La estación de Alocén, inaugurada en 1921, sería la última de la línea ferroviaria
En 1932 la compañía del Ferrocarril Madrid a Aragón entró en suspensión de pagos
La llegada del Ferrocarril Madrid a Aragón
a la estación de Alocén -se inauguró el 21 de diciembre de 1921- sería la
última de una línea que nunca consiguió su objetivo de enlazar con tierras
aragonesas. Pero en esos momentos nada indicaba que el antiguo ferrocarril del
Tajuña no llegaría hasta la localidad turolense de Caminreal para enlazar con
el Ferrocarril Central de Aragón.
De hecho, las obras de explanación para
continuar el trazado desde Alocén hasta la localidad alcarreña de Cifuentes siguieron
su curso en unos años que tal vez no fueron los más positivos para la compañía
propietaria.
En esos años, la compañía del Ferrocarril
de Madrid a Aragón incluso proyectaba ampliar el tramo que llegaba hasta
Colmenar de Oreja y enlazar con las localidades de Belmonte de Tajo y Villarejo
de Salvanés. Ambos ayuntamientos se habían comprometido en 1919 a subvencionar
con recursos propios, tal como había sucedido con todos los ayuntamientos por
los que pasaba la línea ferroviaria, parte de las obras. En concreto, Belmonte
de Tajo aprobó unas ayudas de 5.000 pesetas por kilómetro y Villarejo de
Salvanés acordó subvencionarlas con 12.000 pesetas por kilómetro, con la
condición de que las estaciones se construyeran a menos de un kilómetro del
casco urbano. (Gaceta de los Caminos de Hierro de 1 de septiembre de 1919).
La realización de estas nuevas obras,
especialmente el tramo entre Cifuentes y Caminreal (156 kilómetros, prácticamente la misma longitud que había
costado unos veinte años poner en servicio desde la inauguración de la estación
de Morata) requería una inversión importante que no se podía cubrir con los
recursos propios de la compañía promotora. Los más de 42 millones de pesetas
presupuestados para esta ampliación propiciaron la emisión de 20.000
obligaciones hipotecarias al 96 %.
Estos proyectos de inversión, ampliación y
mejora de la línea ferroviaria, en estos años de la década de los años 20 indicaban
que la intención de continuar hasta enlazar con Aragón estaba en los planes de
la compañía que, al mismo tiempo, continuaba realizando mejoras en las instalaciones
que ya estaban en servicio. Entre otros proyectos, la Compañía del Ferrocarril
de Madrid a Aragón proyecto obras de mejora y explanación en la estación de
salida de la línea en Madrid y también en el pequeño nudo ferroviario de la
estación de Tajuña. En esta estación, localizada entre Morata y Perales, se
subastaron unas obras de ampliación y explanación por un importe de 55.000
pesetas.
Según publicaba el Heraldo de Madrid, el 14 de mayo de 1926, estas obras se
habían aprobado en sesión plenaria de la Diputación:
Idem se autorice a la tercera
división técnica y administrativa de ferrocarriles para establecer un paso a
nivel del ferrocarril de Madrid a Aragón con la carretera provincial de la de
Chinchón por Morata de Tajuña a Perales por la construcción de un triángulo que
se utilizará para volver las locomotoras, siempre que al realizar las obras se
ajuste a las prescripciones fijadas por el ingeniero director de Vías y Obras
provinciales en su informe. (…).
Automotor en la estación del Niño Jesús cabecera de la línea del ferrocarril
En cuanto al enlace con Caminreal, según pasaban los años se antojaba
cada vez más como un proyecto con pocos visos de materializarse. En 1929 se
solicitó por parte de la compañía propietaria de la concesión modificar el
proyecto para que la línea pasara por Trillo en su intento de enlazar con el municipio
turolense pero la administración, ante la indefinición de la empresa, aprobó
finalmente la segregación, el 28 de agosto de 1931, con lo que deseado y
prometido enlace con el Central de Aragón quedó abandonado en los planes de la empresa.
Esta decisión, de alguna forma anticipó en
unos años la falta de viabilidad de una línea ferroviaria que, especialmente en
la provincia de Guadalajara, atravesaba un territorio escasamente poblado y con
poco movimiento económico. Todos los enlaces previstos para dar sentido
económico al antiguo ferrocarril del Tajuña habían fracasado. Fracasó el enlace
con Valencia, a partir del final de la línea en Colmenar de Oreja; fracasó el
pretendido enlace con el Central de Aragón, planteado desde el principio como
la salida natural hacia el mar; fracasó la ampliación desde Colmenar a
Villarejo de Salvanés y Belmonte,
y por último, quedó sobre el papel otro enlace del ferrocarril con la línea
¡Linares-La Carolina!, propiedad de la misma empresa del Ferrocarril de Madrid
a Aragón y que, por extraño que parezca, en algún momento se plantearon unir
sus dos concesiones.
El fracaso de todos estos proyectos
ferroviarios no podía ser ajeno a la difícil situación económica que atravesaba
el país en los finales de la década de los años 20 y el inicio de la siguiente.
Tan es así que en 1932 la compañía concesionaria entró en suspensión de pagos.
El 31 de mayo se materializó esta crisis económica provocada por las
inversiones que hizo la concesionaria para extender la línea desde Orusco a
Alocén y también por los trabajos realizados y no concluidos para llegar a
Cifuentes.
La situación económica obligó también a la empresa a convocar varias
juntas de accionistas para afrontar el problema:
Asociación civil de
obligacionistas de la Compañía del Ferrocarril de Madrid a Aragón
Se convoca a la junta general
de los tenedores de obligaciones con garantía hipotecaria de las líneas de
Madrid a Vaciamadrid y a Arganda y de Arganda a Colmenar de Oreja con ramal de
Morata a Orusco para el día 26 de junio del presente año (…).
Orden del día. Examen de la
comunicación del Consejo de Administración de la Compañía del Ferrocarril de
Madrid a Aragón sobre la situación económica de la misma y acuerdos sobre la
proposición que formula en consecuencia (…). (Gaceta de los Caminos de Hierro, 1 de junio de 1932).
Unos meses después, la Gaceta de
los Caminos de Hierro publicaba el 1 de diciembre de 1932 la convocatoria
de una nueva junta general de accionistas a la que estaban convocadas las dos
asociaciones de obligacionistas existentes:
Convocatoria a las dos
asociaciones civiles de obligacionistas de la Compañía del Ferrocarril de
Madrid a Aragón
Se convoca a los tenedores de
dichas obligaciones a las Juntas Generales que se celebrarán en la sede de la
Compañía en la Estación del Niño Jesús con el siguiente orden del día:
Examen de proposiciones
relativas a sus obligacionistas presentadas por la compañía en el convenio
sometido al Juzgado que entiende en el expediente de suspensión de pagos.
En estas juntas se decidió cambiar a los miembros del Consejo de
Administración, del que desaparecieron los representantes del Ferrocarril
Central de Aragón, y se nombró a Juan Rozpide como nuevo presidente de la
compañía que superó la suspensión de pagos en febrero de 1933. Algunos de los
acuerdos adoptados con los obligacionistas para salvar la situación económica
se materializaron en los meses siguientes. El 14 de febrero de 1934 la empresa
concesionaria publicó anuncios en la prensa en los que informaba del convenio
alcanzado:
Compañía del Ferrocarril de
Madrid a Aragón
En ejecución de lo establecido
en el convenio aprobado por los obligacionistas en las juntas de diciembre de
1932 y enero de 1933, y sancionado por el Juzgado 13 de Madrid, con fecha 14 de
febrero de 1933, el Consejo de administración de esta compañía ha acordado
llevar a efecto el reparto, entre los tenedores de las obligaciones citadas, de
las 3182 acciones privilegiadas cedidas gratuitamente por un grupo de
accionistas con dicho objeto.
(Luz, 15 de febrero de 1934). La
entrega de los títulos de las acciones privilegiadas, se hizo a razón de una
por cada diez obligaciones de la misma.
La situación económica de la empresa era delicada. En estos años, de
la década de los treinta del pasado siglo, ya no aparecen nuevas inversiones ni
mejoras y sí un plan de reducción de gastos como denota una noticia conocida
unos meses antes de la adopción del convenio con los obligacionistas, aparecida
en el Boletín Oficial del Estado
del 17 de octubre de 1933:
Compañía del Ferrocarril de
Madrid a Aragón
Aviso importante
La compañía del Ferrocarril de
Madrid a Aragón hace pública la supresión, a partir del día 20 de noviembre de
1933, de la guardería de los pasos a nivel de las líneas de Madrid a Colmenar
de Oreja y de Tajuña a Orusco, que a continuación se detallan, previniendo al
público que en cada paso a nivel hay un cartel con la indicación de
ATENCIÓN AL TREN-PASO SIN
GUARDA
Como los pasos a nivel
indicados, desde la citada fecha 20 de noviembre, quedan sin guarda, el público
debe extremar el cuidado y precaución al cruzar la vía férrea.
A continuación el anuncio indica los pasos a nivel suprimidos en el
término municipal de Vicálvaro (4), término municipal de Arganda (4), término
municipal de Perales (1), Término municipal de Chinchón (4), término municipal
de Tielmes (2) y en Morata de Tajuña, tres pasos a nivel situados en el camino
de Madrid (punto kilométrico 35,840), Camino de Arganda (Punto kilométrico
42,200) y Camino de la Dehesa (Punto kilométrico 43,920).
Unos años, en 1935, después se anuncia el alquiler, no la compra, de nuevo
material móvil, unos automotores construidos por la empresa zaragozana Garde y Escoriaza, con el fin de
ahorrar en los costes de explotación.
Bibliografía
Periódicos citados en el texto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario