La elección de diputados a Cortes en el distrito de Chinchón 1846-1923 (IX)
En las elecciones de 1876 se inicia el denominado turnismo con la victoria de Felipe Juez Sarmiento
En 1879 se enfrentaron Juez Sarmiento y Rojo Arias, naturales de Chinchón y Morata, por el acta del distrito
El 29 de diciembre de 1874 el levantamiento del general Martínez Campos puso punto final al denominado sexenio democrático. En esa fecha acababa también la primera experiencia republicana en España y comienza la denominada Restauración. Pasados seis años de la caída de Isabel II, la dinastía borbónica volvía a reinar. Al mismo tiempo que Alfonso XII recuperaba el trono, se iniciaba el denominado turnismo, un sistema que permitió que los partidos de Sagasta y Cánovas del Castillo, liberal y conservador, se alternaran en el poder hasta la dictadura de Primo de Rivera. Ideado como la mejor alternativa para dar estabilidad a los sucesivos gobiernos, el turnismo no sólo no pudo acabar con las irregularidades electorales sino que, en muchos casos, las alentó.
La nueva situación política también respetó el sistema de distritos electorales que asignaba a los municipios del partido judicial de Chinchón un diputado que les representaba en el Congreso de los Diputados. Hasta la llegada del turnismo y durante el sexenio democrático, el distrito optó por elegir diputados situados a la izquierda del Partido Liberal o incluso en las últimas elecciones antes del regreso de la dinastía borbónica por un representante del Partido Republicano Federal. Esta tendencia favorable a partidos situados a la izquierda -cierto que en algunos casos favorecidos por el retraimiento del resto de partidos- se modificó radicalmente y el distrito de Chinchón, a partir de entonces, se decantó siempre por alguno de los candidatos liberales o conservadores.
Hasta llegar a esas primeras elecciones que acabarían con el pasado republicano España vivió unos meses de incertidumbre. La experiencia republicana había concluido pero la nueva situación política no tenía su reflejo en el Congreso de los Diputados. En esos meses, por ejemplo, se produjeron situaciones como la que vivió el alcalde de Valdilecha, localidad próxima al partido judicial de Chinchón. El alcalde fue detenido por orden del gobernador civil de Madrid y luego se encontraba desaparecido sin que las autoridades dieran cuenta a su familia de su paradero. El político radical de origen morateño Ignacio Rojo Arias, se interesó por la situación del alcalde a petición de su familia. En su condición de abogado se presentó en el Gobierno Civil donde no le dejaron visitar al detenido, según se contaba en un artículo publicado en El Liberal titulado Un secuestro electoral:
(…) Estos hechos han motivado una solicitud del señor Rojo Arias al gobernador de esta provincia en demanda del paradero del señor Almarán y de la autoridad a cuya disposición se encuentra para tranquilizar a su alarmada familia y disipar las dudas que puedan existir acerca de su seguridad personal.
Ha sido necesario que el señor Rojo Arias nos asegurase la exactitud de estos hechos para que los diésemos crédito, porque en realidad constituyen, no un abuso electoral sino un secuestro.
Nosotros esperamos qua alguien nos diga la causa de estas violencias cometidas con el señor Almarán, porque aunque hayamos visto muchas veces hasta que punto aprieta la máquina electoral, no podemos comprender que por derrotar a un candidato de oposición se extreman de tal suerte los medios oficiales. (El Liberal, 12 de octubre de 1875).
En medio de este ambiente fueron convocadas las elecciones a Cortes. Eran las primeras elecciones convocadas tras la caída de la I República y, contra todo pronóstico, se mantuvo el sufragio universal masculino para los mayores de 25 años. Las elecciones se programaron para celebrarse entre el 20 y el 24 de enero de 1876. Organizadas por el ministro Romero Robledo, no hubo margen para la sorpresa. Los conservadores de Cánovas del Castillo obtuvieron un triunfo aplastante, 333 diputados, frente al Partido Liberal con 27 escaños. Otos partidos minoritarios -moderados, radicales, independientes y otros- se repartieron los 31 escaños restantes.
El resultado electoral en el distrito de Chinchón no dejó de responder a la tendencia del resto del país: una alta abstención y un triunfo aplastante de Felipe Juez Sarmiento, candidato del Partido Conservador de Antonio Cánovas del Castillo. Felipe Juez consiguió 5.042 votos, prácticamente el 90 por ciento de los 5.689 electores que se acercaron a las urnas.
El nuevo representante por el distrito de Chinchón era ya a estas alturas de su trayectoria un político veterano -también fue diputado provincial por el distrito de Chinchón- cuando consiguió su escaño en las elecciones de 1876. Anteriormente, en 1865, ya había alcanzado la condición de diputado a Cortes por el distrito de Alcalá de Henares y, posteriormente, como veremos, volvió a conseguir su escaño por el distrito de Chinchón en repetidas ocasiones.
Felipe Juez Sarmiento, marqués de Cusano, era natural de Chinchón y abogado de profesión. Desde el 6 de febrero de 1858, cuando se incorporó al Colegio de Abogados de Madrid, ejerció como letrado tanto en juicios particulares como en representación de su localidad natal, a la que defendió en un contencioso contra la Hacienda Pública para evitar la desamortización de montes comunales de Chinchón. En el momento de su elección en enero de 1876 ejercía como fiscal general de la Deuda Pública.
Cánovas del Castillo y Sagasta, políticos protagonistas del turnismo (Fuente: Revista El Loro).
Vuelve el voto censitario y enfrentamiento electoral entre Juez Sarmiento y Rojo Arias
La celebración de las elecciones de 1876 con el sufragio universal propio del sexenio democrático no dejó de ser una concesión de los conservadores a los liberales de Sagasta. Sin embargo, Cánovas del Castillo no ocultaba su predilección por la recuperación del voto censitario. Con su cómoda mayoría parlamentaria, consiguió una reforma de la ley electoral el 28 de diciembre de 1878 que suponía la abolición del sufragio universal masculino y la vuelta del voto basado en la capacidad económica de los electores*. Previamente, las Cortes habían aprobado la nueva Constitución de 1876, promulgada en junio de ese año, un texto corto de 89 artículos que fue elaborado por una comisión de notables y que prácticamente se aprobó sin debate en el Congreso de los Diputados gracias a la mayoría conservadora de Cánovas.
Con la nueva Constitución, que reconocía el principio de soberanía compartida entre el rey y las Cortes, fueron convocadas nuevas elecciones al Congreso de los Diputados. Las sospechas de manipulación, tan habituales, volvían a hacerse patentes según recogía la prensa de la época. Meses antes de la nueva convocatoria electoral, La Época reproducía una noticia de otro diario, El Imparcial, sobre los movimientos previos a las votaciones:
(...) Un elector del distrito de Chinchón ha dicho en el El Imparcial que es cierto, ciertísimo cuanto ha referido a propósito de la reunión electoral celebrada en la cabeza del distrito, en la cual se redactaron las condiciones impuestas al futuro candidato; pero añade que, si bien es verdad que el diputado saliente se negó a aceptarlas por juzgar inconveniente tal procedimiento, después la variado de opinión, y escribe á los pueblos solicitando sus votos después de manifestar que acepta el mandato de la reunión de Chinchón. (La Época, 4 de septiembre de 1878).
Días antes de las elecciones, las denuncias de compra de votos también aparecían en la prensa de la oposición al gobierno conservador:
(…) A los distritos de Navalcarnero y Chinchón, oíd:
(…) Si algún sujeto de Colmenar de Oreja, correspondiente al segundo [distrito], os pide que votéis un candidato dispuesto a contribuir a que ciertos miles de duros que son del Tesoro Público continúen en manos de él, del de Colmenar, negadle vuestros votos. Y acordaos de la jura en Santa Gadea. ¿Estamos?» Sí, sentados, como se debe esperar en estos tiempos. (La Iberia, 30 de marzo de 1879).
En este ambiente enrarecido se produjo una circunstancia inédita hasta entonces en la historia del distrito electoral de Chinchón: el enfrentamiento por el escaño de dos políticos naturales de la comarca. Felipe Juez Sarmiento, natural de Chinchón y diputado electo por el Partido Conservador en las anteriores elecciones se iba a enfrentar a Ignacio Rojo Arias, natural de Morata, que intentaba de nuevo obtener el acta electoral por su distrito de nacimiento, en esta ocasión en representación del Partido Progresista Democrático de Cristino Martos, que en la terminología política de la época se autodefinían como demócratas posibilistas.
Previamente a la confirmación de su candidatura, Rojo Arias había trabajado intensamente para evitar que su partido pusiera en práctica el retraimiento electoral del que eran partidarios algunos miembros de la formación. En esta ocasión, el abogado y político morateño, partidario en otras ocasiones de abstenerse de acudir a la lucha electoral, defendió acudir a las urnas. En una carta abierta publicada en El Globo el 20 de marzo de 1879, anunciaba su ideario y su compromiso con una democracia avanzada a la que defendería en el Congreso si resultaba elegido:
Fijado ya el día en que han de verificarse las nuevas elecciones a diputados Cortes, me dirijo a usted participándole que aspiro a la honra de ser elegido por este distrito que, como usted sabe, es el mío natural.
Si la confusión que por desgracia reina en el seno de los partidos políticos de nuestro país podría disculpar una nueva profesión de fe, creo que mi consecuencia probada, a la que he sacrificado cuando la ocasión lo ha exigido hasta mis afectos más íntimos, me excusa de molestar a usted repitiéndole antecedentes que ya conoce.
Soy demócrata, contribuí como diputado constituyente a la formación de la Constitución de 1869, y esa Constitución y las leyes orgánicas que la desenvuelven son mi bandera política; aspiro pues al triunfo y a la aplicación de aquel código; sin exageraciones siempre perniciosas para el orden en que la verdadera libertad descansa, y sin hipócritas restricciones que son siempre también rudos golpes que, tomado el orden por pretexto, a la libertad se asestan.
Vine a la política activa formando el antiguo partido progresista y le fui constantemente fiel.
En 1868 este partido se fundió con la democracia, cuyo principio fundamental acepté y he sido desde entonces demócrata firme y sincero, formando constantemente en las filas del partido radical.
Graves y no esperados sucesos aconsejaron a mi partido en febrero de 1873 el tomar otra actitud, y a mi partido seguí y en aquella actitud persevero como persevero en mis ideas, que por mi libre lección abracé, y que jamás ostente ni defendí por miras de personal conveniencia.
Si a usted satisface este sencillo programa, bastante para que pueda formarse juicio cabal de lo que haré en las Cortes si a ellas me lleva el voto de los electores de este distrito, quedará complacido del todo su siempre afectísimo y seguro servidor. Ignacio Rojo Arias.
Pese a estas intenciones previas y a su demostrada trayectoria favorable a una democracia basada en el sufragio universal y la soberanía popular Ignacio Rojo no consiguió su objetivo. Las nuevas reglas electorales, con la recuperación del voto censitario, no favorecían al político morateño (en Morata, su pueblo natal, sólo 142 vecinos tenían derecho a voto) y su rival contaba con el apoyo de las instituciones públicas en su condición de candidato del gobierno.
Celebradas las elecciones, Felipe Juez Sarmiento, candidato ministerial, no tuvo ningún problema para renovar su acta de diputado. De los 1.906 votantes, 1.336 dieron su voto al candidato del Partido Conservador. Frente a la candidatura oficial, Ignacio Rojo Arias, el político morateño que volvía a intentar representar a su distrito de nacimiento, no pasó de los 406 votos para su Partido Demócrata Progresista. El resultado del distrito de Chinchón no dejaba de ser un reflejo exacto de las votaciones en el resto de España donde el partido de Cánovas del Castillo lograba una cómoda mayoría de 293 escaños frente a los 43 del Partido Constitucional de Práxedes Mateo Sagasta, mientras que los 43 escaños restantes se repartieron entre los independientes y el Partido Progresista Democrático, los conocidos como demócratas posibilistas.
Tras la derrota de Rojo Arias y en fechas posteriores se rumoreó la posibilidad de que fuera nombrado senador por la provincia de Madrid. En El Globo se desmintió esta posibilidad:
No es verdad que el señor Rojo Arias luche para ser senador por esta provincia, si bien es cierto que con esta decisión contraria a los deseos de los muchos amigos políticos, no solo de su distrito de Chinchón, sino de otros más que a esta provincia corresponden, en que es personalmente conocido y que a ello le instigaban y le instigan.
Con el tiempo, Rojo Arias si que conseguiría un escaño vitalicio por el Senado. Hasta entonces, sin abandonar la vida política, se dedicó a su profesión de abogado, donde siempre destacó como brillante criminalista. Prueba de esta buena práctica de la abogacía era recogida por el Diario Oficial de Avisos que recordaba que, en el periodo de un año, Rojo Arias había conseguido la absolución para tres condenados en primera instancia a la pena de muerte.
*El Boletín Oficial de la Provincia de Madrid publicaba el 14 de enero de 1879 la lista de vecinos varones del municipio de Morata de Tajuña que, de acuerdo con las modificaciones de la ley electoral tenían derecho a participar en las elecciones al Congreso de los Diputados previstas para ese año de 1879.
En la misma publicación se indicaban los municipios que formaban parte del distrito de Chinchón: Arganda, Carabaña, Tielmes, Colmenar de Oreja, Chinchón, Ambite, Orusco , Perales de Tajuña, Valdelaguna, Valdaracete, Estremera, Villarejo de Salvanés, Valdilecha, Villamanrrique de Tajo, Villaconejos y Morata.
La relación de vecinos de Morata con derecho a voto publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Madrid era la siguiente:
Antonio García Gutiérrez
Alejandro Serrano de las Heras
Alejandro Salcedo y Salcedo
Apolinar Jiménez Casado
Ángel Sánchez Bravo
Ambrosio Casado Robles
Apolonio Galeote Bustos
Ángel González y González
Ángel Jiménez Casado
Antonio Humanes Sánchez
Antonio Medel Sánchez
Alejandro Barriopedro Poveda
Alfonso de la Torre Gómez
Benito Sánchez Bravo
Benigno Díaz Sánchez
Blas Fominaya Conde
Basilio González Sánchez
Benito Clemente Lázaro
Cipriano de la Cueva de la Torre
Casto Serrano Corpa
Ciriaco Fominaya Salcedo
Claudio Vázquez Ragel
Cipriano Roldán Navarro
Domingo Rodelgo Fernández
Domingo Jiménez Casado
Domingo Baró Pavía
Dionisio Díaz Sánchez
Domingo López Santillana
Estanislao Casado Robles
Eustaquio Pinto y Pinto
Eusebio Serrano Corpa
Francisco Salcedo Ruiz
Francisco Sánchez
Soria Fernández
Felipe de la Torre Moreno
Facundo Salcedo Toscán
Francisco Estévez Rodríguez
Francisco Díaz Mesonero
Francisco Tejero Fominaya
Félix Pérez Ramírez
Francisco Serrano Casado
Fernando González y González
Faustino Durán Fomínchar
Francisco Salcedo Sánchez
Félix Huerta Martínez
Felipe Bustos Villalva
Felipe Sánchez Martínez
Germán de Cuevas García
Galo Salcedo y Muñoz
Guillermo Fominaya Salcedo
Gregorio Martínez Nieto
Gregorio Sánchez de las Peñas
Gregorio Corpa Parra
Gregorio Fominaya García Nieto
Ignacio Fuentes Navarro
Ignacio Fernández Cebrián
Isidro Jiménez Contreras
Gerónimo González y González
Julián Sánchez Fominaya
José de Hidalgo Tablada
José Corpa Díaz
Juan Rodelgo Martínez
José Medel Sánchez
José Sánchez Martínez
José Villalva Bermejo
Juan Serrano Corpa
José Yangües Bermejo
Juan Jiménez Cañas
José López Sacristán
José López Muñoz
Juan Corpa Rodelgo
Juan García Nieto Fominaya
Julián Ortiz Jiménez
Juan Vallecillos Sánchez
José Ortiz Jiménez
Julián López Sánchez (mayor)
Julián Martínez Díaz
Juan Vera Román
José Vara del Pozo
Joaquín Mora Segovia
Leandro Sánchez Medel
Lucas González Castro
Leandro Oliva Villalva
Lucas Serrano Gómez
Manuel Sánchez Leira Herrera
Manuel Sánchez Bravo Fominaya
Miguel de las Heras Martínez
Modesto Sánchez Oliva
Mateo Sánchez Bravo Fominaya
Manuel Corpa Rodelgo
Melchor Sánchez Bravo Fominaya
Martin Serrano Casado
Manuel Muñoz Sánchez
Manuel Cantarero Mesonero
Manuel Díaz y Díaz
Mateo Fominaya García Nieto
Manuel de Torres Bermejo
Melitón Villalva Cantarero
Modesto Anguita Pérez
Narciso Sánchez Soria Fernández
Pablo Fominaya Bucero
Paulino Sánchez Lara
Prudencio Sánchez Bravo Oliva
Pedro Humanes Sánchez
Pablo Salcedo Díaz
Pedro Corpa Parra
Pablo Gil Roma
Pablo Fominaya García Nieto
Pedro González y González
Regino Sánchez Bravo Oliva
Ramón Ordoñez Ortiz
Rufino García Nieto
Román Martínez Carrasco
Ramón Maxipica Mesonero
Romualdo Galeote Bustos
Ramón Oliva Villalva
Romualdo Hernández Rodelgo.
Saturnino Serrano de las Heras
Saturnino de las Heras Martínez
Simón Rodelgo de la Torre
Santos de Santos Palacios
Severiano Sánchez Pineda
Sínforiano Sánchez Madorra
Santiago Villa Mendoza
Saturnino de la Torre Díaz
Tomás Corpa Díaz
Tomás Casado Robles
Tomás Sánchez y Sánchez
Tomás Villalva Moreno
Tiburcio Ramírez Salado
Tomás Díaz y Rubio
Víctor Oliva Sánchez
Valentín González Sánchez
Víctor Salcedo García
Ventura Medel García
Valentín Serrano de las Heras
Victorio Pinto Niñolero
Ventura Fominaya García Nieto
Manuel García Gutiérrez
José Gadea Olmos
Manuel Ruiz Sánchez
Marcelo Martín de Vidales
Fuentes y bibliografía:
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Madrid en la sociedad del siglo XIX. Vo.l 1. Consejería de Educación. Edición a cargo de Luis E. Otero Carvajal y Ángel Bahamonde. Secretaria General Técnica. Servicio de Publicaciones. Madrid, 1986.
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Oratoria y periodismo en la España del siglo XIX. Seoane, María Cruz. Fundación Juan March-Editorial Castalia. Madrid, 1977
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El sistema electoral de la Constitución de 1845. Ull Pont, Eugenio. Revista de Derecho Político, nº 39. 1994., pp. 107-157. Departamento de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
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O´Donnell. Perez Galdós Benito. Biblioteca digital abierta.Textos .info. 2018.
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La revolución de julio. Pérez Galdós, Benito. Biblioteca Virtual Universal. 2003.
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Memorias de hombre de acción: El sabor de la venganza. Baroja, Pío. Rafael Caro Baggio. Madrid, 1921.
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Publicaciones y periódicos citados en el texto.
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