jueves, 17 de agosto de 2023

La elección de diputados a Cortes en el distrito de Chinchón 1846-1923 (XIV)

Juan de Dios Raboso logró su cuarta victoria en las elecciones de 1920 con el apoyo del conde de Romanones

El candidato socialista, Cecilio Cid, denunció compra de votos

Desde el mismo momento que se celebraron las elecciones del 1 de junio de 1919, con victoria holgada del partido del conservador Antonio Maura, parecía claro que la legislatura no tendría mucho recorrido. No habían transcurrido ni 18 meses cuando se convocaron nuevas elecciones al Congreso de los Diputados para el 19 de diciembre de 1920. En medio de esta complicada situación política, el político liberal por el distrito de Chinchón, se disponía a afrontar una nueva campaña electoral en los pueblos de la comarca para renovar, por cuarta ocasión, su acta electoral.


El 2 de octubre de 1920 Eduardo Dato firmó el decreto de disolución de las Cortes y se convocaron nuevas elecciones al Congreso de los Diputados a celebrar el 19 de diciembre. Esta convocatoria llega con un gobierno acosado por una grave crisis social y laboral, sobre todo en territorios como Cataluña y Madrid. A los graves disturbios de Barcelona y a la huelga de la construcción en Madrid se suma la situación en el protectorado de Marruecos, con la impopular guerra del Rif.

Cuando se convocan las elecciones al Congreso la situación política en el distrito de Chinchón no se ha modificado mucho respecto a los procesos electorales previos. O al menos eso parece. Juan de Dios Raboso Castellanos está dispuesto a presentarse para renovar su escaño y su antiguo rival del Partido Conservador, Cecilio Hereza, el mismo político que en las elecciones de 1919 estuvo a solo a 161 votos de conseguir derrotar al candidato liberal, también anuncia su candidatura. Como novedad respecto a otras elecciones, un nuevo actor político aparece en el panorama político del distrito, Cecilio Cid Ibáñez, abogado afincado en Villarejo de Salvanés que se presenta por el Partido Socialista Obrero Español.

En resumen, un nuevo enfrentamiento Raboso Castellanos-Hereza -o liberales frente a conservadores- con el añadido del candidato socialista. Sin embargo, hay una novedad sorprendente: Juan de Dios Raboso, que ya desde su primera aparición en el distrito en 1910 había contado con la protección de Niceto Alcalá Zamora pasó a ponerse bajo el amparo del conde de Romanones. Raboso no tenia ningún problema en cambiar de padrino, si con ello conservaba el acta de diputado, sin importar que para ello hubiera de aceptar el liderazgo del viejo zorro liberal, eterno muñidor de influencias en tantas batallas políticas. Que Aquilino Asensio, el viejo rival de Raboso Castellanos por el Partido Liberal en el distrito y acreditado seguidor de Romanones avanzara su intención de presentarse a las elecciones no pasó de un último intento, inútil, del político de Aranjuez por conseguir el acta de diputado. 


El conde de Romanones fabricando y moldeando diputados (Fuente: revista Gedeón)

Raboso Castellanos se pasa a las filas del conde de Romanones

En las semanas previas a las elecciones, los tres candidatos a conseguir el acta por Chinchón procedieron a su habitual recorrido por los pueblos de la comarca. En este periodo preelectoral sorprendió el anuncio de Raboso de recorrer el distrito en compañía de su antiguo rival del Partido Liberal, Gerardo Doval, reconocido romanonista para apoyar su candidatura:

En este distrito reina un gran disgusto y se temen fatales resultados, porque el candidato D. Juan de Dios Raboso, ha lanzado la especie de que en un próximo viaje de propaganda electoral, le acompañarán el marqués de Villabrágima y el señor Doval, como demostración del apoyo que le dispensa el conde de Romanones.

El disgusto a que nos referimos, nace de que entre los electores del distrito de Chinchón, no creen dicho apoyo por la forma en que se desarrolló la lucha contra Raboso en otras elecciones y los insultos que D. Juan de Dios dirigió al conde de Romanones en diversos mítines.

Los electores romanonistas no se ocultan en manifestar que si el conde y otros políticos de su partido se han olvidado de dichas ofensas, ellos no las olvidan, por lo que si ese viaje se

realizase, lo cual no creen, será un fracaso porque particularmente todos estarán al lado del partido romanonista para todo menos para dar el voto a Raboso.

(…) Además, encuentran contraproducente ese viaje porque tampoco olvidan que cuando las anteriores luchas, el Sr. Doval, en uno de sus elocuentes discursos dijo que si elegían a Raboso, ni el distrito podía llegar a menos ni Raboso a más, frases que lanzó en el teatro de Chinchón y ahora no puede decir lo contrario (…). (El Madrileño, 9 de noviembre de 1920).

La candidatura de Raboso bajo el paraguas del conde de Romanones, no podía sino empujar a sus rivales a apoyar la candidatura de Cecilio Hereza. Así al menos se ponía de manifiesto en El Madrileño. El semanario pronosticaba el triunfo del candidato conservador nada menos que con el apoyo de los liberales contrarios a Raboso Castellanos:

El candidato ministerial D. Cecilio Hereza, dicen los que conocen el distrito de Chinchón, que está vez será diputado, pues cuenta con electores que en veces anteriores no pudieron

apoyarle y en cambio lo hacen ahora, unos desinteresadamente y otros, que son los más, movidos por la influencia oficial.

La llamada de alcaldes y otras autoridades locales al Gobierno civil, así como el ofrecimiento de resolver diversos asuntos favorablemente a las pretensiones de los peticionarios, hace que el Sr. Hereza cuente con una ayuda mayor que la tenida hasta aquí. (El Madrileño, 9 de noviembre de 1920).

La idea de que el candidato conservador contaría con el apoyo ministerial, junto a la reiterada oposición de los liberales romanonistas a Raboso Castellanos, se acentuó a medida que se acercaba el día de las elecciones. Las promesas electorales de obras en los municipios del distrito volvían a a aparecer en plena campaña electoral como un recurso del candidato del gobierno:

En esta semana ha aumentado la actividad de los candidatos por este distrito, viéndose por momentos ganar terreno la candidatura del ministerial Sr. Hereza.

El pueblo de Carabaña ha ofrecido el censo íntegro a Hereza, `la totalidad de los votos] a cambio de la construcción de un grupo escolar que hará el Ministerio de Instrucción Pública, por ser el Ministro el protector político de este candidato.

En Morata, pueblo de gran importancia que siempre favoreció a Raboso, este año un núcleo importantísimo, que tal vez sea la mayoría, apoyará a Hereza, cansados de la actuación de D. Juan de Dios.

Arganda del Rey va a ser favorecido ampliamente por el Director de Obras Públicas, según hemos oido.

(…) La derrota de Raboso la proclaman ya sus mismos partidarios, lamentándolo, como es natural. (El Madrileño, 30 de noviembre de 1920).

En la contienda electoral entre Juan de Dios Raboso y Cecilio Hereza se necesitaban aliados y, en el caso del candidato conservador, los diputados provinciales, buenos conocedores del distrito por su proximidad a los pueblos de la comarca, resultaban esenciales a la hora de acercarse a los futuros electores en los días previos a las votaciones:

El candidato Sr. Hereza, acompañado de los Diputados provinciales D. Aquilino Asensio y D. Fernando Torrecilla, comenzaron el recorrido electoral por el distrito de Chinchón para recomendarlo a los amigos de los citados Diputados romanonistas.

(…) Uno de los primeros pueblos visitados fue el de Perales de Tajuña, en el cual podemos asegurar que la unión de los amigos personales de los Sres. Asensio, Soria y Torrecilla con los elementos políticos del Sr. Hereza, asegura para éste una lucidísima elección que superará de seguro las que ha tenido en votaciones anteriores.

Recibidos y despedidos con gran entusiasmo en este pueblo fueron al de Tielmes, en el cual, después de visitar a los elementos que representan la política liberal desde hace muchos años, resultaron gratamente impresionados por la seguridad absoluta de que la mayoría obtenida en veces anteriores ha de verse elevada esta vez por la unión de votos afectos personalmente a los Diputados provinciales que apadrinan la campaña del Sr. Hereza.

En Valdilecha fueron recibidos por las autoridades y gran número de vecinos, y en el Ayuntamiento dirigieron la palabra a los electores los Sres. Hereza y Torrecilla. El primero, para reiterar sus ofrecimientos de trabajar en pro del distrito, y el segundo, para hacer una explicación de las razones que han movido a los elementos romanonistas a apoyar, al candidato ministerial, dando como síntesis de sus explicaciones la nota de que la dignidad política impedía apoyar a un candidato que constantemente ha combatido a los liberales del distrito sin reparar en la mayor o menor nobleza de sus armas.

(…) En Villarejo de Salvanés, llevaron la acogida que era de esperar por todos los que conocen las grandes simpatías de que allí gozan tanto el Sr. Asensio como los Sres. Soria y Torrecilla, y no cabe duda de ningún género de que en este pueblo, donde el Sr. Hereza la vez anterior apenas tuvo votación, obtendrá la mayoría absoluta sobre su contrincante, aun en el caso de que los elementos socialistas no voten su candidatura por tener que dar su sufragio al socialista D. Paulino Cid.

Para Carabaña ha conseguido el Sr. Hereza la concesión de un grupo escolar. Hace pocos días publicó la Gaceta el Real decreto, de todos conocido, regulando la construcción de edificios escolares y será seguramente el primero en comenzarse el del pueblo de Carabaña.

Esto no hará extrañar que a pesar de no haber tenido apenas elección la vez pasada el Sr. Hereza en dicho pueblo, está vez está animado el vecindario en pagarle, votándole absolutamente todos los electores, el beneficio que ha obtenido para la cultura del pueblo sin que sea bastante a menguar su triunfo las maniobras que comienzan a notarse de parte del elemento rabosista, que quieren hacer desconfiar de esta mejora que a todas luces es un hecho.

En Fuentidueña de Tajo la lucha hubiera sido enconada de no mediar la intervención de los Sres. Asensio, Soria y Torrecilla; pero teniendo en aquella localidad estos señores buenos y numerosos amigos será seguramente obtenida una lucida votación sin necesidad de ningún género de lucha, que sería lamentable para el pueblo.

Villamanrique de Tajo es un pueblo muy agradecido, y los Sres. Soria y Torrecilla por su esfuerzo para terminar, como está en vía de ser terminada, la carretera desde Colmenar de Oreja; no es, por consiguiente, extraño que al llegar el señor Hereza acompañado de dichos elementos fuera recibido con gran agrado por los de la localidad con muestras de simpatías, que son un augurio feliz para el resultado de la votación.

Al final de la excursión estuvieron los expedicionarios pasaron gran rato en el Casino de Arganda, acudiendo a saludarles infinidad de amigos, tanto del Sr. Hereza como de los diputados liberales que le apoyan. En este pueblo no cabe dudar sobre el éxito (…). (El Madrileño, 7 de diciembre de 1920).

Con total normalidad, se informaba sobre tráfico de influencias y se enumeraban las promesas electorales de Hereza a los pueblos del distrito, lo que unido al apoyo de los liberales disidentes, garantizaban en opinión de El Madrileño la victoria de Hereza.En medio de esta lucha entre liberales y conservadores, el candidato del Partido Socialista, Cecilio Cid, se presentaba como tercero en discordia pero con pocas posibilidades de disputar el escaño a Raboso y Hereza. Sus apoyos procedían de los incipientes centros obreros que se habían ido creando en la comarca que en anteriores elecciones, ante la ausencia de candidatos socialistas, se habían inclinado por Raboso. Así se pronosticaba que sucedería en Morata y otros municipios, donde el voto obrero, se vaticinaba, sería para Hereza o para Cecilio Cid, pero nunca para Raboso Castellanos. Así al menos se planteaba a menos de una semana de las elecciones:

(…) En Morata se celebró un mitin, que resultó una catapulta contra Raboso, que ha perdido la casa solariega, pues los elementos se disgregaron y se acordó que antes de votar a Raboso se concederían los sufragios al socialista Sr. Cid, quien parece ser tendrá bastante votación, compartida con el Sr. Hereza.

Los socialistas, que se han hecho cargo de los recursos que les vienen a la mano, no descansan, proyectando nuevas reuniones; con ello, claro está, no podrán más que convencer a los pocos rabosistas que queden y no se hayan marchado con el ministerial, que son bastantes. (El Madrileño, 14 de diciembre de 1920).

En el mismo artículo se anunciaba el final de la era de Juan de Dios Raboso Castellanos en el distrito de Chinchón :

(…) Raboso ha perdido los papeles. Sus marrullerías electoreras no le valdrán en esta ocasión, pues enfrente tiene no solo a Hereza, sino a Asensio, Soria y Torrecilla, que saben cómo pueden impedir el triunfo de Raboso, no sólo en esta ocasión sino en las sucesivas.

En esta ocasión triunfará el BIEN sobre el MAL. (El Madrileño, 14 de diciembre de 1920).

Triunfo de Raboso Castellanos y denuncia de fraude electoral del candidato socialista

Tras la votación del 19 de diciembre y a la hora de confrontar estos pronósticos con la realidad del voto de los 11.125 electores censados -el más elevado de toda la historia del distrito electoral de Chinchón- el resultado fue bien distinto a las previsiones de El Madrileño. Juan de Dios Raboso incluso pudo presumir de que había aumentado su ventaja sobre el candidato conservador respecto a las últimas elecciones, cuando sólo les separaron 160 votos. Según el escrutinio oficial, ratificado por el Tribunal Supremo, Juan de Dios Raboso Castellanos consiguió el apoyo de 4.322 electores frente a los 3.344 votos de Cecilio Hereza. Pese a los malos augurios, Raboso, ahora desde las filas romanonistas, había conseguido una ventaja de casi 1.000 votos frente a Hereza. Su influencia en el distrito, parecía intacta e imbatible al conseguir, por cuarta vez, el acta de diputado. En tercer lugar, el candidato socialista Cecilio Cid logró 410 votos, muy alejados de la lucha entre liberales y conservadores.

Como marcaba la tradición, la elección de Juan de Dios Raboso no podía confirmarse sin pasar por el Tribunal Supremo tras la denuncia de uno de los candidatos derrotados. En este caso fue Cecilio Cid, candidato del PSOE, el que denunció en el proceso de ratificación del escrutinio las irregularidades atribuidas al candidato liberal. Así se explicaba en el diario La Tribuna:

El candidato derrotado socialista señor Cid protesta de la compra de votos en las secciones de Arganda.

El candidato triunfante, señor Raboso, niega rotundamente estos hechos.

En las secciones de Carabaña el candidato socialista hizo las mismas manifestaciones que niega el señor Raboso, manifestando su extrañeza de que se hagan estas afirmaciones, pues de sobra sabe el candidato señor Cid que él contaba con la oposición del Gobierno y que por tanto las autoridades se mantuvieron en una estricta imparcialidad y en todo caso lo harían a favor del candidato ministerial.

El candidato ministerial derrotado, señor Hereza, que no se presentó al escrutinio, fue defendido por el candidato socialista en medio de la estupefacción del público. (La Tribuna, 23 de diciembre de 1920).

Tras esta denuncia, el preceptivo informe del Tribunal Supremo sobre el acta del distrito de Chinchón no encontraba, como ya era tradicional, motivos de nulidad:

(…) Cecilio Paulino Cid en el acto del escrutinio formuló protestas por compra de votos en Arganda, Fuentidueña de Tajo, Valdaracete y Valdilecha; por coacciones en Carabaña y Valdelaguna, por irregularidades que no expresó en Morata de Tajuña, y por no haberse celebrado la elección en Perales de Tajuña haciéndose un convenio entre los señores Raboso y Hereza.

En justificación de los hechos alegados no se ha presentado elemento alguno de prueba ni ha comparecido el autor de las protestas a mantenerlas ante este tribunal. Tras no tomar en cuenta las denuncias el Tribunal Supremo aprobó el acta de Juan de Dios Raboso.

La redacción de El Madrileño, quizá el medio periodístico más beligerante contra Raboso Castellanos, no pudo sino reconocer que el distrito de chinchón había ratificado en las urnas su apoyo al político liberal:

Las urnas han sido favorables para el Sr. Raboso. Por qué artes sería curioso saberlo a ciencia cierta. Porque se temían coacciones y compra de votos, creyó oportuno enviar el Gobernador algunos delegados; pero estos se limitaron a ser testigos de los acontecimientos sin poder evitar en los términos correctos en que actuaron, los amaños y mercantilismos que en casi todos los pueblos se sucedían. Con decir que no hubo ninguna detención, está explicada la conducta seráfica de los delegados que parecían el reverso de aquellos con que otros gobiernos obsequiaban en no lejanos tiempos

Así y todo, no sacó el triunfante sobre el Sr. Hereza más que unos centenares de votos más.

Hasta nosotros llegan informes de que el día anterior a la elección, el candidato Raboso y un amigo, recorrieron los pueblos en automóvil bien provistos de gasolina para el coche y gasolina para los electores indecisos, consistiendo ésta última en unos once mil duros (tememos fuera algo más) adelantados por un poderoso político o una poderosa Compañía ferrocarrilera, inclinándose la mayor parte de las opiniones a esto último. (El Madrileño, 30 de diciembre de 1920).

La denuncia de compra de votos junto con la implicación de una compañía de ferrocarril -¿El ferrocarril del Tajuña?- era una vuelta de tuerca más en la continua y recurrente denuncia de fraude y caciquismo electoral en el distrito de Chinchón durante el periodo de restauración borbónica y el turnismo en el gobierno del país. Lo que aún no se sabía en esas primeras semanas de 1921 es que Raboso estaba a punto de concluir su periplo como diputado por la comarca.


Fuentes y bibliografía:

  • Madrid en la sociedad del siglo XIX. Vo.l 1. Consejería de Educación. Edición a cargo de Luis E. Otero Carvajal y Ángel Bahamonde. Secretaria General Técnica. Servicio de Publicaciones. Madrid, 1986.

  • Congreso de los Diputados. Diario de sesiones. Serie Histórica. www.congreso.es.

  • Oratoria y periodismo en la España del siglo XIX. Seoane, María Cruz. Fundación Juan March-Editorial Castalia. Madrid, 1977.

  • El sistema electoral de la Constitución de 1845. Ull Pont, Eugenio. Revista de Derecho Político, nº 39. 1994., pp. 107-157. Departamento de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

  • O´Donnell. Perez Galdós Benito. Biblioteca digital abierta.Textos. Info. 2018.

  • La revolución de julio. Pérez Galdós, Benito. Biblioteca Virtual Universal. 2003.

  • Memorias de un hombre de acción: El sabor de la venganza. Baroja, Pío. Rafael Caro Baggio. Madrid, 1921.

  • Memorias de un ministro de Alfonso XIII (1877-1930. Alcalá Zamora, Niceto.La Esfera de los Libros. Madrid, 2013.

  • Hombres, lugares y cosas de La Mancha. Apuntes para un estudio médico-topográfico de la comarca. Fascículo 1. Mazuecos, Rafael. Fundación Mazuecos. Alcazar de San Juan. Junio 1951.

  • Estadística de las Cortes y de los Ministerios. Estadística del personal y vicisitudes de las Cortes y de los Ministerios de España. Imprenta y fundición de la viuda e hijos de J. A. García. Madrid, 1880.

  • Publicaciones y periódicos citados en el texto.













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