cultivo en cada villa, su rendimiento por fanega y el precio habitual que alcanzaban las cosechas anuales de la planta.

En el caso de Morata, la primera cita al cultivo del cáñamo en la villa aparece en la respuesta a la cuarta pregunta de las Respuestas Generales:

4ª Que en las tierras de riego no se siembra hortaliza alguna por ser su principal destino para granos, sembrando las de buena calidad de esta especie dos años seguidos y el tercero por vía de abono se planta en ellas ajos, melones, habas, repollo y algún cáñamo.

El contenido de esta respuesta al interrogatorio catastral indica que, para los agricultores de Morata, los cereales eran fundamentales para su economía y como tal eran los más extendidos en la vega, mientras que el cáñamo se utilizaba como complemento en el sistema trianual que combinaba dos años de cereal –trigo o cebada- con otro año de cultivo de hortaliza o el propio cáñamo. De hecho, la respuesta a la pregunta décimo primera no hace sino confirmar este sistema de práctica agrícola:

11ª A la pregunta once declararon que los frutos que producen las tierras de este término son trigo y cebada y centeno, uva, aceituna y en los años de intermedio en que no se siembran de granos las tierras de riego producen melones, repollo, ajos, cáñamo y cebollas.

Finalmente, el interrogatorio contenía una pregunta, la décimo tercera, destinada a averiguar el valor anual en alquiler de un elemento fundamental en todo el proceso de relacionado con el cultivo y del cáñamo, las pozas necesarias imprescindibles en la obtención de la hilaza:

13ª (…) Así mismo fueron preguntados por su […] sobre el producto que pueden tener anualmente las eras de pan trillar y pozas para trillar cáñamo en rama, a que respondieron bajo la misma solemnidad que cada era se acostumbraba a arrendar en una fanega de trigo, si era empedrada en dos, y que cada poza produce la utilidad de treinta reales.

Más allá de estas referencias no encontramos más apariciones del cáñamo en las Respuestas Generales, a diferencia de otras villas vecinas, donde era habitual que se incluyera en estas mismas respuestas datos relativos a la producción y al precio que se pagaba, por término medio, por la cosecha de cáñamo (preguntas doce y catorce).

Es en las declaraciones individuales de cada vecino de la villa de Morata en las que podemos encontrar más datos sobre el cáñamo y, especialmente, sobre esos elementos que definíamos como fundamentales en su cultivo, las pozas de engramar o empozar el cáñamo.

En el legajo correspondiente al Cuaderno de notas y resumen del tráfico industrial y personal se recoge el número de pozas para empozar cáñamo existentes en Morata en ese año de 1751*, trece en total- aunque en otros apartados del catastro aparecen solo 11-, así como la renta que se pagaba por su alquiler, treinta reales, tal como también aparecía reflejado en las Respuestas Generales.

Por otra parte, gracias a las declaraciones individuales de los vecinos de Morata y de algunas instituciones religiosas como el convento de dominicos del Rosario, o el mismo conde de Altamira o el marqués de Espinardo conocemos la localización de la mayoría de estas pozas. En concreto, contamos, por ejemplo, con la localización exacta de la poza que era propiedad de los frailes dominicos:

Una poza para curar cáñamo propia del Convento del Rosario de Madrid junto a la ermita de nuestra Señora de la Soledad, su caber dos celemines de tierra de buena calidad.

Por la declaración textual del encargado de la casa de labranza de los frailes podemos situar aún más exactamente esta poza, localizada entre la actual carretera de Perales y el caz del monte –o primero, y próxima a la entonces conocida como ermita de la Soledad, actualmente de Fátima:

Una poza de empozar cáñamo, extramuros junto a la ermita de la Soledad, su caber dos celemines, linda por el Poniente con poza de Don Joseph de Orozco, por el oriente con poza de don Joseph de Cuevas, por el Norte con las eras y por el mediodía con el caz del Monte. Se considera que vale en arrendamiento cinco fanegas de trigo.

En esta zona situada en torno a la ermita de la Soledad, además de la poza que ya hemos citado, se localizaban hasta 8 pozas más en un triángulo delimitado por lo que hoy es la carretera de Perales, el caz del monte y el camino de La Aceña. Otras pozas se localizaban en las proximidades del molino de Abajo, propiedad del conde de Altamira; en El Coso, perteneciente al marqués de Espinardo; junto a la presa de la Aceña, propiedad de Francisco Sánchez Alonso, y una última poza de Miguel Salcedo, en la Vereda Vieja.

Todas estas pozas tenían en común la condición ineludible de estar situadas junto a un caz que surtiera el agua necesaria para embalsar el cáñamo y una extensión para inundar que siempre oscilaba entre dos y tres celemines de superficie.

Contestación sobre los cultivos de Morata en el Catastro de Ensenada (Archivo General de Simancas-PARES)

Contestación sobre los cultivos de Morata en el Catastro de Ensenada (AGS-PARES)

El cultivo del cáñamo en el resto de villas de la vega baja del Tajuña

Prácticamente en todos los pueblos de lo que hemos dado en llamar vega baja del Tajuña -en los pueblos que actualmente forman parte de la Comunidad de Madrid desde que el río penetra en territorio madrileño, en el término municipal de Ambite, hasta su desembocadura en el Jarama en término de Titulcia- aparecen referencias al cultivo del cáñamo en las denominadas Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, así como a la productividad por fanega y precio de las cosechas**.

En Ambite, tras indicar en la decimoprimera pregunta que en su término se cultivaba el cáñamo en las tierras de regadío, añaden en la respuesta a la pregunta 12:

(…) los años que se siembra de cáñamo rinde cada fanega seis arrobas [de cáñamo] y fanega y media de cañamones (…).

Y en la respuesta a la pregunta 14:

(…) también dijeron que el valor de los frutos que se cogen en este término un año con otro (…) los cañamones a 6 reales fanega y cada haz de cáñamo 22 reales.

En Orusco también se hacia referencia a la presencia en su vega de plantaciones de cáñamo y a la décimo segunda pregunta respondieron que el rendimiento de cada fanega de tierra sembrada de cáñamo, se regula en 184 reales.

En Carabaña en su respuesta a la décimo primera pregunta especifican con más detalle cómo era el cultivo del cáñamo en esa villa:

11ª. A la once dijeron que las especies de frutos que (…) en regadío de primera calidad produce todos los años y echa la cuenta por ocho, los cuatro se siembran de cáñamo y los otros cuatro de trigo y cebada, y el año que siembran de cáñamo rinde cada fanega ocho arrobas (…) y de cañamones dos fanegas (…) que hecho el cómputo por dichos ocho años, cada fanega de dichas especies se reguló en ciento y sesenta y seis reales y medio anualmente.

Los vecinos de la villa de Carabaña aún ofrecen más información en su contestación a la pregunta 14:

14ª. A la catorce dijeron que el valor de los frutos un año con otro que se cogen en este término considerados por un quinquenio (…) cada arroba de cáñamo a veinte reales, la de cañamones a diez y seis reales [fanega].

Los peritos que participaron en la elaboración del Catastro de Ensenada en Tielmes también se refieren al sistema de explotación de las tierras de regadío de su vega y cómo se utilizaba en la rotación de cuatro años mezclando cereal y hortaliza:

11ª. A la once dijeron que las especies que se ven en este término son cáñamo, trigo, cebada, centeno y avena y una parte muy corta de viñas y aceite (…).

(…) se siembran de cáñamo [cuatro años] y los otros cuatro de trigo y cebada, y el año que se siembra de cáñamo rinde cada [fanega] ocho arrobas y de cañamones tres fanegas.

El precio que alcanzaba la arroba de cáñamo y la fanega de cañamones, también aparece reflejado en la respuesta a la pregunta 14:

14ª.A la catorce dijeron que el valor de los frutos que un año con otro se cogen en este término, considerado por quinquenio, en cada fanega, la de cañamones a quince reales, cada arroba de cáñamo a diez y ocho (…).

En el caso de la villa de Perales de Tajuña, los peritos señalaron también cómo el cáñamo se utilizaba en el sistema de rotación de cultivos implantado en las tierras de riego:

11ª. A la pregunta once dijeron que las tierras de este término producen trigo y cebada, uva, aceituna y en los años en que no se siembran de grano las de riego, regularmente llevan cáñamo.

12ª (…) y que en los años que las tierras de riego no se siembran de granos y sí de cáñamo producirá cada fanega indistintamente siete arrobas de cáñamo y dos fanegas de cañamones (…).

En la pregunta 14 los vecinos de Perales declararon el precio de cada arroba de cáñamo a 18 reales y la de cañamones a veinte dos reales.

La documentación del Catastro de Ensenada del actual término municipal de Chinchón se recoge en dos conjuntos documentales distintos. El primero referente a la propia villa de Chinchón y el segundo al territorio que entonces ocupaban las tierras ligadas al conde de Puñonrrostro y localizadas en torno al castillo de Casasola. En el caso de Chinchón estas fueron sus respuestas

11ª. A la once que se coge trigo, cebada, cañamones, cáñamo (…).

12ª. A la doce que la tierra de sembradura en vega produce unos años con otro si de cañamones diez fanegas, si de cáñamo 45 haces (…).

14ª. A la catorce que regularmente se estima la fanega de cañamones a diez y siete reales, el haz de cáñamo sin grana a diez y ocho (...).

El término de Casasola generó, como decimos, su propia documentación en el Catastro de Ensenada:

11ª. A la undécima que se coge trigo, cebada, cáñamo y cañamones (…).

12ª. A la duodécima que la obrada de sembradura de regadío en vega produce unos años con otros (…) si de cañamones ocho fanegas y si de cáñamo cuarenta y cinco haces (…), en la obrada de segunda , si de cañamones siete [fanegas], si de cáñamo treinta y cinco haces, (…).

14ª.A la décimo cuarta (…) la de cañamones lo mismo [diez y ocho reales], la de cáñamo [arroba] veinte reales.

Finalmente, en Titulcia, donde también se declara el cultivo de cáñamo en su vega, en la respuesta a la pregunta 12 indican:

(…) que labrada de cáñamo, en vega de primera calidad produce un año con otro, si de cañamones ocho fanegas, si de cáñamo treinta y dos haces.

Finalmente, en la respuesta a la décimo cuarta pregunta sobre el precio del cáñamo y cañamones apuntan lo siguiente:

A la catorce que regularmente se estima la fanega de cañamones en veinte y cinco reales, el haz de cáñamo con grana en veinte (…).

Al margen de estas referencias al cáñamo de las Respuestas Generales, en la documentación del Catastro de Ensenada también aparecen otras anotaciones relativas a este cultivo, como los arrieros que se dedicaban al transporte del cáñamo desde Carabaña a Madrid o la presencia de vecinos con el oficio de artesanos del cáñamo en Perales.

Unos años después de que se elaborara el catastro, en el interrogatorio que ordenó elaborar para las villas y ciudades de su archidiócesis el cardenal Lorenzana, arzobispo de Toledo, también se incluye información sobre el cáñamo en los distintos pueblos de la vega baja del Tajuña. En el caso de Morata, en la respuesta a la octava pregunta del cuestionario, el cura de la parroquia morateña informa:

(…) Los frutos más singulares que produce este pueblo son trigo, cebada, aceite y vino, y en la vega varios esquilmos de ajos, melones, cebollas, cáñamo y otras verduras que se benefician con los caces que salen del río Tajuña (…).

Mucho más extenso en su contestación sobre el cáñamo es el párroco de Perales. Tras cuantificar en 5.000 arrobas la cosecha anual de cáñamo en la villa afirma en la contestación a la pregunta 9:

(…) las manufacturas que hay son de hilazas de cáñamo en lo que se emplean las mujeres para texer lienzos que son los que comúnmente gastan los vecinos, y la de texer costales, de los cuales además de los que se necesitan para el pueblo se venderán anualmente otros mil doscientos a precio, cada uno, de nueve a diez reales de vellón; y todos ellos, o los más, se texen por las mujeres del pueblo, en el que no hay máquinas ni inventos nuevos (…).


* La próxima semana, cuando analicemos cómo se regulaba en las ordenanzas de Morata el uso de estas pozas, también trataremos en qué consistía el proceso de empozar el cáñamo.

**Al analizar la productividad por fanega en cada municipio hay que tener en cuenta que no en todos ellos utilizaban las mismas medidas de superficie y, aunque la más habitual era la fanega de 200 estadales, también se utilizaba la fanega de 400 estadales.



Fuentes y documentación:

  • Ordenanzas para el buen régimen y gobierno de la muy noble y muy leal e imperial ciudad de Toledo. Imprenta de José de Cea. Toledo 1858.

  • Modelos de diversidad: crecimiento económico y crisis en los reinos hispanos en la Baja Edad Media. Rodríguez, Ana. Vínculos de Historia, nº 2. Instituto de Historia, Centro de Ciencias Humanas y Sociales. CSIC, Madrid. 2013.

  • Archivo General de Simancas, RGS, legajo, 149905,149.

  • Archivo General de Simancas, RGS, legajo, 149904,30.

  • Descripción y cosmografía de España. Colón, Hernando de. Boletín de la Real Sociedad Geográfica. Tomo L. imprenta de Eduardo Arias. Madrid, 1908.

  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999 (transcripción de las respuestas de las Relaciones Topográficas de Felipe II).

  • Relaciones Topográficas de los Pueblos de España. Ortega y Rubio, Juan. Sociedad Española de Artes Gráficas. Madrid, 1919.

  • Alcabalas y diezmos de Morata. Archivo General de Simancas. Expedientes de Hacienda, legajo 131.

  • Diccionario Enciclopédico de agricultura, ganadería e industrias rurales. Tomo III. Madrid, Viuda e hijos de J. Cuesta editores. Madrid, 1886.

  • Tratado de las abejas, su multiplicación y productos en España. Hidalgo Tablada, José de. Librería Cuesta. Madrid, 1875.

  • Archivo General de Simancas. Catastro de Ensenada. Respuestas Generales. Toledo. Volumen 408. Información hecha sobre el contenido de los artículos del interrogatorio impreso. Pieza 2. Catastro de Ensenada. (Para las Respuestas Generales de Morata).

  • Archivo General de Simancas, Dirección General de Rentas, 1ª remesa. Catastro de Ensenada. Respuestas Generales. (para las respuestas del resto de municipios).

  • Ejecución de transcripciones literales de los manuscritos de las respuestas al cuestionario enviado por el cardenal Lorenzana (…). Martín Galán, M. M. y Sánchez Belén, J. A. Diputación Provincial de Madrid. Madrid, 1983.( Copia mecanografiada).




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